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Unidad 2: “Variables, factores y procesos básicos del aprendizaje”

Henry se incorpora como profesor sustituto, a una de las escuelas más estigmatizadas de la zona. Claramente
el ambiente de aprendizaje es un ambiente disonante, donde los desafíos o exigencias son superiores a los
recursos - tanto emocionales como académicos- con los que cuentan los alumnos, generando en éstos distrés.
Observaremos en el siguiente diálogo como uno de los alumnos no tiene siquiera los recursos materiales
mínimos para encarar la actividad propuesta:

-Henry: “todo el mundo saque una hoja. Quiero que cada uno haga un escrito individual”
-Alumno: “¿y qué si no tengo hoja?”
-Henry: “Bien la situación es la siguiente. Están muertos. Escriban un ensayo corto pero detallado sobre…”
-Alumno: “¡Eh tarado, Tengo una puta pregunta!”.
-Henry: “... sobre qué diría un amigo o alguno de sus padres el día de su funeral. Tienen 30 minutos”.
(Se acerca el alumno enojado)
-Alumno: “Te hice una puta pregunta ¿no?” (tira la maleta del profesor y la azota contra la pared)
-Henry: “¿Algo más?”
-Alumno: “Más vale que te vayas, puto, antes de que yo me meta contigo, rata de mierda”.
-Henry: “Ese maletín, no tiene ningún sentimiento. Esta vacío. Yo tampoco tengo sentimientos que puedas
herir. Entiendo que estés enojado. Yo solía estar muy enojado también ¿sabes? Te entiendo. No tienes motivo
para estar enojado conmigo porque soy una de las pocas personas que está tratando de darte una oportunidad.
Ahora te pido ¿puedes sentarte y hacer lo mejor que puedas? Y te doy una hoja ¿te parece?”.
-Alumno: “¿me das una maldita pluma también?”

El downshifting se hace presente permanentemente en las respuestas de los alumnos, desencadenado por el
entorno amenazante. Como consecuencia de esto, el cerebro racional no puede trabajar eficazmente, por lo
que el cerebro emocional toma poder y se producen las “reacciones” emocionales que no se pueden controlar.
Es fácil encontrar en varias escenas de la película cómo se manifiesta la agresividad: entre compañeros, de los
alumnos hacia los docentes, de los padres hacia los docentes, e incluso otros comportamientos agresivos,
como el maltrato animal que lleva a cabo uno de los alumnos.
Veamos ahora un ejemplo de la agresividad que sufre un docente por parte de una alumna y su madre:

-Madre de alumna: ¡quiero ver a la rectora!


-Alumna: es esa mama (dice señalando a la docente)
-Madre de alumna: “¿usted es la puta que expulsó a mi hija? ¿Y por qué?”
-Docente: “disculpe, debería hablar con…”
-Madre de alumna: “¿Porque usted no lo puede manejar? ¿Y para que mierda está? Debería dirigir una casa
como yo. ¡No tengo tiempo para estas idioteces!”
-Docente: “baje la voz”
-Madre de alumna: “¿para qué está acá?”
(Luego la alumna se acerca y se dirige a la maestra)
-Alumna: “Hija de puta. Me pones en ridículo en clase otra vez, y yo, la Srta. Hernández ¡te mato! (y la
escupe en el rostro)

Si hablamos de “reacción” emocional damos por sentado, que se encuentran ausentes las “respuestas”
emocionales. Vemos en los alumnos la falta de motivación, de compromiso y de creatividad, debido a la
ausencia de un ambiente resonante. Un claro ejemplo de esto se presenta en la siguiente escena, donde una
alumna se presenta a la Dra. Parker:

-Alumna: ¿Y ahora qué, Dra. Parker? ¿Podemos terminar rápido? Tengo cosas que hacer
-Dra. Parker: ¿Cuáles son tus planes cuando termines el secundario ya que no piensas ir a la Universidad?
-Alumna: No sé. Estar con mi novio, diseñar ropa, estar en la banda de mis amigos.
-Dra. Parker: pues tengo tus calificaciones ¿sabes lo que dicen? Reprobó, reprobó, reprobó
-Alumna: reprobó, reprobó, reprobó. Sí.
-Dra. Parker: ¿sabes lo que significa eso? Que no te interesa
-Alumna: Eres brillante (dice irónicamente). ¿Ahora me puedo ir?
-Dra. Parker: eres una criatura repugnante. ¿Quieres saber la verdad? Uno: no vas a estar en ninguna banda, o
cualquier cosa que tenga que ver con el modelaje porque no tienes ambición.

