Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
de Oración
Para empezar hemos querido traer a la memoria las palabras de Juan Pablo II, quien
refiriéndose a la Renovación Carismática Católica, nos dice: “En efecto, la
Renovación Carismática será auténtica y tendrá una verdadera fecundidad en la
Iglesia, no tanto en la medida en que suscite carismas extraordinarios,
cuanto si conduce al mayor número posible de fieles, en su vida cotidiana, a un
esfuerzo humilde, paciente y perseverante para conocer siempre mejor el
misterio de Cristo y dar testimonio de Él”1.
1
JUAN PABLO II. Exhortación Apostólica Cathechesi tradendae, n° 72
Finalmente, en el cuarto tema trataremos la oración carismática y los frutos de la
alabanza; la alabanza en el canto, así como la oración en lenguas y la adoración.
Nos ponemos a disposición del Espíritu Santo y pedimos nos dé la gracia de obrar
conforme a su voluntad y ser dóciles a todas sus inspiraciones para poder guiar y
orientar a nuestros hermanos en esta experiencia maravillosa de la oración.
LA ORACIÓN
OBJETIVO: Dar a conocer la imperante necesidad de iniciar una relación con Dios
mediante la oración.
Al dejar que Dios guíe la oración, la persona puede comprender que ella brota de lo
más profundo de su ser como un encuentro entre la creatura y el Creador, hasta el
punto de establecer un vínculo tan fuerte entre ambos que genera la comunión; de
esta manera, la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada
hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba
como en la alegría (Santa Teresa del Niño Jesús, Manuscrit C, 25r: Manuscrists
autohiographiques [Paris 1992] p. 389-390). “La oración es la elevación del alma a
Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San Juan Damasceno, Expositio
fidei, 68 [De fide orthodoxa 3, 24]).
“¿De dónde viene la oración del hombre? Cualquiera que sea el lenguaje de la
oración (gestos y palabras), el que ora es todo el hombre. Sin embargo, para
designar el lugar de donde brota la oración, las sagradas Escrituras hablan a
veces del alma o del espíritu, y con más frecuencia del corazón (más de mil
veces). Es el corazón el que ora. Si este está alejado de Dios, la expresión de la
oración es vana.”
CEC 2562
La oración en sí es ese encuentro personal, un encuentro directo con Dios. Es esa
necesidad de estar con tu Creador, lo cual hace que te desprendas de todo lo
terreno para llegar a valorar las cosas del cielo. Orar te abre una nueva perspectiva
para ver lo eterno sin menospreciar lo terreno, teniendo una experiencia del cielo en
la tierra y así decir como santa Teresita del Niño Jesús: “Quiero pasar mi cielo
haciendo el bien en la tierra”.
2. Oración de intercesión
Es la oración que aplaca el egoísmo, porque uno deja de pensar en sí mismo
y se pone en el papel del otro para clamar a Dios por sus necesidades (Flp
2, 4). No solo es una oración poderosa sino también es una oración que
busca purificarte, para poder presentar tu oración con un corazón puro
agradable a Dios. Además, da la gracia de la humildad, y por eso es muy
importante orar intercediendo por el pueblo de Dios.
3. Oración de petición
Para llevar a cabo esta oración es necesario saberse hijo de Dios para pedir
de la manera apropiada, sabiendo a quién nos dirigimos. No se trata de solo
pedir por algún interés; Jesús mismo no enseña a pedir de acuerdo a la
voluntad del Padre, y para ello es necesario tener una relación de amor con
Dios, una comunicación de un hijo con su Padre y solo esto lo puede lograr
el Espíritu Santo (cfr Rm 8, 15).
4. Oración de bendición
Este tipo de oración parte de un encuentro personal con Dios: La oración de
bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios
bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquel que es la
fuente de toda bendición. (cfr CEC 2626).
El Catecismo de la Iglesia Católica (CEC 2627) nos enseña que hay dos
formas fundamentales de expresar la bendición.
● Nosotros le bendecimos por habernos bendecido (cfr Ef 1, 3-14; 2 Co
1, 3-7; 1 P 1, 3-9);
● Implora la gracia del Espíritu Santo que, por medio de Cristo,
desciende de junto al Padre (es Él quien nos bendice; cfr 2 Co 13, 13;
Rm 15, 5-6. 13; Ef 6, 23-24).
