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ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

I. Conteste

1.- Relacione la existencia de finalidad en toda realidad con el carácter de


creaturidad del mundo (Cfr. lo desarrollado en la Unidad II a propósito de los
Fundamentos metafísicos del orden moral).
Como creaturas hechas, prequeridas y prepensadas por Dios estamos destinados a
alcanzar el bien y la felicidad, pero para lograrlo debemos de regirnos por las normas
morales que regulan la vida; y para ello hemos de utilizar con libertad la inteligencia que
poseemos; así mismo, por ser creados por Dios, Él nos constituyó para alcanzar ese bien
(felicidad); que a la vez ese bien es la finalidad universal de nuestro existir. Ese fin es lo
que nos mueve, nos inspira, nos propulsa a alcanzar ese bien y esa felicidad que es
también el propósito de nuestro existir. De igual manera nuestra finalidad (bien y felicidad)
es un acto moral, pues entra en juego la inteligencia, el pensamiento que nos hace obrar
hacia el bien y despreciar el mal; alcanzar nuestra felicidad y nuestro bien sin dañar el
bien y felicidad de los demás

La inteligencia y la voluntad que poseemos como hombre nos hacen identificarnos


con Dios, pues de Él procedemos, Él nos prediseñó con esa finalidad; siendo así que
nuestros fines últimos subjetivo y objetivo son alcanzar el bien y la felicidad, lo cual lo
alcanzaremos mediante el uso de nuestra inteligencia y voluntad.

2.- Investigue en el libro I de la Ética a Nicómaco de Aristóteles cuáles son los


cuatro tipos de vida que el Filósofo distingue tomando como parámetro los
posibles bienes en que algunos creen hallar la felicidad.
 Vida sensible-hedonista: el placer; la vida de acuerdo con el cuerpo (la mayoría
de la gente piensa en la felicidad y el fin que brinda este sentimiento)
 Vida honorable-timo; vida política; según la retórica vida y de honor (el honor
mismo que involucra la actividad superior de los que son sabios, conocen y
juzgan)
 Vida teorética-contemplativa (filosófica); meditación, vida de acuerdo a la
razón.
 Vida autosuficiente (la autosuficiencia de alguien con una familia, amigos y
comunidad, que lo llevaría elegir a una vida digna)

3.- “¿Somos libres de querer o no la felicidad? No. El deseo del bien y de la


felicidad es natural. En este sentido el fin último se nos impone”. Justifique,
desde el punto de vista antropológico, esta necesidad natural. ¿Implica esto
“determinismo”? (Cfr. lo desarrollado en la Unidad II a propósito de los
Fundamentos antropológicos del orden moral).

Por ser creados por Dios, en nuestro diseño original estamos llamado a buscar el bien
y la felicidad, así lo prepensó y prequiso Dios, y hacia alcanzarlos (bien y felicidad) es que
se dirige nuestro vivir, nuestro actuar. La felicidad que Dios determina para sus criaturas
más elevadas es la felicidad de estar libre y voluntariamente unidas con Él y entre sí en
un éxtasis de amor y de deleite.
La libertad de elegir de querer o no la felicidad la realizamos sujetos a las diferentes
tendencias, situaciones y conflictos que se nos presenten; y es así como nos vemos
llamados a actuar, pero no de una manera automática, sino que poniendo de manifiesto
nuestra voluntad, nuestro pensamiento; haciendo uso de nuestra capacidad de elegir
libremente que vía utilizar para alcanzar la felicidad; es decir, el cómo alcanzar esa
felicidad que es nuestro fin último como hombre; ya que la felicidad radica en el mejor
acto de la mejor potencia acerca del mejor objeto: el mejor objeto es la verdad; la mejor
potencia: el intelecto y su mejor acto: la contemplación. Siendo así que siempre el fin
último se impondrá, el buscar la felicidad que es un bien perfecto.

Por ser hombres, creados por Dios; estamos llamados a alcanzar nuestra felicidad
individual, y procurando que los demás alcancen también su felicidad; por lo tanto
debemos de regirnos por normas debemos de cumplir y nos permitan vivir de manera
armoniosa con nuestros congéneres.

Nuestros actos están determinados por un conjunto de circunstancias que dirigen


nuestra conducta; siendo así los actos el resultado de un conjunto de situaciones regidas
por la moralidad; y así mismo estamos determinados a la felicidad; pero esto no implica a
que debemos de ser felices sí o sí; sino que haciendo uso de nuestra voluntad, libertad, y
pensamiento hemos de elegir si queremos y buscamos o no esa felicidad a la que
estamos llamado.

