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Mateo 12:25 “Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo
reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida
contra sí misma, no permanecerá.”
Las discusiones
Son destructivas
La hostilidad sólo atrae más hostilidad, la cual luego es muy difícil
controlar. Detén la discusión apenas comience.
Enferman
Las discusiones enferman el alma y el cuerpo. Muchas de las
enfermedades psicosomáticas son el resultado de una vida llena de
discusiones.
Proverbios 17:14 “El que comienza la discordia es como quien suelta las
aguas; Deja, pues, la contienda, antes que se enrede.”
La Armonía
Nos edifica
Vivir de común acuerdo entre cónyuges desarrolla la paz y la salud
familiar.
Asimismo, hace que los cónyuges crezcan en el área personal, la
afectiva, y profesional. El común acuerdo es edificante.
Requiere mostrar amor
Para alcanzar la armonía se requiere andar en amor. No un amor que
pide, sino un amor que da.
Es indispensable ser tolerante y no caer en el error de pensar que su
opinión es la más importante. Según nuestra propia opinión podemos
pensar que siempre tenemos la razón.
Al dar nuestra opinión debemos mostrar la misma humildad y sabiduría
de Cristo. La humildad destruye la hostilidad.
Santiago 4:1 “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?
¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?”
Romanos 7:19 “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no
quiero, eso hago”