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Dimensiones de la anormalidad psicológica

Como una pequeña introducción, tenemos que la anormalidad psicológica se podría definir
como aquellos patrones inusuales en el comportamiento, en las emociones y en el
pensamiento de las personas, que pueden incluso asociarse al empeoramiento de distintas
enfermedades mentales.

De acuerdo a psicólogos estadounidense, como Rosenhan y Seligman, se tienen ciertos


criterios, o dimensiones, que, a pesar de no ser suficientes para poder indicar a una persona
como enferma mental, estas dimensiones son útiles para juzgar un comportamiento normal o
anormal, y, la adaptación o no de los individuos en un entorno tanto social, cultural y laboral,
específico.

Vamos a tener el primero de ellos, el cual es el sufrimiento.

A esta dimensión se la puede definir como el “dolor del alma”, o aquella falta de confort, o
aquel malestar, que tiene referentes cognitivos y se relaciona a su vez con algún trastorno o
padecimiento. Este sufrimiento, acompañado de dolor, será consecuencia, por un lado, de
elementos biológicos, ya sea involucrando el físico de la persona o alguna disfunción corporal
que presente; y por otro lado, este dolor se puede derivar de ideas, de eventos, de recuerdos,
y otros aspectos que como tal, no son tangibles.

Ejemplos de esta dimensión: tenemos el sufrimiento que puede tener una madre, al ver la
conducta autodestructiva de un hijo. También está aquella pena y sufrimiento que expresa una
persona que no ha logrado lo que ella mismo se propuso realizar.

El sufrimiento viene a representar básicamente un aspecto afectivo y negativo que siente el


individuo; es aquí en donde el psicólogo clínico tendrá que realizar su papel para la superación
de estos estados de sufrimiento y dolor.

Continuamos con la siguiente dimensión, que es la conducta maladaptativa.

Esta dimensión, como su nombre lo indica, hace referencia a la parte la conducta del individuo,
hablamos de su comportamiento, de lo que hace. Sabemos que la adaptación involucra la
capacidad del individuo de interactuar con su medio y, a su vez, afrontar los problemas que
vengan, de manera exitosa, hablamos de la capacidad de ajustarse y funcionar ante un cambio
de exigencias en el entorno. Tenemos ciertos términos que por sí solos, nos describen esta
capacidad de adaptación: esos término son “resiliencia” que en pocas palabras es la capacidad
para superar circunstancias, y también tenemos el término “afrontamiento” que indica el
hacerle frente a aquellas demandas que nos exijan. Es por todo esto, que, se adquiere este
status de enfermedad, cuando el individuo no puede funcionar adecuadamente en su entorno
personal, familiar, social o laboral.

Como ejemplo de esta dimensión, tenemos aquella persona que no puede adaptarse ante una
separación o abandono de su pareja, o aquella que no puede tolerar cambiar de estatus en su
trabajo.

Como dato importante a acotar, tenemos que se considera que gran parte de la inteligencia,
junto a la capacidad de sobrevivencia del individuo reside, de echo, en esta capacidad de
adaptación.

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