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Biografia

Juana Paula Manso de Noronha (Buenos Aires, 26 de junio de 1819 - 24 de abril de


1875) fue una escritora, traductora, periodista, maestra y pionera del feminismo en Argentina,
Uruguay y Brasil.Entre 1852 y 1854 dirigió, en Brasil, O Jornal das Senhoras, el primer periódico
de Latinoamérica destinado al público femenino. En 1854 fundó, en Buenos Aires, Álbum de
Señoritas, muy similar a su contrapartida brasileña. En ambos, la temática se centraba en la
moda, la literatura y el teatro. A lo largo de su vida se comprometió con el proyecto ilustrado de
la educación popular y está considerada una iniciadora del movimiento de coeducación.
Escribió varios libros, entre ellos poesía, y manuales de estudio para los estudiantes;
realizó varias traducciones de obras en diferentes idiomas y fue una precursora junto a otros
autores de la novela en Latinoamérica. Y durante varios años escribió los Anales de la
Educación Pública que había creado Sarmiento.
Ejerció varios cargos docentes, tanto en forma privada como pública, en Uruguay y
Argentina; fue integrante del Consejo Nacional de Educación argentino, y dio varias conferencias
sobre la temática en diferentes lugares. Además junto a otros educadores estableció la sociedad
Pestalozzi en Argentina. Ejerció en la misma época que Domingo Faustino Sarmiento con quién
se interrelacionó ampliamente, y además ambos se interrelacionaron con la educadora
norteamericana Mary Mann.567

Trayectoria

Contexto social
La vida de Juana Manso se desarrolló en la época en que se llevaron a cabo las guerras
por la independencia en el Virreinato del Rio de La Plata y las guerras civiles que disputaban la
manera de conformar el país que se estaba independizando de La Corona española. En ese
contexto existían escuelas con el régimen colonial y otras que se constituyeron durante esa
época. La constitución de un sistema uniforme de educación debió esperar hasta la década de
1880 donde la labor de Manso fue destacada.
Juana Manso seguía las ideas revolucionarias de mayo con ideas independentistas,
republicanas, liberales y progresistas. Apoyaba junto a otros educadores de su época, Domingo
Faustino Sarmiento entre ellos, el proyecto ilustrado de educación popular, o sea la construcción
de la república mediante la educación del total de la población. Además acorde a las ideas de
esa época afines al movimiento romántico y al pensamiento racionalista, Manso afirmaba que la
humanidad no iba para atrás y el destino final era el progreso. También deseaba abolir la
esclavitud y el racismo de acuerdo a las ideas roussonianas, que incluyó luchas en contra de las
prácticas frecuentes por esos años como el intento de exterminio de la población originaria de
estas tierras.2 Sus ideas incluían el desacuerdo por la dominación de la iglesia católica en la
parte religiosa y lo reflejó en un artículo titulado «Libertad de Conciencia» donde pide que no
haya más litigios entre las diferentes religiones que en ese momento existían en Buenos Aires.
Estos pensamientos libres le trajeron varios inconvenientes, uno de ellos el rechazo de la
sociedad de su época que no se lo perdonó y el hecho de que ninguno de los dos Cementerios
de Buenos Aires existentes en el momento de su fallecimiento, el de la Recoleta y el de

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Chacarita, permitieron sepultar su cuerpo por haberse negado a recibir la extremaunción por
parte de un sacerdote de la iglesia católica.
Manso además se introdujo en aspectos de la cultura que en ese entonces la sociedad
le reservaba a los hombres como la escritura o el periodismo (incluyendo el manejo de los
medios de comunicación) entre otras actividades. La tarea de la mujer era la de ama de casa y la
crianza de los hijos.