Como consecuencia de este ambiente disonante los alumnos no pueden desarrollar ni la Inteligencia
Emocional, ni pueden siquiera aprender los contenidos curriculares básicos:

(Escena donde Henry se presenta ante la directora de la escuela postulándose como profesor sustituto)
-Directora: “Se va a encontrar con que la mayoría de sus alumnos está muy por debajo del nivel requerido.
Esa es su tarea, tratar de que suban su nivel. Enseñar el currículo es lo más importante”.

En el discurso de la directora se expone una situación de fracaso, ya que los alumnos “están muy por debajo
del nivel requerido”. La solución que ofrece es abocarse únicamente a la enseñanza de los contenidos
curriculares. Es precisamente en este punto donde se centra el “fracaso del modelo educativo actual, basado
en paradigmas obsoletos, que no se condicen con las necesidades actuales, y queda evidenciado por los
constantes cambios y reformas que insisten en lo mismo: modificar una y otra vez proyectos y metodologías
que se centran en lo cognitivo, ignorando la importancia de una sana vida emocional del niño y sus tutores
(padres y docentes)” (Malaisi, 2012).
Podemos observar como la idea de “aprendizaje” implícita que sostiene la directora, está reducida al hecho de
adquirir información y conocimiento. Considera a esto como lo más importante. Sin embargo, el profesor
Henry a la hora de presentar su clase, deja en evidencia lo que ya S. de la Torre incluye como uno de los
cambios que se presentan en la década de los ’80 sobre el tema del aprendizaje, y tiene que ver con la
ampliación del concepto que engloba no sólo lo cognoscitivo sino también lo afectivo y lo efectivo:

-Henry: “¿Cuál es el significado de omnipresente y asimilación?”


-Jorge: “Siempre absorber todo, en todas partes, todo el tiempo”.
-H: “Muy bien, Jorge. ¿Cómo van a poder imaginar algo si las imágenes siempre les son dadas? (…). A los
muchachos jóvenes, aún hoy, se sigue diciendo que las mujeres son unas putas. Las putas son cosas que se
pueden desechar, golpear, cagarse en ellas, avergonzarlas. Este es el marketing del holocausto, 24 horas al
día, por el resto de nuestras vidas. Los poderes de ‘quiénes debemos ser’ trabajan duro, atontándonos hasta la
muerte. Entonces, para defendernos, y luchar para no asimilar este atontamiento en nuestros malditos
procesadores mentales, tenemos que aprender a leer, para estimular nuestra propia imaginación, para cultivar
nuestra conciencia, nuestro sistema de creencias. Todos necesitamos estas habilidades. Para defender, para
preservar nuestras mentes.”

