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Preparación para el ministerio

2 Timoteo 2:15-19

2Ti 2:15 Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero


que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la
palabra de verdad.

2Ti 2:16 Evita las palabrerías profanas, porque los que se dan a ellas
se alejan cada vez más de la vida piadosa,*

2Ti 2:17 y sus enseñanzas se extienden como gangrena. Entre ellos


están Himeneo y Fileto,

2Ti 2:18 que se han desviado de la verdad. Andan diciendo que la


resurrección ya tuvo lugar, y así trastornan la fe de algunos.

2Ti 2:19 A pesar de todo, el fundamento de Dios es sólido y se


mantiene firme, pues está sellado con esta inscripción: "El Señor
conoce a los suyos", y esta otra: "Que se aparte de la maldad todo el
que invoca el nombre del Señor".

Este texto forma parte de la literatura argumentativa del Nuevo


testamento y es una de las dos cartas que el apóstol Pablo dirige a
Timoteo. La misma está llena de instrucciones y exhortaciones, en
algunos casos, para que Timoteo estuviera pendiente de los falsos
maestros que habían afectado la Iglesia, para lo cual lo insta a estar
preparado para ese fin.

El tema que se trata en este párrafo parece ser la preparación como


obrero, que Timoteo debía tener, atendiendo al llamado que Dios le
había hecho y la responsabilidad ahora al frente de la Iglesia y anima al
creyente actual a cultivar el hábito de la preparación en el ministerio.

Obsérvese que el texto comienza diciendo: “Esfuérzate”, lo cual implica


el uso de la voluntad, lo cual también también se traduce como “Procura
con diligencia” y podría interpretarse como “Ponga empeño …”, en tanto
que insta a una persistencia ferviente en aras de lograr lo propuesto,
haciéndo énfasis en:
- Presentarte a Dios aprobado: La palabra final y la autoridad de
calificarnos y darnos su aprobación, la tiene el Señor. Ya otros
decían conocer a Dios pero sus hechos negaban su afirmación,
como se observará en un ejemplo posterior.

- Como obrero que no tiene de qué avergonzarse: El manejar la


verdad de Dios con habilidad y comprensión no debería ser causa de
vergüenza sino todo lo contrario, y eso es lo que se le exige a Timoteo. Al
respecto MacArthur comenta: “Si no podemos distinguir entre la verdad
y las vanas palabrerías, si no podemos identificar y responder a los
maestros falsos, o si no podemos manejar la verdad de Dios con habilidad y
comprensión, deberíamos estar avergonzados”.

- Que interpreta rectamente la palabra de verdad. Otra version dice,


“Que usa bien la Palabra de verdad”. La idea es “trazar” bien la
Palabra al “cortar derecho”, sin salirse del camino y así no dar
lugar a doctrinas diferentes al evengelio.

En ese mismo énfasis, luego de señalar lo positivo, el apóstol instruye sobre lo


demás, a saber: “Evita las palabrerías profanas”, o palabrerías basadas en
tonterías. Ya había una advertencia parecida, “Eviten las discusiones
inútiles, pues no sirven nada más que para destruir a los oyentes” (v.
2:14).

Acá se agrega que esas “palabrerías” alejaban de la vida piadosa,


posiblemente al subir “los ánimos” hacia la discusion. Generalmente el
falso maestro ya tiene una formación doctrinal que es difícil quitarle en
una discusion.

Esas doctrinas falsas se extendían como el cancer (v. 2:17) y el apóstol


presenta dos ejemplos de esto: Himeneo y Fileto, los cuales enseñaban
que la resurrección ya había ocurrido y habían desviado la fe de algunos
(v.2:18).

El párrafo concluye con la afirmación: “el fundamento de Dios es sólido


y se mantiene firme”, toda vez que el Señor conoce a los que son suyos,
por lo cual se deben apartar del mal los que invocan al Señor.

En el desarrollo de la carta, el tenor apostólico es a trabajar con los creyentes,


enseñándoles la verdadera doctrina del evangelio, por lo cual se requiere del
hábito de la formación continua. Predica a tiempo y fuera de tiempo (v. 4:2), pero
la buena enseñanza.
Timoteo había sido instruido por su madre y por su abuela (vv.1:15, 3:14) y por lo
tanto desde la niñez conocía las Sagradas Escrituras (v.3:15). De las Escrituras,
Pablo dice que es inspirada por Dios y en consecuencia es útil (v.16-17):

- Para enseñar: Instruir en la sana doctrina


- Para redargüir: Hace ver lo malo de las personas
- Para corregir: Las enseñanzas torcidas
- Instruir en justicia: Muestra el camino a seguir
- Para que el hombre de Dios sea perfecto (maduro) y preparado para
cualquier buena obra.

Bajo esa instrucción estuvo Timoteo, pero aún se le exige que se esfuerce en ser
aprobado en su ministerio al usar bien esa Palabra de Verdad.

En Efesios 4:14, en el marco del uso de los dones, se dice de los creyentes
instruidos,

“Entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No seremos arrastrados de


un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de nuevas enseñanzas. No
nos dejaremos llevar por personas que intenten engañarnos con mentiras tan
hábiles que parezcan la verdad”.  

Visto esto, los cristianos haríamos bien en tomarnos para nosotros estos consejos
dirigidos a Timoteo y hacerlos un hábito en nuestra vida y según el testimonio de
la misma Biblia, eso redundará en crecimiento espiritual y en bendición para la
obra del Señor.

Hno. Rafael Guedez, oct 2020

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