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ACIMED v.10 n.3 Ciudad de La Habana Mayo.-jun. 2002
Se presentan las principales características formales y de contenido del primer documento científico
conocido hasta ahora, el Papiro Médico de Edwin Smith, cuyo texto original se remonta a los tiempos del
primer período del Antiguo Imperio egipcio. Se brindan algunos elementos acerca de la estructura de esta
remota prueba documental de la actividad médico-quirúrgica; se comenta su cualidad como singular fuente
de referencia sobre el estado del conocimiento científico en esa lejana etapa de la historia de la humanidad
y se acredita por su conducto la gran importancia que entonces se otorgaba a la técnica operatoria, en
contraste con el uso de preparados medicinales. Al final se anexa el ejemplo de uno de los 48 casos
abordados en el manuscrito, el cual se refiere a los pasos que se daban en aquel tiempo para tratar una
dislocación de mandíbula.
El primer documento científico de cuya existencia se tiene información fue un tratado de cirugía, elaborado
en el Antiguo Egipto hace casi 5000 años. Su contenido, compilado por un autor desconocido en una época
en que la medicina se orientaba sobre bases de carácter mágico-religioso y en la que aún no existía el
vocabulario científico, constituye hoy día una de las joyas bibliográficas de más valor en la historia de la
especialidad médico-quirúrgica. Además de la descripción de los métodos clínicos utilizados en la época de
su elaboración, contiene observaciones de asombrosa exactitud sobre Anatomía, Fisiología y Patología y en
él están casi por completo ausentes la magia y el misticismo tan característicos de la cultura egipcia.
Este documento, el Papiro Médico de Edwin Smith, debe su nombre al del primer egiptólogo de origen
norteamericano, quien adquirió el rollo en 1862 de un negociante nativo en la ciudad egipcia de Luxor
(Tebas). Aunque no fue capaz de descifrar su contenido, Smith estaba consciente de la extraordinaria
importancia del manuscrito.
El texto original de este tratado de cirugía se remonta a los tiempos del primer período del Antiguo Imperio
(3000-2500 a.n.e.). Se presume que otro cirujano lo copió siglos después, cuando muchos de los términos
originales en él utilizados se habían hecho incomprensibles y obsoletos. Por fortuna, este escritor agregó
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una serie de explicaciones, que sirvieron para interpretar el contenido del documento, a pesar de la caída en
desuso de la terminología por el paso de los años.
Existe una gran diferencia entre el texto del Papiro Médico de Edwin Smith y los otros papiros médicos que
se han descubierto hasta ahora, pues además de ser el de más antiguo origen, es el único dedicado
principalmente a la cirugía. Mientras los demás consisten en esencia en un montón de oraciones, conjuros y
prescripciones fantasiosas, este comienza de arriba hacia abajo y describe una serie de casos ordenados
de manera lógica. En él se abordan en principio las lesiones superficiales y luego las más severas. A la
presentación de cada caso sigue una determinada asociación. Cada uno está encabezado por un título que
comienza por regla general con la palabra “Instrucciones” y al cual sigue una designación del tipo de lesión
o de enfermedad y su localización. Tal es, por ejemplo, el caso de Instrucciones con respecto a una
dislocación de mandíbula. A esto le sigue el examen, que incluye preguntas al paciente, la inspección, la
palpación y la observación de los movimientos ejecutados por el cirujano. Sobre la base de los hallazgos
clínicos, se llega al diagnóstico, el cual generalmente se introduce así: “En relación con él, Ud. debe
decir...”. A continuación hay una descripción del padecimiento y una exposición de la decisión del cirujano
con respecto al tratamiento, que constituye la sección final donde se incluyen instrucciones mecánicas,
medicinales, de posturas y dietéticas (anexo).
El material tratado en este texto de 4,7 m de largo y 32 cm de ancho y en cuya parte anterior hay escritas 17
columnas, abarca 48 casos quirúrgicos, en la mayoría de los cuales se describen de modo sistemático las
heridas y lesiones que se pueden producir en todo el cuerpo.2 Este abarca:
Es probable que los pacientes descritos en estos casos se hirieran en caídas (tal vez mientras trabajaban en
monumentos o construcciones) o fueron víctimas en batallas (al parecer muchas heridas fueron causadas
por lanzas, garrotes y dagas). El cerebro es mencionado 7 veces. Sin embargo, no se usa el término
"nervio". Los estudiosos de la historia médica se impresionan por el enfoque racional y científico dado al
diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Los métodos empleados se basan en observación analítica y
tratamiento práctico, y en su mayor parte están libres de magia o superstición.
