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Incidencia de la corrupción en Guatemala en el desarrollo social

Algunas personas que trabajan en el sector público consideran a la corrupción como algo
normal o parte de la norma. Pero como todo en la vida hay niveles o grados, y en
Guatemala la magnitud de la corrupción en el sector público ha tenido al menos 19
impactos negativos en la economía y desarrollo del país. Entre ellos, una baja en la
clasificación de riesgo país, Estado de derecho débil, poca institucionalidad y un
exorbitante atraso en las condenas del sistema de justicia.
La corrupción es un fenómeno que está presente en todos los países del mundo,
independientemente si son desarrollados o no, de su cultura o de su religión. Sin
embargo, en la medida en que se vuelve normal y sistematiza en una sociedad, se
convierte en un freno al desarrollo y crecimiento económico, que conduce a una menor
eficiencia de las instituciones públicas y privadas, y constituye un obstáculo al incremento
de la calidad de vida de su población. A pesar de ello, la corrupción existe dentro de un
buen número de instituciones públicas y empresas privadas.

Algunas personas sostienen que el crecimiento económico del país no se ve afectado por
la corrupción. Sin embargo, hay una relación positiva entre crecimiento económico y la
transparencia en el sector público, por lo que hace imperativo que la corrupción sea la
más mínima posible para no afectar el crecimiento. Es decir, unos niveles más altos de
corrupción corresponden a menor inversión y crecimiento (Quiroz: 2013).
Si bien la corrupción está desde hace décadas en Guatemala, los flujos de dinero ilegal
que circularon en las redes de corrupción del gobierno del general Otto Pérez Molina,
según las investigaciones de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala
(CICIG) y el Ministerio Público (MP), fueron de tal magnitud que le otorgaron al presidente
y vicepresidenta Roxana Baldetti un poder corruptor letal, generando dominación,
putrefacción de algunas instituciones públicas y posiblemente más pobreza.
Dominación porque se demostró que la corrupción pudo doblegar la voluntad de la verdad
y justicia, putrefacción porque usaron a algunas instituciones públicas para cumplir con
sus intereses personales, y pobreza porque en 2014 la pobreza total aumento a 59.28%,
según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) de ese año.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su conferencia anual de 2017 hizo un llamado
a frenar la corrupción para impulsar el crecimiento económico y hacerlo sostenible e
inclusivo. Consideró que la reducción de la corrupción es una reforma estructural
necesaria por aplicar. Afirmó que la corrupción arraigada es un lastre para el crecimiento
económico.
El Índice de Percepción de Corrupción (IPC) de 2016 elaborado por Transparency
International, señala que la mayoría de los países de Latinoamérica han mejorado en sus
calificaciones de transparencia. No así en Centroamérica, con excepción de Costa Rica.
Cabe destacar que Guatemala mantuvo su posición constante en 2016 respecto al 2015,
considerando los hechos positivos anticorrupción derivados de la identificación y
persecución de cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad y su
desarticulación por parte de la CICIG y el MP. Por lo anterior, se concluye que el
desarrollo institucional de Guatemala sigue siendo muy incipiente. Aún hay personas
corruptas que hacen caso omiso a la lucha contra la corrupción que muchas instituciones
y personas promueven fuertemente desde hace dos años en Guatemala.
La calificación de Transparency International no exime que el país esté en un momento de
transición hacia un mejor futuro, puesto que se han identificado y desarticulado redes
ilícitas. Sin embargo, la corrupción sigue siendo un problema estructural en el Estado, que
continúa impregnado en algunas de sus instituciones, pero no se pierde la esperanza de
ser liberado de ese mal en gran medida. Por lo tanto, para concluir esta etapa de
transición hacia un mejor futuro es imperativo que siga existiendo una participación
ciudadana.
Los guatemaltecos ante los hechos de corrupción investigados por CICIG y MP en 2015 y
2016, fueron partícipes en marchas pacíficas en la Plaza de la Constitución. De la misma
forma, en 2017 hubo manifestaciones pacíficas que tuvieron su génesis cuando el
comisionado de la CICIG, Iván Velásquez, investigó por financiamiento electoral ilícito al
presidente Jimmy Morales y simultáneamente esté ultimo pedía que el comisionado
abandonar el país. Las acciones del presidente originaron un despertar en la participación
ciudadana similar al de 2015. En este sentido, concluyo que una solución para
desarticular estructuras ilícitas es por medio de participación ciudadana, que puede ser de
diferentes formas y no solo las marchas, pero siempre teniendo un interés en lo público.
Algunos detractores de las manifestaciones argumentan que eso es incitar a la protesta y
que con ello no se logra nada.
Algunos detractores de las manifestaciones argumentan que eso es incitar a la protesta y
que con ello no se logra nada; sin embargo, este ejercicio es un derecho ciudadano y es
una de las formas de democráticas de participación. El FMI dijo correctamente que no hay
una fórmula única para atender este problema, pero considero que un sólido liderazgo
político, reformas judiciales y jurídicas, reforzamiento de la transparencia, mecanismos de
supervisión e imposición de cumplimiento de normas y la rendición de cuentas, son
elementos a tomar en cuenta dentro de una estrategia para luchar en contra de la
corrupción. Comparto totalmente lo dicho por el FMI como solución a este mal, y hago
especial énfasis en que en Guatemala hay un gran retraso de la acción judicial que incide
a que la ciudadanía sostenga enérgicamente su lucha contra la corrupción, ya que cuando
no se ven sentencias no hay responsables y el tiempo contribuye a olvidar.
De lograrse esa una reforma estructural se contribuiría al fortalecimiento del Estado de
Derecho, y en el largo plazo originaría un crecimiento potencial e inclusivo, aunado con
mejores políticas de desarrollo social.
¿Cómo calcular el costo económico de la corrupción? Depende desde qué punto y tipo de
delito se analice, ya que la medición dependerá si es un soborno, nepotismo (cuello),
peculado, mordidas, cohecho pasivo, entre otros. Sin embargo, por la naturaleza del
fenómeno no existe una metodología o fórmula oficial para cuantificar el costo económico
de la corrupción. Sin embargo, a continuación, se presenta un ejemplo, de algunos de los
casos más mediáticos relacionados con las investigaciones que ha realizado la CICIG y el
MP en materia de corrupción, los cuales han sido medidos de cierta forma.

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