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Artículo escrito por Lehum Sbarra. (2010-2018)

El fraude de la técnica y teoría de la respiración (según la investigación de la


RE)

Uno de los tantos fraudes que propone la RE


¿Por qué fraude? El fraude como una promesa que no se cumple. Cuando escuchamos
Respiración Evolutiva, fácilmente podemos creer que aquellos que se auto nombran como
facilitadores o acompañantes de una práctica llamada RE, son personas que estudiaron
mucho la respiración, que saben mucho de ella y por último que pueden transmitirnos
modos de respirar bien, que nos serán más saludables, o incluso, más evolucionados que los
que tenemos. Esta es la promesa que nunca se cumplirá. Lo siento.
El acompañante RE que venimos entrenando desde la Formación, no necesita saber
demasiado teoría de la respiración, no lo pretendemos, ni lo fomentamos. El acompañante
RE se entrena (mucho) en la empatía que surge desde lo más íntimo de su respiración y de la
escucha a la respiración de quien está acompañando. Se entrena en poner su sistema
nervioso y emocional, al servicio del sistema nervioso y emocional de quien llega,
preguntándose existencialmente, desde su misma respiración, aquello que trae esta
persona que se acercó. Invitando a permitir un clima tan lúdico y creativo como
investigativo y sincero. ¿Qué tiene que ver la sinceridad en todo esto? ¿qué tiene que ver
con la creatividad y el juego, y todo esto, con la investigación del respirar? ¿por qué todo
esto se nos une en una sola bola que llamamos desinhibición?

El fantasma de la (perfecta) desinhibición respiratoria


Para disfrutar de una desinhibición respiratoria primero tendremos que creer y sentir que
nuestra respiración está inhibida. ¿Está inhibida? Si. Si y no. ¿La inhibió mi nacimiento? Si. Si
y no. Entonces, ¿qué la inhibió y que la inhibe? No sé. Veamos que venimos
experimentando. El bebé suele vivir una respiración muy desinhibida por mas trauma de
nacimiento que hayamos tenido. Regresar al nacimiento y reescribir esa experiencia
(cuando la grabamos de modo traumático, que todos un poco o mucho la grabamos así),
concientizando más nuestra primera respiración es algo maravilloso y transformador. Sin
embargo, nuestra inhibición está instalada más allá de esa primera llegada y al mismo
tiempo en los primeros años está tan nuevita e imparable que es imposible que no la
usemos para integrar nuestra experiencia vital. Situémonos por un momento ahí. Procesar
la vida humana, siendo un cachorro humano, es una dedicación de 24hs, sin distracciones,
sin anestesiantes, sin pensar en un idioma, sin armar frases lup que me digo
constantemente para darle significado a lo que vivo, sin decodificar interpretando con el
lenguaje todo lo que veo, sin enfocar todo el tiempo todo lo que veo, sin muchos lazos
afectivos con los que conversar, sin controlar planificando mi agenda, mi semana y mis
próximos días, o incluso mis próximo minutos, sin siquiera poder retener el pis, ni la caca, ni
los pedos, nada, todo. Pero sobre todo, sin percibir, pensar, ni hablar en palabras con las
que inventarme un entendimiento de lo que estoy elaborando cuando vivo la vida que vivo
y…, claramente sin la histeria púber, sin aun practicar sexo, sin Netflix, ni psicólogos, sin
Wapp, ni pareja, sin estudios universitarios, sin oficio, sin amigos pero si con mamá (en
general) y con su gloriosa teta, al menos, generalmente, por algunos meses, quizá un año (a
veces más). En aquellos meses, de ser bebé y dedicarnos 24 hs a vivirlo todo intensamente,

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nuestra respiración procesaba esta intensidad en nuestras infinitas primeras veces de todo,
de un modo protagónico y vital. Veámoslo ahora. El próximo bebé que veas míralo respirar.

¿Y qué pasaría si volviera a procesar un poco más mi vida respirando?


¿Quién sería o en quién podría convertirme?

Una de las cosas que más me gustan de dar sesiones es cuando, después de algunas
sesiones, me cuentan que empezaron a respirar en momentos que no lo hacían. Cuando se
te infiltra en tu vida cotidiana, ya no hay vuelta atrás. A veces se te mete cuando estas
manejando (bici o auto). También se infiltra mucho cuando te pones a leer. Y no falta quien
me dice: me pongo a respirar, así, fluidamente, cuando me meto en la cama para irme a
dormir, raro, antes no lo hacía.

