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UNIVERSIDAD NORBERT WIENER

ESCUELA DE POSGRADO

PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN PERITAJES GRAFOTÉCNICOS

LEGISLACION PERICIAL

Docente:

Dr. ALBERT NESTOR ALVAREZ QUISPE

Responsabilidad penal del perito

Presentado por

PEDRO JOSE INFANTE ZAPATA

________________________________________

Lima 06 de noviembre del 2020


RESPONSABILIDAD PENAL DEL PERITO

El incumplimiento de los deberes inherentes a su cargo puede


generar responsabilidad penal, civil y disciplinaria del perito. La exigencia
de cada una de estas responsabilidades se tramita por un procedimiento
diferente y puede dar lugar a la adopción de diferentes tipos de medidas, como
la inhabilitación para el ejercicio de una determinada profesión o la condena al
pago de una indemnización.

El Código Penal regula varios supuestos de responsabilidad penal del perito.


El primero de ellos en el artículo 420 “La autoridad o funcionario público
que, en provecho propio o de un tercero, recibiere o solicitare, por sí o
por persona interpuesta, dádiva, favor o retribución de cualquier clase o
aceptare ofrecimiento o promesa para realizar un acto propio de su cargo,
incurrirá en la pena de prisión de dos a cuatro años, multa de doce a
veinticuatro meses e inhabilitación especial para empleo o cargo público
y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por tiempo de cinco a
nueve años”, aunque este precepto hace referencia a autoridades y
funcionarios públicos, también resulta de aplicación a los peritos en la medida
en que están ejerciendo una función pública al intervenir en un proceso judicial.

En los artículos 459 y 460 el Código Penal, al tratar del falso testimonio,
también se hace referencia a los peritos. “Las penas de los artículos
precedentes se impondrán en su mitad superior a los peritos o
intérpretes que faltaren a la verdad maliciosamente en su dictamen o
traducción, los cuales serán, además, castigados con la pena de
inhabilitación especial para profesión u oficio, empleo o cargo público,
por tiempo de seis a doce años”. “Cuando el testigo, perito o intérprete,
sin faltar sustancialmente a la verdad, la alterare con reticencias,
inexactitudes o silenciando hechos o datos relevantes que le fueran
conocidos, será castigado con la pena de multa de seis a doce meses y,
en su caso, de suspensión de empleo o cargo público, profesión u oficio,
de seis meses a tres años”. Se distingue así entre falso testimonio propio e
impropio.
La mayor dificultad para determinar la responsabilidad penal de peritos es
comprobar la falsedad de la información que han proporcionado, para lo que
suele ser necesario recurrir a otro perito de la misma especialidad.

Además de los anteriores, hay otros casos que pueden dar lugar a
la responsabilidad penal del perito judicial o de parte, como el infringir la
obligación de emitir dictamen o de acudir a la vista. En este caso se discute si
se trata de un delito de desobediencia y denegación de auxilio de los previstos
en el artículo 412 del CP, de un delito de desobediencia a la autoridad judicial
(artículo 556 CP) o de una falta de desobediencia a la autoridad judicial
(artículo 634 CP). No habiendo acuerdo sobre la forma en que debe
considerarse esta actitud del perito.

Artículo 412 CP

1. El funcionario público que, requerido por autoridad competente, no prestare


el auxilio debido para la Administración de Justicia u otro servicio público,
incurrirá en las penas de multa de tres a doce meses, y suspensión de empleo
o cargo público por tiempo de seis meses a dos años.

2. Si el requerido fuera autoridad, jefe o responsable de una fuerza pública o un


agente de la autoridad, se impondrán las penas de multa de doce a dieciocho
meses y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de dos a tres años.

3. La autoridad o funcionario público que, requerido por un particular a prestar


algún auxilio a que venga obligado por razón de su cargo para evitar un delito
contra la vida de las personas, se abstuviera de prestarlo, será castigado con la
pena de multa de dieciocho a veinticuatro meses e inhabilitación especial para
empleo o cargo público por tiempo de tres a seis años.

El delito del art. 412.3 del CP se estructura en un delito básico y dos subtipos
atenuados.

