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Nombre: Rayfel Santana Guzmán

Matricula:2012-32887

Resumen de la historia de República Dominicana

La República Dominicana, un país en la isla de La Española, es parte de la cadena de


islas de las Antillas Mayores en el Mar Caribe. El país, que finalmente obtuvo su
independencia en julio de 1924, ocupa cinco octavos de la isla mencionada anteriormente
y que comparte con el país de Haití, convirtiendo a La Española en una de las dos islas
caribeñas, junto con la de San Martín, que son compartidas por dos países. En términos
tanto de área como de población, la República Dominica es el segundo país más grande
del Caribe (después de Cuba) con aproximadamente 18,700 millas cuadradas (48,445
kilómetros cuadrados) de superficie total con una población estimada de 10.1 millones de
habitantes permanentes de los cuales aproximadamente un millón vive en la capital, la
ciudad de Santo Domingo. 

Introducción

El Monasterio de San Francisco en Santo Domingo

La historia de la República Dominicana puede remontarse al 600 A.C., cuando los únicos
ocupantes de la isla eran los tainos, una tribu indígena de los primeros amerindios. En su
viaje de 1492, patrocinado por los reyes católicos de España, el explorador italiano
Cristóbal Colón desembarcó en la isla, que pronto se convirtió en el primer asentamiento
europeo permanente en las Américas, el cual fue bautizado como Santo Domingo, la
capital del país y la primera capital de España en el Nuevo Mundo.

Después de tres siglos de colonización española, con periodos de dominio francés y


haitiano, la República Dominicana se independizó en 1821. El gobernante de la región,
José Núñez de Cáceres, intentó hacer a la República Dominicana, parte de la nación de la
Gran Colombia, pero fue rápidamente derrocado por el gobierno haitiano y las revueltas de
esclavos “dominicanos”.
Los dominicanos, que habían salido victoriosos en la Guerra Dominicana de
Independencia en 1844, experimentaron principalmente problemas internos durante las
siguientes siete décadas y también un breve regreso al dominio español. Los Estados
Unidos ocuparon el país entre 1916–1924, que fue seguido por un periodo próspero y
relativamente tranquilo de seis años bajo el mando del líder Horacio Vásquez Lajara.
Aproximadamente en 1930, la República Dominicana quedó bajo el dominio del cruel
dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, quien gobernó el país hasta 1961.  La guerra civil
de 1965, el último periodo significativo de conflictos del país, terminó debido a una
intervención dirigida por los Estados Unidos y fue seguida del gobierno autoritario de
Joaquín Balaguer, el líder entre 1966–1978.  Desde entonces, la República Dominicana ha
avanzado lentamente hacia una democracia representativa, y ha sido dirigido por Leonel
Fernández durante la mayor parte del tiempo después de 1996. Danilo Medina, el
presidente actual de la República Dominicana, sucedió a Fernández en 2012, obteniendo
el 51 % del voto electoral sobre su oponente y ex presidente Hipólito Mejía.
En el siguiente artículo expondremos la historia de la República Dominicana, comenzando
con el primer periodo pre-colombino de la región hasta la actualidad.

La Historia temprana de la República Dominicana: El Periodo Pre-


Colombino
Para finales del siglo XV, los taíno estaban muy bien organizados en cinco unidades
políticas llamados cacicazgos.  Estaban tan organizados que muchos historiadores creen
que estaban a punto de pasar de nación a nación-estado. Las estimaciones recientes,
basadas en investigación arqueológica y demográfica, indican que probablemente eran
varios millones de indios taíno los que vivían en la isla para finales del 1400.
Cuando Cristóbal Colón cruzó el Océano Atlántico con su tripulación de españoles, hizo
paradas en lo que ahora es conocido como las islas de Bahamas y Cuba, antes de
desembarcar en la isla que bautizó como La Española, que actualmente alberga a los
países de Haití y la República Dominicana. Los indios taínos tenían diversos nombres para
La Española, incluyendo, Kiskeya, Haití, y Bohío (había diversas tribus y naciones
indígenas en la isla, cada uno con su propio idioma, aunque el taíno era el predominante). 
Aún cuando las islas de las Bahamas y Cuba eran de interés de los españoles, fue La
Española la que más les llamó la atención por diversas razones. El diario de Cristóbal
Colón está repleto de descripciones indicando lo bella y paradisíaca que era esa isla,
incluyendo altas y boscosas montañas y valles con extensos ríos. Él describió a los taínos
como muy pacíficos, generosos y cooperativos con los europeos y por lo tanto, los
europeos vieron a los taino como un objetivo fácil para conquistar.  Además, vieron que los
taínos usaban adornos y joyería de oro proveniente de los depósitos de oro encontrados
en los ríos de La Española. Así que después de un mes aproximadamente de disfrutar y
explorar la costa norte de La Española, Colón volvió rápidamente a España a anunciar su
exitoso descubrimiento, pero había perdido su carabela y tuvo que dejar a gran parte de su
tripulación.

