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INVESTIGACIONES y ANÁLISIS JURISPRUDENCIALES

DERECHO OBLIGACIONES

1. El acreditar buena fe, implica que, adquirientes estén obligados a verificar las

facultades de los vendedores para realizar transferencia.

Material de consulta: Casación 1421-2016, Lima Sur.

https://static.legis.pe/wp-content/uploads/2018/12/Casaci%C3%B3n-1421-2016-Lima-Sur-Legis.pe_.pdf

Sumilla: En el presente caso corresponde declarar la nulidad de los actos jurídicos consistentes
en los contratos privados de compraventa celebrados entre los demandados por las causales de
fin ilícito, objeto jurídicamente imposible y contravención de las leyes que interesan al orden
público habida cuenta que a la fecha en que se celebraron los actos jurídicos cuestionados, los
vendedores demandados no tenían la calidad de propietarios conforme se verifica de las partidas
registrales que obran en autos además que para la adquisición de los referidos inmuebles, los
compradores demandados no obraron con la diligencia necesaria al momento de adquirir los
bienes inmuebles.

Fundamento relevante: Décimo.- Prosiguiendo con el análisis del recurso de casación, los


recurrentes también denuncian la infracción normativa material del artículo 1362° del Código Civil
(apartado b), señalando que la Sala Superior no ha considerado la buena fe de los recurrentes al
momento de adquirir los inmuebles sub materia. Sobre el particular, se aprecia que la Sala
Superior en el considerando sexto (6.4) de la Sentencia de Vista ha establecido que para la
adquisición de los bienes inmuebles materia del presente proceso, los recurrentes tenían la
obligación de verificar con un mínimo de criterio sobre las facultades que tenían los vendedores
para efectuar la transferencia de los referidos inmuebles, lo que no se aprecia que así hubiese
sucedido, situación que denota, por tanto, que los recurrentes no obraron con la diligencia
necesaria al momento de comprar los bienes inmuebles; por consiguiente, no se verifica la
existencia de la buena fe alegada por los impugnantes, por lo que la causal denunciada en este
extremo debe igualmente ser desestimada.

2. Diferencias entre nulidad y anulabilidad del acto jurídico (base obligacional)


Material de consulta: Casación 3676-2006, Pasco.
http://spij.minjus.gob.pe/content/publicaciones_oficiales/img/Codigo-Civil.pdf
http://historico.pj.gob.pe/cortesuprema/cij/documentos/AnalesJudiciales2007_071009.pdf

Fundamento relevante: Octavo.- Que, siendo esto así, no debe de confundirse las instituciones,
por un lado, de acuerdo con la demanda, se ha planteado nulidad de un acto jurídico
determinado, la cual puede ser considerada, por el Profesor Freddy Escobar Rozas como“(…) la
forma más grave de invalidez negocial (Bianca). La invalidez negocial presupone la existencia de
un “juicio de conformidad” en virtud del cual se concluye que el negocio no cumple con las
“directrices” establecidas por el ordenamiento jurídico. El fenómeno indicado (“incumplimiento de
las directrices”) se presenta cuando por lo menos alguno de los “elementos” (manifestación de
voluntad, objeto o causa) o de los “presupuestos” (sujetos, bienes y servicios) del negocio no
presenta alguna de las condiciones o características exigidas por el ordenamiento jurídico. La
invalidez negocial viene a constituir una sanción que el ordenamiento jurídico impone al negocio
que presenta “irregularidades”. Esta sanción puede determinar (i) que dicho negocio no produzca
las consecuencias jurídicas a las cuales está dirigido (lo que significa que es absolutamente
ineficaz); o, (ii) que dicho negocio produzca las consecuencias a las cuales está dirigido, pero que
éstas puedan ser “destruidas” (lo que significa que es precariamente eficaz) (BIGLIAZZI GERI,
BRECCIA, BUSNELLI y NATOLI). La invalidez negocial puede ser absoluta o relativa. Es absoluta
cuando el requisito no cumplido por un elemento o un presupuesto del negocio tutela intereses
que no son “disponibles” por la parte o las partes, sea porque los mismos comprometen principios
básicos del ordenamiento jurídico o porque comprometen necesidades de terceros o de la
colectividad en general (piénsese en el requisito de la licitud o en el de la posibilidad física y
jurídica). Es relativa cuando el requisito en cuestión tutela intereses “disponibles” por las partes
(piénsese en el requisito de la seriedad o en el de la ausencia de vicios). La invalidez absoluta
supone la nulidad del negocio; la invalidez relativa, en cambio, la anulabilidad del mismo (…)”;
este mismo autor, sobre la anulabilidad, vuelve a señalar: “(…) La anulabilidad es la forma menos
grave de la invalidez negocial (BIANCA); y lo es porque, a diferencia de lo que ocurre con la
nulidad, la anulabilidad supone que la “irregularidad” que presenta el negocio únicamente afecta
el interés de la parte (o de una de las partes) que lo celebra (FRANZONI). Como consecuencia de
ello, la anulabilidad no determina que el negocio no produzca las consecuencias a las cuales está
dirigido sino solamente que dichas consecuencias puedan ser, durante cierto lapso, “destruidas”
por la parte afectada por la “irregularidad” (BIGLIAZZI GERI, BRECCIA, BUSNELLl y NATOLI);
por lo menos teóricamente, la anulabilidad (del negocio jurídico) supone lo siguiente: a) La
eficacia “precaria” del negocio. b) La posibilidad de que el negocio sea “saneado”. c) La
naturaleza constitutiva de la sentencia (o laudo) que compruebe su existencia. d) La imposibilidad
de que el Juez (o el arbitro) la declare de oficio y de que los terceros con interés puedan accionar
para que la misma sea declarada. e) La prescriptibilidad del derecho a solicitar que la misma sea
declarada. El Código Civil recoge la totalidad de las características enunciadas. Así, en su artículo
doscientos veintidós establece (i) que el acto anulable es nulo desde su celebración por efecto de
la sentencia que lo declare; y, (ii) que este tipo de nulidad se pronuncia a petición de parte, no
pudiendo ser alegada por otras personas distintas de las designadas por ley. De igual modo, en
su artículo doscientos treinta establece que el acto anulable puede ser “confirmado”. A diferencia
de la nulidad, que no otorga a la parte o a las partes derecho alguno que se encuentre dirigido a
“atacar” al negocio (en tanto que aquélla opera de iuré), la anulabilidad concede a la parte
afectada por la “irregularidad” que éste presenta un derecho potestativo negativo, consistente en
la posibilidad de alterar la esfera jurídica de la otra parte (o del tercero beneficiario) mediante la
destrucción de los efectos -precarios-generados por el negocio (…)”

