Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. Conteste
Por ser creados por Dios, en nuestro diseño original estamos llamado a buscar el bien
y la felicidad, así lo prepensó y prequiso Dios, y hacia alcanzarlos (bien y felicidad) es que
se dirige nuestro vivir, nuestro actuar. La felicidad que Dios determina para sus criaturas
más elevadas es la felicidad de estar libre y voluntariamente unidas con Él y entre sí en
un éxtasis de amor y de deleite.
La libertad de elegir de querer o no la felicidad la realizamos sujetos a las diferentes
tendencias, situaciones y conflictos que se nos presenten; y es así como nos vemos
llamados a actuar, pero no de una manera automática, sino que poniendo de manifiesto
nuestra voluntad, nuestro pensamiento; haciendo uso de nuestra capacidad de elegir
libremente que vía utilizar para alcanzar la felicidad; es decir, el cómo alcanzar esa
felicidad que es nuestro fin último como hombre; ya que la felicidad radica en el mejor
acto de la mejor potencia acerca del mejor objeto: el mejor objeto es la verdad; la mejor
potencia: el intelecto y su mejor acto: la contemplación. Siendo así que siempre el fin
último se impondrá, el buscar la felicidad que es un bien perfecto.
Por ser hombres, creados por Dios; estamos llamados a alcanzar nuestra felicidad
individual, y procurando que los demás alcancen también su felicidad; por lo tanto
debemos de regirnos por normas debemos de cumplir y nos permitan vivir de manera
armoniosa con nuestros congéneres.
4.- Enumere las razones por las cuales el “poder” no puede constituir el supremo
bien para el hombre.
CAUSA DE NO
BIENES DESCRIPCION
FELICIDAD
1. Las Pueden ser naturales (las que se ordenan a satisfacer las Las riquezas
riquezas necesidades naturales, como la comida o la bebida) o engloban a los demás
artificiales (como el dinero, que es un medio de cambio). Pero bienes (fama, gloria,
dado que éstas últimas son buscadas por las naturales y deseo, poder,
CAUSA DE NO
BIENES DESCRIPCION
FELICIDAD
éstas, por su parte, se ordenan al hombre, ya que se buscan honores; etc). Las
para sustentar su naturaleza, entonces no pueden ser el riquezas condicionan
último fin. Además no excluyen todos los males; no llenan por la realidad, y
completo el corazón del hombre y son muy mudables, sustentamos muchas
pueden perderse fácilmente. veces que la felicidad
Las riquezas naturales una vez satisfechas los deseos se depende de las cosas
calman; y las riquezas artificiales, el deseo no tienen límites, materiales; y eso nos
nunca se siente satisfecho, y siempre queremos más y más; vuelve muchas veces
egoístas; y se olvida el
pudiendo llegar a la lujuria.
espíritu colectivo que
Dios es la riqueza verdadera es el bien supremo; cuanto busca el bien y
más gustamos de este bien más lo amamos y más no son felicidad de todos.
indiferentes las cosas temporales.
2. Los El honor se subordina a la excelencia de la persona
honores honrada, que es la causa del mismo. Podría ser consecuencia
de la beatitud pero no constituirla
El honor es el signo exterior y el testimonio de una
perfección individual; los hombres ambiciosos buscan
solamente el honor, que las demás las personas le brinden
honores. El honor casi siempre genera una vanagloria y crea
signos de superioridad sobre los demás congéneres.
3. La fama y Muchas veces yerra y es engañosa, es causada, como
la gloria todo conocimiento humano, por el objeto conocido y por eso
no puede ser ella misma la que constituye la beatitud.
Nuestra felicidad no tiene por causa la gloria que
dictaminan los hombres sino la que proviene de dios. La gloria
es una notoriedad grande y elogiosa. La gloria que otorgan
los hombres con frecuencia es falsa. Dios, por lo contrario, es
infalible y la felicidad que otorga siempre es verdadera. La
fama depende de un inconstante rumor, por lo que es
sumamente frágil y la felicidad exige la estabilidad y
perpetuidad.
