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La integración de los métodos cuantitativo y cualitativo en la

investigación social (Eduardo Bericat). UNIDAD 1


Capítulo 1: la doble pirámide de la investigación social.

El texto comienza hablándonos sobre dos solidas tradiciones de investigación: la cualitativa y la


cuantitativa. Estas aparecen a los ojos del investigador social como dos grandes pirámides,
distantes y enfrentadas una a la otra, con escasos canales de comunicación e impermeables
tanto a la discusión como a la cooperación. La separación entre ambas limitan las posibilidades
de la ciencia para alcanzar descripciones o cuantificaciones, comprensiones o explicaciones,
criticas o legitimaciones, validas, precisas y fiables de la realidad social.

Por otro lado, esta neta separación metodología aporta importantes ventajas al posibilitar
tanto la profesionalización o especialización de los investigadores, como la coherencia de las
metodologías. Pero el uso rígido y convencional de esta dicotomía metodología empobrece la
investigación social al impedir la aplicación de cuanto instrumentos sean necesarios.

En la medida en que los elementos que constituyen la estructura metodológica de cada una de
las pirámides se consideren insolubles, y que los resultados que puedan obtenerse se
consideren inconmensurables, la posibilidad de la integración de métodos quedan cercenadas.
Es previsto llevar a cabo una de-construcción de la disyuntiva que abra las puertas a la
integración.

En la situación actual, es importante para todo investigador social reflexionar sobre el valor de
cada una de las metodologías, así como hacer explicitas las actitudes que mantiene con
respecto a cada una de las pirámides.

La ciencia social es hoy una ciencia multiparadigmática, es decir, que existen múltiples modos
globales de contemplar, conceptualizar y de acceder a la realidad social, multiplicidad que
afecta no solo a las posiciones ontológicas, matateóricas y epistemológicas, o a los anunciados
científicos, sean teóricos o aplicados, sino también a las técnicas empíricas (como extraemos y
analizamos información de la realidad social).

El multiparadigmatismo presenta al investigador social enfrentado a un objeto de rica


constelación de metateorías sociológicas entre las que debe optar:

- Paradigmas del primer orden: teoría sistémica o la del conflicto, entre otras.
- Metateorías o paradigmas del segundo orden: estructuralismo, funcionalismo, entre
otras.

Los investigadores o aplican su particular orientación matateóricas a cualquier objeto de


estudio, o seleccionan el objeto en función de su adaptabilidad a la perspectiva con la que
suelen trabajar. En el plano empírico, los investigadores también muestran elevados grados de
adscripción a determinadas técnicas que conocen, dominan y estiman de un modo general
más convenientes.

Esta dicotomía metodológica mediante la cual se ha distinguido entre las orientaciones


cuantitativa y cualitativa de la investigación, opera sobre unas bases pragmáticas:

1. Al segmentar el posible universo metodológico de la investigación social, queda


reducido a la mitad el campo del saber hacer, favoreciendo así una mayor
especialización y cualificación profesional.
2. Se logra orientar de modo convencional la coherencia metodológica, disponiendo a
cada lado de la dicotomía elementos matateóricas, teóricos y empíricos que presentan
mayor sintonía y grado de integración.

Esta estructuración dicotómica de la complejidad, tiene no solo una justificación pragmática,


sino también una sólida legitimidad teórica. Sin embargo, no solo se derivan ventajas sin
ningún inconveniente:

a) La dicotomía muestra uno de sus efectos perversos en la ocultación de otras


posibilidades metodológicas.
b) Otro efecto se manifiesta en la aplicación convencional y acrítica de las metodologías
por parte de los investigadores, que toman las opciones convencionales como si se
tratase de opciones “reales”, generando una seguridad y confortabilidad metodológica
que cercena la aplicación creativa e impide el perfeccionamiento futuro.

La dicotomía cuantitativo-cualitativa muestra sus efectos al inhibir o impedir aquellos


desarrollos que pretenden, traspasando las barreras establecidas, acordar el acceso de la
realidad con el concurso de una pluralidad de orientaciones metodológicas. La dicotomía no
solo ha operado en la comunidad científica ofreciendo paquetes, sino que los presenta como
ofertas excluyentes, separando en compartimentos estancos, opuestos, lo que no es sino el
producto de un agrupamiento científicamente legitimo pero en alguna medida convencional.

