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Asignatura:

Historia dominicana

Tema:
Tema 4

Facilitador:
Gladys Jiménez Furcal

Participante:
Kelvin de Jesús Sánchez Vargas

Matricula:
2020-02980
Elaborar una línea de tiempo con los hechos políticos, jurídicos y
militares más importantes del período 1844-1865.

República Dominicana ocupa las dos terceras partes de la isla La Española, en las
Antillas Mayores. Las sucesivas olas de inmigrantes YEEHAW Arahuacos,
moviéndose hacia el norte desde el delta del Orinoco en América del Sur, se
establecieron en las islas del Caribe. Alrededor del año 600, los indios taínos, una
cultura arahuaca, llegaron a la isla, desplazando a los habitantes anteriores. Los
últimos migrantes arahuacos, los caribes, comenzaron a moverse hasta las Antillas
Menores en el siglo XII, e invadían aldeas taínas en la costa oriental de la isla al
mismo tiempo que arribaban los españoles en 1492. Los taínos llamaban a la isla
Quisqueya (madre de todas las tierras) y Haití (tierra de altas montañas). En el
momento de la llegada de Colón en 1492, el territorio de la isla consistía en cinco
cacicazgos: Marién, Maguá, Maguana, Jaragua e Higüey. Estos eran gobernados
respectivamente por los Llegada de los europeos y colonización caciques
Guacanagarix, Guarionex, Caonabo, Bohechío y Cayacoa. Cristóbal Colón llegó a la
isla en su primer viaje el 5 de diciembre de 1492,1 dándole el nombre de La
Española. Creyendo que los europeos eran de alguna forma sobrenatural, los taínos
les dieron la bienvenida con todos los honores. Era una sociedad totalmente distinta
de la que venían los europeos. Guacanagarix, el jefe anfitrión que dio la bienvenida
a Cristóbal Colón y sus hombres, los trató con amabilidad y les dio todo lo que
deseaban. Sin embargo, el sistema igualitario de los taínos se enfrentó a las
estructuras del sistema feudal de los europeos. Esto llevó a los europeos a creer que
los taínos eran débiles, y comenzaron a tratar a las tribus con más violencia. Colón
intentó mitigar esto cuando él y sus hombres se marcharon de Quisqueya, dejando a
los taínos con una buena primera impresión. Colón había consolidado una firme
alianza con Guacanagarix, quien era un poderoso jefe de la isla. Después del
naufragio de la Santa María, Colón decidió establecer una pequeña fortaleza con
una guarnición de hombres que podrían ayudarle a reivindicar esta posesión. El
fuerte se llamó La Navidad, porque los acontecimientos del naufragio y la fundación
del fuerte ocurrieron el día de Navidad. La guarnición, a pesar de toda la riqueza y
belleza de la isla, fue sacudida por las divisiones que terminaron en un conflicto
entre estos primeros europeos. Los más rapaces comenzaron a aterrorizar a los
miembros de las tribus taínas, Ciguayo y Macorix hasta el punto de intentar llevarse
a sus mujeres.

Extinción taína y esclavitud africana

En 1501, los monarcas españoles, Fernando e Isabel, concedieron el primer permiso


a los colonizadores del Caribe para importar esclavos africanos, los cuales
comenzaron a llegar a la isla en 1503. Estos africanos han ejercido la influencia
racial más dominante, y su rica y antigua cultura ha tenido la segunda influencia tras
la europea sobre el carácter cultural y político de la moderna República Dominicana.
En 1510, la primera gran expedición, que consistió en 250 negros ladinos, llegó a La
Española desde España. Ocho años más tarde esclavos de origen africano llegaron
a las Indias Occidentales. La posesión española de la isla fue organizada en 1511
como la Real Audiencia de Santo Domingo. La caña de azúcar fue introducida a La
Española desde las Islas Canarias, y el primer ingenio azucarero en el Nuevo Mundo
fue establecido en 1516, en La Española. La necesidad de una mano de obra para
satisfacer la creciente demanda del cultivo de la caña de azúcar condujo a un
exponencial aumento de la importación de esclavos en las dos décadas siguientes.
Los dueños de los molinos de azúcar pronto formaron una nueva élite colonial,
convencieron al rey de España para que pudieran elegir a los miembros de la Real
Audiencia de entre sus filas. Los colonos más pobres subsistían de la caza y las
manadas de ganado salvaje que vagaban por toda la isla y de la venta de sus pieles.