4. El poder No es incompatible con el mal mientras que la beatitud es
el bien perfecto y propio del hombre; es ambiguo y es
instrumental. Además tiene razón de principio y no de fin y,
como todos estos bienes exteriores e inferiores al hombre, es
inestable
La felicidad consiste en el buen uso del poder, y sin
ocasionar mal alguno a los demás.
5. Bienes La salud, al igual que la belleza y la fuerza, es un bien del
corporales cuerpo y no puede ser que la conservación del mismo (ni su
(salud, aspecto ni configuración) sea el sumo bien porque en la
belleza y unidad de cuerpo y alma, el primero depende y se ordena al
fuerza) segundo. Además el hombre no puede ser el último fin ya
que, como toda otra creatura, es una realidad ordenable a
otra cosa (así como la conservación de la nave no es el fin
último del piloto, dice Santo Tomás, porque ésta se ordena a
CAUSA DE NO
BIENES DESCRIPCION
FELICIDAD
otro fin, que es navegar). Por eso ningún bien corporal puede
ser considerado como el sumo bien.
Los hombres estamos a disposición de nuestra voluntad y
razón; y ello nos llevará a encontrar la felicidad como bien
supremo; y es por ellos que los bienes del cuerpo están
destinados para perfeccionar el alma.
6. Placer En lo que concierne al placer sensible, por ser corpóreo,
sensible: es mínimo en comparación con la delectación a la que puede
La llegar el alma. (Y aún si se consideramos el gozo del alma,
voluptuosi aun así, es una consecuencia, una propiedad accidental por
dad la posesión de un bien perfecto pero no constituye la esencia
(apetito o misma de la beatitud). Por otra parte, el placer que acompaña
deseo) al comer, beber o a la unión sexual, son medios para facilitar
las funciones naturales de conservación del ser y de la
especie, y el fin último, como señalamos, no puede ser un
medio. Además, no excluye tampoco la presencia de males ni
colma plenamente la sed de felicidad ni es imperecedero
El placer es un atributo inseparable de la felicidad. Si se
tiene placer es ante todo porque se posee un bien adecuado
a nuestra naturaleza. La voluptuosidad corporal no está
asociada al bien perfecto porque está unida a los bienes con
que se sacian los sentidos y donde se hace uso de órganos
físicos y por esta razón no puede haber felicidad.
7. Los Finalmente hay que considerar los bienes del alma,
bienes del interiores al hombre. Pero atendiendo a la distinción entre el
Alma (La objeto que se quiere obtener y su uso, logro o posesión (lo
felicidad) que hemos llamado fin último objetivo y subjetivo), si estamos
haciendo referencia al objeto, es imposible que el supremo
bien del hombre sea su propia alma, porque esta está en
potencia por la virtud o para saber (y la potencia siempre
indica imperfección). La virtud o la ciencia que puede lograrse
en esta vida nunca son acabadas y puras, pueden ser
perdidas y no excluye radicalmente la presencia de males.
En la visión de Dios la felicidad no es en ningún bien
creado; solo es aquella que debe satisfacer todos nuestros
deseos pues de lo contrario no sería nuestro fin último. Lo que
busca nuestro corazón es el bien absoluto y lo absoluto solo
se encuentra en Dios, por lo tanto nuestra felicidad la
encontraremos en Dios.
La beatitud subjetiva es una perfección propia del hombre y es considerada como una
operación humana que reside solamente en el hombre. El objeto y la causa de la beatitud es
el Bien increado, sin embargo, la adquisición de ese bien es algo humano, creado. La
beatitud es una operación o acto, ya que la beatitud es la última perfección del hombre; y
algo es perfecto en cuanto está en acto, de ahí se sigue que la felicidad suprema debe
consistir en un acto. Esto le da al hombre su perfección segunda y no una potencia que
implica imperfección.
La beatitud es una operación espiritual ya que los actos del cuerpo se subordinan a los
del espíritu. Y si es una operación ha de corresponder a una de las dos potencias racionales.
