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brisas y Las cuatro comadres. Si quieres obras más cortas te recomendamos que visites
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Título: ¡¡¡Esto es un asalto!!!


Autor: Fabián Choque

Personajes:
El Pillo
El Gandaya
La Cajera
La Clienta
El Policía

(Mientras se encuentran haciendo sus cosas rutinarias en el banco, dos personas con
máscara entran y gritan)

El Pillo: ¡¡¡Esto es un asalto!!! ¡¡¡Arriba los monos!!! (La clienta y la Cajera se miran
extrañados. Él pone la punta de la pistola en su cabeza y se queda algo pensativo) No,
esperen.
El Gandaya: (Le dice en el oído y en voz baja) Se dice, “Arriba las manos”
El Pillo: ¡Ah, chuma verdad! ¡¡¡Arriba las manos!!! (Las dos reaccionan y recién comienzan a
asustarse)
El Pillo: ¡Quiero que me den todo el dinero que tienen! ¡Para hoy!
La Cajera: Muy bien. ¿Me dan el número de su cuenta, por favor?
El Pillo: Sí, anote es el… (El Gandaya golpea la cabeza de su compañero)
El Gandaya: ¡No seas tonto, oe! (Mira a la encargada) Mételo todo en estas bolsas ¡Y rápido!
La encargada: ¡Sí, en seguida! (Va a colocar el dinero en las bolsas que les dio).
La Clienta: ¿¡Pero dónde está la policía cuando se le necesita!?

(En eso, sale del baño el oficial; flojo y totalmente indiferente ante la situación)

El Policía: ¡Ay, qué rico! (Voltea y ve a la Cajera y a la Clienta tiradas en el suelo boca abajo)
¿Qué está haciendo ahí? ¿Qué, está calientito el piso o qué? (Ella le señala con el dedo a los
asaltantes) ¿Qué pasa? (Voltea y ve la punta de las pistolas en su cara) (Se asusta y
comienza a gritar) ¡¡¡Mamaaaaaaaa!!!! (Al instante se arrodilla y junta sus manos) ¡Por favor,
no me maten tengo esposa con dos hijos y otros tal vez por ahí!… ¡Yo que sé pero por favor
no me maten por su madrecita linda!
La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Pero qué clase de policía es usted, que no cumple su deber
aprehendiendo a esos rufianes!?
El Policía: (Le quita la pistola al Pillo y se la muestra a la Clienta) ¿¡Y qué, no ha visto el
tamañote de arma que tienen!? (Se la devuelve al asaltante)
La Clienta: (Se coge la cabeza) ¿Y para esto pago mis impuestos?
El Gandaya: ¡Al suelo usted también! ¡¡¡Rápido!!!
El Policía: ¡Ya voy! ¡Ya voy! (Se echa al suelo, al costado de la Clienta y ella le dice)
La Clienta: (Dice con sarcasmo) “¡Ahora que usted está a mi lado, me siento más tranquila!”
El Policía: ¿Ah sí? ¿Y qué cree? ¿Qué yo soy superman, que las balas me chocan y
rebotan?
La Clienta: ¡Ya mejor…cállese la boca!

(Llega la Cajera con las bolsas de dinero)


La Cajera: (Le da toda atemorizada) Acá está.
El Gandaya: Espero que esté todo.
La Cajera: Si desea, lo puede contar.
El Pillo: A ver... (Abre la bolsa y sacando el dinero, comienza a contar) 100, 200, 300… (El
Gandaya toma la mano de su compañero y lo mira con ojos furiosos) ¡Pero compañero! Hay
que estar seguros que no nos falte nada…
El Gandaya: Guarda… eso… ahora… ¿Ok?
El Pillo: Muy bien, pero luego no vengas a reclamar que te han robado, ah.
El Gandaya: Si no te callas ahora, vas a estar con ellos en suelo.
El Pillo: No te quejes después, no más…
El Gandaya: ¡¡¡Ya!!! (Mira a la Clienta y a la Cajera) Bueno bueno, estos caballeros, se
retiran. Muchas gracias por su colaboración.
El Pillo: Sí, y para cualquier asalto o secuestro, acá está nuestra tarjeta (Se las entrega
mientras lo quedan mirando con extrañeza)
El Gandaya: Este… (Extiende su mano hacia la tarjeta) ¿Me lo prestas un momento?
El Pillo: Sí, las acabo de mandar a hacer, ¿Te gusta? (Comienza a leerlo y mientras lo hace,
la expresión en su rostro comienza a cambiar)
El Policía: ¡Inaudito!, ¡Ahora hasta los asaltantes hacen su “cherry”! ¡Qué tal raza!
La Clienta: ¡Usted cállese, que para policía es un completo inútil!
El Policía: ¡Oiga no le permito que me insulte! ¡A la policía, se le respeta!
La Clienta: ¡Qué “a la policía se le respeta”! ¡Si usted para lo único que sirve, es para comer e
ir al baño! (Los asaltantes discutían en silencio sobre la tarjeta)
El Gandaya: ¿¡Pero has gastado la plata en esto!? ¿¡Qué tenías en la cabeza!?
El Policía: Una pierna de pollo. Sí, eso es lo único que pude comer. Me va a perdonar ¿Pero,
sabe usted a qué se parece?
El Pillo: A la “Tía Camote”, a ella le encargué las tarjetas.
El Gandaya: Mira ya olvídalo y vámonos (Ve a las personas) Bueno fue un gusto hacer trato
con ustedes, nos vamos (Los dos se retiran apuntándoles con sus armas mientras que los
otros se quedan en el suelo asustados, hasta que se fueron. A los pocos segundos, entra El
Pillo rápidamente y les deja la tarjeta)
El Pillo: (Habla en voz baja) Acá abajito está el número, llámenos (Al instante de dejarles la
tarjeta, se va. Todos se quedan mirándolo muy sorprendidos y extrañados. Luego, se
levantan).
El Policía: (Todo cursi, toma la palabra) Tuvieron suerte esta vez (La Clienta lo mira con
indignación).
La Clienta: Mire, mejor cállese antes que me amargue (Va donde la Cajera y la encuentra
maquillándose) ¿¡Y usted, qué está haciendo?
La Cajera: ¡Ay pues con todo esto, se me cayó todo el maquillaje!
El Policía: Bueno lo que es por mí, esta pelea me ha dado hambre. ¡Ya regreso, voy a comer!
La Clienta: ¡Oiga! ¿¡Y usted a dónde cree que va!?
El Policía: ¿Qué? ¿También quiere un sanguchito? Hay de pollo, de chancho de…
La Clienta: ¡Qué sanguchito, ni que “ocho cuartos”! ¡Lo que debe hacer es investigar este
asalto para atrapar a los asaltantes!
La Cajera: Este lo único que atrapa es una papa rellena con ensalada.
El Policía: Y un poco de ají.
La Clienta: ¡Esto es el colmo de la desfachatez! ¡Me voy de aquí! (Se retira totalmente
molesta)
El Policía: Bueno, yo sí me voy a comer. Ya vengo (Se va todo despreocupado)
La Cajera: Y aprovechando que no hay clientela, voy al baño a maquillarme. (Se va
caminando como si fuera una modelo de pasarela)
Fin
Título: Las cuatro comadres
Autores: Fabián Choque y Zulma Arellano Rojas

Personajes:
Ángela
Ceci
Teresa
Gloria

(Llega Ángela con un plumero y muy alegre, comienza a darle una pasada más a su sala y
comedor)
Ángela: A ver por aquí, ya está. Por acá… (Revisa los rincones) perfecto… falta algo más
Mmm… (Mira por todos lados) (En eso, se coge la cara del susto) ¡Ay, las galletas! (Va
corriendo desesperada a la cocina) (En eso, tocan el timbre) ¡Ding dong! – ¡Ya va! – ¡Ding
dong ding dong! –¡¡¡Ya va!!! (Sale de la cocina algo atolondrada y abre la puerta, es Teresa;
una mujer chismosa, encargada de pasarles los “últimos datos” a sus amigas) ¿¡Pero quién…
(La ve y pone una cara de asombro) ¡¡¡Comadrita!!!
Teresa: ¡¡¡Comadrita!!! (Se abrazan muy fuerte)
Ángela: ¿¡Cómo estás!? (Se sueltan) ¡Pero pasa, pasa! ¡Siéntate!
Teresa: Gracias ¡Ay, comadrita! Los pies me están matando (Se sienta en el sofá y deja su
cartera a un costado).
Ángela: ¡Vaya! ¡Y cómo no te van a doler, si traes esos enormes tacones, pues!
Teresa: Lo sé comadre. ¿Por casualidad, no tendrás talco para pies? (Se soba los dedos
mientras habla)
Ángela: Sí amiga, iré a buscarlo. La verdad en serio ya te urge talco para tus pies (Le
responde con la nariz tapada).
Teresa: “Sorry” por apestar tu sala, amiga.
Ángela: No hay problema, iré por un talco y por un ambientador.

(Comienzan a tocar la puerta de una manera muy tosca)