¿Te preguntaste porque se detiene el aire de tu respirar cuando estás pensando? ¿Cuántas
veces se detiene el fluir de tu ventilación? ¿qué cosas lo detienen? Si nombrara ahora los
hits de los inhibidores respiratorios del humano adulto, que vengo investigando, diría: la
tensión en todas sus facetas y niveles (desde la incomodidad y la molestia pasando por el
dolor leve hasta el más profundo), el pensamiento reactivo (ese que se prende sin que vos
lo llames), las emociones mal llamadas (o mal interpretadas) negativas (sobre todo el miedo,
la impotencia-angustia y la ira). El estrés detiene nuestro respirar, lo mismo que la
preocupación y la ansiedad. Algo que vi que detiene en el acto la respiración es la
concentración obsesiva en algo, el control en todas sus variantes. Entrar en el inconsciente
muchas veces nos la detiene también, dependiendo de que estemos procesando en
nuestros sueños.

¿Y cuándo desinhibimos nuestra respiración más habitualmente? Cuando bostezamos,


cuando suspiramos, cuando nos enternecemos, cuando nos excitamos, cuando nos
conmovemos.
Quizás entrenamos a los acompañantes RE, mas que nada en el registro sensible que nos
permite tanto conmovernos como excitarnos (interesarnos e intrigarnos), así como
aliviarnos en el soltar, como un espontáneo suspiro (en este caso: continuo).

La ausencia de técnica, la presencia de la presencia


En la práctica RE solemos hablar de una ausencia de técnica de la respiración y más bien una
invitación vivencial hacia la presencia de la fluidez del aire que incluye como dirección, la
propuesta de la respiración conectada (sin pausa, ni retención) como puerta de acceso a
una respiración intuitiva. Esta puerta de entrada que llamamos respiración consciente
conectada (de la cual mas abajo hablaremos de sus variantes específicas) surge como un
“destapacorcho” respiratorio (emocional y perceptivo). Surge del recuerdo de la respiración
que solíamos tener de bebés, así como de un misterioso descubrimiento que seguimos
investigando, en el que, al poder permanecer en cierta dinámica rítmica respiratoria,
nuestra percepción y emoción se ve interpelada a exponerse, a registrarse y como
consecuencia a transformarse o potenciarse. En la medida en que más entrenamos este
“destapacorcho” vivencial, mas sencillo se nos vuelve el poder sensibilizarnos a lo que
sinceramente nos está pasando, más allá de lo que nos decimos. Incluso más sencillo se nos
vuelve observar lo que nos decimos y lo que nos creemos. También nos sensibilizamos con
aquello que más profundamente queremos, sincronizándonos con ello, más allá de lo que

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hasta ese momento veníamos sintiendo y pensando. No hay técnica para todo esto. En
vínculo, con tu acompañante, irán explorando como se van abriendo los caminos
desinhibitorios respiratorios, perceptivos y emocionales. La presencia es nuestra guía, es el
registro, es la atención, es el vehículo de consciencia que va realizando el trabajo, de
manera espontánea y coherente con lo que puede a cada momento.

La respiración intuitiva, otra mentira para impulsar tu investigación


¿Pensaste que alguien sabría hacia dónde dirigir tu desinhibición? ¿Acaso pensamos que
alguien puede saber más que nosotros mismos, cual es el modo más integrador o intuitivo
para respirar este momento? ¿Quién tiene la última palabra sobre la sinceridad de nuestra
propia existencia? Y si hubiera alguien fuera de nosotros mismos que pudiera sacarnos la
ficha y saber mas acerca de nuestros propios auto engaños, qué sentido tiene que nos los
comuniquen, si no queremos reconocerlos internamente. Yo no encontré aun, un camino
más empoderador, directo y gozoso que no fuera el de fomentar la propia intuición y el
propio insigth. El camino del vínculo, el camino del feedback, del ir cotejando, del ir
dialogando, el camino del ir juntos aprendiendo sobre ese saber intuitivo que cada uno
entraña. Estamos sueltos, arrojados en dirección a la respiración intuitiva. Pero ¿a que
llamamos respiración intuitiva? Por un lado, imposible abordar esta pregunta, por lo
singular de lo que puede ser la experiencia, por el otro intentaría hacerlo, nombrando a la
respiración intuitiva, como el arte de respirar los relieves del emocionar* de cada instante.
La posibilidad de entregarnos a sus vaivenes sutiles cambiantes, que van integrando los
emergentes de cada momento, cuando ya nuestra respiración fue aprendiendo a no temerle
a la intensidad de nuestra vitalidad y puede surfear un ritmo, dinámicamente, sin apagarse
o tensionarse. Es decir que, para investigar esta respiración intuitiva, solemos necesitar
previamente profundizar en la desinhibición de nuestra respiración, sino corremos el riesgo
de seguir patrones respiratorios reactivos que nos llevan a lugares automáticamente, sin
registrar lo que realmente precisamos en ese momento en particular.
*Emocionar: concepto que utiliza Humberto Maturana en el libro Biología del emocionar (escrito por H. Matura y Susana Bloch)