4.- Enumere las razones por las cuales el “poder” no puede constituir el supremo
bien para el hombre.

El poder no puede ser un bien supremo ya que es un bien personal, particular,


individual; y esto no permite que sea universal, general y colectivo para todos los
hombres. El poder es incompatible con el mal, casi siempre van de la mano, tienen una
relación muy estrecha. Mientras que el bien es el bien perfecto y propio del hombre; es
ambiguo y es instrumental. Las principales razones por lo que el poder no puede ser un
supremo bien para el hombre son:
 Prevalece el bien propio, individual.
 Se altera el orden social y personal del hombre; volviendo muchas veces al
hombre un ser egoísta.
 El hombre se vuelve esclavo del poder, y casi nunca el hombre usa el poder
como un medio útil para servirse y servir al prójimo.
 El poder divide a los hombres, y se forman las clases sociales desiguales.

5.- Confeccione un cuadro de los posibles bienes en que podría hallarse la


felicidad (siguiendo la enumeración de Santo Tomás) marcando, al menos, una
causa de por qué no constituyen el objeto de la felicidad suprema.

CAUSA DE NO
BIENES DESCRIPCION
FELICIDAD
1. Las Pueden ser naturales (las que se ordenan a satisfacer las Las riquezas
riquezas necesidades naturales, como la comida o la bebida) o engloban a los demás
artificiales (como el dinero, que es un medio de cambio). Pero bienes (fama, gloria,
dado que éstas últimas son buscadas por las naturales y deseo, poder,
CAUSA DE NO
BIENES DESCRIPCION
FELICIDAD
éstas, por su parte, se ordenan al hombre, ya que se buscan honores; etc). Las
para sustentar su naturaleza, entonces no pueden ser el riquezas condicionan
último fin. Además no excluyen todos los males; no llenan por la realidad, y
completo el corazón del hombre y son muy mudables, sustentamos muchas
pueden perderse fácilmente. veces que la felicidad
Las riquezas naturales una vez satisfechas los deseos se depende de las cosas
calman; y las riquezas artificiales, el deseo no tienen límites, materiales; y eso nos
nunca se siente satisfecho, y siempre queremos más y más; vuelve muchas veces
egoístas; y se olvida el
pudiendo llegar a la lujuria.
espíritu colectivo que
Dios es la riqueza verdadera es el bien supremo; cuanto busca el bien y
más gustamos de este bien más lo amamos y más no son felicidad de todos.
indiferentes las cosas temporales.
2. Los El honor se subordina a la excelencia de la persona
honores honrada, que es la causa del mismo. Podría ser consecuencia
de la beatitud pero no constituirla
El honor es el signo exterior y el testimonio de una
perfección individual; los hombres ambiciosos buscan
solamente el honor, que las demás las personas le brinden
honores. El honor casi siempre genera una vanagloria y crea
signos de superioridad sobre los demás congéneres.
3. La fama y Muchas veces yerra y es engañosa, es causada, como
la gloria todo conocimiento humano, por el objeto conocido y por eso
no puede ser ella misma la que constituye la beatitud.
Nuestra felicidad no tiene por causa la gloria que
dictaminan los hombres sino la que proviene de dios. La gloria
es una notoriedad grande y elogiosa. La gloria que otorgan
los hombres con frecuencia es falsa. Dios, por lo contrario, es
infalible y la felicidad que otorga siempre es verdadera. La
fama depende de un inconstante rumor, por lo que es
sumamente frágil y la felicidad exige la estabilidad y
perpetuidad.
4. El poder No es incompatible con el mal mientras que la beatitud es
el bien perfecto y propio del hombre; es ambiguo y es
instrumental. Además tiene razón de principio y no de fin y,
como todos estos bienes exteriores e inferiores al hombre, es
inestable
La felicidad consiste en el buen uso del poder, y sin
ocasionar mal alguno a los demás.
5. Bienes La salud, al igual que la belleza y la fuerza, es un bien del
corporales cuerpo y no puede ser que la conservación del mismo (ni su
(salud, aspecto ni configuración) sea el sumo bien porque en la
belleza y unidad de cuerpo y alma, el primero depende y se ordena al
fuerza) segundo. Además el hombre no puede ser el último fin ya
que, como toda otra creatura, es una realidad ordenable a
otra cosa (así como la conservación de la nave no es el fin
último del piloto, dice Santo Tomás, porque ésta se ordena a
CAUSA DE NO
BIENES DESCRIPCION
FELICIDAD
otro fin, que es navegar). Por eso ningún bien corporal puede
ser considerado como el sumo bien.
Los hombres estamos a disposición de nuestra voluntad y
razón; y ello nos llevará a encontrar la felicidad como bien
supremo; y es por ellos que los bienes del cuerpo están
destinados para perfeccionar el alma.
6. Placer En lo que concierne al placer sensible, por ser corpóreo,
sensible: es mínimo en comparación con la delectación a la que puede
La llegar el alma. (Y aún si se consideramos el gozo del alma,
voluptuosi aun así, es una consecuencia, una propiedad accidental por
dad la posesión de un bien perfecto pero no constituye la esencia
(apetito o misma de la beatitud). Por otra parte, el placer que acompaña
deseo) al comer, beber o a la unión sexual, son medios para facilitar
las funciones naturales de conservación del ser y de la
especie, y el fin último, como señalamos, no puede ser un
medio. Además, no excluye tampoco la presencia de males ni
colma plenamente la sed de felicidad ni es imperecedero
El placer es un atributo inseparable de la felicidad. Si se
tiene placer es ante todo porque se posee un bien adecuado
a nuestra naturaleza. La voluptuosidad corporal no está
asociada al bien perfecto porque está unida a los bienes con
que se sacian los sentidos y donde se hace uso de órganos
físicos y por esta razón no puede haber felicidad.
7. Los Finalmente hay que considerar los bienes del alma,
bienes del interiores al hombre. Pero atendiendo a la distinción entre el
Alma (La objeto que se quiere obtener y su uso, logro o posesión (lo
felicidad) que hemos llamado fin último objetivo y subjetivo), si estamos
haciendo referencia al objeto, es imposible que el supremo
bien del hombre sea su propia alma, porque esta está en
potencia por la virtud o para saber (y la potencia siempre
indica imperfección). La virtud o la ciencia que puede lograrse
en esta vida nunca son acabadas y puras, pueden ser
perdidas y no excluye radicalmente la presencia de males.
En la visión de Dios la felicidad no es en ningún bien
creado; solo es aquella que debe satisfacer todos nuestros
deseos pues de lo contrario no sería nuestro fin último. Lo que
busca nuestro corazón es el bien absoluto y lo absoluto solo
se encuentra en Dios, por lo tanto nuestra felicidad la
encontraremos en Dios.

