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Historia de Normandía
Los primeros ataques vikingos a tierras galas se produjeron en la primera mitad del
siglo IX. El primer ataque continental se produjo en el año 820 en la zona del río Sena, de
acuerdo a los Annales Royales de Eginardo. En ellos se habla de que el asalto fue obra de
pueblos venidos de Nordmannia, término que referencia a Escandinavia.
En mayo del año 841, una flota remontó el río Sena y saquearon Ruan y las abadías de
Saint-Ouen y Jumièges. Éste fue el primer ataque importante a las tierras francas, aunque
ya habían sido asaltadas anteriormente por los escandinavos las islas de Ré y de
Noirmoutier, cerca de la costa gala. Sin embargo, es a partir de ese año cuando los
escandinavos iniciaron una larga serie de ataques al interior de Francia remontando el
curso de los ríos Canche en 842, el Loira en 843 y el Garona en 844.
El siguiente asalto por el río Sena, y uno de los más famosos asaltos, tuvo lugar en 845
por un jefe vikingo al mando de 5.000 hombres llamado en las crónicas posteriores
Ragneri, el cual ha sido identificado con el famoso líder vikingo Ragnarr Loðbrok. En este
ataque, los vikingos llegaron a asediar la misma ciudad de París, ante lo cual el rey franco
Carlos el Calvo tuvo que negociar un fuerte tributo para conseguir levantar el asedio, 7000
libras de plata.
Los ataques a tierras francas no dejaron de sucederse sin apenas encontrar resistencia
por parte de la población debido a la crisis que atravesaba la región después de la
desmembración del Imperio carolingio en varios reinos menores. Algunas ciudades fueron
saqueadas en numerosas ocasiones como la ya mencionada Ruan, que fue saqueada más
de cinco veces, y París, la cual se convirtió en el centro de numerosos asedios e intentos de
saqueo, más de cuatro, como el ya mencionado anteriormente y el realizado entre los años
885 y 886 a manos de un líder vikingo llamado por los francos Sigfrid y que podría haber
sido el rey de Dinamarca.
Ante esta situación se hacían necesarias tomar medidas drásticas para impedir nuevos
ataques por el Sena, el cual se había convertido en una vía fluvial muy utilizada por los
vikingos antes y después del asedio de París del 885. Aunque en Inglaterra el rey (san)
Alfredo de Wessex había conseguido frenar la conquista completa de la isla, pero sin
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poder evitar que una buena parte de la isla quedara en manos vikingas; en Francia se optó
por otra política: conceder tierras a los atacantes para que se asentaran en una región que
pasaría a llamarse Normandía.
La versión de Dudón
El cronista de los orígenes de Normandía, el clérigo Dudón de San Quintín, que vivió a
finales del siglo X y principios del siglo XI, hizo una narración de cómo se había fundado el
ducado. El rey Carlos III el Simple mandó una embajada al líder vikingo en Francia,
Rollon, llamado en las crónicas vikingas Hrólfr el Paseante. A través de esta embajada el
rey ofreció las tierras cercanas a la desembocadura del Sena, en la región conocida como
Neustria, y sus ciudades como Epte, Oise, Ruan, Évreux, Lisieux, etc. donde se convertiría
en señor feudal. Además, ofreció a su hija Gisela como esposa, aunque aún fuera casi una
niña. A cambio debería bautizarse, como ya había hecho el sitiador de París Weland en el
reinado de Carlos el Calvo, y proteger la desembocadura del Sena para que ningún barco
vikingo subiera por el río y atacara la capital franca.
Rollon aceptó la oferta y el 11 de julio del año 911, en la localidad de Saint-Clair-sur-
Epte, a medio camino entre París y Ruan, se firmó el foedus o tratado entre ambos. Sin
embargo, quien realizó el acto de besar el pie del rey como señal de vasallaje lo hizo un
compañero de Rollon, Skimir para que aquel no tuviera que hacer ese gesto humillante
para la cultura escandinava. No obstante, tuvo lugar una curiosa anécdota y es que para
besar el pie sin arrodillarse, Skimir levantó el pie de Carlos III para acercarlo a su boca.
