Está en la página 1de 4

Teorías sobre los trastornos de ansiedad

Hasta épocas recientes, los actualmente denominados trastornos de ansiedad se han venido
incluyendo en un conjunto de alteraciones psicopatológicas etiquetadas bajo el término de
neurosis.
La teoría freudiana sobre la naturaleza y etiología de la ansiedad se basaba en un modelo
estructural constituido por las tres instancias psíquicas denominadas ≪ello≫, ≪yo≫ y
≪superyo≫. La ansiedad era considerada como una reacción del yo a las fuerzas instintivas
procedentes del ello que no podían ser controladas. La ansiedad fue entendida por Freud
como una ≪señal de peligro≫, esto es, un peligro procedente de los impulsos reprimidos
del individuo.
Aparecen nuevas teorías sobre la adquisición y mantenimiento de la ansiedad basadas en el
condicionamiento clásico y/o operante y en la asunción de que la ansiedad es una respuesta
aprendida de naturaleza anticipatoria.

A. CONDICIONAMIENTO CLÁSICO: MODELO DE WATSON Y RAYNER


Estos autores formularon una teoría experimental de las fobias sobre la base del
condicionamiento clásico, sugiriendo que cualquier situación o estimulo (≪principio de
equipotencialidad≫), inicialmente neutro, puede adquirir la propiedad de elicitar respuestas
de miedo por su asociación con estímulos nocivos traumáticos (elicitadores naturales de
miedo o dolor; estímulos incondicionados, EI). Un estímulo neutro puede convertirse en un
estímulo condicionado (EC) de miedo, por lo que su presencia evocara en el individuo
respuestas condicionadas (RC) de temor. Por esto, la ansiedad es entendida como una
respuesta emocional condicionada.
Sin embargo, las respuestas fóbicas no solo no se extinguen cuando no son reforzadas, sino
que a veces pueden incluso incrementarse.

B. CONDICIONAMIENTO CLÁSICO Y OPERANTE: MODELO


BIFACTORIAL MEDIACIONAL
Si bien en principio parecía aceptable el modelo de condicionamiento clásico para explicar
el origen y mantenimiento de las fobias, algunos de sus principios no resultaban
satisfactorios para dar cuenta del desarrollo etiológico real de estos trastornos. Esta nueva
aproximación teórica estuvo representada por el modelo bifactorial mediacional de Mowrer
(1939, 1960), el cual ha sido considerado como el segundo gran modelo de
condicionamiento de la ansiedad (el primero es el de Watson y Rayner). El modelo de
Mowrer se apoya básicamente en el paradigma de evitación activa (el sujeto aprende a
escapar del estímulo elicitador de miedo y a evitar el estímulo incondicionado).
Específicamente hablando, el modelo se desarrolla en dos fases básicas. En una fase inicial,
mediante un proceso de condicionamiento pavloviano, se establece una respuesta
condicionada de miedo. Esta respuesta, una vez constituida como tal, adquiere propiedades
de impulso (drive) secundario con capacidad para mediar y motivar el inicio de una
conducta instrumental de escape/evitación. En la segunda fase, que implica un proceso de
evitación activa, el sujeto no aprende a evitar un castigo (EI), sino más bien a escapar de la
exposición al estímulo (EC) que le avisa de la proximidad de un evento aversivo. A la
respuesta de evitación ejecutada exitosamente le sigue la reducción del miedo, por lo que la
conducta de evitación queda reforzada negativamente.
Es decir, el miedo motiva las respuestas de evitación, y la reducción del miedo (por
escape/evitación) refuerza y mantiene la conducta de evitación (carácter mediacional del
miedo). Esta teoría aporto importantes innovaciones a la psicopatología de la ansiedad. Tal
vez la más relevante consistió en establecer que la ansiedad posee propiedades de drive y,
por tanto, propiedades motivacionales (el miedo es la causa de la conducta de evitación o
escape).

Criticas:
Es decir, no solo puede darse la evitación sin miedo (crítica 1), sino también al revés, es
decir, el miedo sin evitación.
Por consiguiente, aunque el miedo pueda ser una causa necesaria para la adquisición de la
conducta de evitación, existen fundamentos para concluir que dicho miedo no es necesario
para el mantenimiento de la evitación (Rachman, 1976).

