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Versiones y usos de la pedagogía

Hacia una nueva cultura educativa

Rafael Flórez Ochoa

Vincent van Gogh, Dos manos, óleo


sobre lienzo, 1885.

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Resumen
Hacia una nueva cultura educativa

Este artículo esboza unos hitos en la historia académica de la


Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, que el
autor propone como horizonte de desarrollo futuro de la pedago-
gía y perspectiva para la formación de educadores en Colombia y
países vecinos.

Résumé
Vers une nouvelle culture éducative

Cet article présente une ébauche des moments de repère dans


l'histoire académique de la Faculté d'Éducation de l'Université
d'Antioquia, en Colombie que l'auteur propose comme horizon
du développement futur de la pédagogie et perspective pour la
formation des enseignants en Colombie et dans les pays voisins.

Abstract
Towards a new educational culture

This article lays out some features of the academic history of the
School of Education of Universidad de Antioquia, which the
author proposes as horizon for future development of pedagogy
and perspective for the formation of educating professionals in
Colombia, and neighboring countries.

Palabras clave
Historia de la Facultad de Educación de la Universidad de
Antioquia; formación de educadores; pedagogía en Colombia;
comprensión; confianza; investigación educativa.

History of the School of Education of Universidad de Antioquia,


formation of educating professionals, pedagogy in Colombia,
comprehension, trust, educational research.

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Versiones y usos de la pedagogía

Hacia una nueva cultura educativa*

Rafael Flórez Ochoa**

G racias a Alberto Echeverri y a sus


colegas, los profesores de la Maes-
tría en Educación, tengo el gusto de
regresar a estos claustros, donde me formé
como hombre, como ciudadano y como pro-
a realizar mi maestría, cargado de un bagaje
humanista desde la Universidad San Buena-
ventura y la Universidad Pedagógica Nacio-
nal, donde había realizado mi pregrado. Rápi-
damente me encontré en medio de una encru-
fesor de pedagogía, para dirigir a ustedes unas cijada intelectual que me tensionó al máximo:
palabras de iniciación que consagren este tra- por un lado, la formación conductista y a la
mo de su vida académica a su formación como vez psicologista de los profesores de la maes-
intelectuales de la pedagogía lúcidos, compro- tría, liderados por la élite intelectual de la Fa-
metidos y creadores de la nueva cultura edu- cultad en esa época (Bernardo Restrepo, Gui-
cativa que requiere el país. llermo Vélez, Jairo Gómez, Enrique Batista,
Aurora Giraldo, Manuel Ortega), todos ellos
formados en Estados Unidos en planeación
El legado de una generación de
curricular y evaluación del aprendizaje, en la
pedagogos
perspectiva de tecnificar la educación en Co-
Hace treinta y siete años llegué, como lo ha- lombia y en América Latina, desde el Plan Atcon
cen ustedes hoy, a esta Facultad de Educación y la reforma INEM,1 la creación de los institu-

* Lección inaugural de la Maestría en Educación de la Facultad de Educación, de la Universidad de Antioquia, 7 de


marzo del 2006.
** Desde 1970 hasta nuestros días ha sido catedrático e investigador en las áreas de pedagogía, didáctica y epistemo-
logía de la pedagogía en la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, y autor de varios artículos y
libros especializados en la misma temática, entre los cuales se destaca Pedagogía del conocimiento (2005).
E-mail: raflorez21@epm.net.co
1 El Plan Atcon fue diseñado en Estados Unidos para modernizar y estandarizar la formación profesional en
América Latina, y asegurar las competencias laborales requeridas por las empresas multinacionales. Este plan, de
1961, patrocinado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), el Banco Mundial y la Organi-
zación de Estados Americanos (OEA), promovió la organización de la docencia universitaria “por departamen-
tos”, concentró la formación básica y humanista de todas las carreras en una sola Facultad, “de Ciencias y Huma-
nidades”, y promovió la enseñanza “por objetivos” conductistas.
La reforma INEM de la educación básica colombiana pretendió, desde la década del sesenta, sustituir el bachille-
rato clásico y humanista por un bachillerato técnico diversificado que aportara la mano de obra calificada y barata
requerida por el desarrollo industrial y la inversión extranjera en el país. Su novedad pedagógica son las “rotacio-
nes vocacionales” y la instrucción programada.

