Está en la página 1de 24

Historia de la República Dominicana

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Commons-emblem-question book orange.svg
Este artículo o sección tiene referencias, pero necesita más para complementar su
verificabilidad.
Este aviso fue puesto el 3 de noviembre de 2013.

Mapa de La Española.
La historia de la República Dominicana se remonta al año 600 d.C., cuando los
ocupantes de la isla eran los taínos. La isla de La Española fue reclamada por
España en 1492, y formó parte de la América española.

A partir del siglo XVII los franceses se fueron instalando en el oeste de la isla
creando lo que luego sería Haití. España entregó su parte de la isla de Santo
Domingo a la Francia republicana al ser derrotada en 1795, con lo que toda la isla
pasó a ser colonia francesa. Después de la independencia de Haití en 1804, los
franceses retuvieron el resto de la isla hasta 1809.

Después de un breve intento de independencia, los dominicanos cayeron bajo el


control de España, que recuperó la parte oriental de la isla bajo el Tratado de
París (1814). El pueblo de Santo Domingo decidió rebelarse contra España en
noviembre de 1821 para unirse al país sudamericano de Gran Colombia. Sin embargo,
Haití ocupó la república en 1822, y la república luchó por su independencia hasta
que finalmente se logró en 1844.

Debido a una fuerte recesión económica, amenazas haitianas y la guerra de secesión


en los Estados Unidos España reanexionó el país en 1861, y no fue hasta 1865 que la
República Dominicana recuperó su independencia definitivamente. Desde la década de
1860 hasta la década de 1910, el país experimentó conflictos internos, lo que
condujo a una invasión y ocupación del país por parte de los Estados Unidos de 1916
a 1924.

Alrededor de 1930, la República Dominicana se encontró bajo el control del


despiadado dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó el país hasta 1961.
Miles de dominicanos perdieron la vida, fueron encarcelados y torturados por los
secuaces de Trujillo. Muchos sobrevivientes permanecieron mutilados por el resto de
sus vidas; algunos tenían cicatrices permanentes en sus cuerpos y otros sufrían
enfermedades mentales. En 1937, ordenó al ejército matar a los haitianos que vivían
en la zona fronteriza. El ejército mató a unos 17 000 a 35 000 haitianos por seis
días, desde la noche del 2 de octubre de 1937 a 8 de octubre de 1937.1

Durante este largo período de opresión y muerte, el gobierno de Trujillo extendió


su política de terrorismo de Estado más allá de las fronteras nacionales. Ejemplos
notorios del alcance de Trujillo en el extranjero son el intento fallido de
asesinato contra el presidente venezolano Rómulo Betancourt (1960), el secuestro y
posterior desaparición en la ciudad de Nueva York del profesor vasco Jesús Galíndez
(1956), el asesinato del escritor José Almoina y crímenes cometidos contra cubanos,
costarricenses, nicaragüenses, colombianos, puertorriqueños y estadounidenses.2
Trujillo se convirtió en un fuerte aliado de los Estados Unidos en los años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, oponiéndose al comunismo y liderando los
intentos de derrocar a Fidel Castro en la Rebelión del Escambray.3

El apoyo de Trujillo se erosionó cuando sus acciones de crueldad se hicieron


internacionalmente notorias, y finalmente perdió el apoyo de Estados Unidos. El 30
de mayo de 1961, su Chevrolet Bel Air fue emboscado por los golpistas militares, y
fue asesinado a tiros. Poco después, los conspiradores golpistas fueron detenidos y
ejecutados, y la República Dominicana se convertiría en anarquía a mediados de
1965, lo que exigiría una ocupación estadounidense una vez más. Esta segunda
invasión norteamericana supuestamente fue para evitar "otra Cuba". Posteriormente,
EE. UU. se aseguró de que se volviera a establecer un dictador anticomunista
agradable y confiable, esta vez en la forma del ex protegido de Trujillo, Joaquín
Balaguer. Unos 50 000 haitianos fueron forzados a trabajar en plantaciones
dominicanas durante la presidencia de Balaguer.4

El desempleo, la corrupción gubernamental, el servicio eléctrico inconsistente y la


inmigración ilegal masiva desde Haití llevaron a la república a sufrir problemas
sociales y económicos continuos durante el siglo XXI, y muchos dominicanos se
fueron a los Estados Unidos.

Índice
1 Era precolombina
2 Época colonial (1493 - 1821)
2.1 Llegada de los españoles y colonización
2.2 Extinción taína y esclavitud africana
2.3 Corsarios franceses
2.4 Declive colonial
2.5 Tratado de Basilea, cesión a Francia y revolución haitiana
3 Primera Independencia (1821-1822)
4 Ocupación haitiana (1822-1844)
5 Segunda Independencia (1844-1861)
5.1 Primera República (1844-1861)
6 Anexión a España y restauración dominicana (1861-1865)
6.1 Anexión
6.2 Restauración
7 Segunda República (1865-1916)
7.1 Dictadura de Ulises Heureaux y posterior bancarrota
8 Primera ocupación estadounidense (1916-1924)
9 Tercera República (1924-1965)
9.1 Gobierno de Horacio Vásquez
9.2 La "Era de Trujillo" (1930-1961)
10 La inestabilidad post-dictadura (1962-1964) y segunda ocupación
estadounidense (1965)
11 Cuarta República (1966 - actualidad)
11.1 Los doce años de Balaguer (1966-1978)
11.2 Gobiernos de Antonio Guzmán (1978-1982), Salvador Jorge Blanco (1982-1986) y
regreso de Balaguer a la presidencia (1986-1996)
11.3 Pacto por la Democracia y ascenso de Leonel Fernández (1996-2000)
11.4 Quiebra bancaria y crisis económica, gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004)
11.5 Segundo y Tercer mandato de Fernández (2004-2008, 2008-2012) y ascenso de
Danilo Medina, predominio del PLD (2012 - 2020)
12 Referencias
13 Bibliografía
Era precolombina
Artículo principal: Taínos de La Española

Cacicazgos de La Española a la llegada de los españoles.


Las sucesivas olas de inmigrantes arahuacos, moviéndose hacia el norte desde el
delta del Orinoco en América del Sur, se establecieron en las islas del Caribe.
Alrededor del año 600, los indios taínos, una cultura arahuaca, llegaron a la isla,
desplazando a los habitantes anteriores. Los últimos migrantes arahuacos, los
caribes, comenzaron a moverse hasta las Antillas Menores en el siglo XV, e invadían
aldeas taínas en la costa oriental de la isla al mismo tiempo que arribaban los
españoles en 1492.

Los taínos llamaban a la isla Quisqueya (madre de todas las tierras) y Haití
(tierra de altas montañas). En el momento de la llegada de Colón en 1492, el
territorio de la isla consistía en cinco cacicazgos: Marién, Maguá, Maguana,
Jaragua e Higüey. Estos eran gobernados respectivamente por los caciques
Guacanagarix, Guarionex, Caonabo, Bohechío y Cayacoa.

Época colonial (1493 - 1821)


Artículo principal: Capitanía General de Santo Domingo
Llegada de los españoles y colonización

Ruinas de la fortaleza La Concepción, en la Vega Vieja

Ruinas del Monasterio de San Francisco

Ruinas del Hospital San Nicolás de Bari, Ciudad Colonial Santo Domingo
Cristóbal Colón llegó a la isla en su primer viaje el 5 de diciembre de 1492,5
dándole el nombre de La Española. Creyendo que los europeos eran de alguna forma
sobrenatural, los taínos les dieron la bienvenida con todos los honores. Era una
sociedad totalmente distinta de la que venían los europeos. Guacanagarix, el jefe
anfitrión que dio la bienvenida a Cristóbal Colón y sus hombres, los trató con
amabilidad y les dio todo lo que deseaban. Sin embargo, el sistema igualitario de
los taínos se enfrentó a las estructuras del sistema feudal de los europeos. Esto
llevó a los europeos a creer que los taínos eran débiles, y comenzaron a tratar a
las tribus con más violencia. Colón intentó mitigar esto cuando él y sus hombres se
marcharon de Quisqueya, dejando a los taínos con una buena primera impresión.

Colón había consolidado una firme alianza con Guacanagarix, quien era un poderoso
jefe de la isla. Después del naufragio de la Santa María, Colón decidió establecer
una pequeña fortaleza con una guarnición de hombres que podrían ayudarle a
reivindicar esta posesión. El fuerte se llamó La Navidad, porque los
acontecimientos del naufragio y la fundación del fuerte ocurrieron el día de
Navidad. La guarnición, a pesar de toda la riqueza y belleza de la isla, fue
sacudida por las divisiones que terminaron en un conflicto entre estos primeros
europeos. Los más rapaces comenzaron a aterrorizar a los miembros de las tribus
taínas, Ciguayo y Macorix hasta el punto de intentar llevarse a sus mujeres.

Visto como débil por los españoles e incluso por algunos de su propio pueblo,
Guacanagarix intentó llegar a un acuerdo con los españoles, quienes veían su
sosiego como el de alguien sometido. Lo trataron con desprecio y hasta tuvieron
algunas de sus esposas. El poderoso cacique de Maguana, Caonabo, no podía soportar
las afrentas y atacó a los europeos, destruyendo el fuerte La Navidad. Guacanagarix
estaba consternado por este giro de los acontecimientos, pero no hizo nada para
ayudar, probablemente esperando que los importunos extranjeros no regresaran. Sin
embargo, regresaron.

En 1493, Colón regresó a la isla en su segundo viaje y fundó la primera colonia


española en el Nuevo Mundo, la ciudad de La Isabela. En 1496, su hermano Bartolomé
Colón estableció el asentamiento Santo Domingo de Guzmán en la costa sur, que se
convirtió en la nueva capital. Se estima que los 400 000 taínos que vivían en la
isla fueron esclavizados antes de trabajar en las minas de oro. Como consecuencia
de la opresión, el trabajo forzoso, el hambre, las enfermedades y asesinatos en
masa, se estima que para el 1508 ese número se había reducido a alrededor de 50
000. En 1535, solo 6000 estaban vivos.6

Anacaona
Durante este período, la dirección española cambió de manos varias veces. Cuando
Colón partió en otra exploración, Francisco de Bobadilla se convirtió en
gobernador. Las acusaciones contra Colón por parte de los colonos debido a su mala
gestión se agregó a la situación política tumultuosa. En 1502, Nicolás de Ovando
sustituye a Bobadilla como gobernador, con un ambicioso plan para ampliar la
influencia española en la región. Fue él quien tuvo un trato más brutal con la
mayoría de los taínos.

Un rebelde, Enriquillo, liderando un grupo de los que habían huido a las montañas,
atacaron a los españoles en varias ocasiones durante catorce años. Finalmente, los
españoles le ofrecieron un tratado de paz. Además, le dieron a Enriquillo y sus
seguidores su propia ciudad en 1534. La ciudad no duró mucho, ya que, varios años
después de su creación, una rebelión de esclavos la quemó, matando a todos los que
se encontraban dentro de la misma.

Extinción taína y esclavitud africana


Véanse también: Batalla de la Vega Real y Matanza de Jaragua.

Enriquillo
En 1501, los monarcas españoles, Fernando e Isabel, concedieron el primer permiso a
los colonizadores del Caribe para importar esclavos africanos, los cuales
comenzaron a llegar a la isla en 1503. En 1510, la primera gran expedición, que
consistió en 250 negros ladinos, llegó a La Española desde España. Ocho años más
tarde esclavos de origen africano llegaron a las Indias Occidentales. La posesión
española de la isla fue organizada en 1511 como la Real Audiencia de Santo Domingo.
La caña de azúcar fue introducida a La Española desde las Islas Canarias, y el
primer ingenio azucarero en el Nuevo Mundo fue establecido en 1516, en La
Española.7 La necesidad de una mano de obra para satisfacer la creciente demanda
del cultivo de la caña de azúcar condujo a un exponencial aumento de la importación
de esclavos en las dos décadas siguientes. Los dueños de los molinos de azúcar
pronto formaron una nueva élite colonial, convencieron al rey de España para que
pudieran elegir a los miembros de la Real Audiencia de entre sus filas. Los colonos
más pobres subsistían de la caza y las manadas de ganado salvaje que vagaban por
toda la isla y de la venta de sus pieles.

