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Mapa de La Española.
La historia de la República Dominicana se remonta al año 600 d.C., cuando los
ocupantes de la isla eran los taínos. La isla de La Española fue reclamada por
España en 1492, y formó parte de la América española.
A partir del siglo XVII los franceses se fueron instalando en el oeste de la isla
creando lo que luego sería Haití. España entregó su parte de la isla de Santo
Domingo a la Francia republicana al ser derrotada en 1795, con lo que toda la isla
pasó a ser colonia francesa. Después de la independencia de Haití en 1804, los
franceses retuvieron el resto de la isla hasta 1809.
Índice
1 Era precolombina
2 Época colonial (1493 - 1821)
2.1 Llegada de los españoles y colonización
2.2 Extinción taína y esclavitud africana
2.3 Corsarios franceses
2.4 Declive colonial
2.5 Tratado de Basilea, cesión a Francia y revolución haitiana
3 Primera Independencia (1821-1822)
4 Ocupación haitiana (1822-1844)
5 Segunda Independencia (1844-1861)
5.1 Primera República (1844-1861)
6 Anexión a España y restauración dominicana (1861-1865)
6.1 Anexión
6.2 Restauración
7 Segunda República (1865-1916)
7.1 Dictadura de Ulises Heureaux y posterior bancarrota
8 Primera ocupación estadounidense (1916-1924)
9 Tercera República (1924-1965)
9.1 Gobierno de Horacio Vásquez
9.2 La "Era de Trujillo" (1930-1961)
10 La inestabilidad post-dictadura (1962-1964) y segunda ocupación
estadounidense (1965)
11 Cuarta República (1966 - actualidad)
11.1 Los doce años de Balaguer (1966-1978)
11.2 Gobiernos de Antonio Guzmán (1978-1982), Salvador Jorge Blanco (1982-1986) y
regreso de Balaguer a la presidencia (1986-1996)
11.3 Pacto por la Democracia y ascenso de Leonel Fernández (1996-2000)
11.4 Quiebra bancaria y crisis económica, gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004)
11.5 Segundo y Tercer mandato de Fernández (2004-2008, 2008-2012) y ascenso de
Danilo Medina, predominio del PLD (2012 - 2020)
12 Referencias
13 Bibliografía
Era precolombina
Artículo principal: Taínos de La Española
Los taínos llamaban a la isla Quisqueya (madre de todas las tierras) y Haití
(tierra de altas montañas). En el momento de la llegada de Colón en 1492, el
territorio de la isla consistía en cinco cacicazgos: Marién, Maguá, Maguana,
Jaragua e Higüey. Estos eran gobernados respectivamente por los caciques
Guacanagarix, Guarionex, Caonabo, Bohechío y Cayacoa.
Ruinas del Hospital San Nicolás de Bari, Ciudad Colonial Santo Domingo
Cristóbal Colón llegó a la isla en su primer viaje el 5 de diciembre de 1492,5
dándole el nombre de La Española. Creyendo que los europeos eran de alguna forma
sobrenatural, los taínos les dieron la bienvenida con todos los honores. Era una
sociedad totalmente distinta de la que venían los europeos. Guacanagarix, el jefe
anfitrión que dio la bienvenida a Cristóbal Colón y sus hombres, los trató con
amabilidad y les dio todo lo que deseaban. Sin embargo, el sistema igualitario de
los taínos se enfrentó a las estructuras del sistema feudal de los europeos. Esto
llevó a los europeos a creer que los taínos eran débiles, y comenzaron a tratar a
las tribus con más violencia. Colón intentó mitigar esto cuando él y sus hombres se
marcharon de Quisqueya, dejando a los taínos con una buena primera impresión.