Teresa: ¡Tocan la puerta, Ángela!
Ángela: ¿Puedes abrir? ¡Sigo buscando el talco!
Teresa: ¡Me dueles los juanetes!
Ángela: ¡Ay, ok ahí voy! (Sale toda atolondrada) (Siguen tocando con más fuerza) ¡Ya voy!
¡Tocan como si uno les debiera!
Teresa: Tú lo has dicho amiga, ¡Ay, ay, ay mi piecito! (Abre la puerta y era Ceci, una señora
amante de las novelas y conversadora)
Ángela: ¡Comadrita!
Ceci: Comadre, ¿Cómo estás?
Ángela: ¡Qué alegría de verte nuevamente!
Ceci: Sí. ¡Por Dios! ¡Esta casa no ha cambiado para nada! (Entra mientras habla)
Ángela: ¡No, no entres ahí!
Ceci: ¿¡Por qué!? ¿¡Qué pasa!?
Ángela: Pues porque… (Ceci ya ha entrado)
Ceci:(Pone en su rostro, una expresión de desagrado) ¡Iuj! ¿¡Pero qué es este olor tan
horrible!?
Teresa: ¡Oye, te puedo oír! ¡Son mis pies! Es que me quité mis tacones porque me dolían una
barbaridad.
Ceci: ¿¡Te olían!? Bueno en realidad, te siguen oliendo (Mueve su mano como alejando el mal
olor)
Teresa: ¡Dolían! ¡Dije dolían!
Ceci: jajajaja…. (Se acerca a saludarla)
Ceci: ¿Cómo estás, “comadrita”?
Teresa: Muy bien (Le ve los pies) ¿Y qué te pasó? (Pasa Ángela)
Ángela: Por caminar con esos tremendos tacones… (Se mete a seguir buscando el talco)
Ceci: ¿¡Has estado caminado con estos “tacazos”!? (Los coge y los ve)
Teresa: No tenía otros, comadre.
Ceci: ¡Ay, cuándo no tú! (Le grita a Ángela) ¡Angelita, el talco!
Ángela: (Contesta desde adentro) ¡Lo estoy buscando, un rato!
Ceci: (Se pone de pie y comienza buscar algo par el mal olor) ¿No habrá otra cosa por aquí
que utilizar? Un perfume o inciensos de la india.
Teresa: ¡Ay, ya qué exagerada eres! ¡No es para tanto!
Ceci: Sí, cómo no. (Continúa su búsqueda hasta que finalmente, llega Ángela con el talco)
Ángela: Acá está el talco (Va donde Teresa para darle)
Ceci: ¡Ay, gracias a Dios! (Ceci va rápidamente y toma el recipiente) A ver, dámelo.
Ángela: ¡No, mejor se lo echo yo!
Ceci: ¡No te preocupes, yo lo hago! (Comienzan a discutir por el talco, forcejeando
desesperadamente hasta que de pronto, Ceci logra quitarte el recipiente y sin querer, le cae
algo del talco en la cara de Teresa) ¡Ay, comadre, disculpa!
Teresa: (Se queda en silencio por un momento. Se limpia la cara y mira a Ceci algo molesta)
No te preocupes, “comadrita” (Extiende su mano) ¿Me permite el talco, por favor?
Ceci: Sí comadrita, toma (Le entrega el talco algo apenada por lo que pasó) (Se echa el talco
en los pies y caen residuos al piso)
Ángela: ¡Échate con cuidado, pues mujer!
Teresa: ¡Ay comadre, por un poquito de talco! (Ángela pone en su rostro una expresión de
desagrado y preocupación al ver que el piso que tanto trabajo le costó pulir, se está
estropeando)
Ángela: Ya no importa (Agacha la cabeza mientras suspira)
Ceci: Ya conoces a Teresa de cochina.
Teresa: ¡Oye no soy cochina!
Ceci: ¡No qué va! “Eres súper limpia”
Ángela: Voy por una escoba. (Mientras ellas hablan, Ángela entra a la cocina algo molesta a
traer una escoba)
Ceci: Al parecer no te lavas los pies desde la última vez que nos vimos, ¿No?
Teresa: No seas exagerada, por Dios.
Ceci: Luego me prestas el talco para echarme en mi nariz.
Teresa: ¡Ya basta! (Llega Ángela con la escoba y comienza a barrer el talco que cayó al
suelo)
Ángela: A ver, coja sus tacos y levante los pies, “señorita”. (Ella toma sus tacos y pone los
pies en el sofá)
Teresa: Disculpa comadre, debes comprender lo dolorosos que son tacones y lo difícil que
son usarlos.
Ángela: Sí, comprendo (Mira a Ceci mientras la otra hace lo mismo) Bueno, ya está listo, ya
puedes bajar los pies (Pero antes que toquen el suelo, la detiene) ¡¡¡Espera!!!
Teresa: ¿¡Qué!?
Ángela: Antes que pongas los pies en el suelo, te traeré unos zapatos para que no vuelvas a
manchar el piso, espera (Se va a buscar los zapatos). (Mantiene los pies en el aire y mientras
lo hace, conversa con Ceci)
Teresa: ¡Ay, comadre! ¿Supiste que Doña Cata se mudó con su hija a Breña?
Ceci: ¿¡Qué sí!?
Teresa: ¡Imagínate! Ahora todo el mundo se está mudando.
Ceci: Así es cuando hay plata, comadre.
Teresa: Esperemos que nos visite, al menos.
Ceci: Ay, lo dudo mucho comadre, la gente cuando se va se olvida del lugar donde salió.
(Llega Ángela sin haber podido evitar escuchar su conversación)
Ángela: ¿Quién se mudó?
Teresa: ¡Doña Cata! (Hace movimientos con las manos, propios de una señora).
Ángela: ¿¡¡¡Doña Cata!!!? ¿¡¡¡Y a dónde!!!?
Teresa: ¡A Breña con su hija!
Ángela: ¿Con cuál?
Teresa: Con “Martita”.
Ceci: ¿¡La que se casó con el dueño del restaurante!?
Teresa: Esa misma (Luego mira a Ángela) ¿Y los zapatos?
Ángela: ¿Zapatos? ¡Ah verdad, ya los traigo! (Se va corriendo a traerlos)
Teresa: ¡Que no sean los de tu esposo, por favor!
Ángela: ¡Él se lava los pies!
Teresa: ¡Pero por si las dudas!
Ángela: ¡Ya cállate, oye!
Ceci: ¡Sígueme contando!
Teresa: Ya pues como te seguía diciendo, se nos va “Doña Catita”.
Ceci: Se nos “pituqueó”.
Teresa: Se nos “pituqueó”. (Sale Ángela con unas “crocs” para Teresa. Se las pone a sus pies
para que los coloque)
Ángela: Toma comadre.
Teresa: Gracias (Se los pone una expresión de alivio y comodidad) No tienes idea de cuánto
necesitaba bajar los pies.
Ángela: Y veo que te quedaron exactos los crocs de mi esposo, comadre. Teresa: Sí, dale las
gracias de de de… ¿¡De tu esposo!?
Ángela: Sí, ¿Por?
Teresa: ¡Cómo “por”! ¿¡Acaso no sabes cuántas enfermedades trae el zapato de un hombre!?
(Ángela y Ceci se miran sorprendidas con lo que dijo)
Ángela y Teresa: ¡Ah, ya cállate oye!
Ceci: Tú hablando de enfermedades a los pies, hazme el favor.
Teresa: Solo espero que no me contagie los hongos.
Ángela: Mira… mejor cállate, ¿Sí?
Ceci: Y cambiando de tema, ¿Han visto ayer Colorina?
Teresa: No verdad, ¿En qué quedó?
Ceci: ¡La mala besó al protagonista y Colorina los vio!
Ángela: ¿¡Los vio!?
Ceci: Los vio.
Teresa: Es una… (Cruza los brazos) (Ángela pone la mano en su boca, como recordando
algo)
Ángela: ¡Ay, qué mal educada! ¡No les he ofrecido nada!
Ceci: Muy mal comadre ah, muy mal. Creo que después de haber librado una dura “batalla”
con los pies de Teresa, nos merecemos eso cómo mínimo. (Ángela va a traer la merienda)
Teresa: ¡Oye comadre! ¿¡Puedes olvidarte de eso, por favor!?
Ceci: Claro, como es tu humor para ti normal. Pero nosotras qué culpa tenemos.
Teresa: ¡Ya, mejor cállate! ¿Sí? No me hagas sentir peor de lo que ya estoy.
Ceci: ¡Ah, tú estás peor que nosotras! ¡Qué buena “vaina”! (Le grita a Ángela) ¡Ángela!
Ángela: (Ella contesta desde la cocina) ¡Dime!
Ceci: ¡Dice que ella está peor que nosotras!
Ángela: ¡Claro! ¡Cuando es tuyo, no te molesta!
Teresa: Creo que ustedes se la han agarrado conmigo, ¿No?
Ceci: Mira, ya no quiero seguir hablando del tema porque si no, me van a dar náuseas.
Teresa: Sí, mejor (La mira con desagrado) (Pasa unos momentos y nuevamente, comienzan a
tocar la puerta)
Ángela: ¡Ceci! ¿¡Puedes abrir, por favor!?
Ceci: ¡Ya voy! (Va a la puerta y al llegar, la abre) (Es nada más y nada menos que Gloria, una
señora algo seria y tajante en su forma de hablar e incapaz de soportar algo que le
desagrada)
Ceci: ¡Comadrita Gloria! ¿¡Cómo estás!?
Gloria: ¿Cómo estás, comadre?
Ceci: Bien pero… (La mira detenidamente y ve que algo la está molestando) ¿Te pasa algo?
Gloria: ¡Ay, el taxista que me trajo se quiso hacer el “vivo” conmigo!
Teresa: Hola comadrita.
Gloria: Hola com… (Se detiene bruscamente) ¿Qué te pasó?
Ceci: Mejor no preguntes.
Teresa: No empieces, Ceci (Mira a Gloria) Lo que pasa es que los pies me están matando.
Ceci: A las que nos van a matar es a nosotras.
Gloria: Sí, ya me di cuenta. (Desde adentro habla Ángela)
Ángela: ¡Hola comadrita Gloria, en un rato salgo con café y galletitas!
Gloria: ¡Ok comadrita, gracias! (Se acerca a Teresa y la saluda) Hola comadrita, ¿Cómo
estás?
Teresa: Bien, con este dolor que no me deja en paz (Continúa sobándose los pies) Pero
cuéntanos qué pasó con ese taxista.
Gloria: ¡Me quiso cobrar de más con el pretexto que no conocía la ruta para llegar acá!
Ceci: ¡Esos son unos vivos!
Teresa: Sí y si no eres “mosca”, te “agarran de punto”.
Gloria: Yo le dije: (Se puso de pie y explicó) “Mira hijito, yo estoy muy vieja para que trates de
agárrame de tonta así que o e dejas donde te dije ó llamo a la policía inmediatamente.
Teresa: ¿Y qué te dijo?
Gloria: “Ya señora no se preocupe, preguntando llegaremos” –Yo le dije –“¡Ah, qué bueno!
¿Ves que para todo hay solución? (Se sienta nuevamente)
Ceci: Bien hecho, comadre.
Gloría: “Más sabe el diablo, por viejo que por diablo”
Teresa: ¡Pero, por supuesto! ¡Habrase visto! (Sale Ángela con las galletas y el té para sus
comadres)
Ángela: ¡Acá están las ricas galletas y el delicioso tecito!
Ceci: ¡Ay, qué rico! (Ángela se acerca a Gloria para saludarla)
Ángela: Hola comadrita (Le da un beso y la abraza)
Gloria: Cómo estás, comadre.
Ángela: Más atareada, gracias a Teresa.
Ceci: Soy testigo.
Teresa: ¿Pueden dejar ese tema, por favor?
Gloria: ¡Ya está bien está bien! (Ve las galletas) ¡Ay qué rico! ¡De chocolate! (Toma una
galleta y su taza de té)
Ángela: Sírvanse, comadritas (Todas comienzan a agarrar las galletas y sus tazas de té) Así
que pusiste en su lugar al taxista.
Gloria: ¡Ah, tú ya sabes cómo soy! ¡Yo no le aguanto tonterías a nadie y menos a un
“mocoso” como ese!
Teresa: Tú sí que sabes tratar a la gente con “dulzura”.
Ceci: Sí, a ti hay que tenerte miedo.
Ángela: En definitiva (Toma la charola) ¡Cojan comadres! (Todas agarran más galletas y
mientras comen, siguen hablando)
Teresa: En la calle hay tantos sinvergüenzas. (En eso, Gloria ve el cabello de su amiga)
Gloria: ¡Comadre!
Teresa: ¿¡Qué pasa!? (Mira asustada)
Gloria: ¡Ya se te están notando las canas!
Teresa: ¿¡Dónde!?
Gloria: ¡Por aquí! (Le señala por las patillas)
Teresa: ¿¡Por dónde!? ¡Ay, no me asustes comadre! (Ceci se acerca a mirar)
Ceci: Esas no son canas, es el talco que le cayó.
Gloria: ¿¡Te cayó talco en la cara!?
Teresa: Sí (Se pone algo apenada) (Gloria comienza a reírse a carcajadas)
Gloria: ¡Es el colmo contigo, comadre! ¡Tú sí que no tienes remedio!
Teresa: Fue culpa de ellas, comadre. Ellas me lo tiraron en la cara.
Gloria: ¿¡Y por qué hicieron eso!? Le apestaban los pies, no la cabeza.
Teresa:¡¡¡Ya, basta con eso!!!
Gloria: Perdón comadre, es que de verdad es muy chistoso.
Teresa: Sí, “jajaja” “Muy chistoso” “Qué divertida me siento”
Ángela: ¡Pero síguenos contando de “Doña Cata”!
Gloria: ¿¡Qué le pasó a “Doña Cata”!? (Teresa pone los pies en el sofá y se prepara para
contarles a todas pero en eso, Ángela se los pone en el piso)
Teresa: ¡Qué molestosa eres, comadre!
Ángela: Sí claro, como tú no limpias, qué cómodo se te hace.
Gloria: ¡Ya comadre! ¡Síguenos contando! ¿Qué pasó con “Doña Cata”?
Teresa: ¡Se mudó a la casa de de su hija!
Gloria: ¿Quién? ¿Martita?
Teresa: Con Martita.
Ceci: ¿Tienes más galletitas, comadre?
Ángela: Sí comadre, ahorita les traigo más.
Ceci: ¡No, no te molestes! ¡Yo voy!
Ángela: ¡Pero por favor, comadre! ¡Están en mi casa y tengo que atenderlas como ustedes se
merecen! (Se pone de pie y tomando la charola, va a la cocina a traer las galletas) ¡No se
acaben el té!
Gloria: ¡Está bien! (Luego, comenta con sus demás comadres) Su casa está… un “anís”.
Teresa: Sí, ella siempre ha sido bien pulcra con su casa.
Ceci: Y bien servicial con sus invitados. ¡Qué linda es mi comadre, caracho! (Continúan
tomando el té y luego de un rato, llega Ángela con las galletas)
Ángela: ¡“Acá están las ricas galletinas”!
Teresa: ¿Hay de chocolate, comadre?
Ángela: ¡Pero por supuesto, comadre! Yo sé muy bien que esas son las que más te gustan.
Ceci: ¡Ay, tienes las rellenas con crema! (Toma, la come y en su rostro se forma una
expresión de placer) ¡No hay nada mejor que esto, comadre!
Gloria: A mí me separas un poco en una bolsita, por favor comadre.
Ceci: ¡Ay cuándo no tu, comadre! (Mira a Ángela) ¡Ángela, dale tú las galletas porque si no, es
capaz de llevárselas todas!
Gloria: ¡Qué mal hablada eres, comadre! (Mira a Ángela) “Comadrita”, le echas bastante, ¿Sí?
(Voltea y ve a Ceci y a Teresa que la quedan mirando) ¿Qué?
Ceci: No, nada.
Teresa: Nada, comadre.
Gloria: Ah ya, cuidado no más. (Pone una expresión de enojo) No se metan conmigo, ya me
conocen como soy. (Las tres la quedan mirando con miedo, conociendo de lo que es capaz de
hacer)
Ángela: No la hagan enojar comadres, ya saben cómo es ella. (Las cuatro comadres seguían
conversando felices de la vida; recordando los viejos tiempos, riendo, y molestándose unas a
otras) (Luego de horas de una amena conversación, llega la hora de la despedida)
Ceci: Bueno “comadritas”, llegó la hora de retirarme.
Gloria: Sí yo también.
Teresa: También yo. ¿Me pasas mis tacos, comadre?
Ángela: Ahora te los paso, comadre (Va por los tacos de Teresa. Los toma y se los da)
Teresa: Muchas gracias, comadrita. (Las cuatro se abrazan fuerte y comienzan a derramar
unas cuantas lágrimas)
Ángela: No saben cuánto anhelé que llegara este día, muchas gracias por venir comadres.
Ceci: No gracias a ti por la invitación.
Teresa: Esperemos que se vuelva a repetir.
Gloria: Pero ten listo el talco, Ángela. (Todas comienzan a reírse por lo que dijo Gloria)
Teresa: Sí sí, qué graciosas son.
Ceci: Bueno ahora sí, me voy. Tengo que llegar antes que empiece la novela.
Teresa: ¿Nos vamos por ahí?
Ceci: Ya, vamos.
Gloria: Yo sí me voy por otro lado, nos vemos comadrita, muchas gracias por todo.
Ángela: No comadrita, gracias a ti por venir (Luego se dirige a todas sus comadres) Espero
que este lonche se vuelva a repetir.
Teresa: Lo mismo digo. (Las tres se despiden dándose besos una y otra y otra y otra vez de la
misma persona) (Ángela se despide de Gloria; Teresa de Ceci; Ceci de Ángela; Gloria de
Teresa; Ceci de Gloria, Teresa de Ángela y se repite una y otra vez)
Gloria: ¡¡¡Ya!!! ¡Parecemos un circo, por Dios! ¡Vámonos! (Las empuja a su comadres y se va)
Gracias por la galletas, comadrita.
Ceci: ¡Gracias por todo, comadre!
Teresa: ¡Lo mismo digo!
Ángela: ¡A ustedes por venir! (Las tres se van y ya sola, Ángela se prepara para ordenar toda
la casa. Toma la escoba y comienza a barrer) ¡Qué alegría me dio haber estado con mi
comadres después de tanto tiempo! Espero verlas nuevamente (Pone música mientras y
comienza a cantar y a limpiar con ritmo. La gente que pasa la ve por la ventana con extrañeza.
Cuando se da cuenta de las personas, se avergonzó totalmente y sonriendo toda apenada,
sale corriendo, golpeándose la rodilla con la mesa del centro) ¡Ay, méndiga mesa caramba!
(Se va a su cuarto media cojeando).
Fin
Título: En el Puente de las Brisas
Autor: Fabián Choque