Días después se hizo público que el nombre de cristiano de Rollon sería Roberto y también
se casó con Gisela.
salvaguarda del reino 1 . En ese periodo entre 905 y 918 podemos datar, por lo tanto, la
creación de Normandía por la cesión hecha por el rey Carlos el Simple a Rollon.
En el pacto entre ambos se ve claro que el rey franco quería que Rollon, y sus sucesores
defendieran el reino de posibles ataques. El monarca podría ejercer su soberanía sobre la
región, el fisco y los dominios reales y las abadías situadas dentro de sus dominios. Por su
parte, el jefe de Normandía, después de jurar fidelidad al rey, disfrutaba de toda la
soberanía en su territorio, e incluso contaba con derechos cedidos por el monarca sobre los
obispos.
Para la formalización de este acto fue fundamental la conversión de Rollon y sus
hombres al cristianismo una condición impuesta por Carlos el Simple. El bautismo de
Rollon tuvo lugar en los primeros meses del 912 y el oficiante fue el arzobispo de Ruan
Witton, quien le puso como nombre cristiano Roberto. Sobre la sinceridad de la conversión
hay algunas discrepancias entre las fuentes, pues si para el cronista Guillermo de
Jumièges, fue sinceramente cristiano hasta su muerte, Adémar de Chabannes, afirma que
al final de su vida hizo una serie de sacrificios en honor de los dioses vikingos.
A pesar de las inexactitudes de Dudón, se pueden encontrar elementos históricos y que
todos apuntan a que en estos momentos nació Normandía con el fin de proteger al reino
de los asaltos escandinavos y que su primer jefe aceptó el cristianismo para sellar el pacto.
Su nombre procede de uno de los términos con los que eran conocidos los vikingos en
Europa: northmanni, es decir, hombres del norte.
Organización territorial
Rollon instaló su capital en la ciudad de Ruan, la cual, como ya se ha dicho, había sido
saqueada varias veces por los vikingos. Muy pronto fue conocida como la "ciudad de los
daneses", pues muchos de los colonos vikingos que se asentaron en Normandía procedían
justamente de Dinamarca. Los recién llegados se fueron asentando por distintas ciudades,
algunas de las cuales habían sido arrasadas anteriormente durante los saqueos de los
1"...excepto la parte de las tierras de la abadía que Nos hemos concedido a los normandos del Sena, esto es, a
Rollon y sus compañeros [comitibus], por la defensa del reino [pro tutela regni]" (Van Houts, 2000).
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vikingos y fueron reconstruidas. Aunque llegaron bastantes colonos, sin embargo eran
minoría en una región poblada por francos principalmente, y también por bretones en la
zona occidental cercana a la península de Bretaña.
Hay varias áreas en Normandía donde la presencia nórdica fue especialmente intensa.
Las más importantes son el país de Caux y el norte de la península de Cotentin, donde se
ve una colonización escandinava muy importante, en torno a las ciudades de Ruan,
Bayeux y Cherburgo. Los siguientes más ocupados por los recién llegados fueron
Roumois, los cursos bajos de los ríos Risle y Orne y la zona costera. Las áreas interiores
tuvieron una población mayoritariamente franca. Los vikingos no buscaron hacer tabla
rasa en Normandía, prefirieron adaptarse a las características ya presentes del terreno y a
los poblamientos existentes.
A nivel organizativo se ve cómo los escandinavos fueron aceptando paulatinamente el
modelo franco. En un principio, Rollon se valía de ambos modelos, de manera que ante el
pueblo vikingo aparecía como un jarl tal y cómo se concebía en Escandinavia, y ante los
francos conservaba el sistema carolingio, que aparecía más desarrollado que el primero.
Ambos modelos convivieron hasta que con Ricardo II fueron abandonados y Normandía
abrazó firmemente el feudalismo europeo. Esta conservación de la herencia carolingia hizo
que se mantuviera prácticamente intacta la división realizada en Normandía, de manera
que en la época del ya mencionado Ricardo II, recibían los nombres de Sarnes, Hagas,
Balteis, Helgeres y Rosthelnensis; y que también se mantuvieran los impuestos de época
carolingia. La aceptación de la herencia franca llevó a adoptar títulos nobiliarios y
conseguir que Normandía obtuviera la categoría de ducado.
