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R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XVIII N.o 44 61
Resumen
Hacia una nueva cultura educativa
Résumé
Vers une nouvelle culture éducative
Abstract
Towards a new educational culture
This article lays out some features of the academic history of the
School of Education of Universidad de Antioquia, which the
author proposes as horizon for future development of pedagogy
and perspective for the formation of educating professionals in
Colombia, and neighboring countries.
Palabras clave
Historia de la Facultad de Educación de la Universidad de
Antioquia; formación de educadores; pedagogía en Colombia;
comprensión; confianza; investigación educativa.
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tos técnicos y tecnológicos, la educación sate- yecto de la Historia de las Prácticas Pedagógi-
lital y a distancia, y la instrucción programada. cas, yo más bien seguí el camino de analizar
las teorías pedagógicas contemporáneas, su
Frente a esta perspectiva se levantaba el movi- pretensión de explicar lógica y coherentemen-
miento estudiantil de la década del setenta, con- te los problemas de la enseñanza, su preten-
tra el imperialismo, la tecnología educativa, el sión de iluminar experiencias educativas que,
conductismo y las políticas de instrumen- a la vez que solucionaran problemas pragmá-
talización de la enseñanza financiadas por el Ban- ticos de la enseñanza de las ciencias, podrían
co Mundial. Se volvió lugar común la crítica ra- extraer de estas experiencias argumentos de
dical a la escuela y a sus prácticas pedagógicas validación de la misma teoría. Así, dediqué
como prácticas de dominación y de alienación. varios años de mi vida intelectual en la Facul-
Iván Illich llamaba a la desescolarización total tad a identificar y a definir los conceptos bá-
desde Cuernavaca (1968), y Basil Bernstein pro- sicos de cada teoría pedagógica y a reconocer
clamaba que el discurso y las prácticas pedagógi- las interacciones entre éstos para construir los
cas no eran más que dispositivos de dominación modelos pedagógicos que facilitaran no sólo su
mediante los cuales las clases dominantes se ha- representación clara y distinta, sino su com-
cían al control de la escuela y de toda la sociedad parabilidad, como contribución elemental
(1988). para la reconstrucción del campo disciplinar
de la pedagogía. Esto no significa que desco-
La confrontación radical de estas dos tenden- nociera el aspecto ideológico de tales teorías:
cias ideológicas marcó la vida intelectual de de hecho, en uno de los primeros trabajos
la Facultad durante la década del setenta, y sobre los modelos pedagógicos, en coautoría
sirvió de crisol en el que se formó esa nueva con Enrique Batista (1982), me dediqué a re-
generación de profesores tan importante para conocer su presencia en la mentalidad de los
la renovación intelectual de la Facultad y del maestros de Medellín, como núcleos ideoló-
país, como Alberto Echeverri, Octavio Henao, gicos que inspiraban su práctica docente en
Olga Lucía Zuluaga, Federico García, Vladimir las escuelas. Posteriormente centré mi trabajo
Zapata, una generación a la cual me enorgu- en el análisis interno de las teorías pedagógi-
llezco de pertenecer, no porque hayamos cons- cas y abandoné a los sociólogos la perspectiva
truido un mismo y único proyecto, ni un solo reproduccionista.