Personajes:
Pedro (El Esposo)
Yali (La esposa)
El mensajero
La guía
Los Turistas

Primer Acto

(Yali se encuentra sentada en su sala tejiendo. De pronto, llega Pedro por detrás y
sorpresivamente, le da un beso en la mejilla. Ella salta de la impresión y voltea rápidamente).

Pedro: Muac
Yali: ¡Ay! ¡Pedro, amor!
Pedro: Ni con una expresión de asombro, se altera tu graciosa hermosura. Muy buenos días,
“mi bella dama”. (La sigue mirando muy sonriente).
Yali: Muy buenos días tengas tú también, (Lo ve de la misma manera) “mi guapo caballero”,
¿Cómo amaneciste?
Pedro: Feliz de saber que tengo un día más para contemplar nuevamente tu mirada tan
cautivante, mi esposa.
Yali: ¡Ay, tú siempre tan halagador!
Pedro: Es que tu bella y cándida sonrisa, siempre será una fuente inagotable de inspiración
para mí.
Yali: Pues tu voz es… (Acaricia su rostro) como el canto de un canario en el jardín al
amanecer, encantando mis oídos con sus melodiosos gorjeos. (Ellos se besan y se dan un
muy fuerte abrazo).
Pedro: (Mira el tejido mientras apoya el mentón en el hombro de Yali) ¿Qué estás haciendo,
mi amor?
Yali: (Lo levanta para que lo vea bien) Una sorpresa para ti
Pedro: ¿¡De verdad!?
Yali: Sí, y no te diré nada hasta tenerlo listo.
Pedro: ¿Nada? (Pedro muestra una expresión de pena).
Yali: Nada (Golpea suavemente la cara de su esposo) ¿De acuerdo?
Pedro: Bueno está bien, trataré de esperar.
Yali: Así me gusta. Bueno y ahora, vamos a tomar desayuno, ¿Sí?
Pedro: Perfecto, vamos.
(Yali deja su tejido y se pone de pie. Mientras van caminando, se abrazan)

Segundo Acto

(Pedro se sienta en la mesa mientras que Yali va a la cocina a preparar el desayuno. En eso,
comienzan a tocar la puerta). (Toc toc toc)

Pedro: ¡Yo voy! (Grita Pedro mientras se levanta. Al abrir, ve a un mensajero y sorprendido, lo
mira seriamente y le pregunta).
Pedro: ¿Sí? ¿Qué desea?
El Mensajero: Disculpe la molestia, ¿Es usted el señor (revisa el nombre en el sobre) Pedro
Robles?
Pedro: Sí, ¿Qué se le ofrece? (mira el sobre también).
El mensajero: Tengo una carta para usted, señor. (Le responde mientras le entrega la carta.
Pedro la toma y la mira con algo de preocupación).
Pedro: Muchas gracias.
El mensajero: A usted, me retiro.
Pedro: Hasta luego. (Pedro cierra la puerta y camina hacia el comedor, se sienta en la mesa y
ve con seriedad el papel). (Desde la cocina, Yali pregunta).
Yali: ¿¡Quién tocó la puerta, Pedro!?
Pedro: Eh… (Se pone algo nervioso) ¡Nadie Yali, era uno de esos vendedores! (Le responde
mientras continúa observándolo con la misma expresión).
Yali: ¡Nunca faltan esos!, ¡Qué raro que vengan a estas horas! ¿¡No!?
Pedro: Sí amor…muy raro.

(Pedro abre e sobre y al leerlo, la expresión en su rostro cambia radicalmente. Suspirando, lo


guarda en su bolsillo para que no lo vea Yali. En eso, llega ella con el desayuno y poniéndolo
sobre la mesa, se sienta muy sonrientemente al lado de Pedro).

Yali: Hoy te preparé algo realmente delicioso, espero te guste (Yali se percata que algo anda
mal) ¿Qué te pasa, amor?
Pedro: Nada Yali es solo que… me imaginé por un segundo la vida sin ti y me sentí (Coge su
cabello con ternura) vacío.
Yali: Nosotros siempre estaremos juntos, prometimos que nunca nos separaríamos,
¿Recuerdas?
Pedro: Claro que lo recuerdo, nunca olvidaré la promesa de amor que hicimos en el puente
donde las brisas del verano, acarician siempre nuestros.
Yali: Bueno pues entonces, ¿Por qué en tu linda cabecita, pasa la tontita idea que nos vamos
a separar?
Pedro: No sé. Mira, olvida lo que dije y tomemos desayuno, ¿Sí?
Yali: Bien… Mira lo que te preparé, está muy rico ¿No?
Pedro: Delicioso, como todo lo que preparas, amor mío.
Yali: Mmm… (Acerca su cara a la de él y le da un beso) qué lindo eres, mi Pedrito.
Pedro: Es que tus bellos ojos y tu hermosa sonrisa son como agua, que hacen germinar las
más bellas palabras de este loco enamorado.

(Ambos se toman de las manos y Pedro besando la mano de Yali, continúa mirándola con ojos
tiernos. En eso, ella se percata de la carta y alejando un poco la cabeza, le pregunta).

Yali: Amor, ¿Qué es eso? (Señala su bolsillo).


Pedro: ¿Esto? Ah es…Nada importante, sigamos tomando desayuno.
Yali: ¿Nada? A ver, déjame verlo (Dice mientras que sorpresivamente, toma la carta).
Pedro: ¡No, espera! (Grita Pedro pero demasiado tarde. Yali abre el sobre y comenzando a
leer la carta, su expresión cambia radicalmente).
Yali: ¿Qué es esto, Pedro? (Queda totalmente extrañada) ¿Por qué no me contaste nada?
Pedro: (Pedro suspira y mira a un costado por la pena) Es que no quería preocuparte con mis
asuntos.
Yali: Pensé que habíamos acordado compartir nuestras cargas, amor. (Le responde Yali
mientras toma su mano. Continúa leyendo) ¡Pedro, acá dice que tienes que hacer un viaje por
tres meses!… (Lo mira con gran sorpresa) ahora comprendo tu repentino cambio.
Pedro: Así es (Se pone de pie y camina hacia la ventana) Tú sabes lo mucho que me cuesta
separarme de ti. (Ella también se para y yendo hacia él, se pone en su detrás y lo abraza).
Yali: A mí también, pero no olvides que cuando nos dimos el sí en el altar, acordamos
compartir nuestras alegrías y desventuras; así que no dudes en dármelas a mí también, para
aligerar un poco el peso que llevas. (Pedro la mira fijamente y con dulzura, le acaricia
suavemente el rostro).
Pedro: Me lo pregunto todos los días y aún no encuentro la respuesta.
Yali: ¿Y qué te preguntas? (Toma los brazos de Pedro).
Pedro: El por qué una mujer tan maravillosa como tú, está con un hombre como yo. (Yali le da
un beso y lo abraza muy fuerte. Luego apoya la cara en su pecho).
Yali: Voy a responder a tu pregunta, tontito (Luego lo ve fijamente a los ojos). Porqué un
hombre como tú, ya casi no hay en el mundo y yo fui muy afortunada al tener como
compañero de toda la vida, al mejor de todos. (Pedro le acaricia el cabello con suavidad y
encendiendo la radio, pone una música romántica).
Pedro: Verdaderamente, naciste para ser el complemento perfecto en mi vida.
Yali: Y tú el mío. (Ambos se abrazan muy fuertes y Yali empieza a llorar por la emoción).
Pedro: Me voy en una semana, amor.
Yali: Entonces, te ayudaré a arreglar tus cosas.
Pedro: Aún no, tenemos todo este tiempo para hacerlo.
Yali: Pero no quiero que te falte algo que puedas más adelante necesitar.
Pedro: Es que amor… (Yali pone su dedo índice en la los labios de Pedro y le sonríe).
Yali: Nada… (Le mueve la cabeza en señal de negación) terminando de tomar desayuno,
comenzamos a alistar tus cosas para que te vayas tranquilo y cómodo, ¿Sí?
Pedro: ¡Yali!
Yali: ¿¡Sííí!? (Yali lo mira fijamente).
Pedro: ¡Está bien, está bien! (Sonríe con una expresión de rendición ante su insistencia)
Bueno ahora sí, vamos a desayunar porque me muero de hambre.
Yali: Yo también, vamos.

(Yali va agarrada del brazo de Pedro a la mesa a tomar desayuno). (Luego de eso, ambos van
al cuarto y comienzan a preparar las cosas del joven. Al terminar, van a la sala y se sientan a
conversar).

Yali: Bueno, ya está todo listo para tu viaje.