6.- Señale cuáles de estas notas corresponden al Bien Supremo, objeto de la


Felicidad: “plenamente saturante”; “perfecto”; “inalcanzable”; “trascendente”;
“útil”; “finito”; “creado”; “intramundano”; “sensiblemente placentero”;
“corpóreo”; “mudable”; “absoluto”; “eterno”.
 Perfecto (que del todo aquieta al apetito, y no sería último fin si aún dejase algo
deseable)
 Trascendente (es la manera que alcanzamos la felicidad)
 Útil (sirve para alcanzar la felicidad)
7.- Argumente por qué la beatitud subjetiva ni puede consistir en un conocimiento
de Dios de tipo vulgar, ni científico ni por fe.
La beatitud subjetiva es algo del alma humana; es imposible que la beatitud del hombre
conste en algún bien creado. La beatitud es un bien perfecto, que del todo aquieta al apetito,
y no sería último fin si aún dejase algo deseable. El objeto de la voluntad, que es el apetito
humano, es el bien universal, como el de la inteligencia es la verdad universal. Esto muestra
que nada aquietará la voluntad del hombre si no es el bien universal, que no se halla en
cosa creada alguna, más sólo en Dios; porque toda creatura tiene sólo una bondad
participada. Según esto, sólo Dios puede colmar la voluntad del hombre, conforme a aquello
del (salmo 102,5); Él colma de bienes tu deseo. Por consiguiente sólo en Dios puede
consistir la beatitud del hombre.

La beatitud subjetiva es una perfección propia del hombre y es considerada como una
operación humana que reside solamente en el hombre. El objeto y la causa de la beatitud es
el Bien increado, sin embargo, la adquisición de ese bien es algo humano, creado. La
beatitud es una operación o acto, ya que la beatitud es la última perfección del hombre; y
algo es perfecto en cuanto está en acto, de ahí se sigue que la felicidad suprema debe
consistir en un acto. Esto le da al hombre su perfección segunda y no una potencia que
implica imperfección.

