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En este trabajo discutimos la elaboración y comercio de sal sobre la cuenca del río
Coahuayana, localizable sobre un afluente del mismo río y muy cerca de la costa
de Michoacán, un tema poco estudiado en la costa norte del estado de Michoacán,
dado que la región de estudio es una de las áreas menos conocidas, descritas
ambientalmente y socioculturalmente de Mesoamérica, de Michoacán y México. Los
objetivos de este estudio fueron documentar las técnicas tradicionales que usaron
los salineros en su trabajo, en particular la cultura material, la organización del
trabajo, y los niveles de producción de las salinas de tierra adentro no costeras
marinas, al igual que la importancia de la elaboración y comercio salineros para la
cultura y la economía regionales a lo largo del tiempo. Las observaciones
etnográficas conjuntamente con los datos etnohistóricos y arqueológicos, nos han
permitido arrojar luz sobre la producción, uso y comercio de este valioso recurso
desde una perspectiva diacrónica.
En este trabajo se da a conocer el proceso de extracción prehispánica de sal de
minas a tierra adentro a orillas del río Coahuayana, ubicada en tres sitios
arqueológico los dos primeros de extracción de sal denominados El Salitrillo,
municipio de Coahuayana, Michoacán, México; y el otro de nombre desconocido
prehispánico, hoy El Ciruelo, que tenía la función de sitio habitacional, ubicados uno
cerca del otro pero en lugares distintos sobre el río Coahuayana cerca del poblado
de San Miguel del Río (Lo de Luna), municipio de Coahuayana, Michoacán, donde
se extraía sal deshidratando en vasijas prehispánicas, de agua salada de un
manantial de agua caliente salobre. Ubicando localmente el manantial y sitio de
extracción de la sal de la vertiente izquierda (hoy municipio de Coahuayana) y la
población arqueológica de la vertiente derecha (hoy municipio de Ixtlahuacán).
Palabras clave: Sal, etnoarqueología, costa michoacana.
HACIENDO SAL PREHISPÁNICA EN EL SALITRILLO,
ADRIANO ORTEGA SÁNCHEZ
MUNICIPIO DE COAHUAYANA, MICHOACÁN.
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caliente salobre del manantial, obtener así el pan y la unidad de medida (un pan =
un recipiente = 2 Kg) de la sal cristalizada. De esta manera al parecer, durante la
temporada de trabajo en El Salitrillo el total de sal producida fue de cerca de veinte
toneladas anuales, habiendo buen temporal (basado en los cerca de 10,000
recipientes localizados y observados).
Para acelerar la pizcar de la sal se utilizaron al parecer vainas de las hojas de
palmera de angeo llamadas “cayucos”, para romper la tención superficial y
ocasionar el precipitado de las sales en el recipiente, esto lo realizaban pasando las
varas sobre los recipientes cada hora. Es claro que estas nunca debían quedarse
sin agua, porque se desperdiciaría el tiempo de producción.
A continuación, se describen brevemente varios artefactos posiblemente usados por
los salineros en El Salitrillo, así como algunas de las actividades más relevantes.
Recipiente de barro (Vasijas salineras). Más de 10,000 utensilios hechos de barro
cocido a manera de cazuela de elaboración muy primitiva de barro poroso de no
más de 10 cm de alto por 25 cm de diámetro, donde era contenido y desecado el
agua salobre para obtener y moldeado de sal cristalizada para comercializarla en
ella. Cabe mencionar que unas variantes del grupo cerámico conocido como Vasijas
salineras, se presentan bajo la forma de ollas con bordes divergentes y otras como
tecomates. Sin embargo, a decir de Cos (Novella et al., 2005), las variantes
encontradas en la margen contraria de río Coahuayana (río Naranjo), en superficie
del sitio CM 104 El Ciruelo y el deposito cerámicos en Las Tunas.
asociados a venero de agua salitrosa termales que nacen junto al río, formando un
área de aproximadamente 20 m de ancho por 200 m de largo, donde al evaporarse
las aguas termales en Vasijas salineras prehispánicas anteriormente y actualmente
en las rocas una capa de sal. En la actualidad, los pobladores de los ranchos
circundantes (Lázaro Cárdenas (El Órgano), San Miguel del Río (Lo de Luna), La
Esperanza, Las Tunas, etc.) vienen a colectar esta sal, en temporadas secas, para
utilizarla en la cocina y para dársela a los animales (observación propia).