Tipo básico
Consiste en la omisión del auxilio requerido por un particular para evitar la
comisión de un delito contra la vida, llevado a cabo por una autoridad o
funcionario público obligado a prestarlo por razón de su cargo (art. 412.3
CP párrafo 1)

Son elementos de este delito:

• Requerimiento efectuado por un particular a una autoridad o funcionario


público.

• El requerimiento tiene que consistir en solicitar auxilio para evitar un delito


contra la vida, es decir, se trata de los delitos tipificados en el título I del
libro II Del homicidio y sus formas.

• Obligación del funcionario público o autoridad de llevar a cabo el


auxilio por razón de su cargo.

• Omisión consciente del deber de hacerlo, sin causa que lo justifique. El


delito se consuma con la omisión del auxilio recabado por el particular, no
siendo necesario un resultado dañoso.

Subtipo atenuado

El artículo 412.3 CP párrafo segundo constituye un subtipo atenuado del delito


contemplado en el párrafo primero del mismo precepto penal, que se da
cuando el delito sobre el que el particular recaba el auxilio sea:

 Contra la integridad, delitos de lesiones recogidos en el título III del


Libro II del Código Penal.
 Contra la libertad sexual, delitos recogidos en el título VIII del Libro II
del Código Penal.
 Contra la salud, delitos tipificados en el capítulo III del título XVII, del
Libro II.
 Contra la libertad de las personas, detenciones ilegales, secuestros,
amenazas y coacciones del título VI del Libro II del Código Penal.
Subtipo atenuado

El artículo 412.3 CP párrafo tercero recoge el segundo supuesto de subtipo


atenuado para el caso de que el requerimiento efectuado por el particular lo
sea para evitar cualquier otro delito u otro mal, entendiéndose por éste
cualquier riesgo no tipificado en el Código Penal capaz de producir un perjuicio
para quien recaba el auxilio, para un tercero o para los intereses de la
comunidad.

Sujeto activo

El sujeto activo de los delitos contemplados en el art. 412.3 CP, párrafos uno,
dos y tres, sólo puede serlo la autoridad o un funcionario público.

Será sujeto activo el funcionario público encargado de la rama de actividad por


la que se requiere su intervención en el caso de que se trate: policías,
jueces…; es decir, no todo funcionario está obligado, en todo caso, penalmente
a prestar el servicio que se le requiera.

Sujeto Pasivo

En términos generales la administración pública.

En particular será sujeto pasivo la persona necesitada de auxilio, que puede


coincidir o no con quien recaba el auxilio.

Elemento Subjetivo

Es un delito doloso. Exige conciencia del deber de actuar y voluntad de no


hacerlo. No cabe el dolo eventual.

Penalidad

En este delito, de mayor desvalor que los previstos en los arts. 412.1 y 2 CP


las penas son más graves, y varían, así mismo en función del delito que se
trata de evitar, en atención al bien jurídico que protege cada uno de ellos, se
castiga con las penas conjuntas siguientes:
En el caso de que tal requerimiento lo fuera para evitar cualquier otro delito u
otro mal, se castigará con la pena de multa de tres a doce meses y suspensión
de empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años.

En los artículos 558 y 633 del CP se regulan conductas delictivas que también
pueden dar lugar a responsabilidad penal de los peritos. Aquí se contemplan
las conductas que supongan una alteración del orden público, causando
perturbaciones graves o leves al orden en la audiencia de un Tribunal o
Juzgado.

El perito sea de parte u oficial, puede incurrir en responsabilidad civil o penal,


al margen de la responsabilidad disciplinaria, que pudiera resultar exigible.

Responsabilidad civil
El perito será responsable de los daños que, por falta de la diligencia que le es
exigible en la realización de un peritaje, su actuación cause a las partes o a los
terceros. Se trata de los supuestos en que los perjuicios sean consecuencia de
la culpa, negligencia o ignorancia inexcusable en el reconocimiento o en el acto
de emisión del dictamen.

Ejemplos al respecto pueden ser la pérdida del objeto confiado para el examen
pericial – una rejilla que al ceder ha provocado la muerte de un trabajador- o el
deterioro del mismo, la realización del reconocimiento sin el debido cuidado o la
elaboración del dictamen incurriendo en error manifiesto o inexcusable.
También se incluiría aquí, consiguientemente, el desconocimiento de la materia
en la que supuestamente es perito, cuando dicho desconocimiento es desde
todo punto de vista inexcusable.

