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HISTORIA DE LA IGLESIA

EL CISMA DE OCCIDENTE

Trabajo para la cuarentena

Autor: Gonzalo Vitoria Bores

Profesor: Don José Manuel García Díez

León, 12 de abril de 2020

TRABAJO DE HISTORIA DE LA IGLESIA: LEÓN, 12 DE ABRIL DE 2020. CSET


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1. INTRODUCCIÓN

A lo largo de este trabajo nos disponemos a tratar el tema del cisma de occidente o
cisma de Avignon en diversos apartados tales como el origen del cisma, la extensión del
mismo, el intento fallido de solución y, por último, la solución del cisma.

Para ello tomaremos como texto base los apuntes aportados en clase por el profesor
respecto del tema, los cuales complementaremos con diversas fuentes bibliográficas,
tanto en formato físico como en formato digital.

2. ORIGEN DEL CISMA

Para hablar de origen del cisma de Occidente o cisma de Avignon hemos de tener en
cuenta la situación que acontecía en el papado en aquel momento histórico.

En los comienzos del cisma, la situación de Roma era tensa, ya que los ciudadanos
romanos querían un papa romano o por lo menos italiano, en contraposición a los papas
franceses que en los últimos tiempos habían gobernado la Iglesia de manera avara y
nepotista, lo cual había propiciado la aversión de estos por el pueblo.

Por otra parte, al hablar del origen del cisma, hemos de hablar del cónclave que tuvo
lugar en abril de 1378. Durante los días 7 y 8 de dicho mes, tumultos y presiones
acontecen en la plaza de San Pedro, ante lo cual los cardenales prometen un papa
italiano. El 8 de abril catorce cardenales (más de dos tercios) eligen al arzobispo de
Bari, B. Prignano como papa, pero ese mismo día por la tarde repiten la votación y este
saca 13 votos, insuficientes. Ante este hecho se produce una invasión del Vaticano y la
correspondiente dispersión de los cardenales. El día 9 de abril Prignano exige otra
votación antes de aceptar el papado, siendo elegido de marera unánime por los doce
cardenales que quedaban ante la huida del resto. Tras estos acontecimientos se produce
el 18 de abril la solemne coronación y los “favores” de los cardenales a Prignano, que
toma el nombre de Urbano VI. Dicha elección en aquel momento no es puesta en duda
por nadie en cuanto a su validez, si bien posteriormente los clementistas alegaran la
falta de libertad en la elección.

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También al tratar el origen de este cisma hemos de hablar de la figura de Urbano VI y


de su actuación en la cátedra de San Pedro. Tras su elección, la psicología de Urbano VI
se transforma pasando a ser autoritario y obstinado, lo cual se suma a su concepción
absolutista del papado y a la reforma drástica de la Curia que intentó realizar. Todo ello
llevó a un choque con los cardenales, negándoles “gracias”, amenazando a los
simoníacos y pretendiendo reducir su capacidad económica y su corporativismo
reduciendo su honor, lo que provocó que estos tramaran contra él por haberlos
humillado en público.

Estos resentimientos entre el papa y los cardenales provocaron el origen del cisma, el
cual fue apoyado por los correspondientes poderes políticos. En junio de 1378 los
cardenales franceses y P. de Luna se establecen en Anagni y en julio del mismo año
invitan con insistencia a los italianos a reunirse con ellos, lo que provoca diversas
negociaciones entre el papa y los cardenales que resultaron completamente estériles.
Posteriormente, en agosto, publican una historia parcial del cónclave en la que piden la
abdicación de Urbano y lo declaran excomulgado. Ante esto, reinos como Francia y
Nápoles entran también en juego con sus intereses políticos.

Esta situación culminará con la elección como papa de Roberto de Ginebra en el mes de
septiembre de 1378, el cual toma el nombre de Clemente VII, dando inicio como tal al
cisma de occidente o cisma de Avignon.

3. EXTENSIÓN DEL CISMA

A lo largo de este apartado vamos a tratar las posiciones de las diferentes naciones
europeas ante el cisma y cuales respondían a la obediencia romana y cuales a la de
Avignon.

En cuanto a las naciones que se posicionaron a favor de Avignon y que respondían a la


obediencia clementina podemos destacar al reino de Nápoles, en el cual Juana I es
clementina, si bien esta es depuesta por Urbano VI, el cual nombra a Carlos de Durazzo
que se adhiere a su postura.

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Por otro lado podemos hablar del reino de Francia, con su rey Carlos V que opta por
Clemente en el 1379, arrastrando consigo a los territorios de Saboya, Chipre, Escocia,
Luxemburgo y Artois.

