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Marco conceptual
La realidad se hace visible al ser percibida. Y una vez atrapada tal vez no pueda renunciar jamás a esa
forma de existencia que adquiere en la conciencia de aquel que ha reparado en ella. Lo visible puede
permanecer alternativamente iluminado u oculto, pero una vez aprehendido forma parte sustancial de
nuestro medio de vida.
Eulalia Bosch.
Fragmento del prólogo para el libro
Modos de ver de John Berger.
CONTENIDOS DE LA UNIDAD
- La percepción como materia prima para la comunicación.
- La interpretación como instancia de construcción de un pensamiento propio
- La síntesis como proceso de selección
- La transposición de lenguajes como proceso de construcción
- Los lenguajes gráficos como instrumentos de comunicación visual
- La composición y relación de lenguajes, soporte e imagen.
- La imagen para construcción visual de una mirada propia.
Índice
Ver, mirar, observar son virtudes por las cuales cobra sentido la facultad de la visión; y
resulta de la voluntad de mirar y observar con juicio de valor, el sentido que toma aquello
que se nos presenta. Juicio de valor más o menos consciente pero siempre influenciado por
las experiencias, los saberes aprendidos y los contextos que nos rodean en cada situación.
Cada uno de nosotros, cuando comenzamos una nueva actividad, curso o tarea nos
enfrentamos a nuevas situaciones, nuevas imágenes, nuevas relaciones sociales, nuevos
espacios, nuevos objetos. En cada enfrentamiento reaccionamos según la experiencia vivida
en otras circunstancias, y al final del día evaluamos la nueva vivencia con nuestro juicio de
valor sobre las imágenes, las personas, los espacios, los objetos que formaron parte de la
nueva actividad, dando respuesta a lo acontecido. Esta respuesta, sobre el conjunto de
acontecimiento, implica nuestra mirada sobre las cosas.
En este sentido John Berger, en su libro Modos de Ver, sostiene la idea que “nunca miramos solo
una cosa; siempre miramos la relación entre las cosas y nosotros mismos” (Berger,2000. pág. 14). Es
decir que nuestro juicio de valor, por ejemplo, sobre un nuevo curso, siempre estará
condicionado por las experiencias vividas ya que establecemos relaciones siempre con otras
experiencias previas. De hecho, podemos evaluar si este curso es complejo o simple por las
experiencias que ya hemos transitado, por los saberes que tenemos, por las prácticas que
llevamos adelante habitualmente, entre otras tantas vivencias.
Por su parte Bruno Munari en su libro Diseño y comunicación visual (Munari, 1976. pág. 20 a
21), titula su tercer capítulo de la siguiente forma: Cada cual ve lo que sabe. En su texto refiere
al saber y a los intereses de cada persona, poniendo como ejemplo el caso de la compra de un
libro por parte de un buen impresor y la compra del mismo título por parte de un lector sin
conocimientos de diseño e impresión. Los invitamos a que lean el ejemplo porque en él se
evidencia claramente la influencia que tiene nuestra mirada y nuestro juicio de valor sobre
todo aquello que percibimos (en este caso un libro) cada vez que tomamos decisiones en
nuestra vida cotidiana (en este caso comprar o no un libro). En este ejemplo, nos
preguntamos: ¿Cuáles son los intereses de cada uno? ¿Según nuestro interés, qué
observamos primero? ¿Cuáles son las referencias que cada uno recibe y que nos llevan a
querer comprar ese libro?
2. La percepción de la imagen
La teoría de la Gestalt (teoría sobre la percepción de principios del siglo XX), sus leyes y
fundamentos, dan cuenta del papel activo del ser humano a la hora de percibir la realidad,
creando y estableciendo relaciones más o menos coherentes sobre nosotros mismos y lo que
nos rodea. Sobre la base de que el todo es más que la suma de sus partes, la teoría de la
Gestalt aporta una mirada cuestionadora a la linealidad del conductismo imperante hasta el
momento.
La teoría de la Gestalt, entonces parte de la idea de mirar al mundo desde las totalidades
entendiendo que el todo (de una imagen, un texto, un objeto, un espacio, etc.) lo percibimos
más allá de sus partes, es decir, lo que percibimos es la relación entre las partes.
Este comportamiento se puede aplicar tanto al lenguaje escrito como al lenguaje de las
imágenes.
Un ejemplo de ello en la comunicación del lenguaje verbal es la manera en que leemos los
textos en nuestro idioma. No percibimos la suma consecutiva de cada letra en cada palabra
sino percibimos la totalidad de la palabra.
