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TRANSPLANTE
HISTORIA
Los trasplantes de órganos constituyen uno de los más grandes logros terapéuticos del siglo
XX, vinculado históricamente al desarrollo cultural de la humanidad y a su deseo irrefrenable
de perpetuarse.
En 1936, cuando el ruso Yu Yu Voronoy realizó el primer trasplante renal en humanos al aplicar
las anastomosis vasculares desarrolladas en Lyon, Francia, por Mathieu Jaboulay y Alexis
Carrel,
En 1954, en el Hospital Peter Bent Brigham de Boston, EUA, cuando realizaron el primer
trasplante exitoso entre gemelos idénticos, y cuando el urólogo Hartwell Harrison realizó la
nefrectomía del donador y el cirujano plástico Joseph Murray realizó el implante en el
receptor, enfrentando así las barreras inmunológicas.
Aunque a mediados del decenio de 1950-59 a las barreras inmunológicas para el trasplante
entre individuos no idénticos se les consideraba insuperables, un número importante de
sucesos en el laboratorio condujo a un mayor avance en el campo de la inmunología de los
trasplantes. Un logro histórico sobre la inducción de tolerancia neonatal fue obtenido por
Brent y Medawar, al demostrar que los ratones adultos podían tolerar injertos de piel, pero
dicho método no fue práctico en humanos. Su uso en los laboratorios fue incrementándose
con la confianza en que pronto solucionaría el rechazo del injerto en la clínica. Tan atractivo
resultó este método de supresión que otras propuestas, como los esteroides, fueron
desechados. Fue Avrion Mitchison quien estableció con firmeza el papel de la inmunidad
celular como un importante efector en los mecanismos del trasplante. El papel crucial del timo
en la mediación de la inmunidad celular y el rechazo de los injertos fue establecido por JFAP
Miller, al demostrar que los ratones que habían sido timectomizados durante el periodo
neonatal sufrían un agotamiento de linfocitos y, como resultado, carecían de capacidad para
rechazar aloinjertos de piel. El descubrimiento de los antígenos de leucocito humano o HLA
(Human Leukocyte Antigens), al final del decenio de 1950-59, puede ser atribuida a los
estudios independientes de Rose Payne en Stanford, Jon van Rood en Leiden y Jean Dausset,
en París.
¿QUE ES EL TRANSPLANTE?
Trasplantar es sustituir un órgano o tejido enfermo por otro que funcione adecuadamente.
Actualmente se llevan a cabo miles de trasplantes cada año en todo el mundo, y constituyen
sin duda una alternativa real a muchas enfermedades.
Los órganos más frecuentemente trasplantados son:
Riñón
Hígado
corazón
pulmón.
Cada uno de ellos con características especiales. También se trasplantan tejidos (hueso, piel,
válvulas cardiacas) o células, como las células pancreáticas y las células madre.
TIPOS DE TRANSPLANTE
TRASPLANTE SINGÉNICO: donante y receptor son gemelos idénticos.
TRASPLANTE ALOGÉNICO: donante y receptor son distintos genéticamente, pero de la
misma especie. Es el tipo más frecuente.
TRASPLANTE AUTÓLOGO: las células o tejidos trasplantados proceden del propio
receptor del trasplante.
XENOTRASPLANTE: el donante y el receptor son de especies animales distintas
Las moléculas que resultan extrañas al organismo receptor se llaman aloantígenos en los
aloinjertos y xenoantígenos en los xenoinjertos.
Los linfocitos o anticuerpos que reaccionan ante estas moléculas se denominan alorreactivos y
xenorreactivos, respectivamente.
RECHAZO HIPERAGUDO.
Puede ocurrir en minutos o pocas horas en individuos previamente sensibilizados,
como pueden ser pacientes que ya han rechazado un órgano trasplantado
previamente, pacientes que han sufrido transfusiones o mujeres que durante el
embarazo han desarrollado anticuerpos frente a antígenos del feto. Ocurre porque en
el receptor del órgano hay anticuerpos circulando preformados contra los antígenos
del órgano trasplantado. Por eso la respuesta es tan inmediata, y generalmente el
órgano sufre necrosis isquémica en el momento de la implantación, y nunca llega a ser
funcional.
RECHAZO AGUDO.
Ocurre pocos días después de efectuado el trasplante, aunque a veces puede ocurrir
meses o años más tarde, al suspender el tratamiento inmunosupresor. Se produce
porque se ponen en marcha los mecanismos de inmunidad humoral y celular. Se
produce edema, daño endotelial e infiltración por linfocitos. También puede haber
fenómenos de trombosis. Suele responder al tratamiento inmunosupresor.
RECHAZO CRÓNICO.
Ocurre a largo plazo porque los tratamientos inmunosupresores fallan en su cometido
de detener la respuesta inmune. A nivel microscópico se producen cambios parecidos
a los del recha zo agudo (cambios inflamatorios y necrosis) que acaban por dañar la
función del órgano trasplantado. Constituye el verdadero reto de la terapia
inmunosupresora.
COMPLEJO PRINCIPAL DE HISTOCOMPATIBILIDAD
En el organismo humano existen proteínas polimorfas, es decir, con pequeñas
diferencias entre un individuo y otro en lo referente a la secuencia de aminoácidos.
Las proteínas con un mayor número de “formas” diferentes son las del sistema HLA. El
alto grado de polimorfismo de estas proteínas de los órganos trasplantados más su
función fisiológica hace que sean desconocidas por el organismo del receptor y
desencadenen una respuesta de rechazo.
El rechazo de tejidos trasplantados entre dos individuos de la misma especie es
consecuencia del reconocimiento de los llamados “antígenos trasplantados”. Estos
antígenos, expresados en la superficie de las células y tejidos, tienen dos funciones: