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En 799, los vikingos se empiezan a aventurar lejos de esa zona y llegan por primera

vez a la costa francesa en Bretaña. El estuario del Loira y las islas de la región fueron
víctimas de las razias vikingas. En 820, ya una flota de 13 navíos ataca por el Sena.
En 834 se tienen noticias de sus primeros ataques a los Países Bajos.
En las islas británicas y el canal de la Mancha, el paso del tiempo solo incrementó el
número de ataques, su fuerza y su alcance. En 840, se tiene constancia de su primer
campamento invernal en Irlanda, donde, para protegerse de los daneses, los jefes
locales se alían con los noruegos, que desde 853 pasan a controlar Irlanda. En 850,
invernan también en Inglaterra, donde fundan en 866 un asentamiento permanente
en York y conquistan una amplia porción del país. Al sur, también empeoran las
cosas: en 845 se produce el primer ataque a París y en 847 a Burdeos.
La primera expedición vikinga al Mediterráneo data de 844, cuando 4000 vikingos
en 54 naves remontan el río Guadalquivir, sembrando el terror en la zona y
quemando Isbiliya antes de ser derrotados por Abd al-Rahmán II en la batalla de
Tablada, donde murieron más de 1000 vikingos (llamados majus) y fueron
ejecutados 400 prisioneros. El resto de la expedición huyó perdiendo 30 navíos. [17]
En 858, una expedición de más de 62 barcos saquea las costas del Levante ibérico y
la Toscana italiana. A partir de esa época, comienzan a remontar ríos, siendo
rechazados en 863 frente a Colonia, aunque obteniendo éxito en otras incursiones
por Alemania y Francia. Al oeste, remontan el Volga por Rusia, apoderándose
en 861 de Nóvgorod y en 863 de Kiev. En 865, una primera expedición sin éxito trata
de llegar a Constantinopla.
En 878, el rey de Wessex Alfredo I el Grande venga los múltiples saqueos de
Inglaterra y logra derrotar a un ejército danés, garantizando la independencia de su
tierra, aunque tiene que reconocer el dominio de estos sobre la otra mitad de
Inglaterra. La guerra no tardaría en reanudarse, pero desde entonces los vikingos
llevan la peor parte. En 885 su ataque más afamado a París solo se evita con el
pago de un rescate y el permiso para saquear las tierras durante su camino de
vuelta. Pero en 888, Alano I de Bretaña logra derrotarlos también. El comienzo del
siglo X en Europa Occidental marca el fin de sus grandes éxitos. En 911, se rechaza
el último ataque a la desembocadura del Sena, y en 931 son expulsados de sus
bases en el Loira. La década siguiente ve sus últimos ataques a Bretaña.
En Oriente su presencia sería más duradera, y a lo largo del siglo X varias
expediciones tienen éxito en sus ataques por el mar Negro y el Caspio. Los
comienzos del siglo XI verían un último reaparecer cuando en 1014 se reinstaura el
dominio vikingo de Inglaterra bajo el mando del rey Canuto II de Dinamarca. Este
renacer se considera definitivamente terminado cuando el rey Harald III el
Despiadado muere en la batalla del puente Stamford en 1066, durante conflictos
dinásticos en Inglaterra.
La Era Vikinga estaba ya tocando a su fin. En 1100 Suecia se convierte al
cristianismo, mostrando así como Escandinavia se iba integrando en la cultura
europea cristiana. Fuera de sus países de origen, la mayoría de sus asentamientos
habían terminado mezclándose con la población local y aculturizándose. Los
descendientes de los vikingos lograron consolidarse en el ámbito europeo y
fundaron el primer reino ruso en Kiev. Los normandos, vikingos asentados en
Francia, salieron de Normandía y subieron a los tronos del Reino de
Jerusalén, Inglaterra, Sicilia, Nápoles y del Imperio latino.

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