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responsiva del pensar filosófico”: 1) pensar que se constituye como palabra o discurso que
responde a algo o a alguien; 2) “(...) la re-flexión que se da en el proceso de la palabra o
discurso a modo de respuesta entiende ese pensar responsivo como órgano del contra-decir
[sic] y no como vehículo del corresponder y/o del silenciamiento” (Fornet-Betancourt 2002:
17); 3) se trata de un pensar orientado a la réplica y a deconstruir la supuesta necesidad
metafísica de las articulaciones vigentes de la realidad y la historia apuntando a un modo
alternativo de combinar la realidad y la historia como una dimensión histórica posible; 4) este
pensar percibe la historia como componente central del proceso de reflexión filosófica.
Ubicados en esta idea de la filosofía, no puede concebírsela como mera crítica de textos del
pasado, sino que la filosofía se forma y configura en la confrontación crítica con la realidad y
la historia.
Los textos filosóficos son reacciones a contextos y las tradiciones teóricas escritas de
la filosofía surgen de la dialéctica entre contextos y textos que representan construcciones
críticas e interpretaciones: “La consecuencia de este hecho es evidente: quien quiera reducir la
filosofía a crítica de textos y al hacerlo sólo haga una exégesis de los textos buscando la
comprensión de su pura textualidad, pierde de vista la otra dimensión de los textos filosóficos
y reduce el sentido de la filosofía” (...). “Quien trabaje filosóficamente con textos filosóficos
tiene que encararse entonces con construcciones críticas de la realidad que lo motivan menos
a la hermenéutica de textos que a la reflexión autónoma, a filosofar. O sea que lo animan a
realizar una reflexión crítica independiente” (Fornet-Betancourt 2002: 19). Si los textos
filosóficos son teorías que deben ser interpretadas, lo decisivo es que no se trata de teorías
autoreferenciales, sino que tanto su posible referencialidad teórica intratextual como su
potencial estructura interdiscursiva, deben ponerse de relieve mediante el trabajo sobre el
objeto en los contextos y situaciones. Esta idea sobre los textos filosóficos y sobre la filosofía
no debe entenderse como reduccionismo sociopolítico: cuando aquí se habla de contextos
históricos y de situaciones que proporcionan a la filosofía lo que ella tiene que examinar y a lo
que tiene que reaccionar de un modo crítico y reflexivo, no se trata de una contextualidad
socio-política en el sentido estricto del término, sino de la totalidad de la estructura contextual
formada por las situaciones más diversas en las que puede encontrarse la vida humana y en las
que ésta tiene que procurar despliegue según el plan de vida de cada uno. Vale decir que la
filosofía, considerada como una tradición específica de la crítica de su época, “siempre se
desarrolla como confrontación con cuestiones de la historicidad, sociabilidad e individualidad
de seres humanos que quieren llegar a ser cabalmente humanos” (Fornet-Betancourt 2002:
21).
Para Fornet-Betancourt resulta esencial la orientación crítico-práctica de la reflexión
filosófica y considera que la filosofía debe ser crítica activa y efectiva de la situación
existente: “la filosofía debe convertirse en un elemento del proceso de transformación del
mundo y de la historia participando de manera crítica y constructiva en el curso real de la
misma, acompañando y promoviendo las opciones resultantes para lo humano” (Fornet-
Betancourt 2002:22). Esta posición resulta diametralmente opuesta a la idea hegeliana de la
filosofía. Concebir la filosofía como crítica de su época significa que la misma no aparezca
puramente como “la idea del mundo”, que de la misma no pueda decirse que “…así es … que
la filosofía es su época resumida en ideas”. Al contrario, la filosofía pertenece a la formación
histórica de la época, « (…) pero simultáneamente es la tradición crítica en la que se condensa
el recuerdo de las opciones oprimidas y de las esperanzas insatisfechas en la formación
predominante de la época » (Fornet-Betancourt 2002: 24). Emprender esa tarea supone que la
filosofía, en el sentido sugerido más arriba, no sólo supere críticamente el pasado, sino que
además entienda algo sobre las posibilidades de un futuro humano. Debe poder formular
“juicios sobre el futuro”3: “La crítica filosófica, o sea la filosofía como crítica de su tiempo,
3
Arturo A. Roig, Rostro y filosofía de América Latina, Mendoza 1993, S. 111 ff.
3
4
Friedrich Nietzsche, Menschliches, Allzumenschliches, in: Sämtliche Werke in zwölf Bänden , Band III,
Stuttgart 1964, S. 357. Hervorhebung im Original [Destacado en el original].
5
Beat Dietschy, „Die Inkorporation der Häresie ins Dogma. José Carlos Mariátegui und Ernst Bloch“
[« La incorporación de la herejía en el dogma »], in: Concordia 11 (1987) S. 24.