Durante los gobiernos de los dos primeros duques, Rollon y su hijo Guillermo I, se
produjo la ampliación de Normandía hasta adquirir las fronteras que tuvo durante la
conquista normanda de Inglaterra. A diferencia de la crónica presentada por Dudón,
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quien afirmaba que Rollon recibió toda la Normandía en el pacto con Carlos el Calvo, el
primer territorio normando sería más bien la región comprendida entre los ríos Epte y
Sena y el mar, la cual comprendía los pagi o provincias de Talou, Caux, Roumois y parte
de Evrecin.
La primera expansión que se hizo fue hacia el este en 924 por una cesión realizada por
el duque de Borgoña, Raúl I. Éste entregó las regiones de Lieuvin, Exmes, Séois y Bessin.
La segunda ampliación se produjo en 933, cuando los normandos consiguieron las
regiones bretonas de la península de Cotentin. Una tercera se produjo a principios del
siglo XI cuando el rey Enrique I de Francia entregó la región de Vexin. De esta manera
adquiría sus fronteras históricas, las cuales se mantenían hasta la época de la conquista
normanda de Inglaterra, tras la cual se produjo una nueva expansión el 1050 que incluyó
la región de Domfront. De esta manera Normandía incluía las siguientes regiones.
- Cotentin
- Avranchin
- Bessin
- Exmes
- Séois
- Lieuvin
- Evrecin
- Méresais
- Roumois
- País de Caux
- País de Talou
- Vexin.
A pesar de este gran peso del mundo franco en Normandía, hay cuatro puntos sobre los
que pesó la herencia escandinava de los nuevos señores: el orden público, la familia, las
actividades marítimas y las rurales. Aunque Rollon estableció aceptó una doble legislación
franca y escandinava, la primera terminó por imponerse.
En el primer aspecto señalado, los señores normandos fueron muy estrictos en
mantener el orden en sus territorios, para lo cual se impusieron nuevas penas como el
exilio, la cual en Noruega era el castigo supremo, así como de la confiscación de los bienes.
También señalaron un nuevo delito típicamente escandinavo: la hamfara, es decir, el asalto
a una persona en el interior de su casa, y que era ignorado en el derecho franco.
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Rollon
Guillermo I
El primer sucesor de Rollon fue Guillermo I Largaespada (910-942), hijo de aquel con
Poppa. En él encontramos la tensión existente entre la tradición vikinga y la franca. Por un
lado, él hablaba nórdico; aceptaba a los vikingos que venían a comerciar o a quedarse en
sus tierras y siguió la costumbre escandinava con respecto al matrimonio. Se casó con una
princesa carolingia llamada Luitgarda entre el 935 y el 940, y tomó una concubina, Sprota,
con la cual tuvo a su heredero, Ricardo.
Por otro lado, también seguía costumbres francas al declararse ya abiertamente como
cristiano y en un apartado interesante: la acuñación de monedas. Esta actividad fue
heredera de la que ya se hacía en Ruan en época del Imperio de Carlomagno antes de los
asaltos vikingos pero distinguiéndose del estilo carolingio. En ellas usó su propio nombre,
convirtiéndose en la primera vez dentro de la Francia carolingia que un noble hacía esto, a
la par que omitía el nombre del rey franco. La acuñación de moneda fue continuada por
sus sucesores, siendo a su vez una muestra del poder de Ruan y la independencia que
habían conseguido.
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Guillermo dirigió su actividad a conseguir una aceptación dentro del mundo franco.
Esto hizo que, por ejemplo, rindiera homenaje a tres reyes francos y quisiera expandir sus
tierras hacia el oeste. Como ya se ha dicho antes, A nivel político, tuvo que hacer frente a
una sublevación de algunos jefes vikingos dirigidos por un líder llamado Rioulf, aunque
consiguió acabar con ésta.