Conquistas francesa y haitiana


Para mitad del siglo XVI, la isla de Tortuga (ahora parte de Haití), ubicada justo al noroeste
de La Española, había sido colonizada por traficantes, sirvientes atados a un contrato de
cumplimiento forzoso que habían huido y miembros de las tripulaciones de diversas
embarcaciones europeas. Además de recoger ganado en La Española para venderlos por
su piel, la Tortuga se convirtió en el cuartel general para los piratas del Caribe, que
predominantemente asaltaban los tesoros de los barcos españoles. Esta área se convirtió
en los terrenos de captación para las expendiciones montadas por diversos y famosos
piratas, incluyendo el famoso pirata británico Henry Morgan. 
Los franceses envidiaban las posesiones españolas en América, y así enviaron
colonizadores a invadir la isla de Tortuga y la corta noroeste de La Española, que los
españoles habían abandonado totalmente para 1603 (bajo el mandato real, el gobernador
de la isla, Osorio, retiró a la fuerza a todos los españoles hacia la línea sur y este de lo que
ahora es San Juan de Managua). Para someter a los piratas, los franceses les ofrecieron
mujeres que habían sido tomadas de las prisiones, acusadas de prostitución y robo. El
tercio occidental de la Española se convirtió en una posesión francesa llamada Saint
Domingue en 1697 y durante el siguiente siglo se desarrolló lo que se convirtió, para
entonces en una de las colonias más ricas en el mundo. La prosperidad de la colonia se
derivó predominantemente de la caña de azúcar. Cientos de miles de esclavos africanos
que fueron forzados a viajar a la isla trabajaban en las enormes plantaciones.
Inspirada en los eventos que tenían lugar en Francia durante la Revolución Francesa y
debido a las disputas entre blancos y mulatos en Saint Domingue, una revuelta de
esclavos se originó en la colonia francesa en 1791 y fue eventualmente dirigida por un
francés negro de nombre Toussaint L'Ouverture.  Puesto que España había cedido la
colonia española de Santo Domingo a Francia en 1795, en el Tratado de Basilea,
Toussaint L'Ouverture y sus seguidores reclamaron toda la isla.
Aún cuando L'Ouverture y su sucesor, Jean-Jacques Dessalines, tuvieron éxito en el
restablecimiento del orden y renovación de la economía de Saint Domingue, que había
sido terriblemente devastada, el nuevo líder en Francia, Napoleón Bonaparte, no podía
aceptar que la colonia más rica de Francia estuviera gobernada por un hombre negro.
Sucumbiendo a las quejas de los colonizadores anteriores que habían perdido sus
plantaciones en la colonia, una gran expedición fue organizada para conquistar a los
negros y restablecer la esclavitud. Dirigida por el cuñado de Napoleón, el General Leclerc,
la expedición se convirtió en un desastre. El ejército negro derrotó definitivamente a los
franceses, y los negros declararon su independencia el 1 de enero de 1804, estableciendo
la República de Haití en el tercio occidental de la isla de la Española.
Los franceses conservaron el control del extremo oriental de la isla, pero después de
fracasar en la restauración de la economía en Santo Domingo, esta parte fue devuelta al
dominio de la monarquía española. Los españoles no sólo intentaron restablecer la
esclavitud en Santo Domingo, sino que muchos de ellos organizaron expediciones de
redada en Haití para apresar a los negros y esclavizarlos también. Debido a la negligencia
de las autoridades españolas, los colonizadores de Santo Domingo, bajo el liderazgo de
José Núñez de Cáceres, proclamaron lo que se llamó la Independencia Transitoria. En
1822, temiendo que los franceses organizarían otra expedición desde el Santo Domingo
español para restablecer la esclavitud ya que habían amenazado con hacerlo, el
presidente de Haití, Jean-Pierre Boyer envió un ejército que invadió y se apropió de la
parte oriental de la Española. Boyer abolió nuevamente la esclavitud e incorporó a Santo
Domingo a la República de Haití.
Se constituye la República Dominicana