5. Oración de adoración
Es una de las oraciones más íntimas, donde nos reconocemos criaturas con
nuestro Creador. Es aquella oración en que le rendimos todo el honor y la
gloria con una actitud de postración, donde nos inunda el silencio y estamos
inmersos en Dios. Ahí se da lo que nos dice el santo Cura de Ars: “Él me mira
y yo lo miro”, y eso basta para sabernos amados por Él. Exalta la grandeza
del Señor que nos ha hecho (cfr Sal 95, 1-6) y la omnipotencia del Salvador
que nos libera del mal (cfr CEC 2628).
1. Servidores de la oración
La riqueza de nuestros grupos de oración es el poder reunirnos como en familia y
vivir de esa manera para poder sembrar en nuestro hogar la semilla de la oración
con pequeños detalles que irán creciendo hasta ser una Iglesia doméstica, donde
se vive y se crece en la fe. Por ello, es fundamental el pastoreo para así incentivar
la oración en familia, donde todos puedan tener un espacio de participación. El CEC
2685 nos dice: “La familia cristiana es el primer lugar de la educación en la oración.
Fundada en el sacramento del Matrimonio, es la “iglesia doméstica” donde los hijos
de Dios aprenden a orar “como Iglesia” y a perseverar en la oración. Particularmente
para los niños pequeños, la oración diaria familiar es el primer testimonio de la
memoria viva de la Iglesia que es despertada pacientemente por el Espíritu Santo.”
Ahora vemos por qué es importante perseverar en el grupo de oración. No se trata
de ir a varios grupos o a varias actividades, sino de ir creciendo en el lugar donde
Dios nos permitió conocerlo. En nuestros grupos de oración creceremos en la fe y
perseveraremos en la oración, porque ahí iremos aprendiendo mientras seamos
dóciles a nuestros hermanos mayores en la fe, que nos irán guiando paso a paso.
Grupos de oración, o “escuelas de oración”, son hoy uno de los signos y uno de
los acicates de la renovación de la oración en la Iglesia, a condición de beber en
las auténticas fuentes de la oración cristiana. La salvaguarda de la comunión es
señal de la verdadera oración en la Iglesia. (CEC 2689)
3. Perseverar en el amor
Orar es una necesidad vital: si no nos dejamos llevar por el Espíritu caemos en la
esclavitud del pecado (cfr Ga 5, 16-25). «Nada vale como la oración: hace posible
lo que es imposible, fácil lo que es difícil. Es imposible que el hombre que ora pueda
pecar» (San Juan Crisóstomo, De Anna, sermón 4, 5; cfr CEC 2744).
CONCLUSIÓN
La oración es un acto de amor, una respuesta ante la llamada de Dios, que busca
encontrar en el hombre la generosidad y la entrega como creatura a su Creador. Es
el retorno a la casa del Padre, como en la parábola del hijo pródigo.
No hay mejor retorno a los brazos de Dios que empezando con una corta y sincera
oración.
ACTIVIDAD PROPUESTA
Comparte con tus hermanos:
1. ¿Oras? ¿Cómo realizas tu oración personal?
2. ¿Qué dificultades tienes para entablar una vida de oración?
TAREA
Teniendo en cuenta que F es falso y V es verdadero, indique cuál es la respuesta
correcta, sin olvidar que las letras explicadas (FV) indican en la respuesta el
calificativo de cada enunciado (a, b, c, d), pero en el orden que se encuentran.
1. Evalúa los enunciados siguientes y marca la alternativa correcta.
a. La oración debe ser guiada de acuerdo a cómo te sientes.
b. La oración no es en un tiempo preciso, solo es cuando tú lo deseas.
c. En la oración, el Espíritu Santo es el que orienta el diálogo con Dios.
d. Cuando ores, es importante que tomes la iniciativa para decir todo lo
que quieres expresar a Dios.
VIDA DE ORACIÓN
Mas no lo hace para permanecer ocioso, sino para obrar. El Espíritu Santo
dinamiza nuestra vida espiritual, y su enseñanza nos la da mediante los siete
dones, que son disposiciones infusas permanentes que aseguran nuestra
docilidad para con Él y mediante gracias temporales como son los carismas.
