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La nulidad absoluta y la nulidad relativa

El código de 1936 distinguía entre nulidad absoluta y nulidad relativa. El actual no habla de
ella, sino de nulidad en sentido estricto y de anulabilidad. Para muchos autores, no hay
diferencia significativa entre ambas categorías, y los cierto es que el tratamiento es
fundamentalmente una cuestión de derecho positivo

Desarrollo de las causales de la nulidad

a) FALTA DE MANIFESTACIÓN DE VOLUNTAD DEL AGENTE: Faltará la manifestación de la


voluntad del agente cuando falte tanto la voluntad declarada como la voluntad de
declarar

En sentido estricto, nuestro código debió preferir como causal a la falta de manifestación
de una voluntad coherentemente formada, ya que si hablamos de falta de manifestación
de voluntad, estaríamos ante una ausencia de negocio jurídico, conforme al artículo 140º,
que asimila a todo acto jurídico con la manifestación de voluntad.

b) INCAPACIDAD ABSOLUTA: Se trata de un supuesto de nulidad por ausencia de un


requisito del acto jurídico, como es la capacidad de ejercicio, que debe concurrir con
los elementos para que el acto jurídico sea válido.
El artículo 140º del código civil alude solamente a la capacidad legal de ejercicio y no, a
la capacidad natural la cual se encuentra inmersa en los supuestos de manifestación
de voluntad.
c) OBJETO FÍSICA O JURÍDICAMENTE IMPOSIBLE O INDETERMINABLE: El código exige que
el objeto del acto jurídico deba ser física y/o jurídicamente posible y determinable,
obviando en grave omisión referirse a la ilicitud del objeto. La exigencia de la
posibilidad física o jurídica, para la validez del acto jurídico, implica que el bien esté
dentro del comercio de los hombres. Es decir, no será un objeto física o jurídicamente
posible si el bien estuviera fuera del comercio y la actividad económica.
d) FIN ILÍCITO Y AUSENCIA DE CAUSA: En el inciso 4 del artículo 219º se sanciona con
nulidad únicamente el acto jurídico cuyo fin sea ilícito, de forma tal que al código sólo
le interesaría el aspecto subjetivo de la causa, pues si se hubiera tomado en cuenta su
aspecto objetivo, se habría establecido, como causal de nulidad adicional, la del acto
jurídico que no tuviera fin.

“Habrá fin ilícito, cuando respetándose aparentemente la forma del acto jurídico, se
evidencia la intención de conseguir un efecto prohibido por la ley. En el presente caso no
puede haber pronunciamiento sobre el fondo del asunto para determinar la nulidad de la
escritura pública, ya que el fin ilícito debe resolverse en el proceso penal instaurado y aún
no sentenciado.” (Cas. 2248-99-Tacna, Normas Legales, T. 293, Octubre 2000).

e) SIMULACIÓN ABSOLUTA: La simulación consiste en una discrepancia entre la voluntad


declarada y la voluntad interna, realizada de común acuerdo entre las partes
contratantes, a través del acuerdo simulatorio, con el fin de engañar a los terceros.
La simulación es absoluta cuando existe un solo acto jurídico denominado simulado. La
simulación es relativa cuando detrás del acto simulado permanece oculto uno
verdadero, denominado disimulado. Tanto en la simulación absoluta como en la
relativa, el acto jurídico simulado es nulo por cuanto no contiene la verdadera
voluntad de las partes contratantes.
Pero en la simulación relativa el acto disimulado -en la medida en que contenga todos
sus requisitos de sustancia y forma- será válido por ser un acto jurídico real, que
contiene la auténtica voluntad de las partes.

“(…) la simulación (…) consistente (…) en la celebración aparente de un acto jurídico sin
que exista voluntad para ello, (…) la simulación requiere de la concertación de las dos
partes para celebrar un acto jurídico aparente en perjuicio de terceros, en cambio el
dolo permite la acción de solo una de las partes en perjuicio de la otra.” (Cas. Nº 276-
99- Lambayeque, Sala de Derecho Constitucional y Social, El Peruano 17-09-2000)

f) AUSENCIA DE FORMALIDAD PRESCRITA BAJO SANCIÓN DE NULIDAD: Los actos jurídicos


formales, solemnes o con formalidad ad solemnitatem serían, entre otros: el matrimonio, la
adopción, el reconocimiento de los hijos extramatrimoniales, el testamento, la donación de
bienes muebles en algunos casos, la donación de bienes inmuebles, el mutuo entre cónyuges,
el suministro a título gratuito, el secuestro, la fianza y la renta vitalicia. Esta causal trata de un
típico caso de nulidad por ausencia de un elemento, en este caso, la forma impuesta por la ley
bajo sanción de nulidad. El acto jurídico es solemne cuando la ley así lo determina.

D. CAUSALES DE NULIDAD ARTÍCULO

- El acto jurídico es nulo:

1. Cuando falta la manifestación de voluntad del agente. 2. Cuando se haya practicado por
persona absolutamente incapaz, salvo lo dispuesto en el artículo 1358. 3. Cuando su objeto es
física o jurídicamente imposible o cuando sea indeterminable. 4. Cuando su fin sea ilícito. 5.
Cuando adolezca de simulación absoluta. 6. Cuando no revista la forma prescrita bajo sanción
de nulidad. 7. Cuando la ley lo declara nulo. 8. En el caso del artículo V del Título Preliminar,
salvo que la ley establezca sanción diversa.

g ) NULIDAD TEXTUAL O EXPRESA : Las nulidades expresas son aquéllas que vienen dispuestas,
manifiestamente , por un texto legal, mientras que las nulidades virtuales son aquéllas que se
producen cuando un acto jurídico contraviene una norma imperativa, el orden público o las
buenas costumbres

h) NULIDAD VIRTUAL O TÁCITA El último inciso del artículo 219º hace referencia directa a los
supuestos de las nulidades tácitas o virtuales. Aquí, la nulidad viene impuesta por el hecho de
que el negocio jurídico contraviene uno de los fundamentos o pilares del sistema jurídico.

