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Partimos del articulo 53 de la convención de Viena “Es nulo todo tratado que, en el
acuerdo en contrario y que sólo puede ser modificada por una norma ulterior de
Podemos decir entonces que, las normas imperativas revisten cuatro condiciones
conjunto. Por otra parte, las normas de derecho imperativo obligan a frente a
importando cual sea la fuente de la que derivan, ninguna norma que no tenga
este carácter puede contravenir a otra de ius cogens. Sin embargo, el debate
d. Solo puede ser modificada por otra norma imperativa, por este último elemento,
de las normas de ius cogens. Si una norma de ius cogens puede ser modificada,
Todo ello nos conduce a una concepción de una sociedad internacional universal,
dotada de valores propios y que puede invocar por si misma un verdadero interés
general. Las normas de ius cogens recogerían un consenso mínimo sobre valores
salvaguardarlos.
que son más precisos y fácil de verificar, la costumbre conserva su viejo abolengo y
formación de sus normas sino también a los que luego surgieron a la vida y entraron en
la escena internacional. Pero también los tratados multilaterales generales pueden dar
origen a estas normas, es decir, acuerdos celebrados por los mismos integrantes de la
internacional adquiriendo así carácter imperativo y general, y aplicables a toda ella, sin
excepción. Existen también en la práctica de los Estados numerosos ejemplos de
tratados multilaterales con contenido de ius cogens, pero que precisamente por no
Sin embargo, se ha sostenido por parte de la doctrina que estas normas no pueden
ser creadas por tratados, ya que el único caso posible y muy hipotético, sería el de
establecer una norma de este tipo en un tratado del cual todos los Estados del mundo
fueran parte. De no ser así, la norma de ius cogens tendría que oponerse aun a terceros
Estados y por lo tanto se estaría violando el principio general de que los tratados por sí
tener como fuente los principios generales de derecho reconocidos por los principales
proceso colectivo no pueden revestir tal carácter, y a través de él ya han pasado a ser
general.
3. El doble consentimiento
consentimiento para ver en esa norma una norma imperativa, inderogable en absoluto
“solo pude ser modificada por una norma ulterior de derecho internacional general que
Esta provisión, acaba de expurgar los últimos resabios del ius naturalismo que
pudieran quedarle al articulo 53. Acentúa por tanto su carácter positivo, dinámico y
otra “que tenga el mismo carácter”, o sea por otra norma imperativa de derecho
norma anterior. Esto es lo que significa, según el sentido natural de los términos, el
“tener el mismo carácter”, y no que la nueva norma deba ser oriunda de la misma fuente
formal que lo fue la norma anterior, es decir la convención o la costumbre. No hay nada
en los travaux preparatoires que autorice a pensar de otro modo, ni se razón alguna para
variar aquí el principio general según el cual el tratado y la costumbre tienen un rango
remplazar una costumbre y viceversa. Lo único que ha este respecto se permitió señalar
que con toda probabilidad toda modificación que en el futuro se hiciera de un norma de
general.
reconocer que hay normas cuya modificación es imposible, así no sea sinopor
imposibilidad lógica. Es el caso pata no ir mas lejos, de pacta sunt servanda, no solo
porque con su desaparición se esfumaría también, ipso facto, la sociedad internacional,
para quedar solo unidades dispersas y en perfecta anarquía, sino sencillamente porque
remplazarla, la norma pacta non sunt servanda. Por que una de dos: o se observa la
nueva norma, y en este caso no podría observarse, al igual que todos los demás, el
tratado que la ha consagrado, o si se insiste en que debe tener fiel cumplimiento solo
para los demás tratados , habrá por lo menos uno, el ultimo, del que podrá decirse
pactum est servandum, ya que de otro modo no podrá ejecutarse el pacto que prohíbe
Partimos del articulo 64 de la convención de Viena, al decir que, “si surge una
nueva norma imperativa de derecho internacional general, todo tratado existente que
nulidad, sin embargo, esta es diferente en ambos casos, es así que el articulo 53 nos
habla de la nulidad ex tunc y por su parte el articulo 64 nos muestra la nulidad ex nunc.
Empecemos entonces hablando sobre la nulidad ex tunc, la cual implica que son
retroactivamente anulables, los Tratados concebidos ex ante siempre que tengan como
todo o en parte, a una norma de ius cogens. Esta nulidad absoluta, nulidad de pleno
implica la cesación de sus efectos. En otras palabras, al terminar un Tratado dejan de ser
supone que dejan de desplegar los efectos jurídicos pertinentes, aunque sí conservan,
1) Divisibilidad e indivisibilidad.
artículo 53, en cuanto a la nulidad del tratado que esté en conflicto con una norma de ius
divisibilidad o indivisibilidad de sus cláusulas, en forma tal que sólo resulten afectadas
de nulidad las cláusulas en conflicto con la norma imperativa, o bien el tratado en total,
por más que no en todas sus cláusulas pueda darse el susodicho conflicto. Ahora bien, la
segundo, pero uno y otro régimen están expresados con toda claridad en el artículo 44
de la Convención, cuyo epígrafe es el siguiente: “Divisibilidad de las disposiciones de
un tratado”. No tenemos por qué reproducir el artículo en su integridad; nos bastará con
a) dichas cláusulas sean separables del resto del tratado en lo que respecta
a su aplicación;
cláusulas no ha constituido para la otra parte o las otras partes en el tratado una base
De lo anterior resulta que, aparte de la nulidad por causa de conflicto entre el tratado
y una norma preexistente de ius cogens (artículo 53) hay otras dos nulidades en que
nulidad, sino la inseparabilidad de las cláusulas del tratado afectado por ella. En todos
los demás casos (en el artículo 64, por consiguiente) rige el principio de la separabilidad
de las cláusulas del tratado, con tal que, por supuesto, se llenen los requisitos prescritos
en el artículo 44.
cláusulas del tratado en los casos de los artículos 51 y 52. Si, en efecto, el tratado, todo
él, ha sido celebrado bajo el imperio de la coacción, ninguna validez podrá tener sus
estipulaciones, aun cuando la coacción haya cesado, por lo que será preciso celebrar un
nuevo tratado, cuya primera condición ha de ser la entera libertad de ambas partes. En
cuanto a la situación que aquí y ahora nos concierne directamente, es decir la nulidad
del tratado en el caso del artículo 53, la Comisión de Derecho Internacional, después de
reconocer que entre sus miembros hubo un debate sobre este punto, expone los motivos
del tratado cuya celebración es incompatible con una norma de ius cogens (artículo 50).
Algunos miembros estimaron que no convenía disponer que la totalidad del tratado
queda anulada cuando únicamente una parte, incluso pequeña, del tratado sea
incompatible con una norma de ius cogens. Sin embargo, la Comisión opinó que las
normas de ius cogens tiene un carácter tan fundamental que, cuando las partes celebran
un tratado en el que figura una cláusula cualquiera incompatible como una norma de ius
cogens ya existente, hay que considerar el tratado como totalmente nulo. En tal caso, las
Como quiera que sea, la solución adoptada no es, ni mucho menos, evidente por sí
misma, y hasta entre los mismos relatores especiales hubo diferencias en este particular.
Para Lauterpacht, sobre la base de que la colisión con una norma imperativa puede
divisibilidad”.13 Para Fitzmaurice, por el contrario, debe estimarse que todo el tratado
es nulo ab initio.14 Waldock, a su vez, cuando le llegó su turno, fue del mismo parecer
que Lauterpacht (la divisibilidad), pero fue vencido por la mayoría de la Comisión, en
consideración al carácter “tan fundamental” de las normas iuris cogentis. Pero como
observa Jerzy Sztucki, el conflicto de una cláusula particular de un tratado con una
artículos del tratado, los cuales pueden perfectamente tener cumplimiento, y sobre todo en
2) El problema de la retroactividad
Tratándose de disposiciones tan drásticas como las que contienen los artículos 53 y
64 de la Convención de Viena, o sea la sanción de la nulidad del tratado en los casos allí
El tratado internacional, que, a lo que se dice, es ley entre las partes, reclama en su
favor la garantía que, para la ley en general, encontramos en el artículo 1o. del Código
Napoleón: La loi ne dispose que pour l’avenir; elle n’a point d’effet rétroactif (“La ley
Este es, sin duda, el locus classicus en la materia; y sin embargo, nos parece que está
persona alguna”.
