Es una técnica usada para identificar las competencias laborales indispensables
para determinada función productiva y puede definirse para un sector ocupacional, una empresa un grupo de empresas o todo un sector de producción o servicios.
Esta técnica no es un método exacto, pero se acerca a las competencias
requeridas por medio de la deducción. Inicia con el establecimiento del propósito principal de la función productiva o de servicios bajo análisis y se pregunta sucesivamente qué funciones hay que llevar a cabo para permitir que dicha función se logre.
El análisis funcional cuenta con 3 reglas básicas. Primero, se elabora de lo general
a lo particular, es decir, que parte por ejemplo del sector general para luego pasar a la empresa y por último a un área específica de dicha empresa. Segundo, debe identificar funciones discretas, es decir, que describan la acción completa de trabajo y que su significado sea claramente compresible. Por último, debe elaborarse respetando un formato de redacción para mantener una uniformidad de criterios.