y homogéneo equipo de trabajo, sino porque,
en las diferencias, en las polémicas, en los No obstante las diferencias de enfoques, los
desafíos que asumíamos, en la competencia y profesores de aquella generación coincidi-
emulación fuimos perfilando los matices con- mos en mantener al menos cinco caracte-
ceptuales y los aportes intelectuales que hoy rísticas que permiten reconocernos como
día constituyen un legado nada despreciable exponentes de la misma generación: 1) acti-
para el desarrollo y el prestigio académico de tud metódica de crítica y desconfianza ha-
la Facultad. cia la tradición escolar; 2) actitud par-
ticipativa y crítica contra el conformismo
Para ilustrar una de las diferencias aludidas, social y contra la inequitativa estructura so-
recuerdo haber asistido a los cursos del doc- cial colombiana reflejada en la escuela; 3)
tor Alfonso Castellanos sobre “escuelas y co- apasionada dedicación al estudio y a la lec-
rrientes pedagógicas” en la Universidad Pe- tura, con especial preferencia por los auto-
dagógica Nacional, lo cual me impidió redu- res de vanguardia en las ciencias sociales
cir las teorías pedagógicas a meros discursos que han abierto el espacio a la condición
y prácticas de dominación ideológica. Enton- posmoderna (Sigmund Freud, Michel
ces, mientras Olga Lucía Zuluaga y Alberto Foucault, Jacques Derrida, Estanislao Zu-
Echeverri emprendieron el promisorio pro- leta, entre otros); 4) preferencia por el estu-
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dio de los pedagogos del siglo XX, y 5) pre- Pero estos matices ideológicos polemizados en
ferencia por la expresión escrita y pública nuestra generación no impidieron generar un
de nuestras opiniones, nuestros conceptos legado cultural para la Facultad y la educa-
y nuestras diferencias, inicialmente a tra- ción en el país, que los historiadores sabrán
vés de la revista Estudios Educativos (APE), ponderar en su justa dimensión. Ese legado
denominada en su nueva época Revista Edu- se basa en los siguientes aportes: el primero
cación y Pedagogía, el órgano de difusión de que logramos consolidar en la Facultad fue la
la pedagogía y la didáctica más importante sustitución de la tradición oral y pragmática
del país, bajo la dirección del profesor Al- por una cultura académica que sólo reconoce
berto Echeverri. lo dicho por escrito. La creación del Centro
de documentación, el Archivo pedagógico, el
Además de nuestras coincidencias generacio- fortalecimiento de la revista de la Facultad
nales, las diferencias conceptuales permitie- como un órgano de difusión nacional acredi-
ron distinguir nuestro ejercicio profesional: tada por Colciencias, las publicaciones uni-
de hecho, si las teorías pedagógicas no sopor- versitarias sobre los proyectos de investiga-
taran una validación epistemológica, por cons- ción de los profesores, hasta el logro de pu-
tituir apenas expresiones ideoculturales de blicaciones en revistas extranjeras y en edito-
grupos sociales particulares, la profesión do-
riales como la Mcgraw Hill, son hitos por este
cente quedaría reducida a un instrumento de
camino académico cuyas únicas huellas son
alienación, a un dispositivo de dominación,
las que se dejan por escrito, que son las que se
y, por tanto, a merced de los intereses del gru-
pueden citar, las que permiten orientar y apo-
po que en cada momento se apodere del apa-
yar los trabajos futuros.
rato del Estado, sin que se pudiera pretender
un progreso en la formación de los maestros
El segundo legado de nuestra generación a la
ni en la calidad de la enseñanza, porque las
Facultad y al magisterio antioqueño es la trans-
teorías pedagógicas no serían más que expre-
formación orgánica de aquélla, al pasar de un
sión circunstancial de intereses sociocultu-
organismo de poder político subordinado al
rales. De hecho, varios de los intelectuales
aparato de poder regional, apéndice de los
marxistas de la época sustentaban la tesis de
que sólo cambiando el sistema cambiaría la partidos políticos desde la Secretaría de Edu-
educación. cación Departamental y desde el Consejo Su-
perior de la Universidad, a una organización
Si la pedagogía se redujera a un discurso ideo- académica autónoma que, con criterios emi-
lógico, se podría entonces prescindir de ella nentemente académicos, selecciona y pro-
cuando se considere innecesaria para el man- mueve a sus profesores, diseña y apoya los
tenimiento del sistema, como lo hace actual- proyectos, escoge sus jefes, distribuye los re-
mente el Ministerio de Educación, al determi- cursos, los estímulos y las participaciones en
nar que para la calidad de la enseñanza da lo los eventos científicos nacionales e interna-
mismo un licenciado que un veterinario o un cionales, según el aporte académico que cada
ingeniero mecánico. Semejante confusión profesor sustenta y presenta por escrito a sus
arriesga no sólo la existencia de las facultades colegas. Estos criterios de racionalidad aca-
de educación, sino la de la profesión docente. démica fueron los que presidieron la Facul-
Cuando cualquiera puede enseñar, es porque tad cuando tuve la oportunidad y el honor
se considera que la tarea es fácil y que la peda- de ocupar la decanatura, en contra de la tra-
gogía se puede asimilar espontáneamente del dición del clientelismo y la politiquería con
medio ideológico-cultural. Estaríamos enton- que se ha manejado al magisterio antioqueño.
