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MARCO LEGAL DEL SISTEMA EDUCATIVO

NOCIONES BASICAS DEL DERECHO EDUCATIVO

EFICACIA DEL DERECHO EDUCATIVO EN COLOMBIA.


ENSAYO

PROFESORA:
ADRIANA BAUTISTA

ESTUDIANTE:
SHIRLEY EBRAT CARR

ENLACE LATINOAMERICANO DE UNIVERSIDADES


CONVENIO UNELLEZ
2018
NOCIONES BASICAS DEL DERECHO EDUCATIVO.
EFICACIA DEL DERECHO EDUCATIVO EN COLOMBIA.

La educación está contemplada como derecho fundamental en la constitución


política de cada país sobre el planeta. Es el arma fundamental para la
transformación de la sociedad. Es la base para el desarrollo de una nación, en
todos los aspectos: político, económico, social, tecnológico, científico, etc.
Etimológicamente, este vocablo viene del latín ducere que significa “guiar o
conducir“. Otro significado es “instruir a una persona en las normas de cortesía
comúnmente admitidas”. También podemos decir que es el acto de “afinar o
perfeccionar una facultad o capacidad, especialmente la sensibilidad, mediante la
enseñanza y el ejercicio”; y en un sentido generalmente más utilizado, educar es
“transmitir conocimientos y patrones de comportamiento con el fin de garantizar la
continuidad de la sociedad”1 Tanta es, entonces, la importancia de la educación;
que los países encaminan sus mayores esfuerzos en garantizar que este derecho
se cumpla a cabalidad, enfocándose en políticas de mejoramiento que abarcan
tanto la calidad como la cobertura y la accesibilidad al sistema educativo. Tales
esfuerzos se complementan con los diferentes instrumentos que surgen a nivel
internacional (declaración universal de los derechos humanos, declaración de los
derechos del niño, pacto internacional de derechos civiles y económicos, etc) y
que son avalados por entes competentes como la ONU y la UNESCO.

Es en este marco, es donde aparece el Derecho Educativo. El término no debe


confundirse con el derecho a la educación, el cual se entiende como el derecho
humano reconocido de todos los ciudadanos a un acceso equitativo a los
diferentes niveles del sistema educativo. Pero, ¿qué es, entonces, el derecho
educativo y en qué radica su importancia? El Derecho Educativo es aquella
disciplina jurídica y científica, de carácter especializado y autónomo, que tiene
como objeto reconocer, estudiar y desarrollar integralmente el derecho
fundamental a la educación, en su dimensión objetiva y subjetiva, buscando
sistematizar, analizar y renovar el ordenamiento jurídico y las políticas públicas
que regulan y garantizan los derechos, deberes y libertades de la familia, la
sociedad y el Estado en el proceso educativo de los ciudadanos a partir de sus
presupuestos antropológicos. 2. Otros autores consideran que el derecho
educativo es una rama del derecho público, que abarca una amplia temática

1
“Educar”, en Significados.com/educar/consultado:23deoctubrede2018, 99.48p.m
2
Álvaro Cifuentes, 2017.” El derecho educativo como disciplina jurídica. Derecho educativo colombiano.
Propuestas para la mejora de la calidad de la educación y la libertad de enseñanza en colombia”.
jurídica, que va desde la ratificación del fundamental derecho a la educación,
hasta la regulación del Sistema Educativo Nacional y sus componentes.

Queda claro entonces que el derecho educativo rige todo lo concerniente al ámbito
del proceso de enseñanza – aprendizaje, y puesto que tiene como marco legal lo
establecido tanto en la Constitución como en la Ley de Educación promulgada por
el Estado (ley 115 de 1994, en el caso particular de Colombia); pienso que su
función de control es básica, pero no ha sido lo suficientemente eficaz, sobre todo
si tomamos a la educación como servicio público estatal. Esto lo afirmo en
referencia a que, dadas las condiciones actuales de corrupción en las que se
manejan la mayoría de los gobiernos, especialmente los de América Latina, el
educativo, ha sido uno de los sectores más afectados. En Colombia, por ejemplo,
la inversión que se hace en éste, es poca comparada con la inversión en otros
campos como el militar. Este hecho reduce en gran medida la posibilidad de
prestar un mejor servicio a un mayor número de personas, y vemos entonces
como el acceso a la educación superior solo es un privilegio de los que pueden
pagar los costos inherentes a cursar una carrera universitaria, lo cual promueve la
inequidad en nuestra sociedad. Cabe mencionar aquí que la Constitución política
colombiana en su artículo 67 especifica que “la educación es un derecho de la
persona y un servicio público que tiene una función social” y como un servicio
público, el estado debe ser garante de su desarrollo y fortalecimiento en todos sus
niveles. Dice también el mismo artículo que “la educación será gratuita en las
instituciones del estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes
puedan sufragarlos”. En este punto, encontramos una gran inconsistencia con la
realidad, ya que ninguna universidad pública colombiana es gratuita en su
totalidad.

