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Identificar los diferentes forrajes y

suplementación bovina

Presentado por:
Claudia milena varela Osorio

Presentado a:
Eliana Audrey manchola Pérez
(Instructora)

Ganadería intensiva doble propósito


2200921

2020
Introducción
Para poder llevar a cabo una buena alimentación
del animal, y de la forma más económica posible,
es necesario tener en cuenta las necesidades de
los animales en cada momento. Una dieta bien
equilibrada y un manejo adecuado, optimizan la
producción de leche, la reproducción y la salud
de la vaca.
De forma general, en las raciones de los bovinos
es necesario que se incluyan los siguientes
componentes: agua, materia seca, proteínas,
fibra, vitaminas, y minerales en cantidades
adecuadas y equilibradas.

Determinar la importancia de los carbohidratos en la


alimentación bovina
La clasificación más amplia que existe actualmente
desde el punto de vista nutricional es en: carbohidratos
no estructurales como el almidón y azucares y
estructurales ósea que conforman la pared celular
(FDN), entre ellos celulosa y hemicelulosa.
Los carbohidratos son rápidamente y en muchos casos
fermentados a nivel ruminal y en general se
encuentran en el contenido celular, el suministro de
este tipo de carbohidratos incrementa la densidad
energética de la dieta, aumentando así como el
consumo de energía.
La estimación en el laboratorio de los carbohidratos no
estructurales puede hacerse con métodos
enzimáticos determinando el contenido de almidón y
azúcares. Sin embargo, se utiliza también el cálculo de
los "carbohidratos no fibrosos" por diferencia con las
todas las otras fracciones determinadas como proteína
(PB), extracto etéreo (EE), FDN y cenizas.
En la fracción CNF se contemplan almidón y azúcares,
pero también ácidos orgánicos y fibras solubles.
Algunos alimentos contienen cantidad similares de
CNE
Y CNF, como el grano de maíz. Sin embargo, en
aquellos alimentos que tienen un contenido
Considerable de fibras solubles y/o ácidos orgánicos,
como es el caso del silaje de alfalfa, los valores
de  CNF y CNE pueden diferir en 10 unidades
porcentuales.  
Dentro de los polisacáridos no estructurales,
cuantitativamente el más importante es el almidón.

El almidón, los azucares, las fibras solubles, celulosa,


hemicelulosa, lignina.
Los azúcares son carbohidratos no estructurales y
entre ellos se encuentran: monosacáridos, disacáridos
y oligosacáridos.
 La digestión fermentativa en rumiantes ocurre
fundamentalmente en retículo-rumen, y para que esto
ocurra, debe haber un ambiente ruminal adecuado
para el desarrollo de poblaciones microbianas. 
En relación al almidón, a nivel ruminal  tanto bacterias,
como hongos y protozoos tienen capacidad de
utilizarlo como fuente de carbono. Si bien los
protozoos no son esenciales para la utilización del
almidón, estos engolfan los gránulos de almidón lo
cual limita la rápida degradación bacteriana
previniendo una abrupta disminución del pH ruminal.
El acceso a los gránulos de almidón por parte de los
microorganismos depende del material que rodea el
Grano (pericarpio) y de la ruptura del mismo por
masticación y procesamiento del grano. En el caso del
maíz, el pericarpio constituye entre 3 y 6 % del grano,
mientras que en un grano de avena este valor
asciende a 25%. El almidón que se encuentra más
próximo a esta cubierta es de difícil acceso para los
microorganismos. Otra limitante para el acceso a los
gránulos de almidón es la matriz proteica. En los
cereales de invierno, dicha matriz es de fácil
degradación, mientras que es mucho más resistente a
la degradación en los cereales de verano.    
La digestión del almidón en rumen se realiza a través
de un proceso de fermentación que da como resultado
AGV, proteína microbiana, vitaminas y otros productos
con valor nutricional para el animal huésped
(Huntington, 2014). Las enzimas extracelulares que
degradan el almidón son las amilasas, las cuales
provocan su ruptura obteniéndose maltosa y glucosa.
Luego las moléculas de glucosa son absorbidas hacia
el interior de los microorganismos para ser hidrolizadas
mediante glucólisis a dos moléculas de piruvato. Esta
reacción permite obtener a las bacterias energía (ATP)
para su mantenimiento y crecimiento.

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