La beatitud es una operación espiritual ya que los actos del cuerpo se subordinan a los
del espíritu. Y si es una operación ha de corresponder a una de las dos potencias racionales.
Es un acto de la inteligencia porque la voluntad, como apetito, no es lo primero en el
hombre: presupone un conocimiento. Además el deseo de un bien ausente atrae a la
voluntad moviéndola hacia él, pero no es esto poseer algo. Y una vez obtenido un bien,
también interviene la voluntad al gozar de él, interviene consecuentemente en la beatitud, el
amor y el gozo pertenecen al estado” de la felicidad pero no a su esencia. De manera que la
beatitud esencialmente debe radicar en un acto intelectual. También es un uso especulativo
de la inteligencia y no práctico porque éste ordena el conocimiento a la acción. En cambio, la
contemplación es la mejor operación, la más deleitable y la más propia del hombre; es
buscada por sí misma y además es la que más comunica con lo superior. Así mismo la
beatitud es un conocimiento intuitivo de Dios, esto es, directo, facial, un ver cara a cara a
Dios, por ello no es conocimiento vulgar, ni científico ni de fe. Es una forma superior y tiene
por objeto, y medio por el cual se realiza, a la esencia de Dios. Este acto es la visión
beatífica. Este acto es la visión beatífica.

La felicidad sobrenatural radica objetivamente en Dios, único Bien Infinito y


subjetivamente en una visión amorosa del mismo, esto es la visión beatifica.
II. Seleccione la respuesta correcta
Pregunta 1: ¿Todo tiene realmente un fin?
a) Sólo las cosas artificiales, producidas por el hombre, tienen un fin.
b) Sólo las realidades naturales tienen fin.
c) Sí, porque el mundo es un cosmos, un orden explicable por un fin inteligible.
d) No, el fin lo inventamos a voluntad los seres humanos.

Pregunta 2: ¿Qué es un fin?


a) Es la utilidad de una cosa.
b) Es aquello que produce una cosa.
c) Es aquello en vistas de lo cual una cosa se hace.
d) Es lo que el hombre determina en toda realidad.

Pregunta 3: ¿Cuál es la especificidad del obrar por un fin en el hombre?


a) Que el hombre se mueve a sí mismo en vistas de un fin.
b) Que el hombre puede elegir absolutamente todos sus fines.
c) Que el hombre no puede conocer el fin que explica todos sus actos.
d) Que para el hombre el fin es lo que él determina como necesario.

Pregunta 4: Fin último natural y fin último sobrenatural.


a) Sólo existe un fin último y es en el orden natural.
b) Sólo existe un fin último y es en el orden sobrenatural.
c) Existen ambos fines pero totalmente independientes.
d) El fin último natural se subordina al sobrenatural.

Pregunta 5: ¿Cómo se relacionan la felicidad y la libertad humanas?


a) Libremente el hombre elige si quiere o no ser feliz.
b) No podemos elegir nada relacionado con la felicidad.
c) Querer ser feliz no es cuestión de libre decisión.
d) La existencia de un deseo necesario de felicidad total demuestra que en realidad el
hombre no es libre.

Pregunta 6: ¿En qué consiste la felicidad natural del hombre?


a) En una visión directa de Dios.
b) En una realización plena en esta vida.
c) En la satisfacción de todos sus deseos terrenales.
d) En una participación formal en la gloria de Dios.
Pregunta 7: ¿En qué objeto reside la verdadera y definitiva beatitud?
a) En el único Bien Absoluto.
b) En la vida virtuosa.
c) En la sabiduría.
d) En la suma de todos los bienes creados.

Pregunta 8: ¿Cómo se realiza subjetivamente la beatitud?


a) Por un acto de virtud.
b) Por un acto de visión amorosa de Dios.
c) Por un acto primordialmente de voluntad.
d) Por un acto de fe en Dios.

Pregunta 9: ¿Puede el hombre naturalmente alcanzar semejante bienaventuranza?


a) Sí, el hombre por sí solo es capaz de contemplar a Dios cara a cara.
b) No, ya que esta visión va en contra de su naturaleza.
c) No, necesita ser elevado por la luz de la gloria.
d) No, necesita la luz de la fe.

Pregunta 10: Felicidad y felicidades.


a) La felicidad perfecta excluye cualquier tipo de felicidad imperfecta.
b) Las felicidades llevan necesariamente a la felicidad definitiva.
c) La felicidad definitiva no excluye las felicidades terrenales.
d) Si en esta vida se satisfacen los deseos naturales, ya no se necesita de otra
felicidad.
III. Conteste
1. Santo Tomás de Aquino sostiene insistentemente que “lo que le conviene a uno
es su bien”. Tras lo presentado acerca de la naturaleza de la persona, como
fundamento para el orden moral, ¿cómo explica usted que no todos actúen
buscando lo que auténticamente les conviene?

