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PROFESORA:
ADRIANA BAUTISTA
ESTUDIANTE:
SHIRLEY EBRAT CARR
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“Educar”, en Significados.com/educar/consultado:23deoctubrede2018, 99.48p.m
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Álvaro Cifuentes, 2017.” El derecho educativo como disciplina jurídica. Derecho educativo colombiano.
Propuestas para la mejora de la calidad de la educación y la libertad de enseñanza en colombia”.
jurídica, que va desde la ratificación del fundamental derecho a la educación,
hasta la regulación del Sistema Educativo Nacional y sus componentes.
Queda claro entonces que el derecho educativo rige todo lo concerniente al ámbito
del proceso de enseñanza – aprendizaje, y puesto que tiene como marco legal lo
establecido tanto en la Constitución como en la Ley de Educación promulgada por
el Estado (ley 115 de 1994, en el caso particular de Colombia); pienso que su
función de control es básica, pero no ha sido lo suficientemente eficaz, sobre todo
si tomamos a la educación como servicio público estatal. Esto lo afirmo en
referencia a que, dadas las condiciones actuales de corrupción en las que se
manejan la mayoría de los gobiernos, especialmente los de América Latina, el
educativo, ha sido uno de los sectores más afectados. En Colombia, por ejemplo,
la inversión que se hace en éste, es poca comparada con la inversión en otros
campos como el militar. Este hecho reduce en gran medida la posibilidad de
prestar un mejor servicio a un mayor número de personas, y vemos entonces
como el acceso a la educación superior solo es un privilegio de los que pueden
pagar los costos inherentes a cursar una carrera universitaria, lo cual promueve la
inequidad en nuestra sociedad. Cabe mencionar aquí que la Constitución política
colombiana en su artículo 67 especifica que “la educación es un derecho de la
persona y un servicio público que tiene una función social” y como un servicio
público, el estado debe ser garante de su desarrollo y fortalecimiento en todos sus
niveles. Dice también el mismo artículo que “la educación será gratuita en las
instituciones del estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes
puedan sufragarlos”. En este punto, encontramos una gran inconsistencia con la
realidad, ya que ninguna universidad pública colombiana es gratuita en su
totalidad.
Otro aspecto que se debe tocar, en materia de normas, y acerca del cual el
derecho educativo – por lo menos en Colombia - debe puntualizar, es la dicotomía
que se presenta entre la constitución nacional y la autonomía que se les da a los
establecimientos educativos al implementar los manuales de convivencia, en
cuanto al libre desarrollo de la personalidad de los educandos. Nuestra
constitución, en su artículo 16, dice que “todas las personas tienen derecho al
libre desarrollo de su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los
derechos de los demás y el orden jurídico”. A su vez, los manuales o pactos de
convivencia de las instituciones, en su gran mayoría, establecen como un deber el
uso de un uniforme distintivo del plantel, así como un corte de cabello adecuado
para los varones y poco o ningún maquillaje para las niñas. No obstante, se ha
presentado en no pocas ocasiones, que al devolver a un estudiante por incumplir
alguno – o ambos – de estos deberes, al colegio en cuestión le han puesto
demandas por considerar eso como algo institucional, aduciendo que atenta
contra el articulo 16 anteriormente mencionado, y en estos casos siempre pierde
la institución. Entonces, ¿Dónde queda la autonomía de los planteles? ¿El libre
desarrollo de la personalidad implica ir contra las normas preestablecidas? ¿Se
debe dejar que los estudiantes asistan a las instituciones como ellos deseen,
aunque no sea lo adecuado? ¿En dónde queda la disciplina?
Para finalizar, solo queda decir que el derecho educativo, visto de manera general,
recoge una amplio espectro de normas que pretenden regular el sistema educativo
en las sociedades; y si, gracias a esto se le ha dado solución a muchas de las
problemáticas que presentaba dicho sistema en el contexto colombiano en materia
administrativa, legislativa, estructural, etc; pero se debe seguir trabajando para
que muchas de esas normas no se queden solo en papel, sino que se les dé
obligatorio cumplimiento por parte de todos los actores que intervienen en él.