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Instituto de Hermanas

BETHLEMITAS
Hijas del Sagrado Corazón
de Jesús del Sagrado Corazón de Jesús
Provincia

Monasterio Invisible noviembre


Oramos al Señor, para que bendiga nuestra Congregación con jóvenes dispuestas a
entregar su vida y seguirle bajo el carisma Bethlemita. Las invito hermanas, para que,
desde el amanecer hasta el anochecer, unidas como Congregación, pongamos esta
intención ante el Señor, especialmente en este día de Monasterio Invisible.

SEÑOR, QUIERO DARME MÁS ( )”


«El Señor lo pide todo, y aquello que ofrece es la verdad y la felicidad para la cual
hemos sido creados. ¡En definitiva, o santidad o nada!» Papa Francisco

(Ambientar la capilla con el lema “Señor, quiero darme +” y lo que consideren


apropiado para motivar este día)

“Estamos llamadas a fortalecer nuestra oración permanente por las vocaciones de la


Iglesia, con la confianza de que Dios sigue llamando. En especial debemos dar fuerza al
monasterio invisible el segundo jueves de cada mes” (DCXXIIICG Línea 13, pág102).

Motivación para Laudes

La liturgia en este día nos invita a reconocer que el Reino de Dios está entre nosotros y
que de nuestro estilo de vida depende ser signos visibles y confiables para las nuevas
generaciones, las certezas creadas desde nuestro encuentro personal con el Señor, nos
llevarán a ser reflejo de lo que Él en su bondad ha trazado para cada una de nosotras en
la historia Bethlemita.

El número 166 del Documento Final del Sínodo «Los jóvenes, la fe y el discernimiento
vocacional» dice así:

«Debemos ser santos para poder invitar a los jóvenes a serlo. Los jóvenes han
clamado por una Iglesia autentica, luminosa, transparente y alegre: ¡solo una
Iglesia de los santos puede cumplir con estas peticiones! Muchos de ellos lo han
abandonado porque no han encontrado la santidad, ¡sino la mediocridad, la
presunción, la división y la corrupción… la Iglesia en su conjunto debe realizar un
cambio de perspectiva decisivo, inmediato y radical! Los jóvenes necesitan santos
que forman otros santos, lo que demuestra que «la santidad es el rostro más bello
de la Iglesia» (Gaudete et exultate 9).

Hay un lenguaje que todos los hombres y mujeres de todos los tiempos, lugares y culturas
pueden entender, porque es inmediato y luminoso: es el lenguaje de la santidad.»
Te alabamos Señor en esta mañana por tu bondad, por llamarnos a estar en tu presencia,
vivir en comunidad y realizar la misión con la alegría de saber que es en Tu nombre. Los
salmos que proclamamos sean una ofrenda agradable para Ti. Con fervor iniciemos
nuestra oración de la mañana.

Motivación para Vísperas

Nos unimos ante la presencia del Señor para elevar nuestra acción de gracias por la
jornada vivida y cada una de las acciones realizadas con amor y alegría. Gracias por el
don de nuestra vocación y el de la fraternidad, nos sentimos agradecidas por toda la
bondad y gracia y nos comprometemos a ser siempre fieles siervas para el crecimiento del
Reino.

Seguimos pidiendo por que lleguen nuevas jóvenes que lleven en alto la antorcha del
Carisma y la espiritualidad Bethlemita, de la Reparación, que deseamos siga permeando
y tocando los corazones de quienes están a nuestro lado. Por eso Hermanas, si queremos
colaborar con el Señor ayudando a los jóvenes para que respondan a su llamada, el
Documento Final del Sínodo es muy claro en los medios y recursos que habría que
emplear. Dice así el número 110:

«Como un encuentro con el Señor que se hace presente en la intimidad del


corazón, el discernimiento puede entenderse como una forma autentica de
oración. Es por esto que requiere tiempo suficiente para la meditación, tanto en la
regularidad de la vida diaria como en los momentos privilegiados. Un
discernimiento serio se alimenta en todas las ocasiones de encuentro con el Señor
y una mayor familiaridad con Él, en las diversas formas en que se hace presente:
los Sacramentos, y en particular la Eucaristía y la Reconciliación; escuchando y
meditando sobre la Palabra de Dios en la comunidad; la experiencia fraterna de la
vida común y el encuentro con los pobres con quienes se identifica el Señor Jesús.»

Con fervor y gratitud iniciemos nuestra oración de la tarde.

