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Definición de calificación de despido

Es el procedimiento intentado por el patrono en contra del trabajador investido de


inamovilidad, alegando que el asalariado está incurso en una causa de despido, y
que en consecuencia solicita al Inspector del Trabajo que previo el cumplimiento
de los trámites legales, autorice a la empresa para despedir al obrero o empleado.

Procedimiento de calificación de despido ante la Inspectoría del Trabajo,


calificación de faltas o solicitud de autorización de despido.
– . Se introduce en la Inspectoría del Trabajo un escrito en el que se señala la
causa de despido justificado en la que el trabajador está incurso, y las
circunstancias de lugar, tiempo y modo en que incurrió en ella. También se
colocan los demás requisitos contemplados en el artículo 422 de la Ley Orgánica
del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores, tales como, nombre, domicilio y
carácter con el que actúa el solicitante y nombre y cargo del trabajador que se
pretende despedir.

-. El Inspector admite la calificación de despido. Luego notifica al trabajador para


que acuda a defenderse el segundo día después de notificado, a la hora que le
indiquen. En este acto obligatoriamente debe estar el patrono o su abogado o se
entenderá desistida la calificación. El Inspector del Trabajo o quien haga sus
veces en el acto, en esta oportunidad exhorta al asalariado y al empresario a
conciliar, en consecuencia, en este acto el trabajador puede renunciar a trabajar
en la empresa, y eso sucede con alguna frecuencia. Si el trabajador no asiste a
este acto en el que debe presentar su defensa, se entiende que ha contradicho
todo lo alegado por su patrono.

-. Luego hay 3 día para promover pruebas, que es un escrito que redacta un
abogado, señalando que pruebas tiene en relación con que el trabajador cometió
una falta. Este escrito se acompaña de las pruebas documentales con las que
cuente la empresa. Si se trata de documentos privados que provienen de
personas distintas al trabajado, esa persona (s) que firma ese documento debe
ratificarlo en el procedimiento.

-.Posteriormente a la promoción de pruebas, hay cinco (5) días para evacuar


pruebas. Esto se refiere a que si se promovieron testigos, en estos cinco (5) días
se escuchan; si alguna de las partes promovió una inspección o una experticia, en
este momento se realiza y así sucesivamente.

-. A continuación se presentan las conclusiones, escrito éste en el que cada una


de las partes le dice al Inspector del Trabajo como la pruebas cursantes en el
expediente respaldan sus alegatos.

-. Por último, el Inspector del Trabajo tiene diez (10) días para decidir, y si no
decide se puede introducir ante tribunales un procedimiento contencioso de
abstención o carencia, juicio éste que suele ser largo y poco usado en Venezuela.
-. En caso de haber sido declarada sin lugar la calificación de despido, es decir,
que el funcionario decida que el despido es improcedente, entonces contra esa
decisión se puede introducir un Recurso Contencioso de Nulidad de Acto
Administrativo.

1. Definición del amparo constitucional


El amparo constitucional es un medio procesal que tiene por objeto asegurar el
goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales de los particulares
establecidas en la Constitución, leyes y tratados internacionales, acciones de los
agresores, bien sean ciudadanos, organizaciones públicas o privadas; tendente
únicamente a la constatación de la violación o amenaza de violación del derecho o
garantía constitucional, a objeto de que se le restablezca al solicitante el pleno
goce y ejercicio de tales derechos sin prejuzgar sobre ninguna otra materia,
quedando abiertas a las partes las vías ordinarias para reclamar las
indemnizaciones o restituciones a que haya lugar en derecho.
En este orden de ideas, el artículo 27 de nuestra Constitución, reza que toda
persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en el goce y ejercicio de
los derechos y garantías constitucionales. Ese mismo sentido está establecido en
el artículo 1 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, el cual señala que toda persona puede solicitar ante los
tribunales el amparo previsto en el artículo 49 de la Cata Magna, con el propósito
de que se reestablezca inmediatamente la situación jurídica infringida. Es así
como para la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, el amparo
constitucional es un recurso tendente a la protección del goce y ejercicio de los
derechos fundamentales del ciudadano, en la cual se enjuician las actuaciones de
los órganos del Poder Público que hayan podido lesionar tales derechos
fundamentales
Naturaleza jurídica del amparo.
Tiene naturaleza RESTABLECEDORA O RESTITUTORIA. Nuestra Constitución
le da poder al Juez para restablecer de inmediato la situación jurídica infringida, en
forma inmediata, porque, aunque existen otras vías, éstas no son de
restablecimiento inmediato, y el propósito de declarar con lugar un recurso de
amparo, esta debe tener efecto inmediato y extraordinario. “La acción de amparo
tiene un carácter extraordinario, esto es, sólo procede cuando a través de la vía
procesal ad hoc, resulte imposible el restablecimiento inmediato de la situación
existente con anterioridad a las actuaciones, omisiones o vías de hecho que
vulneren o amenacen de violación un derecho de rango constitucional"

Efectos del amparo.


