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Asignatura:

Deontología Jurídica

Tema:
Tema 1

Facilitador:
Fernando Inan Cruz Hernández

Participante:
Kelvin de Jesús Sánchez Vargas

Matricula:
100036018
Introducción.

En el presente documento que se muestra, se hace una exposición acerca del


desarrollo de la ética profesional en el campo del Derecho mejor conocida como
Deontología Jurídica tratando de enfocar nuestra atención en la evolución histórica
de la ética jurídica profesional, la conceptualización de Deontología, la demarcación
de sus principios y su aplicación en las personas que desempeñan las labores
vinculadas a las ciencias jurídicas, los denominados operadores del Derecho,
mismos que para efectos de este ensayo abordaremos su comportamiento desde un
encuadre dogmático-jurídico.
Análisis crítico acerca del surgimiento y evolución de la Deontología
Jurídica.

Surgimiento y desarrollo Histórico

Es fácil entender lo importante que es el orden, y el respeto a ese orden establecido,


que conlleva una aceptación a un código moral y ético sin otra salida que no sea
adherirse, a normas especificas y propias de nuestro entorno, oficio o profesión que
constituyan un código odontológico. Según la Enciclopedia virtual Wikipedia: La
primera alusión al término deontología la hizo Jeremy Bentham, en su obra Science
de la Morale edita en París en 1832, con lo que quería dotar de su enfoque
utilitarista al concepto ética. Explica que ya Emanuel Kant, había separado la fe
religiosa y la doctrina religiosa del debate filosófico y ético, en su ensayo, Crítica de
la Razón Práctica en 1788. Según la fuente señalada, para Bentham la base de la
deontología es el utilitarismo, lo que significa que los actos de las personas se
consideran buenos o malos en función de la felicidad global que puedan generar.
Según este marco filosófico, el fin de una acción debe ser conseguir la máxima
felicidad para el mayor número de personas. Todas las fuentes consultadas permiten
aseverar que el origen de la deontología está en la religión, y la costumbre. En
consecuencia en las primeras civilizaciones, entre ellas, la egipcia, sumeria y en la
china clásica de Confucio.

El origen del término está en la obra del filósofo Jeremy Bentham, en su


obra Deontología o Ciencia de la Moral (1836). Bentham define entonces
la deontología como aquellas conductas del hombre que no forman parte de la
hipótesis normativa del derecho vigente y que no están controladas por la
legislación.

Conceptualización

Después de establecer estas consideraciones teóricas, estamos en condiciones de


empezar a observar algunas definiciones, entre ellas ésta tomada del internet que
dice que la deontología es la ciencia que trata sobre el conjunto deberes y principios
éticos que conciernen a cada profesión, oficio o ámbito laboral. Se puede observar
que la deontología no sólo enuncia deberes, lo más importante es que con la
rigurosidad y sistematización de la ciencia, estudia esas obligaciones de los
profesionales en su ejercicio. Se puede notar la importancia de esta disciplina que es
fundamental, y que tiene que estar en el centro del buen oficio, de la buena práctica.
Otra enunciación también extraída del internet, define la deontología, como el
concepto que se utiliza para nombrar a una clase de tratado o disciplina, que se
centra en el análisis de los deberes y de los valores regidos por la moral.
Evolución

Para aperturar esta disertación nos parece muy oportuno considerar brevemente
algunas premisas teóricas de lo que nos advierte el vocablo ética. La interrogante de
su procedencia, en principio, involucra situaciones de índole histórica y de autoridad,
cuestiones que se relacionan con la mitología sobre la creación del universo y su
posterior ordenación. Dentro de esta mítica casuística no solo se relata el inicio de la
vida humana, sino que trata de ahondar en la explicación del por qué las asperezas,
sufrimientos, limitaciones y demás realidades a las que se encuentra sujeta la
existencia de las personas. El sentido y/o moraleja catastrofista que adquieren
algunas de estas narraciones tienden a buscar un razonamiento aceptable de la
necesidad del hombre de sujetarse a unas normas específicas a las cuales ceñir sus
actuaciones para con sus iguales, y de forma mucho más general para conducir sus
vidas. En efecto, la pleitesía que deben rendir las personas a estos preceptos denota
la obligación de tener que renunciar a sus deseos con tal de mantener la armonía
social. Paulatinamente la sociedad fue adquiriendo forma gracias al control social
que ejercían las normas que permitieron la supervivencia a nivel de todas las
estructuras sociales.

