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SISTEMAS AGROFORESTALES CON LA PALMA DE COCO (COCOS NUCIFERA L.

)
Enero de 2017
EN EL MUNICIPIO DE COAHUAYANA

SISTEMAS AGROFORESTALES CON LA PALMA DE COCO (Cocos nucifera L.) EN


EL MUNICIPIO DE COAHUAYANA, MICHOACÁN
M. C. Adriano Ortega Sánchez 1 y Dr. Diodoro Granados Sánchez2.
1 Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario N° 140 “José Bueno Berrueco” Km 0.5 Carr. A Zapotán-Coahuayana de Hgo.,
Estado de Michoacán. C.P. 60800. 2 División de Ciencias Forestales Universidad Autónoma Chapingo; Chapingo, México.

RESUMEN.
En este artículo se revisan los Sistemas Agroforestales SAF donde las palmas de coco participan
como elemento principal en el municipio de Coahuayana, Michoacán; además se abordan
aspectos como la extracción y comercialización de la copra y de la bebida llamada tuba en
Coahuayana, en Colima, en Michoacán y en México, así como estudios de caso en la costa de
Colima y Michoacán desde la perspectiva etnobotánica. Con este análisis se trata de puntualizar la
importancia que tiene como planta de uso múltiple de valor incalculable en la costa tropical de
México.
PALABRAS CLAVE: plantaciones, árbol de uso múltiple, costa tropical, copra, tuba.

AGROFORESTRY SYSTEMS WITH COCONUT PALM (Cocos nucifera L.) IN THE


MUNICIPALITY OF COAHUAYANA, MICHOACÁN

Adriano Ortega Sánchez.


Agricultural Technological Baccalaureate Center N° 140 "José Bueno Berrueco" Km 0.5 Carr. To Zapotán-Coahuayana de Hgo., State
of Michoacán. C.P. 60800.

SUMMARY.

This article reviews the SAF Agroforestry Systems where coconut palms participate as a main
element in the municipality of Coahuayana, Michoacán; In addition, aspects such as the extraction
and commercialization of copra and the drink called tuba in Coahuayana, Colima, Michoacán and
Mexico are addressed, as well as case studies on the coast of Colima and Michoacán from the
ethnobotanical perspective. This analysis is about pointing out the importance it has as a
multipurpose plant of incalculable value on the tropical coast of Mexico.

KEY WORDS: plantations, multipurpose tree, tropical coast, copra, tuba.

Introducción. Cuando en 1523 el Capitán Gonzalo de Sandoval y Vázquez, llego


a las tierras de Coahuayana, las palmas coco no estaban, llegaron después desde
islas del oriente y desde el sur del continente. Y hoy, cuando hablamos de la
palma de coco (Cocos nucifera L.), lo hacemos de uno de los llamados “árboles de
la vida”, pues es una de las plantas de usos múltiples con un gran valor cultural y
económico, que tiene el doceavo lugar en la lista de especies vegetales
alimenticias más importantes para la humanidad, de gran belleza ornamental y
que lo constituye como uno de los cultivos característicos y más emblemáticos de
los trópicos (Figura 1; Granados y López, 2006).
En el continente asiático a la palma de coco se le domesticó y se le cultiva desde
hace miles de años. Su dispersión artificial y natural fue y es tan amplia que hoy
existe un fuerte debate sobre su centro de origen geográfico y su centro de
dispersión. La palma de coco es considerada la joya de los árboles trópicos y es

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sin duda el cultivo arbóreo más importante del mundo, con alrededor de 3,000
millones de hectáreas cultivadas, que involucra a más de 13 millones de personas
relacionadas directa o indirectamente con los productos de este vegetal (Borgtoff
& Balslev, 1993).
En la república mexicana el cultivo cultural y comercial de palma de coco tiene
más de cuatrocientos cincuenta y seis años. Y durante décadas fue motor de la
economía de las regiones costeras tanto del Océano Pacífico (Guerrero, Colima,
Oaxaca, Michoacán, Sinaloa, Jalisco y Chiapas), como del Océano Atlántico
(Tabasco, Veracruz, Campeche, Yucatán y Quintana Roo). No obstante, a partir
de 1999 se fue reduciendo el área cultivada, situación que llevó a la actividad a un
punto de inestabilidad y decadencia.
El cultivo de palma de coco durante la década de los cuarenta fue el principal
motor de la economía de las dos regiones costeras: la Pacífico y la Atlántico. Con
una producción promedio de 212,607 toneladas y un valor de la producción de
más de $ 126,410,000.00 de 2007-2012. Sin embargo, a partir de 1999 se fue
reduciendo el área cultivada debido a diferentes factores entre ellos la caída del
precio internacional de la copra - pulpa o carne deshidratada del coco, la baja
rentabilidad del cultivo, entre otros (SAGARPA, 2005; ASERCA, 2001).
La palma de coco (C. nucifera), es de las pocas plantas que tienen muchos usos y
variados. De la cascara del fruto se saca fibra (estopa), útil para diversos fines
como la fabricación de fibras textiles y fibras aislantes térmicas (asientos de
carros, anjeos de animales); la cáscara dura o endocarpio se usa como
combustible, como vasija (partido a la mitad o menos) o como recipiente (entera o
menos); y de ella se obtiene también un carbón de primera calidad (utilizado como
filtro). El agua de coco es una bebida refrescante, nutritiva y germinante; la pulpa
(copra), puede comerse directamente o bien cuando se extrae y se desmenuza, y
se seca y se raya. Que a menudo se muele y se filtra a presión a través de un
lienzo, después de añadirle agua, la leche de coco resultante que tiene un sabor
agradable. Aclarándose que los principales productos de la pulpa son la copra y el
aceite. De las inflorescencias antes de abrirse, se obtiene un jugo dulce que se
procesa como azúcar, o que dejándola fermentar sirve para elaborar una bebida
alcohólica: La tuba. Las hojas y el tronco son empleados como materiales de
construcción y combustibles; las hojas se usan para construir techos y paredes
(con y sin hojas), en la cestería para hacer sombreros y adornos; los pecíolos y
nervaduras sirven para hacer cercos, chetes, papalotes, bastones y escobas.
El aceite de coco, se usa en la industria oleoquímica, donde las propiedades
hidrófilas e hidrofóbicas de los ácidos grasos y sus derivados son de importancia
particular en la fabricación de una gran variedad de productos tales como:
surfactantes y espumas estabilizadoras para detergentes, shampoos, cosméticos,