ces como Freud hace cien años, presumiendo El tercer legado de nuestra generación fue la
que comunicar, administrar y enseñar son ta- contribución al movimiento cultural del ma-
reas espontáneas que no habría que estudiar. gisterio colombiano, llamado movimiento peda-
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gógico, el cual luchó durante la década del gente. En la actualidad, no es suficiente con pro-
ochenta por articular sus intereses gremiales y clamar la sociedad del conocimiento, ni basta con
de emancipación, como sector social tradicio- el avance de la ciencia en un grupo privilegiado
nalmente subordinado, a su afirmación como de cerebros. Sin formar una masa crítica de pro-
profesional de la educación inteligente y dig- fesionales y técnicos que piense en las soluciones
no, sujeto de un saber propio llamado pedago- a los problemas de la producción de bienes y ser-
gía. La visibilidad lograda por los escritos y vicios a nivel mundial, el país no puede compe-
polémicas publicados por los profesores de la tir, y queda fuera del mercado, lo que es lo mis-
Facultad en la revista de la Federación Colom- mo, fuera de los bienes de la globalización. Por
biana de Educadores (Fecode), Educación y cul- supuesto, se trata de una educación con calidad,
tura, prueban la importancia nacional que con- es decir, con un concepto pedagógico contem-
siguió nuestra generación en el movimiento poráneo que saque a los estudiantes de la tradi-
pedagógico del magisterio colombiano, al lado ción repetitiva y memorística, y los ponga a pen-
de otros grupos de reflexión y crítica pedagó- sar, a analizar los fenómenos y los conceptos en
gica inspirados en Carlos Federici, en Carlos cada campo disciplinar particular. No me refie-
Eduardo Vasco y otros. Nuestros conceptos ro, entonces, a la pedagogía como un discurso
pedagógicos influyeron las más altas esferas de general y abstracto, sino orientado a la enseñan-
la política nacional, hasta el punto de culmi- za de campos disciplinares, y a grupos de estu-
nar en la Ley General de Educación (Ley 115), diantes concretos, situados y con contexto
direccionar la reestructuración y acreditación sociocultural propio.
de las escuelas normales superiores en Colom-
bia, e inspirar el Decreto 272 para la reforma y La pedagogía, aplicada a la enseñanza de las
acreditación del sistema de formación de maes- disciplinas, ayuda a definir las metas de for-
tros en Colombia, reconociendo a la pedago- mación, describe el proceso de aprendizaje y
gía como “el saber fundante”, avalando el es- formación que se quiere recorrer con el estu-
tudio de las teorías y modelos pedagógicos, y diante, identifica las experiencias y conteni-
recomendando la enseñabilidad de las ciencias dos privilegiados a los que se atribuye mayor
como una de las dimensiones esenciales en la poder formativo, describe las regulaciones que
formación de los licenciados. estructuran la relación pedagógica más for-
mativa, y propone las opciones metodológicas
Finalmente, no puedo dejar de mencionar el y didácticas más productivas para que la en-
aporte sustancial que nuestra generación ha señanza sea efectiva en el logro de las metas
realizado en la investigación educativa y peda- de formación. Es ésta la pedagogía que per-
gógica, con trabajos que han trascendido la mite mejorar la enseñanza y cualificar la edu-
región y han ganado prestigio nacional e in- cación del pueblo colombiano para avanzar
cluso internacional, como ocurrió con el Gru- por la senda del desarrollo económico y so-
po de Historia de las Prácticas Pedagógicas en cial que necesita el país.
Colombia, o como viene ocurriendo desde hace
años con los importantes trabajos del grupo Naturalmente, estoy hablando de una teoría
del profesor Octavio Henao en didáctica y pedagógica, no de una religión ni de un dog-
nuevas tecnologías. ma; por tanto, no es un pecado entrar a una
mezquita, ni a una sinagoga ni a una iglesia
cristiana. Podemos ser inteligentemente ecléc-
Una concepción actual de la pedagogía ticos durante el desarrollo de una carrera, in-
cluso en el desarrollo de un curso. Para for-
Creo que las sociedades contemporáneas han mar un profesional del agro, podemos ense-
avanzado tanto, que ya no pueden sobrevivir ñarle, con un modelo pedagógico conductista,
sino aquellas que eduquen intensamente a su a manejar máquinas integradas que aran, siem-
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bran y cosechan, mientras que puede apren- Conocer el mundo no significa solamente dis-
der a solucionar problemas de suelos, de me- tinguir, separar, aislar los fenómenos ni llenar
joramiento de semillas y de control de plagas con datos confiables los preconceptos que tene-
mediante un enfoque pedagógico construc- mos sobre él. Al fin y al cabo, la función de la
tivista. Por supuesto, no hay que confundir representación del mundo es ordenarlo, es dis-
pedagogía aplicada con su instrumentación didác- tinguir y sustraer objetos del caos, es reducir la
tica, aunque esta última se deriva de la prime- complejidad del mundo, como diría Luhman
ra, y se enriquece con la incorporación de las (1996). La experiencia del mundo adquiere sen-
nuevas tecnologías, como lo viene haciendo el tido organizado, comprendiendo las condicio-
profesor Octavio Henao. nes complejas de existencia, y esto no se realiza
sino como una operación intersubjetiva: el sen-
tido y el mundo andan juntos y se constituyen
Comprensión y confianza intersubjetivamente. No sólo podemos conocer
el entorno, sino que somos capaces de seleccio-
A diferencia de las cosas y los demás seres vi- narlo, de diseñarlo, de crearlo (la autopoiesis de
vos, sólo los seres humanos somos concientes H. Maturana, 1981).