3. Diferencias entre invalidez e ineficacia del acto jurídico (base obligacional)

Material de consulta: Casación 912-2010, Lima.

http://spij.minjus.gob.pe/content/publicaciones_oficiales/img/Codigo-Civil.pdf

http://historico.pj.gob.pe/cortesuprema/cij/documentos/AnalesJudiciales2007_071009.pdf

Fundamento relevante: Séptimo.– Que, sobre el particular debe tenerse en cuenta que de


conformidad a lo preceptuado por el artículo 140 del Código Civil, el acto o negocio jurídico es la
manifestación de voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas,
requiriendo para su validez agente capaz, objeto física o jurídicamente posible, fin lícito y
observancia de la forma prescriba por la ley bajo sanción de nulidad; dicho de otra manera, los
negocios jurídicos son supuestos de hecho conformados por una o más manifestaciones de
voluntad, emitidas por los sujetos con el propósito de alcanzar un resultado práctico el cual,
tutelado por el ordenamiento legal se convierte en un resultado jurídico que consistirá en crear,
modificar, regular o extinguir relaciones jurídicas; su estructura está conformada por los
elementos, manifestación de voluntad y causa, así como por los presupuestos que se definen
como los antecedentes o términos de referencia, es decir todo lo que es necesario para que el
acto pueda celebrarse que son el objeto y sujeto y los requisitos como condiciones que deben
cumplir tanto los elementos como los presupuestos para que el acto pueda producir efectos
válidos y que vienen a ser la capacidad de ejercicio, la licitud, la posibilidad física y jurídica del
objeto y que la voluntad manifestada haya estado sometida a un proceso normal de formación,
sin vicios; así la pretensión de nulidad de un acto jurídico (también conocida en la doctrina
como ineficacia estructural o intrínseca) se invoca cuando en la celebración del acto jurídico se ha
incurrido en un vicio que afecta su estructura misma, y por tanto deviene en inválido desde su
origen, estando las causales de ineficacia estructural previstas en el artículo 219 del Código
Civil (nulidad absoluta del acto jurídico) y en el artículo 221 del Código Civil (anulabilidad). 

Octavo.– Que, en cambio la ineficacia a la que se hace referencia en la sentencia de vista,


conocida como ineficacia funcional o extrínseca constituye una categoría jurídica distinta que se
invoca no por la existencia de vicios que afectan la estructura misma del acto jurídico, sino
cuando se trata de actos jurídicos que habiendo nacido válidos posteriormente, por razones
voluntarias o legales deja de producir lo efectos jurídicos buscados por las partes; en este
segundo caso, es la ley la que declara que el acto jurídico es ineficaz, tal por ejemplo la ineficacia
prevista en el artículo 161 del Código Civil.