La primera revuelta importante de esclavos en América ocurrió en Santo Domingo en


1522, cuando los musulmanes esclavizados de la nación wolof encabezaron un
levantamiento en la plantación de azúcar del almirante don Diego Colón, hijo de
Cristóbal Colón. Muchos de estos insurgentes lograron escapar a las montañas donde
formaron comunidades cimarronas.

Si bien la caña de azúcar aumentó enormemente los ingresos de España en la isla, un


gran número de los esclavos recién importados huyeron a las casi intransitables
montañas en el interior de la isla, uniéndose a las crecientes comunidades de
cimarrones, literalmente, "asilvestrados". En la década de 1530, las bandas
cimarronas se habían vuelto tan numerosas que en las zonas rurales, los españoles
solo podían viajar con seguridad fuera de sus plantaciones en grandes grupos
armados.

Corsarios franceses
En la década de 1520, el mar Caribe había sido invadido por corsarios franceses. En
1522 un barco procedente de Santo Domingo con destino a Sevilla fue atacado por un
corsario francés llamado Jean Fleury, el cual se apropió de todo su cargamento de
azúcar. En 1537, otro corsario francés atacó los poblados de Azua y Ocoa, quemando
ingenios y casas y saqueando todo lo que pudo; mientras que en 1540 un barco que
recién había zarpado del puerto de Santo Domingo fue asaltado por corsarios
ingleses. En 1541 España autorizó la construcción de la muralla de Santo Domingo, y
decidió restringir los viajes por mar a los convoyes armados. Otra medida, la cual
destruiría la industria azucarera de La Española, fue que en 1561 La Habana, más
estratégicamente ubicada en relación con la corriente del Golfo, fue seleccionada
como el punto de concentración obligatorio de las flotas mercantes, las cuales
tenían un monopolio real sobre el comercio con las Américas. En 1564, las ciudades
principales del interior de la isla, Santiago de los Caballeros y Concepción de La
Vega, fueron destruidas por un terremoto. En la década de 1560 también los ingleses
se sumaron a los franceses en los asaltos piratas habituales a los barcos
españoles.

Declive colonial
Con la conquista del continente americano, La Española declinó rápidamente. La
mayoría de los colonos españoles abandonaron la isla por las minas de plata de
México y Perú, mientras que los nuevos inmigrantes españoles omitieron la isla. La
agricultura disminuyó, las importaciones de nuevos esclavos cesó, y los colonos
blancos, negros libres y esclavos por igual vivían en la pobreza, debilitándose la
jerarquía racial y entremezclándose la ayuda, dando lugar a una población
predominantemente mixta entre españoles, africanos, y taínos. A excepción de la
ciudad de Santo Domingo, que logró mantener algunas exportaciones legales, los
puertos dominicanos fueron forzados a confiar en el comercio de contrabando, que,
junto con el ganado, se convirtió en la única fuente de sustento para los
habitantes de la isla. En 1586, Sir Francis Drake ocupó la ciudad de Santo Domingo,
cobrando un rescate por su retorno al dominio español.

En 1605, España, descontenta de que Santo Domingo estaba facilitando el comercio


entre sus otras colonias y otras potencias europeas, ordenó al gobernador Antonio
de Osorio atacar las vastas zonas de las regiones norte y oeste de la colonia,
forzando a sus habitantes a reasentarse más cerca de la ciudad de Santo Domingo.8
Esta acción, conocida como devastaciones de Osorio, resultó desastrosa, más de la
mitad de los colonos reubicados murieron de hambre o enfermedad.9 Los bucaneros
ingleses y franceses se aprovecharon de la retirada de España en una esquina de La
Española para asentarse en la Isla de la Tortuga en 1629. Francia estableció un
control directo en 1640, reorganizándola como una colonia oficial y ampliando la
costa norte de la isla, aunque esta no sería reconocida por España de manera
oficial hasta la firma del Tratado de Aranjuez de 1777. En 1655, Oliver Cromwell
despachó una flota, comandada por el almirante Sir William Penn, a la conquista de
Santo Domingo. Después de encontrarse con una fuerte resistencia comandada por el
Conde de Peñalva, Penn se retiró, tomando la isla de Jamaica en su lugar. En 1666
una sucesión de epidemias de viruela, sarampión y disentería acabó con los últimos
taínos y numerosos africanos, dejando el país hundido en la miseria.10

A mediados del siglo XVII Santo Domingo estaba sumida en una grave crisis económica
y poblacional, ya que el auge de otros territorios de América ofrecía mejores
garantías. Por esto entre 1680 y 1691 zarpan para Santo Domingo 8 embarcaciones que
hacen escala allí para dejar familias canarias. Hay constancia de que se
establecieron en Higüey y Bayaguana. En 1684 llegan los nuevos pobladores,
procedentes de las Islas Canarias, y se establecerán en lo que será San Carlos de
Tenerife. Se trata de 97 familias, en total 543 personas, que se dedicarían al
abastecimiento de productos agrícolas y ganaderos para la ciudad de Santo Domingo.
En el año 1700 llegan 39 familias más, tras haber sufrido años anteriores una grave
epidemia de viruela que diezmó de nuevo la población. En 1709 llegaron 49 familias
más que tuvieron que sobornar al gobernador para poder agregarse a la comunidad de
San Carlos.

La Casa de Borbón sustituyó a la Casa de Habsburgo en España en 1700 e introdujo


reformas económicas que poco a poco comenzaron a reactivar el comercio en Santo
Domingo. La corona mitigó progresivamente los rígidos controles y restricciones
sobre el comercio entre España y las demás colonias. Las últimas flotas navegaron
en 1737; el sistema portuario monopólico fue abolido poco después. A mediados del
siglo, la población se vio reforzada por las medidas de colonización dictadas por
el rey Carlos III, que impulsaron el incremento de la tradicional emigración desde
las Islas Canarias,10 el reasentamiento de la parte norte de la colonia y la
plantación de tabaco en el Valle del Cibao, y la importación de esclavos fue
renovada. La población de Santo Domingo siguió bajando al principio del siglo, de
forma que en el padrón realizado en 1737 apenas llegaba a los 6000 habitantes. A
partir de ese momento, una etapa de mejoría llevó a que hubiera aproximadamente 125
000 en 1790. De esta cifra, unos 40 000 eran terratenientes blancos, unos 25 000
eran hombres libres de color o mulatos, y unos 60 000 eran esclavos.[cita
requerida] Sin embargo, seguía siendo pobre y abandonada, sobre todo en contraste
con la parte occidental, del vecino francés de Saint-Domingue, que se convirtió en
la colonia más rica en el Nuevo Mundo y tenía cuatro veces y media el número de
habitantes.11 Como las restricciones sobre el comercio colonial se suavizaron, las
elites coloniales de Saint-Domingue les ofrecieron el mercado principal a los
exportadores de carne, cueros, caoba y tabaco de Santo Domingo. Otro factor fueron
los éxitos de los corsarios locales durante las guerras con Gran Bretaña.10

Los corsarios dominicanos capturaron barcos británicos, holandeses, franceses y


daneses a lo largo del siglo XVIII.12

Tratado de Basilea, cesión a Francia y revolución haitiana


Véase también: Era de Francia
Con el estallido de la rebelión de los esclavos contra los colonos franceses en
1791, los rebeldes aprovecharon la guerra entre Francia y España y se refugiaron en
la parte española, se unieron a las milicias dominicanas, las cuales estaban
constituidas por nativos de Santo Domingo, de donde viene el gentilicio
«dominicano», porque en ese entonces nunca llegaron a Santo Domingo tropas de
España para enfrentar a los franceses. Toussaint Louverture dirigía a los ex-
esclavos de Francia en la parte española, pero luego éste fue derrotado por los
franceses y traicionó a los dominicanos. En 1795, Francia obtuvo el control de toda
la isla en virtud del Tratado de Basilea. En 1801 Louverture arribó a Santo Domingo
para dar rienda suelta a sus intenciones de someter toda la isla bajo su yugo,
incluso consagró en su constitución que la isla era una e indivisible. Poco
después, Napoleón envió un ejército que dominó a los antiguos esclavos y la gobernó
durante unos meses, pero la fiebre amarilla diezmó a las tropas de Napoleón, lo que
fue aprovechado por los negros que de nuevo se levantaron en contra de estos
franceses en octubre de 1802 y finalmente los derrotaron en noviembre de 1803. El 1
de enero de 1804 los vencedores declararon a Saint-Domingue como la república
independiente de Haití. Incluso después de su derrota a manos de los haitianos, una
pequeña guarnición francesa se mantuvo en Santo Domingo.

A finales de febrero de 1805, tras haberse coronado emperador, Jean-Jacques


Dessalines (Jacobo I de Haití) invadió, sus tropas avanzaron por dos rutas, la una
por el norte (Dajabón-Santiago-La Vega-Santo Domingo), comandada por Henri
Christophe, y la otra por el sur (Hincha-San Juan-Azua-Baní-Santo Domingo),
comandada por Dessalines. En su avance por la ruta sur, el emperador haitiano halló
que los habitantes de San Juan y Baní habían evacuado sus ciudades para protegerse,
por lo que él consideró que la población autóctona no merecía su clemencia. El 6 de
marzo, al aproximarse a la ciudad capital, Dessalines ordenó incendiar la villa de
San Carlos (ubicada en los extramuros de la capital) e inició el asedio de la
capital. El 25 de marzo ordenó el exterminio total de la población en su poder,
efectuándose un traslado masivo a las grandes ciudades haitianas para matarlos en
las plazas públicas mediante aplastamiento (por caballos y acémilas) y
desmembramiento. Tres días más tarde, arribaron a Santo Domingo tres fragatas y dos
bergantines franceses; Dessalines decidió la retirada de sus tropas a Haití. En
abril, Dessalines y Christophe junto a sus tropas arrasaron Santiago, Moca, Cotuí,
La Vega, Azua, San Juan, Baní, entre otras ciudades, y masacraron a los moradores
de estas que no habían huido a la Cordillera Central, aniquilando a unas diez mil
personas.[cita requerida]

Los franceses ocuparon la parte oriental de la isla, hasta que fueron derrotados en
la batalla de Palo Hincado el 7 de noviembre de 1808 por los habitantes nativos de
Santo Domingo, quienes tuvieron como líder al nativo de Cotuí Juan Sánchez Ramírez,
quien era un rico hacendado en su región, pero aportó toda esa riqueza para
defender la causa dominicana de preservar su nación que tenía tanto de España como
de África, quedando tanto él como su familia en una espantosa ruina económica. La
capitulación definitiva de los franceses en la asediada ciudad de Santo Domingo se
produjo el 9 de julio de 1809, con la ayuda de la Marina Real británica.

Primera Independencia (1821-1822)


Artículo principal: Estado Independiente de Haití Español

Santo Domingo antes de la anexión haitiana


Las autoridades españolas mostraron poco interés en su colonia restaurada, y el
período siguiente se recuerda como la España Boba. Las grandes familias ganaderas
como la del futuro terrateniente y presidente dominicano Pedro Santana llegaron a
ser los líderes en el sureste, la "ley del machete" gobernó por un tiempo. El
exgobernador y teniente José Núñez de Cáceres declaró la independencia de la
colonia como el estado del Haití Español el 1 de diciembre de 1821, solicitando la
admisión a la República de la Gran Colombia, pero las fuerzas de Haití dirigidas
por Jean-Pierre Boyer ocuparon el país nueve semanas más tarde.