Tales disposiciones aumentan y se refuerzan por la caridad. Si no
escuchamos con mayor atención las santas inspiraciones del Espíritu Santo,
significa que nos escuchamos más a nosotros mismos y que no tenemos
ferviente deseo que reine totalmente en nosotros. Por tanto, para perseverar
en la oración hemos de poner absoluta confianza en nuestro Señor Jesucristo
y en el divino Espíritu que nos envió.
2. Dejarse conducir por el Espíritu Santo, por el camino que él mismo nos ha
marcado. Existe indudablemente la vía común e indispensable, que es la de
la humildad y de la conformidad en la voluntad de Dios, pues todos debemos
orar al menos como el publicano. El buen Pastor conduce a sus ovejas como
lo juzga conveniente. Guía a unas por el camino de las parábolas, a otras por
vía del razonamiento, por medio de la alabanza, y a las de más allá, a través
del misterio de la fe, les da la intuición inmediata, la amplia vista de conjunto
que son patrimonio de la sabiduría. A veces deja a algunos, durante largo
trecho, en pasos dificultosos y cubiertos de maleza, para hacerlas fuertes y
aguerridas. La misma Santa Teresa, a lo largo de muchos años vivió una
gran aridez, tiempo en el que tuvo que valerse de un libro de oraciones para
meditar, y la meditación le parecía eterna.
Es necesario, dejarse guiar por el Espíritu Santo en el camino que Dios nos
señala; y aunque la sequedad se prolongue, debemos comprender que ésta
no proviene de la tibieza, mientras no nos dejemos llevar por el deleite de las
cosas terrenas y dure en nosotros el anhelo del crecimiento espiritual.
Por el contrario, tales arideces son muy útiles, así como el fuego seca la
madera antes de encenderla. Son necesarias para secar y rebajar nuestra
sensibilidad viva en exceso, fogosa, exuberante y alborotada, para que se
calme y guarde docilidad al Espíritu; para que en nosotros se acreciente un
intenso y puro amor de caridad, por sobre las emociones pasajeras.
V. ORACIÓN EN EL ESPÍRITU
Es muy importante también considerar como una gracia de crecimiento espiritual, la
oración en el Espíritu, la oración o canto en lenguas, que va introduciéndonos, por
decirlo así, en el corazón misericordioso de Dios, ya que el mismo Espíritu ora por
nosotros con sonidos inefables. Asimismo, también es muy útil para luchar contra
las tentaciones y vencer las dificultades que se presenten en el camino. De todos
los carismas, el don de lenguas es aquel que más nos aprovecha en el crecimiento
espiritual.
Por esto todo carismático que aspire a la santidad debe tener una vida de oración
personal, un tiempo exclusivo en donde se encuentre a solas cada día con el amor
de los amores. No hay otra forma. La oración es lo único que nos mantiene unidos
a Dios. Si no hay oración, no hay nada.
Una persona de oración es capaz de todo. Un momento de oración puede darnos
mayores luces que diez años de estudio. Un día preguntó santo Tomás a san
Buenaventura en qué libros había adquirido tanta sabiduría. Y este, mostrándole un
crucifijo, respondió: “Aquí es donde he aprendido todo cuanto sé”.
La acción santificadora del Espíritu Santo nos hace hijos de Dios en Cristo Jesús y
nos conduce a experimentar su gracia en todo nuestro ser. Nos introduce en el
misterio y el conocimiento de Jesús, Hijo de Dios, y derrama su amor en nuestros
corazones.
Es de este modo como se va produciendo, por la acción del Espíritu, la
transformación íntima en Cristo, tanto de manera personal como comunitaria. (Esto
ocurre en cada una de las reuniones del grupo de oración: se pide al Espíritu Santo
una unción especial, intensa, transformante. El Espíritu Santo jamás termina de
invadirnos con su gracia. Siempre hay en nosotros zonas oscuras que su influjo no
ha tocado aún o que no ha profundizado su acción en ellas).
“¡Oh Trinidad eterna! Tú eres un mar sin fondo en el que, cuanto más me hundo,
más te encuentro; y cuanto más te encuentro, más te busco todavía. De ti jamás se
puede decir: ¡basta! El alma que se sacia en tus profundidades, te desea sin cesar,
porque siempre está hambrienta de ti, Trinidad eterna; siempre está deseosa de ver
tu luz en tu luz” (Santa Catalina de Siena, Diálogos, 2).