El siguiente texto es una muestra de ello:
Sgeún un etsduio de una uivenrsdiad ignlsea, no ipmotra el ódren en el que las ltears etsan
ersciats, la úicna csoa ipormtnate es que la pmrirea
y la útlima ltera etsen ecsritas en la psiocion cocrrtea. El rsteo peuden etsar taotlmntee mal y
aún pordás lerelo sin pobrleams. Esto es pquore
no lemeos cada ltera por sí msima sino que la paalbra es un tdoo.
Ley de cierre
Ley de contraste
Ley de proximidad
Ley de simetría
Ley de continuidad
Ley de comunidad
Cuadro complementario
Nuestro papel activo como personas y nuestra interacción con el campo o entorno/contexto *
implica una relación dialógica y dinámica en la cual todas las partes que la componen se ven
afectadas entre sí. Es decir, las cosas pierden el sentido fuera de su entorno, o al menos
cambian su sentido según el campo o entorno en que son percibidas.
*El concepto de campo se asocia al concepto del entorno y de contexto. En distintos ámbitos se pueden
comprender como sinónimos
Decimos que es dialógica porque todo lo que percibimos recibe, de alguna manera, una
respuesta de nuestra parte, y porque esa respuesta genera un diálogo entre el objeto o
imagen, el espacio donde se encuentra ese objeto/imagen y nosotros mismos como
usuarios/espectadores. Este diálogo puede ser una simple respuesta: me gusta/ no me gusta
o, una acción concreta que implique el uso del objeto /del espacio/ de la imagen; en
cualquiera de los casos se produce un diálogo en el cual emitimos un juicio de valor. Y
decimos que es dinámico por que constantemente, esta interacción se va modificando y
evolucionando según cada circunstancia.
El campo, para Lewin implica, entonces, un campo de interacciones dinámicas que permite
entender los comportamientos desde las relaciones entre todos los componentes que forman
parte de una situación (tiempo, necesidad, espacio, objeto, imagen, experiencia, el sujeto). Es
decir, cada vez que interactuamos con un espacio, un objeto, una imagen, interactuamos en
un campo o entorno, en un tiempo, con una necesidad y una experiencia previa y propia.
Con esto queremos decir que la relación entre las cosas y nosotros mismos (la percepción que
tenemos de ellas) siempre está mediada por un contexto /entorno, ya sea real o virtual. Estos
contextos alimentan y se alimentan de nuestras prácticas, por lo tanto, condicionan nuestra
mirada y nuestra interpretación sobre lo que percibimos.
Toda imagen, entonces, emerge y opera en un contexto social, cultural y político; en un
contexto físico y con un soporte físico particular que condicionan la mirada y la
interpretación.
4. De la percepción a la comunicación
Por otra parte, podemos agregar que todo lo que percibimos cobra existencia en tanto se
prefigura en nuestra mente y cobra sentido en tanto lo pongamos en el juego de las
relaciones que propician la comunicación (sonora, visual, táctil, gustativa). Es decir, para
cada uno de nosotros existe lo que conocemos, y eso, que conocemos, pasa a tener un
significado en el momento en que lo incorporamos a nuestro circuito de comunicación. Por
ejemplo, conocemos una canción porque la escuchamos accidentalmente o porque nos la
nombran, pero esa canción pasa a significar algo para nosotros cuando la escuchamos por
elección, la cantamos o la recomendamos. En esta instancia, esa canción, tiene sentido para
nosotros porque la percibimos/ escuchamos poniendo en juego nuestro juicio de valor.
Hoy nuestro entorno cotidiano, mediado por la inevitable tecnología electrónica, volcada en
computadoras, celulares, cámaras digitales, etc., configura nuestra manera de comunicarnos.
Utilizamos internet y nuestros dispositivos electrónicos para saludarnos, para mandar y
recibir información, para ubicarnos geográficamente, para saber sobre el clima y tanta otra
información, y nos habituamos a cierta manera de movernos y a ciertas prácticas cotidianas.
En los transportes públicos a la mayoría de los pasajeros se los ve con un celular en o a la
mano; en las ciudades, entre la multitud solemos conversar con otro, pero casi nunca con
personas que se encuentra a nuestro lado, la comunicación cara a cara queda relegada a
situaciones singulares ya que, para saber de una dirección, el nombre de una calle, como
llegar a un destino le preguntamos a nuestro celular antes que a otro peatón. Es decir, el
entorno/contexto mediado por la tecnología define ciertas prácticas y hábitos, pero a su vez
estas mismas prácticas influencian el desarrollo de nuevas tecnologías que las potencian para
lograr mayor velocidad, nuevas apps que permitan nuevas acciones, servicios y practicidad,
entre otros. Este entorno/contexto tecnológico se incorpora a nuestras prácticas
comunicativas habituales y centenarias como la comunicación gráfica, la de los objetos, la de
nuestra indumentaria, la de la arquitectónica, la audiovisual y la del paisaje, ampliando los
horizontes de la comunicación y generando espacios de conectividad que sobrepasan lo
disciplinar y se constituyen como prácticas de lo cotidiano.