4.1.5. El acto nulo y la prescripción

En lo concerniente a la prescripción de las acciones, la acción de nulidad del acto jurídico en


nuestro código civil prescribe a los diez años, mientras que la acción de anulabilidad a los dos
años. La prescripción de la acción de nulidad tendría por objeto que el acto jurídico nulo
adquiera validez por el transcurso del tiempo cualquiera de las causales señaladas en el
artículo 219º, puede, a los diez años, ser invulnerable y adquirir validez, debido al tiempo

Efectos de la anulabilidad
Que, la anulabilidad, se presenta cuando un acto jurídico
reúne los elementos esenciales o requisitos de validez, y,
por tanto, es eficaz, pero, por adolecer de un vicio, a
pedido de una de las partes, puede devenir en nulo.

Que, el artículo 161° del Código Civil, establece que el acto jurídico celebrado
por el representante excediendo los límites de las facultades que se le
hubiere conferido, o violándolas, es ineficaz con relación al representado, sin
perjuicio de las responsabilidades que resulten frente a éste y a terceros.
También es ineficaz ante el supuesto representado el acto jurídico celebrado
por persona que no tiene la representación que se atribuye.

Que, según el artículo señalado en el párrafo precedente, se establece de


que la ineficacia no significa que el acto sea nulo o anulable sino,
simplemente, que no despliega sus efectos hacia la esfera jurídica de quien
ha sido indebidamente representado, por lo que si él no ratifica el acto
celebrado por su seudorepresentante, el tercero contratante no tiene nada
que exigirle y sólo podrá dirigir sus pretensiones contra el
seudorepresentante, quién además queda obligado por los daños y perjuicios
que irrogue al tercero contratante o a otros terceros y, aún, al mismo
dominus.

Que, puede apreciarse, que el artículo 161° plantea tres casos en los cuales
se configura la representación sin poder: (1) el exceso en los límites de las
facultades, (2) su violación y (3) la atribución de una representación que no
se tiene. Pero debe advertirse que el mismo artículo 161° no establece la
nulidad o anulabilidad del acto representativo anómalo, sino que lo declara
ineficaz, en espera de lo que al respecto decida el dominus.

La anulabilidad parcial y la nulidad total

La anulabilidad es la forma menos grave de la invalidez negocial; y lo es porque, a diferencia de


lo que ocurre con la nulidad, la anulabilidad supone que la «irregularidad» que presenta el
negocio únicamente afecta el interés de la parte (o de una de las partes) que lo celebra. Como
consecuencia de ello, la anulabilidad no determina que el negocio no produzca las
consecuencias a las cuales está dirigido sino solamente que dichas consecuencias puedan ser,
durante cierto lapso, «destruidas» por la parte afectada por la «irregularidad»

La prescripción en los actos anulables

Artículo 2001 inciso 4 del Código Civil, que establece el plazo de prescripción de dos años para
la acción de anulabilidad, la acción revocatoria, la que proviene de pensión alimenticia, la
acción indemnizatoria por responsabilidad extracontractual y la que corresponda contra los
representantes de incapaces derivadas del ejercicio del cargo.

Artículo 277.- Causales de anulabilidad del matrimonio

Es anulable el matrimonio:

1. Del impúber. La pretensión puede ser ejercida por él luego de llegar


a la mayoría de edad, por sus ascendientes si no hubiesen
prestado asentimiento para el matrimonio y, a falta de éstos, por el
consejo de familia. No puede solicitarse la anulación después que
el menor ha alcanzado mayoría de edad, ni cuando la mujer ha
concebido. Aunque se hubiera declarado la anulación, los
cónyuges mayores de edad pueden confirmar su matrimonio. La
2. se solicita al Juez de Paz Letrado del lugar del domicilio conyugal y
se tramita como proceso no contencioso. La resolución que
aprueba la confirmación produce efectos retroactivos.

2. De quien está impedido conforme el artículo 241, inciso 2. La acción


sólo puede ser intentada por el cónyuge del enfermo y caduca si no se
interpone dentro del plazo de un año desde el día en que tuvo
conocimiento de la dolencia o del vicio.

3. Del raptor con la raptada o a la inversa o el matrimonio realizado con


retención violenta. La acción corresponde exclusivamente a la parte
agraviada y sólo será admisible si se plantea dentro del plazo de un año
de cesado el rapto o la retención violenta.

4. De quien no se halla en pleno ejercicio de sus facultades mentales por


una causa pasajera. La acción sólo puede ser interpuesta por él, dentro
de los dos años de la celebración del casamiento y siempre que no haya
hecho vida común durante seis meses después de desaparecida la
causa.
5. De quien lo contrae por error sobre la identidad física del otro
contrayente o por ignorar algún defecto sustancial del mismo que haga
insoportable la vida común. Se reputan defectos sustanciales: la vida
deshonrosa, la homosexualidad, la toxicomanía, la enfermedad grave de
carácter crónico, la condena por delito doloso a más de dos años de pena
privativa de la libertad o el ocultamiento de la esterilización o del divorcio.
La acción puede ser ejercitada sólo por el cónyuge perjudicado, dentro
del plazo de dos años de celebrado.