parecido ser la más lógica, la más acomodada al sentido natural del término, es la
siguiente “La ley es retroactiva cuando vuelve sobre el pasado, ya sea para apreciar las
derecho ya realizados. Fuera de esto no hay retroactividad, y la ley puede modificar los
efectos futuros de hechos o de actos inclusive anteriores, sin ser por ello retroactiva”.
3) ¿Retroactividad o irretroactividad?
La Comisión de Derecho Internacional insistió una y otra vez en el carácter
cabe admitir que el presente artículo tenga efectos retroactivos. El artículo se refiere a
que sus disposiciones están en pugna con una norma ya existente de ius cogens. El
norma imperativa de derecho internacional general que ningún Estado puede derogar ni
siquiera por consentimiento mutuo. Por otra parte, el artículo 16 se ocupa de las
extingue por el establecimiento ulterior de una norma de ius cogens con la cual son
incompatibles sus disposiciones. Las palabras “será nulo y terminará” expresan con toda
claridad que la aparición de una nueva norma de ius cogens no tiene efectos retroactivos
sobre la validez del tratado. La nulidad se produce únicamente a partir del momento en
Convención para las partes interesadas, o una norma que existe antes e
La práctica internacional y los deberes que tuvieron lugar en las Naciones Unidas y
permite, en nuestra opinión, sostener que este concepto ha entrado por la costumbre
vigor de la Convención para uno u otro Estado. Por otra parte, sería difícil sostener que
Es inútil continuar especulando sobre este tema. Sólo el futuro podrá decir, por voz
de la jurisprudencia, hasta qué punto podrán o no tener efecto los artículos 53 y 64 sobre
presumirse que el solo paso del tiempo acabará por eliminar el problema, ya que de uno
u otro modo terminarán por extinguirse los tratados que, por cualquier motivo, no se
semicolonial, por ejemplo, no quedan hoy sino unos cuantos, y muy pronto, así lo
esperamos, no habrá ninguno. Desde el punto de vista práctico, por consiguiente, trátase
de cuestiones residuales que el tiempo por sí solo se encargará de liquidar del todo.
4) El derecho intertemporal
Hacia el futuro, una vez más, es hacia donde debemos mirar, a la aplicación que
retroactividad.
Si nos hubiéramos quedado tan sólo con el actual artículo 53, podría haberse
habría sido tanto como trasladar el derecho internacional a la antigua teoría civilista de
los derechos adquiridos. Habría sido tanto, en otras palabras, como congelar para
recto sentido.
Es la teoría que deja intactos los actos de todo género, con los lucros consiguientes,
realizados bajo el imperio de la ley antigua, pero que permite a la ley nueva actuar con
obligaciones, pueden en todo momento ser modificados por una nueva ley... La doctrina
de los derechos adquiridos no tiene nada que hacer aquí, puesto que la ley nueva, por
derechos no existen y no permanecen sino mientras está en vigor la ley que los rige y
los autoriza, por lo que deben sufrir el efecto de todo cambio de legislación.
La conexión entre ius cogens emergente y derecho intertemporal ha sido percibida
por más de un autor, como Christos Rozakis y Ion Diaconu, en concepto del cual la
teoría del derecho intertemporal podría configurarse de la siguiente manera: “La validez
caso particular cuando se dan varios sistemas en épocas sucesivas —el derecho llamado
tanto que conjunto de normas jurídicas en vigor en el momento en que nace el derecho,
se ajuste a las condiciones exigidas por la evolución del derecho en tanto que conjunto
de normas jurídicas.