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ESCRITO REFLEXIVO DEL TEXTO “LOS SONIDOS DEL BOSQUE”.

Lic. en Educación con énfasis en Ciencias Sociales y Ambientales.


Daniela Ayola Batista
Kleiriana Andrea Meza Escorcia.
Universidad de Cartagena

El texto “los sonidos del bosque” es un cuento reflexivo, el cual nos invita a que
reflexionemos sobre el acto de escuchar y más allá de una escucha superficial nos invita a
que es mejor escuchar con atención para así tener una comprensión de lo que acontece.
Este texto nos enseña que el arte de escuchar es algo inusual en nuestro entorno y que lo
superficial ha tomado mucha fuerza (las apariencias) y hemos dejado de lado la esencia, el
sentido de las cosas y de las personas, todo por la falta de escucha (de escuchar con
atención), es fácil creer que lo que hacemos diariamente es escuchar y estar atento a lo que
sucede en nuestro alrededor, pero en realidad nos falta mucho para llegar a eso.
En nuestro proceder diario notamos que la mayoría de las problemáticas existentes son por
falta de esos elementos tan importantes como: la escucha, la atención y la comprensión, en
otros casos las soluciones a todos estos embrollos están en la acción de conocer bien al
otro; sin duda existirían mejore gobernantes, profesores, empresarios, etcétera, si pusieran
en práctica lo que este texto indica.
Aplicado al contexto educativo, el texto nos hace el llamado a que como licenciados
logremos comprender todo el acto de educar, a que no seamos ciegos con todo lo que
sucede en este proceso. En primera instancia, como maestro debemos comprender al otro,
es decir, entender y aceptar la realidad de cada uno de nuestros pares y de manera especial
de los alumnos, conocerlos de manera cercana y no quedarnos solo con lo superficial que
sería lo que acontece en el salón de clases, la institución educativa o lo que ellos con pocas
palabras dicen, pues el proceso escolar es algo que va articulado y si algo falla lo demás se
verá afectado, además de eso creemos que el maestro tiene la responsabilidad de sobrepasar
los linderos del aula de clase, pues el alumno está compuesto de una realidad que va más
allá de esas cuatro paredes y el maestro debe estar atento a todo lo que sucede con él, pues
eso hace parte de su labor.
Alguien dijo una vez “los profesores son médicos sociales” y es cierto, muchos maestros
están en la capacidad de tocar las fibras más profundas de sus estudiantes y de cambiar sus
realidades debido al conocimiento que tienen de ellos y a su cercanía. Es bueno que como
profesores escuchemos lo inaudible, lo que parece insignificante, ya que esto ha hecho que
muchos de los hombres y mujeres de éxito de la historia sean hoy lo que son.
Agregado a lo anterior la invitación más significativa del texto aplicada al campo educativo
es que para la existencia de una buena comunicación tiene que haber una excelente
disposición; una posibilidad de poder escuchar (saber escuchar), más allá de lo que hablan,
de lo que se pueda expresar verbalmente y una posibilidad de atención para que se entienda
lo que realmente es y no de manera errónea y así al final de cuentas tener una buena
comprensión de toda la realidad y un éxito total en el proceso educativo.
Es triste lo que se presenta en la actualidad, vivimos en un mundo en el cual los seres
humanos hemos perdido la habilidad de estar en comunicación con el otro, donde nuestras
ideas son impuestas. Nos encargamos de oír, pero no significa que estemos escuchando y
comprendiendo lo que sucede y le sucede a los demás a nuestro alrededor.
Es de fundamental importancia la actitud de escucha y más aún en la educación, a partir de
la cual creamos un espacio de interrelación, un puente de conexión con los otros, además
ofrece la posibilidad a la persona que nos está hablando de comunicar y expresar sus
pensamientos, sus emociones y sus sentimientos. Adoptar una actitud de escucha es apartar
nuestros pensamientos y concentrarnos en las expresiones del otro. Toda la energía la
ponemos en las necesidades de la otra persona, lo que la hace sentirse reconocida y
estimada: En un ambiente educativo lo niños y niñas tienen la confianza de comunicar sus
necesidades y emociones, como futuros docentes tenemos que estar abiertos a escuchar sin
poner fronteras que limiten el proceso de enseñanza y aprendizaje porque no nos damos a
la tarea de escuchar todo eso aparentemente inescuchable que sucede en el aula.

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