Por otro lado, tenemos que El derecho educativo, además de ratificar a


la educación como derecho fundamental (promulgado por la ONU), también regula
el Sistema Educativo Nacional, cuyos actores principales son: las autoridades
educativas nacionales, las autoridades educativas locales, los docentes, los
estudiantes y la comunidad en general que se beneficia del mismo. Con respecto
a esto, es claro que los padres de familia hacen parte importante de la comunidad
educativa, puesto que se benefician directamente del servicio, y sin el apoyo de
ellos, el proceso se dificulta. Tanto así que nuestro Ministerio de Educación
Nacional mediante su decreto No. 1286 del 27 de abril de 2005, estableció normas
puntuales sobre la participación de los padres de familia en el proceso educativo.
Sin embargo, a este decreto no se le ha hecho un seguimiento efectivo. En las
instituciones educativas, el padre de familia brilla por su ausencia, y muchas veces
ni siquiera acude al llamado cuando es citado al establecimiento. Esto es porque
educar es una tarea que tradicionalmente ha sido relegada a las escuelas y a los
docentes porque mucha gente piensa que enseñar es algo que corresponde
exclusivamente a personas “capacitadas” para hacerlo. Se delega la
responsabilidad del éxito o fracaso del estudiante, únicamente al colegio y al
profesor; pero no se tiene en cuenta que una formación integral a parte del
aspecto académico, incluye también trabajar los valores y estimular las
potencialidades y esto se logra mejor desde el seno de la familia, puesto que allí
es donde pasa más tiempo el alumno y allí es donde aprende los patrones de
comportamiento que definen su personalidad. El proceso formativo debe ser
compartido entre escuela y familia, y en la actualidad esto no se cumple.

Otro aspecto que se debe tocar, en materia de normas, y acerca del cual el
derecho educativo – por lo menos en Colombia - debe puntualizar, es la dicotomía
que se presenta entre la constitución nacional y la autonomía que se les da a los
establecimientos educativos al implementar los manuales de convivencia, en
cuanto al libre desarrollo de la personalidad de los educandos. Nuestra
constitución, en su artículo 16, dice que “todas las personas tienen derecho al
libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los
derechos de los demás y el orden jurídico”. A su vez, los manuales o pactos de
convivencia de las instituciones, en su gran mayoría, establecen como un deber el
uso de un uniforme distintivo del plantel, así como un corte de cabello adecuado
para los varones y poco o ningún maquillaje para las niñas. No obstante, se ha
presentado en no pocas ocasiones, que al devolver a un estudiante por incumplir
alguno – o ambos – de estos deberes, al colegio en cuestión le han puesto
demandas por considerar eso como algo institucional, aduciendo que atenta
contra el articulo 16 anteriormente mencionado, y en estos casos siempre pierde
la institución. Entonces, ¿Dónde queda la autonomía de los planteles? ¿El libre
desarrollo de la personalidad implica ir contra las normas preestablecidas? ¿Se
debe dejar que los estudiantes asistan a las instituciones como ellos deseen,
aunque no sea lo adecuado? ¿En dónde queda la disciplina?

Para finalizar, solo queda decir que el derecho educativo, visto de manera general,
recoge una amplio espectro de normas que pretenden regular el sistema educativo
en las sociedades; y si, gracias a esto se le ha dado solución a muchas de las
problemáticas que presentaba dicho sistema en el contexto colombiano en materia
administrativa, legislativa, estructural, etc; pero se debe seguir trabajando para
que muchas de esas normas no se queden solo en papel, sino que se les dé
obligatorio cumplimiento por parte de todos los actores que intervienen en él.

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