6. De quien lo contrae bajo amenaza de un mal grave e inminente, capaz


de producir en el amenazado un estado de temor, sin el cual no lo hubiera
contraído. El juez apreciará las circunstancias, sobre todo si la amenaza
hubiera sido dirigida contra terceras personas. La acción corresponde al
cónyuge perjudicado y sólo puede ser interpuesta dentro del plazo de dos
años de celebrado. El simple temor reverencial no anula el matrimonio.

7. De quien adolece de impotencia absoluta al tiempo de celebrarlo. La


acción corresponde a ambos cónyuges y está expedita en tanto subsista
la impotencia. No procede la anulación si ninguno de los cónyuges puede
realizar la cópula sexual.

De quien, de buena fe, lo celebra ante funcionario incompetente, sin


perjuicio de la responsabilidad administrativa, civil o penal de dicho
funcionario. La acción corresponde únicamente al cónyuge o cónyuges
de buena fe y debe interponerse dentro de los seis meses siguientes a la
celebración del matrimonio.

LA SIMULACIÓN DE LOS ACTOS JURÍDICOS


Hay simulación cuando las partes de común acuerdo, con el fin de engañar a terceros,
celebran un acto jurídico aparente o un acto jurídico real ocultado bajo una apariencia. Se dice
que un acto jurídico se ha realizado bajo simulación cuando este se ha celebrado sin que se
deseen los efectos jurídicos propios del mismo, es decir, en realidad es un acto fingido.
Requisitos:

a) El Acuerdo simulatorio

b) El fin de engañar a terceros

Concepto, caracteres y clasificación


La simulación es una operación jurídica compleja caracterizada por el acuerdo de las partes
para fingir un negocio jurídico o contrato, o para disimularlo, detrás de un negocio jurídico o
contrato aparente.

La simulación constituye una operación jurídica compleja caracterizada por el acuerdo entre
las partes para fingir un negocio jurídico o para disimularlo, detrás de un negocio jurídico o
contrato aparente.

La doctrina señala dos elementos estructurales o esenciales de la simulación: de un lado, el


acuerdo simulatorio entre las partes y, del otro lado, la apariencia contractual

No obstante, no existe completo acuerdo en la doctrina respecto al concepto de simulación y,


además, su naturaleza jurídica, sus elementos y sus efectos son aún objeto de amplio debate.

Características de la simulación

Una divergencia deliberadamente producida entre la voluntad y su manifestación.

Un acuerdo simulatorio entre las partes si es recepticio o entre el declarante y el destinatario si


es unilateral, a través del cual los sujetos establecen de manera vinculante que la declaración o
declaraciones no son queridas en realidad.

Una finalidad de engaño a los terceros ajenos al acto, lo que no debe confundirse con la
intención de dañar o causar perjuicio a otros mediante la celebración del acto simulado, o sea,
este debe tener una finalidad licita.

1) Simulación absoluta: Cuando las partes realizan un acto fingido que no corresponde a
un acto real.
El acto aparente se le denomina acto simulado. Ejm. El deudor ante la inminente
ejecución de sus bienes por el acreedor, se pone de acuerdo con otra persona para
vendérselo fingidamente, pero en realidad no se transfiere la propiedad del bien, ni se
paga el precio.

Simulación absoluta Hay simulación absoluta cuando las partes realizan un acto fingido
que no corresponde a ningún acto real; las partes exteriorizando una aparente
regulación de intereses, entienden no modificar en algún modo la situación existente1.
Por ejemplo, cuando el deudor, ante una inminente ejecución de sus bienes por su
acreedor, se pone de acuerdo con otra persona para venderlos fingidamente,
disminuyendo así aparentemente su patrimonio para impedir que aquél pueda cobrar
su crédito, pero en realidad no se transfiere la propiedad del bien ni se paga el precio.
Aquí no hay venta ni ningún otro acto jurídico; lo que hay es únicamente una
apariencia de venta. En principio, el acto con simulación absoluta no produce efecto
alguno entre las partes ni el expresado en él, ni cualquier otro.
Los simulantes quieren solamente la declaración, pero no sus efectos, esto es, se crea
una mera apariencia carente de consecuenciasjurídicas entre los otorgantes, destinada
a engañar a terceros. Hay una declaración exterior vacía de sustancia para los
declarantes: colorem habet, substantiam vero nullam. La apariencia de acto jurídico no
responde a ningún designio negocial verdadero de las partes. El art. 190 dice: “Por la
simulación absoluta se aparenta celebrar un acto jurídico cuando no existe realmente
voluntad para celebrarlo”. Los simulantes celebran un acto aparente que nada tiene de
verdad entre ellas. Al acto aparente se le denomina acto simulado.
2) Simulación relativa: Exteriormente se declara celebrar un determinado acto que no es
más que una apariencia con el cual se oculta su verdadero carácter que consta de la
contradeclaración de ella consta el verdadero contenido, significación y alcances del
acto con simulación relativa. Las partes quieren al mismo tiempo dos actos: el
aparente como el real

Por la simulación relativa se declara celebrar un determinado acto que no es más que
una apariencia con la cual se oculta su verdadero carácter que consta en la
contradeclaración. El acto que aparece como querido es distinto del querido
realmente. En la contradeclaración se establece que, en lugar de la relación que se
deriva del acto simulado, se constituye otra relación, total o parcialmente, distinta. Por
ejemplo, se declara celebrar un contrato de compraventa, cuando en realidad es una
donación. En la contradeclaración de la simulación relativa, las partes declaran querer,
en lugar del acto simulado, un acto distinto, así, manifiestan que quieren una donación
y no una compraventa y que el adquirente, por tanto, no está obligado a pagar el
precio que figura en el acto de compraventa simulado. Es decir, las partes no quieren
realizar la regulación de intereses exteriorizada sino una diversa expresada en la
contradeclaración.

En la simulación relativa, las partes establecen dos regulaciones de intereses: una,


simulada, privada de efectos; y otra, disimulada, que modifica la situación preexistente
que las partes entienden efectivamente realizar. La regulación simulada carece de
valor de autorregulación de intereses, tiene solamente una función de cobertura de la
regulación de intereses que las partes entienden efectivamente realizar. Las dos
regulaciones de intereses, la simulada y la disimulada, son incompatibles, pero están
relacionadas por un nexo que los coordina para la realización de una operación,
especialmente económica, unitaria. La regulación de intereses exteriorizada, aun no
siendo querida como eficaz, sirve para crear al exterior una imagen que permite
realizar de manera encubierta la regulación de intereses efectivamente perseguida por
las partes.
La doctrina predominante considera que a diferencia de la simulación absoluta, en la
relativa las partes quieren al mismo tiempo dos actos jurídicos: el simulado (resultante
de la declaración), aparente y ostensible, y el disimulado (resultante de la
contradeclaración), real, auténtico. El simulado se quiere únicamente para ocultar
(disimular) al disimulado. De aceptarse esta opinión también se debe admitir que es
intención de las partes realizar tanto el acto aparente como el real.

En realidad, la simulación relativa no supone la realización de dos actos jurídicos


distintos, sino de un solo acto complejo, querido así por una única voluntad común,
con un doble carácter: aparente y verdadero. Tan cierto es esto que si se declara
judicialmente la nulidad de un acto simulado, su forma, si es suficiente para su aspecto
disimulado, vale para este; de tal modo que declarado nulo un acto por simulado, se
desvanece la apariencia (aspecto simulado del acto), pero permanece su forma, que es
útil para el aspecto disimulado. Por ejemplo, si se simula celebrar un contrato de
compraventa de un bien inmueble cuando en realidad es una donación, los
contratantes no celebran dos contratos: uno de compraventa y otro de donación, sino
un solo contrato con una doble faceta: falsa la una (la compraventa) y verdadera la
otra (la donación). En su carácter aparente, el acto es querido como carente de efectos
jurídicos entre ellas, con el propósito de que sirva de envoltura, de cubierta, del
carácter real que es el productor de los efectos jurídicos. El acto no tiene validez en su
carácter aparente, pero sí en su carácter verdadero, si es que reúne los elementos
esenciales exigidos para su existencia, entre los que figura la escritura pública (art.
1625) y sí es lícito.

Consideramos acertada la definición que da Dalmacio Vélez Sársfield sobre la


simulación relativa, en la 2.a parte del art. 956 del C.C. argentino que establece: La
simulación es relativa, cuando se emplea para dar a un acto jurídico una apariencia
que oculta su verdadero carácter. Colorem habet, substantiam vero alterum, decían
los romanos.
A diferencia de la simulación absoluta, en la relativa detrás de la apariencia se esconde
un acto verdadero.

2.1. Simulación de persona o interposición de persona. - Cuando la declaración se


hace con un determinado sujeto, mientras que en la realidad está destinada a otra.
Ejm. El testaferro.
2.2.Simulación total o parcial.- Según la apariencia se refiere a todo el acto o solo a
una parte de él, en la simulación absoluta, siempre es total. En la relativa puede ser
total o parcial
La simulación parcial puede ser absoluta cuando no disimula a ninguna realidad, por
ejemplo, en un contrato se pacta que sus efectos están sujetos a condición o cargo y se
contra declara que no existe ninguna condición ni cargo. O puede ser relativa cuando
con la apariencia se esconde la realidad, v. gr., se dice que el precio de venta es de 500
mil cuando en realidad es de un millón de soles. La simulación absoluta es siempre
total por cuanto afecta al acto en su integridad. No produce ningún efecto entre las
partes. La simulación relativa puede ser total o parcial. La total recae sobre la
naturaleza del acto, por ejemplo, un anticipo de herencia es ocultado con una
compraventa; una donación se esconde bajo la apariencia de una compraventa. El acto
que aparece como querido es distinto del querido realmente. La simulación relativa
total afecta a la integridad del acto. El acto es con simulación relativa parcial cuando
contiene unas estipulaciones que son verdaderas y otras que son falsas
2.3. Simulación lícita e ilícita.- Es lícita, legítima, inocente o incolora, cuando no tiene
por fin perjudicar a terceros o trasgredir normas imperativas, como el orden público a
las buenas costumbres. Ejm. Un comerciante que desea hacer descuentos especiales a
un cliente sin suscitar la protesta de los otros, puede recurrir a la simulación del precio

3) Simulación ilícita, maliciosa, cuando tiene como fin perjudicar a terceros u ocultar la
trasgresión de normas imperativas de orden público o las buenas costumbres