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tos técnicos y tecnológicos, la educación sate- yecto de la Historia de las Prácticas Pedagógi-
lital y a distancia, y la instrucción programada. cas, yo más bien seguí el camino de analizar
las teorías pedagógicas contemporáneas, su
Frente a esta perspectiva se levantaba el movi- pretensión de explicar lógica y coherentemen-
miento estudiantil de la década del setenta, con- te los problemas de la enseñanza, su preten-
tra el imperialismo, la tecnología educativa, el sión de iluminar experiencias educativas que,
conductismo y las políticas de instrumen- a la vez que solucionaran problemas pragmá-
talización de la enseñanza financiadas por el Ban- ticos de la enseñanza de las ciencias, podrían
co Mundial. Se volvió lugar común la crítica ra- extraer de estas experiencias argumentos de
dical a la escuela y a sus prácticas pedagógicas validación de la misma teoría. Así, dediqué
como prácticas de dominación y de alienación. varios años de mi vida intelectual en la Facul-
Iván Illich llamaba a la desescolarización total tad a identificar y a definir los conceptos bá-
desde Cuernavaca (1968), y Basil Bernstein pro- sicos de cada teoría pedagógica y a reconocer
clamaba que el discurso y las prácticas pedagógi- las interacciones entre éstos para construir los
cas no eran más que dispositivos de dominación modelos pedagógicos que facilitaran no sólo su
mediante los cuales las clases dominantes se ha- representación clara y distinta, sino su com-
cían al control de la escuela y de toda la sociedad parabilidad, como contribución elemental
(1988). para la reconstrucción del campo disciplinar
de la pedagogía. Esto no significa que desco-
La confrontación radical de estas dos tenden- nociera el aspecto ideológico de tales teorías:
cias ideológicas marcó la vida intelectual de de hecho, en uno de los primeros trabajos
la Facultad durante la década del setenta, y sobre los modelos pedagógicos, en coautoría
sirvió de crisol en el que se formó esa nueva con Enrique Batista (1982), me dediqué a re-
generación de profesores tan importante para conocer su presencia en la mentalidad de los
la renovación intelectual de la Facultad y del maestros de Medellín, como núcleos ideoló-
país, como Alberto Echeverri, Octavio Henao, gicos que inspiraban su práctica docente en
Olga Lucía Zuluaga, Federico García, Vladimir las escuelas. Posteriormente centré mi trabajo
Zapata, una generación a la cual me enorgu- en el análisis interno de las teorías pedagógi-
llezco de pertenecer, no porque hayamos cons- cas y abandoné a los sociólogos la perspectiva
truido un mismo y único proyecto, ni un solo reproduccionista.
y homogéneo equipo de trabajo, sino porque,
en las diferencias, en las polémicas, en los No obstante las diferencias de enfoques, los
desafíos que asumíamos, en la competencia y profesores de aquella generación coincidi-
emulación fuimos perfilando los matices con- mos en mantener al menos cinco caracte-
ceptuales y los aportes intelectuales que hoy rísticas que permiten reconocernos como
día constituyen un legado nada despreciable exponentes de la misma generación: 1) acti-
para el desarrollo y el prestigio académico de tud metódica de crítica y desconfianza ha-
la Facultad. cia la tradición escolar; 2) actitud par-
ticipativa y crítica contra el conformismo
Para ilustrar una de las diferencias aludidas, social y contra la inequitativa estructura so-
recuerdo haber asistido a los cursos del doc- cial colombiana reflejada en la escuela; 3)
tor Alfonso Castellanos sobre “escuelas y co- apasionada dedicación al estudio y a la lec-
rrientes pedagógicas” en la Universidad Pe- tura, con especial preferencia por los auto-
dagógica Nacional, lo cual me impidió redu- res de vanguardia en las ciencias sociales
cir las teorías pedagógicas a meros discursos que han abierto el espacio a la condición
y prácticas de dominación ideológica. Enton- posmoderna (Sigmund Freud, Michel
ces, mientras Olga Lucía Zuluaga y Alberto Foucault, Jacques Derrida, Estanislao Zu-
Echeverri emprendieron el promisorio pro- leta, entre otros); 4) preferencia por el estu-