Una adecuada fundamentación de los diseños de investigación multimétodo, en tanto


pretenden desarrollar investigaciones que combinan e integran las orientaciones cuantitativa y
cualitativa en el marco de un estudio único, requiere necesariamente de una previa de-
construcción metodológica de ambas aproximaciones.

La deconstrucción que se propone no significa un rechazo al monumental trabajo de


producción histórica que ha dado lugar a lo que denominamos metafóricamente como la doble
pirámide de la investigación social. Implica un absoluto reconocimiento de la tarea realizada
por ambas pirámides. Es útil servirnos de esta doble construcción para llegar más alto y para
ver más lejos.

La metodología cuantitativa suele asociarse al positivismo subyacente a la concepción


durkheimiana de la sociología, según la cual esta disciplina tiene por objeto el estudio de los
hechos sociales analizados en tanto cosas, es decir, objetivamente y de un modo similar a
como los científicos naturales realizan sus pesquisas. Giddens, siguiendo el positivismo de
Comte, señala tres aspectos básicos de su incorporación a la sociología:

1. El ya mencionado monismo metodológico entre las ciencias naturales y sociales.


2. Los resultados sociológicos han de formularse en término de leyes o generalizaciones
similares a las de las ciencias naturales.
3. La ciencia social debe tener un carácter puramente instrumental, para lo cual se debe
desprender de toda influencia valorativa o normativa.

A esta orientación explicativa suele oponerse la orientación comprensiva de la sociología


weberiana; su propuesta de que el objeto de la ciencia social ha de ser la acción social, y de
que toda acción para ser social ha de contener un sentido o significado, subraya la importancia
del momento comprensivo de la subjetividad del actor. Esta necesidad de interpretación ha
dado lugar a que se califique como cualitativa.
La disputa, esquemáticamente representada por los procesos explicativos y comprensivos de
la realidad social, nunca ha desaparecido.

El investigador actual se encuentra ante dos pirámides de similar magnitud, ante las que cada
científico social puede mostrar diferentes actitudes; en este punto es importante saber cuáles
son las actitudes posibles (fomentar conciencia de la posición a la que cada científico social se
adscribe). El mapa básico de actitudes puede perfilarse atendiendo a distintas lógicas.

En primer término, el investigador puede optar entre una lógica de distinción (se sostiene una
actitudes de diferenciación jerárquica, es decir, se sostiene que solo una de las metodologías
es válida para el análisis de la realidad social) o una lógica de convivencia (se valoran
igualmente las posibilidades de cada metodología, respectando sus respectivas aportaciones;
esto no quiere decir que se les otorgue a ambas un valor universal, sino que suele
circunscribirse a ámbitos que les son propios, es decir, al estudio de fenómenos sociales
específicos y especialmente adaptados a sus peculiares características).

En el marco de la actitud convencional entre metodologías, caben dos diferentes opciones:


lógica segregacionista (aun aceptando ambos métodos, circunscribe su operatividad a
determinados problemas de investigación que le son propios y no contempla como posible
ningún tipo de función) y la lógica de integración (No solo reconoce el metido de cada método
en su respectivo ámbito, sino que cree posible y fructífera su combinación complementaria
para el estudio de muchos fenómenos sociales).

En suma, el integracionismo avanza un paso más allá de la legítima y reconocida convivencia,


preguntándose acerca de la posibilidad, legitimidad y utilidad de integrar en una sola
investigación las orientaciones cualitativa y cuantitativa.

Una interesante clasificación de actitudes frente a la dicotomía paradigmática entre cualidad y


cantidad es la que presenta Gareth Morgan; distingue 5 posiciones:

1. Supremacía: establece una perspectiva como la mejor, por encima de las demás.
2. Síntesis: busca modos de combinación que maximicen las fortalezas de ambas
perspectivas y minimicen sus debilidades.
3. Contingencia: el investigador analiza las circunstancias del contexto y del fenómeno
bajo estudio para seleccionar la perspectiva que mejor se adapte.
4. Dialéctica: trata de aprovechar las diferencias en tanto estímulo para construir en el
futuro nuevos modos de aprehensión de la realidad social.
5. Todo vale: defiende que no hay idea que no sea capaz de arrojar cierta luz sobre
nuestro conocimiento de la realidad social.