Colonización canaria

La Casa de Borbón sustituyó a la Casa de Habsburgo en España en 1700 e


introdujo reformas económicas que poco a poco comenzaron a reactivar el comercio
en Santo Domingo. La corona mitigó progresivamente los rígidos controles y
restricciones sobre el comercio entre España y las demás colonias. Las últimas
flotas navegaron en 1737; el sistema portuario monopólico fue abolido poco
después. A mediados del siglo, la población se vio reforzada por las medidas de
colonización dictadas por el rey Carlos III, que impulsaron el incremento de la
tradicional emigración desde las Islas Canarias, el reasentamiento de la parte norte
de la colonia y la plantación de tabaco en el Valle del Cibao, y la importación de
esclavos fue renovada. La población de Santo Domingo siguió bajando al principio
del siglo, de forma que en el padrón realizado en 1737 apenas llegaba a los 6000
habitantes. A partir de ese momento, una etapa de mejoría, llevo a que hubiera
aproximadamente 125 000 en 1790. De esta cifra, unos 40 000 eran terratenientes
blancos, unos 25 000 eran hombres libres de color negro o mulato, y unos 60 000
eran esclavos. Sin embargo, seguía siendo pobre y abandonada, sobre todo en
contraste con la parte occidental, del vecino francés de Saint-Domíngue, que se
convirtió en la colonia más rica en el Nuevo Mundo y tenía cuatro veces y medio el
número de habitantes. Como las restricciones sobre el comercio colonial se
suavizaron, las elites coloniales de Saint-Domingue les ofrecieron el mercado
principal a los exportadores de carne, cueros, caoba, y tabaco de Santo Domingo.
Otro factor fueron los éxitos de los corsarios locales durante las guerras con Gran
Bretaña.
Redactar un ensayo de opinión sobre la Guerra Restauradora, donde se
analicen sus principales acciones militares, líderes y características de los
Gobiernos Restauradores.

La opresión de todo género, las restricciones y la exacción de contribuciones


desconocidas e inmerecidas. Los hábitos de un pueblo libre por muchos años han
sido contrariados impolíticamente con un fuego quemante y de exterminio. He aquí
las razones legales y los muy justos motivos que nos han obligado a tomar las
armas y a defendernos, como lo haremos siempre, de la dominación que nos
oprime, y que viola nuestros sacrosantos derechos (…) El mundo conocerá nuestra
justicia, y fallará. El Gobierno Español deberá conocerla también, respetarla y obrar
en consecuencia”. Estas estremecedoras palabras son fragmentos del Acta de
Independencia firmada en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, el 14
de septiembre de 1863. Eran los albores de la Guerra de la Restauración, iniciada el
16 de agosto de aquel año por un grupo de héroes en el lugar conocido como
Capotillo Español, entrando por el oeste desde Haití. Su lucha por restaurar la
República alcanzaría el éxito en 1865, hacen ahora 150 años. En 1861 el gobierno
del general Pedro Santana había anexado el país al Reino de España, tras haber
torcido el proyecto independentista de 1844, establecido un régimen caudillista y
traicionado al General Juan Pablo Duarte, Padre de la Patria dominicana. La Guerra
de la Restauración fue la segunda guerra de Independencia dominicana, que a decir
de uno de los más ilustres pensadores nacionales, Pedro Henríquez Ureña,
“galvanizó la nacionalidad dominicana” y lo hizo de una manera muy especial: en
una lucha popular, anticolonial y antillanista, cinco años antes que el Grito de
Independencia en Cuba y el Grito de Lares en Puerto Rico. Uno de los análisis que
se han hecho sobre aquel suceso trascendental, lo ofreció el profesor Juan Bosch
siendo Presidente de la República, cuando le correspondió encabezar los actos de
celebración del Centenario de la Restauración, el 16 de agosto de 1963. Según
Bosch, la guerra restauradora es “el acontecimiento histórico más importante de la
República Dominicana”, precisamente porque en ella “tomó parte directa, activa y
principal el propio pueblo dominicano. No fue una guerra hecha por caudillos”. En las
batallas restauradoras, el pueblo dominicano combatió vestido con harapos, muchas
veces descalzo, cargando al machete o armado simplemente con ramas de
guaconejo, árbol cuya madera es reconocida por su dureza y densidad. Además de
popular, la Guerra de la Restauración se caracterizó por su visión anticolonial,
expresada, por ejemplo, en el Acta de Independencia que se citaba más arriba. Pero
esta visión fue más allá. Gregorio Luperón, el líder paradigmático de aquel proceso y
encarnación de los ideales progresistas dominicanos durante los siguientes treinta
años, planteaba la lucha contra el imperialismo español, primero, y contra el
imperialismo norteamericano, después. Posteriormente al triunfo de la Guerra
Restauradora, a partir de 1868, se hacen patentes los esfuerzos –otra vez- del
nuevo Gobierno dominicano y –esta vez- del Gobierno de Estados Unidos por
anexarse la península de Samaná, en el noreste dominicano. Luperón asumió la
lucha política y militar, revelándose contra la Doctrina Monroe y el entreguismo
traidor de los nuevos gobernantes dominicanos; con el vapor “Telégrafo” realiza
operaciones libertarias en la zona de conflicto.

