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¿El fin de la corrupción en el Programa de Alimentación Escolar (PAE)?

Toda una controversia se ha venido forjando a lo largo de más de XX décadas en


Colombia y que hasta el presente no se logra enmendar o cambiar puntos de vista tanto al
interior de la población nacional e internacional, así como medios de comunicación y entes
controladores del estado, lo anterior, basado en la percepción que se tiene como país; al
demostrar los altos niveles de corrupción que se generan a la hora de celebrar contratos. Se
entiende que la contratación estatal es una herramienta que el estado colombiano ha
diseñado para ejecutar un importante volumen de recursos del presupuesto nacional donde
participan muchas empresas y personas independientes, para posteriormente desarrollar la
prestación de servicios públicos. En la actualidad y para poder acabar con malas prácticas
dentro de los procesos de contratación, se llevan obras sanas de control interno y auditorias,
los cuales son los garantes de que llegue a feliz término una celebración contractual. A lo
largo del 2019 - 2020 se ha especulado y es de conocimiento para todo el pueblo
colombiano que las personas que más se ven afectadas son las menos favorecidas, estratos
0, 1 y 2; ocasionando inequidad social, estas malas prácticas son parte de muchas personas
que violaron sus principios, transparencia y moralidad que llevan a que en vez de disminuir,
aumente de una manera exponencial la corrupción, desviando recursos y observando con
tristeza como se untan de esa mermelada altos funcionarios que peor aún cometen estos
errores una, dos, tres… y muchas veces cuanto les sea posible, sin que se vean reflejado
medidas severas o sanciones ejemplarizantes.

El Programa de Alimentación Escolar (PAE) es un vivo ejemplo de cómo las personas


menos favorecidas son las que se ven afectadas y en este caso en particular, los niños de
instituciones educativas públicas, su principal causa es el modelo de financiamiento y,
sobre todo, de contratación. La contratación tercerizada permite que operadores privados
queden a cargo de la parte más importante del programa: la prestación del servicio. Así, los
recursos quedan en manos de empresas que solo quieren obtener dinero, incluso a costa del
bienestar de los niños. Las consecuencias que trae el deterioro del programa son progresivo
y evidente. Cada vez más frecuentes los escándalos de desvío de recursos, robos,
sobrecostos y la peor de todas las prácticas: la distribución de raciones en mal estado que
pueden enfermar gravemente a los niños. Las pechugas que costaban 40.000 pesos por
unidad, los huevos a 900 pesos, o los tamales a 30.000 pesos, son solo algunas de las
irregularidades y casos de corrupción que los entes de control han descubierto en el
Programa de Alimentación Escolar (PAE) en el país, el caso más reciente, fue el del ‘cartel
de la fruta‘ en Bogotá, donde seis empresas acordaron no presentar ofertas para que la
licitación fuera declarada desierta, para forzar a la Secretaría de Educación a abrir un nuevo
proceso de contratación con precios más elevados. [ CITATION Sem20 \l 3082 ].

La corrupción, entendida como el abuso de un poder delegado en detrimento del interés


colectivo, toma muchas formas y se manifiesta en distintos ámbitos de la vida pública,
afectando de manera directa a los ciudadanos en todas las regiones de nuestro país. Causa
de esta son los arreglos institucionales que afectan el ámbito público y el ejercicio de la
política, como a comportamientos sociales y prácticas empresariales que favorecen
entornos y prácticas de corrupción más allá de lo estatal. En primer lugar, en nuestro país
persiste una forma de hacer política caracterizada por la intromisión indebida entre poderes
públicos -ejecutivo, legislativo y judicial- y la gestión de intereses de manera opaca entre
ellos mismos. En segundo lugar, es necesario cuestionar la forma como se accede al poder
político en el país. Un aspecto fundamental tiene que ver con la manera como el
financiamiento de campañas y partidos políticos se ha convertido en “una fuente de
corrupción, un factor de inequidad y restricción del derecho a ser elegido, e incluso un
limitante para el ejercicio de la política1. En tercer lugar, el amplio número de
excepcionalidades en la aplicación del régimen de contratación estatal, el abuso de la
contratación directa y el reducido número de participantes en licitaciones públicas
particularmente en entidades públicas departamentales y municipales, pueden ser un reflejo
de una “corrupción gris” que no está tipificada penalmente pero que se manifiesta en
situaciones de riesgo de favoritismos y diseños direccionados de procesos de contratación
pública. Según los datos del Índice de Transparencia de Entidades Públicas 2015-2016, el
75% de la contratación de las entidades nacionales se realizó de manera directa, 56,1% en