Por último hemos de hablar de los reinos de Castilla, Aragón y Navarra, que son
conquistados para Avignon por Pedro de Luna en 1381, 1387 y 1390 respectivamente.

En cuanto a los reinos que se posicionaron a favor de Roma y prestaron obediencia a


Urbano VI podemos hablar del reino de Portugal, que en el 1381 se adhiere a Urbano VI
arrastrado por Inglaterra, que es decididamente urbanista desde 1378 y que, además de a
Portugal, arrastra también a Irlanda.

Por otra parte también podemos mencionar en este bando al Sacro Imperio Romano
Germánico, que es urbanista desde el comienzo con su emperador Carlos IV y que
arrastra consigo a Hungría, Polonia y Lituania.

Por último en esta postura, hemos de hablar de Italia, ya que, aunque el Papa no
controla a todos los señores locales, se puede decir que en general es urbanista.

También hemos de apuntar en este apartado que estas posiciones dependían de


diferentes factores para la adhesión de los diversos reinos a las dos posturas existentes,
tales como presiones y apoyos políticos, razones jurídico-eclesiásticas, razones político-
eclesiásticas, razones económicas y razones eclesiásticas.

Por último destacar también que en el seno de la Iglesia también se produjo una división
en el episcopado y en las diferentes Órdenes, especialmente las mendicantes, que se vio
reflejada en santos de ambos bandos y en la división y creación de universidades.

4. INTENTO FALLIDO DE SOLUCIÓN DEL CISMA: EL CONCILIO DE PISA (1409)

En este apartado vamos a tratar la historia del concilio de Pisa como un intento fallido
de solución del cisma fruto del camino hacia la unidad que dibujó el conciliarismo a
principios del siglo XV.

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Antes de hablar del concilio en sí, hemos de tratar sobre cuáles son sus precedentes.
Podemos hablar de la postura de Francia, que en 1408 se declara neutral, de la reunión
en Livorno de 6 cardenales de cada obediencia en 1408 que trazan un plan de unidad y
de un concilio y de los concilios de Perpignan en 1408-1409 en el cual Benedicto XIII
se niega a dimitir y el de Cividale que en 1409, después de Pisa, hizo un plan para
deponer a los tres papas, fracasando estrepitosamente.

Ahora bien, tratando más directamente del concilio de Pisa de 1409 hemos de decir que
en él participaron 500 obispos y 300 doctores. En dicho concilio fueron depuestos los
dos papas, siendo acusados de cismáticos, herejes y escandalosos entre otras cosas. Es
elegido como papa Alejando V, franciscano y arzobispo de Milán. También se dio un
intento de reforma, fijando un concilio general para 1412 e imponiendo sínodos
diocesanos y provinciales.

Por otra parte, a la hora de hablar del Concilio de Pisa hemos de tratar el tema de si este
era legítimo o no. Podemos decir que la mayoría de los historiadores lo consideran
ilegítimo, ya que la Iglesia nunca lo aceptó y los cardenales que lo convocaron eran tan
inciertos como sus respectivos pontífices.

Por último, en este punto me gustaría hacer un breve recorrido por el posconcilio.
Alejandro V muere en 1410 y es sucedido por Baldasarre Cossa, que era un condottiero
que antes había sido pirata y que toma el nombre de Juan XXIII. También podemos
mencionar el escaso éxito que tuvo el concilio convocado en Roma en 1412 y el escaso
apoyo político que tuvieron en general los diferentes papas pisanos.

En conclusión, podemos decir del Concilio de Pisa que fue una tentativa fallida pero
que enseñó el camino adecuado para la vuelta a la unidad. Tras estos acontecimientos,
quedará claro que la vía del concilio es la adecuada para superar el cisma, cristalizando
dicha vía en el Concilio de Constanza de 1414-1418 que vamos a tratar en el siguiente
punto de este trabajo, y que supuso de una vez por todas el fin del cisma de occidente o
cisma de Avignon.

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5. SOLUCIÓN DEL CISMA: EL CONCILIO DE CONSTANZA Y LA VUELTA A LA


UNIDAD (1414-1418)

Por último en este trabajo, quiero abordar el Concilio de Constanza como la manera
para la vuelta a la unidad y la solución del cisma.

Comencemos diciendo que su convocatoria fue fruto de un acuerdo entre el emperador


Segismundo y el papa Juan XIII, que en participaron unas 70.000 personas y que
además de una asamblea conciliar fue también una congregación de las naciones
europeas.