El 9 de febrero de 1822, Boyer entró formalmente en la capital, Santo Domingo,


donde fue recibido por Núñez de Cáceres que le ofreció las llaves del palacio.
Boyer rechazó la oferta diciendo: "No he venido a esta ciudad como un conquistador
sino por la voluntad de sus habitantes".

Ocupación haitiana (1822-1844)


Artículo principal: Ocupación haitiana de Santo Domingo
La ocupación haitiana de veintidós años que siguieron se recuerda por los
dominicanos como un período de régimen militar brutal, aunque la realidad es más
compleja. Se realizaron expropiaciones de tierras a gran escala y esfuerzos
fallidos para obligar a la producción de cultivos de exportación, imponer el
servicio militar, restringir el uso de la lengua española y eliminar las costumbres
tradicionales, como las peleas de gallos. A los dominicanos se les reforzó la
percepción de sí mismos como diferentes de los haitianos en "idioma, raza, religión
y costumbres nacionales".13 Sin embargo, Boyer fracasó en su intento de abolir la
esclavitud, tal como le sucedió a Toussaint porque ambos desconocían la naturaleza
del sistema esclavista que existía en Santo Domingo, pues era una esclavitud
patriarcal y doméstica. No obstante, igual que Toussaint, Boyer estableció una
especie de esclavitud contra blancos y mulatos.

La constitución de Haití prohibió a los blancos ser propietarios de tierras, y las


familias terratenientes importantes fueron privadas a la fuerza de sus propiedades.
La mayoría emigró a las colonias españolas de Cuba y Puerto Rico, o hacia la
independiente Gran Colombia, por lo general con el apoyo de funcionarios haitianos,
quienes adquirieron sus tierras. Los haitianos, quienes asociaban la Iglesia
católica con los amos franceses que los habían explotado antes de la independencia,
confiscaron todos los bienes de la iglesia, todos los clérigos extranjeros
deportados, y se cortaron los lazos con la clerecía restante en el Vaticano. La
Universidad de Santo Domingo, la más antigua en el Hemisferio Occidental,
careciendo de estudiantes, profesores y recursos, cerró. Para recibir el
reconocimiento diplomático de Francia, Haití se vio obligado a pagar una
indemnización de 150 millones de francos a los antiguos colonos franceses, que se
redujo posteriormente a 60 millones de francos, y debido a esto, Haití impuso
pesados impuestos sobre la parte oriental de la isla. Dado que Haití no pudo suplir
provisiones adecuadas para su ejército, las fuerzas de ocupación sobrevivieron en
gran medida apoderándose o confiscando alimentos y suministros a punta de pistola.

Los intentos de redistribuir la tierra entraron en conflicto con el sistema de


tenencia de la tierra comunal (terrenos comuneros), que había surgido con la
economía ganadera, y los nuevos esclavos emancipados resentidos se ven obligados a
producir cultivos comerciales bajo el Código Rural de Boyer.14 En las zonas
rurales, la administración haitiana era por lo general demasiado ineficiente para
hacer cumplir sus propias leyes. Fue en la ciudad de Santo Domingo que los efectos
de la ocupación se sintieron con más fuerza, y fue allí donde el movimiento por la
independencia tuvo su origen.

Segunda Independencia (1844-1861)

Juan Pablo Duarte contemplando el nacimiento de la República


En 1838, Juan Pablo Duarte fundó una sociedad secreta llamada "La Trinitaria" para
sacudir el yugo haitiano que junto a sus múltiples colaboradores lograrán
independizar la parte oriental de la isla. En 1843 se aliaron con un movimiento
haitiano para derrocar a Boyer. Debido a sus pensamientos revolucionarios y lucha
por la independencia dominicana, el nuevo presidente de Haití, Charles Rivière-
Hérard, exilió y encarceló a los principales trinitarios. Al mismo tiempo,
Buenaventura Báez, un exportador de caoba azuano y diputado en la Asamblea Nacional
de Haití, estaba negociando con el Consulado General de Francia para el
establecimiento de un protectorado francés. En una oportuna insurrección para
adelantarse a Báez, el 27 de febrero de 1844, los Trinitarios declararon su
Independencia de la República Dominicana, con el apoyo de Pedro Santana, un rico
ganadero de El Seibo quien comandó un ejército privado de peones que trabajaban en
sus tierras y que lucharon por la causa revolucionaria formando así junto a
voluntarios patriotas el ejército independentista dominicano.

Primera República (1844-1861)


La primera constitución de la República Dominicana fue aprobada el 6 de noviembre
de 1844. Se incluyó una forma de gobierno presidencial con muchas tendencias
liberales, pero se vio empañada por el artículo 210, impuesto por Pedro Santana en
la Asamblea Constituyente por la fuerza, dándole los privilegios de una dictadura
hasta que la guerra de independencia terminara. Estos privilegios no solo le
sirvieron para ganar la guerra, sino también le permitió perseguir, ejecutar y
conducir al exilio a sus opositores políticos, entre los que se encontraron Juan
Pablo Duarte.

Batalla del 19 de marzo

Batalla del 30 de marzo


Durante la primera década de independencia, Haití intentó varias invasiones para
recuperar la parte oriental de la isla: en 1844, 1845, 1849 y 1855. Aunque cada una
fue malograda, Santana siempre utilizaba la amenaza de la invasión haitiana como
una justificación para la consolidación de sus poderes dictatoriales. Para la élite
dominicana —en su mayoría propietarios de tierras, comerciantes y sacerdotes— la
amenaza de la reconquista por el más poblado Haití fue suficiente para buscar la
anexión a un poder exterior. Ofreciendo las aguas profundas del puerto de la bahía
de Samaná como señuelo, en las siguientes dos décadas, las negociaciones se
hicieron con Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y España para declarar un
protectorado sobre el país. Sin carreteras adecuadas, las regiones de la República
Dominicana se desarrollaron en forma aislada unas de otras.

En el sur, la economía estaba dominada por la ganadería (sobre todo en el sureste


de la sabana) y el corte de caoba y otras maderas duras para la exportación. Esta
región conservó un carácter semi-feudal, con poca agricultura comercial, la
hacienda como unidad social dominante y la mayoría de la población vivía en un
nivel de subsistencia. En el Valle del Cibao —los más ricos campos agrícolas de la
nación— los campesinos complementaban sus cultivos de subsistencia con el cultivo
del tabaco para la exportación, principalmente hacia Alemania. El tabaco requería
menos tierra que la ganadería y se cultivaba principalmente por pequeños
agricultores, quienes dependían de los comerciantes ambulantes para transportar sus
cosechas a Puerto Plata y Montecristi.

Santana, enriqueciéndose a sí mismo y a sus seguidores, recurrió a múltiples


impresiones de dinero inorgánico. En 1848, se vio obligado a dimitir, aunque alegó
quebrantos de salud, y fue sucedido por su vicepresidente, Manuel Jimenes. Después
de volver a dirigir las fuerzas dominicanas contra una nueva invasión haitiana en
1849, Santana marchó hacia Santo Domingo, deponiendo a Jimenes. A petición de éste,
el Congreso eligió a Buenaventura Báez como presidente, pero Báez no estaba
dispuesto a servir de títere de Santana, desafiando su papel como líder reconocido
militar del país. En su primer mandato se tomaron por primera vez acciones
ofensivas contra Haití.15 De inmediato se recuperaron la Isla Beata y Alto Velo.

El 4 de noviembre de 1849, la Infantería de Marina dominicana desembarcó en


Saltrou, y se dispararon 50 tiros de cañón en apoyo a las fuerzas que desembarcaron
en zona enemiga, quienes aniquilaron varios adversarios sin sufrir ninguna baja.16
Al día siguiente, desembarcaron en Anse-à-Pitre, donde incendiaron sus depósitos e
instalaciones militares y cuyos defensores huyeron junto a la población, llena de
temor, causado por el continuo bombardeo de los cañones de la flotilla dominicana.
Luego continuaron rumbo a Los Cayos, encontrándose en las inmediaciones del puerto
con una embarcación haitiana, la cual fue perseguida, alcanzada y hundida, con tres
descargas de cañones; luego bombardearon las instalaciones y depósitos militares
del pueblo de Los Cayos, sin tener que desembarcar sus tropas. Otra de las naves
encontradas fue la Charite, la cual trató de escapar, pero el bergantín 27 de
Febrero, al ser más ligero, la alcanzó y al abordaje, saltaron a cubierta
desatándose una cruenta lucha "cuerpo a cuerpo" a bordo, cuyo desenlace resultaron
28 haitianos muertos, 20 prisioneros y heridos así como el barco confiscado.17 El 2
de enero de 1850, la flotilla dominicana fue por segunda vez a las costas de Haití;
sorprendió el pueblo de Dame-Marie con un intenso bombardeo, destruyendo de
inmediato el Fuerte River que lo defendía, desembarcando la Infantería de Marina,
la cual enfrentó una débil resistencia de la guarnición militar destacada allí, en
la que hubo algunos muertos y varios detenidos.17 Luego los marinos dominicanos
destruyeron e incendiaron los depósitos de mercancías e instalaciones militares que
habían sobrevivido el bombardeo.

El buen resultado de estas operaciones militares ayudó a afianzar la independencia.


También durante ese periodo se inició una mediación de parte de Francia e Gran
Bretaña, con el fin de obtener una tregua con Haití, en sus invasiones. Se logró
una pequeña tregua y a inicios de 1851 se sentía un clima de paz que jamás se había
visto en la joven república.

En 1853, Santana fue elegido presidente para su segundo mandato, lo que obligó a
Báez a buscar el exilio. Tres años más tarde, después de malograr la invasión
haitiana por última vez, negoció un tratado de arrendamiento de una porción de la
península de Samaná con una compañía estadounidense; la oposición popular lo obligó
a abdicar, lo que permitió que Báez regresara y tomara el poder. Con el tesoro
nacional agotado, Báez imprimió dieciocho millones de pesos para la compra de la
cosecha de tabaco de 1857 con esta moneda y exportándola por dinero en efectivo en
beneficio de sí mismo y sus seguidores. Los plantadores de tabaco cibaeños, quienes
se arruinaron cuando se produjo la inflación, se rebelaron, volviendo a recurrir a
Santana quien se encontraba en el exilio, para liderar la rebelión. Después de un
año de guerra civil, Santana tomó Santo Domingo y se instaló como presidente. Cabe
destacar que el periodo de la primera república se distinguió por las pugnas y la
inestabilidad política en el naciente país.

Anexión a España y restauración dominicana (1861-1865)


Anexión

Reemplazo de la bandera dominicana por la española en 1861


Pedro Santana heredó un gobierno en bancarrota al borde del colapso. Habiendo
fracasado en sus ofertas iniciales para asegurar la anexión a los EE. UU. o
Francia, Santana inició negociaciones con la reina Isabel II de España y el capitán
general de Cuba para volver la isla en una colonia española. La guerra civil
estadounidense incapacitó a los Estados Unidos de hacer valer la "Doctrina Monroe".
En España, el Primer Ministro don Leopoldo O'Donnell abogó por renovar la expansión
colonial, apoyó la idea anexionista llevando a cabo una campaña en el norte de
Marruecos, que conquistó la ciudad de Tetuán. En marzo de 1861, Santana anexó
oficialmente la República Dominicana a España.