El hombre por lo general siempre busca lo bueno, lo que le conduce a la felicidad; lo


que lo perfecciona en Dios, y le permite vivir en armonía con los demás, viviendo
armoniosamente de manera individual y colectiva, respetando a los demás.

En cambio, no todos actúan así, hay otros, que en busca de esa felicidad, se
desvirtúan, y sus actos le conducen a acciones egoístas, individuales, donde lo principal
para ellos es el yo, el bienestar propio; y por consiguiente perjudican a los demás.

2. Relacione las siguientes afirmaciones de Santo Tomás:


a) “todo lo que es ser es bueno”, con lo desarrollado en los Fundamentos
Metafísicos del orden moral en la Unidad II.

La causa de los seres es la voluntad de Dios, tanto una cosa tiene el ser u otra
perfección cualquiera, en cuanto Dios lo haya querido.

Dios ama todo lo que existe por el hecho de ser, pues todo lo que es ser es bueno;
esto debido a que el ser de cada cosa es un bien, como asimismo lo es cada una de sus
perfecciones.

El hombre, por ser un ser, es bueno, la bondad en el hombre es la esencia de Dios,


así nos creó Dios, como seres buenos, para que nos dirijamos a buscar y encontrar el
bien y la felicidad.

b) “lo inteligible no mueve sino bajo dicha razón de bien, el cual es el objeto
de la voluntad” con lo desarrollado en los Fundamentos Antropológicos
del orden moral en la Unidad II.
Todas las personas poseemos inteligencia, voluntad y libertad; pero para realizar las
cosas lo que prima y mueve es nuestra voluntad, es la voluntad que nos permite usar
nuestra inteligencia con libertar para obrar las cosas, y tomar decisiones de cómo
hacerlas. Por la libertad tenemos la capacidad de actuar en conformidad a nuestro ser,
con lo verdadero y bueno; o en disconformidad con ello, es decir obrar de manera recta o
mala.

c) “los filósofos, al definir el bien, dijeron: bien es lo que todo ser apetece”
con el Texto-fuente de la Ética a Nicómaco de Aristóteles correspondiente
a la Unidad I.
Todos los seres apetecen lo bueno y lo óptimo. Todo móvil es conducido al fin por el
motor y el agente. Es, pues, preciso que el motor y lo movido tiendan hacia el mismo
término; pues lo que es movido, como quiera que está en potencia, tiende al acto y, por
tanto, a lo perfecto y al bien, porque por el movimiento pasa de la potencia al acto. Luego
el agente y el motor, cuando obran y mueven, lo hacen siempre por un bien
El agente natural tiende, pues, hacia lo mejor, y con mayor razón el que obra
intelectualmente. Luego todo agente tiende, al obrar, hacia el bien. Por lo tanto, la
inteligencia y la voluntad, sumado a ello la libertad, son los medios útiles para buscar y
alcanzar el bien supremo que es la felicidad; y todos apetecemos la felicidad, todos
queremos ser felices.

3. ¿Pueden los diferentes tipos de bienes finitos (que hemos presentado en el


Texto-apunte) presentarse como fines intermedios con respecto al fin o bien
último del hombre?
Si, los bienes intermedios son las vías para alcanzar el fin último del hombre: la
felicidad; puesto que estos fines intermedios que se van alcanzando poco a poco, se
dirigen hacia ese fin último, todos ellos se van entretejiendo de manera ordenada y así
procurar alcanzar el fin (toda acción y todo movimiento tienden a un bien; y todas los
cosas obran por un bien)

4. ¿Qué explicación daría usted acerca de la imposibilidad de que sea “puro azar”
la tendencia a un bien en todo actuar, sea de un agente natural o intelectual?

Una cosa ocurre por casualidad o por azar cuando procede de la acción de un agente
al margen de su intención.

El agente natural tiende, hacia lo mejor, y con mayor razón el que obra
intelectualmente. Luego todo agente tiende, al obrar, hacia el bien. Por ello el hombre en
el camino de la búsqueda de su fin último (la felicidad), siempre va a realizar acciones
buenas, siempre obrará en función del bien; y es por ello que no es cosa del azar su
actuar, sino que es obra de su disponibilidad, voluntad y libertad que le permiten realizar
acciones buenas, y eso le dará satisfacción y le permitirá actuar siempre en función del
bien; y apartarse y despreciar el mal.

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