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compuestos farmacéuticos, inhibidores de la corrosión, emulsificantes y


plastificantes. El aceite de coco tiene buena demanda como alimento debido a
que posee entre otras características, un elevado punto de fusión, estabilidad y
resistencia a la oxidación y, por tanto, a la rancidez. Un sabor suave y carencia de
olor. Por ello puede ser empleado como aceite para freír; en productos lácteos
simulados (helados, cremas para café, etc.), así como en la fabricación de
galletas, margarinas, etc. (Ohler, 1984; Persley, 1992). Se podrían enumerar
muchos usos más, que la colocan en un sitio privilegiado como “árbol de la vida”
(Ohler, 1986).
Origen y dispersión. La palabra coco es asignada al fruto de la palma de coco y
proviene del portugués “cocu” que hace referencia al parecido que tiene el fruto a
la cara de los monos (McCurrach, 1970). El árbol de la palma de coco (Cocos
nucifera L.), crece en regiones tropicales y subtropicales de África, América del
Norte, del Sur y el Caribe. De la palma de coco no se conocen individuos
silvestres. Su mayor variabilidad se presenta en el sureste asiático, seguido por el
área americana del Caribe.
Las palmas de coco originales fueron de gran talla, con árboles de palmas de
cocos de corteza gruesa; pues palmas de coco de este tipo crecen en forma
natural en Filipinas y el noreste de Australia. Las variedades más productivas de
porte enano, con frutos grandes, con mucha agua y carne, serían el resultado de
la selección artificial (Gibbons, 1996).
Debido a su presencia y largo historial en las regiones tropicales y subtropicales
de todos los continentes, no hay certeza sobre su centro de origen. Se cree que,
aunque el ancestro silvestre de la palma de coco pudo ser del sureste del
continente de Asia, y este fue dispersado antes de su domesticación, hace
millones de años (Harries, 1978; Parrotta 1993). La gran dispersión de la palma de
coco se atribuye a que los frutos flotantes son llevados por corrientes marinas o
por acarreo del hombre en barcos como fuente de alimento, bebida y combustible,
además de poder conservan las semillas su viabilidad por varios años (3 a 12).
Dispersión evidente lograda en todas las costas tropicales del mundo, donde la
palma de coco ha prosperado a pesar de la arena, el viento, las plagas, de las
enfermedades, el agua salobre, la depredación, etc., creciendo también tierra
adentro.
En México existen dos tipos contrastantes de palma de coco, en cuanto a
características genotípicas. Estas corresponden, en términos generales, a las
descritas por Harries (1971, 1977) como tipo silvestre “niu kafa” y tipo domesticado
“niu vai”, distribuidos en América en las costas del Atlántico y del Pacífico
respectivamente, los cuales fueron introducidos independientemente por los
españoles en el Siglo XVI, pero ya había palmas de coco natural hasta Los

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Motines del Oro, Estado de Michoacán, México (al norte desde Colima fue
introducida en 1565 hacia el sur y de Los Motines a Panamá antes de 1565);
según la Relación Geográfica los Motines de 1570, pues ya había en la fecha y a
los indígenas les era prohibido cultivarlas al inicio (Alcalde de Ruela, 1580).
En el cuestionario de Los Motines Juan Alcalde Ruelas (1580), respondió:
22. Los árboles silvestres que hubiere en la dicha comarca comúnmente, y los frutos
y provechos que dellos y de sus maderas se saca, y para lo que son o serían
buenas. 23. Los árboles de cultura y frutales que hay en la dicha tierra, y los que de
España y otras partes se han llevado, y se dan o no se dan bien en ella.
Los árboles que generalmente tienen los naturales en esta provincia que me está cometida
de mi relación, que son fructíferos, son ciruelos, plátanos, magueyes, piñas, guayabos,
aguacates, zapotes blancos y zapotes negros, mameyes, xicozapotes, que ahora se
van a poner, y cocos, mochiles, anonas, e ilamas zapote, con otros árboles que tienen
silvestres, como son guanacastle, mojos, tenzazales, zoyamichines, quaocoyules y
quaolotes; con algunas yerbas que llaman Quelites, las cuales cuesen y comen con sus
tamales o cacalotes que es maíz tostado.
Parece que la migración de palma de coco a América ocurrió hace 597 años, por
ambas costas desde el sureste de Asia debido a que las palmas de las costas de
América Tropical en el Océano Pacífico son distintas a las del Océano Atlántico,
observándose claramente que las de las costas del Océano Atlántico, tienen
palmas de coco semejantes a los “Alto Jamaica”, mientras que en las costas del
Pacífico está presente la palma de coco “Alto Panamá”.
Así el primer registro de la presencia de la palma de coco en las costas del
Pacífico americano se remonta al año de 1514, cuando Gonzalo Fernández de
Oviedo y Valdés (1478-1557), la observó en las playas de la bahía de Panamá, en
Punta Bórica e Isla de Cocos (entre Panamá con Costa Rica). Que dice:
CAPITULO LXV
Coco
El coco es género de Palma, y la grandeza y hoja de la misma manera de las palmas
reales de los dátiles, excepto que difieren en el nacimiento de las hojas, porque las de los
cocos nace en la vara de la palma de la manera qué están los dedos de la mano cuando
con la otra mano se entretejen, y así están después más desparcidas las hojas. Estas
palmas o cocos son altos árboles, y hay muchos de ellos en la costa de la mar del Sur, en
la provincia del cacique Chiman, al cual dicho cacique yo tuve cierto tiempo en encomienda
con doscientos indios. Estos árboles o palmas echan una fruta que se llama coco que es
de esta manera: Todas juntas, como está en el árbol, tiene el bulto mayor mucho que es de
manera de cabeza de un hombre, y desdés encima los de en medio. Que es la fruta, está
rodeada y cubiertos los palmitos de tierra en el de Andalucía; digo de la tierra, que no son
palmitos de palmas altas; y aquellas estopas y telas en Levante hacen los indios telas muy
buenas y jarcias, y las telas las hacen de tres o cuatro mañeras, así tpara velas muy
buenas para vestirse, y las cuerdas delgadasy más gruesas, y hasta cablez y Jarcias de
navio; pero en estas Indias de vuestra majestad no curan los indio e estas cuerda y telas
que se pueden hacer de la lana de estos cocos, coco se hacen en Levante, porque tienen
mucho algodón y muy hermoso sobrado. Esta fruta que está en medio de la dicha estopa
como es dicho, es tan grande un puño cerrado, Y como dos, y mas y menos, y es una
manera de nuezo cosa redonda, algo más prolongada que ancha y dura, y de dentro,