Su activa política provocó su asesinato en 942 por orden de Arnulfo I. Esto provocó una
gran conmoción entre los normandos, que llegaron a considerarlo como un santo o mártir.
Fue enterrado también en la catedral de Ruan y le sucedió su hijo de 10 años, Ricardo.
Ricardo I
La minoría de edad
bajo la tutela de Ricardo a su hijo, el futuro Hugo Capeto, y le prometió la mano de su hija
Emma, con la cual se casó hacia el año 960.
Sin embargo, tuvo que hacer frente al conde de Chartres, Teobaldo I, casado con la
viuda de Guillermo I de Normandía. El conde arrebató a Ricardo la ciudad de Evreux en
962, y los normandos respondieron al ataque, para lo cual llegaron a pedir la ayuda del rey
de Dinamarca, quien atacó las tierras de Teobaldo. Esto llevó a que devolviera la ciudad
capturada en 965 y fuera reconocida la autoridad del duque sobre Normandía por parte
del rey de la Francia Occidental Lotario.
A los pocos años, al parecer Ricardo tomó una concubina, Gunnora, con quien tuvo
ocho hijos, cinco hijos y tres hija, siguiendo la costumbre vikinga. De esos hijos, uno fue su
sucesor, Ricardo II; otro arzobispo de Ruan y conde de Evreux, Roberto; y otra fue Emma,
esposa del rey Etelredo de Inglaterra. Gunnora, por su parte, pertenecía a una familia de
origen danés instalada en el país de Caux, lo que le permitió a Ricardo tener un mayor
control sobre esta parte del ducado.
Durante su largo gobierno Normandía pasó por un largo periodo de paz, aunque es
posible que hubiera algunos jefes vikingos que mantuvieran cierta independencia con
respeto al duque como muestra una moneda encontrada en Fécamp, en el cual está
acuñado el nombre de un jefe llamado Hugo el Danés. Mantuvo muy buenas relaciones
con la Iglesia, pues bajo su gobierno todas las sedes episcopales estaban de nuevo
ocupadas por sus obispos y realizó numerosas donaciones a iglesias y monasterios, los
cuales debían vivir inspirados por la regla de Cluny. Tampoco se olvidó de construir
nuevas iglesias, aunque en piedra, lo que lo distanciaba de la tradición escandinava de
construirlas en madera. No obstante, mantuvo bajo su control al clero normando.
Para afianzar sus relaciones con sus vecinos, por un lado concertó un doble matrimonio
de sus hijos, Ricardo y su hermana Havoise con los hijos del conde Conan de Bretaña,
Judith y Jorge I. Por otro lado mantuvo muy buenas relaciones con los reyes de Francia,
Hugo Capeto, e Inglaterra, Etelredo II. Con respecto al primero se convirtió en un fiel
aliado y lo asistió en algunas acciones bélicas como la lucha contra el conde Eudes de
Blois, Champagne y Chartres, hijo de Teobaldo. Con el segundo firmó un acuerdo para no
ayudar más a los vikingos daneses, que habían estado atacando las costas inglesas
continuamente.
Ricardo II
Cuando murió Ricardo I en 996 en Fécamp, donde fue enterrado en la iglesia abacial de
la Trinidad, le sucedió su hijo, Ricardo II el Bueno, quien continuó en parte la política
desarrollada por su padre. Para el momento de su ascenso estaba casado con la hija del
conde de Bretaña, con la cual tuvo tres hijos: los futuros duques Ricardo y Roberto, y
Guillermo, que se hizo monje, además de varias hijas, una de las cuales se casó con el
duque de Borgoña. Cuando su esposa murió en 1017 y Ricardo tomó una nueva mujer,
Papia, con la que tuvo dos hijos, uno de los cuales, fue arzobispo de Ruan, Mauger.