Respiración consciente conectada


La respiración y el registro

Como humanos, mamíferos, vivos hijos de la vida, venimos dotados de una fuente de energía vital
misteriosa y plena de la cual provenimos, evolucionando o cambiando, a través de la prueba y el
error, de los desafíos, de las aventuras, del ir más allá.
Si hubiera un estado subyacente que nos crea y recrea ¿Cómo sería este? ¿Ya pensaste en esto
alguna vez? Cada vez que me acerco a este estado diría que lo registro como cierta plenitud vital de
la cual surge todo lo demás. Podríamos describir este estado como: enraizado en el presente,
inteligente, fluido, sincrónico, vital, abierto de posibilidades, lleno de aprecio y respeto a todo lo que
es y va siendo. ¿Qué pasa en la experiencia humana con este estado? ¿En dónde está? ¿Está?
Quizá, conforme entramos a la experiencia humana y a su preciso momento histórico, con la familia
precisa que nos recibe, vamos creciendo y vamos creando y recreando nuestra identidad, y esto lo
hacemos con nuestro sistema de pensamiento que se nutre de nuestro entorno y época. ¿Cómo es
nuestro sistema de pensamiento?
El sistema de pensamiento humano actual, del entorno en el cual crecemos, es nuestra cultura. Ésta,
actualmente, pareciera estar atravesando un gran camino de exploración, en el que en su desarrollo
se viene transitando la experiencia básica de la supervivencia, la del miedo, de la amenaza, por lo

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tanto, el intento constante de control, de apropiación/manipulación de la situación, del otro, del