Colón había consolidado una firme alianza con Guacanagarix, quien era un poderoso
jefe de la isla. Después del naufragio de la Santa María, Colón decidió establecer
una pequeña fortaleza con una guarnición de hombres que podrían ayudarle a
reivindicar esta posesión. El fuerte se llamó La Navidad, porque los
acontecimientos del naufragio y la fundación del fuerte ocurrieron el día de
Navidad. La guarnición, a pesar de toda la riqueza y belleza de la isla, fue
sacudida por las divisiones que terminaron en un conflicto entre estos primeros
europeos. Los más rapaces comenzaron a aterrorizar a los miembros de las tribus
taínas, Ciguayo y Macorix hasta el punto de intentar llevarse a sus mujeres.
Visto como débil por los españoles e incluso por algunos de su propio pueblo,
Guacanagarix intentó llegar a un acuerdo con los españoles, quienes veían su
sosiego como el de alguien sometido. Lo trataron con desprecio y hasta tuvieron
algunas de sus esposas. El poderoso cacique de Maguana, Caonabo, no podía soportar
las afrentas y atacó a los europeos, destruyendo el fuerte La Navidad. Guacanagarix
estaba consternado por este giro de los acontecimientos, pero no hizo nada para
ayudar, probablemente esperando que los importunos extranjeros no regresaran. Sin
embargo, regresaron.
Anacaona
Durante este período, la dirección española cambió de manos varias veces. Cuando
Colón partió en otra exploración, Francisco de Bobadilla se convirtió en
gobernador. Las acusaciones contra Colón por parte de los colonos debido a su mala
gestión se agregó a la situación política tumultuosa. En 1502, Nicolás de Ovando
sustituye a Bobadilla como gobernador, con un ambicioso plan para ampliar la
influencia española en la región. Fue él quien tuvo un trato más brutal con la
mayoría de los taínos.
Un rebelde, Enriquillo, liderando un grupo de los que habían huido a las montañas,
atacaron a los españoles en varias ocasiones durante catorce años. Finalmente, los
españoles le ofrecieron un tratado de paz. Además, le dieron a Enriquillo y sus
seguidores su propia ciudad en 1534. La ciudad no duró mucho, ya que, varios años
después de su creación, una rebelión de esclavos la quemó, matando a todos los que
se encontraban dentro de la misma.
Enriquillo
En 1501, los monarcas españoles, Fernando e Isabel, concedieron el primer permiso a
los colonizadores del Caribe para importar esclavos africanos, los cuales
comenzaron a llegar a la isla en 1503. En 1510, la primera gran expedición, que
consistió en 250 negros ladinos, llegó a La Española desde España. Ocho años más
tarde esclavos de origen africano llegaron a las Indias Occidentales. La posesión
española de la isla fue organizada en 1511 como la Real Audiencia de Santo Domingo.
La caña de azúcar fue introducida a La Española desde las Islas Canarias, y el
primer ingenio azucarero en el Nuevo Mundo fue establecido en 1516, en La
Española.7 La necesidad de una mano de obra para satisfacer la creciente demanda
del cultivo de la caña de azúcar condujo a un exponencial aumento de la importación
de esclavos en las dos décadas siguientes. Los dueños de los molinos de azúcar
pronto formaron una nueva élite colonial, convencieron al rey de España para que
pudieran elegir a los miembros de la Real Audiencia de entre sus filas. Los colonos
más pobres subsistían de la caza y las manadas de ganado salvaje que vagaban por
toda la isla y de la venta de sus pieles.