Docencia
Convencida de que la educación era clave en la emancipación, se ocupó de promover la
escolarización en general y, de manera particular, la de la mujer. Abogó por la educación
popular, gratuita, metódica, mixta, científica y abierta a todas las clases sociales y se la
considera iniciadora de un movimiento de coeducación como modalidad que parte del
reconocimiento de igualdades entre varones y mujeres. La docencia se reflejó en todas las
tareas que a lo largo de su vida desarrolló Manso entendiendo que una buena formación es
esencial para un buen desempeño en la vida, para mantenerse saludable y para el uso de todas
las facultades con las que una persona ha sido dotada.
Además en sus trabajos Manso hizo hincapié para conseguir una mayoría femenina en
los cargos docentes, y además alentó a la capacitación continua de los enseñantes mediante
reuniones y cursos.68
En 1841 en dos habitaciones de su casa Juana Manso fundó el Ateneo de las Señoritas
en Montevideo. Allí instruía a las jóvenes y señoras del Uruguay en aritmética, lectura, labores,
cuidado de los modales de las damas, lecciones de moral, gramática, francés, piano, canto y
dibujo. De todos los rincones llegaban a estudiar allí. Y en su segunda estadía en la capital
uruguaya volvió a instalar el Ateno, en esa segunda oportunidad a solicitud y financiado por el
estado uruguayo.
En su publicación de Brasil, O Jornal das Senhoras, criticó los procedimientos
educativos utilizados en ese entonces calificándolos de vetustos y ve con preocupación las
escasas oportunidades que tienen los menores de edad de acceder al sistema educativo. A esta
problemática le dedicó una serie de columnas tituladas Estudio sobre Educação. Además en esa
serie de escritos consideró a Sudamérica como la región donde la educación presentaba un
atraso mayor y se propuso empezar a elaborar un borrador de planificación; lo hizo en
documentos titulados Estudios sobre Educação y los resultados de ese trabajo superaron lo que
ella había previsto.
En esa misma publicación brasileña dedicó otras columnas a la educación de la mujer,
de quienes siente compasión porque se les presenta como muy difícil y lleno de piedras el
camino de la virtud; considera que las mujeres ignoran que el camino del bien tiene una
recompensa, solo se les presenta la idea del castigo. Manso tuvo la duda si la comprensión entre
lo bueno y lo malo no se podría lograr utilizando un sistema de recompensas morales acorde a
su inteligencia y fuerzas en lugar del sistema repetitivo usado en esos tiempos que la inducían a
creer que si eran buenas lograrían la felicidad y en caso contrario solo la desdicha.
En 1859 el escritor José Mármol la presenta a Domingo Faustino Sarmiento, por
entonces Jefe del Departamento de Escuelas, quien la promovería a directora de la Escuela
Normal Mixta N.º 1, en el barrio de Monserrat. La Escuela de Ambos Sexos N.º 1 creada por él,
ya que ella apoyaba la idea de la educación para mujeres. Durante esta tarea escribió a partir de

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1865 la revista Anales de la Educación Común apoyando y promoviendo los ideales del político
sanjuanino, que la había creado en 1858 y dirigido hasta esta fecha, y los nuevos planes
educativos. En estos documentos promovió el proceso de enseñanza con base en la reflexión y
la observación, respetando las necesidades y niveles madurativos del educando. Pero Sarmiento
fue enviado a San Juan como interventor y ella se quedó en la capital argentina luchando contra
los que se oponían a la educación mixta. Ella defendía fuertemente sus ideas en diferentes
conferencias y charlas que daba, llegando a ser abucheada por los asistentes a las mismas y
llegó a ser calificada de loca. En los Anales de 1870 se volcó la Historia de las Conferencias
Pedagógicas desde 1863 a 1870, también la Memoria sobre la Educación Común en la provincia
de Buenos Aires cuyo autor fue José M. Estrada (hijo) y La Historia de la Educación Pública en la
ciudad de Buenos Aires Además en esos Anales propuso adelantos con respecto a la educación
femenina y también en la carrera docente de las mujeres, sostuvo que el cargo de Directora de
Escuelas debía obtenerse por concurso para dignificar a las docentes. En esa publicación
también defendió la eliminación de los exámenes, subordinando los conocimientos a la
conciencia del saber.
En 1863 los profesores del Colegio Nacional de Buenos Aires aprobaron un libro de texto
titulado Compendio de Historia de las Provincias Unidas Del Río de la Plata, que el año anterior
Manso le había enviado al general Mitre y este había recomendado usarlo como libro de
referencia elemental en las escuelas primarias.
En 1869, con Sarmiento como presidente de la Nación, fue nombrada como vocal del
Departamento de Escuelas desde donde promovió la formación de las cooperadoras escolares,
creando comisiones parroquiales para atender a los niños indigentes consiguiéndoles ropa,
alimentos y libros, y además propuso flexibilizar los planes educativos vigentes por esos años y
eliminar los castigos físicos que regían en el sistema educativo del siglo xix, dominado por el uso
del terror y la memorización como herramientas pedagógicas. Dos años después pasó a formar
parte de la Comisión Nacional de Escuelas. En estos cargos impulsó sus ideas de reformas,
como la enseñanza del idioma inglés en los colegios públicos y la designación de cargos
jerárquicos mediante concurso y orden de mérito.
Manso impulsó también la creación de Jardines de Infantes en base a trabajos previos
de Bernardino Rivadavia llevados a cabo en la década de 1820, intercambió cartas con Mary
Mann, integrante del movimiento de Kindergarten que tuvo éxito en Estados Unidos, teniendo
también el aval de Sarmiento que visitó el país norteamericano. En sus Anales se refirió a la
importancia de los establecimientos de nivel inicial informando a las docentes de las
características de los mismos y recomendó actividades musicales y lecturas para las diferentes
actividades recreativas. Además promovió las ideas de Pestalozzi y Froebel, autores a los que
les tradujo las obras al español con el fin de dar a conocer estas instituciones y dar formación a
las docentes para los niños de nivel preescolar.
Organizó una serie de conferencias destinadas al público femenino con el fin de
promocionar sus ideas políticas y religión pero no tuvo por parte de sus receptores una buena
acogida, generó quejas y gestos de repudio. Además propuso unas actividades de educación
física que fueron calificadas de inmorales por las autoridades educativas, lo que provocó la
suspensión de esta serie de charlas que consistían en una serie de lecturas y ejercicios para ser
usados en los procesos de enseñanza. Sarmiento describió esta situación en una nota:

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Son las notas las que irritan. Es la primera vez que se introduce la práctica de hablar en público
sobre cualquier materia. Solo el púlpito estuvo en poder de esa prerrogativa. Hoy lo está el
pensamiento (Domingo Faustino Sarmiento).
A lo largo de su carrera Manso defendió los derechos de los niños procurando eliminar
los castigos físicos que eran utilizados como herramienta pedagógica en ese entonces. Además
promovió la utilización de métodos modernos en la enseñanza en reemplazo de los que
consideraba arcaicos, y aconseja la interacción entre profesores y alumnos en las aulas que
permita el ejercicio del pensamiento. Reclamó que los castigos sean solamente morales y que
los educadores debían tener la capacidad de hacerse querer por sus educandos ya que con la
amistad podrá dirigir corazones con sinceridad y concluyó que el amor y el respeto que un
educador puede llegar a inspirar es la más bella propiedad en la tarea de un profesional de la
educación.
Y también reclamó una educación homogénea en todos los establecimientos educativos
del país y que sea igualitaria tanto para pobres como para ricos aunque reconoce a esto último
como utópico ya que una niña de una familia de escasos recursos económicos solo podría
contraer matrimonio con un hombre de la misma situación económica entonces no podría
malgastar su tiempo en aprender a bordar o canto o tocar instrumentos musicales sino que
debiese tener una educación más amplia acorde a sus necesidades que le permita ser mejor
como hija, madre y esposa.
Además recomendó que sea utilizado un sistema Politecnográfico o mejor conocido
como sistema Enciclopédico para esos fines. Calificó como obsoleto el sistema Carta de Lectura
que se usaba por esos años en la enseñanza y recomendó la utilización de Tablas de lectura de
tamaño grande con punteros de gran tamaño también en donde a su alrededor formaba un
semicírculo con alumnas y una con apenas algunos años más hacia el papel de monitor,
procedimiento que según ella le daba buenos resultados a sus estudiantes.
El de la mesa de arena blanca era otro sistema que usaba con frecuencia para los
educandos que estaban aprendiendo a leer, con esa herramienta podían dibujar las letras con
mayor facilidad, y posteriormente seguían con las sílabas y finalmente empezaban a utilizar el
papel.
También se ocupó de la calidad de vida de los niños escolarizados. La cantidad de horas
que un chico estaba dentro de la escuela fue otra de las cosas que Manso cuestionó durante su
trayectoria, decía que una alumna necesitaba ir con una criada al colegio cuando no era
internada del mismo, propuso que se iniciase la actividad a las 7 de la mañana hasta las diez,
posteriormente media hora de recreo y otra media hora de aseo para posteriormente almorzar e
ir de nuevo a las aulas hasta una hora de la tarde que fuera adecuada para cerrar el
establecimiento hasta el día siguiente.80 Y es a ella a quienes los estudiantes primarios y
secundarios de Argentina le deben los recreos, ella fue quien los impulsó, convencida que los
educandos necesitaban una pausa para poder distenderse durante los periodos de aprendizaje.
Y años más tarde una ley, la Ley 1420 los convirtió en obligatorios.
Como complemento de su trabajo se ocupó también de las niñas de escasos recursos
económicos que solo recibían educación rutinaria y eso debía cambiar según su pensamiento, y
además sostenía que la educación debía ser completamente práctica ya que para manejar la
teoría se debía tener el pensamiento ya desarrollado.