mundo y la consecuente desconfianza, por debajo, en todo nuestro convivir. En esta experiencia de
animal mental, puede haberse trasladado en el desarrollo de nuestro sistema nervioso, el miedo a la
supervivencia biológica de nuestra especie, hacia un miedo psicológico como instinto de segundo
grado *1. Este sistema en que conversa esta cultura nuestra que venimos recreando, pareciera
alejarnos de la experiencia aún más subyacente, profunda y honesta acerca del estado desde el que
surgimos: nuestra posible naturaleza vital que nace, basada en la confianza en el vivir y en su
inteligencia vincular, el registro de la coherencia de una trama vincular uniéndonos con todo. Al
mismo tiempo, este posible alejamiento (perceptivo), nos lleva a ampliar nuestra conciencia, si así lo
quisiéramos, dándonos la posibilidad de un nuevo aprendizaje y descubrimiento con nosotros
mismos en vínculo. ¿Y qué papel puede cumplir en esto, nuestra respiración?
Lo que venimos viendo es que nuestra respiración desinhibida además de darnos una referencia más
amplia del misterio que es nuestra experiencia vital, nos acompaña a permitirnos registrar nuestros
pensamientos y creencias, registrar la percepción y creación que nos surge desde la confianza y la
que nos surge desde la desconfianza. Respirando consciente y fluidamente nos ponemos en
contacto con la posibilidad de integrar dentro, lo que se nos separa y esconde, lo que nos duele y
evitamos, lo que no sabemos aún cómo elaborar sin defendernos, sin intentar luchar para sobrevivir.
Así como también respirando, surge aún más caudal vital que apoya la inspiración de una coherencia
sincrónica y confiante. Un camino de integración de todo lo que como humanidad venimos siendo,
todo lo que venimos diciéndonos y creyéndonos, registrando qué nos sirve ahora, qué apoya nuestra
vida. De este modo, el propio registro nos disponibiliza para descubrir vivencialmente posibles
próximos cambios o evoluciones, en cada uno y grupalmente, más allá de todo ideal y de toda moral.
En la medida en que más practicamos nuestra respiración desinhibida, es cada vez más fácil ser
conscientes de los pensamientos y percepciones (y sus correspondientes emociones) que emergen
durante nuestra respiración, de aquello que nos decimos y sobre todo que nos creemos. Estos
pensamientos nos hablan de nuestro proceso personal y también del proceso humano del que
formamos parte. Nuestro subconsciente, que emerge al respirar, que también vive en nuestro
cuerpo físico, es el cual podríamos llamarle nuestra memoria celular. Esta memoria subconsciente es
la que se disuelve ante nuestra conciencia, ante nuestro atestiguamiento, registro o reconocimiento
desde la presencia, el cual se ve potenciado con el acompañamiento humano.
Así, esta memoria celular, se nos transforma, ante nosotros, en otras perspectivas, pensamientos y
sentimientos que nos pueden ser más actuales, apropiados y vitales, que nos pueden ser más
coherentes con nuestra posible naturaleza vital, plena y vincular.
¿Qué efecto tiene el registro, el reconocimiento profundo desde nuestra presencia?
Es indescriptible el alcance del registro de nuestra presencia. Es muy sencillo menospreciarla y
desconfiar de ella. Es tan simple que se nos escapa su poder, terminamos focalizándonos en buscar
posibles soluciones “concretas”, cuando no hay nada más catalizador y concreto que el registro
presente. Todas las posibles “soluciones” llegan como consecuencia de esta alquimia. Lo que se nos
viene mostrando es que, registrar profundamente, interesadamente, intrigadamente, deconstruye
nuestra cultura y memoria celular e inmediatamente crea una nueva conversación, una nueva
cultura.
De este modo la RE se nos transforma en una deconstructora cultural, así como una gestadora de
nuevas culturas.
Respiración y patrones de pensamiento
Si hubiera un mundo interno y otro externo, la respiración sería la confluencia del mundo externo en
el mundo interno, y del mundo interno en el mundo externo. Entonces ¿Respiramos tal y como
vivimos? ¿Los patrones de vida se nos reflejan en la respiración? Si así fuera, trabajando la
respiración, trabajamos todos nuestros patrones creativos (incluso en el caso de que lo vivamos
inconscientemente). Ya decía Leonard Orr en el 1974*: “la respiración y el pensamiento son
hermanos”. Se mueven juntos. Nuestra respiración desinhibida es sinónimo de un pensamiento

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perceptivo exponencialmente multiplicador y creativo. Uno va con el otro. Nuestra respiración


inhibida es sinónimo de un pensamiento perceptivo limitante y estrecho. No hay uno sin el otro.
¿Qué pasaría si la respiración (y el prana que circula en ella) fuera el vehículo de energía que llena de
vida a los pensamientos?, ¿Qué pasaría si nuestra respiración determinara el cauce de nuestros
circuitos creativos, de nuestros circuitos psico-neuro-endocrino-inmunológicos? También sabemos
por estudios científicos que a nivel físico y químico el 70% de las toxinas las procesamos a través de
la respiración. En otras palabras, la respiración pareciera ser una herramienta de desintoxicación y
regeneración (o actualización) tanto a nivel físico como a nivel emocional y mental.
*Leonard Orr es quien fundó la técnica terapéutica llamada Rebirthing (Renacimiento)