“Las almas que no tienen el ejercicio de la oración son como cuerpo paralítico y
estropeado, el cual, aunque tiene manos y pues no puede servirse de ellos. Por lo
que, dejar la oración, me aparece lo mismo que perder el buen camino; pues siendo
la oración la puerta por donde salen todas las gracias que de Dios nos vienen,
cerrada ésta no sé cómo nos irá” (Santa Teresa).
“Una onza de oración hecha en medio de la desolación, pesa más delante de Dios
que cien libras, cuando está acompañada de consuelos interiores” (San Francisco
de Sales).
“Dios, tú mi Dios, yo te busco, mi ser tiene sed de ti,
por ti languidece mi cuerpo, como erial agotado, sin agua” (Sal 63,1).
ACTIVIDADES PROPUESTAS
1. Encontrar cuál es la forma de oración que más conviene según las
características particulares de cada uno, y plantear un camino de oración
permanente. Confirmar la hora, el tiempo, el lugar y la forma de oración
personal.
2. Realizar una investigación de la reflexión de santo Tomás de Aquino, en la
cual afirma que, según la Palabra de Dios, hay una oración que cumpliendo
ciertas condiciones obtiene lo que pide con toda seguridad.
TAREA
2. «Quien reza se salva, quien no reza se condena», nos enseña san Alfonso
María de Ligorio. Evalúa las siguientes expresiones y marca la alternativa
correcta:
I. La oración te salva, aunque llevemos una vida de pecado
II. Lo importante es portarse bien más que la oración
III. La oración nos ayuda a vencer el pecado
IV. Quien vive en el pecado está ya en camino de condenación
9. Al respecto de la oración:
………………………….
TEMA 3
LA ORACIÓN EN LA IGLESIA
Hermanos: hay una unidad inseparable entre la oración y la vida. La vida nos lleva
a la oración y la oración nos lleva a la vida. La verdadera oración cristiana nos
compromete con la vida y con los hermanos. Por eso, cuando un cristiano ora, ora
toda la Iglesia, ya que ora unido a la cabeza que es Cristo y a los otros miembros
que forman la Iglesia. Es reconfortante pensar que aun cuando uno ora en la
soledad de su habitación, en lo alto de la montaña o solo junto al Sagrario, es toda
la Iglesia la que ora con uno; mi voz dirigida al Padre, se hace voz de toda la Iglesia.
a. La guerra de los amalecitas. Moisés reza con “los brazos levantados”, pues
como la batalla se alarga, Aaron y Jur le sostienen los brazos. La victoria de
Israel se atribuye a la oración de Moisés (Éxodo 17,8-16).
La interpretación cristiana ve en Moisés una prefiguración de Jesucristo. Justino
interpreta la oración de Moisés como efecto anticipado de la muerte de Cristo
en la cruz2.
Hermanos, la victoria no solo se consigue ejercitando la autodisciplina,
sino intensificando la relación con Dios. Moisés y su oración intensa fue
entendido como ilustración del vínculo íntimo entre oración y actividad; sin
oración, el apostolado, la misión es superficial, es vacío.
2
Justino, Diálogo con Trifón 90.4.
habla con él: “Como un hombre habla con un amigo”, con notable confianza (Ex
33,11).
b. Daniel 3,52-56. Alabanza que se canta cada dos domingos en las laudes
matutinas del domingo II y IV: “Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
alabado y exaltado eternamente. Bendito sea tu santo y glorioso Nombre,
cantado y exaltado eternamente. Bendito seas en el templo de tu santa gloria,
cantado y alabado eternamente. Bendito seas en el trono de tu reino, cantado y
glorificado eternamente. Bendito seas tú, que sondeas los abismos, que te
sientas sobre querubines, alabado y ensalzado eternamente. Bendito seas en
el firmamento del cielo, alabado y glorificado eternamente”.
3
Manuel Martín Moreno – Orar con los Salmos – 2011.
4
G.-D. Mailhiot, El libro de os Salmos – Madrid 2005.