Restauración

Pedro Santana jura como gobernador general de la nueva provincia española


Esta medida fue rechazada ampliamente. Una rebelión fue sofocada y luego otra
invasión de Haití, encabezada por un dominicano rebelde, fue derrotada y su líder
ejecutado. Santana inicialmente fue nombrado Capitán General de la nueva provincia
española, pero pronto se hizo evidente que las autoridades españolas planeaban
privarle de su poder, llevándolo a dimitir en 1862. El 16 de agosto de 1863, se
inició una guerra nacional de restauración en Santiago, donde los rebeldes
establecieron un gobierno provisional. La lucha se extendió por todas partes y
durante los dos años siguientes se convirtió en una guerra social casi total. En la
mayoría de las zonas, los combates implicaron el bloqueo de carreteras y el acceso
a los ríos, evitando espacios abiertos e incluso combates cuerpo a cuerpo. En las
ciudades más grandes, los rebeldes idearon trincheras para enfrentarse a
regimientos de hasta cinco mil hombres, encabezados por destacados generales
españoles y dominicanos por igual.18 Al principio, el general Santana, a quien la
reina Isabel II le había otorgado el título de marqués de Las Carreras, estaba al
mando de las fuerzas españolas que se oponían a los rebeldes, pero a pesar de su
gran reputación, demostró ser incapaz de detener la marea.

Una vez producida la anexión, el ilustre General José María Cabral, oriundo de San
Cristóbal, tomó parte principal en la guerra restauradora. Cabral había sido
deportado en agosto de 1863 pues se tenía sospecha de su simpatía con los
revolucionarios. Retornó al país en junio de 1864. Puesto que las tropas españolas
habían desplegado una ofensiva considerable en el Sur, una de las respuestas del
Gobierno Restaurador a esa ofensiva fue nombrar a Cabral jefe de operaciones en el
Sur, contando con su conocimiento de la zona y su don de mando. Desde sus primeros
días en la jefatura, comenzó Cabral a revertir la inferioridad en que se
encontraban los dominicanos en el Sur. Logró además, sacar de circulación a Juan de
Jesús Salcedo y a otros caudillos que protagonizaban escenas de saqueo. También
impuso Cabral el orden en las formaciones militares.

Soldados españoles desembarcando en Monte Cristi


Limitados a las grandes ciudades, el ejército español fue incapaz de derrotar la
guerrilla o contener la insurrección, y sufrió fuertes pérdidas debido a la fiebre
amarilla.1920 Las autoridades coloniales españolas alentaron a la reina Isabel II a
abandonar la isla, ya que veían la ocupación como una pérdida sin sentido de tropas
y dinero. Sin embargo, los rebeldes se encontraban en un estado de desorden
político, y fueron incapaces de presentar un conjunto coherente de demandas. El
primer presidente del gobierno provisional, José Antonio Salcedo (aliado con Báez)
fue depuesto por el general Gaspar Polanco, en septiembre de 1864, que, a su vez,
fue depuesto por el general Antonio Pimentel tres meses después. Los rebeldes
formalizaron su gobierno provisional por parte de la celebración de una convención
nacional en febrero de 1865, que promulgó una nueva constitución, pero el nuevo
gobierno ejerció poca autoridad sobre los caudillos guerrilleros de las distintas
regiones, que fueron en gran medida independientes unos de otros. Incapaz de
extraer concesiones de los rebeldes desorganizados, cuando la guerra civil
estadounidense terminó en marzo de 1865, la reina Isabel II anuló la anexión y la
independencia fue restaurada, con las últimas tropas españolas saliendo antes de
julio.

El gobierno español llegó a desplegar una fuerza de 51 000 hombres y sus bajas
ascendieron a 30 000.21
Segunda República (1865-1916)
Cuando los españoles partieron, la mayoría de las ciudades principales estaban en
ruinas y la isla estaba dividida entre varias docenas de caudillos. José María
Cabral controlaba la mayor parte de Barahona y el suroeste con el apoyo de los
socios exportadores de caoba de Báez, mientras que el ganadero Cesáreo Guillermo
reunió a una coalición de exgenerales "santanistas" en el sureste, y Gregorio
Luperón controlaba la costa norte. Desde la retirada española para 1879, hubo
veintiún cambios de gobierno y por lo menos cincuenta levantamientos militares.22

En el curso de estos conflictos, surgieron dos partidos. El "Partido Rojo"


(conservador) representado por el ganadero del sur exportador de caoba,
Buenaventura Báez, quien continuó buscando la anexión por una potencia extranjera.
El "Partido Azul" (progresista), dirigido por Gregorio Luperón, representando a los
agricultores de tabaco y comerciantes del Cibao y Puerto Plata de tendencia
nacionalista y liberal en su orientación.

Durante estas guerras, el reducido y corrupto ejército nacional fue superado en


número por las milicias organizadas y mantenidas por los caudillos locales quienes
se autoproclamaban gobernadores provinciales. Estas milicias fueron llenadas por
agricultores, peones o trabajadores de las plantaciones sin tierras inculcados en
el servicio militar quienes por lo general se dedicaban al bandolerismo cuando no
había ninguna revolución.

El Presidente Báez, quien estaba a favor de la anexión de República Dominicana a


los Estados Unidos, recibiendo los comisionados enviados por el congreso
estadounidense en 1871.
Alrededor de un mes de la victoria nacionalista, Cabral, cuyas tropas fueron las
primeras en entrar en Santo Domingo, derrocó a Pimentel, pero unas semanas después,
el general Guillermo encabezó una rebelión en apoyo a Báez, forzando a Cabral a
dimitir y permitir a Báez volver a tomar la presidencia en octubre. Báez fue
derrocado por los agricultores del Cibao bajo el mando de Luperón, líder del
Partido Azul, en la primavera siguiente, pero los aliados de Luperón se volvieron
el uno contra el otro y Cabral se reinstaló a sí mismo como presidente con un golpe
de Estado en 1867. Después de llevarse varios "azulistas" a su gabinete los "rojos"
se rebelaron, volviendo Báez al poder. En 1869, Báez negoció un tratado de anexión
con los Estados Unidos.23 Con el apoyo del Secretario de Estado de los Estados
Unidos, William H. Seward, quien esperaba establecer una Armada en Samaná, en 1871
el tratado fue anulado en el Senado de los Estados Unidos a través de los esfuerzos
del senador abolicionista Charles Sumner.24

En 1874, el gobernador de Puerto Plata y miembro del Partido Rojo Ignacio María
González Santín, organizó un golpe de Estado en apoyo de una rebelión del Partido
Azul, pero fue depuesto por los Azules dos años después. En febrero de 1876, Ulises
Espaillat, respaldado por Luperón, fue nombrado presidente, pero diez meses más
tarde las tropas leales a Báez lo retornaron al poder. Después de un año una nueva
rebelión le permitió a González Santín tomar el poder, solo para ser depuesto por
Cesáreo Guillermo en septiembre de 1878, que a su vez fue derrocado por Luperón, en
diciembre de 1879. Gobernando el país desde su ciudad natal Puerto Plata,
disfrutando de un auge económico debido a las exportaciones de tabaco hacia
Alemania, Luperón promulgó una nueva Constitución estableciendo un límite de dos
años de mandato presidencial mediante elecciones directas, suspendió el sistema
semi-formal de sobornos e inició la construcción del primer ferrocarril del país,
que une la ciudad de La Vega con el puerto de Sánchez en la bahía de Samaná.

La Guerra de los Diez Años en Cuba trajo plantadores de azúcar cubanos para el país
en busca de nuevas tierras y seguridad por la insurrección que liberó a sus
esclavos y destruyó sus propiedades. La mayoría se estableció en la llanura costera
del sureste, y, con la asistencia del gobierno de Luperón, construyeron los
primeros molinos de azúcar mecanizados de la nación. A ellos se unieron más tarde
los italianos, los alemanes, los puertorriqueños y los estadounidenses en la
formación del núcleo de la burguesía azucarera dominicana, casarse y formar
familias prominentes para consolidar su posición social. Las interrupciones de la
producción mundial causada por la Guerra de los Diez Años, la Guerra Civil
Estadounidense y la Guerra Franco-Prusiana permitió a la República Dominicana
convertirse en un importante exportador de azúcar. Durante las dos décadas
siguientes, el azúcar superó al tabaco como el principal producto de exportación,
mientras que los antiguos caseríos de pesca de San Pedro de Macorís y La Romana se
transformaron en prósperos puertos. Para satisfacer su necesidad de un mejor
transporte, más de 300 kilómetros de líneas privadas de ferrocarril fueron
construidos por y para servir a las plantaciones de azúcar en 1897.25 Una caída de
los precios en 1884 llevó a la congelación salarial, y una posterior escasez de
mano de obra fue ocupada por inmigrantes trabajadores de la Islas de Sotavento, las
Islas Vírgenes, San Cristóbal y Nieves, Anguila y Antigua (referidos por los
dominicanos como "cocolos").26 Estos negros de habla inglesa fueron a menudo
víctimas de racismo, pero muchos permanecieron en el país, encontrando trabajo como
estibadores y en las construcciones de ferrocarriles y en las refinerías de azúcar.

Una gran ola de sirios, libaneses y palestinos abandonó el Imperio otomano desde
finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX y se estableció en la República
Dominicana. Los primeros árabes comenzaron a llegar en 1884. Los dominicanos se
quejaban de que los árabes vivían una "subsistencia mundana y miserable". A los
árabes a su llegada a la RD se los llamó "turcos malolientes con malos hábitos".27

Dictadura de Ulises Heureaux y posterior bancarrota


Aliándose con los intereses azucareros emergentes, la dictadura del general Ulises
Heureaux, quien era conocido popularmente como "Lilís", trajo una estabilidad sin
precedentes al país a través de un gobierno de mano dura que duró casi dos décadas.
Hijo de padre haitiano y madre sainthomasana, Lilís se distinguió por ser el
segundo presidente negro de los dominicanos, después de Luperón. Se desempeñó como
presidente en los periodos 1882-1883, 1887 y 1889-1899, ejerciendo el poder a
través de una serie de presidentes títeres cuando no ocupaba el cargo. La
incorporación de los Rojos y los Azules en su gobierno, desarrolló una extensa red
de espías e informantes para aplastar a la potencial oposición. Su gobierno
emprendió una serie de grandes proyectos de infraestructura, incluyendo la
electrificación de Santo Domingo, el comienzo del servicio telefónico y
telegráfico, la construcción de un puente sobre el río Ozama, y la realización de
un ferrocarril de vía única que uniendo a Santiago y Puerto Plata, financiado por
la Westendorp Co. con sede en Ámsterdam.28

El dictador Ulises Heureaux junto a miembros de su gobierno, c. 1893.


La dictadura de Lilís fue dependiente de fuertes endeudamientos de bancos europeos
y estadounidenses para enriquecerse, estabilizar la deuda existente, fortalecer el
sistema de soborno, pagar por el ejército, financiación para el desarrollo de
infraestructura y ayudar a establecer fábricas de azúcar. Sin embargo, los precios
del azúcar experimentaron un fuerte descenso en las dos últimas décadas del siglo
XIX. Cuando la Westendorp Co. se declaró en quiebra en 1893, se vio obligado a
hipotecar las tasas aduaneras de la nación, la principal fuente de ingresos del
gobierno, a una empresa financiera de Nueva York llamada San Domingo Improvement
Co. (SDIC), la cual se hizo cargo de su contrato del ferrocarril y de las
reclamaciones de sus tenedores de bonos europeos a cambio de dos préstamos, uno de
$1.2 millones y otro de £2 millones.29 A medida que la deuda pública crecía se hizo
imposible mantener su maquinaria política, Heureaux se basó en préstamos secretos
de la SDIC, plantadores de azúcar y comerciantes locales. En 1897, con su gobierno
prácticamente en bancarrota, Lilís imprime cinco millones de pesos inorgánicos,
conocidos como "Las papeletas de Lilís", arruinando la mayoría de los comerciantes
dominicanos e inspirando una conspiración que terminó en su asesinato. En 1899,
cuando Lilís fue asesinado por los comerciantes de tabaco del Cibao que habían
estado pidiendo un préstamo, la deuda nacional era más de $35 millones, quince
veces el presupuesto anual.30

Los seis años posteriores a la muerte de Lilís fueron testigos de cuatro


revoluciones y cinco presidentes diferentes.31 Los políticos del Cibao, que habían
conspirado contra Heureaux, Juan Isidro Jimenes, el más rico plantador de tabaco
del país, y el general Horacio Vásquez, después de haber sido nombrados presidente
y vice-presidente, cayeron rápidamente debido a la división del botín entre sus
partidarios en jimenistas y horacistas. Las tropas leales a Vásquez derrocaron a
Jimenes en 1903, pero Vásquez fue depuesto por el general jimenista Alejandro Woss
y Gil, que tomó el poder por sí mismo. Los jimenistas derrocaron su gobierno, pero
su líder, Carlos Morales Languasco, se negó a devolver el poder a Jimenes,
aliándose con los horacistas, lo que conllevó a una nueva revuelta por sus aliados
jimenistas traicionados.

