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El brazo diligente

Pro_21:5 Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la


abundancia;
Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.

Pro_27:23 Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas,


Y mira con cuidado por tus rebaños;

Pro 27:24 Porque las riquezas no duran para siempre; ¿Y será la corona para
perpetuas generaciones?

En esta oportunidad, basaremos estas reflexiones en la literatura sapiencial,


específicamente, dos versos del libro de Proverbios.

Ambos versos nos dirigen el pensamiento hacia la diligencia en el actuar,


siendo esta un hábito adecuado que el creyene debe cultivar.

El primer verso nos dice que “los pensamientos del diligente” son claves en la
prosperidad, del cual consideramos dos afirmaciones, como son:

1. Los planes bien pensados aunado al trabajo produce fruto


2. Los planes apresurados conducen al fracas

El tenor entonces de este verso es a aplicar la ciencia en todo lo que se


emprende, tal como lo retrata el escritor de Eclesiástes, al decir:

Ecl_2:21 !!Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con rectitud, y
que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello! También es
esto vanidad y mal grande.

Observese “trabajar con sabiduría, ciencia y rectitud”. La advertencia es a no


ofrecer esto al negligente, es decir, “al que nunca trabajó en ello”.

También está acorde con la enseñanza del Nuevo Testamento, según leemos:

2Ts_3:10 Porque incluso cuando estábamos con ustedes, les ordenamos: "El
que no quiera trabajar, que tampoco coma."

Entonces el énfasis está en la diligencia aplicada al trabajo como un hábito


correcto que el creyente debe cultivar.

Por otro lado, se resalta que el apresuramiento, el trabajar sin sabiduría, la


negligencia, conducen a la pobreza. También el proverbista advierte que el
apresurarse a enriquecerse (tomar el camino fácil, rápido) no deja de estar
relacionado con el pecado (Prov. 28:20).
El siguiente verso mantiene el tenor de la diligencia aplicada al trabajo, como
lo es, “el estado de tus ovejas”, dejando una advertencia, “las riquezas no
duran para siempre”.

El contexto vivencial se da en el marco de la ley, donde la riqueza tal vez


estaba adscrita a la tenencia de la tierra y a los rebaños que se tenían. Los
rebaños al parecer eran la fuente de riqueza más importante que se tenía,
pues la tierra debía ser devuelta cada 50 años (en el año “del Jubileo”) y por
tanto debían ser diligentemente cuidados para mantener la prosperidad
familiar.

La intención apunta a la prevision del trabajo del día a día antes que a la
confianza en las riquezas heredadas.

La fe Cristiana no está peleada con la diligencia aplicada en el trabajo, al


contrario espera la bendición del Señor.

Cabe terminar con este comentario de la Biblia Diario Vivir:

“Llevar a cabo fielmente las tareas mundanas es un gran logro. Dicho trabajo
se lleva a cabo con paciencia de acuerdo a un plan. La diligencia no surge de
manera natural en la mayoría de la gente. Es el resultado de un carácter firme.
No busque respuestas rápidas y fáciles. Sea un diligente siervo de Dios.”

Pensemos en esto:

- Me veo retratado en alguno de estos versos?

- ¿Aplico diligencia en el trabajo que Dios ha puesto en mis manos?

Hno. Rafael Guedez, oct. 2020.

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