Sus primeros años estuvieron marcados por un levantamiento de los campesinos
normandos, que exigían la explotación de bosques, lagos y ciertos cursos de agua, revuelta
que aplastada por el conde de Ivry por orden de Ricardo. Éste, en sus dominios, tenía
plenos derechos y una autoridad incontestable. Al frente de las provincias puso a condes
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emparentados con la familia ducal, por vía legítima o ilegítima, especialmente en las zonas
fronterizas con el resto del reino franco: Ivry, Eu, Avranches y Exmes. Les cedió algunos
poderes pero con la posibilidad de expulsarlos y revocar su autoridad. Ruan seguía siendo
la capital, aunque Fécamp jugo también un papel muy importante para el duque.
A nivel económico, a principios del siglo XI el comercio con el mundo vikingo era muy
fluido, pues Ruan era un puerto abierto principalmente a los comerciantes nórdicos y
vikingos, quienes llegaban a a venir incluso desde el este de Europa, donde se habían
asentado numerosos grupos de varegos. La importancia del comercio queda bien
atestiguada en las monedas encontradas en Fécamp, aunque datadas del gobierno de
Ricardo I y en las normandas que se han hallado desde Inglaterra hasta Rusia. Sin
embargo al final del ducado de Ricardo II las relaciones comerciales se enfriaron pues los
normandos pasaron a preferir comerciar con el mundo mediterráneo por las
oportunidades que ofrecía, como revela el hallazgo de monedas normandas en Roma y el
sur de Italia.
También Ricardo se encargó de controlar por completo la fiscalidad directa e indirecta y
organizarla eficientemente. Esta fortaleza económica favoreció que las condiciones de vida
de la población fueran bastante buenas, pues, por ejemplo, la servidumbre no existía
dentro del ducado. Esta prosperidad también contribuyó a que el feudalismo se asentara
definitivamente en Normandía.
Dentro de la clase dirigente normanda, las grandes familias escandinavas no jugaron un
papel relevante aunque fueron muy activas en las zonas muy colonizadas por los vikingos:
el país de Caux, el norte de la península de Cotentin y los valles de los ríos Sena y Risle.
Sobrevivían también grandes familias francas anteriores a la llegada de los vikingos pero
terminaron por unirse a la nueva aristocracia escandinava.
El creciente prestigio de Ricardo II tuvo su eco fuera de los límites de Normandía, sobre
todo en Inglaterra y en Francia. En Inglaterra el tratado firmado por su padre y el rey se
había roto cuando los normandos permitieron a los vikingos daneses llegar a Ruan
después de haber saqueado el condado inglés de Kent. Esto activó las hostilidades entre
ambos estados hasta que Ricardo renovó el acuerdo de matrimonio de su hermana Emma
con Etelredo, que se produjo en 1002. Sin embargo, eso no impidió que el rey inglés
masacrara a daneses establecidos en la isla. El rey de Dinamarca, Sveinn, respondió
atacando Inglaterra y consiguió la alianza de Ricardo en 1003 o 1013.
En Francia, la hermana del duque, Matilde, se había casado con el mencionado Eudes,
conde de Blois, Champagne y Chartres. A la muerte de aquella en 1006 sin hijos Ricardo
aprovechó para exigir al conde la villa de Dreux, dada en dote a su hermana, por su
posición estratégica cerca de Normandía. Eudes se negó y estalló el conflicto, en el cual
tuvo que mediar el rey francés para imponer la paz. El acuerdo alcanzado entre ambas
partes hizo que Dreux quedara finalmente en manos del conde. Mientras tanto, durante
unos años Ricardo jugó un papel importante en el gobierno del ducado de Bretaña pues su
hermana Havoise había quedado viuda y con hijos menores de edad, entre ellos el futuro
duque de Bretaña Alan III.
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El proceso de paz entre Ricardo y Eudes fue acelerado por la presencia de una flota
vikinga cerca de Ruan solicitada por el duque en su ayuda. Esta expedición estaba dirigido
por un jefe vikingo llamado Lacman y el futuro rey noruego Óláfr, futuro san Olaf. Éste
había estado de expedición por las costas gala e hispana y a su vuelta visitó Normandía
para pasar el invierno. Durante su estancia Ricardo lo convenció para que abrazara el
cristianismo y consiguió que fuera bautizado por su hermano el arzobispo de Ruan,
Roberto, entre los años 1013 y 1014. Una vez más quedaba patente las todavía buenas
relaciones entre los normandos y los vikingos, hecho que volvería a quedar de manifiesto
cuando Ricardo dio la bienvenida en Ruan al skald, es decir poeta, islandés Sigvatr,
enviado al sur en una misión diplomática.