El primer presidente democrático, Juan Bosch


Durante las siguientes dos décadas o más toda la isla de la Española fue unificada bajo el
control haitiano, en un periodo que los dominicanos llaman “La Ocupación Haitiana”.
Debido a su pérdida del control político y económico, la antigua clase dominante española
resintió profundamente la ocupación. Durante finales de la década de 1830,  un grupo de
resistencia clandestina conocida como La Trinitaria fue organizado bajo el liderazgo de
Juan Pablo Duarte. Después de múltiples ataques al ejército haitiano y debido a la fricción
interna entre los haitianos, los ejércitos haitianos fueron finalmente replegados. La
independencia de las dos terceras partes orientales de La Española fue declarada
oficialmente el 27 de febrero de 1844 y se adoptó el nombre de República Dominicana.  
La nueva república no estuvo exenta de problemas, ya que los líderes de la Trinitaria, que
habían iniciado el movimiento para la independencia dominicana, casi inmediatamente se
encontraron oposición política dentro de su mismo grupo. Como resultado, en sólo seis
meses, La Trinitaria fue expulsada del poder. Desde ese momento en adelante, la
República Dominicana estuvo casi perpetuamente bajo el dominio de los caudillos, fuertes
líderes militares que dominaron al país como si fuera su reino personal. Durante los
siguientes 70 años, la República Dominicana tuvo múltiples brotes de guerra civil y estuvo
caracterizada por la inestabilidad política y el caos económico.