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dio de los pedagogos del siglo XX, y 5) pre- Pero estos matices ideológicos polemizados en
ferencia por la expresión escrita y pública nuestra generación no impidieron generar un
de nuestras opiniones, nuestros conceptos legado cultural para la Facultad y la educa-
y nuestras diferencias, inicialmente a tra- ción en el país, que los historiadores sabrán
vés de la revista Estudios Educativos (APE), ponderar en su justa dimensión. Ese legado
denominada en su nueva época Revista Edu- se basa en los siguientes aportes: el primero
cación y Pedagogía, el órgano de difusión de que logramos consolidar en la Facultad fue la
la pedagogía y la didáctica más importante sustitución de la tradición oral y pragmática
del país, bajo la dirección del profesor Al- por una cultura académica que sólo reconoce
berto Echeverri. lo dicho por escrito. La creación del Centro
de documentación, el Archivo pedagógico, el
Además de nuestras coincidencias generacio- fortalecimiento de la revista de la Facultad
nales, las diferencias conceptuales permitie- como un órgano de difusión nacional acredi-
ron distinguir nuestro ejercicio profesional: tada por Colciencias, las publicaciones uni-
de hecho, si las teorías pedagógicas no sopor- versitarias sobre los proyectos de investiga-
taran una validación epistemológica, por cons- ción de los profesores, hasta el logro de pu-
tituir apenas expresiones ideoculturales de blicaciones en revistas extranjeras y en edito-
grupos sociales particulares, la profesión do-
riales como la Mcgraw Hill, son hitos por este
cente quedaría reducida a un instrumento de
camino académico cuyas únicas huellas son
alienación, a un dispositivo de dominación,
las que se dejan por escrito, que son las que se
y, por tanto, a merced de los intereses del gru-
pueden citar, las que permiten orientar y apo-
po que en cada momento se apodere del apa-
yar los trabajos futuros.
rato del Estado, sin que se pudiera pretender
un progreso en la formación de los maestros
El segundo legado de nuestra generación a la
ni en la calidad de la enseñanza, porque las
Facultad y al magisterio antioqueño es la trans-
teorías pedagógicas no serían más que expre-
formación orgánica de aquélla, al pasar de un
sión circunstancial de intereses sociocultu-
organismo de poder político subordinado al
rales. De hecho, varios de los intelectuales
aparato de poder regional, apéndice de los
marxistas de la época sustentaban la tesis de
que sólo cambiando el sistema cambiaría la partidos políticos desde la Secretaría de Edu-
educación. cación Departamental y desde el Consejo Su-
perior de la Universidad, a una organización
Si la pedagogía se redujera a un discurso ideo- académica autónoma que, con criterios emi-
lógico, se podría entonces prescindir de ella nentemente académicos, selecciona y pro-
cuando se considere innecesaria para el man- mueve a sus profesores, diseña y apoya los
tenimiento del sistema, como lo hace actual- proyectos, escoge sus jefes, distribuye los re-
mente el Ministerio de Educación, al determi- cursos, los estímulos y las participaciones en
nar que para la calidad de la enseñanza da lo los eventos científicos nacionales e interna-
mismo un licenciado que un veterinario o un cionales, según el aporte académico que cada
ingeniero mecánico. Semejante confusión profesor sustenta y presenta por escrito a sus
arriesga no sólo la existencia de las facultades colegas. Estos criterios de racionalidad aca-
de educación, sino la de la profesión docente. démica fueron los que presidieron la Facul-
Cuando cualquiera puede enseñar, es porque tad cuando tuve la oportunidad y el honor
se considera que la tarea es fácil y que la peda- de ocupar la decanatura, en contra de la tra-
gogía se puede asimilar espontáneamente del dición del clientelismo y la politiquería con
medio ideológico-cultural. Estaríamos enton- que se ha manejado al magisterio antioqueño.
ces como Freud hace cien años, presumiendo El tercer legado de nuestra generación fue la
que comunicar, administrar y enseñar son ta- contribución al movimiento cultural del ma-
reas espontáneas que no habría que estudiar. gisterio colombiano, llamado movimiento peda-