El Papiro Médico de Edwin Smith es una obra de referencia acerca del estado del conocimiento científico de
ese antiguo período. Las observaciones anatómicas primitivas son descriptivas en extremo y a partir de
ellas se crean términos para designar las estructuras observadas. Fue en este documento donde apareció
por primera vez, en cualquier idioma, la palabra cerebro, cuya superficie en forma de rosca se com-para con
la forma de las estrías de la escoria del cobre derretido luego de enfriadas. Las pulsaciones comunicadas a
los dedos examinadores al explorar el cerebro expuesto a fracturas compuestas, se comparan con las
pulsaciones y los latidos que se sienten en los dedos en contacto con la mollera de un niño antes de
cerrarse. En el texto se mencionan las membranas del cerebro (meninges) y el líquido cerebrospinal que
estas contienen.
Otras estructuras óseas a las que se hace mención son la mandíbula, los huesos del cuello (clavículas), el
esternón y las costillas. En el texto se registran observaciones fisiológicas de asombroso discernimiento,
como el reconocimiento y medición del pulso, que anteceden en 2500 años a las observaciones de
Hipócrates. El contenido de este papiro hace presagiar un conocimiento de la circulación sanguínea, en
tanto en él se consigna que por aquel tiempo el hombre sabía que el corazón es el centro desde el cual los
palpitantes vasos se extienden por todas partes del cuerpo.
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En el documento quedaron apuntadas sabias observaciones sobre la función del sistema nervioso. Por él se
sabe que hacia el año 1550 a.n.e. se reconocía la influencia del cerebro en la acción de las estructuras
remotas, se atribuía la parálisis de las extremidades inferiores a lesiones cerebrales y se establecía la
relación entre la localización de la lesión craneal y el lado del cuerpo involucrado. Asimismo se observan
daños motores y sensoriales en las lesiones por compresión de las vértebras cervicales.
La evaluación clínica de los casos descritos demuestra un examen cuidadoso y objetivo. Se observan los
síntomas y hallazgos físicos obtenidos mediante la inspección, la palpación e incluso por medio del olfato.
La capacidad de los pacientes para efectuar los movimientos, como indica el cirujano, completa más aún el
cuadro clínico.
En general se puede decir que la estrategia terapéutica recomendada en cada circunstancia responde al
estilo hipocrático y que la esperanza es la piedra angular de todo tratamiento. El uso de suturas o del
esparadrapo en las heridas de los tejidos blandos, el empleo de tablillas y la aplicación de vendajes siguen
conceptos lógicos. La carne fresca es el vendaje usual para el primer día, quizás por su valor hemostático.
Después se aplican los calmantes y las sustancias protectoras. Tanto el calor como el frío se utilizan en
condiciones indicadas por la lógica y la dislocación de la mandíbula se reduce de idéntica manera a como
se realiza en la época actual.
De particular interés son las manifestaciones patológicas de la lesión y la enfermedad. En las heridas donde
se involucran las meninges o el cerebro, se observa la irritación meníngea en forma de “anquilosamiento”
del cuello o la incapacidad de los pacientes de “mirar sus hombros”. Por regla general se describe el
sangramiento de los oídos y de las fosas nasales acompañando a las fracturas de cráneo y el modo de
andar “arrastrando los pies” después de un daño cerebral. También se describen las complicaciones de las
heridas, incluyendo la infección y el tétanos, y se dan pronósticos poco favorables en los casos de
priapismo, emisión seminal y micción involuntaria sintomáticos de las fracturas del centro de las vértebras
cervicales.