Caricatura política que representa a Theodore Roosevelt usando la Doctrina Monroe


para mantener la República Dominicana "protegida" del dominio europeo.
Con la nación al borde de la rebeldía, Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos
enviaron buques de guerra a Santo Domingo para presionar en reclamo de sus
compatriotas. Con el fin de anticiparse a la intervención militar, el presidente de
estadounidense Theodore Roosevelt introdujo el Corolario Roosevelt a la Doctrina
Monroe, declarando que Estados Unidos asumiría la responsabilidad de garantizar que
las naciones de América Latina cumplieran con sus obligaciones financieras. En
enero de 1905, en virtud de este corolario, los Estados Unidos asumieron la
administración de las aduanas de la República Dominicana. Bajo los términos de este
acuerdo, un Receiver General, nombrado por el presidente de los EE. UU., mantuvo el
55 % del total de ingresos para pagar a los demandantes extranjeros, mientras que
remitió un 45 % al gobierno dominicano. Después de dos años, la deuda externa del
país se redujo de $40 millones a $17 millones.32 En 1907, este acuerdo se convirtió
en un tratado, transfiriendo el control de pagos de aduana a la Bureau of Insular
Affairs de los EE. UU. y concediendo un préstamo de $20 millones de un banco de
Nueva York como abono para reclamaciones pendientes, haciendo que los Estados
Unidos sea el único acreedor extranjero de la República Dominicana. En 1905, el
peso Dominicano fue reemplazado por el dólar de EE. UU.33

Caricatura sobre constantes revoluciones en República Dominicana


En 1906, Morales Languasco renunció y el horacista y vice-presidente Ramón Cáceres
se convirtió en presidente. Después de suprimir una rebelión en el noroeste por el
general jimenista Desiderio Arias, su gobierno trajo estabilidad política y
crecimiento económico, con la ayuda de las nuevas inversiones estadounidenses en la
industria del azúcar. Sin embargo, su asesinato en 1911, para el que Morales
Languasco y Arias fueron indirectamente responsables, una vez más sumió a la
república en el caos. Durante dos meses, el poder ejecutivo estaba en manos de una
junta civil dominada por el jefe del ejército, el general Alfredo Victoria. El
superávit de más de 4 millones de pesos dejado por Cáceres se gastó rápidamente
para suprimir una serie de insurrecciones.34 Obligó al congreso a elegir a su tío,
Eladio Victoria, como presidente, pero éste pronto fue sustituido por el Arzobispo
Adolfo Alejandro Nouel. Después de cuatro meses, Nouel renunció, y fue sucedido por
el horacista congresista José Bordas Valdez, quien aliado con Arias y los
jimenistas mantuvieron el poder.

En 1913, Vásquez regresó del exilio en Puerto Rico para llevar una nueva rebelión.
Durante la revolución, los barcos de la Armada de Estados Unidos intervinieron para
detener el bombardeo de Puerto Plata por parte de facciones rebeldes.35 En junio de
1914, el presidente estadounidense Woodrow Wilson emitió un ultimátum para que las
dos partes pongan fin a las hostilidades y acuerden un nuevo presidente, o los
Estados Unidos impondrían uno. Después de la presidencia provisional de Ramón Báez,
Jimenes fue elegido en octubre, y pronto se enfrentó a las nuevas demandas,
incluyendo el nombramiento de un director estadounidense de obras públicas y asesor
financiero y a la creación de una nueva fuerza militar al mando de oficiales de EE.
UU. El Congreso Nacional rechazó estas demandas y comenzó el proceso de destitución
contra Jimenes. Los Estados Unidos ocuparon Haití en julio de 1915, con la amenaza
implícita de que la República Dominicana podría ser la próxima. El Ministro de
Guerra de Jimenes, Desiderio Arias organizó un golpe de estado en abril de 1916,
proporcionando un pretexto para que los Estados Unidos ocuparan la República
Dominicana.

Primera ocupación estadounidense (1916-1924)


Artículo principal: Ocupación estadounidense de la República Dominicana (1916-1924)

Ilustración de los marines estadounidenses arribando a Santo Domingo, 1916.


La Infantería de Marina de los Estados Unidos desembarcó en Santo Domingo el 15 de
mayo de 1916. Antes de su llegada, Jimenes dimitió, negándose a ser sometido por
ningún extranjero. El 1 de junio, los marines ocuparon Montecristi y Puerto Plata.
El primer enfrentamiento importante se produjo el 27 de junio de 1916, en Las
Trincheras, donde en 1864 los rebeldes dominicanos habían podido detener a un
ejército español. Dos días después de la Batalla de Guayacanas, el 3 de julio de
1916, los marines se trasladaron a la fortaleza de Arias en Santiago de los
Caballeros. Sin embargo, se evitó un encuentro militar cuando Arias llegó a un
acuerdo con William B. Caperton para cesar la resistencia. El Congreso Nacional
eligió al doctor Francisco Henríquez y Carvajal como presidente, pero en noviembre,
después de que él se negó a satisfacer las demandas de EE. UU., Wilson anunció la
imposición de un gobierno militar estadounidense, con el contralmirante Harry
Shepard Knapp como Gobernador Militar. El gobierno militar estadounidense
implementó muchas de las reformas institucionales llevadas a cabo en los Estados
Unidos durante la Era Progresista (Progressive Era), incluyendo la reorganización
del sistema tributario, contabilidad y administración, la expansión de la educación
primaria, la creación de una fuerza de policía nacional para unificar el país, y la
construcción de un sistema nacional de carreteras, incluida una carretera que
uniría Santiago a Santo Domingo.

Marines de Estados Unidos durante la ocupación de República Dominicana


A pesar de las reformas, prácticamente todos los dominicanos resentían la pérdida
de su soberanía a los extranjeros, algunos de los cuales hablaban español o que
mostraban verdadera preocupación por el bienestar de la nación, y el gobierno
militar, incapaz de ganar el respaldo de cualquiera de los prominentes líderes
políticos dominicanos, impuso leyes estrictas y encarcelaba a los críticos de la
ocupación. En 1920, las autoridades de los EE. UU. promulgaron una Ley de Registro
de Tierras, la cual desarticuló los terrenos comuneros y miles de campesinos
desposeídos carecían de títulos formales sobre las tierras que ocupaban, mientras
legalizaban títulos falsos en poder de las compañías azucareras. En el sureste, los
campesinos desposeídos formaron bandas armadas, llamados gavilleros, librando una
guerra de guerrillas que se prolongó hasta la duración de la ocupación, con la
mayoría de los combates en Hato Mayor y El Seibo.

Para 1921, los principales grupos guerrilleros habían sido derrotados, sufriendo un
total de casi 3000 muertos.36 En el valle de San Juan, cerca de la frontera con
Haití, los seguidores de un curandero vudú llamado Liborio, resistieron a la
ocupación y ayudaron a los cacos haitianos en su guerra contra los estadounidenses,
hasta su muerte en 1922. Sin embargo, su movimiento Liborista siguió vivo,
manteniendo una gran comuna en Palma Sola. Sin embargo, la persecución de sus
seguidores continuó y resultó en la masacre de Palma Sola en 1962. Alrededor de 600
personas murieron como resultado de un ataque con napalm llevado a cabo por el
gobierno dominicano.

El principal legado de la ocupación fue la creación de un Cuerpo Nacional de


Policía, utilizado por los infantes de marina para ayudar a luchar contra las
diferentes guerrillas, y más tarde el vehículo principal para el ascenso de Rafael
Leónidas Trujillo.

En lo que se conoce como "la danza de los millones", con la destrucción de las
producciones europeas de remolacha azucarera durante la Primera Guerra Mundial, el
precio de la azúcar llegó a su nivel más alto en la historia, de 5.50 dólares en
1914 a $22.50 por libra en 1920. Las exportaciones dominicanas de azúcar aumentaron
de 122 642 toneladas en 1916 a 158 803 toneladas en 1920, ganando un récord de 45.3
millones de dólares.37 Sin embargo, la producción europea de remolacha azucarera se
recuperó rápidamente, lo que, junto con el crecimiento de la producción mundial de
caña de azúcar, saturó el mercado mundial, haciendo que los precios cayeran en
picada a solo 2.00 dólares a finales de 1921. Esta crisis llevó a muchos de los
plantadores de azúcar locales a la quiebra, lo que permitió a grandes conglomerados
de EE. UU. dominar la industria azucarera. En 1926, solo veintiuna propiedades
principales se mantuvieron, ocupando unos 520 000 acres (2100 km²). De estos, doce
empresas de propiedad estadounidense eran dueñas de más del 81 % de la superficie
total.38 Mientras que los plantadores extranjeros que habían construido la
industria azucarera integrada en la sociedad dominicana, estas corporaciones
expatriaron sus beneficios a los Estados Unidos. Como los precios bajaron, las
plantaciones de azúcar cada vez más dependían de los trabajadores haitianos. Esto
se vio facilitado por la introducción de contrato de trabajo regulado por parte del
gobierno militar, el crecimiento de la producción de azúcar en el suroeste, cerca
de la frontera con Haití, y una serie de huelgas llevadas a cabo por los cocolos
cortadores de caña organizado por la "Universal Negro Improvement Association".

En las elecciones presidenciales de 1920 en los Estados Unidos, el candidato


republicano Warren Harding, criticó la ocupación y prometió una eventual retirada
de los EE. UU. Mientras que Jimenes y Vásquez solicitaban concesiones de los
Estados Unidos, el colapso de los precios del azúcar desacreditó el gobierno
militar y dio lugar a una nueva organización política nacionalista, la Unión
Nacional Dominicana, liderada por el Dr. Henríquez y Carvajal desde el exilio en
Santiago de Cuba, el cual exigió la retirada incondicional. Formaron alianzas con
los nacionalistas frustrados en Puerto Rico y Cuba, así como con los críticos de la
ocupación en los propios Estados Unidos, más notablemente con The Nation y la
Haiti-San Domingo Independence Society. En mayo de 1922, un abogado dominicano,
Francisco J. Peynado, fue a Washington y negoció lo que se conoce como el Plan
Hughes-Peynado. Se estipuló el establecimiento inmediato de un gobierno provisional
en espera de las elecciones, la aprobación de todas las leyes promulgadas por el
gobierno militar de EE. UU., y la continuación del tratado de 1907 hasta que todas
las deudas externas de la República Dominicana hubieran sido saldadas. El 1 de
octubre, Juan Bautista Vicini Burgos, el hijo de un rico inmigrante italiano
plantador de azúcar, fue nombrado presidente provisional, y comenzó el proceso de
retirada de los EE. UU.