Pedro: Y todo gracias a ti, la verdad no se qué haría si tú no estuvieras a mi lado.
Yali: Lo mismo me pregunto yo, no soportaría tan solo la idea de vivir lejos de ti. (Pedro mete
la mano en su bolsillo y saca un pañuelo. Ella lo mira con expresión de asombro).
Yali: ¿Y eso? (Lo ve después a él).
Pedro: Con esto, esperarás mi regreso “En el Puente de las Brisas”, nuestro puente y lo
moverás para saber que eres tú, ¿Sí?
Yali: ¿¡En el Puente de las Brisas!? (Pregunta haciendo su cabeza para atrás).
Pedro: Sí, así llamaremos a partir de ahora, al lugar donde sellamos nuestro amor, ¿Qué te
parece?
Yali: Está bien. (Lo abraza nuevamente) Te juro que esperaré tu regreso todos los días, no
habrá ni uno solo en el que no vaya a nuestro puente a esperarte.
Pedro: Es un juramento, entonces.
Yali: Un juramento.
(Los jóvenes enamorados sellan su pacto con otro beso)

Tercer Acto
(Finalmente, llega el gran día, Pedro se encuentra con sus maletas listas y Yali, al ver que ha
llegado la hora, comienza a llorar).

Pedro: ¡No llores, amor mío! Mi ausencia solo será pasajera.


Yali: Lo sé pero…
Pedro: Pero qué.
Yali: Perdóname pero la sola idea de saber que te vas, me entristece mucho.
Pedro: Si te pones triste, yo también voy a llorar. Vamos, no quiero irme viendo ese lindo
rostro así, ¿Me puedes deleitar con tu bella sonrisa? Haber una sonrisita, por favor.(Yali sonríe
pero con algo de trabajo y Pedro comienza a acariciarla) Así me gusta.
Yali: Cuídate mucho, ¿Ya? No quiero que te vayas a lastimar con nada.
Pedro: No te preocupes, Yali. Bueno ahora sí, dame un beso que ya me voy. (Yali le da un
beso y juntando sus frentes, se toman de las manos y ella le dice).
Yali: Solo recuerda que te amo y siempre lo haré.
Pedro: Jamás lo olvidaré. Tú tampoco olvides lo mucho que yo te amo también y que ni el
tiempo ni la distancia, serán adversarios para desmoronar lo que siento por ti.
Yali: Te amo, Pedro.
Pedro: Y yo a ti, Yali. (Ambos se abrazan y después de un rato, Pedro toma su maleta y se
va. A pocos metros de distancia, él da media vuelta y al verla, deja su equipaje y corre hacia
su esposa a abrazarla).
Pedro: Me harás mucha falta. (Entra música triste).
Yali: Pero tu trabajo es primero, vete antes que me sienta peor de lo que ya estoy, por favor.

(Él mira al cielo y separándose de ella, se va. Yali lo ve irse y tomando el pañuelo que le dio,
comienza a moverlo mientras rompe en llanto. Luego cierra la puerta y apoyando su cabeza
en ella, dice).

Yali: Se fue, Pedro se fue y ahora… (Suspira) estoy sola.


(Yali se sienta en el suelo y rompe en llanto. Después se pone de pie y continúa con su tejido.
Yali, como se lo prometió, todos los días va al Puente de las Brisas a la espera su llegada).

Cuarto Acto

(Pasaron los tres meses y Pedro no regresa; el tiempo sigue pasando y ya no solo eran
meses, sino años, pero ella continúa cumpliendo su juramento, yendo al puente. Con un
vestido largo y de color blanco, Yali apoya los brazos en el muro y mira el horizonte con el
pañuelo que Pedro le dio. En eso, llega un grupo de turistas y se colocan en el puente. Luego,
una mujer se pone adelante y comienza a hablarle al grupo).

La Guía: Y llegamos al final de nuestro recorrido, “El Puente de las Brisas”. Cuenta la historia
que hace cien años venía todos los días a este lugar, una joven llamada Yali. Ella esperaba
aquí a su esposo, quién le juró venir aquí todos los días y apenas lo viera, agitaría el pañuelo
que le dio antes de partir pero desgraciadamente, él nunca regresó.
Turista: ¿Y…esa historia es cierta?
La Guía: Nadie lo sabe, pero dicen que cuando uno se para en este puente y cierra los ojos,
siente la brisa del viento que sentía aquella pareja, (Los mira a todos) ¿Desean intentarlo a ver
si sucede? (Todos se acercan a la baranda y cierran sus ojos. Guardando silencio, esperando
sentir la brisa pero sin resultado alguno).
Turista: No se siente nada. (Luego, todos comienzan a murmurar algo decepcionados cuando
en eso, la guía toma la palabra).
La Guía: ¡Es solo una leyenda, nada más! Pero debido a ella, todos los enamorados vienen
acá para tratar de sentirlo y dicen algunos, que sí lo han logrado. Ahora si me siguen por
favor, veremos otros atractivos del lugar.

(De pronto, una pareja de ese grupo, quedando completamente en silencio por un momento,
sienten la brisa y comienzan a abrazarse muy fuerte dándose cuenta que la leyenda, es
verdad).
Yali: Juré que vendría a esperarte todos los días y no faltaré a mi palabra, lo seguiré haciendo
con el pañuelo que me diste, amado Pedro, (Huele el pañuelo y sonríe) en el puente donde
sellamos nuestro amor, donde nos dimos nuestro primer beso, aquí te esperaré, “En el Puente
de las Brisas”.
Fin
DESCONFIADA… Y ALGO
MAS

Puntaje de los Fans:Publicado por:Un Fan del Blog


Categoría: Obras de Teatro Cómicas
N° Participantes: 2

Libreto / Guión:
Obra de teatro corta enviada por Aldo Bacchi (fan del blog)

Personajes:

Norma. Ama de casa, con algún desequilibrio emocional pasajero.


Abel. Esposo de Norma, muy contemplativo y tolerante, hasta que deja de serlo.

Ocurre en el living/comedor de la casa del matrimonio.

Abel llega de su trabajo, Norma está sentada haciendo algunas tareas.

Abel Hola querida, ¿ como estás ? (La besa, va a dejar la ropa) ya vuelvo eh ¡
voy a dejar la ropa.
Norma (No lo saluda, lo sigue con la mirada y con cara de desconfianza.
Monologa)
Hola querida si, está bien, cualquier marido que se precie de educado saluda así
a su esposa, pero ¿ como estás ?, que me quiso decir con ¿como estás?, porque
exteriormente se me ve que estoy bien, porque además convivimos y lo sabe, pero
interiormente el no sabe, y si es así, porque querria saberlo.
Este tipo de excentricidades en el saludo, me alteran, yo no soy una mujer que
merezca una cosa así. Ahora vamos a tener una charla !!.
(Vuelve Abel y se sienta a la mesa junto a ella, mientras meriendan)
Abel Como pasaste el dia ?
Norma Bien ¡ porque no habría de pasarlo bien?, ¿que te hace pensar que estoy
preocupada por algo? ….. ¿vos la pasaste bien?
Abel Si ¡ bárbaro ¡
Norma (Sarcástica) Y claro, es lo que imaginaba.
Abel Porque te imaginabas que la había pasado bien ?
Norma Perdón, bien no, dijiste bárbaro !!.
Abel Bueeeno si, es una forma de decir ¡
Norma (Irónica) Hoy llegaste más tarde que de costumbre ¡.
Abel Si, me quedé un rato más en el trabajo.
Norma Ah si, y haciendo que ?
Abel Trabajando ¡
Norma Trabajando, ……trabajando que ?
Abel Y, haciendo trabajo atrasado.
Norma A que le llamás trabajo atrasado ?
Abel Y… trabajo que debería haber hecho antes ¡
Norma Ah, o sea que lo que hiciste hoy en la oficina, ¿ no lo habias hecho antes ?
Abel Si, claro, asi es !!.
Norma Y así nomás me lo confesas ?
Abel Confesarte que ?
Norma Eh… digo… (con sonrisa falsa) ¿cuantas preguntas no ?

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13 Secrets You Didn't Know About Gilligan's IslandAnswers

Abel (Amablemente) Hay por favor, no son preguntas, estamos conversando sobre
lo que hice ¡
(Abel se levanta y mientras se retira) Voy a hacer una llamada ¡
Norma ¿ A quien ?
Abel Hay querida, tenías razón, cuantas preguntas!.
Norma Claro, ahora resulta que te molesta cuando te hacen preguntas ¡ Ponete de
acuerdo
porque recién me dijiste que no eran preguntas, que estábamos conversando.
Ultima-
mente me está molestando la dualidad que tenés, espero que esa dualidad no la
apliques a todos los órdenes de tu vida ¡
Abel Sabés que no te entiendo Norma ¡
Norma Ah si? Ahora resulta que no me entendés, que soy estúpida, que no hablo
claro,
que soy una enferma mental ¡
Abel Jamás diría una cosa asi ¡
Norma Claro, me lo das a entender ¡
Abel No te doy a entender nada, si pensara algo te lo diría ¡
Norma (Levantando hombros) Je, claro, era lo que yo sospechaba, no pensas !!,
espero que no pensar, no te lleve a cometer actos reñidos con la moral y las
buenas costumbres.
(Pausa breve)
Abel Norma, en realidad no se de que estamos hablando, …me tenés
desorientado, ¿ como
estás hablando de moral y buenas costumbres ?
Norma Claro, no te conviene hablar de eso.
Abel Hay Norma, ni me conviene, ni me deja de convenir ¡ (Enojado) Además
terminemos
con esta conversación sin sentido, que no conduce a nada.!
Norma ¿ Me estás diciendo que esta conversación no me va a llevar a confirmar lo
que estoy
sospechando ?
Abel ¡ No tengo idea de lo que estás sospechando !
Norma Eeeeh, no dije sospechando, ….dije, …pensando ¡, o acaso tenés la cola
sucia ?
Abel (Enojado) Sabés que, puede ser que tenga la cola sucia, por eso me voy a
dar un
baño ¡ (Se va desconcertado y alterado. Norma se queda pensando unos
segundos)
Norma (Habla sola) Pero que caradura este tipo, viene más tarde del trabajo, no
podemos mantener una conversación coherente, escapa a todo lo que le
pregunto, y encima el señor se enoja. Lo único que falta es que esta noche no
quiera tener sexo, es más, estoy segura que no va a querer, y ahí todas mis
sospechas quedarán confirmadas.
(Pausa) (Se aburre y prende el televisor. Comienza el noticiero. Anuncia el
conductor), Y ahora Noticias del pais y del mundo , “Mujer presa de ataque de
celos mató a su esposo de 4 balazos. Está detenida” (Rápidamente apaga el
televisor, y se queda inmóvil con el control remoto en la mano, y apuntando al
televisor hace cuatro disparos).
Pausa.
(Abel vuelve del baño, y al verla, frunce el ceño, se sienta en el sillón y se pone a
leer. Norma se acerca a el en forma pausada, tranquila, se sienta al lado, le pasa
la mano por encima del hombro)
Norma (Habla amablemente) Querido vos le tenés miedo a la muerte ?
Abel No entiendo porque me haces esa pregunta !!
Norma En realidad no sé, no tenía planeado hacértela, (Irónica) se me ocurrió
ahora.
Abel Todos debemos tenér miedo a la muerte no?
Norma Me estás confirmando que le tenés miedo !!
Abel No, no te estoy confirmando, solo te dije que seguramente todos le tenemos
un poco
de miedo.
Norma Y… si te matan a balazos, vos preferís que sea de 4 o de 2.
Abel Hay basta de hacer ese tipo de preguntas !!
Norma Claro, no te convienen ¡
Abel (Muy enojado) Lo que no me conviene es que me maten, ni de 2 ni de 4
balazos.!!!
Norma Je, talvez…. prefieras 3, con tal de contradecirme !!
Abel (Se encoge de hombros) Además, quien me mataría a balazos ?
Norma Uno nunca sabe, !! (tomándose la cabeza) se escuchan cada cosas !!
Abel Normita ¡ no podríamos cambiar de tema de conversación ?.
Norma Es… que nunca hablamos de esto, es.. algo nuevo… no te olvides que hay
que renovarse, la costumbre y la monotonía, son dos monstruos que devoran los
matrimonios.
Abel Bueno, es que en realidad ya no se que prefiero, si que me devoren los
monstruos, o que me peguen 4 balazos, ¿ entendés ?
Norma Es que últimamente con vos no puedo charlar de nada, trato de ser positiva
en todo, pero
vos no lo recepcionás ¡
Abel Normita, te pido un favor, ¿ sí ? (Irónico), deja de ser positiva por un rato,
(toma una revista) por lo menos mientras leo esta revista.
(se cruza de piernas y comienza a leer)
Norma (Como la ignora, quiere llamar la atención. Dice con melancolia) Yo,… el
domingo… me voy a suicidar.
Abel (Ya cansado de cuestionamientos) Porque no lo hacés hoy, ¿ para que
esperar hasta el domingo ?
Norma Porque el domingo es el dia de suicidios !!
Pausa.
Abel (Habla pausado). Sabés que estoy pensando Norma, que me parece que nos
están haciendo falta unas vacaciones. A esta altura del año, uno va sintiendo el
rigor de la monotonía, y necesita renovarse, ¿ no te parece ?.
Norma Puede ser !
Abel Lo que te acabo de decir se me ocurrió porque justo en esta revista hay un
artículo de
turismo con playas hermosas, y pensé, que sería lindo estar unos dias en alguna
de ellas.
Norma A ver ¡ (Le pide la revista). Claro, no solo te gustaron las playas, también
las chicas ¡
Abel (Molesto) No, no me gustaron las chicas ¡
Norma Ahhh, mirá de que me vengo a enterar, tengo un marido al que no le
gustan las chicas ¡
Abel ¡Está bien, también me gustaron las chicas.!
Norma Tan equivocada no estaba, tus contradicciones son cada vez más
acentuadas.
Abel A ver si me entendés, se me ocurrió y me tenté con unas vacaciones, …por
la playa,… no por las chicas, ¿ está claro ?.
Norma (Mostrando las palmas de ambas manos) Está bien, está bien,… pero
antes de decidirlo, tenemos que tener sexo ¡
Abel (Pone cara de no entender nada) ¿ Pero, que tiene que ver una cosa con otra
?
Norma Es..que.. yo quiero ver si podés ¡
Abel Como si puedo, ¿ si puedo, que ?
Norma Si me podés excitar ¡ (Ella comienza a acariciarle el cuello, lo besa, le
acaricia el pelo,
el se siente excitado, pero a su vez se resiste por estar contrariado).
Abel (Separándose de ella) Lo del sexo… está muy lindo, pero…. ¿ no podríamos
dejarlo para mañana ?.
Norma (Se para enfurecida, grita) Ya está, ya está, no necesito que nadie me
explique nada más !!
Era lo que me faltaba escuchar !, me cierra todo !!, me cierra todo !!
(Abel se encoje de piernas por los gritos y se cubre el pecho con los brazos)
(Señalándolo) Te quedaste con tu secretaria en la oficina, y por lo que me dijiste,
la pasaste bárbaro, y por tener cola de paja, no quisiste hablar de moral y buenas
costumbres, te molestaron mis preguntas, y encima le escapás al sexo !!. Je, las
mujeres cuando pensamos
algo, difícilmente nos equivocamos !!. (Desafiándolo) ¡ Confesá que esa es la
verdad, ¡ !!confesalo !!.