En este sentido, las normas sociales denotan un conjunto de deberes que


progresivamente son integrados a la consciencia social, no obstante en ocasiones
estos deberes entran en conflicto y se da la premura de la existencia de principios
más profundos y de mayor calado filosófico a fin de poder dirimir la controversia, de
manera que se hace perenne la búsqueda de un juzgador superior que fundamente
sus decisiones en un ejercicio racional. He ahí el asidero de las interrogantes acerca
de la procedencia de la ética; preguntarse de donde viene la ética no es preguntar
por qué acontecen ciertos fenómenos meteorológicos, es preguntarse por qué
debemos obedecer una determinada norma conductual, mismas que son
generadoras de conflictos. Siguiendo este orden de ideas, y colacionando lo que
habíamos anotado algunas líneas arriba, las personas tienden a ver hacia el pasado
y preguntarse si en algún momento existió un estado puro de la naturaleza humana
en el cual el daño hacia sus congéneres era algo impensable, de forma que
aparecen las justificaciones acerca del origen de todas las cosas. Esto es lo que se
ha denominado como un estado “pre-ético”, y la razón nos insta a cuestionar la
posibilidad de retrotraer la civilización a ese punto o en qué momento se perdió esa
pureza, algo que ya en el pensamiento griego y varios siglos después en el tratadista
inglés Hobbes lo encontramos planteado como una preocupación no meramente
intelectual, sino con marcados trasfondos sociales. Muy sencillamente estos
postulados argumentan que la ética es un acto de prudencia egoísta cuya mejor
expresión, por antonomasia, es la teoría del contrato social desarrollada
ampliamente en la obra hobbesiana. La búsqueda de una justificación para la
existencia de las normas adquirió una especial atención en la vida política y cultural
de la Grecia Antigua, volviéndose materia de especial atención para los filósofos,
quienes a su vez tenían activa participación en los asuntos de las polis. En tal
perspectiva, el doctor Serrano Caldera (2005) afirma que las relaciones entre ética y
política siempre se han visto nutridas por una razón capital, al menos en su arista
filosófica, y desde su propia identidad, siendo esto el establecimiento del bien, algo
que expresamente se encuentra recogido en los escritos aristotélicos, especialmente
en la Ética Nicomaquea; “el bien es el fin de todas las acciones del hombre” enuncia
Aristóteles para principiar su exposición

Deontología y ética.

En muchos tratados sobre la materia se observa que los términos ética y


deontología se tratan como sinónimos, y no se establece diferenciación entre ellos,
quizás porque como hemos visto se puede decir que la deontología es un
desprendimiento o especialización de la ética. Incluso los trabajos sobre la materia
que tratan de hacer diferencias entre estas dos disciplinas, dejan ciertas dudas. En
cuanto al significado del término ética, cuyo origen viene del griego êthos; que
significa carácter, permite notar que tiene que ver con la interioridad del ser humano,
algo que se asume de forma individual y voluntaria de acuerdo al convencimiento de
cada quien. Para hacer una comparación más directa, hemos visto como ética
proviene del griego ethos, que se refiere al carácter, y deontología también del
griego; pero que significa; deber, obligación.

El carácter es igual; al conjunto de rasgos interiores, morales que definen la


personalidad del individuo, de manera que combinado con el deber ser que se le
atribuye como significado al término deontología, formarían un conjunto de buenas
formas o maneras que norman la conducta interior y exterior del hombre. El
diccionario español pequeño Larousse ilustrado, en su versión escolar; explica en
torno al carácter que el mismo está constituido por los rasgos o conjunto de rasgos
que distinguen una cosa de las demás. Modo de ser peculiar y privativo de cada
persona, de un conjunto de ellas, o de un pueblo. Firmeza, fuerza, energía.

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