Una vez que La Trinitaria fue despojada del poder, los siguientes 25 años presenciaron
como el liderazgo de la República Dominicana pasaba entre el General Pedro Santana y el
General Buenaventura Báez, cuyos ejércitos continuamente pelearon entre sí por el control
político. En un intento por mantener cierto tipo de orden y estabilidad en la región, los dos
líderes militares y sus ejércitos recurrieron al apoyo exterior. En 1861, el General Pedro
Santana invitó a España a regresar y tomar posesión de su anterior colonia. Después de
un breve periodo de malos manejos por parte de España, los dominicanos se dieron
cuenta de su error y forzaron a los españoles a salir para poder restaurar la república. Otro
intento fue llevado a cabo para alcanzar la estabilidad cuando los dominicanos invitaron a
los Estados Unidos para tomar el control una década después. Aún cuando el Presidente
de los Estados Unidos Gran apoyó la reconquista, fue derrotado por el Congreso de los
Estados Unidos.
Historia de la República Dominicana: Trujillo llega al poder
Uno de los principales cambios logrados por el gobierno de los Estados Unidos fue el
establecimiento y capacitación de un nuevo ejército en la República Dominicana que había
sido previamente logrado en el vecino Haití. Este fue un paso esencial, ya que como un
ejército capacitado internamente sería capaz de hacer respetar la ley, mantener el orden,
así como la seguridad pública del país. Tanto en la República Dominicana como Haití, el
resultado final fue un cambio en el poder, una transición de los civiles a los militares.
Durante la época de la ocupación norteamericana, el intendente del nuevo ejército
dominicano fue un ex empleado de telégrafos llamado Rafael Leónidas Trujillo. Este
inescrupuloso dictador utilizó su posesión de poder para amasar una enorme fortuna
personal, principalmente proveniente de actividades de malversación, inicialmente
involucrando a los proveedores de suministros militares. Aún cuando la República
Dominicana tuvo sus primeras elecciones relativamente libres después que las tropas
partieron en 1924, en un breve periodo de tiempo Trujillo fue capaz de bloquear todas las
acciones de reforma del gobierno y durante el golpe de 1930 tomó el control completo del
poder político del país.  
Usando el ejército interno recientemente creado como su ejecutor, Trujillo no desperdició
el tiempo en establecer una dictadura represiva y organizar una vasta red de espías para
eliminar a todos los oponentes potenciales. Sus crueles guardaespaldas no dudaron en
utilizar la intimidación, tortura o asesinato de los adversarios políticos para aterrorizar y
oprimir a la población; todo para garantizar el continuo dominio de Trujillo y el que siguiera
amasando su fortuna. En poco tiempo, Trujillo se las arregló para consolidar su poder a tal
grado que comenzó a manejar la República Dominicana como su propio reino personal.
Era tan arrogante y seguro que, después de solo seis años al frente del gobierno, Trujillo
cambió el nombre de la ciudad capital de Santo Domingo (un nombre que había existido
por más de 400 años) a Ciudad Trujillo.
Trujillo se las arregló para garantizar el apoyo norteamericano de su liderazgo (dictadura)
porque ofreció generosas y favorables condiciones a los empresarios norteamericanos que
deseaban invertir en la República Dominicana. Más importante aún para los Estados
Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, Trujillo mostró su apoyo político a la
posición de los Estados Unidos en contra de los demonios del comunismo. Para 1942,
Trujillo incluso logró liquidar toda la deuda externa a los Estados Unidos, que había
limitado por décadas las iniciativas económicas del gobierno dominicano. Pero después de
varios años de confiscar las propiedades de la mayoría de los más importantes negocios
nacionales, comenzó a tomar control de las principales industrias que eran propiedad de
los norteamericanos también, en particular, la muy importante industria del azúcar. Estas
acciones de adueñarse de las empresas, combinadas con la intromisión de Trujillo en los
asuntos internos de los países vecinos, generó un desencanto cada vez mayor de los
Estados Unidos hacia el dictador de la República Dominicana.
Uno de los actos más vergonzosos de Trujillo fue cometido en contra del vecino de la
República Dominicana, la República de Haití. Por siglos había existido una falta de claridad
en la definición de la frontera entre ambos países, un asunto que había sido motivo de
agravios y conflictos por ambas partes. No sólo el área de la frontera se había convertido
en el centro de persistentes actividades de contrabando, sino que también miles de
haitianos habían comenzado a establecerse en los terrenos alrededor de los imprecisos
límites fronterizos. Trujillo nunca había ocultado sus ideas y sentimientos racistas hacia la
“inferioridad” y “poco atractivo” de los haitianos de piel oscura, así que en 1937, después
de las primeras negociaciones de un internacionalmente alabado acuerdo sobre la frontera
con el presidente de Haití, ordenó a su ejército supervisar la masacre de todos los
haitianos en el lado dominicano de la frontera. Se estima que alrededor de 20,000
hombres, mujeres y  niños desarmados que habían vivido en la República Dominicana por
generaciones, fueron masacrados con gran violencia. La mayor parte de esta masacre
tuvo lugar en las inmediaciones del pueblo fronterizo de Dajabón y el acertadamente
nombrado Río Masacre.  
En un esfuerzo por revertir las críticas internacionales sobre esta inenarrable masacre,
Trujillo se ofreció a aceptar en la República Dominicana hasta 100,000 refugiados judíos
de la Alemania Nazi. Sin embargo, cuando llegó el momento de cumplir con su promesa
sólo un total de aproximadamente 600 familias judías recibieron refugio en 1942,
estableciéndose en lo que ahora es conocido como El Batey en la región de Sosúa,
situada aproximadamente a 20 kilómetros al este de Puerto Plata. De estas familias, sólo
una docena aproximadamente permaneció permanentemente en el área, aún cuando
contribuyeron en gran medida al desarrollo económico de la región.