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pesado al casco o cosa redonda aquella nuez, una carnosisima de la anchura de la mitad
de la grueza de menos de la mano, la cual es blanca como una almendra y muy suave
gusto. Cómase así como comería almemdras montadas, y después de máscada esta fruta,
queda algo cibera como de la almendra, pero sin la quiere tragar, no es despacible, aunque
ido el zumo por la garganta antes de que esta Cibera se trague, parece que aquello
mascado algo áspero, pero mucho ni para que se debía hombre que deje de sentir
consolación y maravilloso contentamiento. Cierto parece cosa de más excelencia que todo
lo que puede gustar, y en tanta manera, que no lo sé encarece ni decir. Adelate
prosiguiendo, digo que aquel vaso e esta fruta, después de quitado de él majar, queda
muy liso, y le limpia y le pulen sutilmente, y queda por fuera de muy buen lustre, que
delinea color negro, y de dentro de muy buen tez; lo que acostumbra aquellos vaso de esta
fruta, después de quitado de él manjar, queda muy liso, y le limpia y le pulen sutilmente, y
hacerse por la y queda por de fuera de muy buen lustre, que declina a color negro, y de
dentro de muy buen tez; los que acostumbran bener de en aquellos vasos, y son dolientes
de la ijada, dicen que hallan maravilloso y conocido remedio contra tal enfermedad, y
rompase la piedra a los que la tienen, y hácerla echa por la orina. Todas estas cosas que
he dicho sumariamentde la piedra aquí a vuestra majestad, tiene aqueas fruta de coco. El
nombre de coco se le dijo, deja allí un hoyo, y encima de aquel lugar donde está asida en
el árbol aquesta fruta, y quitando el, deja alí un hoyo, y encima de áquel tiene dos hoyos
naturalmente, y, todo tres vienen a hacerse como un gesto o figura de un monilo que coca,
y por eso se digo coco; pero en la verdad, como primero se dijo, este árbol es especie de
Palma y según Plinio y otros naturales lo escriben. Todas las palmas son útiles y,
provechosas para esta.”
Mismo que más adelante decía:
Teniendo cebada, mijo, panizo y arroz, comen pan de palmas, rallado y fruto. Destilan muy
gentil vino blanco de arroz, y encalabria reciamente. También barrenan las palmas y otros
árboles para beber lo que lloran. Hay en Zebut una fruta que llaman cocos. Es el coco a
manera de melón, más largo que gordo, envuelto en muchas camisillas como palmito, de
que hacen hilo como de cáñamo. Tiene la corteza como la calabaza seca, empero muy
más dura; la cual, quemada y hecha polvos, es medicinal. La carne que dentro se hace
parece mantequilla en lo blanco y blando, y es sabrosa y cordial. Si menean el coco
alrededor y lo dejan así algunos días, se torna un licor como aceite, suave y saludable, con
que se untan a menudo. Si le echan agua, sale azúcar; si lo dejan al sol, vuélvese vinagre.
El árbol es casi palma, y lleva los cocos en racimos. Danles un barreno al pie de una hoja,
cogen lo que destilan en cañas como el muslo, y es gentil bebida, sana y tenida en lo que
acá el vino.
y algún reporté, además, su presencia hacia el sur, cerca de las costas del Perú
(Cook, 1910; Bruman, 1944). En cuanto a las costas del Pacífico mexicano, se
reporta que esta palma de coco era desconocida hacia 1539, año en el cual Álvaro
de Guijo notifica a Hernán Cortés sobre el envío de dos docenas de semillas de
palma de coco de Panamá para ser sembrados en las costas mexicanas.
Pero también se dice que el primer registro de introducción de palma de coco fue
a través del puerto de Campeche, hacia 1550 (Pifia-Chan, 1977). Año en que se
hizo a través del Puerto de Veracruz desde la región de Cabo Verde en África
Occidental (Patifio, 1580). La narración de Mamá y Kantemo, dice que en Yucatán
fue en 1580, desde Santo Domingo (Aguilar et al., 1580). No se hizo mención de
las fechas de introducción, sin embargo, quizás se tuvo coco en 1549, cuando se
introdujo en Puerto Rico, cuando se llevó a las islas del Caribe y el continente
americano desde Cabo Verde ese año (Harries, 1977).