ALTERNATIVAS TEÓRICAS AL MODELO BIFACTORIAL


Alternativas operantes no mediacionales
Teoría de señal de seguridad, Esta teoría postula que la conducta de evitación se produce
bajo condiciones de reforzamiento positivo, más que de reforzamiento negativo (reducción
de la ansiedad), como señalaba Mowrer.
El sujeto se aproxima a los estímulos que señalan seguridad o no-shock; la evitación
actuaría como reforzador positivo. Por lo tanto, la conducta de evitación no solo es
motivada por un escape del miedo, sino también por una aproximación a la situación que
aporta seguridad.
La teoría del estímulo discriminativo
Aquí el aspecto esencial consiste en que el EC, en lugar de señalar peligro (aparición
inminente del EI), únicamente se trata de un estímulo discriminativo. El sujeto aprende a
discriminar estímulos más que a evitar los EC aversivos. Es decir, los EC señalan la
ocasión para que se ejecute la respuesta de evitación. La teoría explica el mantenimiento de
la conducta de evitación a través del refuerzo producido por la reducción o supresión del EI
(por ejemplo, una descarga eléctrica), pero no por la reducción o supresión del EC (o por la
reducción del miedo).

Alternativas operantes mediacionales


Solomon y Wynne (1954), para solucionar algunos de los problemas referidos a Mowrer,
han ofrecido una nueva versión del modelo bifactorial mediacional basándose en los dos
principios siguientes:
a) Principio de conservación de la ansiedad. Indica que las latencias cortas de las
respuestas de evitación previenen que se produzcan reacciones autónomas de ansiedad al
EC, con lo cual se conservan estas reacciones y no se extinguen.
b) Principio de irreversibilidad parcial. Se basa en el hecho de que, en los casos de
reacciones muy intensas de miedo, las respuestas condicionadas clásicamente son difíciles
de extinguir completamente.
La falta de total satisfacción con los retoques efectuados a la teoría bifactorial por Solomon
y Wynne llevo a Rescorla y Solomon (1967) a considerar el miedo como un estado central
del organismo. Parten estos autores de que las respuestas condicionadas periféricas
(autónomas) no median necesariamente las respuestas de evitación.

III. TEORÍA DE LA PREPARACIÓN


Marks (1969) sugirió el concepto de prepotencia para explicar el limitado rango de fobias
comunes. Los estímulos ≪prepotentes≫, dice este autor, podrían explicar la elevada
frecuencia de ciertas fobias, ya que la prepotencia conduce selectivamente las asociaciones
a través de ciertas vías nerviosas (como si el cerebro humano estuviese programado para
establecer preferentemente ciertas asociaciones con determinados estímulos).

CONCEPTO DE PREPARACIÓN
El concepto de preparación, en contra de la idea del aprendizaje tradicional, parte de que el
organismo está preparado filogenéticamente, a través del proceso evolutivo de la especie,
para asociar ciertos estímulos con relativa facilidad y otros con relativa dificultad.
La teoría de preparación surgió como reacción a la premisa de equipotencialidad vigente en
la psicología del aprendizaje. Según este supuesto, los estímulos son arbitrarios, ya que
cualquier estimulo condicionado o incondicionado puede asociarse de forma semejante.
Los experimentos del grupo de García sugieren que las ratas están ≪preparadas≫, sobre la
base de su historia evolutiva, para asociar el sabor con la enfermedad (o con nauseas
condicionadas), y ≪contrapreparadas≫ para asociar sabores con descargas eléctricas.
El significado que posee la preparación es, pues, de tipo biológico-evolutivo. Los animales
están ≪preparados≫, por su historia evolutiva (filogenética), para asociar ciertos estímulos

Dependiendo de las características específicas de los eventos asociativos (estímulos y


respuestas), el organismo puede estar preparado, no preparado o contrapreparado para
aprender según un continuo hipotético.