Respirar conectado
La inhalación podemos verla como la que representa nuestro compromiso con la vida, la parte
activa. El impulso de vida. Nuestro lugar en el mundo, la acción. Cuanto más compromiso con la vida,
más poderosa y de mayor calidad suele ser la inhalación.
La exhalación representaría nuestra entrega a la vida, la parte pasiva. La exhalación sucede sola, sin
esfuerzo, de forma uniforme y directa. Es la aceptación, la entrega, el dejar partir, soltar, también el
descanso. Refleja la actitud hacia todo lo que ya nos es antiguo o nos refleja algún tipo de tensión. Es
también la capacidad de alivianarnos, aliviarnos y muchas veces nuestra capacidad para sentir
placer.
Lo conectado: Existe este enlace entre la inhalación y la exhalación entre la exhalación y la
inhalación que puede siempre mejorarse (investigarse). Siempre podemos profundizar en la
investigación de la potencia de esta circularidad, porque siempre estaremos expuestos a nuevos
aprendizajes, a nuevas crisis, a nuevas integraciones (¡al menos mientras sigamos usando nuestra
respiración!).
En esta propuesta RE, en una primera instancia, elegiremos ver al patrón de pausa entre inhalación y
exhalación como una consecuencia de un sentimiento de carencia o incapacidad de fluir y a
la unión de la inhalación y la exhalación la exploramos como una posibilidad de movimiento, de
regeneración y de expansión del sentimiento de abundancia o agradecimiento, creatividad y aprecio.
El pecho alto: En este aspecto respiratorio de la propuesta RE, existe lo que le solemos decir: la
participación del pecho alto. Incluir el pecho. El pecho suele ser un lugar clave de durezas y posibles
emblandecimientos emocionales. Luego la respiración se va desinhibiendo y volviendo cada vez más
intuitiva y poderosa, entonces sola suele ir abriendo espacios más allá de la respiración alta,
llegando muchas veces a ser entre otros modos posibles, completa y plena. Sin embargo, que la
respiración sea completa no es el objetivo último de una sesión, sino una consecuencia natural que
ocurre en algunos momentos que nuestra vida así lo requiere.
La desinhibición: No sé si podríamos hablar de un objetivo último a realizar a nivel respiratorio. Lo
que si podemos hablar es de una dirección. Hacia donde se direcciona esta experiencia de
respiración. En este sentido la desinhibición es nuestra dirección, ya que ésta se relaciona con la
intuición o inteligencia “interna” de la persona. Cuando la respiración se va desinhibiendo más y
más, suele usar todas las zonas del sistema respiratorio. Pero lo curioso es que nunca las usa de una
misma manera, no nos deja fijar una fórmula. Por lo que venimos investigando, la respiración, al
desinhibirse, pareciera seguir el movimiento intuitivo de ese día, de ese particular y singular
momento. Muchas veces lo que solemos experimentar es que la respiración empieza a respirarnos, y
nos lleva bajo su propia inteligencia.

Entregándonos a la respiración en la sesión RE


Solo después de haber leído todo lo anterior te ofrezco algunas perspectivas sobre el respirar
para que sigas poniendo a prueba tu investigación. Sino leíste lo anterior, todo lo que leas
ahora puede ser usado en tu contra por vos mismo. Nada de lo expuesto aquí es literal u

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objetivo. Todo es contextual y supeditado a tu singular experiencia. (¡Y que el vínculo te


acompañe!)

Al principio, sobre todo, es valioso hacer énfasis en la inhalación, que facilita la apertura de la
energía de vida, porque al principio las personas (en general) solemos estar orientadas hacia la
exhalación. Al menos esa suele ser la tendencia de la consecuencia de la inhibición respiratoria.
Muchas veces, mientras no se realiza un trabajo de consciencia en el nivel emocional perceptivo, las
personas solemos estar más orientadas hacia la inhibición que hacia la desinhibición. Esto no es
malo. Es. Y aunque muchas veces no entendamos porque es así como es, podríamos entregarnos a la
inteligencia de su suceder, mientras suceda. Así como también, investigar en la medida que nuestra
curiosidad nos lleve a descubrir cuando nos inhibimos y cuando y que nos permite desinhibirnos.
La dirección de nuestra exhalación, una y otra vez, se nos propondrá como relajada. Como un
globo que se desinfla, como una piedra que cae al agua sin freno, sola, directa y continuadamente.
Invitamos a no empujar, dejando que el aire salga por sí mismo, dejando que la exhalación se realice
sola. Sabiendo que, en el camino hacia esa dirección, muchas veces, acompañaremos distintas
“desviaciones” que también nos serán vitales en el proceso.