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Así podemos resumir que la palma de coco originario de Asia, llegó a México a
través de dos rutas: la del Océano Atlántica, estimulada por el tráfico de esclavos
de África en la primera mitad del siglo XVI (Harries, 1971) y la del Océano
Pacifico, en la segunda mitad del siglo XVI, a través de la ruta comercial
establecida entre Manila (Filipinas) y Acapulco que funciono durante más de 200
años y que recibió el nombre de la Nao de China.
La dispersión a través del Pacífico parece haber ocurrido desde Nueva Guinea a
la Polinesia y de aquí a América Tropical, no obstante que la distancia entre ellas
es considerable. Específicamente se plantea que, las poblaciones de palma de
coco (Cocos nucifera L.), presentes en las costas del Pacífico llegaron
directamente de las Islas Salomón e Islas Filipinas, pues el 23 de enero de 1569
Álvaro de Mendaña, quien había zarpado de El Callao en Perú, arribó trayendo
cocos para ser plantados al puerto de Manzanillo procedente de las Islas Salomón
(Kelly, 1969; Sevilla del Río, 1977). Y cuando Felipe Salcedo que llegó en junio de
1569 trayendo más cocos (Bruman, 1945). Hay testimonios directos de la
introducción del coco a Colima hacia 1570 (Gorjón, 1612; Herrera, 1612).
Las palmas de coco de las islas caribeñas y de las costas del este de América
Tropical, incluyendo los del Golfo de México, se parecen a los del oeste de África,
por lo que parece razonable asumir que los progenitores procedían del sureste de
Asia, vía África, o que los portugueses los introdujeron a Brasil y los españoles a
otros países de América.
Se conoce que las palmas de coco de las costas del Océano Atlántico proceden
de una introducción indirecta desde Puerto Rico, de una plantación de la región de
Mozambique, de donde los portugueses obtuvieron algunas semillas que fueron
transportadas y sembradas en Cabo Verde, para posteriormente ser introducidas
en América por los españoles hacia 1549 (Harries, 1977). Ya en 1499 Vasco de
Gama, al conocer las propiedades de la palma de coco en las costas de India, hizo
que fuera forzoso para los marinos portugueses llevarlos en los viajes como fuente
de agua fresca, en cambio, los españoles no dispusieron de los cocos hasta
después de 1540 (Harries, 1974).
El cultivo de la palma de coco de las costas del Golfo fue introducido de las costas
occidentales de África a Puerto Rico hacia 1549, y posteriormente a Cuba y
México. Su procedencia son semillas de una población de Mozambique que los
portugueses sembraron en Costa de Marfil (Harries, 19?1; Richardson et 81.,
1978). Los del Pacifico por su parte, fueron introducidos directamente de las
Filipinas a Acapulco, entre 1572 y 1815, sin que se descarte la posibilidad de
varias introducciones (Smit, 1970).

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Las variedades de palma de coco enano malayo, probadas como resistentes en


Jamaica, arribaron a México durante la última mitad del siglo XX, observándose en
diferentes huertas de las costas del Pacífico (Guerrero y Colima), así como del
Golfo y el Caribe (Tabasco, Yucatán y Quintana Roo).
Autoecología. La palma de coco (Cocos nucifera L.), se distribuye en casi todas
las islas y zonas costeras tropicales de todo el mundo, existentes entre los
paralelos de los 26 °C de latitud norte y de latitud sur; creciendo desde el nivel del
mar hasta los 1,200 msnm de altitud. Es una planta tropical que prospera mejor en
climas sin marcadas fluctuaciones estacionales, con una temperatura promedio
superior a 20 °C, precipitación media anual de 1,000 a 1,800 mm, pudiendo
soportar mayores precipitaciones en suelos con buen drenaje.
Tiene un buen desarrollo en suelos salobres, aluviales de textura migajón arenoso,
con presencia de materia orgánica, aireación, buen drenaje y con un pH entre 5 y
8. La profundidad del suelo para su óptimo desarrollo radicular debe ser de 80 a
100 cm (Del Cañizo, 1991). Por su capacidad para crecer en suelos arenosos
sujetos a inundación ha desarrollado mecanismos de adaptación. Es el caso de su
extenso sistema de raíces que le dé un anclaje eficiente para soportar fuertes
vientos y su resistencia fisiológica que le permite tolerar la salinidad del suelo,
condiciones alcalinas e incluso heladas ocasionales.
La concha o porción dura del fruto es usada para fabricar diversos utensilios
caseros y objetos artísticos de tipo artesanal, así como tableros de aglomerado.
Esta tiene una composición similar a las maderas duras, alto contenido de lignina
y menor de celulosa, por lo que se utiliza directamente como combustible o para
elaborar carbón combustible y carbón activado. Este último por su capacidad para
fijar cloro libre, partículas de Fe, materia orgánica, olores y sabores, se usa en
filtros para purificar el agua, como descolonizador y adsorbente de malos olores,
en la recuperación de solventes en el lavado en seco, como purificador de oro, etc.
Semilla. En comunidades y pueblos, donde se desarrolla la palma de coco, de la
semilla se extrae la parte blanca o “carne” y la “crema”, los cuales son la base de
muchos platillos, antojos y postres.
Agua de coco. Del coco fresco se obtiene una bebida refrescante muy apreciada,
que puede mezclarse, por ejemplo con bebidas alcohólicas. Recientemente ha
sido usada por los fisiólogos vegetales como promotora del crecimiento.
Coco rayado. Se consume la porción carnosa madura y seca en tiras delgadas y
para la elaboración de dulce de coco.
Coco seco. La carnosidad blanca se pulveriza, pasteuriza, seca y empaca, para
ser procesado posteriormente en la industria de la confitería (Ej. en barras de

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chocolate, cacahuate o almendras), en panadería, como saborizante y relleno de


alimentos empacados, como ingrediente para cocinar, etc.
Leche de coco (crema). Es el extracto blanco sacado de la filtración de la carne
molida del coco. Se comercializa envasado como líquido y en polvo. Es un
ingrediente común en recetas gastronómicas. En Filipinas se elabora miel de coco
al mezclar leche de coco con azúcar morena. En Indonesia, se ha desarrollado un
producto denominado “tempeh”, por medio de la fermentación de la leche de coco
utilizando un cultivo especial de bacterias.

Figura 2. Palma de coco (Cocos nucifera L.) A) Fruto inmaduro. B) Fruto maduro y
semilla. C) Semilla o nuez (corte transversal, A.3X). D) Planta joven. E)
Fruto en corte longitudinal. F). Fruto con embrión en desarrollo.
(Masefield, et al. 1969).
Copra. El principal objetivo industrial de la palma de coco es la producción de
copra. La copra contiene aproximadamente 63 % de aceite, el resto lo constituye
la harina, la humedad y los desperdicios.
En promedio se requieren de3 a 5 cocos para producir un kilo de copra recién
sacada. Para la producción de copra se necesita reducir la humedad de la copra
fresca de un 50 a un 5 %, para prevenir el deterioro microbiológico y permitir la
concentración del aceite (Persley, 1992).
Harina de copra. Sacado el aceite se tiene la harina de coco que contiene cerca
del 20 % de proteína, 45 % de carbohidratos, 11 % de fibra y el resto de grasas,
minerales y humedad. Se usa como abono y como complemento en alimentos
balanceados.