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gógico, el cual luchó durante la década del gente. En la actualidad, no es suficiente con pro-
ochenta por articular sus intereses gremiales y clamar la sociedad del conocimiento, ni basta con
de emancipación, como sector social tradicio- el avance de la ciencia en un grupo privilegiado
nalmente subordinado, a su afirmación como de cerebros. Sin formar una masa crítica de pro-
profesional de la educación inteligente y dig- fesionales y técnicos que piense en las soluciones
no, sujeto de un saber propio llamado pedago- a los problemas de la producción de bienes y ser-
gía. La visibilidad lograda por los escritos y vicios a nivel mundial, el país no puede compe-
polémicas publicados por los profesores de la tir, y queda fuera del mercado, lo que es lo mis-
Facultad en la revista de la Federación Colom- mo, fuera de los bienes de la globalización. Por
biana de Educadores (Fecode), Educación y cul- supuesto, se trata de una educación con calidad,
tura, prueban la importancia nacional que con- es decir, con un concepto pedagógico contem-
siguió nuestra generación en el movimiento poráneo que saque a los estudiantes de la tradi-
pedagógico del magisterio colombiano, al lado ción repetitiva y memorística, y los ponga a pen-
de otros grupos de reflexión y crítica pedagó- sar, a analizar los fenómenos y los conceptos en
gica inspirados en Carlos Federici, en Carlos cada campo disciplinar particular. No me refie-
Eduardo Vasco y otros. Nuestros conceptos ro, entonces, a la pedagogía como un discurso
pedagógicos influyeron las más altas esferas de general y abstracto, sino orientado a la enseñan-
la política nacional, hasta el punto de culmi- za de campos disciplinares, y a grupos de estu-
nar en la Ley General de Educación (Ley 115), diantes concretos, situados y con contexto
direccionar la reestructuración y acreditación sociocultural propio.
de las escuelas normales superiores en Colom-
bia, e inspirar el Decreto 272 para la reforma y La pedagogía, aplicada a la enseñanza de las
acreditación del sistema de formación de maes- disciplinas, ayuda a definir las metas de for-
tros en Colombia, reconociendo a la pedago- mación, describe el proceso de aprendizaje y
gía como “el saber fundante”, avalando el es- formación que se quiere recorrer con el estu-
tudio de las teorías y modelos pedagógicos, y diante, identifica las experiencias y conteni-
recomendando la enseñabilidad de las ciencias dos privilegiados a los que se atribuye mayor
como una de las dimensiones esenciales en la poder formativo, describe las regulaciones que
formación de los licenciados. estructuran la relación pedagógica más for-
mativa, y propone las opciones metodológicas
Finalmente, no puedo dejar de mencionar el y didácticas más productivas para que la en-
aporte sustancial que nuestra generación ha señanza sea efectiva en el logro de las metas
realizado en la investigación educativa y peda- de formación. Es ésta la pedagogía que per-
gógica, con trabajos que han trascendido la mite mejorar la enseñanza y cualificar la edu-
región y han ganado prestigio nacional e in- cación del pueblo colombiano para avanzar
cluso internacional, como ocurrió con el Gru- por la senda del desarrollo económico y so-
po de Historia de las Prácticas Pedagógicas en cial que necesita el país.
Colombia, o como viene ocurriendo desde hace
años con los importantes trabajos del grupo Naturalmente, estoy hablando de una teoría
del profesor Octavio Henao en didáctica y pedagógica, no de una religión ni de un dog-
nuevas tecnologías. ma; por tanto, no es un pecado entrar a una
mezquita, ni a una sinagoga ni a una iglesia
cristiana. Podemos ser inteligentemente ecléc-
Una concepción actual de la pedagogía ticos durante el desarrollo de una carrera, in-
cluso en el desarrollo de un curso. Para for-
Creo que las sociedades contemporáneas han mar un profesional del agro, podemos ense-
avanzado tanto, que ya no pueden sobrevivir ñarle, con un modelo pedagógico conductista,
sino aquellas que eduquen intensamente a su a manejar máquinas integradas que aran, siem-