Sin embargo, es preciso reconocer que existe una enorme dificultad a la hora
de determinar en la prueba el ilícito cometido y en la causa de ese ilícito, a la
hora de exigir la correspondiente responsabilidad al perito. En el caso concreto
que estamos examinando es necesario, además, que ese dictamen emitido por
el perito judicial haya sido asumido por el juez para resolver un punto litigioso,
entonces, sólo cuando se pueda demostrar que ese ilícito ha influido en la
convicción judicial, se puede derivar responsabilidad para el perito judicial
La parte perjudicada por esa decisión judicial será la efectivamente dañada por
el dictamen pericial y deberá demostrar, primero, la influencia que ha tenido
ese dictamen irregularmente ejecutado en la decisión judicial y, segundo, que
de esa convicción judicial se ha derivado el perjuicio para él, supuesto en el
que dispondrá de una acción de responsabilidad civil o de resarcimiento del
daño producido.

Una Sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, de la Sala Primera, de fecha


16-10- 1985, establece las siguientes conclusiones en la línea que hemos
referido: “1) Las facultades de libre apreciación judicial de la prueba pericial no
eximen de la responsabilidad del perito que emite el dictamen, que ha de
actuar de acuerdo con su leal saber y entender y con la diligencia de un buen
profesional del oficio de que se trate, sometido por ello a la lex artis, sin incurrir
en dolo o negligencia en la emisión del dictamen. 2) Que esa conducta puede
derivar en responsabilidad civil en el caso de que haya provocado un error
judicial causante del daño cuyo resarcimiento se reclama, sin que el criterio de
libre valoración judicial pueda convertirse en un medio eximente de
responsabilidad del perito judicial”.

Responsabilidad penal
Analicemos a continuación la responsabilidad de tipo penal. El perito en el
desempeño de su función puede incurrir en las siguientes conductas
constitutivas de infracción penal:

En primer término, es posible apreciar cohecho “en aquellos casos en que una
persona, en provecho propio o de tercero, solicita o recibe, por sí o por persona
interpuesta, dádiva o presente, o acepta ofrecimiento o promesa, por realizar
un acto injusto o una acción u omisión constitutiva de delito, o por abstenerse
de realizar un acto que debiera practicar, todo ello en el ejercicio de su cargo”

Esta conducta delictiva, prevista en los arts. 419 a 421 CP para autoridades y
funcionarios públicos, resulta plenamente aplicable a los peritos en la medida
que ejercen una función pública, tal y como prevé el art. 422 CP29.
Más dudoso parece exigir al perito responsabilidad penal por infringir los
deberes consustanciales a su cargo cuando, sin justa causa, se niega a acudir
ante el órgano jurisdiccional o cuando, posteriormente, se niega a la realización
del dictamen. A este respecto, Garciandía-González (1999) estima que la única
vía real para exigirle responsabilidad penal por estas conductas resulta de la
aplicación del art. 412.1 del Código Penal –CP-, considerando que en tales
casos el perito ha incurrido en el delito de denegación de auxilio por funcionario
público.

Lo que no suscita ninguna duda es la posibilidad de exigirle responsabilidad


penal al perito que incurra en alguna de las conductas tipificadas penalmente
como falso testimonio en el art. 459 CP en los siguientes términos: “Las penas
de los artículos precedentes se impondrán en su mitad superior a los peritos o
intérpretes que faltaren a la verdad maliciosamente en su dictamen o
traducción, los cuales serán, además, castigados con la pena de inhabilitación
especial para profesión u oficio, empleo o cargo público, por tiempo de seis a
doce años”.

De esta manera, el art. 459 CP extiende la intervención penal por falso


testimonio a la prueba pericial. El Código Penal castiga al perito que
conscientemente emita dictamen falso. Por otra parte, la ley no distingue a qué
clase de procesos debe extenderse esta responsabilidad, por lo que el delito se
establece para toda clase de causas. El Código Penal de 1973 se limitaba a
declarar tipo cualificado la declaración falsa del perito en juicio, pero el nuevo
Código Penal de 1995 incluye el concepto de dictamen que también
comprende al documento técnico que emite un experto en interés del proceso.