Tercera República (1924-1965)


Gobierno de Horacio Vásquez
La ocupación estadounidense terminó en 1924, con un gobierno elegido
democráticamente bajo la presidencia de Horacio Vásquez. En un esfuerzo por
conservar el poder de sus seguidores, en 1927, Vásquez extendió su mandato de
cuatro a seis años. Había una base jurídica discutible para el cambio, el cual fue
aprobado por el Congreso, pero su efectiva promulgación invalidaba la constitución
de 1924 que Vásquez había jurado defender. La Gran Depresión redujo los precios del
azúcar a menos de $1 por libra. Las elecciones estaban previstas para mayo de 1930,
pero de la forma que Vásquez había extendido su periodo presidencial creó
suspicacias sobre la imparcialidad de las elecciones. En febrero, fue proclamada
una revolución en Santiago por un abogado llamado Rafael Estrella Ureña. Cuando el
comandante de la Guardia Nacional Dominicana (la actual Policía Nacional creada
bajo la ocupación), Rafael Leónidas Trujillo, ordenó a sus tropas a permanecer en
sus cuarteles, el enfermo y envejeciente Vásquez se vio obligado a exiliarse y a
proclamar a Estrella presidente provisional. En mayo, Trujillo fue elegido con el
95 % de los votos, habiendo utilizado al ejército para acosar e intimidar al
personal electoral y a sus posibles opositores. Después de su toma de posesión en
agosto, a petición suya, el Congreso Dominicano proclamó el comienzo de la "Era de
Trujillo".

La "Era de Trujillo" (1930-1961)


Rafael Leónidas Trujillo estableció el control político absoluto con severa
represión de los derechos humanos nacionales,39 mientras que fomentaba el
desarrollo económico (del que sobre todo él y sus partidarios se beneficiaron).
Trujillo utilizó su partido político, el Partido Dominicano, como un sello
gomígrafo de sus decisiones. La verdadera fuente de su poder fue la Guardia
Nacional, la institución más grande, mejor armada, y la más centralmente controlada
que cualquier fuerza militar en la historia de la nación. Al disolver las milicias
regionales, eliminar los infantes de marina (la principal fuente de potencial
oposición), convirtiendo la Guardia Nacional en un virtual monopolio del poder.40
El régimen de Trujillo se preocupó por expandir la Guardia Nacional como una de las
mayores fuerzas militares de América Latina, por 1940, el gasto militar dominicano
fue del 21 % del presupuesto nacional.41 Al mismo tiempo, desarrolló un elaborado
sistema de agencias de espionaje. A finales de 1950, hubo al menos siete categorías
de agencias de inteligencia, espiándose una con otra, así como al pueblo. Todos los
ciudadanos eran obligados a llevar tarjetas de identificación y los pases de buena
conducta de la policía secreta. Obsesionado con la adulación, Trujillo promovió un
culto a su extravagante personalidad. Cuando un huracán azotó Santo Domingo en
1930, matando a más de 3000 personas, Trujillo reconstruyó la ciudad y la bautizó
como "Ciudad Trujillo", además cambió el nombre de la montaña más alta del país y
del Caribe, el Pico Duarte por "Pico Trujillo". Más de 1800 estatuas de Trujillo
fueron construidas, y todos los proyectos de obras públicas requerían tener una
placa con la inscripción "Era de Trujillo, Benefactor de la Patria".42

Cadáveres haitianos tras la masacre de 1937.


Como las fincas azucareras se dirigieron a Haití para contratar trabajadores
migrantes estacionarios, incrementando el asentamiento en la República Dominicana
de manera permanente, el censo de 1920, llevado a cabo por el gobierno
estadounidense de ocupación, dio un total de 28 258 haitianos viviendo en el país;
para 1935 hubo 52 657 haitianos.43

En octubre de 1937, Trujillo ordenó la masacre de 14 000 a 40 000 haitianos,444546


alegando que los exiliados haitianos en República Dominicana estaban conspirando
para derrocar su régimen (aunque se le atribuye la ley del ojo por ojo, tratando de
cobrarse las masacres hechas por Haití al país en épocas anteriores).[cita
requerida] Este evento más tarde se conoció como "El Corte".47 La masacre fue
recibida con críticas internacionales. El asesinato fue el resultado de una nueva
política de Trujillo llamada "dominicanización de la frontera". Los nombres de
lugares a lo largo de la frontera fueron cambiados de creole y francés al español,
la práctica del vudú fue declarada ilegal, se impusieron cuotas sobre el porcentaje
de trabajadores extranjeros que las empresas podían contratar, y se aprobó una ley
que impedía a los trabajadores haitianos permanecer en el país después de la
cosecha de azúcar. En 1938, miles más de haitianos fueron deportados por la fuerza
y cientos fueron masacrados.48

Aunque Trujillo trató de emular al Generalísimo Francisco Franco, dio la bienvenida


a los refugiados republicanos españoles tras la Guerra Civil Española. Durante el
Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, la República Dominicana dio asilo en
muchos judíos que escapaban de Hitler que habían sido rechazados por otros países.
Estas decisiones surgieron de una política de blanquismo, estrechamente relacionada
con la xenofobia anti-haitiana, que trataba de agregar más blancos a la población
dominicana mediante el fomento de la inmigración procedente de Europa. En el marco
de la Política de buena vecindad, en 1940, el Departamento de Estado de los Estados
Unidos firmó un tratado con Trujillo renunciando al control de aduanas de la
nación. Cuando los japoneses atacaron Pearl Harbor, Trujillo siguió los pasos de
los Estados Unidos declararándole la guerra a las Potencias del Eje, a pesar de que
había profesado abiertamente su admiración por Hitler y Mussolini. Durante la
Guerra Fría, Trujillo mantuvo lazos estrechos con los Estados Unidos, declarándose
a sí mismo como el "anticomunista número uno" del mundo y convirtiéndose en el
primer presidente de América Latina en firmar un Convenio de Asistencia de Mutua
Defensa con los Estados Unidos.

Poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, Trujillo construyó una fábrica
de armas en San Cristóbal. Fabricaba granadas de mano, pólvora, dinamita,
revólveres, rifles automáticos, carabinas, metralletas, ametralladoras ligeras,
antitanques y municiones. Además, se produjeron algunas cantidades de morteros y
bombas aéreas y se reconstruyó la artillería ligera.49

Trujillo y su familia establecieron un cuasi-monopolio sobre la economía nacional.


En el momento de su muerte, había acumulado una fortuna de alrededor de $800
millones, él y su familia poseían un 50-60 por ciento de las tierras cultivables,
alrededor de 700 000 acres (2800 km²), y las empresas de propiedad de Trujillo el
80 % de la actividad comercial en la capital.50 Explotó el sentimiento nacionalista
para comprar la mayoría de las plantaciones de azúcar de la nación y refinerías de
las corporaciones de EE. UU.; operó un monopolio en el comercio de sal, arroz,
leche, cemento, tabaco, café, y las aseguradoras; se apropió de dos grandes bancos,
varios hoteles, de las instalaciones portuarias, la línea aérea y una línea de
transporte marítimo; descontó el 10 % de los sueldos de todos los empleados
públicos (supuestamente para su partido), y recibió una porción de los ingresos de
la prostitución.51 La Segunda Guerra Mundial trajo una mayor demanda de las
exportaciones dominicanas, y la década de 1940 y principios de 1950 fueron testigo
de un crecimiento económico y de una expansión considerable de la infraestructura
nacional. Durante este período, la capital pasó de ser solo un centro
administrativo para el centro nacional de transporte marítimo y la industria,
aunque era pura "coincidencia" que por las nuevas carreteras a menudo se llevaban
las plantaciones y las fábricas de Trujillo, y los nuevos puertos beneficiaban el
envío de exportación de las empresas de Trujillo.52

La mala administración y la corrupción dieron lugar a grandes problemas económicos.


A finales de la década de 1950, la economía se estaba deteriorando a causa de una
combinación de exceso de gastos en un festival para celebrar el 25 aniversario del
régimen, un gasto excesivo para la compra de molinos de azúcar y plantas de
electricidad privadas, y una decisión de hacer una gran inversión en la producción
de azúcar estatal resultó económicamente un fracaso.

Escuadrilla de aviones de la Aviación Militar Dominicana


A lo largo de los años 50 la República Dominicana tuvo la fuerza aérea más poderosa
del Caribe y posiblemente de América Latina, solo superada por Estados Unidos,
gracias a la obsesión de Trujillo por el poder. En su apogeo, los cientos de
aviones, inicialmente piloteados por mercenarios estadounidenses y brasileños y
mantenidos por mecánicos suecos, tenían la capacidad teórica de alcanzar y
bombardear La Habana en 3 horas y conquistar Haití por completo en 24.53

El 19 de junio de 1949, un avión que transportaba a rebeldes dominicanos de


Guatemala fue interceptado y destruido por los guardacostas dominicanos en Luperón,
en la costa norte.54 Diez años después, el 14 de junio de 1959, aproximadamente
doscientos exiliados dominicanos y revolucionarios cubanos lanzaron una invasión de
la República Dominicana desde Cuba con la esperanza de derrocar al régimen de
Trujillo.55 Los invasores fueron masacrados apenas unas horas después de haber
desembarcado.56

Trujillo intentó intervenir en asuntos de otras naciones latinoamericanas, junto


con los dictadores Anastasio Somoza García (Nicaragua) y Marcos Pérez Jiménez
(Venezuela). Apoyó la invasión de Rafael Ángel Calderón a Costa Rica en 1955.
Trujillo hizo alianzas tácticas con poderosos delincuentes estadounidenses.57
Valoró el apalancamiento que le dieron para extender sus campañas contra enemigos
políticos en los Estados Unidos. En 1935, un hombre armado irrumpió en un
departamento de la ciudad de Nueva York y mató a Sergio Bencosme, antiguo ministro
del Interior de la República Dominicana. En 1952, Andrés Requena, editor de un
periódico anti-Trujillo, fue asesinado a tiros en otro departamento de Manhattan.
En 1956, los agentes de Trujillo en Nueva York mataron a Jesús Galíndez, un
exiliado vasco que había trabajado para Trujillo, pero que más tarde denunció el
régimen de Trujillo y lo había puesto en la opinión pública en los Estados Unidos.

En agosto de 1960, la Organización de Estados Americanos (OEA) impuso sanciones


diplomáticas contra la República Dominicana como resultado de la complicidad de
Trujillo en un intento de asesinar al presidente venezolano Rómulo Betancourt. Ante
el temor de que el país se podría unir en contra de Trujillo y ser sustituido por
los comunistas, la CIA ayudó a un grupo de disidentes dominicanos para asesinar a
Trujillo en una persecución automovilística camino a su casa de campo cerca de San
Cristóbal el 30 de mayo de 1961.

Las sanciones se mantuvieron en vigor después del asesinato de Trujillo. Su hijo


Ramfis asumió el control de facto, pero fue depuesto por sus dos tíos, después de
una disputa sobre la posible liberalización del régimen. En noviembre de 1961 surge
el levantamiento militar de la "Rebelión de los Pilotos" y la familia Trujillo se
vio obligada a exiliarse, huyendo a España, y el hasta ese momento presidente
títere Joaquín Balaguer asumió el poder definitivo.

La inestabilidad post-dictadura (1962-1964) y segunda ocupación estadounidense


(1965)
Véanse también: Guerra civil dominicana y Ocupación estadounidense de la República
Dominicana (1965-1966).
Ante la insistencia de los Estados Unidos, Balaguer se vio obligado a compartir el
poder con un Consejo de Estado conformado por siete miembros, establecido el 1 de
enero de 1962, e incluyendo moderados miembros de la oposición. Las sanciones de la
OEA se levantaron el 4 de enero, y, después de un intento de golpe de Estado,
Balaguer, renunció y se marchó al exilio el 16 de enero. El reorganizado Consejo de
Estado, bajo la presidencia de Rafael Filiberto Bonnelly encabezó el gobierno
dominicano hasta que pudieran celebrarse elecciones. Estas elecciones, en diciembre
de 1962, fueron ganadas por Juan Bosch, un erudito y cuentista que había fundado en
el exilio al opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD), durante los años de
Trujillo. Sus políticas de izquierda, incluyendo la redistribución de tierras, la
nacionalización de determinada participación extranjera, y los intentos llevar a
los militares bajo el control civil, irritó a los oficiales militares, la jerarquía
católica, y a la clase alta, que temían "otra Cuba". En septiembre de 1963, Bosch
fue derrocado por un golpe militar de derecha encabezado por el coronel Elías
Wessin y Wessin y fue reemplazado por una junta militar de tres hombres. Bosch fue
al exilio en Puerto Rico.