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bran y cosechan, mientras que puede apren- Conocer el mundo no significa solamente dis-
der a solucionar problemas de suelos, de me- tinguir, separar, aislar los fenómenos ni llenar
joramiento de semillas y de control de plagas con datos confiables los preconceptos que tene-
mediante un enfoque pedagógico construc- mos sobre él. Al fin y al cabo, la función de la
tivista. Por supuesto, no hay que confundir representación del mundo es ordenarlo, es dis-
pedagogía aplicada con su instrumentación didác- tinguir y sustraer objetos del caos, es reducir la
tica, aunque esta última se deriva de la prime- complejidad del mundo, como diría Luhman
ra, y se enriquece con la incorporación de las (1996). La experiencia del mundo adquiere sen-
nuevas tecnologías, como lo viene haciendo el tido organizado, comprendiendo las condicio-
profesor Octavio Henao. nes complejas de existencia, y esto no se realiza
sino como una operación intersubjetiva: el sen-
tido y el mundo andan juntos y se constituyen
Comprensión y confianza intersubjetivamente. No sólo podemos conocer
el entorno, sino que somos capaces de seleccio-
A diferencia de las cosas y los demás seres vi- narlo, de diseñarlo, de crearlo (la autopoiesis de
vos, sólo los seres humanos somos concientes H. Maturana, 1981).
de la complejidad del mundo. A partir del
momento en que los seres humanos nos per- Amplios sectores de la población mundial que
catamos de que existen otros yoes, como alter viven en Latinoamérica están excluídos de la
ego, otros seres con su propia subjetividad, que educación, de los servicios de salud y carecen
tienen acceso directo al mundo y lo pueden de identidad legal. Muchos de ellos no po-
experimentar de manera diferente, desde otras seen ni siquiera cédula de identificación que
perspectivas, desde ese momento el mundo se los acredite como ciudadanos. Estos serían
complica. La complejidad del mundo se au- “marginados” sociales, en el sentido de que
no participan ni tienen acceso al bienestar
menta por esta dimensión social que llamamos
social, por carecer de una remuneración de-
intersubjetividad y se convierte desde entonces
corosa para su trabajo, aunque están “inte-
en fuente de gran incertidumbre (e inseguri-
grados” al sistema mundial de producción
dad). Y el mundo que experimentamos no está
como productores de materias primas, como
fuera de nosotros, hacemos parte de él, esta-
trabajadores del sector primario, por ejemplo,
mos insertos en el mundo hasta el punto de
los campesinos. No obstante, el mundo globa-
que lo que mejor nos define es el entorno. Mejor lizado está presente en nuestros campesinos,
dicho, sin el entorno social y cultural desapa- como seres subordinados, y la alta compleji-
receríamos. dad de la sociedad es su problema y su desa-
fío. Habría que indagar cuál es la capacidad
El mundo actual globalizado es tan complejo de estos hombres para relacionarse con la com-
que los seres humanos necesitamos compren- plejidad. Nuestro reto como educadores es
derlo y reducir su complejidad para poder so- facilitar que estos hombres desarrollen lo que
portarlo. Ante esta nueva situación de mayor les corresponde: elevar su capacidad de rela-
complejidad social, el hombre puede y debe cionarse con la complejidad del entorno que
desarrollar estrategias más efectivas para abor- les tocó en suerte. Para ello disponen al me-
dar y reducir la complejidad, su incertidum- nos de dos estrategias: comprensión de sus con-
bre y su inseguridad. Sus estrategias más ori- diciones de existencia, de su entorno, y con-
ginales siguen siendo conocer el mundo y con- fianza en sí mismos de que las cosas pueden
fiar en los demás. Son ambas caras de una mo- cambiar y encauzarse razonablemente, que
neda que garantizan un solo propósito: redu- existen posibilidades de mejorar la vida para
cir la incertidumbre y la complejidad del mun- sí mismos y su entorno. Sin esta confianza es
do para hacer más llevadera la vida. imposible entender el entorno con una espe-