Lo que plantea mayores dificultades es la aplicación práctica de este precepto,


porque la detección de la falsedad resultará difícil en muchos casos, al requerir
a la vez conocimientos técnicos para poder apreciar esa falsedad, que
comenzará a partir de la línea que separa lo científica o pericialmente opinable
de lo que es insostenible bajo cualquier óptica. Es decir, esto nos llevaría al
tema de las metapericiales y los contrainformes, tema del que suelen huir tanto
los tribunales como los Colegios Profesionales.
Además, ese dictamen insostenible ha de ser maliciosamente dictado, lo que
obliga a considerar la posibilidad de que obedezca simplemente a negligencia,
poca capacidad o formación, poca pericia del dictaminador, lo cual, y sin
perjuicio de la responsabilidad que se pudiera demandar de la jurisdicción civil,
excluye la aplicación del Código Penal, restringido, como en el falso testimonio
común, a los dictámenes e interpretaciones conscientemente falsos.

El art. 460 CP recoge una segunda conducta delictiva, y castiga al perito que,
sin faltar sustancialmente a la verdad, la altera con reticencias, inexactitudes o
silenciando hechos o datos relevantes que fueran conocidos por él, con una
pena de multa de seis a doce meses y suspensión de empleo o cargo público,
profesión u oficio de seis meses a tres años. También en este supuesto es
preciso que el perito actúe maliciosamente.

Para finalizar con las conductas encuadrables dentro de la figura del falso
testimonio, simplemente hacer constar la posibilidad de que la responsabilidad
penal se le exija a la parte que presente a los peritos a sabiendas de que van a
prestar un dictamen falso, conducta tipificada penalmente en el art. 461 CP y
castigada con las mismas penas que para ellos, haciendo especial mención en
el párrafo tercero del abogado, procurador, graduado social o representante del
Ministerio Fiscal cuando fueren ellos los proponentes de esa prueba emitida
con falso testimonio.

Por último, los arts. 558 y 633 CP contemplan las conductas que supongan una
alteración del orden público, causando perturbaciones graves o leves al orden
en la audiencia de un Tribunal o Juzgado. El perito que lleve a cabo, de palabra
o de obra o por escrito, actos que atenten contra la consideración, respeto u
obediencia debidos a los Tribunales de Justicia, llegando a perturbar el orden
público, será detenido y puesto a disposición del juzgado que deba conocer de
la causa.

CONCLUSION:

La denegación de auxilio puede definirse como la negativa a prestar el auxilio


requerido y debido. El artículo 412 del CP sanciona la omisión del auxilio
debido a la administración pública o a un particular, llevada a cabo por un
funcionario público o autoridad, en cuanto que infringe el deber de coordinación
de los poderes públicos y afecta al correcto funcionamiento de la
administración pública.

El tipo penal del art. 412.1 y 2 CP se diferencia del delito


de desobediencia contemplado en los artículos 410 y 411 CP en que la
relación entre sujeto activo y sujeto pasivo no es de subordinación o jerarquía,
como en el caso de la desobediencia, sino de coordinación. El bien jurídico
protegido en el presente tipo penal es el deber de cooperación, no el principio
de jerarquía de la autoridad.

Se diferencia igualmente esta figura penal del delito de omisión del deber de
socorro del artículo 195 CP en que en éste el bien jurídico protegido es la
solidaridad humana y el sujeto activo no es especial, como en este caso.

BIBLIOGRAFIA:
 CODIGO PENAL
 Sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, de la Sala Primera, de
fecha 16-10- 1985.
 Garciandía-González (1999)
 Peña Cabrera Freyre, A. (2016). Derecho Penal. Parte especial 5. Lima:
Idemsa.
 Rojas Vargas, F. (2016). Manual operativo de los delitos contra la
Administración Pública cometidos por funcionarios públicos. Perú:
Nomos & Thesis.
 Rojas Vargas, F. (2016). Código Penal. Parte especial y leyes penales
especiales-Jurisprudencia. Perú: RZ editores. Salinas Siccha, E. (2016).
Delitos contra la Administración pública. Lima: Grijley

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