Es un acto de la inteligencia porque la voluntad, como apetito, no es lo primero en el
hombre: presupone un conocimiento. Además el deseo de un bien ausente atrae a la
voluntad moviéndola hacia él, pero no es esto poseer algo. Y una vez obtenido un bien,
también interviene la voluntad al gozar de él, interviene consecuentemente en la beatitud, el
amor y el gozo pertenecen al estado” de la felicidad pero no a su esencia. De manera que la
beatitud esencialmente debe radicar en un acto intelectual. También es un uso especulativo
de la inteligencia y no práctico porque éste ordena el conocimiento a la acción. En cambio, la
contemplación es la mejor operación, la más deleitable y la más propia del hombre; es
buscada por sí misma y además es la que más comunica con lo superior. Así mismo la
beatitud es un conocimiento intuitivo de Dios, esto es, directo, facial, un ver cara a cara a
Dios, por ello no es conocimiento vulgar, ni científico ni de fe. Es una forma superior y tiene
por objeto, y medio por el cual se realiza, a la esencia de Dios. Este acto es la visión
beatífica. Este acto es la visión beatífica.
En cambio, no todos actúan así, hay otros, que en busca de esa felicidad, se
desvirtúan, y sus actos le conducen a acciones egoístas, individuales, donde lo principal
para ellos es el yo, el bienestar propio; y por consiguiente perjudican a los demás.
La causa de los seres es la voluntad de Dios, tanto una cosa tiene el ser u otra
perfección cualquiera, en cuanto Dios lo haya querido.
Dios ama todo lo que existe por el hecho de ser, pues todo lo que es ser es bueno;
esto debido a que el ser de cada cosa es un bien, como asimismo lo es cada una de sus
perfecciones.
b) “lo inteligible no mueve sino bajo dicha razón de bien, el cual es el objeto
de la voluntad” con lo desarrollado en los Fundamentos Antropológicos
del orden moral en la Unidad II.
Todas las personas poseemos inteligencia, voluntad y libertad; pero para realizar las
cosas lo que prima y mueve es nuestra voluntad, es la voluntad que nos permite usar
nuestra inteligencia con libertar para obrar las cosas, y tomar decisiones de cómo
hacerlas. Por la libertad tenemos la capacidad de actuar en conformidad a nuestro ser,
con lo verdadero y bueno; o en disconformidad con ello, es decir obrar de manera recta o
mala.
c) “los filósofos, al definir el bien, dijeron: bien es lo que todo ser apetece”
con el Texto-fuente de la Ética a Nicómaco de Aristóteles correspondiente
a la Unidad I.
Todos los seres apetecen lo bueno y lo óptimo. Todo móvil es conducido al fin por el
motor y el agente. Es, pues, preciso que el motor y lo movido tiendan hacia el mismo
término; pues lo que es movido, como quiera que está en potencia, tiende al acto y, por
tanto, a lo perfecto y al bien, porque por el movimiento pasa de la potencia al acto. Luego
el agente y el motor, cuando obran y mueven, lo hacen siempre por un bien
El agente natural tiende, pues, hacia lo mejor, y con mayor razón el que obra
intelectualmente. Luego todo agente tiende, al obrar, hacia el bien. Por lo tanto, la
inteligencia y la voluntad, sumado a ello la libertad, son los medios útiles para buscar y
alcanzar el bien supremo que es la felicidad; y todos apetecemos la felicidad, todos
queremos ser felices.
4. ¿Qué explicación daría usted acerca de la imposibilidad de que sea “puro azar”
la tendencia a un bien en todo actuar, sea de un agente natural o intelectual?
Una cosa ocurre por casualidad o por azar cuando procede de la acción de un agente
al margen de su intención.
El agente natural tiende, hacia lo mejor, y con mayor razón el que obra
intelectualmente. Luego todo agente tiende, al obrar, hacia el bien. Por ello el hombre en
el camino de la búsqueda de su fin último (la felicidad), siempre va a realizar acciones
buenas, siempre obrará en función del bien; y es por ello que no es cosa del azar su
actuar, sino que es obra de su disponibilidad, voluntad y libertad que le permiten realizar
acciones buenas, y eso le dará satisfacción y le permitirá actuar siempre en función del
bien; y apartarse y despreciar el mal.