(Norma cruza los brazos con cara desafiante y lo mira fijo. Abel respira profundo,
se para serenamente y la mira)
Abel Hay Normita, Normita !! te lo voy a confesar !!
Norma Viste, viste, yo sabía !!
Abel (Le apoya una mano en cada hombro, le habla con serenidad) Llegué tarde
del trabajo, porque fui al Shopping a comprar algo lindo para vos, ya que hacía
mucho tiempo que no lo hacía, y creo que vos sos una persona que merece ser
bien atendida, sos una compañera fiel. Todo esto que acabamos de hablar, a mi
no me va a cambiar el sentimiento y el cariño que tengo por vos, es demasiado
fuerte para ser vencido tan fácilmente. (Va en busca de su regalo, vuelve y se lo
entrega). Espero que te guste, y que lo puedas disfrutar como vos lo mereces.
(Norma lo abre, lo mira, se alegra, pone cara de ternura como si fuera de
arrepentimiento)
Norma Hay mi amor, que linda sorpresa. Es verdad que hacia bastante que no
tenías una atención
conmigo, y hoy era el dia justo para recibirla.
Abel Si, era el dia justo, por eso lo hice.
Norma Quien te ayudo a elegirlo ?
Abel (Tímido) Yo,… solito ¡
Norma (Sonriendo) No creo, los hombres no saben elegir este tipo de regalos.
Abel No entiendo que querés decir ?
Norma (Irónica) Porque será que vos nunca entendés lo que quiero decir ¡ Quiero
decir que esto
está seleccionado por el gusto de una mujer, (con bronca) seguro fuiste con tu
secretaria
y lo eligió ella ¡
Abel (Enfurecido va hasta un mueble del living, toma un cuchillo y vuelve
amenazante apuntando
hacia Norma).
(Gritando) Basta ¡ basta ¡ no aguanto más, esto me superó ¡ voy a cometer una
locura !!!
Norma No, no, por favor, no te mates !!
Abel No, no me voy a matar, te voy a matar a vos !!
Norma (Sorprendida) Y porque a mí ?
Abel No me dijiste que te ibas a suicidar el domingo ?, bueno, con mucho placer te
voy a ahorrar el trabajo, y además te lo voy a adelantar unos dias.
Norma (Parándolo con las manos, yendose para atrás) No, no, no me mates !! por
favor, no me mates !!
(Cae desmayada en el sillón)
Abel (Sigue gritando) No, por favor, no puede ser, así desmayada no te puedo
matar, así desmayada no, ni tampoco me puedo matar yo porque no me vas a ver.
Abel (Va hacia el sillón la toma de los hombros y la samarrea) Norma ¡ Norma ¡
despertate
que te tengo que matar !, ¡ despertate que te tengo que matar !
Norma (Se despierta nuevamente, ve el cuchillo en manos de Abel, se levanta y
corre alrededor de la mesa del living, Abel corre atrás cuchillo en mano)
Abel Pará Norma, pará, no me la hagas difícil ¡
Norma (Se da vuelta, ve el cuchillo, pone cara de susto y se desmaya
nuevamente)
Pausa.
Abel (En voz baja) Normita ¡, Normita ¡
Norma (Se despierta nuevamente, con la mirada perdida, Abel se acerca)
(Mira como pensando, se reclina lentamente en el sillón), ya sé ¡ ya se ¡ ahora
entiendo lo que me pasa! ¡ ahora entiendo lo que me pasa !
Abel Ahora entendés, ¿ qué ? ¿ que te pasa ?
Norma Viste que el lunes tengo que hacerme un estudio ?
Abel Si, y qué ?
Norma Estoy tomando unas pastillas, que me parece me están haciendo mal¡, me
irritan, …
tengo alucinaciones ¡
Abel (Acelerado, va hacia un mueble, abre un cajón, busca) A ver, a ver, que
pastillas estás tomando, donde está esa porqueria ?
Norma Aaquí ¡ arriba la mecita,… eesa azul.
Abel (Mientras toma la cajita) A ver que veneno te dieron !!
(Abre la caja, saca el prospecto y lo comienza a leer)
Diclorhidratoacetamolhistamina ¡,
(tomándose la cabeza) Pero mirá vos lo que estás tomando ¡
Norma Conocés esa droga ?
Abel No, no la conozco, pero con ese nombre como vas a pretender que no te
haga mal !!
(Sigue leyendo el prospecto) A ver…. acciones colaterales…. puede producir dolor
de estómago.
Norma ¡ Si, me duele !
Abel (sigue leyendo) nauseas, desmayos (se miran), dolores musculares, ataque
de celos alternos (va levantando despacio la cabeza mirando a Norma, se miran
fijo)
Al uni-
sono (Gritan) ¡ Ataque de celos !. ¡ ataque de celos ! (ella lo abraza)
Norma (Mientras dice si con la cebeza) Si, ataque de celos, ataque de celos !!
Pausa. (Mientras tanto Norma lo mira a Abel) Sabés una cosa querido ?
Abel ¿ Que ?, mi amor !!
Norma Voy a aceptar la propuesta que me hiciste, de irnos de vacaciones a
alguno de esos lugares
placenteros, llenos de paz, donde podamos estar tranquilos unos dias sin que
nadie nos
moleste !!.
Abel ¡ Que alegría ¡ iremos a alguna de esas playas que te mostré ¡
Norma (Levantando la voz) No¡ en esas playas está lleno de mujeres !!
Abel Bueno, está bien, iremos a otras playas.
Norma No ¡ en las otras playas también está lleno de mujeres !!
Abel (La toma de los hombros) Hay cariño, cariño ¡ no estás bien, y vos ahora lo
sabés!. Yo te propongo, voy a ser comprensivo y vos debes saber controlarte.
Norma Perdoname, perdoname, si, lo voy a hacer, (haciendo si con la cabeza) me
voy a controlar, me voy a controlar, …. te lo prometo.
(Pausa)
(Suena el teléfono de Norma, atiende)
Norma Hola doctor, (escucha), siii, claro doctor, (escucha), (mirando de reojo a
Abel), nnno, no puedo doctor (escucha) claro, (escucha), perfecto doctor (algo
melosa) adios doctor !!.
Abel (mira fijo hacia adelante y de a poco va mirando hacia Norma) Quien era ?
Norma El doctor !!
Abel Ah, mirá vos (con bronca) Que doctor ?
Norma Eeeel ginecólogo !!
Abel Y para que llamó ?
Norma Yyyo lo había llamado, para hacerle una consulta, ……y como tenía el
contestador, ….le dejé dicho si me podía llamar el.
Abel Y porqué no le hiciste la consulta ?.
Norma ¡Ahhh, me olvidé !. ¡ me ol-vi-de ¡
Abel (Pone cara de desconfianza y odio)
Norma (Se levanta presurosa, balancéando su pelo) Me voy a dar una ducha !!
Abel (La sigue con la mirada, le hace burla) ¡ Ah, me olvide ! ¡Me voy a dar una
ducha !. Yo te voy a dar una ducha !! Je! cuchicheando con el doctor por teléfono,
y delante mio ¡ Mirala, a la mosquita muerta ¡ (busca la agenda) a ver, a ver donde
está el teléfono. (busca) acá está, (mientras marca el número) ahora va a saber
ese doctorcito, ma que doctorcito ¡delincuente¡ lo que es un verdadero esposo.
(habla) Doctor Perez? (escucha) habla Abel, el esposo de Norma. Aa ud. no le
importa como me va! Escúcheme bien lo que le voy a decir, le estoy dando la
oportunidad de que se haga el galán, como lo hizo recién con mi esposa, pero
conmigo, y ahora (escucha) ¿que no se lo pudo decir a mi esposa porque era un
secreto y estaba yo presente?, y claro, como iban a ventilar sus chanchuyos
delante mio. (escucha) ah no, que no son chanchuyos, (escucha) ¿como? ¿que
dio positivo? (escucha) ¿que voy a ser papá? ¿qué voy a ser papá doctorcito?
(corta). ¡ Voy a ser papá, voy a ser papá ¡ (Grita) Normi, vení Normi
(Norma entra) Normi, la semilla germinó!, (haciendo gesto de tener sexo con la
mano) parece que la regamos bien!, ¡voy a ser papá, voy a ser papá! felicitame,
felicitame.
Norma Siii ?? entonces yo voy a ser mamá !!.
Abel Ah, claro, vos vas a ser mamá !!. Te felicito, te felicito.
(Se abrazan, saltan de alegria, se separan)
Norma (Alegre) Esto solo puede pasar en un hogar donde hay amor ¡
Abel Esto solo puede pasar en un hogar donde hay comprensión ¡
Norma Esto solo puede pasar en un hogar donde hay libertad ¡
Abel Y por sobre todas las cosas, esto solo puede pasar en un hogar donde no
hay desconfianza ¡
Norma (Efusiva) Sii, donde no hay desconfianza ¡
Norma (se abrazan nuevamente, y luego del festejo) Ah, con esta sorpresa, me
olvidé que tenía que tomar la pastilla ¡
Abel (Se toma la cabeza y haciendo movimiento de negación, va yéndose por
foro) No, no, la pastilla no !!, la pastilla no !!.
Norma (mirando a Abel) !! Que barbaridad, (mirando al público) !!La verdad, a los
hombres, cada vez los entiendo menos !!
(Se apaga luz)

FIN

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¡NO SABIA NADA!