Los modos de realizar el ciclo inhalación-exhalación son un reflejo de los patrones de nuestra
personalidad o identidad más fija. Dificultades y facilidades para dar continuidad a la inhalación con
la exhalación o desde la exhalación hacia el volver a tomar aire, nos pueden hablar de nuestro
proceso vital. A grandes rasgos pueden aparecer diversas desviaciones de nuestra respiración entre
las que se encuentran los dos grandes síntomas: anestesia (o adormecimiento) y tetania *3(o
tensión).
La guía hacia el permanecer es nuestro norte en el timón. Pase lo que pase aprendemos a vivir
confianza para seguir respirando, porque el síntoma es temporal y desaparece con la respiración en
registro, en presencia.
Nos encanta crear el espacio para que quien viene a respirar (respirante) se sienta en un contexto de
confianza creciente, complicidad, donde no se sienta en absoluto juzgada y así se pueda abrir más a
interesarse en su proceso.
El respirante es responsable de su propio proceso, no podemos esperar que el acompañante nos
solucione algo. Como acompañantes nos apasiona descubrir como el respirante encuentra lo que
busca adentro suyo, aún más, cómo se nos develan insigth* al vínculo.
*Insigth: es un término utilizado en psicología proveniente del inglés que se puede traducir al español como "visión interna" o más
genéricamente "percepción" o "entendimiento". Mediante un insight el sujeto "capta", "internaliza" o comprende, una "verdad" revelada.

Intensidad y volumen
La analogía del volumen que comenzaron a exponer en el libro “Vivation” Jim Leonard y Phil Laut * 2
suele ser muy útil. La intensidad es el volumen, a mayor caudal de aire mayor intensidad, mayor
volumen de la música de la vida se escucha. A menor caudal de aire menor intensidad, menor
volumen de la música de la vida se escucha.
Es decir que si como respirantes estamos sintiendo mucha intensidad puede ser útil ser
acompañados a respirar más suavemente (menos caudal de aire) para integrar la intensidad que se
está moviendo.
Es decir, acompañar a escuchar la música de la vida un poco más bajo para disfrutar de sus detalles
sin ser aturdido. Este suele ser el caso de la tetania: demasiada intensidad no me deja disfrutar y
asimilar la música de la vida. Lo contrario sería un respirante que está sintiendo poca intensidad,
reflejándose en adormecimientos o simplemente dispersión en relación a su sentir; entonces puede
ser útil ser acompañado a respirar más enérgicamente, dejando entrar un caudal de aire más amplio
(incluso por boca). Esto se traduciría a una mayor intensidad por lo tanto acompañamos al
respirante a escuchar su música más alto, pudiendo disfrutar de sus detalles sin adormecerse,

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estando en la presencia justa, el estado de alerta sin tensión. Este suele ser el caso de la anestesia:
demasiado adormecimiento y dispersión no me permite disfrutar y asimilar la música de la vida.
La desinhibición viene a ser el espacio de atestiguamiento que emerge del equilibrio en movimiento
entre estos polos, de acuerdo al momento de cada persona.
Ritmos
El Caudal de aire no tiene necesariamente que ver con el ritmo de quien respira.
Caudal es cantidad: profundo o superficial; y ritmo es tiempos: corto o largo.
Es decir que se puede mantener un ritmo intermedio (ni muy corto, ni muy largo) respirando con un
caudal pequeño, casi imperceptible y superficial, así como con un caudal híper visible, enorme y
profundo. El ritmo a grandes rasgos tiene que ver con un pulso vital constante y vivo, que se nos
propone investigar, al menos en principio, dentro de lo: dinámico. Proponemos lo dinámico como
puerta al registro del efecto del movimiento del aire y su fricción. Habrá momentos, que nuestra
energía pida algo un poco más lento y otros momentos algo aún más aún dinámico. A la vez cada
persona pide algo particular en cada momento de su proceso hacia la desinhibición intuitiva
respiratoria. Aun así, tenemos una estructura que nos contiene con la que nos podemos guiar los
acompañantes.
Acelerado
En general la tendencia de lo acelerado puede tener que ver con un exceso de pasión que
puede convertirse fácilmente en exigencia, en lucha, en tensión. Por la exigencia puede
venir mucho control también. El patrón de ritmo acelerado con gran caudal de aire puede
generar extrema intensidad que devenga en el emerger de tensión de manera muy rápida.
Por otro lado, nos puede acompañar a despertar e integrar grandes anestesias, así como,
también puede si ya hubiera mucha intensidad, dejarnos muy expuestos a quedarnos
atrapados en dramas emocionales. El ritmo acelerado con poco caudal de aire puede
generar mucha relajación, nos puede acompañar a asimilar tetanias fuertes, así como, si no
hubiera mucha intensidad generar adormecimiento, ensueño o sensaciones poco nítidas,
que no llegan a la profundidad de lo que se está sintiendo, ni procesando.