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Dio una conferencia que se llamó Pedagogía Filosófica que se enfocó en la educación del
niño interiorizándose en su naturaleza. Para ello separó los periodos de aprendizaje en cuatro
fases: atención y observación, atención y comparación, ejercicios de memoria y por último el uso
de la imaginación; y fijó los objetivos que debían lograrse:
 Determinar las bases de la educación.
 Esas bases deben asentarse sobre las teorías de civilización y del avance continuo de la
inteligencia.
 Si la persona se formó en la ignorancia y el error no logra conformar posteriormente las
buenas costumbres.
 Se debe tener libros elementales para la formación.
 Redactar reglamentos para escuelas cuyo fundamento sea la iniciación de los
educandos en la moralidad, en el respeto a las instituciones sociales y a la ley, y que se
evite substraer esas instituciones educativas de la arbitrariedad de los profesores.
Y además afirmaba que es la sociedad en su conjunto, aun desde sus medios de
comunicación la que le da educación a una persona no solamente la escuela. En base a estas
aseveraciones convocó a los vecinos para que conformasen asociaciones ya que los
consideraba capaces de fomentar la educación popular, y también procuró la sanción de una ley
que regulase estos temas.
Estas ideas liberales y que impulsaban la renovación de la educación, que elaboró inspirada
en conceptos de la Revolución de Mayo y que las difundía por medio de la prensa, en sus
presentaciones en Buenos Aires y en el resto del país, tuvieron sus detractores.82 En el año
1859 ni la Municipalidad de Buenos Aires, ni el Estado de Buenos Aires ni tampoco las Damas
de Beneficencia tuvieron en cuenta sus propuestas pedagógicas, ya que para algunos vecinos
de Buenos Aires era un insulto la escuela mixta, las escuelas municipales eran solamente de
varones y las escuelas dependientes de las Damas de Beneficencia no tenían ningún tipo de
injerencia. Además por estas ideas Manso se ganó el mote de loca.
Pero pese las opiniones contrarias tuvo la defensa de Sarmiento, quien por entonces
desempeñaba el cargo de director de Escuelas de la provincia de Buenos Aires, y vio en Juana
Manso la oportunidad de difundir sus propias ideas y el 7 de abril de 1859 la puso al frente de la
Escuela de Ambos Sexos, con sede en la parroquia de Montserrat ubicada en la calle del Buen
Orden 123. La orden dada por Sarmiento fue “Reciba todos los que vengan” dando por resultado
un elevado número de inscriptos.84 Antes de que la escuela cumpliera un año, el 30 de marzo
de 1869, Manso elevó a su director provincial un informe producto de nueve meses de
observación en donde informó de grandes adelantos.84 Consideró a la escuela mixta como un
límite para los varones y una buena oportunidad para adquirir desde la niñez hábitos de
urbanismo.84 Además estableció en el recinto la enseñanza de lenguas extranjeras,
enseñándose inglés escrito y francés oral.
En un segundo informe elevado al Jefe Interino del Departamento de Escuela del Estado de
Buenos Aires, Manuel Pazos, informó que su escuela había sido galardonada con el puesto de
honor en una entrega de premios a las escuelas capitalinas realizada en el Teatro de la Victoria,
ceremonia que tuvo a una enorme cantidad de estudiantes de dichas escuelas, quienes
previamente concurrieron a una misa celebrada en la Iglesia de San Miguel. El cierre del acto
contó con palabras alusivas de Pazos y de la propia Manso.