Corsarios franceses
En la década de 1520, el mar Caribe había sido invadido por corsarios franceses. En
1522 un barco procedente de Santo Domingo con destino a Sevilla fue atacado por un
corsario francés llamado Jean Fleury, el cual se apropió de todo su cargamento de
azúcar. En 1537, otro corsario francés atacó los poblados de Azua y Ocoa, quemando
ingenios y casas y saqueando todo lo que pudo; mientras que en 1540 un barco que
recién había zarpado del puerto de Santo Domingo fue asaltado por corsarios
ingleses. En 1541 España autorizó la construcción de la muralla de Santo Domingo, y
decidió restringir los viajes por mar a los convoyes armados. Otra medida, la cual
destruiría la industria azucarera de La Española, fue que en 1561 La Habana, más
estratégicamente ubicada en relación con la corriente del Golfo, fue seleccionada
como el punto de concentración obligatorio de las flotas mercantes, las cuales
tenían un monopolio real sobre el comercio con las Américas. En 1564, las ciudades
principales del interior de la isla, Santiago de los Caballeros y Concepción de La
Vega, fueron destruidas por un terremoto. En la década de 1560 también los ingleses
se sumaron a los franceses en los asaltos piratas habituales a los barcos
españoles.
Declive colonial
Con la conquista del continente americano, La Española declinó rápidamente. La
mayoría de los colonos españoles abandonaron la isla por las minas de plata de
México y Perú, mientras que los nuevos inmigrantes españoles omitieron la isla. La
agricultura disminuyó, las importaciones de nuevos esclavos cesó, y los colonos
blancos, negros libres y esclavos por igual vivían en la pobreza, debilitándose la
jerarquía racial y entremezclándose la ayuda, dando lugar a una población
predominantemente mixta entre españoles, africanos, y taínos. A excepción de la
ciudad de Santo Domingo, que logró mantener algunas exportaciones legales, los
puertos dominicanos fueron forzados a confiar en el comercio de contrabando, que,
junto con el ganado, se convirtió en la única fuente de sustento para los
habitantes de la isla. En 1586, Sir Francis Drake ocupó la ciudad de Santo Domingo,
cobrando un rescate por su retorno al dominio español.
A mediados del siglo XVII Santo Domingo estaba sumida en una grave crisis económica
y poblacional, ya que el auge de otros territorios de América ofrecía mejores
garantías. Por esto entre 1680 y 1691 zarpan para Santo Domingo 8 embarcaciones que
hacen escala allí para dejar familias canarias. Hay constancia de que se
establecieron en Higüey y Bayaguana. En 1684 llegan los nuevos pobladores,
procedentes de las Islas Canarias, y se establecerán en lo que será San Carlos de
Tenerife. Se trata de 97 familias, en total 543 personas, que se dedicarían al
abastecimiento de productos agrícolas y ganaderos para la ciudad de Santo Domingo.
En el año 1700 llegan 39 familias más, tras haber sufrido años anteriores una grave
epidemia de viruela que diezmó de nuevo la población. En 1709 llegaron 49 familias
más que tuvieron que sobornar al gobernador para poder agregarse a la comunidad de
San Carlos.
Los franceses ocuparon la parte oriental de la isla, hasta que fueron derrotados en
la batalla de Palo Hincado el 7 de noviembre de 1808 por los habitantes nativos de
Santo Domingo, quienes tuvieron como líder al nativo de Cotuí Juan Sánchez Ramírez,
quien era un rico hacendado en su región, pero aportó toda esa riqueza para
defender la causa dominicana de preservar su nación que tenía tanto de España como
de África, quedando tanto él como su familia en una espantosa ruina económica. La
capitulación definitiva de los franceses en la asediada ciudad de Santo Domingo se
produjo el 9 de julio de 1809, con la ayuda de la Marina Real británica.
En 1853, Santana fue elegido presidente para su segundo mandato, lo que obligó a
Báez a buscar el exilio. Tres años más tarde, después de malograr la invasión
haitiana por última vez, negoció un tratado de arrendamiento de una porción de la
península de Samaná con una compañía estadounidense; la oposición popular lo obligó
a abdicar, lo que permitió que Báez regresara y tomara el poder. Con el tesoro
nacional agotado, Báez imprimió dieciocho millones de pesos para la compra de la
cosecha de tabaco de 1857 con esta moneda y exportándola por dinero en efectivo en
beneficio de sí mismo y sus seguidores. Los plantadores de tabaco cibaeños, quienes
se arruinaron cuando se produjo la inflación, se rebelaron, volviendo a recurrir a
Santana quien se encontraba en el exilio, para liderar la rebelión. Después de un
año de guerra civil, Santana tomó Santo Domingo y se instaló como presidente. Cabe
destacar que el periodo de la primera república se distinguió por las pugnas y la
inestabilidad política en el naciente país.
