Está en la página 1de 2

Cristina Galera Fernández

PRÁCTICA 4. ASISTENCIA CONSULAR

El objeto de la práctica es el derecho que tienen los nacionales de un estado a


comunicarse con los funcionarios consulares de ese mismo estado cuando se encuentran
en un supuesto en el que son privados de su libertad. Éste se encuentra regulado en el
artículo 36 de la Convención de Relaciones Consulares de 1963.

La asistencia consular, de acuerdo a la opinión consultiva de la Corte Interamericana de


Derechos Humanos, consta de dos vertientes: es tanto un derecho como un deber. En
cuanto al primer punto, es un derecho cuya titularidad la posee el individuo que tiene
conexión con el Estado acreditante del consulado, necesitando para su ejercicio el
requerimiento del particular sin ningún requerimiento previo. El ser un derecho, implica
que también hay un deber. Esta obligación se exterioriza a su vez de dos maneras: las
que debe de cumplir tanto el Estado acreditante como el Estado receptor. Empezando
por éste último, el citado convenio le impone la necesidad de que, una vez requerido por
el particular, se ponga en conocimiento de las autoridades consulares “sin demora”
cualquier conocimiento. Por su parte, las obligaciones de las citadas autoridades
consisten en “brindar su auxilio al detenido”, como bien dice la Corte Interamericana,
mediante “diversos actos de defensa, como el otorgamiento o contratación de patrocinio
letrado, la obtención de pruebas en el país de origen, la verificación de las condiciones
en que se ejerce la asistencia legal y la observación de la situación que guarda el
procesado mientras se halla en prisión”.

Al no establecerse delimitaciones en cuanto a su uso en la regulación, la Corte aplica


este figura a cualquier caso, “sin distinguir entre la gravedad de la pena aplicable al
delito que origina la detención”; pues como se ha dicho más arriba, la razón que
fundamenta la asistencia consular es sólo la privación de la libertad.

Cabe decir que, de acuerdo a lo dicho en la opinión consultiva de la Corte, en el caso de


que no se atienda a esta obligación (pues hay que recordar que esta figura tiene su
nacimiento en la ratificación de un Convenio internacional) o que se obstruya por algún
medio, tendrá como consecuencias la afectación a las garantías judiciales.
Mientras que la cuestión que fue planteada por México a la Corte Interamericana
resuelve cuestiones materiales, el caso LaGrand (Alemania contra los Estados Unidos)
aplica esta institución a un caso concreto. Sintéticamente, Alemania acusa a Estados
Unidos del incumplimiento del completo artículo 36 del Convenio de Relaciones
Consulares, debido a tres razones: el incumplimiento de información de la posibilidad
de asistencia consular, la aplicación de su derecho interno que impidió que los hermanos
LaGrand presentaran reclamaciones y el incumplimiento de la providencia sobre la
medida provisional que fue dictada por la Corte.

El fallo del Tribunal establece que Estados Unidos sólo incumplen las obligaciones del
apartado b y las del párrafo 2 (las relativas a la comunicación sin demora a las
autoridades consulares y la necesidad de aplicar la legislación interna conforme a lo
establecido en la convención respectivamente).

Este fallo se justifica argumentando que “la infracción del apartado b no da lugar
necesariamente a una violación de otras disposiciones de este artículo […] cuando el
Estado de envío desconoce la detención de sus nacionales como consecuencia de no
haber recibido sin demora del Estado de recepción la notificación de envío se ve
impedido, a todos los efectos prácticos, de ejercer los derechos que le corresponden con
arreglo al párrafo 1 del artículo 36”. Seguidamente, se establece que la “norma de
procedimiento definido no infringe el artículo 36, sino que “tuvo el efecto de impedir
que surtan pleno efecto los derechos reconocidos por este artículo [el 36], y por
consiguiente, constituye una violación del párrafo 2 del artículo 36”, es decir, que las
circunstancias en la que fue aplicada la norma del procedimiento predefinido fueron las
causantes de la violación.

También podría gustarte