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8.

Pero también nace un arte


No hay duda de que el star system contribuyo a la consolidación del cine, pero en
cuanto al cine como arte, no hay duda de que Griffith fue el hombre que le dio el empujón
decisivo. Este no fue impermeable a la moda italiana de las mega producciones. Su última obra
producida para la Biograph, de cuatro rollos, fue la primera de tal
extensión en América, sería Judith de Betulia (1913). Sería esta
la prueba para la realización de la gran mega producción que
consagraría a Griffith, ya con un estudio independiente, la Epoch
Producing Corporation. Estamos hablando nada más y nada
menos de El nacimiento de una nación (1915). Basada en la
novela The Clansman, narra con acento heroico el nacimiento y
actuación de la organización Ku Klux Klan recién acabada la
guerra de secesión. Desde los más profundos días de su infancia,
parece ser que Griffith profesaba un gran odio hacia la raza negra.
En la película se narra la apacible vida de dos familias blancas, a
las cuales enfrentará de forma brusca el estallido de la guerra.
Pronto se convirtió en una súper producción de 110.000 dólares
de costo. El éxito de esta película debe mucho a la polvareda que
levantó, las polémicas y el escándalo. El estreno de la película
tuvo lugar en los Ángeles, bajo grandes medidas de seguridad. Al
poco, estallarían protestas en Boston que durarían dos días, seguidas de violentas
manifestaciones en Chicago y Nueva York. Se estima que la recaudación pudo llegar a los 50
millones. Todavía en 1963 seguía estando en el podio de las películas más rentables de la
historia americana.
En cuanto aspectos puramente técnicos, el Nacimiento de una Nación, constó de doce
rollos de película con unos 1400 planos. Los planos generales se combinaban con los planos
próximos: tres cuartos, medio y primer plano. Pero Griffith no quería desplazar la cámara para
efectuar una toma vista en movimiento. En este sentido, mencionar la batalla de Petersburg,
que, con un solo movimiento a la derecha, panorámico, se puede contemplar el valle con una
columna de tropas y casas ardiendo. Toda esta batalla esta mostrada alternando grandes planos
de conjunto con los planos próximos que detallan detalles concretos del combate. Por último,
mencionar el ya famoso “salvado en el último minuto”, en este caso Flora Cameron que es
salvada de ser violada por el negro Gus. Sin embargo, el final es un poco distinto, pues esta se
lanza al vacío huyendo. A lo largo del rodaje, Griffith usa los denominados cachés, que, al
ennegrecer unas determinadas partes del fotograma, altera la proporción rectangular de la
pantalla, para conseguir un efecto dramático. Aparecerá incluso un cache circular entorno a una
mujer.
Ante el dinero que empezaba a mover el cine, Wall Street sintió interés en invertir en
este nuevo negocio, que reportaba importantes beneficios. En 1915 nacería la Triangle Pictures
Corp. en la cual se reunirían a los tres mejores creadores del momento, a saber, Griffith, Ince y
Mack Sennett. Griffith produciría para la Triangle su segunda gran producción, Intolerance
(1916), la película costo la friolera cantidad de 2 millones de la época, cantidad que no ha sido
superada si se convierte a dinero actual. Parte de este dinero se destinó a la construcción de
formidables decorados en los Ángeles, especialmente notorio el decorado del templo de
Babilonia, junto con 16.000 figurantes. La madre y la ley narra el ambiente de huelgas y el
huelguista que es acusado del asesinato de su patrón. Con su correspondiente “salvamento en el
último segundo”, con el huelguista que va a ser ajusticiado y es indultado en el último
momento. Una vez acabada esta historia decidió integrarla en una especie de trilogía o un
amplio fresco de los problemas acaecidos debido a la intolerancia religiosa y política. Fruto de
ello son la Caída de Babilonia donde se narra las disensiones entre los sacerdotes de Isthar y
Baal junto a La pasión de Cristo y la Noche de San Bartolomé. De las setenta horas de
película grabada, se redujeron a tres. En esta obra, se llegó al culmen de las acciones paralelas,
al desarrollar las cuatro historias alternadas por el montaje, para reforzar el paralelismo del
mensaje en todas ellas. Se convertiría, pues, en un gigantesco puzle histórico. De los cuatro
episodios que, como hemos visto, componen Intolerance, el actual de las huelgas es el más
emotivo de todos ellos, el de Babilonia es el más espectacular, por las dimensiones y riqueza del
templo, mientras que el de la Pasión es bastante convencional. Al final, se rebeló como un
rotundo fracaso económico. Prohibido en algunos países por su supuesto sesgo ideológico, hizo
que no hubiera dinero suficiente para derribar los enormes decorados. Durante una década se
pudieron observar las ruinas de Babilonia sobre el skylane de los Ángeles. El talento de Griffith
no pudo paliar la psicología de sus personajes, que es rudimentaria, los conflictos que narra
adolecen de folletinescos y elementales. Estas insuficiencias se revelaron como parte del fracaso
de la obra, serían aprendidas por las siguientes generaciones de creadores, superando al maestro,
beneficiándose de los aspectos técnicos de Griffith, pero creado películas de hondo sentir
humano. Griffith continuaría con su carrera, ya en franca decadencia, hasta el 1931, con
películas que pasaron sin pena ni gloria. Hablamos de películas como Corazones del mundo
(1918) de carácter sensiblero y pacifista y La culpa ajena (1919).

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