Aprendizaje cognoscitivo social, es aquel que va ligado a una serie de
conductas específicas de la vida social, como por ejemplo, hábitos sociales, actitudes, defectos, etc. Se trata de un uso genérico que no señala procesos concretos, sino el ámbito en que se dan.
Podemos decir, que el aprendizaje social se da de dos maneras diferentes,
la primera se da de dos maneras diferentes, la primera se da en virtud de las relaciones con las demás personas en un ambiente social y la segunda se da en la interacción de factores tanto externos como internos y el medio que interviene en la conducta personal. Para muchos psicólogos el aprendizaje cognoscitivo social puede darse a través de un proceso de modelamiento, de imitación, observando lo que otros hacen, de lo que se nos indica y de manera vicaria, etc. El psicólogo Albert Bandura propuso la teoría del aprendizaje social, la cual sugiere que la observación, la imitación y el modelaje juegan un papel primordial en dicho proceso.
Evaluación de las teorías del aprendizaje cognoscitivo-
social. Las teorías del aprendizaje cognoscitivo-social de la personalidad parecen tener un gran potencial. Vuelven a colocar los procesos mentales en el centro de la personalidad y se concentran en la conducta consciente y la experiencia. Podemos definir y estudiar científicamente los conceptos clave de esas teorías, como la autoeficacia y el locus de control, lo que no sucede con los conceptos centrales de las teorías psicodinámicas y humanistas.
Además, las teorías del aprendizaje cognoscitivo-social ayudan a
explicar por qué la gente se comporta de manera inconsistente, un área en la que fallan los enfoques de los rasgos. Las teorías del aprendizaje cognoscitivo-social de la personalidad también han generado terapias útiles que ayudan a la gente a reconocer y modificar un sentido de autoeficacia o estilos explicativos negativos. En particular, esas terapias han ayudado a la gente a superar la depresión. Por otra parte, los teóricos de la administración han adoptado la teoría del aprendizaje cognoscitivo-social por sus implicaciones prácticas para el desempeño laboral. Muchos estudios, conducidos durante más de 20 años, han demostrado una correlación positiva entre la autoeficacia y el desempeño en escenarios laborales, escolares y clínicos. Sin embargo, es demasiado prematuro decir qué tan bien explican las teorías del aprendizaje cognoscitivo social la complejidad de la personalidad humana. Algunos críticos señalan que el beneficio de una mirada retrospectiva nos permite explicar cualquier conducta como el producto de ciertas cogniciones, pero que eso no significa que dichas cogniciones sean las causas (o al menos las únicas causas) de la conducta.
Así como existe gran diversidad en la forma en que los psicólogos
conciben a la personalidad, también discrepan en el momento de establecer cuál es la mejor manera de medirla o evaluarla.
La imitación es condicionada Los investigadores de la tradición
conductista interpretan la imitaci6n en taninos asociacionistas. Humphrey (1921) escribió que es una reacción circular en la que cada respuesta hace las veces de estímulo para la siguiente. EI bebe 1I0ra (respuesta) porque algo le duele (estímulo) y oye su propio lIanto, que sirve como estímulo (auditivo) para seguir 1I0rando. Mediante condicionamiento, pequeñas unidades reflejas forman progresivamente cadenas más complejas de respuestas. Los teóricos del reforzamiento consideran a la imitación de la misma manera que a otras conductas. Segll11 Skinner (1953), la imitación es una respuesta generalizada (véase el capítulo 3). En la contingencia de tres términos (SO ~ R ~ SR), un acto modelado sirve como (estimulo discriminativo). La imitación aparece cuando el observador produce la misma respuesta (R) y recibe un estímulo reforzador (SR). Esta secuencia se establece al comienzo de la vida; par ejemplo, cuando el padre emite un sonido ("papi") que el niño imita y 10 refuerza (sonrisa, abrazo). Ya establecida la respuesta de imitación, se mantiene con reforzamiento intermitente. EI Niño imita la conducta de sus modelos (padres, amigos) en tanto sigan siendo estímulos discriminativos de refuerzo. Una limitación de esta postura es que la respuesta imitada debe existir en el repertorio de conductas del imitador: solo imitamos las respuestas que podemos exhibir; pero, de hecho, muchas investigaciones han demostrado que es posible adquirir por observación diversos comportamientos (Rosenthal y Zimmerman, 1978). Otra limitación concierne a que, como con otras conductas, se necesita el refuerzo para producir y mantener la imitación. Numerosas investigaciones muestran que se aprende de los modelos en ausencia de refuerzo de los modelos u otros observadores (Bandura, 1986). Tolman (véase el capítulo 2) demostró que el refuerzo afecta sobre todo la ejecución de las respuestas aprendidas de los estudiantes antes que al propio aprendizaje.