Escrito por: Jerianne Molina Vélez

Personajes

1) Dorotea: Mamá de Juan, Luis y Pedro. Hermana de Tito y Chepa.

2) Ramón: Papá de Juan, Luis y Pedro. Hermano de Carmela.

3) Carmen: Vieja de 62 años. Quien le da trabajo a Juan.

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4) Luis: Hermano de Juan y Pedro. Joven bobo y zángano.

5) Pedro: Hermano de Juan y Luis. Mandón, “Caco”, y gritón.

6) Juan: Joven de 17 años, bueno, trabajador, estudioso.


7) Tito: Tío de Juan, Luis y Pedro. Es Jamón y bochinchero.

8) Carmela: Tía de Juan, Luis y Pedro. Bochinchera y le lengüetera.

9) Chepa: Tía de Juan, Luis y Pedro. Es la más bochinchera de todos los tíos, alocada con
lo que dice.

Comienza todo en la casa de la familia. Juan y Pedro están jugando videojuegos. La mama
esta lavando platos, ropa y limpiando. Ramón leyendo el periódico algo aborreció. Juan
está sentado afuera, pensando.

Juan: (pensativo) No tengo dinero. Debo hacer algo. (Se levanta y se va)

**Dialogo entre Luis y Pedro**

Pedro: (gritando) No seas tan bruto y ayúdame a matar el zombi…Míralo ahí.

Luis: (bobo) ¿Donde?

Pedro: Ahí… ahí donde hay muchos árboles.

Luis: (confundido) Si hay muchos, ¿Cuál de todos?

Pedro: Animal, te pondré unos culo e’ botellas para que veas mejor.

Luis: (aceptando) Papi, en verdad que los necesito, jugar 8 horas corridas contigo no está
fácil.

Pedro: (confundido) 8 horas? Son 10. (gritado) Avanza y mátalo.

Luis: No jugare mas nada, me duelen las nalgas.


Pedro: (se para frente al TV) No, espera, falta pasar el nivel 89. Llevamos 1 semana
tratando y nada de nada. Tenemos que seguir.

Luis: Esta bien pero, ayúdame a estirar la espalda.

IMÁGENES DE COMO ESTIRAN GRACIOSAMENTE

Escena 2:

Ramón: Mi amor tráeme café.

Dorotea: (Lavando los platos) Como me estoy echando aire entre medio de las piernas para
ir a llevártelo.

Ramón: Hay mujer no seas tan hostil, te dije hasta “mi amor”.

Dorotea: Así diciéndome “bruja”, no te doy nada.

Ramón: Esta mujer, ojala y te quedes sin agua.

Dorotea: Ojala y nunca más te funcione las viagras.

Ramón: (riendo) Ahí te equivocas amada mía, ahí todavía funciona sin viagra.

*Entra Carmela

Carmela: Y ustedes de que discuten que desde que llegue escucho murmullos que si viagra,
chiquito, no funciona. ¿Ya no hay actividad sexual? ¿Ah?

Ramón: Y esta no cambia!

Carmela: ¿Cómo que no cambio? Claro, yo siempre soy la misma.

Ramón: Si, la misma bochinchera, entrometía, presenta, cachetera, sin vergüenza, en fin, lo
único común es el apellido.(suspirando)
Carmela: Hay ni para tanto!(entra Luis y Pedro)

Ramón: ¿Ni para tanto? Recuerdo cuando estábamos en la Superior y le dijiste a mi primera
jeva que me hacía del baño porque no aguantaba.

Luis y Pedro: (burlándose) Diablo papi que puerco.

Ramón: Basta!

Carmela: (riendo y burlándose) No dije nada que no fuera cierto.

Ramón: Pero no tenias que decir nada, y aquella vez fue que me comí un mango y me callo
mal.

Luis y Pedro: Que puerco!

Ramón: Basta, los castigare. ( se echan a reír Luis y Pedro)

Dorotea: Me voy tengo cosas que hacer.

Carmela: Voy contigo para que te enteres de pal de cosas.

Ramón: Estas Bochincheras!

*Dorotea y Carmela se van a la parte de atrás de la casa y se sientan hablar.

Carmela: Pues mija, mi vecina tiene un caso en la corte.

Dorotea: ¿Por qué?

Carmela: Aparente y allegadamente le llamaron Servicio Sociales. Dis que le dio una pela
al nene de 17 años, porque preño a una chamaca de 13 años.

Dorotea: ¿Por qué le dio? Eso es algo que los dos estuvieron de acuerdo, a menos que fuera
una violación.
Carmela: La nena, según ella es bien precoz.

Dorotea: ¿Y él?

Carmela: Se dejo llevar con el otro cerebrito.

Dorotea: Es injusto, fueron los dos no uno, mi hijo tiene 17 años y hace una cosa asi y se
tiene que ir de la casa, con eso es suficiente para que aprenda que sin gorrito no hay
cumpleaños.

IMÁGENES DE CHEPA LLEGANDO. LES HABLA A LUIS Y PEDRO

Chepa: Macharranes ¿y su madre?

Pedro: Titi bendición.(saludan) Esta con titi Carmela atrás.

Chepa: Gracias mi amor y Dios me los cuide, están grandotes.

Carmela: Si es injusto, pero eso pasa cuando tienen las hormonas a 100.

Chepa: Que si que! Igualita a mí. (se echan a reír)

Dorotea: ¿Estás bien chepa?

Chepa: Todo bien y con un bolso de Santa Clos lleno de bochinches buenísimos.

Carmela: Cuenta, cuenta.

IMÁGENES DE ELLAS BOCHINCHANDO

IMÁGENES DE JUAN CAMINANDO PARA CASA DE CARMEN.

Juan: (gritando desde afuera) Carmen…Carmen. ¿Estás Ahí?

Carmen: (saliendo de la casa) Si mijo, no soy tan rápida.


Juan: ¿Qué haremos hoy?

Carmen: Lavar los escrines y los platos.

Juan: ¿Eso nada más?

Carmen: si mijo, ya lo otro está bien.

Juan: Esta bien Carmen.

Carmen: ¿Comiste?

Juan: No he comido porque acabo de salir de la escuela.

Carmen: ¿Quieres arroz con gandules, pollo frito y tostones?

Juan: Si no hay molestia, claro.

IMÁGENES DEL LAVADO

IMÁGENES DE LA CASA DE LA FAMILIA

Ramón: Dorotea ¿Dónde está Juan?

Dorotea: No se, no a llegado de la escuela.

Ramón: ¿No le abra pasado algo?

Pedro: ¿Qué le pasara a ese bobolon?

Luis: Que se vaya a donde pertenece.

Dorotea: ¿Y en donde pertenece? Según tu.

Pedro: Bobolandia!
Ramón: Basta! Enserio Dorotea ¿no crees que la haya pasado algo?

Dorotea: No creo, el está viniendo tarde de la escuela.

Ramón: ¿Y por qué?

Dorotea: Tal vez está en casa de un amigo.

IMÁGENES DE COMO SIGUEN HACIENDO SUS COSAS.

IMÁGENES DE JUAN LLENDO A CASA DE CARMEN Y CHEPA LO VE Y LO


SIGUE.

Chepa: ¿Juan? ¿Para donde ira?

IMÁGENES DE CUANDO LO PERSIGUE

Chepa: (llama a tito por ce) Hello! Tito, ¿Dónde estás?

Tito: En casa viendo TV.

Chepa: No cambias

Tito: No tengo mujer, no tengo hijos, no hago nada, no trabajo, pero si me estas llamando
es porque tienes un bochinche nuevo, ¿verdad?

Chepa: Si, uno buenísimo, pero hay que investigar.

Tito: Pues ven para casa para poder enterarme.

Chepa: Esta bien, voy por ahí.

IMÁGENES DE CHEPA LLEGANDO A LA CASA DE TITO.

Tito: Chepa ven, ¿Qué paso ahora?


Chepa: ¿Tu sabes si Juan esta en malos pasos?

Tito: ¿Mi sobrino, nuestro sobrino?

Chepa: Si!

Tito: No creo, ese nene es bueno, aunque bueno es el pan y se deja comer el culito dos
veces.

Chepa: (riendo) es verdad, pero hoy lo vi caminando solo para el pueblo hacia una casa de
una vieja.

Tito: Pues no sé, debemos reunirnos los tres súper tíos e investigar.

Chepa: Esta bien, llamo a Carmela, le cuento lo que está pasando y te llamo. Ahora me voy
que debo hacer unas cosas.

Tito: Esta bien, cuídate. (se despiden)

Escena 3:

IMÁGENES DE LA CASA DE FAMILIA

Pedro: Mami necesito cartulina, pega, lápices de colores, papel blanco para la escuela.

Luis: Y yo necesito papel de construcción, pega, una nueva libreta y no me acuerdo que
mas.

Dorotea: Piden, piden y piden. Y nosotros ni para comida tenemos. Deja ver que hago.

*Llega Juan de la escuela

Juan: (Saluda) Mami bendición, toma estos $20 pesos para lo que te haga falta. (le da el
dinero)
Dorotea: Pero…

Juan: Pero nada mami, te mereces eso y mucho mas.

Dorotea: (Mirando raramente) Gracias hijo mío.

Escena 4:

IMÁGENES DE LOS TIOS COMO DETECTIVES, ESPIANDO A JUAN, ESTE VA DE


CAMINO A LA CASA DE CARMEN.

Carmela: Mira, ¿Para donde va este? (Tito y chepa la miran)

Chepa: Eso es lo que investigamos.

Tito: Ajam!

Carmela: Verdad, verdad!

Tito: Miren está entrando a la casa. IMÁGENES DE EL ENTRANDO A LA CASA DE


CARMEN

Chepa: ¿Qué estará haciendo este muchacho?

Carmela: Algo bueno no debe ser.

IMÁGENES DE COMO SIGUEN INVESTIGANDO. CUANDO SALE JUAN DE LA


CASA DE CARMEN, ESTA LE ENTREGA UN DINERO.

Chepa: Se los dije el nene bueno esta traficando.

Tito: ¿Y esa vieja es la narco?

Carmela: (sorprendida) No puede ser.

Chepa: Se los dije…ese es un tirador.


Tito: De esto se debe enterar Dorotea.

Carmela: Y Ramón

Chepa: Vámonos, se enteraran hoy mismo.

IMAGNENES DE ELLOS LLEGANDO A LA CASA FAMILIAR

Chepa: (tocando bocina y saca la cabeza) Dorotea!

Tito: (sacando la cabeza y gritando) Dorotea!

Carmela: Ramón!

*Dorotea y Ramón salen desesperadamente

Dorotea: ¿Qué paso?

Ramón: (suspirando) Debe haber pasado algo grande para que estos tres bochincheros estén
juntos.

Chepa: (se baja del carro) Tengo que decirles algo, bueno debemos decirles.

Ramón: Dinos, ¿Qué paso?

Tito: (fatigado) Juan es un tirador!

Dorotea: (confundida) ¿Tirador?

Carmela: (desesperada) Es drogadicto, no espera, es vendedor de drogas, a una anciana.

Ramón: ¿Qué?

Chepa: Si, nuestro sobrino, su hijo vende drogas a una señora de unos 60 años.

Dorotea: (sorprendida) De ahí es que sacar el dinero, ¿con que si?


Ramón: ¿Qué dinero?

Dorotea: Los otros días el me dio $20 pesos de la nada. Me pareció extraño , pero los
necesitaba. El no trabaja que yo sepa. Entonces, pues debe ser verdad.

Ramón: ¿Y por qué no me lo dijiste?

Tito: (sorprendido) Hay virgen santa!

Chepa: Deben hacer algo, esto no se puede quedar así. (sonsacando)

Dorotea: ¿Sabes donde vive la señora?

Carmela: Si, te llevamos si quieres.

Dorotea: Si, pero espera que llegue Juan, así lo llevamos donde ella y que expliquen todo,
Ramón tu quédate aquí con los niños, esto es un problema entre una mamá desesperada y
una vieja infeliz.

Tito: Es verdad, así será mucho mejor.