5.1.2. La acción contra la simulación

Tanto en el supuesto de la simulación absoluta como en el de la relativa, el acto


jurídico simulado es siempre nulo por cuanto no contiene la verdadera voluntad de las
partes contratantes, mientras que en la simulación relativa el acto disimulado, en la
medida en que contenga todos sus requisitos de sustancia y forma será siempre válido
por ser un acto jurídico verdadero y real y que contiene la auténtica voluntad de las
partes contratantes.

artículo 193 del CC

En ese sentido, podrá solicitar la nulidad del acto simulado, tanto para casos de
simulación absoluta como para casos de simulación relativa, cualquiera de las partes
como el tercero perjudicado

Hay que hacer notar, no obstante, que cuando se trate de un negocio simulado
relativamente la acción puede asumir dos vertientes, o momentos. La primera, dirigida
a la declaración de nulidad absoluta del negocio aparente y la segunda a la declaración
de nulidad del acto disimulado y oculto. (Lohmann Luca de Tena, 1994, p. 386).

Cabe recordar que la simulación absoluta es causal de nulidad del acto jurídico
(artículo 219, inciso 5) mientras que la simulación relativa causal de anulabilidad
(artículo 219, inciso 3) En el primer caso, la acción prescribirá a los 10 años (artículo
2001, inciso 1) mientras que para el segundo, la acción prescribirá a los 2 años (artículo
2001, inciso 4). Algo adicional es la posibilidad que tienen las partes de demandar los
daños y perjuicios derivados de un acto simulado cuya acción prescribe a los 7 años
(artículo 2001, inciso 2).

5.1.3. Situación de los terceros y la simulación La buena fe tiene un rol trascendental


en la vida social:
(i) primero, porque excusa de responsabilidad a quien razonablemente actúa en la
creencia de no estar cometiendo una infracción a las normas del Derecho Privado (ii)
segundo, porque permite exigir actos que razonablemente hubiesen sido pactados si
los costos de transacción fuesen bajos; (iii) tercero, porque permite asignar
titularidades en base a un criterio que desincentiva el comportamiento deshonesto; y,
(iv) cuarto, porque permite defender titularidades en base a un criterio que incentiva
el comportamiento honesto. Sin buena fe, tanto los niveles de responsabilidad
extracontractual como los niveles de comportamientos contractuales oportunistas
serían alarmantemente altos.

5.1.4. La prueba de la simulación


Por lo general, el negocio simulado se fragua para engañar a terceros, para oponerles
una artificial apariencia, para confeccionar un mecanismo que les brinde a las partes
un amparo legal, que se busca por esa vía cuando de otro modo no se puede alcanzar.
De allí que quienes simulan lo hagan tratando de tomar las previsiones para impedir
que su engaño se descubra. Con todo, no hay simulación perfecta, y aun en aquellos
casos más elaborados, siempre existirán rastros de la realidad, que permitirán
desvirtuar los efectos del negocio ostensible.

Si como se dijo anteriormente, la prueba de la simulación se circunscribe a demostrar


que la voluntad declarada por las partes, no corresponde a su verdadera intención,
sobre todo para los terceros, la prueba directa de las voluntades discordantes será
considerablemente difícil. La única forma de demostrarla de manera plena sería: a)
mediante el contradocumento, al cual se supone que no tiene acceso el tercero, y por
tanto sería absurdo requerírselo; b) a través de la confesión (judicial o extrajudicial),
igualmente difícil de obtener cuando existe el ánimo de engañar; y c) por medio del
juramento decisorio, que aunado a lo anterior, se encuentra en desuso.

La interposición de persona se da en tres casos:

la convención de testaferro o interposición simulada de persona, por la que


interviene un tercero que aparentemente toma el lugar de una de las partes del acto
jurídico,
interposición real, caso en el que el tercero interviene adquiriendo real y
efectivamente el derecho, actuando en nombre propio pero por cuenta y en interés
del verdadero interesado en la adquisición,

interposición fiduciaria, en la cual la persona interpuesta adquiere los derechos u


obligaciones que se le transmite, pero se obliga con el transmitente a retrasmitir los
derechos aquiridos al fiduciante o trasferirlo a un tercero. A diferencia del testaferro,
el fiduciario adquiere efectivamente un derecho, aunque, en virtud del pacto de
fiducia con el fiduciante, con la obligación de trasferirlo a un tercero o al propia
fiduciante.

En la interposición simulada de persona una de las partes del acto (A) solo se obliga
aparentemente con el testaferro (B), entendiendo obligarse realmente hacia un
tercero: la parte disimulada (C), frente a la cual adquiere los derechos y asume las
obligaciones resultantes del acto. El acuerdo simulatorio se establece entre tres
partes: las dos mencionadas en el negocio simulado (el interponente, (A) y el
interpuesto o testaferro (B) y el tercero (C) que, aun no siendo mencionado en el acto
simulado, adquiere sus efectos1007; las tres partes saben que los efectos del acto
jurídico son para el sujeto disimulado (C

Los elementos de la interposición simulada de persona son:


Io) que hayan dos o más personas interesadas en la realización de un acto jurídico;
2o) que todas o alguna de ellas no quieran o no puedan realizarlo directamente;
3o) que exista un testaferro por medio de quien puedan realizarlo;
4o) que el testaferro no tenga interés propio en la realización del acto en que
interviene como parte;
5o) que el acuerdo simulatorio se establezca entre las tres partes: las dos partes
interesadas (partes reales: el disponente del derecho y el adquirente efectivo) y el
testaferro (parte ficticia).