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Sin embargo los opositores a este moderno sistema educativo continuaron haciendo sus
proclamas, apedreando los diferentes edificios a los que la escuela debía mudarse a causa de
los daños que esta modalidad de protesta provocaron, teniendo como punto culminante una nota
que le enviaron en julio de 1865 en donde le solicitaban la separación de los alumnos varones y
que obligó a Manso a hacer un descargo diciendo que su escuela constituía una familia y que
ello sería separar a los hijos de su madre; finalmente a causa de las presiones renunció al cargo
el 1 de septiembre. Este hecho la hizo pensar que Argentina tenía costumbres de una colonia.85
Tiempo después de su renuncia a la escuela, recibió dos cartas, una fechada el 11 de junio de
1867 de Domingo Faustino Sarmiento donde le expresó su agrado por la escuela de ambos
sexos diciendo que el había estado en 1860 tres días en la Escuela Normal de Lancaster, en
Pensilvania donde había convivido con trescientos alumnos mayores de quince años las mujeres
y mayores de dieciocho los varones en un ambiente de aprendizaje mutuo.86 La segunda carta
le llegó desde Catamarca remitida por Lindor B. Sotomayor donde le comunicó la creación en
esa provincia de la “Sociedad Protectora de Instrucción Pública” y le adjuntó los estatutos que se
publicaron en el diario La Voz del Pueblo.
El 9 de agosto de 1869 Sarmiento, que en esa fecha era presidente de Argentina, le
encomendó la tarea de reorganizar el Departamento de Escuelas. Como parte de esa tarea en
noviembre de ese año realizó una inspección a treinta y cuatro escuelas trasladándose en un
carruaje; el resultado de esa inspección fue un informe en donde señaló que no se podían dar
conferencias en esos lugares por falencias humanas, se requería maestras con más formación.
Este informe lo dio en una conferencia a la que asistieron varios docentes. El personal docente
se reveló ante semejantes afirmaciones y la municipalidad la separó de este cargo con el
pretexto de que sus disertaciones no tenían valor alguno, y las docentes que asistieron a las
mismas también fueron separadas de sus cargos.
En noviembre de 1870 Manso inició una serie de conferencias tituladas Conferencias
para Maestras, apoyada por Sarmiento quien veía en las conferencias como el género laico que
sigue al sermón religioso.
Y en 1871 alcanzó el cargo más alto que un educador podía lograr por entonces, ser
miembro de la Comisión Nacional de Educación, y además la primera mujer en serlo. Fue
propuesta por el entonces presidente Nicolás Avellaneda. Los demás miembros que ocuparon
con ella el cargo fueron Abel Bazán, Santiago Cortínez, Olegario Ojeda y Pedro B. Ojeda. Y ese
mismo año volvió a estar a cargo de un establecimiento educativo, cuando ocupó el lugar dejado
por María Isabel Gorman en la Escuela Graduada N.º 1. En ese cargo elaboró un programa para
cultivar el gusto por la lectura. El programa recibió críticas de Enrique S. Quintana, Justo Ruiz y
Diez More a los que ella le respondió con firmeza.
En una oportunidad le solicitó al Consejo de Instrucción Pública, del que fue miembro
junto a Antonio E. Malaver y otros señores apellidados Cazon, Gutierrez, Cosson, Montes de
Oca y Torres, que se ocupase de la provisión de útiles escolares pero le respondieron que
existían dificultades para ese pedido y ella entonces solicitó la sanción de una ley de
subvenciones de municipalidades de campaña, recibiendo la respuesta del Dr. Montes de Oca
de que se dirigiera a la Comisión de Útiles.89 Y en la sesión del 3 de mayo de 1873 de ese
organismo Manso impugnó el informe de la Escuela Normal de la Sociedad de Beneficencia,
aclarando que las docentes de la institución eran buenas pero necesitaban de un estímulo. El
presidente del Consejo solicitó que se autorizase el envío de dos inspectores para evaluar la

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idoneidad de la institución. Juan M. Gutiérrez y Sáenz Peña fueron las personas a los que se les
confió la misión.
En las ediciones de 1873 de los Anales el tema central fue el Reglamento de Escuelas,
la solución a los problemas, trámites y traslados. Además fueron otras temáticas la instrucción
pública en las escuelas municipales de la Ciudad de Buenos Aires, la legislación sobre
educación primaria en las provincias de San Luis, Catamarca, Jujuy y Salta y los informes que
realizó Horace Mann; y Carlos Northern escribió varios artículos bajo el título de El Consejero del
Maestro.
Y en el número de diciembre de 1874 en los Anales se informó que el educador
uruguayo Dr. José Pedro Varela les envió una obra de dos volúmenes titulado La educación del
pueblo, un compilado de obras de los más importantes educadores ingleses, americanos y
franceses conteniendo las bases necesarias para un sistema educativo común, y estableció que
la educación debería abarcar los siguientes estratos: Jardines de infantes, Escuelas Normales,
Universidades y Educación de la mujer. Además promovió la educación nocturna para adultos.90
El editorial del ejemplar lo escribió Manso donde comentó las bases del trabajo de Varela y
agregó que la educación modifica las malas costumbres instintivas, corrige el abuso del mal uso
del lenguaje y elimina la tendencia de hacer esclavas a las mujeres del “que dirán”.

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