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Aceite. El aceite es de color amarillo cuando es puro y fresco, se acidifica rápido y


cambia a un color oscuro. Está constituido de un 86 a un 91 % de ácidos grasos
saturados (cerca del 48 % de ácido láurico, myrístico, caprílico y palmítico; Ohler,
1984; Persley 1992). Y Debido a que contiene sólo un 9 % de ácidos grasos no
saturados es extremadamente resistente a la ranciedad.
Cuadro 1. Usos del aceite de coco y sus derivados.

Aun cuando el aceite de coco contiene un alto porcentaje de ácidos grasos


saturados, éstos son de cadena corta, por lo que rápidamente son quemados

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como fuente de energía y por tanto, no están disponibles para su incorporación en


la grasa del cuerpo ni para la síntesis de colesterol. En cambio, los ácidos grasos
de cadena larga y las grasas polinsaturadas forman ésteres de colesterol que
pueden depositarse en las arterias. Para la extracción de aceite, la copra se
reduce a polvo fino, se somete a calor y a fuertes presiones mediante potentes
prensas hidráulicas. El aceite extraído se filtra y se purifica.
Por su alto contenido de ácido láurico y otros ácidos grasos de cadena corta, que
le confieren características especiales, tiene preferencia en el mercado, respecto
de otros aceites vegetales, particularmente porque tiene un amplio rango de
posibilidades para consumo directo y en la industria (Schwitzer, 1985).
Uso comestible. El aceite y grasa de coco sirve como fuente de energía en la
dieta humana, aportando nutrimentos y siendo agente solubilizador de vitaminas.
Proporciona alrededor de 9 Kcal de energía por gramo, en comparación con 4 a 5
Kcal de proteínas y carbohidratos. En Filipinas más del 90 % del aceite de cocina
consumido es de coco.
El aceite de coco tiene un sabor suave, olor agradable y fácil digestibilidad. Estas
características y su bajo costo lo hacen idóneo como sustituto de grasas en
fórmulas de leche y queso, aunque por carecer de ácidos grasos esenciales no es
recomendable su uso en la alimentación de los lactantes.
Como aceite para freír es un agente efectivo en la transferencia de calor, confiere
una apariencia brillante a los alimentos cocinados y les provee de una capa
protectora que evita su rápido deterioro. Su fino sabor y olor permiten que la
comida procesada con él acentúe su sabor natural, contribuyendo en general a la
palatabilidad de los mismos.
Debido a la composición de ácidos grasos y triglicéridos, el aceite de coco es de
color blanco y de consistencia sólida hasta una temperatura de 22 a 25 °C,
teniendo por esto aplicación en la fabricación de manteca vegetal, margarina y
mantequilla artificial (semejante a la manteca de cacao), productos muy
empleados en la confitería y preparación de alimentos horneados como pasteles y
bizcochos. Estos productos se obtienen por hidrogenación y por incorporación de
otros aceites vegetales, como por ejemplo, una pequeña cantidad de aceite de
semilla de algodón. Como este aceite presenta los niveles más bajos de ácidos
grasos insaturados, el costo de hidrogenación es menor con respecto a otros
aceites vegetales.
Del estado sólido la grasa de coco pasa al líquido en forma abrupta en un rango
muy estrecho, por lo que puede emplearse como aceite para ensaladas y
aderezos a temperaturas mayores de 27 °C.

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Por su capacidad de retención de espuma se usa en la en repostería en la


elaboración de merengues, decoración de nieve, batidos de crema y alimentos
congelados.
Otros usos. A partir de aceite de coco se fabrica detergente de ropa, jabón de
tocador, shampoo y cosméticos. El alto contenido de ácido láurico le proporciona
al jabón buenas cualidades de solubilidad al enjuague y una sensación de
sedosidad y tibieza en la piel, aunado a su carácter relativamente no aceitoso.
Como suavizador del combustibles y sustituto de aceite diesel, su consumo no se
ve favorecido dado que son más baratos los derivados del petróleo, aunque con
frecuencia los consumidores prefieren el aceite de coco por ser un producto
natural biodegradable, con respecto a los materiales sintéticos o derivados del
petróleo.
Son múltiples los usos industriales que se dan al aceite de coco, entre los que se
pueden citar los siguientes: en la plastificación de vidrios inastillables, como
materia prima para la fabricación de resinas sintéticas y sucedáneos de caucho,
en la industria del papel, en la elaboración de tintes para tejidos, etc.
Además, por su excelente resistencia a la ranciedad, los productos elaborados a
partir del aceite de coco, pueden ser almacenados por largo tiempo.
Producción. A partir de 1840 alcanzó relevancia el cultivo de la palma de coco,
actualmente es la más importante de todas las palmas cultivadas.
El cultivo de palmas de coco (Cocos nucìfera L.), en México comprende 190,000
Ha distribuidas en 13 entidades del país; la producción de copra, principal
producto de la palma de coco, se ubica principalmente en tres entidades
federativas: Guerrero, Colima y Tabasco. Se producen cerca de un millón de
toneladas de coco que rinden alrededor de 166,000 t de copra, que una vez
procesadas, dan aproximadamente 100,000 t de aceite. El 10 % de la producción
se emplea como fruta y en la fabricación de dulces, mientras que el 90 % se
dedica a la copra de la que se extrae un 60 y un 70 % de aceite, del cual el 90 %
se destina a la fabricación de jabones y sólo el 10 % a fines alimenticios. El cultivo
es importante no sólo por el alto valor de la copra, estimado en más de 150 mil
millones de pesos anuales, sino también por el atractivo turístico que ejerce como
símbolo del trópico húmedo, por el sostén económico que representa para más de
70,000 trabajadores y por las numerosas actividades que se realizan en su
industrialización, consumo en fresco, fabricación de artesanías.
México cuenta con una área potencial para el cultivo de coco, de más de un millón
de hectáreas. Si se sembrara por lo menos el 50 % del área factible de cultivarse,
se cubriría la demanda de aceite vegetal, e inclusive podría haber excedentes
para la exportación.