EL FRAUDE EN EL ACTO JURÍDICO

El fraude del acto jurídico se produce por un malicioso y desleal proceder del deudor al
negarse incrementar su patrimonio por renuncia de derechos o deshacerse de su patrimonio
para burlar a sus acreedores.
Por ejemplo Arturo que es el deudor renuncia a una herencia de Yolanda que es su madre; o
Martín también deudor vende sus bienes con la finalidad de evitar que le sean embargados y
ejecutados por sus acreedores

Definición del fraude

El concepto de fraude que estamos delimitando debe distinguirse del llamado fraude a la ley,
pues éste consiste, como señala Messineo, en eludir una norma, o sea, en la violación del
ordenamiento jurídico.

El fraude como lo estamos delimitando, está dirigido a los acreedores e importa una lesión a
un derecho subjetivo. Según el mismo Messineo por fraude en este sentido debe entenderse
un malicioso y desleal obrar en daño ajeno, En el cual debe apreciarse, agravada, la figura de la
mala fe.

El fraude se presenta, así, cuando una persona en ajena sus bienes a fin de sustraerlos a la
ejecución de sus acreedores, pero con una voluntad real, lo que distingue el acto jurídico
fraudulento del acto jurídico simulado. El fraude se realiza mediante un acto jurídico real y
verdadero cuyos efectos son queridos por el fraudador. Frente a tales actos, en el Derecho
Pretoriano se dio creación a la acción denomina da pauliana, como un remedio a utilizarse por
el acreedor.

PRIMERA CUESTIÓN QUE PLANTE A EL REMEDIO PAULIANO

Requisitos de la acción Revocatoria.

Son necesarios los siguientes requisitos para que proceda esta acción:

1.Existencia del crédito: el Art. 195 delC.C. al ser modificado por el Decreto Legislativo 768, se
ha establecido que para hacer uso de la acción revocatoria o Pauliana, cuando se trata de un
acto jurídico oneroso, si el crédito es anterior al acto de disminución patrimonial, que el
tercero haya tenido conocimiento del perjuicio a los derechos de la creedor o que, según las
circunstancias haya estado en razonable situación de conocer o de no ignorarlos y el perjuicio
eventual de los mismos.

2. Exigibilidad del crédito: el Código vigente franquea la acción


revocatoria tanto para las deudas puras y simples, como para
los créditos modales sometidos a condición o a plazo. Así lo
establece el Art.195 cuando prescribe: ̈El acreedor, aunque el
crédito esté sujeto a condición o a plazo, pueden pedir que se
declaren ineficaces respecto de ellos actos gratuitos del deudor
por los que renuncia a derechos o con o los que disminuya su
patrimonio conocido y perjudiquen el cobro del crédito .̈

3.Titulares de la acción: son titulares de la acción revocatoria los acreedores por tener un
interés directo en el patrimonio del deudor. Dentro de los acreedores están considerados
aquellos que tengan un crédito puro y simple, y los que tengan créditos modales (condición o
plazo). Además, son titulares de la acción de fraude todos los acreedores privilegiados (con
garantía) sólo en el caso de que la garantía no alcance a cubrir su crédito .

Contra quienes procede: la demanda deberá entenderse contra el deudor y contra los terceros
que suscribieron el acto fraudulento. También deben incluirse, a quienes tengan derechos
derivados para que pueda tener efecto la sentencia declarándola ineficacia del acto

Actos perjudiciales: el art. 195 del C.C. autoriza accionar contra los actos del deudor que
perjudican al acreedor. Los actos pueden realizarse de dos maneras:

1)Por actos de disposición del patrimonio que hagan imposible el pago, tales como: ventas,
legados, donaciones, etc. Y:

2) Renunciando a derechos, tal como sucedería cuando el deudor teniendo que recibir una
herencia que incrementaría su patrimonio, renuncia a ella para perjudicar a su acreedor.

NATURALEZA JURÍDICA DE LA ACCIÓN PAULIANA

Esta acción presenta una faceta especial, pues solo


se encuentra legitimado para ejercerla el o los
acreedores a quienes se les protege y faculta
hacerse pago de su crédito con los bienes que no se
encuentran en el patrimonio del deudor, al haber
sido estos transmitidos fraudulentamente

La acción pauliana en el Código


Civil "Artículo195.-
Elacreedor,aunqueelcréditoestésujetoacondiciónoaplazo,puede
pedirquesedeclarenineficacesrespectodeéllosactosgratuitosdel
deudorporlosquerenuncieaderechosoconlosquedisminuyasupat
rimonioconocidoyperjudiquenelcobrodelcrédito.Sepresumelaexi
stenciadeperjuiciocuandodelactodeldeudorresultalaimposibilida
ddepagaríntegramentelaprestacióndebida,osedificultalaposibilid
addecobro....

Los efectos de la acción pauliana


a)Enprimerlugar,quieneshanparticipadoenelactofraudulentodeld
eudorosehanbeneficiadodirectamentecondichoactodebenrestitu
iralpatrimoniodeaquellosbienesrecibidos,hastaelmontodelaacre
encia.b)Asimismo,losintervinientesendichofraude,deberándeind
emnizaralosacreedoresporlosdañosyperjuiciosocasionadosaest
os..
c)Inoponibilidad,esdecir,quelostercerossubadquirientesnopuede
noponerelactojurídicoalosacreedoresdefraudados,paraquienesd
ichoacto,setienepornocelebradorespectoaellos.Pordicharazón,s
edicequelaacciónrevocatoriaopaulatina,esunaaccióndeineficaci
adelactojurídico.