4. ¿Contrato de donación como acto jurídico puede resolverse si no se cumple con la

carga prevista como una obligación?

Material de consulta: Casación 3667-2015, Lima y el caso PUCP vs. Arzobispado de Lima.

https://legis.pe/wp-content/uploads/2017/12/Casaci%C3%B3n-3667-2015-Lima-Contrato-de-donaci%C3%B3n-
puede-resolverse-si-no-se-cumple-la-carga-impuesta.pdf

http://blog.pucp.edu.pe/blog/victornomberto/2010/07/26/tribunal-constitucional-ordena-al-poder-judicial-acatar-
fallo-sobre-pucp/

En el caso en particular de la casación 3667-2015, la adquisición de lo donado se encuentra


subordinado al cumplimiento de lo ordenado (carga), razón por la cual, la carga impuesta por los
donantes forma parte del núcleo del negocio jurídico (contrato de donación). En tal sentido, al no
haberse cumplido dicha carga se ha frustrado el destino que los donantes señalaban para el bien,
cumpliendo como remedio que facilite retraer lo donado al patrimonio de los donantes, tanto más
si la demandada ha expresado su deseo de devolver el bien donado a sus propietarios.
Sumilla: En el caso en particular, la adquisición de lo donado se encuentra subordinado al
cumplimiento de lo ordenado (carga), razón por la cual, la carga impuesta por los donantes forma
parte del núcleo del negocio jurídico (contrato de donación). En tal sentido, al no haberse
cumplido dicha carga se ha frustrado el destino que los donantes señalaban para el bien,
cumpliendo como remedio que facilite retraer lo donado al patrimonio de los donantes, tanto más
si la demandada ha expresado su deseo de devolver el bien donado a sus propietarios. Por lo
tanto, si bien es cierto que en nuestro Código Civil no existe una norma que sancione el
incumplimiento incausado y persistente de las cargas en un contrato de donación, este
Supremo Tribunal considera que no puede dejar de resolver la controversia por vacío o
deficiencia de la ley; y a tal efecto, dando cumplimiento a los artículos VIII del Título Preliminar del
Código Civil y II del Título Preliminar del Código Procesal Civil; correspondería aplicar por
analogía el instituto de la acción resolutoria, a fin de restablecer el vacío patrimonial originado por
el incumplimiento de la carga y el desinterés del beneficiario.

5. Obligación en acto jurídico celebrado por «falsus procurator» es ineficaz frente al

falso representado, pero no frente a terceros

Material de consulta: Casación 1135-2013-Lima

https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/7a52da004a1d154d8873da5532545ad9/Resolucion+001135-2013-.pdf?

MOD=AJPERES&CACHEID=7a52da004a1d154d8873da5532545ad9

Fundamento relevante: 

7. Según nuestro ordenamiento jurídico, el acto jurídico por el “falsus procurator” se encuentra
sancionado con ineficacia respecto al falso representado, y no con nulidad absoluta,
entendiéndose que dichas categorías de invalidez del acto jurídico difieren una de la otra.
En primer término, la nulidad absoluta implica la existencia de un defecto intrínseco en la etapa de
formación del acto jurídico, por lo que, ante un vicio de gran magnitud, el acto jurídico viciado no
es capaz de generar efecto jurídico alguno, ni entre los intervinientes ni frente a terceros. En
efecto, el acto nulo, no puede ser opuesto ante ninguna persona, por carecer justamente de
validez jurídica. Es por tal motivo que cualquier persona con interés puede solicitar la nulidad de
un acto jurídico.
Empero, la ineficacia que prevé el artículo 161 del Código Civil implica que el acto jurídico
únicamente no tendrá validez en determinadas circunstancias y frente a determinadas personas,
mas, frente a otras desplegará todos sus efectos. Es así que, como menciona expresamente la
norma in comento, el acto jurídico celebrado sin representación o con defecto en la
representación no tendrá efectos frente al perjudicado (entiéndase, el falso representado o aquél
cuya representación fue excedida), pero sí podrá surtir efectos frente a terceros, porque en
cuanto a su constitución, el acto jurídico es perfecto al no contener ningún vicio en la formación
de la voluntad, sin embargo, existe un defecto en la legitimación representativa que genera su
invalidez frente a aquella persona falsamente representada.
8. Queda claro que el acto jurídico del “falsus procurator” resulta ineficaz frente al falso
representante como al falso representado. Sin embargo, el problema radica en cuanto a los
efectos frente a terceros, para lo cual, como ya se ha mencionado, cabe recordar que la norma es
clara al precisar que estos actos jurídicos son ineficaces únicamente frente al falso representado
y no frente a terceros.
Esta regla debe ser aplicada incluso al tercero que intervino en el acto jurídico, pues, el tercero
puede obrar con desconocimiento del vicio de representación, máxime si nuestro ordenamiento
jurídico no exige la inscripción registral de los poderes para actos de disposición, pues, según
prescribe el artículo 156 del Código Civil, la única solemnidad para ejercer actos de disposición o
gravámenes de bienes de propiedad del representado es que el encargo conste en forma
indubitable y por escritura pública. En tal sentido, el tercero puede obrar de buena fe.
9. En el caso de autos, el demandante pretende que se le restituya la propiedad del inmueble
enajenado por el falsus procurator, y más aún se le inscriba en el Registro correspondiente como
propietario del bien transferido, sin embargo, es evidente que dicha pretensión es improcedente
porque se estaría generando una oponibilidad erga omnes de la ineficacia declarada en el
presente proceso, lo que es ajeno y contrario a la ratio legis del artículo 161 del Código Civil que,
como ya se ha mencionado, prescribe que el acto es ineficaz únicamente frente al “falso
representado”.
De estimar la pretensión del demandante, se estaría rebasando el terreno de la ineficacia del acto
jurídico e ingresando al campo de la nulidad del acto jurídico que, es oponible incluso frente a
terceros.