Realentado
En general la tendencia de la lentitud puede tener que ver con dejar las emociones
escondidas o bajo control, así como permanecer en los pensamientos lineales, reactivos,
automáticos. Muchas veces también la encontramos en personas que practican meditación
o yoga u otros pranayamas. El ritmo realentado con mucho caudal de aire puede generar
algo de intensidad y presencia. E decir, que, si venimos de estar adormecidos, nos puede
acompañar a volver a la presencia de a poco y a tener una percepción de lo que estamos
sintiendo. Por eso a veces sugerimos a alguien con mucha anestesia, hacer tres o más
respiraciones muy profundas.
El ritmo realentado con poco caudal de aire o nulo puede generar extrema relajación y
adormecimiento.
Si el respirante viene de una extrema tetania puede generar una gran estabilidad emocional y
escucha al movimiento. También, generalmente, este ritmo suele adormecer profundamente a
quien respira, atrayendo la apnea o cese de la respiración. Suele venir cuando hay mucho para
integrar y el respirante siente que no da abasto o simplemente no tiene un registro de cómo hacerlo.

Desinhibir la respiración sin acompañamiento:

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El respirar está al alcance de todos. Y el usar nuestra respiración conectada para integrar
emociones, percepciones y pensamientos que no nos están acompañando o para potenciar
aquellos que nos están nutriendo, también está al alcance de quien se sienta atraído a este
viaje. Sin duda, haber participado en sesiones de RE nos puede dar un impulso para
profundizar el camino de exploración más allá de exponernos a un proceso de
acompañamiento. Entonces, ¿Se puede desinhibir mi respiración simplemente practicando
la respiración conectada, sin acompañamiento? Si y no. Es decir, la propuesta de la práctica
de la RE involucra siempre a un otre acompañante entrenado. Sin embargo, toda la
exploración personal siempre será de enorme valor para el camino de investigación de cada
quien. Y ¿Hay riesgos en el respirar de manera solitaria? El único riesgo más notorio que
hasta ahora pude registrar es el de creer que ya comprendí completamente la práctica de la
RE y por lo tanto creer que no me es necesario el acompañamiento con otre entrenado, y
perderme así la riqueza de un proceso vincular. También como riesgo podría suceder que, al
respirar de manera fluida y conectada, además de emerger placer e integración puedan
emerger también sentimientos, pensamientos y percepciones incómodas que nuestro
cuerpo y nuestra vida no están acostumbrados a permitir, a atravesar y a asumir. Podríamos
quedarnos con mucho material expuesto, que hasta este momento venía estando
escondido, evitado y/o tapado. Con la presencia de un acompañante entrenado esto puede
estar contenido adentro de un proceso en el que se pueda ir asimilando gradualmente cada
emergente que surge. Sin la presencia del acompañante puedo quedarme en algún drama
interno que haya emergido hasta que poco a poco lo vuelva a tapar (consciente o
inconscientemente). También puede suceder que minimice lo que me está pasando, o la
práctica en sí, como un modo de defensa que encuentra nuestra vida, por no tener la
contención necesaria para atravesarlo y/o asumirlo. Hay lugares a los cuales podremos
llegar solo en presencia de un acompañante experimentado, ya que se mostrará la
contención y ciertos aspectos que solo surgen en el vínculo.
Para todes quienes quieran aventurarse en la investigación de la desinhibición de la
respiración, recomendamos que se pongan en contacto con algún acompañante con el que
al menos ir teniendo algunas charlas o sesiones que les permitan ir orientándose en la
investigación.
También, si, ya empezaron un proceso RE, y se sienten atraídos a entrenar la práctica
solitaria, es recomendable probar respirar con marcos temporales cortos, como por ejemplo
por 10 minutos, así como tener un cuaderno compañero para escribir lo principal que me
está sucediendo, o que estoy sintiendo o pensando, tanto antes como después de respirar.
La presencia del acompañante no es reemplazable por el auto acompañamiento, ni
viceversa. Es decir, son prácticas distintas que incluso (una vez ya habiendo comenzado un
proceso acompañado) pueden retroalimentarse.

Bibliografía de consulta:
*1 Eugenio Carutti, Inteligencia Planetaria, Vladi Ediciones 2015.
* 2 Jim Leonard y Phil Laut fueron quien escribieron el libro “Vivation”(Ediciones Obelisco 1992). Jim
Leonard fundó el Vivation como técnica de desarrollo personal en la que también se usa la
respiración conectada.

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