Restauración
Una vez producida la anexión, el ilustre General José María Cabral, oriundo de San
Cristóbal, tomó parte principal en la guerra restauradora. Cabral había sido
deportado en agosto de 1863 pues se tenía sospecha de su simpatía con los
revolucionarios. Retornó al país en junio de 1864. Puesto que las tropas españolas
habían desplegado una ofensiva considerable en el Sur, una de las respuestas del
Gobierno Restaurador a esa ofensiva fue nombrar a Cabral jefe de operaciones en el
Sur, contando con su conocimiento de la zona y su don de mando. Desde sus primeros
días en la jefatura, comenzó Cabral a revertir la inferioridad en que se
encontraban los dominicanos en el Sur. Logró además, sacar de circulación a Juan de
Jesús Salcedo y a otros caudillos que protagonizaban escenas de saqueo. También
impuso Cabral el orden en las formaciones militares.
El gobierno español llegó a desplegar una fuerza de 51 000 hombres y sus bajas
ascendieron a 30 000.21
Segunda República (1865-1916)
Cuando los españoles partieron, la mayoría de las ciudades principales estaban en
ruinas y la isla estaba dividida entre varias docenas de caudillos. José María
Cabral controlaba la mayor parte de Barahona y el suroeste con el apoyo de los
socios exportadores de caoba de Báez, mientras que el ganadero Cesáreo Guillermo
reunió a una coalición de exgenerales "santanistas" en el sureste, y Gregorio
Luperón controlaba la costa norte. Desde la retirada española para 1879, hubo
veintiún cambios de gobierno y por lo menos cincuenta levantamientos militares.22
En 1874, el gobernador de Puerto Plata y miembro del Partido Rojo Ignacio María
González Santín, organizó un golpe de Estado en apoyo de una rebelión del Partido
Azul, pero fue depuesto por los Azules dos años después. En febrero de 1876, Ulises
Espaillat, respaldado por Luperón, fue nombrado presidente, pero diez meses más
tarde las tropas leales a Báez lo retornaron al poder. Después de un año una nueva
rebelión le permitió a González Santín tomar el poder, solo para ser depuesto por
Cesáreo Guillermo en septiembre de 1878, que a su vez fue derrocado por Luperón, en
diciembre de 1879. Gobernando el país desde su ciudad natal Puerto Plata,
disfrutando de un auge económico debido a las exportaciones de tabaco hacia
Alemania, Luperón promulgó una nueva Constitución estableciendo un límite de dos
años de mandato presidencial mediante elecciones directas, suspendió el sistema
semi-formal de sobornos e inició la construcción del primer ferrocarril del país,
que une la ciudad de La Vega con el puerto de Sánchez en la bahía de Samaná.