Podemos apreciar en la exposición del profesor cómo a los contenidos propios de la asignatura (lo
cognoscitivo) se le agrega ahora una dimensión práctica, directamente relacionado con lo efectivo, es decir,
con las estrategias de actuación, necesarias para defenderse del “marketing del holocausto”. Y esto implica
desarrollar un sistema de creencias propio, donde se ve expresado el componente afectivo.
Sin lugar a dudas, “la incidencia del profesor en la optimización en el aprendizaje de los alumnos” se
produce, en este caso, por vía relacional, es decir, tiene un fuerte sentido individual. Esto lo vemos reflejado
en la relación que logra establecer Henry con una de sus alumnas: Meredith. Es hacia este personaje que
desplazaremos ahora el acento.
En Meredith tiene preponderancia la Inteligencia que Howard Gardner denominó “Inteligencia Espacial”. La
misma incluye “la sensibilidad al color, la línea, la forma, el espacio y las relaciones existentes entre estos
elementos. Incluye la capacidad de visualizar, de representar de manera gráfica, ideas visuales o espaciales”
(Armstrong, 1994). Las numerosas colecciones de fotografías, pinturas y el tiempo que invertía en sus
“creaciones” reflejan en Meredith su estilo de aprendizaje.
“Los estilos de aprendizaje de una persona son sus inteligencias puestas a trabajar (…), son las
manifestaciones pragmáticas de las inteligencias funcionando en contextos naturales de aprendizaje”
(Armstrong, 1994).
Que las inteligencias se desarrollen depende de 3 factores principales: dotación biológica, historia de vida
personal y antecedente cultural e histórico. Respecto a esto, en el caso que venimos analizando es necesario
hacer dos reflexiones que explicarían por qué el tipo de aprendizaje de Meredith no tiene lugar en el esquema
de educación tradicional.
Por un lado, el hecho de que culturalmente sea ponderado el aprendizaje académico en detrimento de otros
tipos de aprendizaje, como el que posee el personaje en cuestión. Por otro lado, y como consecuencia de lo
antes mencionado, la historia de vida personal de Meredith se encuentra plagada de experiencias paralizantes,
experiencias que “cierran la puerta” al desarrollo de su inteligencia. A modo de ilustración presentaremos el
siguiente diálogo:
- Padre de Meredith: “¿Qué estás haciendo?”
-Meredith: “¿No sabes golpear antes de entrar?”
-Padre: “¿Qué se supone que es todo esto? ¿Tu atormentada alma? ¿Por qué no pintas algo más alegre, más
feliz, con colores?”
-Meredith: “¿Qué quieres de mí papa? Además de que haya nacido con pene”.
-Papa: “Yo no trabajo todos los días para que mis noches estén arruinadas por tu ebullición adolescente.
Mereces que te encierre en algún centro de menores. Yo no te voy a mantener a ti ¡y a tus hobbies tan
creativos! Estoy harto de tus proyectos de arte que irán a parar a ningún lado”.

En la situación se involucran dos personajes. Esto hace necesario analizar el problema desde ambas
perspectivas.
Centrándonos en Meredith y su trágico suicidio, es pertinente preguntarnos ¿El desenlace hubiese sido el
mismo si ella habría tenido más desarrollada su Inteligencia Emocional? Según comenta Malaisi “cuando el
niño puede identificar sus sentimientos, puede resolver sus problemas y elegir mejor. Igualmente, tolera mejor
los sentimientos dolorosos y se vuelve más libre para disfrutar de la vida, asumiendo compromisos y
abnegando placeres efímeros y vacuos que hoy abundan, en pos del cumplimiento de su proyecto personal. El
conocer sus pensamientos le permitirá reflexionar, diseñar estrategias de resolución de conflictos, establecer
nexos entre conductas y consecuencias (…), y pulir aquellas acciones que lo llevarán a obtener los resultados
que ansía. Además, aquel niño que puede expresar lo que siente mediante el habla tiene a su disposición
recursos expresivos y no necesita recurrir a comportamientos sintomáticos para hacer catarsis. Evita exponer
su cuerpo como vehículo de la emoción”.
Desplazando nuestra mirada hacia el padre, y hacia el sistema educativo tradicional, la reflexión que cabría
aquí seria ¿hasta qué punto son responsables?
Si bien es cierto que jamás se atendió el aspecto emocional de las personas en el sistema educativo, sino que
siempre se enseñó el mundo en sus diferentes aspectos (geográfico, histórico, simbólico, etc.) en tanto aquello
que existe de la piel del educando hacia afuera, nunca se instruyó al niño para conocer y descubrir aquello
que existe de su piel hacia adentro (emociones, necesidades y pensamientos); y si bien es evidente la
incapacidad de algunos padres para educar, también es cierto que estamos asistiendo a cambios sociales y
culturales que requieren de una preparación en los niños que exceden la practicada hasta el momento.
Docentes y padres no pueden echar mano a sus experiencias o al “sentido común” para aconsejar y ayudar a
sus hijos y alumnos, porque ellos nunca atravesaron situaciones ni siquiera parecidas, hallándose así
extraviados y confundidos.
Ambas cuestiones nos remiten al discurso del profesor citado anteriormente, que pretende advertir a sus
alumnos de las situaciones sociales en las que se desenvuelven y de lo importante que es no “siempre
absorber todo, en todas partes, todo el tiempo”.
La realidad es que los niños no reciben apoyo en su vida familiar y también es incuestionable que las figuras
parentales y docentes son indispensables para que los infantes logren su desarrollo.