IMAGENES DE CUANDO LLEGA JUAN, DISCUTEN CON EL, LO MONTAN AL
CARRO Y SE VAN HACIA LAS CASA DE CARMEN

Escena 5:

IMÁGENES DE CUANDO LLEGAN A CASA DE LA VIEJA. SE BAJAN DOROTEA,


DISCUTE CON LA VIEJA

Dorotea: (insultando) vieja de dos piernas, ¿Qué usted hace dándole droga a mi hijo de
apenas 17 años para que la venda? Dígame!

Carmen: ¿De que usted habla señora?

Dorotea: (sarcástica) ¿De que yo hablo?

Chepa: Dígale vieja, Dígale que usted es un narco como la Griselda Blancos.

Carmela: Dígale!

Carmen: ¿ustedes quiénes son?


Dorotea: Yo soy la mamá de Juan al que le das la droga.

Los tíos: Y yo soy su ti@

Carmen: (riendo) Ahhh

Dorotea: Dígame y no se ría.

Carmen: Bueno, Juan es un muchacho que es súper bueno…Yo lo contrate para que me
ayudara a lavar, hacer los aceres de la casa, si ven soy una vieja de 62 años.

Tito: Lo sabemos

Carmen: Y el quería trabajar, pero como se abochornaba porque ustedes podrían burlarse de
el, pues al parecer nunca lo dijo.

Dorotea: (mira a Juan) ¿Esto es cierto? (el acepta con la cabeza)

*Los tíos se miran unos a los otros y se abochornan.

Los Tíos: ¡No sabía Nada!

Chepa: Señora, queremos que nos acepte unas disculpas de parte de nosotros.

Carmen: ( se ríe) Son aceptadas

*Imágenes de Dorotea abrazando a su hijo.

FINAL

ESTAN EN EL RIO, SE ENCUENTRAN EN UNA ACTIVIDAD FAMILIAR, SE


CUENTAN SUS HISTORIAS, ANECTOTAS.

Juan: (grabandose el mismo y grabando a los demás) Soy un muchacho de 17 años que no
le gusta depender de sus padres. Mis dos hermanos son un bochorno para la raza humana.
Titi Carmela es la hermana de papi, es una loca y le gusta meter sisaña. Tío Tito es otro
más, nunca se a casado, nunca a tenido mujer, nunca a tenido nada en su vida, incluso
ni un trabajo y critica a todo el que se pare de frente. Titi Chepa es la más bochinchera de
todos, aunque es súper graciosa con todo lo que se inventa. Carmen es una señora que
aprecio mucho, me dio la mano cuando más lo necesite, convirtiéndose en una persona
especial en mi vida. Mamá y papá son todo para mi, ellos me dieron la vida y les debo todo.
(Cámara fijamente hacia el) Amigos míos, si ustedes no tienen a alguien en su familia que
se parezca a alguien de la mía, usted es un extraterrestre. Familia es familia y hay que
quererla como sea, imagínense ustedes con 3 tíos bochincheros, yo los tengo y son
especiales. Y así…termina mi historia.
GUION TEATRAL COMICO "SE VENDE UNA MULA"
Aqui tengo una se llama "se vende una mula" es
comica espero te guste se ve larga pero actuandola ya
no lo es tanto.

Lugar: En la sala de la casa de don Pedro, rico


hacendado padre de Luz María, novia de Antonio el
cual va a pedir la mano de ella, éste se encuentra con
Juana, criada de la casa de don Pedro donde se toma
sus “descansitos” y se hace pretensa de Pascual el
cual va a comprar la mula.

EscenaI

JUANA: (Entra a escena, barre, baila y bebe de una


botella de tequila)
DON PEDRO: (Entra a escena. ) Mmmm... ¿Con qué
esas tenemos, eh?
JUANA: (Sobre saltada. ) Este... Verá usted... Nunca lo
hago, pero...
DON PEDRO: Procura que esto no se vuelva a repetir.
¿Entendiste?
JUANA: Si, patrón. ¿No lo volveré hacer?
DON PEDRO: Ahora llama a la niña y dile que quiero
hablar con ella.
JUANA: Si, patrón. (gritando) ¡Niña el papá suyo de
usté, quiere hablar con usted! (Sale de escena.)
DON PEDRO: Para eso mejor yo le grito.

EscenaII
LUZ MARÍA: (Entra a escena. ) Me dijo Juana que
quieres hablar conmigo... ¿Es cierto papá?
DON PEDRO: Así es mija... ¿Te acuerdas de la mula
de...?
LUZ MARÍA: Hay papá, ¡Ya vas a empezar con tus
indirectas!
DON PEDRO: No mija. Lo que quiero decir, es que la
mula que te regaló tu padrino, he decidido venderla.
LUZ MARÍA: ¿Pero por qué?
DON PEDRO: Porque ya está muy vieja y ya no sirve
para nada. Además, ya puse un anuncio en el
periódico y no habrá de faltar un tonto que quiera
comprarla.
LUZ MARÍA: Está bien papá, que le vamos a hacer.
DON PERDO: Voy a salir ahorita, tengo que comprar
una purga para la mula, se ha puesto un poco mala, y
no quiero que se me muera antes de venderla. ¡Ah! Si
viene algún comprador, le dices que no tardo, que si
gusta esperarme o que vuelva más tarde. (Sale de
escena.)
LUZ MARÍA: Muy bien papá. ¡Juana!... ¡Juana!

EscenaIII

JUANA: (Entra a escena. ) Diga usté niña.


LUZ MARÍA: Mientras limpias bien el polvo, vas a estar
pendiente por si alguien viene a preguntar por la mula,
le dices que mi papá no está, que vuelva más tarde.
JUANA: Muy bien niña, pierda usté cuidado, yo voy a
estar pendiente.
¿Qué se train estos con la mula..? ¡Tanto que la han
hecho trabajar, ya deberían jubilarla!... Aquí a todos
nos hacen trabajar muy duro... Lo bueno que yo me
tomo mis descansitos... ¡Que si no!... (Bebe de la
botella. Tocan a la puerta. ) De seguro el que toca, es
el que viene por la mula, ¡Voy!

EscenaIV

ANTONIO: (Entra a escena.) ¡Buenas tardes!... ¿Esta


es la casa de Don Peter?
JUANA: ¿De quén?
ANTONIO: De Don Pedro.
JUANA: ¡Ah! , si señor, pero ahorita no está... Si gusta
venir más al rato.
ANTONIO: ¿Puedes hablarle a la...?
LUZ MARIA: No señor, yo no hablo con mulas.
ANTONIO: ¿Mulas? ¿Cuales mulas?... Yo quiero
hablar con la señorita.
JUANA: Pus señorita, señorita, lo que se llama
señorita... Ahorita le hablo. Oye tu niña... Aquí te busca
un catrín que está... ¡Bien gacho! (Sale corriendo de
escena.)

EscenaV

LUZ MARÍA: (Entrando a escena.) ¡Antonio!...


ANTONIO: ¡Luz María!

(se abrazan)

LUZ MARÍA: ¿Cundo llegaste?


ANTONIO: Hoy en la mañana. No quise avisarte para
darte una sorpresa.
LUZ MARÍA: Me decías en tu última carta que no
tenías dinero para venir a verme.
ANTONIO: Bueno... Es que ahora ya conseguí trabajo
y me dieron un adelanto de mi sueldo.
LUZ MARÍA: ¡Que feliz me haces! Eso quiere decir
que...
ANTONIO: Que ya no me faltará trabajo, ni dinero. ¡Mi
carrera empieza a dar sus frutos!
LUZ MARÍA: Lastima que mi padre no esté ahorita,
para presentártelo y darle la noticia.
ANTONIO: ¿Y volverá pronto tu papá?
LUZ MARÍA: Tal vez, ¿Por qué?
ANTONIO: Es que vengo dispuesto a hablar con él...
¡Voy a pedir tu mano!
LUZ MARÍA: ¡Al fin te has decidido!
ANTONIO: ¡Quiero que nos casemos pronto, para
irnos a vivir a la capital!
LUZ MARÍA: Si Antonio, pero antes déjame hablar con
mi papá, para que no lo tomes por sorpresa. ¿Quieres
volver más tarde?
ANTONIO: (Con ternura) Sí... ¡Cómo tu quieras!
LUZ MARÍA: (Saliendo de escena y suspirando, ella le
manda un beso. Entra Pascual y le arrebata el beso a
Antonio) ¡Antonio!...
PASCUAL: (Entra observando la escena del beso)
ANTONIO: ¡Luz María!... ¡Oiga! ¡Éste era mi beso!
(Sale de escena)

EscenaVI
PÁNFILO: (Observa la botella y las tres copas que
está en la mesita)
JUANA: (Entra a escena) ¿Quién es usté?...
PÁNFILO: No me robé nada...
JUANA: Pos nomás porque llegué a tiempo.
PÁNFILO: Soy gente honrada.
JUANA: ¿Quién sabe?
PÁNFILO: Vide la puerta abierta y entré.
JUANA: ¿Qué es lo que quere?
PÁNFILO: Quiero saber en cuanto venden la mula...
Sin ofender a nadien.
JUANA: (Molesta) Si se mira en un espejo, a lo mejor
se ofende solo... En cuanto a la mula, mi patrón no
está ahorita... Si gusta volver más tarde...
PÁNFIILO: (Meloso) ¿Oiga... Usted aquí trabaja?
JUANA: Sí... ¿Por qué?
PÁNFILO: No, por nada... ¿Y qué hace?
JUANA: Pos... Lavo la ropa, hago la comida... Y
muchas cosas más.
PÁNFILO: ¿Y cómo se llama?
JUANA: ¡Pus criada!
PÁNFILO: No, usté...
JUANA: (Coqueta) ¿Yo?... Pus me llamo... Juana
María Concepción Trinidad González...
PÁNFILO: ¿Nomás?...
JUANA: Sí... Nomás... Y usté, ¿Cómo se llama?
PÁNFILO: Yo me llamo, este... Pos mi nombre está
rete feo.
JUANA: No importa, dígame cómo se llama.
PÁNFILO: Me da harta vergüenza decir mi nombre.
JUANA: ¡Cómo se llama por fin!
PÁNFILO: Pos yo me llamo, ¡Pánfilo Pascual!...
¿Verdá que está rete feo?
JUANA: ¡No que va!...
PÁNFILO: Oiga... ¿Y tiene novio?
JUANA: Pa’qué quere saberlo.
PÁNFILO: Pos yo decía... Si no tiene novio, a lo mejor
me ahorro la mercada de la mula... Pos para qué
quiero a las dos.
JUANA: (Enojada lo corre a escobazos) ¡Grosero! ,
lárguese indio ladino. Vuelva cuando esté mi patrón.
(Bebe de la botella y en ese momento entra Don
Pedro)

EscenaVII

DON PEDRO: (Entra a escena mostrando la botella de


la purga. ) No pude encontrar purga pa’mulas, pero
encontré una pa’caballos... ¡Es más rápida!... ¿Vino
alguien a preguntar por mí?
JUANA: Sí, patrón. Vinieron a preguntar por la mula de
usté. Pero le dije que volviera más tarde.
DON PEDRO: ¡Que bueno! Esperaré pa’ver si logro
vender por fin esa mula...

(Tocan a la puerta)

JUANA: Pos no tiene que esperar mucho patrón,


porque de seguro el que toca es el que viene por ella.
¡Voy!
DON PEDRO: No, deja. Yo abro... Tú ve a hacer las
cosas propias de tu sexo.
JUANA: ¡Hay! Patrón. Esas cosa no se hacen en la
cocina. (Sale de escena)

EscenaVIII

ANTONIO: ¡Buenas tardes!...