Los problemas con Inglaterra continuaban en estos momentos. Etelredo había sido
derrocado por los daneses, sus dos hijos, Alfredo y Eduardo, habían huido a Ruan, y
Emma, que había quedado viuda, se casó con el nuevo rey de Inglaterra, Canuto II el
Grande, en 1017. Las relaciones entre normandos y daneses se fueron tensando, mientras
que los hijos de Etelredo hacían buenas amistades con los hijos de Ricardo, Ricardo y
Roberto, futuros duques de Normandía.
Ricardo II seguía siendo aliado de Roberto el Piadoso, poniéndose de su lado en las
confrontaciones que tuvo éste con otros nobles como el conde de Blois, Eudes. También su
hijo y sucesor empezó a participar en las actividades políticas de su padre al intervenir en
una campaña militar realizada para vengar a su cuñado, el conde Hugo de Chalon-sur-
Saône, apresado por el conde de Borgoña.
El prestigio que consiguió Ricardo también se extendió en el campo religioso,
superando incluso a sus antecesores al conseguir establecer relaciones diplomáticas con el
papado. Consiguió que el monje y reformados italiano (san) Guillermo de Dijon viniera a
Normandía para reformar las abadías de acuerdo al espíritu de Cluny, algo que consiguió
además de lograr ponerlas bajo la autoridad directa del papa. Ricardo se mostró muy
generoso con sus donaciones a iglesias y monasterios de todo el mundo, incluso el de
Santa Catalina del Monte Sinaí. También consiguió imponer firmemente su control sobre
la importante abadía de Mont-Saint-Michel y mantener bajo su dominio al clero secular
normando gracias a su hermano.
Ricardo III
Roberto I
Guillermo II
Su sucesor fue su hijo bastardo Guillermo II, tenido con Arlette de Falaise. Con
Guillermo el ducado de Normandía se consolidaba como uno de los estados más
poderosos de la Edad Media. Se había ido alejando progresivamente de su origen vikingo
para adaptarse a las características del reino franco aunque desarrolló unas características
propias. Además se produjo un salto importantísimo cuando Guillermo consiguió
convertirse en rey de Inglaterra un siglo después de que Rollon tomara posesión
oficialmente de Normandía. Supuestamente había recibido del rey inglés (san) Eduardo el
Confesor, quien era su tío segundo pues la madre de éste era Emma, la hermana de
Ricardo II, la promesa de ser su sucesor, y cuando el rey Harald de Wessex se negó,
invadió y conquistó la isla. Con esto instauraba en el trono inglés la dinastía Angevina.
Legado vikingo
armas conservadas como hachas y lanzas, todas ellas datadas en la segunda mitad del
siglo IX y principios del siglo X. Éstos son los pocos restos arqueológicos que atestiguan las
incursiones vikingas en esta región de Francia y la virulencia que tuvieron estos asaltos.
A pesar de esta escasez, hay que destacar dos importantes yacimientos. Uno de ellos es
la fortaleza de Hague-Dike, situado en el cabo de la Hague, en el extremo de la península
de Cotentin. Aunque fue construido por los celtas que habitaban en la región entre los
siglos IX y VIII a.C., sin embargo su parte oriental fue completada por los vikingos y
utilizada, posiblemente, como base marítima en el siglo X d.C. La presencia vikinga fue tan
significativa que le dio el nombre con el que es conocido, pues la palabra Hague viene del
nórdico haka, que significa "promontorio", y Dike, de dík o dikí, los cuales se utilizan para
designar una elevación de terreno.