Más tarde, un triunvirato civil estableció supuestamente una dictadura de facto


hasta el 16 de abril de 1965, cuando la creciente insatisfacción generó otra
rebelión militar el 24 de abril de 1965 que exigía la restauración de Bosch. Los
insurgentes, oficiales reformistas civiles y combatientes leales a Bosch al mando
del coronel Francisco Caamaño, y que se hacían llamar los constitucionalistas,
efectuaron un golpe de estado, tomando el palacio nacional. Inmediatamente, las
fuerzas militares conservadoras, encabezadas por Wessin y Wessin y quienes se
hacían llamar leales, respondieron con ataques de tanques y bombardeos aéreos
contra Santo Domingo.

El general Wessin y Wessin comenzó un avance de tanques sobre la capital el 27 de


abril de 1965. Las fuerzas leales recuperaron el control de segmentos de la capital
(incluido el palacio), pero fueron rechazados en la Batalla del Puente Duarte y
diezmados por los ataques rebeldes.58

El 28 de abril de 1965, los militares del ejército anti-boschistas solicitaron la


intervención militar de EE. UU. y las fuerzas de EE. UU. desembarcaron,
ostensiblemente para proteger a los ciudadanos estadounidenses y evacuar a otros
ciudadanos extranjeros. En lo que fue inicialmente conocido como Operation Power
Pack, 23 000 soldados estadounidenses fueron enviados a la República Dominicana.

Denegando la victoria militar, los rebeldes "constitucionalistas" rápidamente


formaron un Congreso constitucionalista eligiendo a Caamaño presidente del país.
Los Funcionarios estadounidenses se opusieron y apoyaron general Antonio Imbert
Barrera. El 7 de mayo, Imbert Barrera fue juramentado como presidente del llamado
Gobierno de Reconstrucción Nacional. El siguiente paso en el proceso de
estabilización, según lo previsto por Washington y la OEA, fue arreglar un acuerdo
entre el presidente Caamaño, y el presidente Imbert Barrera para formar un gobierno
provisional comprometido a elecciones anticipadas. Sin embargo, Caamaño se negó a
reunirse con Imbert hasta que varios de los oficiales leales, incluyendo Wessin y
Wessin, se hicieron para salir del país.

El 13 de mayo el general Imbert comenzó la "Operación Limpieza" y sus fuerzas


tuvieron éxito en la eliminación de focos de resistencia rebelde fuera de Ciudad
Nueva y en censurar a Radio Santo Domingo. La Operación Limpieza terminó el 21 de
mayo.

Un infante de marina monitorea la actividad desde una barricada en las calles de


Santo Domingo

Corredor de seguridad

Distribución de alimentos, Santo Domingo, 9 de mayo de 1965


El 14 de mayo los estadounidenses establecieron un "corredor de seguridad" que
conectaba la Base Aérea de San Isidro y el Puente Duarte con el Hotel Embajador y
la Embajada de Estados Unidos en el centro de Santo Domingo, tuvo esencialmente
acordonado a la zona constitucionalista de Santo Domingo. Las carreteras fueron
bloqueadas y las patrullas corrían continuamente. Unas 6500 personas de muchas
naciones fueron evacuadas a un lugar seguro. Además, las fuerzas de EE. UU.
lanzaban por aire grandes suministros de socorro para los nacionales dominicanos.

A mediados de mayo, la mayoría de la OEA votó por la "Operación Push Ahead", la


reducción de las fuerzas de Estados Unidos y su sustitución por una Fuerza
Interamericana de Paz (IAPF). La Fuerza Interamericana de Paz (IAPF) se constituyó
formalmente el 23 de mayo. Las siguientes tropas fueron enviadas por cada país:
Brasil - 1130, Honduras - 250, Paraguay - 184, Nicaragua - 160, Costa Rica - 21
policías militares, y El Salvador - 3 oficiales de Estado Mayor. El primer
contingente en llegar fue una compañía de fusileros de Honduras que pronto fueron
respaldados por destacamentos de Costa Rica, El Salvador y Nicaragua. Brasil
presentó la mayor unidad, un batallón blindado de infantería. El general brasileño
Hugo Alvim asumió el mando de las fuerzas terrestres de la OEA, y el 26 de mayo las
fuerzas de EE. UU. comenzaron a retirarse.
El 15 de junio de 1965, tanques estadounidenses M48A3 Patton entraron en la ciudad
apoyados por los leales sin que los tanques ligeros AMX-13 y Lanverk L-60 rebeldes
los pudieran detener, cayendo la posición norte de estos aunque el bastión
principal resistió con el uso de barricadas y cócteles molotov. La lucha continuó
el 31 de agosto de 1965, cuando se declaró una tregua. La mayoría de las tropas
estadounidenses se marcharon poco después y la vigilancia y las operaciones de paz
fueron entregados a las tropas brasileñas, pero un remanente de los militares de
EE. UU. se mantuvo hasta septiembre de 1966. 13 soldados estadounidenses murieron
mientras que 95 fueron heridos. Los constitucionalistas perdieron a 77 combatientes
y 175 heridos.59

Frente a las amenazas y los ataques en curso, incluyendo un ataque particularmente


violento en el Hotel Matum en Santiago de los Caballeros, Caamaño aceptó un acuerdo
impuesto por el gobierno de EE. UU. El Presidente Provisional dominicano, Héctor
García Godoy, envió al coronel Caamaño como Agregado Militar de la Embajada
Dominicana en el Reino Unido.

Cuarta República (1966 - actualidad)


Los doce años de Balaguer (1966-1978)
En junio de 1966, Joaquín Balaguer, líder del Partido Reformista (que más tarde se
convirtió en el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), fue elegido y reelegido
para el cargo en mayo de 1970 y mayo de 1974, en ambas ocasiones después de que los
principales partidos de oposición se retiraran a finales de la campaña por el alto
grado de violencia de los grupos pro-gubernamentales. El 28 de noviembre de 1966 se
creó una nueva constitución, firmada y puesta en uso. La constitución indicaba que
un presidente debía ser elegido para un mandato de cuatro años. Si había una
elección cerrada, habría una segunda vuelta de votación para decidir el ganador. La
edad de votar era de dieciocho años, pero las personas casadas menores de dieciocho
años también podían votar. Balaguer llevó a la República Dominicana a través de una
profunda reestructuración económica, basada en la apertura del país a la inversión
extranjera, mientras protegía las industrias de propiedad estatal y de determinados
intereses privados. La mayor parte de los primeros nueve años de Balaguer en la
presidencia del país experimentaron altas tasas de crecimiento (por ejemplo, una
tasa media de crecimiento del PIB del 9.4 por ciento entre 1970 y 1975), mientras
que la gente se refería a este suceso como el "milagro dominicano". El exterior,
sobre todo la inversión de estadounidense, así como la ayuda extranjera, fluían en
el país; el azúcar, para entonces, el producto principal de exportación del país,
gozaba de buenos precios en el mercado internacional y el turismo creció
enormemente.

Sin embargo, este excelente desempeño macroeconómico no fue acompañado por una
distribución equitativa de la riqueza. Mientras un grupo de nuevos millonarios
florecía durante las administraciones de Balaguer, los pobres simplemente se
convirtieron en más pobres. Es más, los pobres eran generalmente el blanco de
represión estatal, y sus reivindicaciones socioeconómicas fueron etiquetadas como
"comunistas" y tratados en consecuencia por el aparato de seguridad del Estado.60
En las elecciones de mayo de 1978, Balaguer fue derrotado en su candidatura para un
cuarto periodo consecutivo por Antonio Guzmán, del PRD. Posteriormente, Balaguer
ordenó a las tropas asaltar la Junta Electoral y destruir las urnas, declarándose
el mismo vencedor. El presidente estadounidense Jimmy Carter y la comunidad
internacional se negó a reconocer la supuesta "victoria" de Balaguer, y, frente a
la negación de ayuda por parte del exterior, Balaguer tuvo que admitir la derrota.

Gobiernos de Antonio Guzmán (1978-1982), Salvador Jorge Blanco (1982-1986) y


regreso de Balaguer a la presidencia (1986-1996)
Antonio Guzmán inauguró su gobierno el 16 de agosto, teniendo el país la primera
transferencia del poder pacífica de un presidente elegido libremente a otro. A
finales de la década de 1970, la expansión económica, que hasta entonces había
continuado con su ritmo determinado, comenzó a decelerarse considerablemente a
medida que los precios del azúcar se reducían y aumentaban los del petróleo. Con la
inflación y el desempleo creciendo, esto desencadenó una ola de emigración masiva
desde la República Dominicana hacia Estados Unidos y Europa.

Las elecciones se celebraron de nuevo en 1982. Salvador Jorge Blanco, del Partido
Revolucionario Dominicano derrotó a Bosch y el posible resurgimiento de Balaguer.
Jorge Blanco emprendió ciertas reformas sociales y económicas; sin embargo, al
producirse una presión fiscal financiera internacional sobre el país, se abrió la
puerta a una terrible crisis económica y financiera que puso a la nación en
alarmante punto de inflación. Durante este periodo se produjo una serie de
levantamientos sociales que dio al traste con la popularidad del PRD en el país y
regresando así Balaguer al poder representando al Partido Reformista en 1986 donde
se mantuvo en el cargo durante los próximos diez años. Las elecciones de 1990
estuvieron marcadas por la violencia y la sospecha de fraude electoral. Las
elecciones de 1994 también se caracterizaron por una violencia generalizada durante
la campaña, a menudo dirigida a intimidar a los miembros de la oposición. Balaguer
ganó en 1994, pero la mayoría de los observadores dedujeron que las elecciones
habían sido arregladas. Bajo la presión de los Estados Unidos, Balaguer acordó
celebrar nuevas elecciones en 1996. Él mismo no iría.

Pacto por la Democracia y ascenso de Leonel Fernández (1996-2000)


En 1996, Leonel Fernández Reyna del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y
pupilo de Juan Bosch obtuvo más del 51 % de los votos, a través de una alianza con
Balaguer. La primera gran ejecución de Fernández fue la venta de algunas empresas
de propiedad estatal. Aunque Fernández fue elogiado por poner fin a décadas de
aislamiento y mejorar las relaciones con otros países del Caribe, fue criticado por
descuidar la salud pública, la educación, no luchar contra la corrupción y la
pobreza que afectaba a un 60% de la población.

