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2 Timoteo 3:16-17
Introducción:
Estamos en el mes donde muchas iglesias evangélicas rinden homenaje a uno de los
grandes eventos de la historia: La Reforma protestante. El objetivo central era protestar en
contra de las malas prácticas y los abusos que se venían presentando en el interior de la
iglesia católica.
Fue un movimiento que marcó de forma contundente la vida de la iglesia del siglo
XVI y que aún sigue vigente.
Una de las consignas acuñadas fue: “Ecclesia reformata semper reformanda est
secundum verbum Dei”.
Esta consigna alude al gran principio eclesiológico que se dio a conocer a través de
Lutero en Wittenberg, Zuinglio en Zúrich y Calvino en Ginebra. ¿Qué quiere decir? A
grandes rasgos significa que la Iglesia reformada siempre está en un proceso de reforma
conforme a la Palabra de Dios, es decir, la Iglesia reformada siempre se está reformando,
pero ajustada a la poderosa Palabra de nuestro Dios.
Estas palabras no surgieron de un vacío o de la nada. Están sustentadas en la misma
palabra de Dios.
“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
instruido para toda buena obra”. 2 Timoteo 3:16-17
Una vez más la palabra de Dios nos desafía en pleno caos del siglo XXI a ser
reformados por ella misma.
Por tal motivo si te atreves a ser reformado por la palabra de Dios…