El segundo es la necrópolis situada en la playa de Réville, en el noreste de la península
de Cotentin. La mayoría de las tumbas son de tamaño casi rectangular, típicas de la época
franca. Sin embargo, se han encontrado otras dos tumbas con la forma del casco de un
barco; y una tercera formada por cuatro losas puestas en ángulo recto, situada en medio de
tres círculos de piedras concéntricas y con restos óseos calcinados, señalando que en este
lugar se practicó la incineración. Por sus características se ha podido constatar su origen
vikingo. Sin embargo, sólo se ha encontrado aquí un objeto, un vaso cuya forma es
semejante al de otros encontrados en Escandinavia y que actualmente se encuentra en el
museo de Caen.
Para tratar este tema es necesario conocer las fuentes en las que rastrear la lengua
normanda. Una de éstas es el conjunto de textos latinos publicados entre los siglos XI y XII
en esta región, la mayoría de los cuales son decretos de los duques de Normandía. Las
palabras del antiguo nórdico presentes apenas han sido romanzadas y su utilización da
una valiosa información sobre su significado. Además, el hecho de que los clérigos se
limitaran a adaptarlas ligeramente a las declinaciones latinas indica que se trata de
términos de uso cotidiano. En otras ocasiones mencionaban que se trataban de palabras
pertenecientes a la lengua vulgar y no al latín. Un ejemplo es la palabra fisigardum, del
sustantivo fisigard y declinado en acusativo latino; dicha palabra procede del antiguo
nórdico fiskigarðr, que significa pesquería.
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Una segunda fuente es los escritos del antiguo francés de los siglos XII y XIII, donde
aparece un gran número de palabras de origen escandinavo. Muchos de esos textos son
literarios y compuestos por historiógrafos normandos y anglo-normandos, entre los cuales
sobresale Wace, poeta normando de gran influjo en la leyenda artúrica al dar el nombre de
Excalibur a la espada del rey Arturo, con sus libros Roman de Brut y Roman de Rou. A modo
de ejemplo de términos encontrados en estos textos tenemos la palabra brant, que procede
de brandr y hace referencia a la proa del barco.
De los siglos XIV al XVI tenemos textos normandos donde se puede encontrar palabras
de origen escandinavo aunque en un número ya menor. Destaca por su representatividad
La Compte du Clos des Galées de Rouen, escrito en 1382, por la cantidad de palabras náuticas
que han pasado al francés actual como quille, derivada del sustantivo kjölr y que hace
referencia a la quilla de barco.
Son muy interesantes para este estudio las fuentes orales actuales, es decir, los dialectos
presentes en Normandía y en los cuales se ha podido detectar la presencia de decenas de
palabras de origen normando. Algunas de éstas incluso han conservado una fonética y y
un significado muy cercanos a la palabra escandinava original como el sustantivo francés
para un tipo de tiburón, ha, que deriva de hár.
La toponimia de los lugares son un indicativo muy interesante de la presencia vikinga.
Muchas palabras toponímicas aparecen precedidas por el artículo definido como Le Vicq,
que procede de vík y significa bahía, lo que indica que eran usadas corrientemente. Sin
embargo quedaron fosilizados y en algunos casos se perdieron. Sobre este tema se hablará
de manera más extensa posteriormente. Tampoco se puede olvidar el préstamo de
palabras del antiguo inglés para el mundo rural al llegar anglosajones con los
escandinavos a Normandía.
Vocabulario marítimo
Vocabulario doméstico
Vocabulario legal
Características
Por lo general los nombres de lugares pueden ser de tres tipos: simples, derivados y
compuestos. Los primeros están formado por palabras que hacen referencia a elementos
naturalmente del paisaje como Bois-Guillaume, o estructuras humanas como Pont-d'Ouilly.
Los derivados están formados por una palabra y un sufijo, como "-y" en Normandía,
procedente del sufijo latino "-iacum", y que ha dado como resultados topónimos como
Brachy. En este tipo entran también los diminutivos y aquellos que tienen dos sufijos. Los
últimos, los compuestos, están formados por dos elementos, uno de los cuales al menos
hace referencia a un accidente geográfico y el otro sería un adjetivo como Grandchamp, o
incluso un antropónimo como Pont-Audemer, aunque lo frecuente es que el nombre propio
preceda al del lugar.
