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Maribel Verdú, Gael García Bernal y Diego Luna protagonizaron en 2001 la que fue

calificada por la revista británica Empire como una de las escenas más sensuales que se
han visto en la gran pantalla. En este corte de Y tu mamá también, película dirigida por
Alfonso Cuarón, los tres actores -en la piel de Luisa, Julio y Tenoch, respectivamente- se
dejan llevar por el alcohol, el baile y la pasión y acaban haciendo un trío que ya es
historia del cine. Todo parece ir rodado en este ménage à trois dirigido por Luisa, la más
experta de los tres, sin embargo, a la mañana siguiente mirarse a los ojos se antoja más
complicado. Y es que en la teoría las cosas suelen mucho más sencillas que en la
práctica: hacer croquetas, dibujar un círculo a mano alzada, patinar... o hacer
realidad una fantasía sexual.
Pero no todo es como el cine, sobre todo el porno, nos ha contado. “La pornografía ha
condicionado tanto que las expectativas casi nunca se corresponden con la realidad y
esto puede tener consecuencias tan drásticas como la ausencia de erección en el
hombre”, explica a Icon la sexóloga Ruth Ousset, que incide en que el sexo es un juego y
como tal debe ser tomado. “Hay que practicarlo sin expectativas, teniendo claro que no es
como en el cine porque si no el deseo se bloquea y surgen las inseguridades", apunta.
Según la investigación sociológica que Control lleva a cabo todos los años para conocer
el comportamiento sexual de los jóvenes españoles, si eres hombre y tienes entre 18 y 35
años es muy probable que tu mayor fantasía sexual consista en hacer un trío, pero solo
el 10,50% de aquellos que fantasean con ello lo han llevado a la práctica. En la otra cara
se encuentra el sexo anal, que dentro de las fantasías sexuales masculinas es la más
practicada (lo lleva a cabo el 45,20%, seguida del sexo virtual (35,30%) y de atar o ser
atado (30,90%). “La fantasía del trío”, recuerda Ousset, “es básicamente masculina”. Esta
especialista en sexualidad confiesa que en consulta solo encuentra hombres que
fantasean con ello aunque admite que la mayoría no terminan llevándolo a cabo.

La sexóloga y terapeuta de pareja Eva Moreno coincide en que en una pareja


heterosexual los más interesados en incorporar a una tercera persona en las relaciones
sexuales suelen ser ellos y no ellas. “Además suelen querer hacerlo con otra mujer. El
porcentaje de tríos con dos hombres es mucho menor”, señala Moreno. Esto tendría su
explicación en un estudio sobre fantasías sexuales de la Universidad de Montreal en el
que los resultados tras contar con una muestra de 1.500 adultos (mitad mujeres y mitad
hombres) mostraron que la mayoría de los hombres sueñan con que sus fantasías se
hagan realidad, mientras que las mujeres se conforman con que esas escenas no salgan
de su mente.

Tanto Ousset como Moreno vuelven a apuntar que la idealización del porno es muy
peligrosa a la hora de hacer un trío y recuerdan que el sexo -ya sea entre dos, tres o más
personas- siempre tiene que ser un juego divertido. Y esto no se puede perder de
perspectiva. Partiendo de estas premisas, las especialistas dan las claves para que hacer
realidad la que es la fantasía sexual más recurrente en los hombres no dinamite una
relación de pareja estable, compromiso que nos hace más vulnerables ante una práctica
como esta. “Hay que hablarlo mucho antes de hacerlo y ponerse en situación. Ir a clubs
de intercambio, aunque no se llegue a hacer nada más que interactuar, ayuda mucho a
prepararse porque ahí uno ve cómo se siente al observar a su pareja con otra persona.

Pero sobre todo hay que hacerlo cuando la relación está fuerte, no como último recurso
para salvarla, porque más que nunca la pareja debe comportarse como un equipo. Y
ambas partes han de estar muy seguras de que quieren hacerlo, de lo contrario acabará
siendo tóxico para la relación y solo conllevará reporches", afirma Eva Moreno.
Estas son las reglas de oro para hacer un trío bien sin destruir tu pareja en
el intento

1. Si es una pareja la que quiere hacer el trío debe pensar si prefiere que la tercera
persona sea un desconocido que les guste a los dos. Las especialistas recomiendan que
sea así porque es más fácil desvincularse emocionalmente de alguien que al que no se
conocía previamente.
2. Hablar antes del tipo de protección que se va a usar para evitar enfermedades de
transmisión sexual. “Parece una obviedad, pero se dan muchos casos en los que no
toman ninguna medida para prevenir ETS. Suele ocurrir cuando dos de los miembros son
una pareja heterosexual que ya se protege con la píldora o el anillo y no cae en la cuenta
de que eso no es suficiente para proteger y protegerse de la tercera persona. Lo más
recomendable en un trío formado por dos mujeres y un hombre sería usar el
preservativo femenino, el problema es que no siempre es fácil encontrar dónde
comprarlo”, comenta Ousset.
3. Decidir si las tres personas van a interactuar entre ellas. Ruth Ousset lo explica:
“Cuando el trío es entre dos hombres y una mujer encuentro en muchas ocasiones que
no quieren tener contacto entre ellos y esto es mejor comentarlo antes de empezar para
no fastidiar el ambiente estando en faena. Otra cosa que se da mucho es que uno de los
tres solo quiera mirar a los otros dos mientras tienen relaciones sexuales sin participar
de ellas”.
4. Establecer una serie de normas con las que las tres partes estén conformes. Las
especialistas explican a Icon que si dos de los implicados son pareja el amor romántico
suele hacer acto de aparición poniendo reglas como que la tercera persona no se quede
a dormir con ellos o que no esté permitido volver a hacer un trío con la misma tercera
persona. También es aconsejable que la pareja tenga una palabra de seguridad que
puedan emplear cuando no estén a gusto.
5. Es importantísimo saber comunicar cómo te estás sintiendo al hacerlo. “Mucha gente
se siente desplazada durante el trío y lo que hay que hacer en esos casos es explicar lo
que nos está pasando para tratar de reconducir la situación y solucionarlo”, afirma
Ousset. “Lo importante es no callarse y si algo no está gustando decirlo”, añade Moreno.
6. No hay que compararse. “Esto es algo que les ocurre sobre todo a los hombres cuando
hacen un trío donde otro de los integrantes también es hombre. Vivimos en una sociedad
falocentrista y el tamaño del pene es algo que les preocupa mucho a los hombres, es un
tema cultural que también se ve en los vestuarios masculinos de los gimnasios”,
argumenta Ousset. Por otro lado, “ver a tu pareja disfrutar con otra persona es muy
complicado y es algo para lo que hay que estar preparado porque si no pueden surgir
muchas inseguridades”, anota Moreno.
7. Es recomendable que los tres implicados queden previamente en un lugar neutral para
conocerse y pautar las normas. En este encuentro, además, conviene hablar de las
prácticas sexuales que se quieren llevar a cabo y de la juguetería sexual que se va a
usar.
8. Consensuar con la pareja y con la tercera persona los límites que no se quieren pasar
y las cosas que nunca se han probado pero que no importaría llevar a cabo por primera
vez durante el trío. “Poner límites es necesario para no arrepentirse después de haberlo
hecho y que no surjan posibles reproches”, señala Moreno.
9. Por último, y no menos importante: hay que saber reírse de uno mismo. “Esto ayuda a
normalizar la situación y a aliviar tensiones. Además, si no hay humor en la cama falta
algo”, confirma Ruth Ousset.

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