En cuanto a las diferentes tendencias o partidos que se formaron podemos mencionar


dos: por un lado está el partido pisano, el cual únicamente pretendía ratificar el concilio
de Pisa de 1409 encarnado por los italianos, y por otro lado está la tendencia
constanciense, la cual constituye la mayoría de los participantes y cuya intención es
hacer dimitir a los 3 papas y elegir uno nuevo.

En cuanto a la estructura del concilio podemos hablar de una comisión coordinadora


con 3 diputaciones: unión-fe-reforma. Además, cada nación discute por separado, para
posteriormente confrontar los esquemas nacionales. Existe también una congregación
general, en la cual se vota por naciones. Tras todo este proceso se realiza una sesión
solemne, en la cual se promulgan los decretos. Las naciones que participan son:
Ánglica, Germánica, Gálica, Itálica, Hispánica y el Colegio Cardenalicio. A medida que
se van incorporando las naciones, el concilio se hace más ecuménico.

Ahora tratemos el tema de la jerarquía en dicho concilio. El 29 de mayo de 1415 es


depuesto Juan XXIII y acusado de todo crimen tras su huida a Schaffhausen en marzo
de ese mismo año y su posterior captura y retorno forzoso al concilio. Fue acusado de
herejía, simonía, cisma, asesinato, violación, sodomía e incesto. Tras esto, Juan XXIII
se sometió al juicio del concilio y fue encarcelado, hasta que juró obediencia a Martín
V, el cual le nombro en 1419 obispo de Frascati.

En cuanto a Gregorio XII, renunció dignamente el 4 de julio de 1415 mediante una bula
en la que además reconocía al concilio, por lo que el concilio de Constanza es
considerado válido por la Iglesia Católica, a pesar de haber sido convocado por un

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prelado considerado antipapa. Gregorio XII es considerado como el papa verdadero de


ese momento histórico.

Por otro lado, Benedicto XIII fue condenado en el concilio de Constanza como hereje y
antipapa, y depuesto junto con el antipapa Juan XXIII. Posteriormente, gozó aún de la
protección de Alfonso V de Aragón por cuestiones políticas, pero sin real influencia en
el resto de Europa. Murió en 1423, a los 94 años en el Castillo de Peñíscola, a donde
había mudado la sede papal, en el antiguo castillo de la Orden del Temple.

Por último en cuanto a la jerarquía, Martín V, de nombre Oddone Colonna e hijo


de Agapito Colonna y Caterina Conti, lo que le convertía en miembro de una de las
familias aristocráticas romanas más antiguas y con mayor influencia de su época, fue
elegido como sumo pontífice por cardenales y naciones el 11 de noviembre de 1417.
Tomó el nombre de Martín por San Martín de Tours, cuya festividad se celebra el día de
su elección. Dicha elección supuso el triunfo de la vía conciliarista y el final del Cisma
de Occidente o Cisma de Avignon.

Para finalizar este punto, me gustaría exponer el juicio histórico o valoración de este
Concilio de Constanza. Lo primero que hemos de decir es que su gran mérito fue la
consecución de la unidad. Por otra parte, este concilio supuso novedades tales como la
estructura en naciones o nacionalismo, que propició el voto de todos los estamentos
eclesiales y la ruptura de la Cristiandad medieval, a la vez que permitió que se aplicara
un conciliarismo moderado y minoritario. Por último, decir de este concilio que en
cuanto a las reformas que se propusieron existía un compromiso ente lo exigido y lo
posible, ya que una reforma total era inviable en aquel momento histórico y eclesial.

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6. BIBLIOGRAFÍA GENERAL Y COMPLEMENTARIA

Alberigo, G., El concilio de Constanza. Historia de los concilios ecuménicos.


Salamanca 2004.

Llorca, B.; García Villoslada, R., El cisma de Occidente. Historia de la Iglesia


Católica. Vol. III Edad Nueva (2ª edición), Madrid 1967.

Nieto Soria, J.M., El pontificado de Martín V y la ampliación de la soberanía real sobre


la Iglesia castellana (1417-1431), La España Medieval 17, 1994

Pastor, L., Los concilios de Pisa y Constanza. 1409-1417 (1418). Historia de los papas.
En la época del Renacimiento hasta la elección de Pio II. vol. I (Martín V y Eugenio VI)
(4ª edición), Barcelona 1910.

Percivaldi, E., Il grande scisma (1378-1417). Gli antipapi. Storia e segreti (en italiano),
Roma 2014.

Salembier, L., Cisma de Occidente, Enciclopedia Católica, (on-line).

Suárez, L., Historia de los Papas y Concilios, Ariel 1999.

Vaquero Piñeiro, M., Benedetto XIII, antipapa, Enciclopedia dei papi (en italiano),
Treccani 2000.

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