Se extiende sobre una superficie de 7 Ha y está formado por una serie de terrazas
delimitadas por grandes muros de contención que siguen la configuración del
terreno, sobre las cuales se asientan alineamientos y estructuras de diversos
tamaños. Entre las construcciones de mayor tamaño, se destacan una plataforma
grande con dos plazas rectangulares. También se localizaron un pequeño
montículo, cimientos habitacionales y un posible juego de pelota, todos muy
dañados por las condiciones actuales del terreno. En la superficie del sitio se
encuentra un abundante material cerámico que incluye numerosos fragmentos de
recipientes del grupo Vasijas Salineras. Por otro lado, en este pueblo (llamado) de
Las Tunas, ubicado a unos 500 m al noreste del sitio, se encontraron zonas
residuales de depósitos cerámicos parecidos a los del Salitrillo.
Los sitios arqueológicos que encontramos cerca del área de estudio fueron pueblos
prehispánicos del que desconocemos sus nombres (hoy El Salitrillo y El Ciruelo), el
cual tiene por lo menos 20 montículos y muchos cimientos de casas hechos de
piedra, así como bastante material arqueológico en la superficie: cerámica, concha,
obsidiana, hueso. Uno de los habitantes locales mostró al autor varios tepalcates,
un hacha de piedra un hacha de cobre, tres cinceles de cobre, todos pertenecientes
al periodo Postclásico. El pueblo prehispánico de El Ciruelo, que desconocemos su
nombre prehispánico, está ubicado en el viejo camino que va a El Potrerillos,
municipio de Chinicuila, Michoacán o La Estapilla, municipio de Colima, Colima,
México, en una ubicación estratégica para muchos pueblos prehispánicos (lejos del
mar en un sitio donde no se espera la extracción de sal), ideal para controlar las
rutas de comercio por las que se exportaba la sal al Valle de Alima, la Sierra de
Coalcomán y más allá.
El Cloruro de Sodio o la sal es un bien invisible para muchos arqueólogos pues no
se preservan datos en el registro arqueológico existentes, pues a diferencia de otros
bienes estratégicos que fueron producidos e intercambiados, como hemos señalado
reiteradamente, entre los grupos indígenas de los municipios de Coahuayana,
Aquila y Lázaro Cárdenas, observaciones de conchas marinas, obsidiana, metales,
piedras semipreciosas, entre muchos otros. Por eso la identificación de los sitios
antiguos donde se producía, se almacenaba o se comerciaba la sal es algo difícil
(Williams, 2015). Sin embargo, a la luz de la información etnográfica discutida aquí,
podemos postular la existencia de varios tipos de marcadores arqueológicos, o sea
evidencia material que indica la realización de actividades salineras en un sitio
específico.
El principal indicador de producción salinera en tierra firme en el área de estudio
fueron las siguientes: la cantidad de cerámica aglomerada, los tipos cerámicos
especializados asociados con los sitios de producción. Así tenemos evidencias de
evaporación solar de salmuera solo en El Salitrillo, municipio de Coahuayana,
HACIENDO SAL PREHISPÁNICA EN EL SALITRILLO,
ADRIANO ORTEGA SÁNCHEZ
MUNICIPIO DE COAHUAYANA, MICHOACÁN.
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Estado de Michoacán; esta evidencia arqueológica en este artículo descrito data por
lo menos desde el periodo Epiclásico. Donde no encontramos eras con poca
profundidad abandonadas. Sin embargo, debe mencionarse que hasta ahora no se
han encontrado eras de origen prehispánico en la costa de Michoacán.