También podemos decir5 que:
a. Jesús es protagonista de los salmos. La tradición enseña y atestigua que
los salmos son un medio excelente para revestirse de Cristo (cfr. Rm 13,14)6.
b. Jesús es cantor de los salmos. San Agustín llama a Jesús “admirable
cantor de los salmos”, porque en ellos encontró una fuente de inspiración
para expresar sus vivencias profundas o para aclarar los sucesos de su
ministerio.
c. Los Salmos era el libro de oración de María. San Lucas presenta el
Magníficat de María como un popurrí de textos de los Salmos. María estaba
tan compenetrada con ellos que, cuando oraba, le brotaba espontáneamente
retazos de los salmos.
Este salmo tiene 14 versos, pero para nuestro objetivo solo hemos
considerado los seis primeros. En él encontramos cuatro imágenes como:
a. Imagen guerrera: enemigos, ejércitos acampando, declarando la guerra.
En este contexto el Señor es salvación, es defensa, es refugio, nos da
seguridad.
b. Imagen de hospedaje: perseguidos, pedimos refugio en la tienda del
Señor y él nos acoge y nos cobija.
c. Imagen de lugar de culto: la tienda no solo sirve de escondite, sino de
lugar donde se pueden ofrecer sacrificios, cantos y salmodiar.
d. Imagen del abandono: abandonarse y confiar en el Señor.
Observamos que este salmo tiene una serie de jaculatorias breves, que
podemos memorizarlas y utilizarlas en nuestras oraciones diarias. Aquí te
dejamos algunas:
5
Manuel Martín Moreno – Orar con los Salmos – 2011.
6
P. Beauchamp – Los Salmos día y noche – Madrid 1980. Pag 36
d. El Señor es mi luz y mi salvación. ¿A quién temeré?
e. El Señor es la defensa de mi vida. ¿Quién me hará temblar?
f. Mis enemigos y contrarios, tropezarán y caerán.
g. Si me declaran la guerra, estoy tranquilo, mi corazón no tiembla,
h. Señor, solo pido habitar en tu casa y gozar de tu dulzura.
a. La oración del pueblo de Israel, del que procede como Mesías prometido
(Is 11,1). Jesús nace y crece inmerso en la fe y en la práctica religiosa del
pueblo de Israel: entró en la sinagoga un sábado (Lc 4,16); se presentó en el
templo (Lc 2,21-39); el episodio de Jesús en el templo a los 12 años en el que
participa por primera vez en el culto a Dios bajo su propia responsabilidad,
implica también que asume la responsabilidad de cumplir con la Torá. Su
vocación está vinculada con el templo como “casa de mi padre, lugar de
oración” (Lc 19,46).
⮚ La acción de gracias y alabanza al Padre: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo
y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios… y se las has
revelado a los sencillos” (Mt 11,25).
⮚ La bendición de los niños (Mc 10,16).
⮚ La petición por sus discípulos, por Pedro (Lc 22,32), por los verdugos (Lc
23,34).
⮚ El grito de socorro en Getsemaní (Mc 14,34).
⮚ La oración de entrega (Lc 23,46).
⮚ La oración sacerdotal (Jn 17).
7
Catequesis del 9-01-2019.
Las parábolas y otras enseñanzas de Jesús, nos refieren el modo correcto de
orar, la actitud interior con que hay que hacerlo y el contenido que debe tener
nuestra oración.
➢ Buscar ante todo el reino de Dios, lo demás vendrá por añadidura (Mt 6,33).
➢ Vuestro Padre celestial ya sabe que las necesitas (Mt 6,32ss).
➢ Cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quien se lo pida (Lc
11,13).
➢ Jesús exhorta “Velad y orad para que podáis hacer frente a la prueba” (Mc
14,38).
➢ Antes de orar perdona, si tienes algo contra alguien, para que tu Padre
celestial perdone tus culpas (Mc 11,25).
➢ Oren por quienes los persiguen (Mt 5,44): el amor al prójimo como la máxima
expresión de amor.
➢ Humildad. Al orar, debes ser consciente de quién es Dios y quién eres tú. A
Dios no lo podemos impresionar con logros religiosos (Lc 18,9ss, el fariseo y
el publicano en el templo). Esta humildad debe estar asociada a una
confianza plena en Dios.
➢ La certeza de ser escuchados. Jesús nos anima a pedir sin desconfiar. “Si
dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir alguna cosa, mi Padre
Celestial se lo concederá” (Mt 18,19).
“Todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán”
(Mc 11,24).
“Todo lo que pidan en mi Nombre lo haré, de manera que el Padre sea
glorificado en su Hijo. Y también haré lo que me pidan invocando mi Nombre”
(Jn 14,13-14).