de la complejidad del mundo. A partir del
momento en que los seres humanos nos per- Amplios sectores de la población mundial que
catamos de que existen otros yoes, como alter viven en Latinoamérica están excluídos de la
ego, otros seres con su propia subjetividad, que educación, de los servicios de salud y carecen
tienen acceso directo al mundo y lo pueden de identidad legal. Muchos de ellos no po-
experimentar de manera diferente, desde otras seen ni siquiera cédula de identificación que
perspectivas, desde ese momento el mundo se los acredite como ciudadanos. Estos serían
complica. La complejidad del mundo se au- “marginados” sociales, en el sentido de que
no participan ni tienen acceso al bienestar
menta por esta dimensión social que llamamos
social, por carecer de una remuneración de-
intersubjetividad y se convierte desde entonces
corosa para su trabajo, aunque están “inte-
en fuente de gran incertidumbre (e inseguri-
grados” al sistema mundial de producción
dad). Y el mundo que experimentamos no está
como productores de materias primas, como
fuera de nosotros, hacemos parte de él, esta-
trabajadores del sector primario, por ejemplo,
mos insertos en el mundo hasta el punto de
los campesinos. No obstante, el mundo globa-
que lo que mejor nos define es el entorno. Mejor lizado está presente en nuestros campesinos,
dicho, sin el entorno social y cultural desapa- como seres subordinados, y la alta compleji-
receríamos. dad de la sociedad es su problema y su desa-
fío. Habría que indagar cuál es la capacidad
El mundo actual globalizado es tan complejo de estos hombres para relacionarse con la com-
que los seres humanos necesitamos compren- plejidad. Nuestro reto como educadores es
derlo y reducir su complejidad para poder so- facilitar que estos hombres desarrollen lo que
portarlo. Ante esta nueva situación de mayor les corresponde: elevar su capacidad de rela-
complejidad social, el hombre puede y debe cionarse con la complejidad del entorno que
desarrollar estrategias más efectivas para abor- les tocó en suerte. Para ello disponen al me-
dar y reducir la complejidad, su incertidum- nos de dos estrategias: comprensión de sus con-
bre y su inseguridad. Sus estrategias más ori- diciones de existencia, de su entorno, y con-
ginales siguen siendo conocer el mundo y con- fianza en sí mismos de que las cosas pueden
fiar en los demás. Son ambas caras de una mo- cambiar y encauzarse razonablemente, que
neda que garantizan un solo propósito: redu- existen posibilidades de mejorar la vida para
cir la incertidumbre y la complejidad del mun- sí mismos y su entorno. Sin esta confianza es
do para hacer más llevadera la vida. imposible entender el entorno con una espe-
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Versiones y usos de la pedagogía
FLÓREZ, Rafael, 2005, Pedagogía del conocimien- MATURANA, H., 1981, “Autopoiesis”, en: ZE-
to, Bogotá, McgrawHill. LENY, Milan, comp., Autopoiesis: a Theory of Li-
ving Organization, Nueva York, North Holland
FLÓREZ, R. y BATISTA, E., 1982, El pensamiento Publishers.
Referencia
FLÓREZ OCHOA, Rafael, “Hacia una nueva cultura educativa”, Revista
Educación y Pedagogía, Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Edu-
cación, vol. XVIII, núm. 44, (enero-abril), 2006, pp. 61-69.
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