6. Obligación contenida en Hipoteca celebrada por falso representante: Buena fe del

tercero es irrelevante.

Material de consulta: Casación 2048-2013, Lima.


https://static.legis.pe/wp-content/uploads/2018/09/Casacion-2048-2013-Lima-legis.pe_.pdf

Sumilla: Ineficacia de constitución de hipoteca celebrada por falso procurador. El acto jurídico de


constitución de hipoteca celebrado por el “falsus procurator” es ineficaz frente al falso
representado, en tal sentido, no podrá ejecutarse debido a que no puede surtir efectos negativos
en la esfera patrimonial del representado, siendo irrelevante el análisis de la buena fe del tercero
a favor de quien se constituye la hipoteca.

Fundamento relevante: 8. Queda claro que el acto jurídico del “falsus procurator” resulta ineficaz


frente al falso representante como al falso representado. Aplicando esta premisa al presente caso,
podemos concluir válidamente que el contrato de hipoteca no puede surtir efecto alguno frente a
la demandante (falsa representada), y, en tal sentido, bajo ningún supuesto podría ejecutarse
dicha garantía hipotecaria, aún cuando se haya pretendido garantizar el cumplimiento de una
obligación a favor de tercero, pues, la afectada con dicha ejecución sería la falsa representada.
En tal sentido, la Sala Superior ha incurrido en error al desestimar la pretensión, pues, por el
contrario, debió declarar fundada la presente demanda, máxime si ha manifestado haber llegado
a la convicción de que el acto jurídico es ineficaz. Se ha inaplicado el artículo 161 del Código Civil
que regula los efectos de la ineficacia del acto jurídico y, por el contrario, se ha aplicado
indebidamente el artículo 2014 del Código Civil que regula la protección al tercero de buena fe
registral. Sin embargo, dicha protección al tercero no puede rebasar el ámbito de protección al
falso representado a través de la ineficacia del acto jurídico.

Constituye acto de mala fe identificarse ante el registro como soltera siendo casada.

Material de consulta: Casación 4886-2010, Lima.


https://legis.pe/constituye-acto-mala-fe-identificarse-registro-soltera-siendo-casada-casacion-4886-2010-lima/

Fundamento relevante: Sétimo.- En consecuencia, queda claro que la pretensión del


demandante de que se declare la nulidad del acto contenido en la escritura pública de fecha
dieciséis de febrero del año mil novecientos noventa y ocho comporta un ejercicio abusivo de
derecho; por consiguiente, las alegaciones formuladas en su recurso de casación sub examine
(interpretación errónea de los artículos dos mil doce y dos mil catorce del Código Civil)
sustentadas en que no existiría buena fe de la entidad demandada, por cuanto en el Registro de
Personas Jurídicas corre inscrita la empresa Traes Contratistas Sociedad Anónima, quien era
cliente del Banco desde el año mil novecientos noventa y cuatro (cuatro -4- años antes de la
celebración del contrato materia de nulidad), apareciendo en este instrumento el demandante y la
codemandada en su condición de casados, no desvirtúan la conclusión a que arriban las
instancias de mérito respecto al ejercicio abusivo de derecho por parte del demandante, en
cuanto causa o razón para no declarar la nulidad del acto jurídico de otorgamiento de garantía.

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