Acción subrogatoria
1)AcciónSubrogatoriauOblicua:cuandoundeudorevadesusderec
hosparanocobrarsucréditoocualquierotraprestación,enperjuiciod
elacreedor,existelaacciónsubrogatoria,queseencuentraenelArt.1
219inc.4to.delCódigoCivilvigente.Porlaacciónenmenciónelacree
dorpuedeaccionarunapretensiónanombredesudeudor,paraqueel
patrimoniodeésteseincremente,deestamaneraelacreedortendrál
aposibilidaddecobrarsucrédito,interponiendounademandadecob
ro.

VICIOS DE LA VOLUNTAD
DE LOS VICIOS EN GENERAL

Se trata de establecer cuando la declaración de voluntad es defectuosa, comprendiéndose


dentro de este aspecto la voluntad viciada, sea por dolo, error o por existir discrepancia entre
la voluntad declarada y la voluntad interna o verdadera la aparente declaración que no
constituye una verdadera declaración.
Consideraciones generales

FORMACIÓN VICIOSA DE LA VOLUNTAD

Esta consiste en la existencia de un elemento extraño denominado “vicio” que precede a la


declaración de voluntad, cuando por ejemplo se intimida a un sujeto para que declare su
voluntad en tal sentido, o porque se le engaña dolosamente con aquel fin, o porque quiere,
pero ignorando (bajo error) el contenido del mismo.

Como consecuencia de esta situación el derecho considera invalido el acto jurídico viciado,
pues este no está debidamente conformado para lograr su finalidad.

Clases de vicios: el error esencial y el error en la cualidad

El error es esencial cuando es determinante en la formación de la voluntad interna e induce al


sujeto a la celebración del acto jurídico mediante una manifestación de voluntad que no va a
ser correlativa a los efectos queridos, o en otras palabras, el error es esencial cuando de no
haber mediado el sujeto no hubiera celebrado el acto jurídico. Esencial es, por consiguiente,
como precisa Pietrobon, todo error que impide el exacto conocimiento del negocio nacido al
mundo jurídico. (Vidal Ramírez, 2011, p. 158).

El error accidental

El error que no invalida el acto jurídico es el error accidental o indiferente. El artículo 209º del
Código Civil trata este tipo de error. Entre las formas de error indiferente encontramos el error
de cálculo y el error en el motivo.

El error en la persona y el error de derecho

Se configura con una equivocación en cuanto a las cualidades de la persona con la que se
celebra el acto y debe referirse a caracteres objetivos permanentes de ella y que son resultado
de una atribución que realiza.

El error en la persona: muchas veces celebramos un acto jurídico determinado, por la persona,
la identidad o las cualidades personales de la otra parte, que si fuese otra persona no lo
celebraríamos, por ejemplo el matrimonio está referido a una determinada persona,
igualmente al otorgar un testamento se indicarán las personas favorecidas, asimismo un
artista, etc. ¨En consecuencia habrá un error sobre las cualidades personales cuando se realiza
un acto atribuyéndole a una persona una cualidad permanente que no la

El dolo: consideraciones generales

El dolo consiste en prácticas o maniobras maliciosas llevadas a cabo por una de las partes con
el fin de conseguir de la otra una declaración de voluntad que le traiga provecho, o a un
tercero.

Se trata del dolus malus caracterizado por la perversidad del propósito. La malicia humana
encuentra medios variadísimos de actuar con tal de lograr sus objetivos. Puede alguien
proceder de manera activa falseando la verdad, y se dice que procede por acción u omisión.
Pero es igualmente doloso en los negocios bilaterales, el silencio respecto de un hecho o
cualidad que la otra parte haya ignorado, cuando por razón de las circunstancias, dicho silencio
conduzca a otro a una declaración en provecho de quien calló.

La violencia física e intimidación

Según una doctrina nacional, la violencia física es simplemente violencia. Supone, pues, que
mediante el uso de la fuerza se doblegue al sujeto y se anule su voluntad, como sería el caso
de tomar la mano de una persona por la fuerza y hacerla escribir su nombre y firmar, o
estampar sus huellas digitales, que, por demás, es la única hipótesis posible de obtener una
declaración mediante la vis absoluta.

En tal sentido, podría ocurrir que, antes o coetáneamente al momento en que la víctima
declare su voluntad, esta haya sufrido actos de violencia dirigidos por su contraparte o un
tercero, pero, más allá del contacto físico que implica la realización de estos actos violentos, la
declaración que conduce a celebrar el contrato se haya producido telefónicamente. Es obvio
que en muchos casos el delincuente que emplea violencia para hacer celebrar a su víctima un
acto jurídico no será quien actúe por si mismo, sino que en la mayoría de veces se valdrá de
terceros para conseguir tales fines. (Castillo Freyre y Horna, 2003, p. 18)

De este modo, es probable que se obligue a la víctima, inmediatamente después de haber


sufrido daños corporales o al estar sufriéndolos, a llamar por teléfono al autor intelectual de
dichos actos para manifestar su voluntad de contratar o celebrar aquel negocio perjudicial a
sus intereses que beneficiará al mencionado delincuente

La intimidación

La intimidación consiste en infundir temor en un sujeto para obtener por ese medio una
manifestación de voluntad forzada, en cuanto es consecuencia de haber cedido ante la
amenaza que le infunde el temor y, por eso, constituye un genuino vicio de la voluntad.