DON PEDRO: Adelante amigo, esta es su casa.
ANTONIO: Gracias... Gracias...
DON PEDRO: Pásele hombre, ¡Estamos en
confianza!
ANTONIO: Tal vez ya le informaron el motivo de mi
visita.
DON PEDRO: En efecto, así es. Hace un momento me
dijeron que usted vino temprano, cuando yo me
encontraba comprando unas medicinas para ella...
ANTONIO: ¿Cómo? ¿Acaso se encuentra enferma?
DON PEDRO: No se alarme, amigo. Está un poco
delicada, pero no es nada grave... Estos días así se
pone, algo peligrosa.
ANTONIO: ¿Peligrosa?... ¡No entiendo!
DON PEDRO: Si, hombre. Que desconoce a uno y le
da por tirar pataditas.
ANTONIO: ¿Patadas?... ¡Ha dicho usted, ¿Patadas?!
DON PEDRO: Es muy natural en ella. Además, es
bueno que usted lo sepa. Puesto que se va a quedar
con ella... ¿No es así?
ANTINIO: Este... ¡Sí, claro... Sí!
DON PEDRO: Pues bien... Tiene que llevarla a pasear
al campo, darle de comer alfalfa fresca y avena.
ANTONIO: ¿Alfalfa?... ¿Avena?... ¿Pero está usted
loco?
DON PEDRO: ¿Por qué voy a estarlo? Es lo que
siempre ha comido. Y si quiere conservarla en buenas
condiciones, tendrá que seguir mis instrucciones.
ANTONIO: ¿Pero, eso no es posible? ¿Cómo puede
ella comer eso que usted dice?
DON PEDRO: Pues sí, mi amigo... Además, le
recomiendo que por lo pronto no la cargue mucho,
está un poco débil; me la pidió prestada el sargento del
cuartel y se puso a prestársela a todo el regimiento, y
me la trajo cansadísima, y con fiebre... ¡Imagínese,
usted! Además, le salió un grano en la cola y el
sargento no se lo pudo curar, por eso se le llenó de
pus.
ANTONIO: (Iracundo) ¡Esto es el colmo! Ya no
aguanto más.! Yo no quiero nada con ella! Doy por
terminado el compromiso. ¡Adios!... (Sale de escena)

EscenaIX

DON PEDRO: ¡Bah!... No sé que le pasó a este tipo...


¡En fin, ya caerá otro!
LUZ MARÍA: (Entrando a escena) Papá, me pareció
que hablabas con alguien.
DON PEDRO: Si, mija, era uno que quería comprar la
mula, de repente se puso medio raro y se fue.
LUZ MARÍA: ¡Lo siento mucho!... Oye, papá, te voy a
decir una cosa.
DON PEDRO: Soy todo oídos, mija.
LUZ MARÍA: Desde hace tiempo tengo relaciones
amorosas con un muchacho, pero por carta.
DON PEDRO: ¡Ah, pillina! ¿Con que ya tienes novio?
Y por qué no me lo avías dicho antes.
LUZ MARÍA: Es que no tenía trabajo y me daba
vergüenza confesártelo, pero ya su situación se
compuso un poco; ya tiene trabajo de planta y ha
venido a verme.
DON PEDRO: Me alegro, eso quiere decir que es un
muchacho que sabe abrirse paso en la vida... ¡Igualito
que yo!
LUZ MARÍA: Sabes papá, mi novio ya quiere que nos
casemos y va a venir para hablar contigo, y pedirte mi
mano.
DON PEDRO: Bien, si tú ya estás decidida, que le
vamos a hacer. ¿Lo quieres mucho?
LUZ MARÍA: (Suspirando) ¡Sí!... No tiene mucho
dinero, pero es un hombre honrado y me quiere
bastante, y yo estoy dispuesta a seguirlo hasta donde
él quiera.
DON PEDRO: Muy bien pensado, mija. Es el deber de
toda buena esposa.
LUZ MARÍA: Bueno, papá, me voy. Así cuando él
llegue, tú estarás solo y podrán hablar a gusto. (Sale
de escena)
DON PEDRO: (Suspirando) ¡Mi única hija se me
casa!... (Agarra la botella y lee la etiqueta)... Ultra
rápida... Mmmm... ¡Qué amolada le voy a poner a esa
mula!... (Llaman a la puerta, deja la botella en la mesa.
Va a abrir)

EscenaX
PÁNFILO: (Entrando a escena) Buenas tardes...
DON PEDRO: Adelante... ¿Tú eres el que vienes por
ella?
PÁNFILO: Si señor, y espero llegarle al precio.
DON PEDRO. (aparte) Mija me había dicho que era
pobre... Pero este está rete jodido... ¡En fin, allá ella!...
Y dime, ¿Qué planes tienes pal futuro?
PÁNFILO: Pus verá usté; pienso hacer muchas cosas
con ella. Me la voy a llevar pal’ rancho, trabajarla duro,
pa’que saque dinero y pague su comida.
DON PEDRO: (Extrañado) ¿De modo que quiere usted
que ella trabaje para que saque lo de su comida?
PÁNFILO: ¡Ah y también la mía! Y si no quiere
trabajar, le daré de cuartazos hasta hacerla que entre
a vara.
DON PERDO: ¿Así las tratas a todas?
PÁNFILO: ¡Pior.... Algunas veces las dejo sin comer
varios días, pa’que aprendan!
DON PERDO: Pues con ella no se va a poder.
PÁNFILO: ¿Por qué?
DON PEDRO: Porque ella está acostumbra a
levantarse a las nueve de la mañana y que le lleven el
desayuno a la cama.
PÁNFILO: ¿A la cama?... No me diga que también
toma chocolate.
DON PEDRO: ¡Claro! Chocolate y pan fino.
PÁNFILO: Hum... No lo tomo ni yo. Pos conmigo, ella
comerá rastrojo, dormirá en el corral y tendrá que
levantarse a las cinco de la mañana.
DON PEDRO: (aparte) Pobre de mija, cuanto va a
sufrir.
PÁNFILO: Pos por eso quiero cerrar el trato;
pa’llevarmela y empezar a domarla.
DON PEDRO: ¿La llevará alguna vez al cine?
PÁNFILO: ¿A poco le gusta el cine?
DON PEDRO: Si Señor, y también le gusta tocar el
piano.
PÁNFILO: ¡Voy!... Ya me la imagino tocando.... (Entra
a escena Antonio enojado, y lo detiene Don Pedro)

EscenaXI

DON PEDRO: ¡Un momento!... Con qué derecho entra


a mi casa.
ANTONIO: Con el derecho de un hombre ofendido.
DON PERDO: ¿Ofendido?... Si usted fue el que no
quiso llevársela.
ANTONIO: ¿Insinúa usted que me la llevara después
de lo que me dijo?
DON PEDRO: ¿Y por qué no? , todo tiene su arreglo y
debemos aceptarlo... Este hombre si se la piensa
llevar...
ANTONIO. ¿Qué... Qué?... ¿Qué usted se la piensa
llevar? (Conato de pelea)
PÁNFILO: Este... No le haga caso... Está rete loco...
Figúrese usté, dice que ella toca el piano...
ANTONIO: ¡Claro que lo toca y también baila!
PÁNFILO: ¿Ay mamacita!
DON PEDRO: Mija sabe hacer muchas cosas.
PÁNFILO: ¿A poco es hija suya?
DON PEDRO: ¡Sí, señor!
PÁNFILO: ¡¡¡Voy!
EscenaXII

LUZ MARÍA: (Entrando a escena) ¿Qué sucede,


papá?
DON PEDRO: Nada hija, es que...
LUZ MARÍA: ¡Antonio!... ¿Por qué estás enojado?
ANTONIO: Tienes aún el descaro de preguntármelo.
Dime, ¿Quién es éste mequetrefe?
PASCUAL: ¿Yo? Yo nos ningún mequetrefe. Yo soy
Pánfilo Pascual.
LUZ MARÍA: No sé... ¡Nunca lo he visto en mi vida!
ANTONIO: ¿Y el sargento?
LUZ MARÍA: ¿Cuál sargento?
DON PEDRO: (Comprendiendo la confusión) Mmmm...
(a Pánfilo) ¿Usted por quién vino?
PÁNFILO: Por la mula.
DON PEDRO: ¡Ay! Mija, ya se lo que pasó... Hubo una
pequeña confusión. (a pánfilo) Yo creí que éste era tu
novio mija... (a Antonio) y que éste venía por la mula.
PÁNFILO: ¡Ya! No tuviera tanta suerte.
LUZ MARÍA: (Suspirando) ¡Antonio!...
ANTONIO: Luz María!...
(Se abrazan)

EscenaXIII

JUANA: (Entra a escena sigilosamente y


coqueteándole a Pánfilo)
PÁNFILO: (a don Pedro) Aquí entre nos... ¿Puedo
venir a visitar a la mucama?
DON PEDRO: ¿A quién?
PÁNFILO: ¡A la criada!
DON PEDRO: ¡Ah! Condenada... Si sólo tienes la cara
de mustia eh... Y es mas, pa’que veas la nobleza de mi
estirpe... ¡Hasta te regalo la mula!
PÁNFILO: ¡Gracias señor!
DON PEDRO: Que bueno que todo se arregló... Mija,
sirvan las copas pa’ brindar por la felicidad de los
niños... ¿Porque se casarán pronto, verdad?
ANTONIO: Es lo que más anhelo, señor (Luz María
confunde las botellas y sirve las copas que estuvieron
en la mesita. La criada bebe de la botella de tequila)
DON PEDRO: No me digas señor... ¡Dime, papá!
PÁNFILO: Si, Antonio... Si va a ser tu apá, dile apá.
ANTONIO: Está bien, apá (le besa la mano)
LUZ MARÍA. Aquí están las copas... (reparte las
copas)
ANTONIO: Gracias mi amor.
PÁNFILO: Gracias niña.
DON PEDRO. Yo no mija... Ya sabes que a mí me
salen almo sapos en donde te platiqué... Bueno digan
salud.
TODOS: ¡Salud!
ANTONIO: Me quedó un sabor raro en la boca.
PÁNFILO: A mí... Me pareció bueno... Sobre todo
porque es de gorra.
LUZ MARÍA: Ay. Ay, ay...!
DON PEDRO: ¿Qué pasa?
LUZ MARÍA. ¡Ay! Papá. Creo que voy a poner un
telegrama... ¡Ay! (Sale corriendo de escena)
DON PEDRO: ¡Ay! Es que se acordó de sus amistades
mijo... Pero de que se casa, se casa.
ANTONIO: ¡Ay, ay...! Ahorita vengo.
DON PEDRO: ¿A dónde vas?
ANTONIO: Voy a poner otro telegrama... (sale
corriendo de escena)
DON PEDRO: Otro que se acordó de sus amistades...
PÁNFILO: ¡Ay, ay, ay...! (Hace una ligera flexión)
DON PEDRO: ¿No me digas que tú también vas a
poner otro telegrama?...
PÁNFILO: ¡No!... ¡Yo ya lo puse... (salen de escena)
Igualdad de Derechos obra de Adelina
Corea
Obras de Teatro 7 comentarios

Esta es la primer obra de 2 personajes en esta ocasión que nos envia Adelina Corea,
esperamos sus comentarios al respecto de esta férrea discusión en "Igualdad de Derechos".

Personajes:

Esposo

Esposa

Lugar:

La sala de la casa

La esposa se da cuenta que el esposo la engañó con otra mujer. El hombre pide perdón, al
verla decidida a separarse de él, pero reaccionando de una forma machista.
Comienza la escena

(La esposa está por abrir la puerta con la maleta hecha y el esposo se para enfrente
de ella y le pide que lo escuche)

Esposo: ¡Escúchame! No te vayas, perdóname.

Esposa: ¡Cómo!

Destruiste la pasión

al pisarme el corazón

con esa horrible traición…

¡Y ahora pides perdón!

Esposo: (Agitando los brazos en alto)

Por favor entra en razón.

Sólo fue un resbalón…

Sabes que mi corazón

y mi alma tuyos son.


Esposa: (Mirándolo de frente)

No, no puedo perdonarte…

Imagínate que yo,

para el rato así pasar

¡me atreviera a traicionarte!

Y luego que ya pasó…

¿Lo podrías tú olvidar?

Esposo: (La agarra de los hombros desesperado)

Estás equivocada… Entiéndeme, es diferente.

Esposa: (La esposa se suelta e impaciente le contesta)

No digas que es diferente.

Y que equivocada estoy.

¡Porqué una mujer yo soy

crees que mi ser no siente?


Esposo: (El hombre sacando a luz su machismo contesta)

Tienes que estar consciente que soy hombre…

Esposa: (Con la mirada fija en él le contesta)

¡No seas inconsecuente!

Todo por amor lo doy…

¡Pero humana también soy

y mi ser el dolor siente!

Ten esto siempre en tu mente

que, si fidelidad pides

leal también has de ser…

Tienes que estar, tú, consciente,

que lo mismo que tú exiges

¡Lo demanda tu mujer!

(El hombre se queda silencio)


(La mujer agarra su maleta abre la puerta y se va sin decir más)

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