Para poder estudiar la toponimia es necesario encontrar las formas más antiguas
atestiguadas de denominar a un lugar para poder trazar su origen en el antiguo nórdico.
Para esto es interesante el estudio de las fuentes de la época y comprobar elementos como
las variaciones que existen al escribir el nombre de un lugar, en ocasiones por malas
transcripciones de los copistas. Estas variaciones han demostrado ser muy valiosas para la
reconstrucción de las formas originales y conocer la evolución del lenguaje. No obstante,
en todo momento hay que comprobar que el accidente geográfico encontrado en la palabra
reconstruida sea igual al accidente del lugar al que debe hacer referencia para confirmar
los resultados.
Es posible clasificar en dos grandes grupos todos los topónimos de origen nórdico para
su mejor estudio: aquellos relacionados con la naturaleza y aquellos que señalan la
presencia humana y su actividad. El primer grupo tiene su origen en la instalación y
posesión de los colonos de las nuevas tierras, a las cuales dieron nuevos nombres de
origen escandinavo, aunque sólo consiguieron mantenerse en aquellos lugares poco
poblados por francos. En el segundo grupo se encuentran aquellos términos acuñados por
los colonos escandinavos para designar un asentamiento, ya existente o de nueva creación.
Para una mejor explicación, se presentan aquí dos ejemplos ilustrativos y una breve
recopilación de términos de origen vikingo presentes en Normandía. Para una mejor
comprensión de la toponimia vikinga es recomendable la lectura del capítulo "Les
toponymes scandinaves en Normandie", del libro Les vikings y la Normandie, escrito por
Jean Renaud. En él, el autor hace una detallado estudio de la toponimia con numerosos
ejemplos y explicaciones para mostrar su procedencia escandinava.
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Bec
El término bec procede del antiguo nórdico bekkr y significa arroyo, aunque ha servido
para designar tanto a pequeños ríos como a lugares cercanos a éstos. Es frecuente
encontrarlo con el artículo determinado, como en Le Bec-Hellouin, una localidad francesa
situada en Normandía. Puede aparecer acompañada de un adjetivo como en Robec, río
afluente del Sena cerca de Ruan, que lleva la palabra escandinava rauðr, rojo. También se
encuentra unida a términos usados para otros accidentes geográficos como Daubec, situado
en el país de Caux, donde se encuentra unido a la palabra dalr, valle.
Tot
La palabra tot tiene su origen en la palabra del antiguo nórdico toft o topt con la cual se
designaba un terreno destinado a ser utilizado para construir una vivienda, aunque pasó
también a designar una casa con sus dependencias. Puede aparecer acompañada con el
artículo determinado como en Le Tot, topónimo muy extendido, y, a su vez, con adjetivos
como en Le Grand Tot. También puede encontrarse unido a un adjetivo o un apelativo
como Fritot, localidad situada en la península de Cotentin, cuyo primer elemento es el
adjetivo escandinavo friðr, bello; así como a otros elementos naturales, tal es el caso de
Ectot-l'Auber, cerca de Ruan, y que tiene el término eski, usado para hablar de un bosque
de fresnos. Es posible hallarlo con antropónimos, ya sean francos como la localidad de
Robertot, o propiamente escandinavos y daneses como Runetot, del nombre nórdico Rúni.
2 La palabra vikingo puede tener su origen etimológico en esta palabra, aunque es discutido todavía.
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No se puede dejar de mencionar que para el estudio de esta toponimia vikinga se han
realizado comparaciones con nombres encontrados en los países de procedencia de los
asaltantes y colonos como Dinamarca y Noruega. Si usamos los dos términos utilizados a
modo de ejemplo, se puede ver la semejanza entre topónimos normandos, escandinavos y
daneses: partiendo de la palabra bekkr tenemos en Francia el río Le Bec y en Noruega el
territorio de Bekken; y partiendo de palabra toft tenemos en el país galo la localidad de
Hautot-sur-Mer y en el país danes, Højtoft. Estas similitudes lingüísticas han sido de gran
ayuda para el estudio de este tema.
BIBLIOGRAFÍA
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