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Cultivo. El coco es un cultivo de trópico húmedo que prospera mejor entre los 20°
latitud norte y 20° latitud sur, en costas arenosas a altitudes por debajo de los
1,000 m, en un rango de temperatura media de 25 a 30 °C.
La palma de coco crece en todo tipo de suelo con buen drenaje. Comúnmente
crece en costas arenosas con condiciones de alta humedad distribuida
equitativamente a través del año, requiriendo para una óptima producción más de
1,800 mm. Aunque es viable su cultivo en áreas con baja precipitación si el agua
del manto freático está disponible o se le riega (Sento, 1975).
Si bien los árboles silvestres son todavía una fuente importante, para fines
comerciales se han establecido plantaciones. Los cocos maduros se plantan en un
vivero con un poco de manejo, germinan al cabo de pocos meses y los plantones
se trasplantan cuando tienen alrededor de un año. El desarrollo de la planta se
favorece mediante la separación conveniente entre los individuos y un buen
desbrozado. Los cultivos de cubierta, el abonado y el riego ayudan a mantener
una producción abundante. La floración y la fructificación tienen lugar
continuamente, por lo que pueden obtenerse cocos maduros durante todo el año
(por lo general se recolectan cada dos meses). La cantidad y tamaño de los cocos
varía de acuerdo a la variedad y la distancia entre plantas (Thimann, 1963).
La productividad de la palma de coco oscila entre 1,000 y 1,400 kilogramos de
copra por hectárea, pero en plantaciones comerciales, con material genéticamente
mejorado y manejo, se logra obtener un mayor rendimiento (2,700 a 4,000 Kg de
copra por hectárea).
El cocotero es una buena opción para contrarrestar la degradación de áreas
costeras ya que se mantiene viable en el mar por varias semanas pudiendo arribar
eventualmente a un sitio para germinar y establecerse.
Fitosanidad. El problema principal es la fitosanidad donde destaca el daño
causado por el ácaro Eriophyes guerreronis (Keifer) y el del Mayate o Picudo
Rynchophonus palmanum (Linn.). A los que se agrega el ataque de la enfermedad
llamada el amarillamiento letal de la palma de coco (Villanueva et al., 1985).
El amarillamiento letal es una enfermedad devastadora que ataca las plantaciones
de palma de coco (Cocos nucifera L.). Su poder destructivo se debe no sólo a su
virulencia, sino a que no puede ser controlado químicamente (Betanzos et al.,
1984).
La dispersión del amarillamiento letal se produce a través de dos mecanismos:
irradiación desde un centro y propagación a saltos. Por irradiación la enfermedad
aparece en una o dos plantas y, desde ese punto de infección se extiende local y
aleatoriamente a palmas contiguas. Al segundo mecanismo de propagación por
saltos, le sigue la dispersión localizada; las distancias cubiertas por estos saltos,

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se ven favorecidas por vientos fuertes como los huracanes y abarca decenas de
kilómetros (Colli & Hernández, 1990).
La enfermedad se produce por un micoplasmoide y es transmitida por el insecto
chupador denominado Myndus crudus, cuando este se alimenta de la savia del
floema de las palmeras. Entre la adquisición del patógeno y la aparición de los
primeros síntomas transcurren de 7 a 15 meses; y entre el primer síntoma y la
muerte de la palma de tres a seis meses (Villanueva et al., 1987).
Los primeros indicios de la enfermedad se vieron en los primordios foliares en
donde aparecen estrías irregulares de color pardo; a la vez ocurre el
amarillamiento del cogollo y de las hojas maduras que ocupan la base del follaje y
después la enfermedad asciende afectando a las hojas más jóvenes. Al mismo
tiempo ocurre la caída prematura de los frutos; las inflorescencias nuevas
muestran necropsia parcial, pero conforme la enfermedad progresa, en las
siguientes inflorescencias el daño se extiende; así, la mayoría de las flores
afectadas no maduran como frutos. El amarillamiento de las hojas comienza
cuando la necrosis se muestra en más de dos inflorescencias; las hojas amarillas
se oscurecen, se secan y mueren, aunque continúan colgantes suspendidas del
ápice; luego el cogollo se pudre y se rompe, quedando únicamente el tronco
torcido.
El amarillamiento letal apareció en México a finales de los años setenta y se ha
extendido a casi todo el Caribe. En estas áreas, al no contar con métodos eficaces
para el control de la enfermedad, en los últimos 50 años se han perdido millones
de palmas, lo que ha provocado grandes pérdidas económicas. Actualmente, la
investigación en la búsqueda de su control, principalmente se centra hacia el
desarrollo de variedades resistentes.
La copra en México. La copra se extrae en los sitios donde crece la palma de
coco para disminuir costos. El primer paso para obtener la copra es la cosecha de
los frutos maduros, los cuales están en su mejor punto cuando caen por sí solos,
al terminar su madurez fisiológica.
Los frutos de coco se secan al sol o en forma artificial por medio de secadoras,
estufas u otro medio. En las regiones lluviosas, como Tabasco y Campeche, el
secado normalmente tiene que hacerse en forma artificial, mientras que en lugares
donde se cuenta con un mayor número de días claros y una temporada seca
bastante prolongada el secado se hace directo al sol, para ello se arreglan los
cocos sobre plataformas dispuestas sobre rieles. Es muy común que dichas
plataformas sean de madera y tela de alambre o entramados de bambú, carrizo o
sauce de 2 x 1 m.