-Henry: “deberían existir requisitos previos, un currículo para ser padres antes de que la gente lo intentara”
A pesar de esto, la realidad es que los niños no reciben apoyo suficiente en su vida familiar. Como
consecuencia, los docentes salen en auxilio de los padres, por lo que la escuela se transforma en un lugar
hacia el cual pueden volverse las comunidades en busca de correctivos para las deficiencias de los niños en
cuanto a sus aptitudes sociales y emocionales.

-Henry: “la mayoría de los docentes aquí, en algún punto, creen que pueden marcar una diferencia. Sé lo
importante que es una guía y tener a alguien que te ayude a entender lo complejo del mundo en que vivimos;
yo en verdad no lo tuve en mi crianza”.
-Profesora: “¿Recuerdas esas noches en que teníamos de a dos padres por vez? Y más, y más, muchos más en
la lista de espera y los pasillos estaban llenos de alegría y celebración. Ya no queda nada”.
-Henry: “En verdad me sentía como en casa: sin padres”
En las palabras de Henry encontramos el fundamento para la creación de la Escuela para Padres, un lugar
donde se propicie herramientas a los padres y tutores para incentivar en los niños el desarrollo de la
Inteligencia Emocional, de manera que se encuentren más presentes, trabajando conjuntamente con los
docentes en el desarrollo integral de sus hijos.

Ahora veremos donde en diversas circunstancias del film queda en evidencia, de manera implícita o explícita,
la importancia que tiene la Inteligencia Emocional en los educandos.
Cuando el profesor sustituto en cuestión asiste a su primera clase, luego de que finalizara la misma queda
charlando con Meredith (ésta fue el primer diálogo a solas que tiene con ella). Finalizando la conversación
Henry le dice: “Tienes que entender que mucha gente carece de autoconocimiento” (comenta esto porque
anteriormente fue agredido por sus alumnos). Si observamos con atención las habilidades básicas de la
Inteligencia Emocional, podremos ver que la primera por la que está constituida es el “conocimiento de uno
mismo” o “autoconocimiento”. Y Malaisi nos comenta que “se trata de reconocer los sentimientos mientras
ocurren”. Y un poco más adelante dice que si tenemos posesión de esta habilidad resulta innecesaria la
impulsividad. De manera que vemos cómo de manera directa Henry alude a la importancia del desarrollo de
la Inteligencia Emocional.

Siguiendo con Malaisi, con total libertad podemos admitir que Henry ha puesto énfasis en el crecimiento de
su Inteligencia Social, que es la “capacidad para llevarse bien con los demás y conseguir que cooperen con
vosotros”. Si esto no fuera así, el día que finalizaba su suplencia, los alumnos no habrían entristecido con su
futura ausencia. Incluso sorprende que el mismo alumno que lo agredió el primer día de clases ahora le esté
implorando por su permanencia: “Lo vamos a extrañar. La pasé bien con usted. Todos los maestros en este
lugar son unos idiotas”, dejando en claro que no lo incluía al profesor Barthes dentro de estos profesores.

Volviendo a Meredith, y relacionándolo con el concepto que el autor de “Cómo ayudar a los niños de hoy”
tiene de Inte-eligencia observamos cómo el padre de la alumna no permitía que la misma fomente su
“capacidad de elegir internamente” lo que era mejor para ella. La incitaba constantemente a que deje de lado
su amor por el arte. En otras palabras no dejaba que Meredith sea una “triunfadora”, que “responda
auténticamente a su propia verdad”.

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