En este marco de opciones o en el anterior, cada investigador puede fijar su posición. Nuestra
actitud integradora se nutre de las posiciones de síntesis (creemos que no existe método ni
técnica perfecta, de ahí que en muchos casos es adecuada una combinación para responder a
preguntar o resolver problemas que el investigador plantea), contingencia (creemos que el
investigador social debe estar siempre abierto a la aplicación en cada caso del método y las
técnicas más idóneas, procedan del campo que procedan) y dialéctica (porque la integración
de métodos no es una nueva receta, sino un nuevo impulso que ha de servir, desde las
diferencias existentes en el punto de partido, al perfeccionamiento de la investigación social)
Morgan, desechando la supremacía y todo vale.
En este capítulo hemos visto como, desde la gran variabilidad existente en las opciones que
tienen los investigadores para realizar sus estudios, fue operado un proceso básico de
simplificación y reducción de la complejidad, hasta concentrar la oferta en dos únicas
opciones, los métodos cuantitativo y cualitativo, que se presentan como paradigmas
alternativos y excluyentes.

Capítulo 2: la legitimidad científica de la integración.

Existen tres razones fundamentales que pueden motivar el diseño multimétodo de una
investigación social, razones que dan lugar a los tres subtipos de estrategias de integración, tal
y como se indica en la figura a continuación: complementación, combinación y triangulación.

Existe complementación cuando, en el marco de un mismo estudio, se obtienen dos imágenes,


una procedente de métodos de orientación cualitativa y otra de métodos de orientación
cuantitativa. El producto final de este tipo de diseños multimétodos es un informa con dos
partes bien diferenciadas, cada una de las cuales expone los resultados alcanzados por la
aplicación del respectivo método. En la complementación el grado de integración
metodológica es mínimo, y su legitimidad se soporta sobre la creencia de que cada orientación
es capaz de revelar diferentes e interesantes zonas de la realidad social.

En la estrategia de convergencia o de triangulación, el motivo es diferente. No se trata de


completar nuestra visión de la realidad con dos miradas, sino de utilizar ambas orientaciones
para el reconocimiento de un mismo e idéntico aspecto de la realidad social. Esta estrategia
pretende un solapamiento o convergencia de los resultados. En la triangulación, el grado de
integración aumenta, y la legitimidad de la estrategia está condicionada por la posibilidad de
que dos metodologías diferentes, como la cualitativa y cuantitativa puedan captar, en parte o
totalmente, un mismo hecho.

La estrategia de la combinación no se basa en la independencia de métodos y resultados,


como en la complementación, ni en la independencia de métodos pero en la convergencia de
resultados como la estrategia de convergencia. En este caso se trata de integrar
subsidiariamente un método, sea el cualitativo o cuantitativo, en el otro método, con el objeto
de fortalecer la validez de este último compensando sus propias debilidades mediante la
incorporación de informaciones que proceden de la aplicación del otro método. Por tanto, en
la estrategia de combinación se busca una adecuada combinación metodológica.

La legitimidad de la integración de métodos depende de dos diferentes cuestiones:

1. Depende de la intensidad del vínculo que se establezca entre paradigmas o


metateorías y técnicas de investigación.
2. Está determinada por el grado en que se considere necesario mantener la coherencia
horizontal de la pirámide. Es decir, depende de si se mantiene una concepción
analítica o sintética de cada uno de los tres niveles verticales, es decir, de los
paradigmas, de los métodos y de las técnicas.

Para finalizar con el texto, nuestra posición implica dos momentos necesarios:

a) Uno previo, que afecta a la de-construcción de las dimensiones asociadas a los


métodos cualitativo o cuantitativo.
b) Un momento posterior, que obliga a una re-construcción de esas dimensiones en un
diseño coherente.

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