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Para extraer la copra fresca existen dos procedimientos. El primero consiste en


partir los cocos directamente y extraer la copra. En el segundo se acostumbra
quitar el pericarpio o cáscara fibrosa del fruto antes de extraer la parte carnosa.
Los cocos se despellejan mediante una escarpia sujeta a un trozo de madera. Un
hombre experto puede pelar de 1,200 a 2,500 cocos en un día. Luego se parte la
nuez en dos partes más o menos iguales con un golpe de machete y de cada
mitad se extrae la copra.
La mitad de la producción total se procesa tradicionalmente dejando que la copra
se seque en la concha, de modo que por esa causa se contrae un poco y su
extracción resulta fácil y en pedazos más grandes, lo cual repercute en una mejor
cotización de la copra, en virtud de que los mercados mundiales prefieren la copra
en trozos grandes que desmenuzada. El secado se hace al sol o sobre fuego
hecho con cáscaras de coco. La copra preparada de este modo es de color oscura
y contiene cerca del 50 % de aceite.
Por cada 3,500 a 7,000 cocos se obtiene una tonelada de copra, que a su vez
suministra 540 kg de aceite de coco y 380 kg de torta. Mil cocos dan 75 kg de fibra
(bonote).
Tanto en nuestro país como en los del extremo oriente el agua de coco no se
aprovecha, pero se deja escurrir para no afectar al secado.
La tuba en México. En México la tuba se extrae sólo en determinados lugares
como la costa de Colima, Michoacán y Guerrero, aunque no a gran escala, a
excepción de Cihuatlán, Jalisco, donde existen 300,000 palmas de coco
destinados a la obtención de la savia o jugo de la palma de coco. En Campeche y
en el resto de la Costa del Golfo no se conoce el procedimiento para obtenerlo.
Para extraer la tuba, se aprovechan las inflorescencias cuando están tiernas y aún
las cubre la espata. La operación inicial de la explotación, consiste en doblar el eje
para que la savia fluya libremente de la incisión o corte que se le hace, pero este
doblamiento debe hacerse con las precauciones debidas para no romper el racimo
floral. Generalmente se escogen las inflorescencias que apenas tienen 45 a 75 cm
de largo.
El procedimiento es lento y requiere de mucha paciencia. Dos o tres veces al día
por una o dos semanas se ejecuta la operación de doblar la inflorescencia, tirando
de la punta de la espata hacia abajo, un poco más cada vez. Cuando la operación
está a la mitad, se corta la punta del racimo, en corte limpio, incluyendo las
extremidades de las ramificaciones más tiernas de la inflorescencia.
La savia empieza a manar a los tres o cuatro días después de haber hecho el
corte y es entonces cuando se ata una vasija, jarro o caña de bambú al extremo
del racimo cortado, donde se recibe el jugo. De la limpieza y renovación de los

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depósitos donde se recolecta el jugo de cada racimo depende la calidad del


producto.
El corte del extremo del racimo tiene por objeto provocar el flujo de la savia, por
ello se repite la operación dos o tres veces al día para que el escurrimiento no se
suspenda. El mayor o menor flujo de la savia y el tiempo que dure dependerá de la
habilidad del “raspador” para hacer los cortes lo más fino posible en el momento
preciso.
Se ha observado que “capando” un sólo racimo por palmera, fluye la savia durante
30 ó 40 días. Es conveniente dejar por lo menos uno de cada tres racimos para
producción de frutos (cocos). Se pueden quitar los ejes florales sólo durante cierto
tiempo, porque la extracción indefinida de su savia lo dañaría permanentemente.
El producto obtenido por palmera en promedio es de 0.65 litros·día-1 con una
producción anual de 208 litros·planta-1, variando estos resultados debido a la
mayor o menor habilidad de los cortadores.
La palma de coco en Coahuayana. En Coahuayana la palma de coco reviste
importancia como planta de uso múltiple, de uso local y para exportación, como
puede verse a continuación:
Material para construcción. Los tallos se usan como postes, tablas y vigas,
como soportes en la construcción de casas. Con las hojas se construyen los
techos de las casas típicas Coahuayana. De los foliolos se elaboran escobas y
con los huesillos (vena principal) se construyen las paredes. También se fabrican
tablas de 3 cm de grueso que se utilizan para darle estructura a los muros
(Gómez, 1988).
La Tuba. Es una bebida tradicional en la Costa del Pacífico, la cual se fabrica del
fermento que se extrae de la inflorescencia de la palma, para ello:
 Se amarra la inflorescencia desde la base hasta la punta, con cuerdas de cuero
húmedas antes de cortar de 2 a 4 cm de la punta.
 Se dobla cuidadosamente la inflorescencia hasta lograr que permanezca la
punta hacia abajo, momento en el cual se sujeta a la punta una bolsa de cuero
o envase de plástico donde se recibe la savia dulce que secreta la palma.
 Diariamente al amanecer y al atardecer se colecta el aguamiel y se lleva a
fermentar. Se corta de 0.5 a 1 cm de la punta cada vez que deja de secretar
sabia. Normalmente se colectan de 2 a 3 litros/palma/día y a veces hasta 4 a 5
litros/palma/día.
 El “agua miel” de palma se somete a fermentación por uno o dos días y con el
producto se elaboran bebidas embriagantes. La venta al público del fermento de
coco o tuba se realiza acompañando esta con hielo picado, cacahuate y/o frutas
(tuba curada).

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En el caso de la tuba, existe una agrupación que se encarga de su extracción y


distribución en el estado de Colima y algunos municipios de Jalisco y Michoacán.
Fruto. El coco se comercializa de acuerdo a su calidad: el de mejor vista para
pelado, el de tamaño mediano para “jimado” y el resto para copra.
Coco pelado. Se quita la cubierta externa del coco (estopa), con un machete
corto muy filoso; obteniendo de esta forma cocos más redondos, los cuales se
destinan para consumo nacional.
Coco “jimado”. Para obtenerlo se utiliza una lanza filosa que se sujeta a un disco
de tractor que permite desgarrar la porción fibrosa (estopa) del coco. El destino de
este derivado es tanto el mercado nacional como internacional. Localmente se
muele y utiliza como sustrato para cultivar plantas o se mezcla con lodo para la
fabricación de ladrillo cocido y adobe.
Copra. Los copreros (generalmente mujeres y niños), parten los frutos con un
hacha hasta hacer montones de 100 a 3,000 cocos, los cuales juntan en una
casucha construida para extraer la copra (endospermo carnoso) con una cuchara
exprofeso. La copra fresca se transporta en costales a sitios denominados “eras”
donde se seca al sol; para ello se extiende y voltea constantemente durante 3 a 6
días, hasta alcanzar un contenido de humedad comercial de menos del 8 a 10 %,
que permite que la copra no se pudra durante el almacenamiento. El rendimiento
de copra varía: Para obtener 1 Kg de copra fresca se requieren de 3 a 5 cocos y
como ésta pierde hasta un 50 % de humedad, se requieren de 5 a 8 cocos por
cada kilogramo de copra seca.
La mayoría de los productores venden su copra a los coyotes, que controlan la
mayor parte de la producción hasta la industria. Los centros de recepción se
localizan en Tecomán, Armería, Manzanillo y Colima, los cuales son el puente de
enlace con los destinos finales que son Colima, Guadalajara y México. Algunas
industrias establecidas en Colima en torno a la palma son: Aceites y Jabones de
Colima, S.A., Industrializadora de Aceites de Colima; industria jabonera La Casa
Blanca S.A., en Colima y La Higiénica en Guadalajara, Jalisco (Pizza, 1993).
Endospermo. Del fruto se obtiene la parte carnosa blanca, a partir de la cual se
elaboran dulces regionales para consumo local y para exportación.
Agua de coco. El coco destinado para este fin es cosechado verde, y es así en
esta presentación se le transporta a la industria o al mercado local. En la industria
se le agrega conservadores y saborizantes para su envasado como calahua o
refresco de coco. En Colima existe una embotelladora de agua de coco que
distribuye este producto principalmente en Colima, Cuauhtémoc y Villa de Álvarez.