1
Sandra Martínez, Del discurso al hecho: el control a las campañas presidenciales de
2018, https://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/10192-del-discurso-al-hecho-
el-control-a-las-campa%C3%B1as-presidenciales-de-2018.html
el caso de las Gobernaciones y 41,1% en las Alcaldías2. Por otro lado, si bien es innegable
que el sector privado al igual que el resto de la ciudadanía es víctima de la corrupción, los
graves casos de corrupción conocidos por la opinión pública actualmente muestran cómo
algunos actores del sector empresarial han sido cómplices del diseño y puesta en marcha de
esquemas deliberados de corrupción que, nuevamente, se manifiesta a través del
financiamiento ilegal de campañas políticas y la captura de procesos de contratación
pública arreglados a su favor. En muchos otros casos también se ha conocido como actores
del mundo empresarial han servido de vehículo para favorecer las transacciones corruptas
mediante el lavado de activos, el uso de paraísos fiscales, el abuso de esquemas legales de
contratación pública, entre otras figuras. [ CITATION Tra19 \l 3082 ].

Según el informe de transparencia internacional, que mide la percepción de los


ciudadanos frente a la corrupción en 180 países. Colombia obtiene 37 puntos sobre 100,
siendo 0 corrupción muy elevada y 100 la ausencia total de la misma. Si bien este no es un
resultado destacable, hay que decir que ubica a la nación lejos del primer puesto; Colombia
figura en el puesto 96 entre los 180 países que fueron evaluados. [ CITATION Sem201 \l
3082 ].

El flagelo de la corrupción dentro del contexto participativo no tiene un punto especifico


en el cual se deba centrar, para presentar soluciones de cómo se debe disminuir la
corrupción se debe mirar distintos puntos y lanzar nuevas iniciativas donde se deben hacer
esfuerzos e inversiones. Pero ¿qué debe hacer el país para enfrentar este tema?, Es
importante avanzar desde las diferentes áreas de acción: fortalecimiento de los órganos
estatales que forman la cadena de rendición de cuentas, con énfasis en los encargados de la
investigación de casos de corrupción; aumento de las capacidades de aplicación de las
reglas de financiamiento político; fomentar una cultura corporativa de integridad en las
empresas privadas y sancionar judicialmente a las personas jurídicas que se vean
involucradas en delitos de corrupción; y finalmente reforzar algunas tareas como la
contratación de obras de infraestructura pública.

2
Transparencia por Colombia, Índices de Transparencia de Entidades
públicas, http://indicedetransparencia.org.co/
En conclusión, se debe tener un control exhaustivo con la celebración de contratos por
parte de las entidades públicas, siendo estas revisadas al detalle y cumpliendo con cada una
de las etapas, precontractual, contractual y liquidación, generando de esta manera acciones
preventivas a través de controles internos y prácticas de auditorías ejercidas por
funcionarios idóneos, intachables en lo personal y profesional, que garanticen el adecuado
manejo de los recursos a través de la contratación. Proponer por medio de la Rama
Legislativa una conducta ejemplarizante bien sea la cadena perpetua o la máxima condena
permitida como Estado, donde se judicialice y se haga pagar por daños y perjuicios a la
entidad que se vio inmersa dentro del contrato público. Es necesario que la lucha contra la
corrupción logre un vínculo directo y efectivo con la ciudadanía de manera más amplia. La
indignación ciudadana frente a la corrupción puede ser una oportunidad para generar
grandes cambios, no solo reconociendo que la corrupción es un problema de todos,
también, que es necesario revisar nuestro comportamiento individual además de cuestionar
a los demás. Debemos proteger a nuestras instituciones democráticas, pues ellas son la base
de la garantía del bienestar social y económico, del respeto de los derechos humanos, y del
desarrollo sostenible. Esa protección se traduce en la defensa de lo público que implica
cuestionar a las personas, pero, ante todo, fortalecer las instituciones.

Referencias
Semana. (21 de 02 de 2020). ¿el fin de la corrupción en el PAE? Obtenido de Semana.com:
https://www.semana.com/educacion/articulo/unidad-de-alimentacion-escolar-operara-
desde-marzo-el-fin-de-la-corrupcion-en-el-pae/652937

Semana. (20 de 04 de 2020). Colombia no es el país más corrupto: Transparencia Internacional.


Obtenido de semana.com: https://www.semana.com/nacion/articulo/colombia-no-es-el-
pais-mas-corrupto-transparencia-internacional/649017

Transparencia por Colombia. (22 de 01 de 2019). Reflexiones sobre las causas de la corrupción y
los medios para enfrentarla. Obtenido de transparenciacolombia.org.co:
https://transparenciacolombia.org.co/2019/01/22/reflexiones-sobre-las-causas-de-la-
corrupcion-y-los-medios-para-enfrentarla/

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