La Guerra de los Diez Años en Cuba trajo plantadores de azúcar cubanos para el país
en busca de nuevas tierras y seguridad por la insurrección que liberó a sus
esclavos y destruyó sus propiedades. La mayoría se estableció en la llanura costera
del sureste, y, con la asistencia del gobierno de Luperón, construyeron los
primeros molinos de azúcar mecanizados de la nación. A ellos se unieron más tarde
los italianos, los alemanes, los puertorriqueños y los estadounidenses en la
formación del núcleo de la burguesía azucarera dominicana, casarse y formar
familias prominentes para consolidar su posición social. Las interrupciones de la
producción mundial causada por la Guerra de los Diez Años, la Guerra Civil
Estadounidense y la Guerra Franco-Prusiana permitió a la República Dominicana
convertirse en un importante exportador de azúcar. Durante las dos décadas
siguientes, el azúcar superó al tabaco como el principal producto de exportación,
mientras que los antiguos caseríos de pesca de San Pedro de Macorís y La Romana se
transformaron en prósperos puertos. Para satisfacer su necesidad de un mejor
transporte, más de 300 kilómetros de líneas privadas de ferrocarril fueron
construidos por y para servir a las plantaciones de azúcar en 1897.25 Una caída de
los precios en 1884 llevó a la congelación salarial, y una posterior escasez de
mano de obra fue ocupada por inmigrantes trabajadores de la Islas de Sotavento, las
Islas Vírgenes, San Cristóbal y Nieves, Anguila y Antigua (referidos por los
dominicanos como "cocolos").26 Estos negros de habla inglesa fueron a menudo
víctimas de racismo, pero muchos permanecieron en el país, encontrando trabajo como
estibadores y en las construcciones de ferrocarriles y en las refinerías de azúcar.
Una gran ola de sirios, libaneses y palestinos abandonó el Imperio otomano desde
finales del siglo XIX hasta principios del siglo XX y se estableció en la República
Dominicana. Los primeros árabes comenzaron a llegar en 1884. Los dominicanos se
quejaban de que los árabes vivían una "subsistencia mundana y miserable". A los
árabes a su llegada a la RD se los llamó "turcos malolientes con malos hábitos".27
En 1913, Vásquez regresó del exilio en Puerto Rico para llevar una nueva rebelión.
Durante la revolución, los barcos de la Armada de Estados Unidos intervinieron para
detener el bombardeo de Puerto Plata por parte de facciones rebeldes.35 En junio de
1914, el presidente estadounidense Woodrow Wilson emitió un ultimátum para que las
dos partes pongan fin a las hostilidades y acuerden un nuevo presidente, o los
Estados Unidos impondrían uno. Después de la presidencia provisional de Ramón Báez,
Jimenes fue elegido en octubre, y pronto se enfrentó a las nuevas demandas,
incluyendo el nombramiento de un director estadounidense de obras públicas y asesor
financiero y a la creación de una nueva fuerza militar al mando de oficiales de EE.
UU. El Congreso Nacional rechazó estas demandas y comenzó el proceso de destitución
contra Jimenes. Los Estados Unidos ocuparon Haití en julio de 1915, con la amenaza
implícita de que la República Dominicana podría ser la próxima. El Ministro de
Guerra de Jimenes, Desiderio Arias organizó un golpe de estado en abril de 1916,
proporcionando un pretexto para que los Estados Unidos ocuparan la República
Dominicana.
Para 1921, los principales grupos guerrilleros habían sido derrotados, sufriendo un
total de casi 3000 muertos.36 En el valle de San Juan, cerca de la frontera con
Haití, los seguidores de un curandero vudú llamado Liborio, resistieron a la
ocupación y ayudaron a los cacos haitianos en su guerra contra los estadounidenses,
hasta su muerte en 1922. Sin embargo, su movimiento Liborista siguió vivo,
manteniendo una gran comuna en Palma Sola. Sin embargo, la persecución de sus
seguidores continuó y resultó en la masacre de Palma Sola en 1962. Alrededor de 600
personas murieron como resultado de un ataque con napalm llevado a cabo por el
gobierno dominicano.
