Caperucita, entonces, lleg a lo de su abuelita que viva en un edificio tomado.
Y se encontr con el lobo que, ponindose ropa comprada en La Salada y escuchando cumbia, se hizo pasar por la abuelita. -Abuelita! Qu ojos tan grandes tienes! -S, son para poder ver mejor quin vive ilegalmente en esta propiedad- dijo el lobo. -Abuelita! Qu orejas tan grandes tienes!
-S, son para poder escuchar
mejor los acentos extranjeros y detectar, entonces, quin le quita el trabajo a los argentinos. Y por ltimo, Caperucita le pregunt: -Abuelita! Qu boca tan grande tienes!
-S, es para denunciarlas
por invasin a la propiedad en el Juzgado 4 y, as, tramitar rpidamente un desalojo. Entonces, el lobo las denunci, y con la orden de un juez, la polica desaloj a Caperucita y a la pobre abuelita a la calle, sin que le importara una mierda lo que les pasase despus. Y el lobo consigui inversores y puso un hotel botique, para que todos los extranjeros se sintieran como en casa, y nosotros, como europeos. Hasta maana, Adolfitos. Y recuerden: hacerle caso a mam, tener los ttulos de propiedad y los exmenes genticos al da. Chau!