3. La oración en la Iglesia primitiva
La gran oración de toda comunidad cristiana (Iglesia) es la “fracción del pan”.
Plinio, gobernador romano en Bitinia en el año 111, le escribe al emperador
Trajano, explicándole cómo son los cristianos: “Tienen la costumbre de
reunirse en días fijos, antes de amanecer y cantar en coros alternos unos
himnos en honor de Cristo”. Además de hacerlo en comunidad, los cristianos
rezan individualmente. Dicen la oración que les enseñó Jesús, el
Padrenuestro (la Didaché, alrededor del año 150, anima a rezarlo tres veces
al día). También rezan los Salmos. Repiten la oración de la Virgen que
aparece en el evangelio de Lucas: “Mi alma engrandece al Señor…”8.
BIBLIOGRAFÍA:
1. Biblia de Jerusalén Latinoamericana. Desclée De Brouwer, 2013.
2. Terecio Bosco, El cristianismo en 50 lecciones, Chile 2000.
3. Catecismo de la Iglesia Católica – 1993.
4. Lázaro Albar Marín, Camino de oración.
5. Manuel Martín Moreno, Orar con los Salmos, San Pablo, Madrid 2007.
8
Teresio Bosco, El Cristianismo en 50 lecciones. Chile 2000, pp. 216-217.
ACTIVIDADES PROPUESTAS:
1. Comentar la oración de Ester.
2. En el grupo dialogar sobre el Padrenuestro.
3. Elije un salmo y haz una oración novedosa para tu Señor.
TAREA:
1. ¿La Iglesia nace en la oración o la oración nace en la Iglesia?
7. Estas citas bíblicas: Mateo 18,19; Marcos 11,24; y Juan 14,13-14, ¿a qué
actitud del orante corresponden?
TEMA 4
LA ORACIÓN CARISMÁTICA
I. ORACIÓN DE ALABANZA
En cambio, la alabanza a Dios brota de una alegría abrumadora por el bien, por
el asombro ante su «grandeza», ante sus maravillas.
“La oración de alabanza es totalmente desinteresada, se dirige a Dios; canta
para ÉL y le da gloria no sólo por lo que ha hecho, sino por lo que ÉL es” (CEC
2639). La oración de alabanza elogia, enaltece, celebra, adora la grandeza de
Dios.
9
Alirio José Pedrini, Aprenda a participar en Grupos carismáticos.
10
Cf. Tomas de Aquino, Summa Teológica II, II q. 91 a.1.
11
Alirio José Pedrini, Aprenda a participar en Grupos Carismáticos. pág. 26.
Todo esto debe brotar naturalmente de la creatividad del corazón que ama y
quiere alabar a Dios. Sin la inspiración del corazón estas manifestaciones
externas no tienen valor. Pero cuando expresan el fluir del corazón, se
transforman en expresión valiosa de oración y de comunión con Dios12.
12
Idem.
a. Es la oración más antigua, y la que jamás se acabará. Es tan antigua
como la creación, pues fuimos creados para la alabanza de la grandeza
de Dios. Después del pecado, “somos rescatados para la alabanza de su
gloria” (Ef 1,13-14).
b. La alabanza es carismática
- Presencia actuante del Espíritu Santo.
- Despliegue de dones y carismas.
- Nueva efusión del Espíritu Santo.
13
Alirio José Pedrini, Aprenda a participar en Grupos carismáticos.
i. La alabanza tiene gestos o signos visibles. Se alaba a Dios con todo
el cuerpo, con todo el ser, y levanto mis manos y danzo alegre como
David. “Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote” (Salmo
63,5).
4. FORMAS DE ALABANZA
a. Alabanza personal (individual)
b. Alabanza colectiva (comunitaria)
c. Alabanza por el “orar en lenguas”
d. Alabanza por el “canto en lenguas”
a. ALABANZA PERSONAL
Es la alabanza espontánea que una sola persona hace en voz alta
mientras los demás escuchan y se unen interiormente a la oración. El
carácter personal no significa privado, sino comunitario pero expresado
por una sola persona a la que se adhieren todas las demás en el silencio
de sus corazones. En esta alabanza personal, cada participante abre su
corazón y lo entrega no solo al Señor, sino también a todos los hermanos
que forman parte de la comunidad (Cuerpo de Cristo). La confianza de
participar en voz alta con sencillez y espontaneidad, nace gracias al
Espíritu Santo que nos concede la gracia de sentirnos hijos de Dios y
poder decirle: ¡Abba, Padre!