En lo que se conoce como "la danza de los millones", con la destrucción de las
producciones europeas de remolacha azucarera durante la Primera Guerra Mundial, el
precio de la azúcar llegó a su nivel más alto en la historia, de 5.50 dólares en
1914 a $22.50 por libra en 1920. Las exportaciones dominicanas de azúcar aumentaron
de 122 642 toneladas en 1916 a 158 803 toneladas en 1920, ganando un récord de 45.3
millones de dólares.37 Sin embargo, la producción europea de remolacha azucarera se
recuperó rápidamente, lo que, junto con el crecimiento de la producción mundial de
caña de azúcar, saturó el mercado mundial, haciendo que los precios cayeran en
picada a solo 2.00 dólares a finales de 1921. Esta crisis llevó a muchos de los
plantadores de azúcar locales a la quiebra, lo que permitió a grandes conglomerados
de EE. UU. dominar la industria azucarera. En 1926, solo veintiuna propiedades
principales se mantuvieron, ocupando unos 520 000 acres (2100 km²). De estos, doce
empresas de propiedad estadounidense eran dueñas de más del 81 % de la superficie
total.38 Mientras que los plantadores extranjeros que habían construido la
industria azucarera integrada en la sociedad dominicana, estas corporaciones
expatriaron sus beneficios a los Estados Unidos. Como los precios bajaron, las
plantaciones de azúcar cada vez más dependían de los trabajadores haitianos. Esto
se vio facilitado por la introducción de contrato de trabajo regulado por parte del
gobierno militar, el crecimiento de la producción de azúcar en el suroeste, cerca
de la frontera con Haití, y una serie de huelgas llevadas a cabo por los cocolos
cortadores de caña organizado por la "Universal Negro Improvement Association".
Poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, Trujillo construyó una fábrica
de armas en San Cristóbal. Fabricaba granadas de mano, pólvora, dinamita,
revólveres, rifles automáticos, carabinas, metralletas, ametralladoras ligeras,
antitanques y municiones. Además, se produjeron algunas cantidades de morteros y
bombas aéreas y se reconstruyó la artillería ligera.49
Corredor de seguridad
Sin embargo, este excelente desempeño macroeconómico no fue acompañado por una
distribución equitativa de la riqueza. Mientras un grupo de nuevos millonarios
florecía durante las administraciones de Balaguer, los pobres simplemente se
convirtieron en más pobres. Es más, los pobres eran generalmente el blanco de
represión estatal, y sus reivindicaciones socioeconómicas fueron etiquetadas como
"comunistas" y tratados en consecuencia por el aparato de seguridad del Estado.60
En las elecciones de mayo de 1978, Balaguer fue derrotado en su candidatura para un
cuarto periodo consecutivo por Antonio Guzmán, del PRD. Posteriormente, Balaguer
ordenó a las tropas asaltar la Junta Electoral y destruir las urnas, declarándose
el mismo vencedor. El presidente estadounidense Jimmy Carter y la comunidad
internacional se negó a reconocer la supuesta "victoria" de Balaguer, y, frente a
la negación de ayuda por parte del exterior, Balaguer tuvo que admitir la derrota.
Las elecciones se celebraron de nuevo en 1982. Salvador Jorge Blanco, del Partido
Revolucionario Dominicano derrotó a Bosch y el posible resurgimiento de Balaguer.
Jorge Blanco emprendió ciertas reformas sociales y económicas; sin embargo, al
producirse una presión fiscal financiera internacional sobre el país, se abrió la
puerta a una terrible crisis económica y financiera que puso a la nación en
alarmante punto de inflación. Durante este periodo se produjo una serie de
levantamientos sociales que dio al traste con la popularidad del PRD en el país y
regresando así Balaguer al poder representando al Partido Reformista en 1986 donde
se mantuvo en el cargo durante los próximos diez años. Las elecciones de 1990
estuvieron marcadas por la violencia y la sospecha de fraude electoral. Las
elecciones de 1994 también se caracterizaron por una violencia generalizada durante
la campaña, a menudo dirigida a intimidar a los miembros de la oposición. Balaguer
ganó en 1994, pero la mayoría de los observadores dedujeron que las elecciones
habían sido arregladas. Bajo la presión de los Estados Unidos, Balaguer acordó
celebrar nuevas elecciones en 1996. Él mismo no iría.
Fernández fue sustituido por su propio compañero de partido Danilo Medina en las
elecciones presidenciales de 2012; Mejía, quien iba como principal contrincante por
el PRD, fue vencido por Medina en primera vuelta.
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