ORACIÓN VOCACIONAL
Invocación al Espíritu Santo
(Se entregará a cada Hermana un más (+) en donde ellas puedan escribir durante
la oración la petición al Señor de entregar más de cada una en su entrega y amor
al Señor)

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 17, 20-25

En aquel tiempo, los fariseos preguntaron a Jesús:


«¿Cuándo va a llegar el reino de Dios?».
Él les contestó:
«El reino de Dios no viene aparatosamente, ni dirán: “Está aquí”
o «“Está allí”, porque, mirad, el reino de Dios está en medio de vosotros».
Dijo a sus discípulos:
«Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis.
Entonces se os dirá: “Está aquí” o “Está allí”; no vayáis ni corráis detrás, pues como el
fulgor del relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre
en su día.
Pero primero es necesario que padezca mucho y sea reprobado por esta generación».

Palabra del Señor

Motivación para la oración

¡Quiero darme +”

Darse más... entregarse más... amar más...


Cuando descubres que en tu corazón se encuentra la raíz de todo, que toda brota de él,
y también del Corazón de Dios, no puedes no querer entregarte. Siempre queremos más
en nuestra vida: más amor, más comprensión, más ilusión, más posibilidades, más
opciones, más tiempo… y eso no deja de tener un cierto tono egoísta. No siempre querer
más es bueno. Pero si en nuestro “querer más” introducimos un “darme”, las cosas
cambian. Porque darse más implica no sólo desear más amor o posibilidades, sino también
poner el corazón para que ese sentimiento sea compartido.
Darse más es sentir que el otro también necesita de mí y de mi vida. Darse más es
compartir el futuro y el presente, ser compañeros de camino, reconocer en el otro una
posibilidad de amar y entregarse. Darse más, en definitiva, es lo que hizo Dios por
nosotros, es lo que nuestro padre Pedro y nuestra Madre Encarnación hicieron por el
rostro sufriente de Cristo hallado en el hermano, un legado que ha trascendido tiempo y
fronteras porque…

“El carisma es siempre nuevo y joven, comunica la Buena noticia de Dios, renueva
nuestras vidas y renueva nuestra comunidad; es de donde se abren siempre nuevos
caminos, métodos creativos y otras formas de expresión, signos más elocuentes,
palabras cargadas de renovado significado para el mundo joven” (DCXXIIICG,
pág94)

Darnos más para amar más y hacer más por el crecimiento del Reino, que está entre
nosotros, debemos llevar a todos al Señor e iniciar con una cultura vocacional que nos
haga decir siempre en todo cuanto hacemos: SEÑOR, QUIERO DARME +.

Espacio de oración personal

Canto: “Darme” https://www.youtube.com/watch?v=Y_Q-u8mTgIw

(Mientras escuchamos el canto al finalizar la oración cada Hermana pasa y pone


sobre el Altar su más)
Oración final:

Padre Celestial,
Tú que nos moldeas en el vientre de nuestra madre
y nos creas con un papel concreto en la construcción de Tu Reino:
Concédenos la gracia para descubrir el más (+) en nuestra vida,
el camino en el que usemos los dones que nos has dado
para Tu mayor gloria.
Despierta en nuestros corazones el deseo de seguir Tu voluntad
y de responder con generosidad y valentía
al reconocer que Tú nos conoces mejor que nosotros mismos.

Que las jóvenes de nuestra comunidad


aspirantes, pre postulantes, novicias y junioras,
abran sus corazones a Tu voluntad
y encuentren en nuestro Instituto
un lugar donde reciban apoyo y acompañamiento,
y que todas las Bethlemitas, seamos reflejos de tu amor y gracia.

Envíanos Tu espíritu para que inspire a nuestra juventud


en su esfuerzo vocacional por la santidad,
que establezca una amistad íntima contigo
para que logren ser santos maridos y santas esposas
santas madres, hermanas y religiosas
santos padres, hermanos y sacerdotes,
santos diáconos y santas vírgenes consagradas,
santos laicos y solteros.

Por encima de todo, reconocemos nuestra imperiosa necesidad de santos


que sean faros de luz en una cultura de tinieblas.

A Ti, Padre Misericordioso, ofrecemos esta oración,


por la intercesión de María, Madre nuestra, la Señora de Belén
en el Espíritu Santo y por Cristo nuestro Señor.
Amén.

Nota: Hermanas, una vez más recordemos que el Monasterio invisible es una
oportunidad para elevar nuestras oraciones al Señor pidiendo por el aumento de
las vocaciones y de revisar nuestra respuesta vocacional. Todo el material está
sujeto a cambios de acuerdo al contexto de cada comunidad y lo que ustedes vean
que es oportuno para vivir esta experiencia con alegría y fervor.

Gracias por todo cuanto realizan en bien de la Pastoral Juvenil Vocacional. Dios
las bendiga en todo.

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