República Dominicana:  Historia moderna


Tras el asesinato de Trujillo, su vicepresidente en ese momento, el Dr. Joaquín Balaguer,
asumió el control de la presidencia. Dieciocho meses más tarde, un hombre llamado Juan
Bosch, líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) fue elegido presidente. El
programa socialista de Bosch fue juzgado de ser muy extremo por los Estados Unidos que
estaban entonces paranoicos sobre la posibilidad de la expansión del comunismo después
de la exitosa revolución de Fidel Castro en Cuba y debido a que el ejército dominicano
había mantenido a Trujillo en el poder por tantos años. Los defensores del ejército se las
arreglaron para bloquear cada una de las reformas legislativas de Bosch y sólo nueve
meses después orquestaron un golpe de estado para despojarlo de la presidencia.
En los dos años siguientes al derrocamiento de Bosch, la República Dominicana vivió en
un enorme caos político y económico. Este periodo llegó a su clímax el 24 de abril de
1965, cuando la insatisfecha clase trabajadora se alió con una fracción inconforme del
ejército, se rebeló y tomó acción para restablecer el orden constitucional. El presidente de
los Estados Unidos en aquella época, Lyndon Johnson, ordenó a la marina de los Estados
Unidos ocupar la República Dominicana (de nuevo) esta vez bajo el pretexto de que los
comunistas eran los responsables por el levantamiento político.
Un año después y con la ayuda de los Estados Unidos, el antiguo líder Dr. Joaquín
Balaguer fue nuevamente electo para la presidencia en lo que muchos nativos
consideraron como una elección arreglada o fraudulenta. Balaguer permaneció en el poder
por los siguientes 12 años, ganando la reelección tanto en 1970 como en 1974. En ambos
casos los partidos de oposición afirmaron que las elecciones serían nuevamente
fraudulentas por lo que ni siquiera nominaron candidatos para participar en la contienda
electoral.  
Finalmente, en la elección de 1978, los ciudadanos dominicanos expresaron su deseo de
un cambio eligiendo al Dr. Antonio Guzmán del Partido Revolucionario Dominicano (PRD)
como el nuevo presidente. Balaguer y sus leales simpatizantes se habían dado cuenta del
movimiento pro-PRD durante la campaña y la elección y no estaban dispuestos a dejarse
derrotar, intentaron finalizar el conteo de votos para mantener su puesto. Sin embargo,
enfrentaron una intensa presión internacional, particularmente del gobierno
estadounidense de Jimmy Carter, Balaguer fue finalmente obligado a admitir su derrotar y
entregar el poder.
Justo antes de que el periodo de cuatro años de Guzmán terminara en 1982, se suicidó.
La mayoría de los historiadores consideran que tomó esa decisión porque se había dado
cuenta que algunos de sus familiares cercanos se habían involucrado en masivos
esquemas de corrupción y enriquecimiento ilícito de fondos gubernamentales. El Dr.
Salvador Jorge Blanco, del mismo partido político, reemplazó a Guzmán como presidente
en 1982. Blanco continuó con la sagrada tradición dominicana de otorgar a los miembros
de la familia, amigos cercanos y simpatizantes políticos lucrativos puestos en el gobierno.
Su periodo en la presidencia de la República Dominicana se vio al final empañado por
denuncias de corrupción masiva y apropiación indebida de fondos gubernamentales. Fue
declarado culpable más tarde de ambos cargos y sentenciado a 20 años de prisión.
En 1986, después de sentirse profundamente desilusionados por los malos manejos y
corrupción de los líderes del Partido Revolucionario (PRD), los ciudadanos dominicanos
volvieron a las urnas y nuevamente eligieron al Dr. Joaquín Balaguer. Debido a que los
partidos de oposición se encontraban divididos y desorganizados en las siguientes
elecciones de 1990, Balaguer fue nuevamente reelecto. Con todos sus años como
Presidente de la República Dominicana, se había convertido casi en tan dictatorial como
Trujillo.
Durante este mandato de ocho años, la comunidad internacional condenó al gobierno
dominicano por su continua explotación de los braceros haitianos (trabajadores de la caña
de azúcar). Había sido declarado que miles de estos trabajadores habían sido
básicamente puestos a trabajar como esclavos o forzados a realizar trabajos agotadores
bajo la supervisión de guardias armados. Sólo se les pagaba unos cuantos centavos por
su gran esfuerzo y no se les permitía abandonar sus lugares de empleo. En junio de 1991,
bajo la presión internacional, todos los trabajadores haitianos fueron deportados, pero se
cree que esta práctica continúa ahora debido a la caótica situación de la República
Haitiana.

Conclusión
Incluso con la infinidad de problemas que el país ha enfrentado a lo largo de su historia, en
las últimas décadas la República Dominicana se ha desarrollado como una nación
razonablemente libre y democrática con una creciente clase media. Las demostraciones
políticas se manifiestan abierta y libremente en las calles y los políticos pueden hacer
campaña sin ser censurados. Los dominicanos promedio se involucran en el escenario
político y los periódicos del país ofrecen información libre y abierta a sus ciudadanos. A
pesar de estos avances, el país sigue siendo vigilado por la Policía Nacional y el Ejército
que tienden a actuar según los intereses de los políticos que están el poder (aún cuando
ningún militar puede votar). De acuerdo con los ciudadanos, la amenaza del uso de la
fuerza además de la permanente corrupción generalizada entre los que ostentan el poder
son los problemas que aún necesitan superarse antes que la República Dominicana pueda
ser considerada como un país con una democracia libre y establecida.   

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