La comunicación visual, dice Bruno Munari, “se produce por medio de lenguajes visuales,
que forma parte de la gran familia de todos los mensajes que actúan sobre nuestros sentidos,
sonoros, térmicos, dinámicos, etc.” (Munari, 1976, pág. 82)
Cada disciplina exige el uso de distintos lenguajes visuales para representar cada proyecto.
Más o menos específicos todos comparten la complejidad del mundo de la comunicación
visual, de los lenguajes y materiales para representar, de los soportes que la contienen y de la
necesidad de existir en relación a una función social para la cual es construida.
El lenguaje de las imágenes (fotografía, ilustración, collage)* para la representación de
nuestras ideas va de la mano de la representación gráfica.
* Ver video de lenguajes visuales.
*Leer texto Cácharo Guillermo, Conceptos semiológicos y Munari, Bruno Diseño y
comunicación visual. (pág, 22 a 30)
En la siguiente imagen que representa una mirada particular sobre el hombre y su entorno,
podemos analizar, a modo de ejemplo, cada uno de los factores mencionados:
. los contenidos textuales y visuales: en este caso son cada una de las imágenes que
componen el collage y la palabra TECNOLOGÍA.
. el destinatario: como es un trabajo de un estudiante, los destinatarios son los estudiantes y
docentes de su curso.
. el soporte: en este caso el soporte es bidimensional, en papel de un formato de 40 cm x 40
cm.
. el lenguaje de las imágenes: el lenguaje de la imagen es un collage, cada una de las
imágenes que lo componen son fotografías recortadas cada una por su silueta y en algunos
casos son fotografías que recortan una cara de perfil, y para el fondo se utiliza una
intervención con ilustración, acrílico, pincel y espátula.
. las características del texto: el texto en este caso se decide usar en mayúscula, en una
tipografía palo seco, ubicada en un lugar significativo de la imagen.
. la composición: la imagen está centrada en el soporte, los distintos elementos se disponen
de forma radial partiendo de la imagen principal, intercalando y superponiendo imágenes
como las pantallas en los edificios, los focos de luz integran la imagen construyendo circuitos
del tipo electrónico y sus terminales.
. los contrastes: las jerarquías están generadas por:
- contrastes de posición: la cabeza centrada en blanco y negro sobre el fondo rojizo,
- contrastes de tamaño: las proporciones de la cabeza en relación a los edificios, la
pantalla en relación a las ventanas, los focos de luz en relación a los edificios, etc
- contraste de color: el amarillo, los colores de la pantalla que se repiten en algunos
puntos y el blanco y negro sobre el fondo rojizo generan diversos contrastes.
Esta relación jerarquiza la lectura y generan un recorrido que va desde la cara, pasando por
la pantalla principal, las lamparitas amarillas y luego todo el resto con su complejidad e
interés.
La representación gráfica, entonces, conlleva una serie de factores que se ponen en juego en
el hacer, ya sea consciente o intuitivamente. Pero comprender los procesos de construcción y
su complejidad nos permite agudizar nuestra mirada y nuestro sentido crítico.
Un final abierto
Dijimos en el encuadre que todo lo que percibimos está sujeto a procesos de codificación y
decodificación de signos verbales, visuales, sonoros y táctiles, sujetos a la transposición de
lenguajes (del textual al visual, del visual al textual, del visual a sonoro, del textual al
audiovisual), pero siempre desde una mirada posible de conceptualizar y transformar en una
idea propia.
En esta primera unidad proponemos transitar un recorrido de codificación y decodificación a
través de la redacción de un texto a modo de autobiografía y la lectura e interpretación de la
autobiografía de un compañero. Este juego de redactar y leer es un proceso en el que
codificamos nuestra idea sobre quiénes somos en un texto y decodificamos la idea de quién
es nuestro compañero/a. Codificamos con los saberes que tenemos e interpretamos con la
libertad que nos permitimos. Para completar el ejercicio proponemos trabajar en la
transposición de lenguajes (del lenguaje verbal al lenguaje visual) a partir de la
representación visual de la idea que nos surge sobre quién es nuestra/o compañera/o.
- lo que nos resulta más interesante (lo que dice, como lo dice),
- lo que nos interesa seleccionar (para contar de que se trata hacemos una síntesis, por
lo tanto, una selección),
- la identidad que se nos prefigura (todo texto habilita la imaginación).
Construir nuestra propia mirada es una práctica que no tiene fin. La maravilla de la
comunicación visual nos permite hacerla visible jugando con los límites de la interpretación,
de los lenguajes y de la innovación. Construir nuestras propias ideas, construir nuestras
propias imágenes.
Bibliografía