Hay quienes piensan que deben hacer sus oraciones en voz alta; otros,
piensan que deben reservarse para lo secreto de ellos mismos. Al Señor
le agradan ambas formas. Sin embargo, no debemos olvidar que los
grupos de oración son reuniones comunitarias, y que es esencial la
14
Alirio José Pedrini, Aprenda a participar en Grupos carismáticos.
participación activa de cada uno de sus miembros, a cuya oración se unen
los demás.
b. ALABANZA COLECTIVA
Es la alabanza de todo el grupo que exalta, elogia, enaltece a Dios de
modos diversos, pudiendo ser en “lenguas” o en el silencio íntimo. Lo que
unifica al grupo es la intención de alabar (no de pedir), sin que esto
cohíba, sino unifique y armonice la diversidad de tonos y formas.
En estas oraciones colectivas hay quienes se sienten movidos a
recogerse interiormente en la alabanza, obviamente unidos a los demás.
Ello es algo que se debe respetar, mientras no se aíslen interiormente del
grupo de orantes que alaba.
15
Benigno Juanes S.J., Orar en lenguas.
16
Diego Jaramillo, El Carisma de las lenguas en la Historia de la Iglesia.
17
Ídem.
18
ídem.
La alabanza en lenguas es la forma de alabar por excelencia, por más
que esta afirmación resulte exagerada, pues es el mismo Espíritu el que
alaba a Dios de un modo especial: lo alaba en nosotros y con nosotros19.
En 1 Corintios capítulo 14, san Pablo nos dice: “El que habla en lenguas
no habla a los hombres sino a Dios” (v2). Se trata, pues, de una expresión
liberada de los artificios de una lengua construida por los hombres. Por
tanto, orar en lenguas no tiene significado alguno en las lenguas
conocidas. Quien ora en lenguas conserva su conciencia, pero
intelectualmente no comprende lo que dice, y tampoco lo entienden las
personas que lo rodean. El Espíritu hace elocuente nuestra lengua. San
Pablo agradece a Dios por tener ese don (v. 18) y solicita no “impedir
hablar lenguas” (v. 39b).
Todo cristiano posee potencialmente los dones del Espíritu Santo, desde
su bautismo en la que recibe la gracia de Dios, pero se requiere una
liberación, una entrega amorosa al Señor para que estos empiecen a
manifestarse y a actuar.
Actitudes Condiciones
✔ Humildad y sencillez “infantil” ✔ Creer en el don.
de fe. ✔ Pedir el don.
✔ Profunda oración. ✔ Orar en fe.
✔ Deseo sincero de alabanza ✔ Buscar apoyo en los hermanos con
profunda. experiencia en el ejercicio del don.
✔ Entregarse al Espíritu Santo.
19
Benigno Juanes S.J., Elementos fundamentales de los grupos de oración.
control y discernimiento, ya que nuestro Dios es un Dios de paz y no de
confusión20.
● La oración en lenguas o glosolalia produce paz y sosiego al creyente y a la
comunidad.
● La principal preocupación no debe ser el sonido emitido sino la alabanza en
sí. Orar en lenguas es entrar en una atmósfera de alabanza al Señor,
superando actitudes de desconfianza, duda, ironías o burlas. Ello no implica
que se deba omitir la prudencia y el buen gusto.21
➢ En la práctica
La oración en lenguas es la oración del Espíritu, ya que ella consiste
fundamentalmente en prestarle al Señor, en un ambiente de fe, todo
nuestro ser, de ahí que requiera ponerse en la presencia de Dios, centrar
en Él todos nuestros sentidos, pero con deseo sincero de alabarlo. De
esta manera, podemos expresar lo que el Espíritu Santo coloca en lo más
profundo del ser, con el fin de abandonante en la oración y que sea Dios
quien permita las manifestaciones que Él desee.
20
Diego Jaramillo, El Carisma de las lenguas en la Historia de la Iglesia.
21
Ídem.
(Mt 7,16-18). Esta oración tiene que producir los frutos del Espíritu,
porque es Él quien actúa en ella.