PREPARACIÓN Y FOBIAS
Esta teoría no asume que las fobias sean innatas, sino que el individuo posee una capacidad
innata para aprender reacciones fóbicas (es decir, para adquirir fobias mediante
condicionamiento).
Así, basándose en dicha teoría, este autor establece que las fobias poseen las cuatro
propiedades siguientes:
1. Selectividad. Las fobias no son arbitrarias, sino que están limitadas a un
determinado rango de estímulos. Es decir, existen ciertos tipos de situaciones que
producen miedos o fobias mucho más fácilmente que otras.
2. Fácil adquisición; las fobias pueden adquirirse con un solo ensayo y sin necesidad
de estímulos traumáticos; igualmente, el condicionamiento clásico preparado ocurre
(por definición) tras uno o pocos ensayos, no necesariamente traumáticos.
3. Resistencia a la extinción: La resistencia a la extinción es una de las propiedades
del aprendizaje preparado. Es, asimismo, uno de los aspectos más característicos de
las fobias y de otros trastornos de ansiedad. Las fobias no suelen extinguirse, aun
cuando el sujeto se encuentre ante una situación teórica de extinción de
condicionamiento pavloviano.
4. Irracionalidad. Desproporción entre el peligro real del estímulo y sus respuestas
de ansiedad. Los argumentos lógicos aplicados a los individuos fóbicos son
ineficaces para reducir la ansiedad, aunque estos reconozcan la ausencia objetiva de
peligrosidad del estímulo temido.

Seligman concluye que las fobias son instancias de aprendizaje preparado y que, por tanto,
poseen un significado biológico-evolutivo. Las fobias, al ser instancias de aprendizaje
preparado, se constituyen predominantemente por asociaciones primitivas y no cognitivas
y, al contrario que en el aprendizaje no preparado, no son fácilmente modificables por
argumentos lógicos (carácter irracional).
Las fobias a los animales tienen una edad de comienzo temprana (en torno a los 7 años).
Las fobias sociales poseen una edad de comienzo media más tardía que las fobias hacia
animales, siendo frecuente su inicio durante la adolescencia, es decir, cuando los individuos
deben asegurar su posición en la sociedad. Estas fobias habitualmente se refieren a miedos
ante situaciones en que el individuo es juzgado o evaluado por los demás (por ejemplo,
hablar en público, tratar con personas del sexo opuesto, etcétera).
La agorafobia se asocia a situaciones diversas como espacios cerrados y abiertos.
El miedo de los agorafobicos surge por el hecho de estar solo en situaciones de difícil
escape, o difícil ayuda, ante un posible ataque de pánico o síntomas semejantes.

En contraste con las fobias a los animales y sociales, la edad de comienzo de la agorafobia
se produce frecuentemente durante etapas adultas (por encima de los 20 años). Algunos
autores han sugerido que la agorafobia podría representar una forma madura de la ansiedad
de separación (por ejemplo, si el niño es separado de la madre).

INCUBACIÓN DE LA ANSIEDAD

Por esto, además de la teoría de la preparación se precisan teorías que especifiquen los
mecanismos implicados. La teoría de la incubación pretende mejorar los mecanismos
explicativos sobre el condicionamiento de la ansiedad, centrándose fundamentalmente en el
concepto de la ≪ley de incubación≫ como complemento a la ley de extinción.

CONCEPTOS BÁSICOS DEL MODELO


Eysenck (1979, 1985) aporto una versión más moderna sobre el condicionamiento de la
ansiedad, mediante lo que se ha denominado ≪tercer gran modelo de condicionamiento≫ o
modelo de incubación de la ansiedad.
La teoría de la incubación postula que la ansiedad se adquiere y se mantiene de acuerdo con
los principios del condicionamiento pavloviano tipo B. La ansiedad se genera, mantiene e
incrementa merced a dichas propiedades del condicionamiento pavloviano tipo B. En
cambio, en el condicionamiento tipo B la motivación es generada por el propio paradigma
de condicionamiento y posee menor dependencia del estado motivacional del organismo
(por ejemplo, condicionamiento aversivo) La mera presentación del EC puede producir
incremento de la RC en lugar de extinción.

También podría gustarte