Consideraciones generales
Además de la información directa que es posible obtener de este primer trabajo de cirugía, se pueden hacer
también interesantes deducciones. El estudio del documento permite notar el abismo existente en su época
entre los médicos y los cirujanos. De todos los papiros que se han podido recuperar hasta ahora, sólo este
se dedica por entero a cuestiones quirúrgicas, aunque ello no sea suficiente como para poder afirmar que tal
proporción es accidental o un indicador de una relativa ignorancia de parte de los cirujanos egipcios. De
cualquier manera resultan llamativas las diferencias entre este texto de cirugía y los demás manuscritos. No
se debe olvidar que para esta cultura la enfermedad era resultado de la posesión de espíritus malignos; y
que la curación se lograba al invocar una ayuda sobrenatural capaz de aplacar las ofendidas deidades y de
exorcizar los espíritus maléficos.
Por lo tanto, ¿quién podía restarle entonces importancia a los poderes de sus deidades en cuanto a declarar
que una dolencia no se debía tratar? Esto indica claramente que el autor del Papiro Médico de Edwin Smith
no era miembro de la clase sacerdotal.
En este sentido, las observaciones de Breasted acerca de las connotaciones de la palabra tratamiento
adquieren un interés específico. Él señaló que en la mayoría de las historias de caso presentadas, la
manipulación quirúrgica aparece bajo el título de examen, mientras que las aplicaciones medicinales se
considera bajo el de tratamiento.
Sin duda alguna, esto indica la distinción que se le acreditaba a las técnicas quirúrgicas, en contraste con el
uso de preparados medicinales por parte de los médicos, cuestión que le otorga a este documento de la
época de los faraones una importancia adicional a su valor intrínseco como rareza bibliográfica universal
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Anexo
Título
Examen
Si usted examina un hombre con la mandíbula dislocada, debe ver si puede abrirle la boca y si también
puede cerrársela. Debe colocar sus pulgares sobre los extremos de las dos ramas mandibulares dentro de
la boca y sus dos pinzas (dos grupos de dedos) debajo de la barbilla y debe hacerlas retroceder hasta lograr
que descansen en su lugar.
Diagnóstico
En relación con él usted debe decir que la dislocación de la mandíbula es una dolencia que trataré.
Tratamiento
Usted debe vendarlo con ymrn ( hojas ) y miel todos los días hasta lograr su recuperación.
Referencias bibliográficas
1. García Albea E. La neurología en los papiros médicos faraónicos. Rev Neurol 1999; 8(4):430-3.
2. Maul S, Westendorf W. Primeras teorías médicas entre la magia y la razón. En: Schott H. Crónica
de la Medicina. T1. 2 ed. Barcelona: Plaza and Janés; 1994.p.28.
3. Zimmerman LM, Veith I. Egyptian Surgery: The Edwin Smith Surgical Papyrus. En: Great Ideas in
the History of Surgery. 2 ed rev. New York: Dover Publication; 1967.p.3-13.
4. Grapow H. Grundriss der Medizin der Älten Ägypter. Berlin: Akademie Verlag; 1962.p.1954-63.
5. Breasted J. The Edwin Smith Surgical Papyrus, published in facsimile and hieroglyphic
transliteration with translation and commentary in two volumes. vol. 1. Chicago: University Press;
1930.p.431-53.
LA MEDICINA EGIPCIA
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Los egipcios llamaban a los médicos Sun-Nu, que significaba "el hombre de los que
sufren o están enfermos" y en sus diagnósticos mezclaban la ciencia y la magia, una
divinidad fue Thoth - médico de los dioses – Serapis dios de la salud e Imhotep dios
de la medicina.
Los conocimientos de la medicina egipcia, nos han llegado a través de los papiros
médicos, que llevan los nombres de sus descubridores, del lugar donde fueron
hallados o de los museos donde se encuentran. El gran historiador Herodoto nos dice
"La medicina esta dividida en Egipto, cada médico cuida una sola enfermedad, todo
está lleno de médicos, unos son médicos de la cabeza, otros de los dientes, otros del
abdomen, otros de enfermedades inciertas" (medicina interna) y añade :
"tierra fecunda que produce gran abundancia de drogas, unas son remedios, y otras
venenos, país de médicos los más sabios del mundo" Herodoto se refiere a Hesy –
Ra (3000 años a.C.) gran Oftalmólogo.