Al contrario de lo que ocurre con la violencia física, que desplaza la voluntad por lo que el acto
“no es” del sujeto, la violencia moral o intimidación infunde un temor sobre el sujeto quien,
cediendo a ese temor, se aviene declarar una voluntad que no responde a una decisión libre y
espontánea. (Vidal Ramírez, 2011, pp. 221)

La intimidación es una conducta antijurídica -acto ilícito-, que consiste en influir sobre el fuero
interno del agente causándole miedo o temor, amenazándolo con un mal futuro que debe ser
inminente y grave. De esta manera, presionando la voluntad o el ánimo del agente, es decir, el
aspecto psíquico del mismo, se logra que declare algo de una manera distinta a la querida, o al
declarar que quiere, cuando nunca ha querido así ni de otra manera. (Lohmann Luca de Tena,
1994, p. 506)

Esta amenaza debe ser creíble, o sea debe ser idónea para impresionar al contratante
amenazado. Para ello se debe valorar si la amenaza impresiona a una persona sensata, pero al
mismo tiempo induce a construir el modelo de una persona medianamente sensata teniendo
en cuenta una serie de variables que se asemejen al modelo de la situación de la situación en
que concretamente se halla la misma víctima . (Morales Hervias , 2011 , p . 237 )

En materia de contratación telefónica, puede ocurrir que la intimidación se haya producido


dentro de la misma conversación, de modo tal que todas estas situaciones se produzcan
utilizando el medio de comunicación al cual nos estamos refiriendo…Bastaría, pues, utilizar la
línea telefónica para infundir el mencionado temor. Es más: nos atrevemos a decir que,
cuando de intimidación se trata, resulta más usual que dicha situación ilícita se produzca por
teléfono, debido a que permite en muchos casos reservar el anonimato de la persona que
intimida. (Castillo Freyre y Horna, 2003, p. 16)

tres ejemplos de dolo positivo, dolo negativo y dolo reciproco. Establecer los vicios de la
voluntad en el matrimonio y en el testamento.

el error en el código civil 1271-

El error vicio Artículo 201.- El error es causa de anulación del acto jurídico cuando sea esencial
y conocible por la otra parte. Concordancias: CC. Arts. 218, 221 inc. 2 y 4, 2001 inc. 4 La fuente
del art. 201 es el art. 1428 delCódigo italiano: Art. 1428. Relevancia del error. Elerrorserá causa
deanulación delcontrato cuandofuere esencial y conociblepor el otro contratante. Por error
vicio se entiende la ignorancia o la falsa representación de la realidad que incide en el proceso
formativo de la voluntad induciendo al contratante, que ha caído en error, a celebrar el acto
jurídico que no lo habría celebrado o lo habría concluido en condiciones diferente de no haber
estado en error. El que conoce la verdad de un hecho no puede alegar error, porque se estaría
yendo contra sus propios actos

Como vicio de la voluntad, el error afecta a la intención del sujeto com0 elemento interno de
lavoluntad; de no haber ignorado o tenido un conocimiento falso de la realidad de las cosas o
del Derecho, el sujeto no habría celebrado e] acto jurídico o lo habría llevado a cabo en otras
condiciones. El art. 201 señala que para que el error determine la anulación del acto jurídico es
necesario que concurran dos requisitos: 1) la esencialidad; y 2) la conoscibilidad de la otra
parte1175. De este modo, el ordenamiento jurídico, sobre la base del principio de la buena fe
confianza, garantiza al destinatario que ha confiado en que la declaración corresponde a la
voluntad real del emitente. En los actos bilaterales, plurilaterales y unilaterales recepticios, el
error para que sea causal de anulación del acto debe ser conocible por el destinatario de la
declaración. De este modo se protege la buena fe y la seguridad en el tráfico jurídico.

Si cualquier error en la celebración del acto jurídico determinara la invalidez del acto jurídico,
el tráfico jurídico se vería lastrado con una inseguridad general. De ahí que ningún
ordenamiento jurídico preste atención a todo error que pueda haber en la celebración de un
acto jurídico. Pero tampoco hay ningún ordenamiento que no tome en cuenta en absoluto el
error1176. De acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico, solamente el error esencial y
conocible es causal je anulación del acto jurídico.

Requisitos
Para que el error constituya vicio de la voluntad que da lugar a la anulabilidad del acto jurídico
es necesario que concurran tres requisitos: La esencialidad del error (art. 201); Debe ser
determiante de la voluntad del errante (art. 202); La conocibilidad del error (art. 201); y El
perjuicio del errante (art. 206)117

La esencialidad del error Artículo 202.- El error es esencial: 1. Cuando recae sobre la propia
esencia o una cualidad del objeto del acto que, de acuerdo con la apreciación general o en
relación a las circunstancias, debe considerarse determinante de la voluntad. 2. Cuando recae
sobre las cualidades personales de la otra parte, siempre que aquellas hayan sido
determinantes de la voluntad. 3. Cuando el error de derecho haya sido la razón única o
determinante del acto. Concordancias: CC. Arts.— 277 inc.5, 809

El error para que sea esencial debe recaer sobre los siguientes elementos: la esencia o una
cualidad del objeto de la prestación; las cualidades personales de la otra parte; que el error
esencial sea determinante de la voluntad del errante; que el error de derecho sea la razón
única o determinante del acto.

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