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ranza y un compromiso intersubjetivo en su mitido generar los proyectos y las soluciones


futuro. Se trata, pues, de confiar para poder que necesita el desarrollo de la región.
comprender y comprender para confiar.
Ello significa que la educación convencional,
transmisionista del pasado, que no selecciona
La investigación educativa las alternativas de futuro ni propicia el desa-
rrollo del presente, se ha convertido en un
Ahora bien: comprender y confiar son mo- factor de estancamiento, en una carga social
mentos del mismo movimiento inteligente de de la que medran algunos pocos académicos,
los seres humanos que se realiza a través de la lejos de su función movilizadora del desarro-
investigación. Ésta nos convoca en este impor- llo regional. La educación de los marginados
tante programa, la Maestría, que ustedes co- y de los pobres necesita de la misma calidad
mienzan hoy, como una experiencia de com- de la educación de los ricos, no por solidari-
prensión y de confianza. dad ni por razones de equidad o de justicia
social, sino por razones económicas, para al-
La investigación educativa es un racimo de ca- canzar el desarrollo del conjunto de la socie-
minos cognitivos para producir conocimiento dad y poder competir como nación.
pedagógico sobre la enseñanza, sobre el entor-
no, sobre la sociedad y la cultura. Por tanto, son La investigación en educación se abre frente
caminos metodológicos que pretenden confir- a ustedes como una posibilidad de compren-
mar sus conocimientos con razones comunica- der nuestra situación, nuestras condiciones
bles intersubjetivamente, sobre objetos tan com- reales de existencia, aprovechando la experien-
plejos que abarcan y se confunden con el mis- cia del mundo que tienen los individuos y las
mo investigador, como la sociedad y la cultura comunidades educativas, sin necesidad de
que nos abarca a todos. No obstante, los mejo- mucha parafernalia tecnológica y estadística,
res aportes se consolidan cuando se respetan porque valorizamos en el conocimiento lo que
criterios mínimos de validación, como la coheren- nos ha pasado, lo propio, lo vivido, lo experi-
cia lógica, la consistencia contextual, y el acuer- mentado, lo compartido, lo expresado en el
do o apoyo en los especialistas que se dedican al habla, en la vida cotidiana, en la cultura, en la
estudio del mismo objeto. No todo se vale en intuición, en el diálogo y en las transacciones
pedagogía: podemos identificar cuáles proposi- e interacciones que permiten prever y podar
ciones son más coherentes, más productivas, las posibilidades del futuro.
más contrastables en la práctica. Desde aquí po-
demos imaginar algún progreso conceptual y Abordar, pues, el mundo como totalidad en toda
teórico en la pedagogía, al cual ustedes segura- su complejidad es pretensión de dioses y de
mente podrán contribuir en el futuro para jus- filósofos. Entre otras cosas, porque no estamos
tificar el esfuerzo de sus profesores y de la Uni- fuera del mundo, estamos dentro, aquí y aho-
versidad en esta Maestría que hoy inician. ra; la mirada total es imposible. Además, el
mundo no tiene límites, es inabarcable; por ésto
En regiones que no se distinguen por su de- no es un sistema. Lo que el mundo constituye
sarrollo social y económico, existen desde hace es precisamente nuestro horizonte universal
varias décadas instituciones académicas y edu- de experiencias, al cual tenemos acceso si lo-
cativas públicas que absorben una buena por- gramos una mejor experiencia educativa y cul-
ción del excedente económico de la sociedad, tural. Tal es el compromiso que empiezan hoy
sin que se visualice el impacto económico y como estudiantes de la Maestría: armarse con
social de tales instituciones sobre el subdesa- las mejores herramientas metodológicas que
rrollo del entorno. Ni la autocomprensión, ni ella les brinda, para penetrar en su propio
la autoconfianza de sus egresados les ha per- horizonte de experiencias.

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Referencias bibliográficas pedagógico de los maestros de Medellín, Medellín,


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Referencia
FLÓREZ OCHOA, Rafael, “Hacia una nueva cultura educativa”, Revista
Educación y Pedagogía, Medellín, Universidad de Antioquia, Facultad de Edu-
cación, vol. XVIII, núm. 44, (enero-abril), 2006, pp. 61-69.

Original recibido: febrero 2006


Aceptado: mayo 2006

Se autoriza la reproducción del artículo citando la fuente y los créditos de los


autores.

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