Se dice que la medicina Egipcia es una de las más antiguas, ya que en el papiro de
Kahun del año 1900 a.C. revela conocimientos médicos de larga evolución de hasta
3000 a.C., así mismo Homero conoció Egipto – 1500 años antes de Hipócrates –
como "País de los médicos", así lo relata en la Odisea IV, 227 – 232, el poema dice:
"Ved, tan curativa era la especie artificialmente preparada que Polydammo, la esposa
de Thoth, regaló a Elena, en Aigyptus, allí la fértil tierra produce varios jugos, en
mezcla saludable y perjudicial, allí cada cual es médico y supera en experiencia a
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todos los hombres, pues la verdad son la estirpe de Paicon".
Aparte de los papiros Médicos, también hay valiosas fuentes de información isobre
medicina en el estudio de las momias y restos humanos en los que por estudios de
Paleodiagnóstico, se conoce de las enfermedades que padecieron y permiten deducir
las causas de la muerte de estas momias, se han estudiado las secuelas de fracturas,
así como los dibujos de herramientas, instrumentos encontrados en los antiguos
sepulcros y templos.
Desde los primeros tiempos egipcios, desde el médico Imhotep, que vivió en el 2700
a.C. genio polifacético, visir del faraón Zoser (2700 a.C.), arquitecto, constructor de la
pirámide de Sakkara y del templo de Edfu, poeta, escriba, deificado después de su
muerte y finalmente Dios de la salud en Egipto y en el mundo conocido de ese
entonces (Grecia y Mesopotamia) al igual que Isis diosa de la Salud, Seth, hermano
de Isis, llamado el maligno, causante de las enfermedades, Thoth, dios, fuente de
todo conocimiento y médico de dioses, pero la medicina estaba separada de la
religión.
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los médicos, que tenían que utilizar y cumplir con un protocolo, anotando el aspecto
del paciente, estado de conciencia, poder auditivo, olor del cuerpo, calofríos, aspectos
de las secreciones, orina, flema, especificando su aspecto, los edemas, la
temperatura y alteraciones del pulso, es decir prácticamente una historia clínica del
paciente.
La profesión médica en Egipto era muy respetada, estimada y honrosa, hubo varios
reyes médicos, como Athothia de la Primera Dinastía (hijo de Mena, que compuso
obras anatómicas) y el rey Zozer, apodado "El Curador" con su visir Imhotep.
Papiro Ebers
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datos anatómicos, patológicos y fisiológicos con explicaciones de cada enfermedades
y su terapia, descripciones de enfermedades quirúrgicas como el carbunco, ganglios
tuberculosos, fistulas, hemorroides, tumores, hernias, hidroceles y varices.
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El Papíro Quirúrgico de Edwin Smith
El primer uso de palabras con "neuro" en la historia registrada
(Cerebro)
Sin embargo, los antiguos egipcios son responsables del registro escrito más antiguo en
donde se emplea la palabra "cerebro", además nos brindaron los primeros cálculos escritos
sobre anatomía del cerebro, las meninges (membranas que cubren el sistema nervioso
central) y el líquido cefalorraquídeo. La palabra "cerebro" aparece en un antiguo documento
escrito en algo similar al papel (papiro) llamado el Papiro Quirúrgico de Edwin Smith, escrito
alrededor de 1700 A.C., pero se basa en textos que datan aproximadamente de 3000 A.C.
Este documento es considerado el primer escrito médico en la historia humana. Es probable
que fuera escrito por el gran médico egipcio Imhotep. Estatua de
Imhotep
Papiro
Jeroglífico para "Cerebro"
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El papiro contiene la descripción de 48 casos, elaborada por un cirujano egipcio miles de año
atrás. Mide unos 4.68 m de largo y entre 32.5 a 33 cm de ancho. Ya que parte del papiro está
perdido, probablemente el original tenía al menos 5 m de largo. Muchos casos son importantes
para la neurociencia porque por primera vez en la historia registrada se discute sobre el
cerebro, las meninges, la médula espinal y el líquido cefalorraquídeo.
3. Diagnóstico: el médico tiene tres opciones y sobre la condición citará una de las siguientes frases:
A. "Una dolencia que se tratará" - usada para los traumas que muy probablemente serán
curados.
B. "Una dolencia con la cual contenderé" - usada para los casos difíciles, pero no imposibles.
El médico intentará tratar la condición, pero el resultado es incierto.