22
Benigno Juanes S.J., Orar en lenguas.
23
Ídem.
Cada persona canta con su voz peculiar, hermosa o no; bien timbrada u
opaca, cada cual en su ritmo propio. En esta variedad de voces y
melodías, el canto alcanza una moderación de tono rítmico y uniforme tan
bien logrado que impresiona la calidad melódica, toda vez que la acción
del Espíritu Santo se une a la hermosura de la voz humana. El ambiente
inicial se transforma, percibiendo una paz interior, suave y fuerte a la vez.
Solamente la experiencia vivencial puede hacernos comprender esta
realidad totalmente auténtica humana y espiritual.
Es frecuente que los mismos que tienen el don de orar en lenguas, tengan
también el don de cantar en lenguas. Pero puede ser también que
personas que poseen el canto en lenguas no tengan el don de orar en
lenguas. Dios es libre en su actuar.
II. LA ADORACIÓN
“La adoración es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su
Creador. Exalta la grandeza del Señor que nos ha hecho (cfr Sal 95,1-6) y la
omnipotencia del Salvador que nos libra del mal. Es la acción de humillar el
espíritu ante el «Rey de la gloria» (sal 24,9-10) y el silencio respetuoso en
presencia de Dios siempre mayor (San Agustín Sal 62.16)” (CEC 2628).
Características de la adoración
➢ La humildad profunda de sentirnos pobres ante el Señor de nuestra vida.
➢ El silencio contemplativo donde sobran las palabras y el corazón solo sabe
de amor.
➢ La expresión corporal, ya sea de rodillas, postrado en tierra o inclinado, etc.
Adalbert G. Hamman al respecto decía: “El que está adorando cae de rodillas
diciendo: «Eres tú Señor, y no yo quien tiene el poder; eres Tú y no yo quien lo
ha creado todo. Por eso resuena tu acción hasta lo más hondo de mi ser creado.
Tú estás entronizado y reinas en lo más hondo de mí. Reconozco libremente que
lo invades todo en mí»”.24
Y Maximiliano Calvo dice: “La adoración ha hecho «morir de amor» a los santos
y a los místicos, y en ella se han forjado los hombres de oración”.25
CONCLUSIONES
3. Los servidores deben ser los maestros que planeen, programen y enseñen
el qué, el cómo y el cuándo de la alabanza, formando a los participantes de
sus grupos de oración para que sean corazones que transmitan y contagien
alabanzas a Dios.
24
Adalbert G. Hamman, Compendio de oración cristiana. Valencia, 1990.
25
Maximiliano Calvo, La oración al alcance de todos. CCS, Madrid, 1995.
- Sepan los participantes que NO deben ir a la reunión del grupo de
oración solo para recibir y abastecerse.
- Sepan que en la reunión de oración todos deben transmitir para que
todos puedan recibir.
5. Podemos decir que “adorar, alabar, exaltar y glorificar a Dios” no hace más
divino a Dios, pero nos transforma y nos renueva, nos cambia la vida, nos
hace más humanos, para la gloria de Dios.
ACTIVIDAD PROPUESTA
1. Leer y comentar cómo es la oración de alabanza de la Virgen María en el
Magníficat (Lc 1, 46-55).
TAREA
1. ¿Por qué se dice que la oración de alabanza es el centro de la espiritualidad
en la RCC?
2. ¿Cómo es la oración de alabanza en tu grupo de oración?
3. ¿Cuál es la primera actitud del hombre que se reconoce criatura ante su
Creador?
4. ¿Por qué es importante orar en lenguas?
5. ¿Qué no es la oración de alabanza en lenguas?
6. ¿Cuándo surge el canto en lenguas en el grupo de oración?
BIBLIOGRAFÍA
1. Biblia de Jerusalén – Nueva Edición. Desclée de Brouwer. Bilbao, 2009.
2. Catecismo de la Iglesia Católica (CEC). 2000
3. Benigno Juanes, S.J. Orar en Lenguas.
4. Elementos Fundamentales de los Grupos de Oración. Benigno Juanes S.J.
5. Diego Jaramillo. El Carisma de las Lenguas en la Historia de la Iglesia.
6. Alirio José Pedrini, Aprenda a participar en Grupos carismáticos. San Pablo.
Brasil, 2012.