La administración estratégica se puede definir como el proceso por el cual una
organización determina su dirección de largo plazo por medio de la gerencia del proceso estratégico. Un proceso estratégico es un conjunto y secuencia de actividades que se usa para alcanzar la visión trazada para la organización, ayudándola a proyectarse en el futuro. Para ello, requiere de un analisis exhaustivo y minucioso del entorno y de la competencia, de tal manera que el estratega llegue a conocer y comprender los mecanismos del sector, sus mercados y sus participantes, y así poder desarrollar las condiciones internas, previamente analizadas, requeridas para lograr el éxito. De esta forma, el proceso estratégico se convierte en la actividad más importante y fundamental del gerente, quien tiene la responsabilidad de administrarlo. El proceso es iterativo, retroalimentado, interactivo, factible de ser revisado en todo momento, y requiere de una masiva participación. El proceso estratégico está conformado por tres etapas: formulación ( planeamiento y organización ), implementación ( dirección y coordinación ) y evaluación ( control ), donde el foco central es el control y la corrección del proceso estratégico. El modelo del proceso estratégico es estrictamente secuencial, a excepción de la etapa de evaluación y control, que retroalimenta constantemente el proceso. El proceso se inicia con el enunciado de la visión, la misión, los intereses organizacionales, los valores, y el código de ética, para concluir con la revisión de las estrategias, la evaluación y el control de los resultados. En este proceso se utilizan una serie de matrices como la matriz de evaluación de los factores externos(MEFE),la matriz de perfil competitivo (MPC), la matriz de evaluación de sus factores in ternos (MEFI), la matriz de intereses organizacionales (MIO), la matriz de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (MFODA), la matriz de posición estratégica y la evaluación de la acción (MPEYEA), entre otros. El proceso estratégico no es un esquema rígido, ni aplicable igualmente a cualquier organización. Son dos los factores fundamentales para que un proceso estratégico sea puesto en marcha y se desarrolle con altas probabilidades de éxito: contar con un liderazgo comprometido, que conozca el proceso estratégico y la organización; y con una cultura organizacional permeable, adaptable al cambio y proactivo. Finalmente, es importante destacar que es ventajoso para la organización seguir un proceso estratégico formal, metodológico, y disciplinado.