C. "Una dolencia que no será tratada" - en estos casos, la condición no puede tratarse de
ninguna forma, porque se considera incurable.
"Tenéis que..."
5. Glosarios: hay cortos diccionarios de términos. No todos los casos tienen glosario.
Dale una mirada a algunos de los casos relacionados con el sistema nervioso:
Caso 6
Case 6: Una herida abierta de cráneo, fractura del cráneo y rompimiento de las meninges. Este caso
describe:
1. Circunvoluciones del cerebro - el autor del papiro las describe como "las arrugas que forma el cobre
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fundido". Con toda seguridad se refiere a la apariencia corrugada del cerebro, creada por los giros y
surcos cerebrales.
"Ondulaciones" Cerebrales
2. Meninges (cubiertas del cerebro) - descritas como las membranas que envuelven el cerebro.
Caso 8
Caso 8: Fractura del cráneo sin trama externo visible. Al parecer este paciente se hirió la cabeza pero por
algún motivo la piel permaneció intacta. Este caso es importante porque describe qué lado del cuerpo es
afectado por el trauma craneal. Este paciente presentó movimiento anormal del ojo y parálisis del brazo y la
pierna del lado correspondiente al lado de la cabeza herido. Dado que el lado derecho del cerebro controla
el lado izquierdo del cuerpo y el lado derecho es controlado por la sección izquierda del cerebro, se cree
que el daño cerebral fue provocado por un trauma contracoup. Este tipo de lesión se presenta cuando el
impacto en un lado de la cabeza presiona el cerebro en el interior del cráneo de forma que el cerebro golpea
el lado opuesto del cráneo, provocando daño cerebral en el lado opuesto al lado que recibió el impacto. La
descripción de este caso indica que probablemente el cirujano egipcio sabía que el cerebro controlaba el
movimiento.
Caso 22
Caso 22: Fractura del hueso temporal (en el cráneo). Este paciente no podía hablar y se cree que este es el
primer registro en documentar la afasia. Si esta es una descripción de la afasia, ¡precedería en miles de
años al famoso trabajo sobre afasia hecho por Paul Broca (1861)!
Casos 31 y 33
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Caso 31: Dislocación de una vértebra cervical; Caso 33: Compresión de una vértebra cervical. Ambos casos
describen parálisis y problemas sensitivos provocados por el trauma a la columna.
Caso 48
El caso 48 es el último y describe un esguince en una vértebra. Cuando se le pedía a paciente que moviera
sus piernas, el cirujano notaba que le producía dolor. El texto de este caso termina en la mitad de una frase,
sugiriendo que el papiro original pudo tener más casos.
Nuestra comprensión del cerebro ha avanzado mucho desde 3000 A.C. Ahora, mediante técnicas de
imaginología como la tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET) y la
resonancia magnética, los científicos puede "mirar" cómo trabaja el cerebro. Los neurocientíficos también
conocen las partes del cerebro, la forma de las neuronas y la manera en que las drogas afectan el sistema
nervioso. Sin embargo, muchos misterios de la mente aún esperan su resolución:
Estas son sólo algunas de las cientos de preguntas por resolver, pero como en los 48 casos del papiro, esta
página está llegando a su final...
Referencias:
1. Brandt-Rauf, P.W. and Brandt-Rauf, S.I., History of occupational medicine: relevance of Imhotep
and the Edwin Smith papyrus, Brit. J. Industrial Med., 44:68-70, 1987.
2. Breasted, J.H., The Edwin Smith Surgical Papyrus, Chicago: University of Chicago Press, 1930.
3. Cadwallader, T.C., Semrau, L.A. and Cadwallader, J.V., Early physiological psychology: circa 3000
BC, Proc. Ann. Conv. American Psychol. Assn. 6:719-720, 1971.
4. Estes, J.W., The Medical Skills of Ancient Egypt, Canton: Science History Publications, 1989.
5. Gross, C.G., Brain, Vision, Memory. Tales in the History of Neuroscience, Cambridge: MIT Press,
1998.
6. Hughes, J.T., The Edwin Smith Surgical Papyrus: an analysis of the first case reports of spinal cord
injuries. Paraplegia, 26:71-82, 1988.
7. Reeves, C., Egyptian Medicine, Buckinghamshire: Shire Publications, 1992.
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