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Problemática. Dentro de la problemática del coco se ubica la poca rentabilidad


del cultivo, ya que el precio que se paga por la copra es muy bajo, en comparación
con los elevados costos de producción, que incluyen los productos que el coprero
debe adquirir para sacar adelante el cultivo.
Las ganancias que se obtienen en la producción coprera son mínimas, por lo que
para que una familia pueda vivir de esa actividad es necesario que tenga 30
hectáreas por lo menos. En particular se hace patente la problemática del sustento
para los copreros tabasqueños, los cuales son en un 90 % de minifundistas y parte
de su predio se encuentra inundado permanentemente con aguas salobres.
Por otra parte, es palpable que la productividad de las plantaciones es muy baja
ya que las técnicas de manejo utilizadas son muy rudimentarias, incluyendo
instrumentos manuales básicos como el machete y mano de obra barata no
especializada; sólo los contados grandes productores ocasionalmente utilizan
maquinaria. Las plantaciones parecen abandonadas y sólo reciben un manejo
mínimo que no resulta el más adecuado, siendo la cosecha, la mayoría de las
veces, la única práctica que se realiza.
Las plantaciones de palma de coco tienen fuertes deficiencias nutrimentales,
sobre todo, de nitrógeno y no se hace nada por corregirlo, pues aunque la
SAGARPA y FERTIMEX han establecido calendario, dosis y fuentes de aplicación,
las plantaciones de cocotero no se fertilizan. Esto se debe a que las
recomendaciones no son generadas bajo condiciones locales, además de los altos
costos de los agroquímicos y el bajo precio de la copra. Cálculos hechos con el
precio del paquete tecnológico recomendado, demuestran que no se compensa la
elevación de los gastos que ocasionan la compra de productos y la mano de obra
requerida, con la ganancia por el incremento en el rendimiento esperado (Curiel,
1992). Ante la grave amenaza del avance de enfermedades y plagas que afectan
a la palma de coco y lo limitado de los programas oficiales para apoyar el
desarrollo de las plantaciones y de la industria, se corre el riesgo de que en poco
tiempo las áreas de producción queden desoladas, con la consecuente
repercusión negativa en la economía. Inclusive, sería catastrófica la
transformación ecológica del medio, ya que actualmente las palmas de coco son
un orgullo como símbolo tropical, que dan vida y paisaje a muchos centros de
desarrollo turístico (Howard & Thomas, 1980).
Del cultivo de la palma de coco dependen de manera directa un millón de
campesinos e indirectamente otros dos millones de personas, entre los que
contaríamos a los comerciantes e industriales del producto y artículos terminados.
Por ello se requiere de la preservación y el fomento de las plantaciones, a través
de un programa integral para el desarrollo de la palma de coco, con lo que

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básicamente se promovería el desarrollo sustentable de las costas tropicales de


México.
Cuadro 2. Los 30 Sistemas Agroforestales tradicionales donde la palma de
coco (Cocos nucifera) es el elemento principal (Clasificación
OTS-CATIE, 1986).
B. Sistemas Simultáneos:
a). Árboles asociados con cultivos perennes.
1). Palma de coco – Limón. 5). Palma de coco – Mango – Plátano. 9). Palma de coco – Limón – Mango - Tamarindo.
2). Palma de coco – Plátano. 6). Palma de coco – Mango – Limón.
3). Palma de coco – Mango. 7). Palma de coco – Limón – Mango.
4). Palma de coco – Tamarindo. 8). Palma de coco – Limón – Tamarindo.
b). Árboles asociados con cultivos anuales
9). Palma de coco – Maíz. 14). Palma de coco – Sorgo. 19). Palma de coco – Tamarindo - *. 23). Tres pisos - *.
10). Palma de coco – Frijol. 15). Palma de coco – Melón. 20). Palma de coco – Plátano - * 24). Cuatro pisos - *.
11). Palma de coco – Papayo. 16). Palma de coco – Sandía. 21). Palma de coco – Limón - *
12). Palma de coco – Ajonjolí. 17). Palma de coco – Cacahuate. 22). Palma de coco – Mango. *
13). Palma de coco – Chile. 18). Palma de coco – Jamaica.

c). Sistemas Agrosilvopastoriles.


25). Palma de coco – Tamarindo - Pasto. 28). Palma de coco – Tamarindo – Limón - Pasto.
26). Palma de coco – Limón – Pasto. 29). Palma de coco – Tamarindo – Mango - Pasto.
27). Palma de coco – Mango – Pasto. 30). Palma de coco – Limón – Mango - Pasto.

* a). Papayo; b). Maíz; c). Cacahuate; d). Frijol; e). Melón; f). Sandía; g). Ajonjolí; h). Sorgo; i). Jamaica; j). Chile.

Figura 1. Sistema Agroforestal tradicional de Palma de coco con pasto y al


fondo con plátano.

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