Quiebra bancaria y crisis económica, gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004)


En mayo de 2000, Hipólito Mejía del centro-izquierdista PRD fue elegido presidente
en medio de un descontento popular por los cortes de energía y la reciente
privatización del sector eléctrico. Desde el 1986 no había sido gobierno este
partido. El presidente Fernández, en su mandato, firmó los Juegos Panamericanos e
Hipólito Mejía llevó a cabo los Juegos Panamericanos del 2003 en el 2003, para lo
cual tuvo que construir villas olímpicas, y muchas instalaciones deportivas. A todo
lo largo y ancho del país en cada comunidad se construyó un centro polideportivo,
como un medio para la juventud y salud de la ciudadanía. El presidente Mejía
incentivó la agricultura, y reavivó el campo. En este período hubo un fraude
bancario de la entidad financiera BANINTER, uno de los bancos principales, que
tenía problemas desde años anteriores, como también el BANCRÉDITO, y el presidente
Mejía devolvió a los ahorrantes parte de su dinero para así evitar una crisis tal
como el "corralito" de Argentina, y evitar que todos los ahorrantes sacaran el
dinero de todos los bancos y se produjera una inestabilidad económica mayor. Su
presidencia vio mayor inflación e inestabilidad del peso. Durante su tiempo como
presidente, la paridad relativamente estable de la moneda cayó de 16 pesos
dominicanos por 1 dólar estadounidense a 60 pesos por cada dólar estadounidense,
dejándolo a 42 pesos por un dólar cuando salió del poder.61626364 En su gobierno,
la República Dominicana participó en la coalición liderada por Estados Unidos en
Irak, como parte de la "Brigada Hispanoamericana" dirigida por España durante la
Guerra de Irak. En diciembre de 2003 se reportó que al menos tres iraquíes, entre
ellos dos niños, resultaron heridos a consecuencia de un ataque con cinco granadas
de mortero contra la base en la que estaban los dominicanos en Diwaniya, sin que
alguno de los dominicanos resultara afectado.65 En 2004, el país retiró a sus 604
soldados de Irak. En mayo de 2004, Mejía fue derrotado por el expresidente Leonel
Fernández en las elecciones presidenciales.

Segundo y Tercer mandato de Fernández (2004-2008, 2008-2012) y ascenso de Danilo


Medina, predominio del PLD (2012 - 2020)
Fernández, elegido en 2004, estableció medidas de austeridad para desinflar el peso
y sacar al país de su crisis económica, y en el primer semestre de 2006, la
economía creció 11.7 %, llevando el peso a descender hasta 28 pesos por cada dólar,
aunque esta mejoría no duró mucho y el peso se estabilizó en 34 por cada dólar. Su
administración se caracterizó por la construcción de grandes obras y las reformas
institucionales, pero también por el aumento de la inseguridad ciudadana, los casos
de narcotráfico, la corrupción administrativa y del clientelismo político.

En las últimas tres décadas, las remesas de los dominicanos residentes en el


extranjero, principalmente en los Estados Unidos, se han convertido cada vez más
importante para la economía. De 1990 al 2000, la población dominicana de los EE.
UU. se duplicó en tamaño, de 520 121 a 1 041 910, dos tercios de los cuales
nacieron en la República Dominicana. Más de la mitad de todos los domínico-
estadounidenses viven en Nueva York, con una mayor concentración en el barrio de
Washington Heights en el norte de Manhattan. Durante la última década, la República
Dominicana se ha convertido en la principal fuente de inmigración hacia Nueva York,
y hoy el área metropolitana de Nueva York tiene una mayor población dominicana que
cualquier otra ciudad, con excepción de la propia Santo Domingo.66 Las comunidades
dominicanas también se han desarrollado en Nueva Jersey (en particular, Paterson),
Miami, Boston, Filadelfia, Providence y Lawrence, Massachusetts. Además, decenas de
miles de dominicanos y sus descendientes viven en Puerto Rico. Muchos dominicanos
llegan a Puerto Rico ilegalmente por mar a través del Canal de la Mona, algunos
para quedarse y otros para pasar a los EE. UU. (ver Inmigración dominicana a Puerto
Rico). Los dominicanos residentes en el extranjero enviaron un estimado de 3000
millones de dólares en remesas a sus familiares en el país, en el año 2006.67 En
1997, una nueva ley que entró en vigor, permitiendo que los dominicanos residentes
en el extranjero pudieran retener su ciudadanía y ejercer el voto en las elecciones
presidenciales. El presidente Fernández, quien creció en Nueva York, fue el
principal beneficiario de esta ley.

Fernández fue sustituido por su propio compañero de partido Danilo Medina en las
elecciones presidenciales de 2012; Mejía, quien iba como principal contrincante por
el PRD, fue vencido por Medina en primera vuelta.

Medina comenzó su mandato con una serie de controvertidas reformas económicas y


sociales a fin de hacer frente a la situación fiscal dejada por la administración
de Fernández, que a pesar de una supuesta austeridad implementada por su gobierno,
dejó un gran déficit fiscal durante su último mandato ascendiente a más de 180 000
millones de pesos dominicanos.

Referencias
Newman, Graeme R (19 de octubre de 2010). Crime and Punishment around the World [4
volumes]: [Four Volumes]. ISBN 9780313351341.
«Documentary Heritage on the Resistance and Struggle for Human Rights in the
Dominican Republic, 1930-1961».
Clodfelter, Micheal (2017). Warfare and Armed Conflicts: A Statistical
Encyclopedia of Casualty and Other Figures, 1492-2015, 4th ed (en inglés).
McFarland. p. 637. ISBN 978-0786474707.
«Victimario Histórico Militar».
Leslie Desmangles, The Faces of the Gods: Vodou and Roman Catholicism in Haiti
(North Carolina University Press, 1992), p. 17-19.
Jonathan Hartlyn, The Struggle for Democratic Politics in the Dominican Republic,
p.24, The University of North Carolina Press, 1998
Sugar Cane: Past and Present, Peter Sharpe «Copia archivada». Archivado desde el
original el 18 de mayo de 2008. Consultado el 15 de julio de 2008.
Knight, Franklin, The Caribbean: The Genesis of a Fragmented Nationalism, 3rd ed.
p.54 New York, Oxford University Press 1990
Rough Guide to the Dominican Republic, Pg. 352
González Tablas, Ramón, Historia de la dominación y última guerra de España en
Santo Domingo, Madrid 1970, pág. 14
Dominican Republic - THE FIRST COLONY
«Corsairs of Santo Domingo a socio-economic study, 1718-1779».
Moya Pons, Frank Between Slavery and Free Labor: The Spanish-speaking Caribbean in
the 19th Century. Baltimore; Johns Hopkins University Press 1985
Terrenos comuneros arose because of "scarce population, low value of the land, the
absence of officials qualified to survey the lands, and the difficulty of dividing
up the ranch in such a way that each would receive a share of the grasslands,
forests, streams, palm groves, and small agricultural plots that, only when
combined, made possible the exploitation of the ranch." (Hoetink, The Dominican
People: Notes for a Historical Sociology transl. Stephen Ault Pg. 83 (Johns Hopkins
Press: Baltimore, 1982)
Scheina, Robert L. (2003). Latin America's Wars: Volume 1. Potomac Books.
«La Armada y la Independencia». Listín Diario.
«Obras Completas».
Eller, 2016.
Snodgrass, 2017, p. 170.
Clodfelter, 2017, p. 306.
LA REPÚBLICA DOMINICANA Y LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA DE CUBA
Frank Moya Pons, Dominican Republic: A National History Pg. 222 (Hispaniola Books:
New Rochelle, N.Y., 1995)
Ian Bell, The Dominican Republic Pg. 59 (Westview Pres: Boulder, Co., 1981)
*Dennis Hidalgo, Charles Sumner and the Annexation of the Dominican Republic,
Itinerario (Volume XXI, 2/1997): 51. (Published by the Centre for the History of
European Expansion of Leiden University, The Netherlands).
Emilio Betances, State and Society in the Dominican Republic Pg. 32 (Westview
Press: Boulder, San Francisco, Oxford, 1995)
cocolo es una corrupción del nombre de una de las principales islas de origen,
Tórtola. (Teresita Martínez-Vergne, Nation and Citizenship in the Dominican
Republic Pg. 86 (University of North Carolina Press: Chapel Hill, N.C., 2005))
«The Dominican Republic and its Arab Assimilation». Archivado desde el original el
28 de septiembre de 2019. Consultado el 2 de diciembre de 2019.
Teresita Martínez-Vergne, Nation & Citizen in the Dominican Republic, Pg. 135
Ian Bell, The Dominican Republic Pg. 86 (Westview Press: Boulder, Co., 1981)
Emilio Betances, State and Society in the Dominican Republic Pg. 50 (Westview
Press: Boulder, San Francisco, Oxford, 1995)
Howard Wiarda, Dominican Republic: A Nation in Transition Pg. 30 (Pall Mall Press:
London, 1966)
Emilio Betances, State and Society in the Dominican Republic Pg. 53 (Westview
Press: Boulder, San Francisco, Oxford, 1995)
Bruce Calder, The Impact of Intervention in the Dominican Republic, 1916-1924 Pg.
24 (University of Texas Press: Austin, Texas, 1984)
Frank Moya-Pons, Dominican Republic: A National History Pg. 306
Ayres, Thomas (2008). A Military Miscellany: From Bunker Hill to Baghdad:
Important, Uncommon, and Sometimes Forgotten Facts,Lists, and Stories from
America#s Military History. Random House Publishing Group. p. 211. ISBN 978-0-307-
48825-1.
Jowett, Philip (2019). Liberty or Death: Latin American Conflicts, 1900–70. p.
185.
Bruce Calder, The Impact of Intervention, Pg. 93
Bruce Calder, The Impact of Intervention, Pg. 93. The largest two corporations,
the South Porto Rico Company and West Indies Sugar Corporation, owned 150,000 and
100,000 acres (600 and 400 km²) respectively.
Jonathan Hartlyn. The Trujillo Regime in the Dominican Republic. In Sultanistic
Regimes, Johns Hopkins University Press
Emilio Betances, State and Society in the Dominican Republic, Pg. 96
Emilio Betances, State and Society in the Dominican Republic, Pg. 97
Eric Paul Roorda, The Dictator Next Door: The Good Neighbor Policy and the
Dominican Republic, 1930-1945.-
Needed but unwanted: Haitian immigrants and their descendants in the Dominican
Republic, Pg. 24 (Catholic Institute For International Refugees, 2004)
Louder Than Bombs: Interviews from the Progressive Magazine.
«Parsley Massacre: The Genocide That Still Haunts Haiti-Dominican Relations».
«Haiti, Antihaitianismo, and the Dominican Republic».
Jan Knippers Black, Politics and development in an unsovereign state Pg. 27
Turits, Richard Lee (2003). Foundations of Despotism: Peasants, the Trujillo
Regime, and Modernity in Dominican History. Stanford University Press. p. 162.
Pope Atkins, G. The Dominican Republic and the United States: From Imperialism to
Transnationalism. p. 105.
Howard Wiarda The Dominican Republic: A Nation in Transition, Pg. 40-41
Jared Diamond, Collapse, One Island, Two Peoples, Two Histories (Penguin Books:
New York and London, 2005) Pg. 337
Jan Knippers Black, The Dominican Republic: politics and development in an
unsovereign state.
«The Most Powerful Air Force In The Caribbean».
Encyclopedia of the Cold War. Routledge. 2013. p. 266.
«Foreign Intervention by Cuba».
Castañeda, Jorge G. (2009). Companero: The Life and Death of Che Guevara. Knopf
Doubleday Publishing Group. p. 147.
«The Dictator and the Mafia: How Rafael Trujillo Partnered with US Criminals to
Extend His Power».
Dixon, Jeffrey S.; Sarkees, Meredith Reid (2015). A Guide to Intra-state Wars: An
Examination of Civil, Regional, and Intercommunal Wars, 1816-2014 (en inglés). CQ
Press. p. 100.
«Invasión a República Dominicana».
Roberto Cassa, Los doce años: Contrarrevolución y desarrollismo, 2ª ed. Santo
Domingo: Editora Búho 1991
Listin Diario. «el cuatrenio perdido: 2000-2004». Consultado el 13 de mayo de
2015.
Banco Central de la R. D. «Tasas de cambio República Dominicana». Consultado el 13
de mayo de 2015.
Dominican On Line. «Mercado Cambiario». Archivado desde el original el 19 de junio
de 2015. Consultado el 13 de mayo de 2015.
Periódico Hoy. «El dólar sigue en baja». Consultado el 13 de mayo de 2015.
«Misión RD-Irak: las secuelas mentales de un viaje “maldito”».
The Newest New Yorkers: Immigrant New York in the New Millennium (New York City
Department of City Planning, Population Division, 2004) Pg. 9

También podría gustarte