Los derechos y garantías constitucionales no involucran directamente nulidades,
ni indemnizaciones, sino que otorgan situaciones jurídicas esenciales al ser
humano: individual o como ente social, por lo que no resulta vinculante para el
Juez Constitucional lo que pide el quejoso en la solicitud, sino la situación fáctica
ocurrida en contravención a los derechos y garantías constitucionales y los efectos
que ella produce, que el actor trata de que cesen y dejen de perjudicarlo.
Consecuencia de esta situación, es que lo que se pide como efecto de un amparo
puede no ser vinculante para el tribunal que conoce del mismo, pues como lo
afirma la Sala Constitucional: “El proceso de amparo no se rige netamente por el
principio dispositivo, porque si bien es cierto que el Juez Constitucional no puede
comenzar de oficio un proceso de amparo ni puede modificar el tema decidendum,
no es menos cierto que como protector de la Constitución y de su aplicación en
todos los ámbitos de la vida del país, tal como se desprende de los artículos 3 y
334 de la Constitución, existe el interés constitucional de que quienes pidan la
intervención del poder judicial en el orden constitucional reciban efectivamente los
beneficios constitucionales, sin desviaciones o minimizaciones causadas por
carencias o errores en el objeto de las peticiones, como tampoco sin
extralimitaciones provenientes del objeto de sus pretensiones, ya que de ser así el
Juez Constitucional estaría obrando contra el Estado de Derecho y Justicia que
establece el Artículo 2 de la Constitución vigente”.

¿Cual es la diferencia entre proceso y procedimiento?


Por proceso debemos entender instrumento necesario para la realización de la
función jurisdiccional, y consiste en actividad procesal, en la realización de los
diversos actos procesales.
Por Procedimiento, por el contrario, se debe entender sistema o esquema,
legalmente predeterminado, al que esos actos procesales deben adecuarse.
Los autores tienden a distinguir el procedimiento en contraste con proceso;
mientras que por proceso se entiende la institución por la cual se resuelven los
litigios entre las personas por medio de un mecanismo que lleva incluida una
sucesión de actos como la posibilidad de alegación, prueba y resolución, el
procedimiento constituiría la serie de actos de iniciación, desarrollo y conclusión
del proceso.
Desde otro punto de vista, se reserva el término proceso para aludir a los tramites
que se efectúan ante la autoridad judicial y procedimiento para referirse a los que
atañen a la autoridad administrativa, lo cual debe admitirse bajo ciertas
especificaciones y condiciones, ya que las Leyes procesales jurisdiccionales
utilizan ambos vocablos sin un criterio especifico de distinción.
Cuando los organismos administrativos laborales ejercen función jurisdiccional
conocen de verdaderos conflictos intersubjetivos, los cuales dirimen en virtud de
que las leyes laborales le atribuyen esa función dirimente. Sin embargo, por la
naturaleza administrativa y no judicial de esos organismos, sus decisiones no son
sentencias sino actos administrativos, no obstante que su contenido es
jurisdiccional. En efecto, independientemente del contenido normativo, unilateral o
jurisdiccional de los actos de la Administración, siempre sus actos tienen la
naturaleza de actos administrativos. Esa naturaleza es clara en los casos de
solicitudes de permisos o de registros o de inspección, en los cuales el contenido
de los actos de los citados organismos no es dirimente sino de verificación,
constatación o de reconocimiento, a través de los cuales se crean, restringen o
eliminan derechos. En los casos de sanciones, aunque se dicten en
procedimientos en los cuales se juzgan conductas de los administrados, sin
embargo, la Administración no es un tercero imparcial, por lo que su carácter
jurisdiccional está bastante mitigado, por su índole unilateral. Así, por ejemplo, el
Reglamento citado, en su artículo 5°, distingue los procedimientos dirimentes de
conflictos intersubjetivos del resto de los procedimientos administrativos, donde
estarían los sancionatorios.
Finalmente, los actos administrativos de contenido jurisdiccional, aun cuando
pongan fin a la controversia en vía administrativa, y a pesar de su carácter
ejecutorio, no tienen la fuerza de cosa juzgada, porque pueden ser impugnados
y revisados en vía administrativa o judicial, e, inclusive, borrados del
ordenamiento jurídico mediante la interposición de estos medios de impugnación.
Por eso, se dice que sólo tienen el valor de cosa decidida administrativamente.
Por ejemplo, la LOPCYMAT prevé recursos administrativos contra los actos de las
unidades técnicas administrativas subalternas ante el Presidente del Instituto
Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, (Art. 22, Nº 11 y 77); y
recursos judiciales contra las decisiones de este Instituto (Art. 77, idem).

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