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SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


UNIDAD UPN 143 AUTLÁN

Ser y quehacer del maestro

Nombre: Javier Angeles Larios

Autlán de la Grana, Jalisco, Octubre de 2020


Como docente, no basta con tener o dominar conocimientos. La nuestra es una
actividad compleja y requiere una comprensión de su movimiento para comprender
los fenómenos educativos. Es necesario enfatizar la metodología y los aspectos
prácticos de la docencia, así como los aspectos sociales y psicológicos, que
determinan las características del grupo. La ética es el elemento básico de la
formación profesional y es fundamental para hacer las cosas correctamente.

Existen diversas funciones correspondientes a los docentes, como los planes


de prácticas educativas, que incluyen el diseño de programas, selección de
contenidos, métodos, recursos, criterios de evaluación y factores relacionados con la
conducta del alumno en los lugares de formación y aprendizaje.

Las tareas del maestro son complejas, puesto que, alcanzan diversos
quehaceres y funciones que van más allá de lo que comúnmente se entiende por
mera instrucción. El maestro también ha de ser un líder y como tal asegurar la
disciplina. Se ha de ocupar de cohesionar el grupo, a quien imparte aprendizaje, así
como transmitir la buena moral social. Ha de conocer a sus alumnos, evaluando sus
necesidades y ayudarles a expresarse cumpliendo su anhelo de servicio social.

El educador actual tiene algunas características que lo hacen diferente a sus


predecesores. Se ha vuelto más reflexivo, ya que no toma por cierto toda la
información que llega a sus manos, eso lo transforma en un ser inquieto, siempre en
busca de preparación y de nuevas estrategias. Además, el maestro actual es
reciproco y no entregado como lo fue hace algunas décadas; da lo que recibe y esta
característica bajo algunos contextos lo transforma en rebelde.

Por ende, ser docente nos recuerda que nacemos con cualidades y
debilidades, es decir, que ser un maestro también es un deber moral, es una
obligación porque precisamente los educadores somos los que tratamos con seres
humanos, como son nuestros alumnos, que sienten y padecen igual que nosotros.
Convertirse en profesor es parte de un proceso muy noble, lo que significa ir
más allá del divulgador de información, el facilitador del aprendizaje y, en algunos
casos, el apoyo que no tienen los alumnos en el hogar. Educar es guiar a las
personas para volverlas autónomas, libres y solidarias.

Entonces, el concepto que ofrece Perrenoud sobre las competencias cobra


sentido, el establece que “Una competencia es la facultad de movilizar un conjunto
de recursos cognoscitivos (conocimientos, capacidades, información, etc.) para
enfrentar con pertinencia y eficacia a una familia de situaciones” (Perrenoud, 2000,
pp. 19 - 31)

Tomando como base este concepto, convertirse en profesor significa no solo


horas lectivas, sino también dedicación y pasión por lo que se hace. Requiere no
solo una licenciatura o un grado de estudio, sino también una carrera de servicio a la
niñez y sociedad. Los verdaderos educadores se esfuerzan por ser verdaderos
amigos de los estudiantes, porque son personas con su propio conocimiento y
mundo emocional. Es necesario colaborar con ellos para que puedan aprovechar al
máximo sus posibilidades y potencialidades.

No obstante, Perrenoud considera que el principal recurso del profesor,


deberá ser su postura reflexiva, su capacidad de observar, controlar, innovar,
aprender de otros, de los alumnos, de la experiencia. Pero también señala las
siguientes cualidades y competencias específicas para el profesor:

 Saber administrar la clase como una comunidad educativa.

 Saber organizar el trabajo en espacios-tiempo más extensos de formación (ciclos,


proyectos de escuela);

 Saber cooperar con los colegas, los padres y otros adultos;

 Saber concebir y hacer vivir dispositivos pedagógicos complejos;

 Saber suscitar y animar gestiones de proyecto como método de trabajo regular.


 Saber situar y modificar lo que da o retira de sentido a los conocimientos y a las
actividades escolares;

 Saber crear y administrar situaciones - problema, identificar obstáculos, analizar y


reencuadrar las tareas;

 Saber observar a los alumnos en el trabajo;

 Saber evaluar las competencias en proceso de construcción.

Finalmente, se puede considerar que la humildad es muy importante a la lista


de cualidades que marca el autor, porque cuando vemos la gran riqueza del mundo
que nos rodea, debemos saber cuál es nuestro lugar en este especio. Convertirse en
docente no es solo inculcar respuestas e imponer repeticiones, conceptos, fórmulas y
datos, es guiar a los alumnos a crear, sorprenderse y descubrir que las respuestas
surgen del cuestionamiento diario de la realidad y del cuestionamiento permanente
de sí mismos. Se trata de cultivar un sentimiento individual crítico, libre, democrático,
innovador, trabajador y noble.

Perrenoud, Philippe (2000). "El Arte de Construir Competencias " Brasil.

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