La proyección de películas, molesta por el centelleo de las imágenes, v a progresar notablemente a partir de 1908, gracias a la mejora introducida en las máquinas perforadoras de película. Al eliminarse las causas de fatiga en la proyección, se pueden abordar producciones de mayor longitud, naciendo la distinción entre largometraje y el cortometraje. Para algunas producciones como El hijo pródigo de Carré, de dos horas de duración, se hizo necesario la creación de salas y, sobre todo, butacas cómodas como en los primeros palace que construirían Pathé y Gaumont. El cine francés, que pronto languidecerá en la Primera Guerra Mundial, pero mientras tanto, con Pathé y Gaumont escribirá sus más brillantes páginas en temas tan variopintos como el film esthetique, temas bíblicos, mundanos dramas “realistas” y sociales. Legiones de empleados se encuentran en las diferentes secciones de los estudios, para seguir alimentando el negocio. Zecca capitanearía la Pathé, de la cual han partidos muchos artistas hacia la Gaumont, que por estas fechas la ha superado ampliamente, dirigida por Luis Feuillade. De formación periodística, sustituyo a Alice Guy al frente de la dirección relativa de la Gaumont. Hombre cultivado, no falto a su cita con el Film d´art, aunque su temperamento realista le llevó por otros caminos. En 1911 comienza su producción propiamente dicha, en contra de ese costoso y pomposo cine de cartón piedra, para rodar más acorde con “escenas del mundo real” de la Vitagraph americana y que se concreta con el estereotipo de “la vida tal y como es”. Feuillade, mas culto y sensible que Zecca, asumió de buen grado estas influencias americanas en su relato de lacras sociales, cuyos títulos son elocuentes, La tara, La media de lana, plenas de reminiscencias folletinescas, la seria La vida tal y como es avanzo a través de un temario social de una densidad inusitada. En el plano técnico el avance ha sido importante. Los decorados, que no son ya los palacios o templos de cartón del film d´art resultan realistas y convincentes. La luz artificial comienza a ser usada con valentía para crear efectos. El primer plano se usa de forma con bastante frecuencia con Gaumont. La serie la vida tal y como es no tuvo mucho éxito ni aceptación popular. Por eso, Gaumont decidió cambiar la orientación hacia el serial, siguiendo la estela de Homero o Sherezade. El propio Alejandro Dumas había mostrado la excelencia de este método, el cual dejaba en ascuas al lector al cortar en seco en el momento álgido de la trama. Esto supondría atraer al público al cine, creando así un habito. Victorin Jasset había creado el mismo año del nacimiento del cine de d’art, una serie de episodios sobre Nick Carter. Las andanzas de estor héroe resultaban familiares al público, ay que este estaba acostumbrado a las historietas. La Gaumont tomo la idea, orientado la producción hacia este nuevo sendero, a pesar de que en 1911 había asegurado alejarse de estos métodos y temáticas, tachadas de rocambolescas. Lo que sucedía es que esto era precisamente lo que vendía, creando en 1913 la serie Fantomas, protagonizada por Rene Navarre, al que siguió Judex o Zigomar. Estas extravagantes películas nacen como una nueva concepción del cine, lleno de peligros, persecuciones y explosiones, donde nace un nuevo culto al peligro. El Aquiles moderno no porta lanza, sino que con una pistola automática y una bella acompañante se enfrenta al mal. Sería en Estados Unidos donde este género prendería con inusitada fuerza. Sería un exempleado de la Pathé, Louis Gasnier quien produciría Las peripecias de Paulina y Los misterios de Nueva York en 1914. Series compuestas por emocionantísimos episodios llenos de riesgo, protagonizados por Pearl White, mezcla de trapecista y amazona, que se ha formado como acróbata de circo. Al final, estos seriales conseguirían su objetivo, encandilar y fidelizar cada semana con su opio óptico.