3. DISCUSIÓN. La situación descrita antes es el “patrimonio olvidado de El Salitrillo,
municipio de Coahuayana, Michoacán, México”, que nos muestra los elementos de
cultura material: las actividades, creencias y tradiciones que forman parte de un
legado cultural y nos hace recordar un lugar de producción de sal cristalina en un
lugar lejos del mar, elemento que usualmente no tomamos en cuenta o que no son
indispensables para desarrollar las actividades cotidianas y que hoy han sido
olvidadas.
Se trata de un patrimonio olvidado. Que es descrito de esta manera en los términos
siguientes del “paisaje salinero”:
Las salinas en donde se obtiene la sal solar constituyen uno de los rasgos más distintivos
del paisaje cultural. Con su gran variedad de métodos para la recuperación del cloruro de
sodio, lo más probable es que México ofrezca hoy los mayores contrastes de paisajes
salineros del mundo. El “paisaje salinero” tal vez sea el más extraordinario, pero también el
más desconocido, que pueda encontrarse en México… tal vez algunas de las antiguas
[salinas] podrían conservarse y operarse en forma de museos al aire libre, como
extraordinarias reliquias de la pasada historia económica de México... Los distintos tipos de
salinas rinden homenaje al ingenio y a la inventiva de sus habitantes, así como a la dura
labor que, a lo largo de los siglos, ha sido indispensable para satisfacer una necesidad de la
vida… (Ewald, 1997).
producción y/o distribución de la sal a nivel regional, por ejemplo, a lo largo del valle
del Río Naranjo (río Coahuayana).
Finalmente, cabe señalar que dentro de la economía regional, los dos tipos de
centros productores de sal (sal termal y sal marina) no necesariamente entran en
competencia; al contrario se complementaron por el hecho de que generan tipos de
sal distintos con propiedades físico-químicas específicas. La sal de mar se compone
esencialmente de cloruro de sodio o sal común, en cambio la sal extraída de los
manantiales termales contiene, además del cloruro de sodio, altas concentraciones
en carbonatos y sulfatos de sodio. La primera se utiliza fundamentalmente en la
alimentación y conservación de alimentos; en cambio las otras sales pueden tener
otros varios usos complementarios, aparte del propio consumo alimenticio. El
carbonato de sodio es especialmente utilizado en la preparación de la masa de maíz
y de los frijoles, ya que permite su mejor digestión. Se utiliza también en la fijación
de los tintes sobre los textiles. En general, la sal producida a base de agua termal,
se caracteriza por tener propiedades terapéuticas en la curación de varias
enfermedades. Estas mismas propiedades le otorgan un valor especial en los
rituales y cultos religiosos.
Pocos investigadores parecen interesarse en el estudio de los aspectos materiales
y organizativos de estos modos de vida en desaparición, y los arqueólogos podrían
ser… los únicos en llevar a cabo los pocos estudios existentes. En un sentido esta
es una súplica para que otros realicen estudios como éste en otros lugares mientras
todavía hay un poco de tiempo para hacerlo… (Parsons, 2001).
La arqueología “Es el estudio de la gente y las cosas en todos los tiempos y todos
los lugares” (Schiffer, 2017). Es una disciplina científica que es histórica a la vez
que antropológica, “La arqueología tiene muchas huellas en el mundo moderno:
nuestro trabajo afecta a los gobiernos en todos los niveles, a otras ciencias y
humanidades, y a la gente común” (Schiffer, 2017). A su vez Schiffer (2017),
menciona que “para un número creciente de científicos sociales, el estudio de la
cultura material se ha convertido en una parte importante, si no en la preocupación
medular, de sus proyectos de investigación. Pero no siempre fue así: a diferencia
de la arqueología, otras ciencias sociales no tienen la necesidad de abordar la
cultura material, por lo que ésta ha sido menospreciada como fuente de información
sobre el comportamiento humano”. Según Schiffer (2017), el énfasis sobre la cultura
material en las ciencias sociales “empezó en los setenta [y] apareció en parte
porque… los científicos sociales se estaban familiarizando con… las perspectivas
arqueológicas sobre la conducta humana y la cultura material” (Schiffer, 2017).
Hemos visto en este artículo que la etnoarqueología es una estrategia que se basa
principalmente en los aspectos materiales de la cultura, y además puede servir