Realizar un análisis del libro “Guerra de Restauración” de Juan Bosch.


Expresar los resultados alcanzados a través de la Tabla Informativa ubicada en
los recursos de la unidad.

¿Cuál es su postura crítica ¿Cómo valoras el


Principales aspectos planteados en el sobre los contenidos contenido del texto para
texto. históricos tratados en el tu futuro profesional
texto? como Maestro?
La Guerra de la Restauración fue una El constante cambio de los Recodar este
revolución burguesa frustrada, como lo textos de historia patria en acontecimiento es, a más
había sido la separación de Haití y como lo las escuelas, la apatía hacia de refrescar la memoria
fue la Revolución de Abril de 1965. Fue la lectura que demuestran histórica, revivir aquellos
una revolución burguesa frustrada debido muchos jóvenes y lo extenso que tenían la patria por
a la ausencia de una clase burguesa en de los libros son los encima de sus apetencias
nuestra sociedad. En la nación dominicana principales responsables de personales y lo colectivo
de post guerra se presentaron grandes la desinformación y distorsión formaba parte consustancial
enfrentamientos entre los diferentes de los hechos históricos de su diario vivir. Más que
sectores de la sociedad, como resultado acontecidos en República recordar, debemos colocar
de los ascensos sociales dados a los Dominicana, Para nadie es a estos héroes en el sitial
hombres que participaron en las gestas un secreto que la distorsión que le corresponde por la
revolucionarias, como pago por sus de valores le está ganando la proeza que desarrollaron
hazañas, ante la imposibilidad de batalla a la cultura y a los para devolvernos lo que
otorgarles riquezas materiales; esas conocimientos en estos días, santana y su grupo entrego
oposiciones se dieron, en primer lugar, lo que conlleva a que las como chivos en el corral.
entre los altos y medianos pequeños personas no estén Los profesores en las aulas
burgueses contra los bajos, bajos pobres y documentadas y confundan tenemos la misión de
bajos muy pobres pequeños burgueses fechas tan claves como la realizar esta honrosa tarea
que escalaron al nivel de la mediana y alta Constitución Dominicana que para que permanezca viva
pequeña burguesía; los primeros se conmemora el 6 de nuestra memoria histórica,
consideraban que los segundos no eran noviembre y la Restauración y, nuestros héroes formen
de su nivel ni de su calidad; los primeros de la Independencia que parte siempre de nuestro
temían que esa pequeña burguesía baja ocurrió un día como hoy en presente.
pobre y muy pobre se convirtiera 1863.
posteriormente en su competidora en el
terreno económico. Al mismo tiempo, los
sectores de la alta pequeña burguesía
luchaban contra la minoría que tema el
control del poder político del país, que
eran los hateros, y en esos hechos
encontraron a un líder, Buenaventura
Báez, quien después de haber llegado a la
Presidencia de la República el 24 de
septiembre de 1849, se convirtió en el líder
de la alta y mediana pequeña burguesía
en la encarnación del Antisantanismo.

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