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CINE Y DERECHOS HUMANOS

HOTEL RWANDA

Ficha técnica
Título original: Hotel Rwanda.
Nacionalidad: EE.UU, Italia, Reino Unido, Sudáfrica.
Año: 2004.
Género: Drama.
Formato: color.
Duración: 121 min.
Director: Terry George.
Guión: Terry George, Keir Pearson.
Fotografía: Robert Fraisse.
Música: Andrea Guerra, Rupert Gregson-Williams, Afro Celt Sound System.
Producción: coproducción Canadá-Suráfrica-Gran Bretaña- Italia; Lions Gate Films /
United Artist.
Reparto: Don Cheadle (Paul R.); Sophie Okonedo (Tatiana); Nick Nolte (coronel
Oliver); Joaquin Phoenix (Jack); Desmond Dube (Dube); David O´Hara (David); Cara
Seymour (Pat Archer); Fana Mokoena (general Agustin Bizimungo); Hakeen Kae-
Kazira (George); Tony Kgoroge (Gregoire); Ofentse Modiselle (Roger); Jean Reno.

Montaje: Naomi Geraghty.

Diseño de producción: Tony Burrough y Johnny Breedt.

Dirección artística: Emma MacDevitt.

Vestuario: Ruy Filipe.

Estreno: USA (22 de diciembre de 2004); España (25 de febrero de 2005)

Sinopsis
A unas horas de la firma de un convenio de paz entre hutu y tutsis (respaldado
por la ONU) en el Hotel Mille Collines, en Kigali, el cual está regentado por Paul
Rusesabagina, la cotidianeidad empieza a ser perturbada. A través de una emisora de
radio, soldados hutus instigan a erradicar ―la invasión asesina de los tutsis‖. Paul
Rusesabagina es hutu y dirige el hotel Mille Collines, propiedad de las aerolíneas belgas
Sabena. Paul es un hombre respetado por su generosidad, su carisma y por los contactos
que tiene. En el transcurso de los acontecimientos se verá involucrado a partir del
momento en que amenazan a su mujer, que es tutsi, y a sus hijos. Mediante el soborno
logra sortear los primeros obstáculos y poder así proteger a su familia y vecinos.
Mientras, permanece a la espera con la esperanza de que las fuerzas internacionales
lleguen en cualquier momento y se evite de esa manera la guerra civil. Sin embargo, la
situación no hace otra cosa sino empeorar. Tras el asesinato del presidente ruandés, se
inician las matanzas indiscriminadas de tutsis a manos de soldados y ciudadanos hutus.
Paul logra proteger a los suyos en el hotel, al que empiezan a llegar miles de personas
pidiendo auxilio. Paul hace uso de todos los recursos de los que dispone, incluido el
soborno, para mantener con vida a los tutsis refugiados en el hotel. Finalmente, llegan
las fuerzas internacionales a Ruanda, pero solo para evacuar a los ciudadanos blancos y
devolverlos a sus países de origen y con órdenes de no intervención. Con su coraje
logrará proteger a su familia y a los 1200 vecinos tutsis que acudieron al hotel pidiendo
auxilio y protección cuando las fuerzas internacionales no ofrecieron intervención ni
ayuda a los perseguidos.

Paul Rusesabagina

Paul Rusesabagina (15 de junio de 1954, Kigali,


Ruanda) era el asistente de dirección del Hotel des
Mille Collines, y con anterioridad gerente del Hôtel
des Diplomates, ambos situados en Kigali (Ruanda).
En 1994, durante el genocidio de Ruanda,
Rusesabagina utilizó su influencia y contactos como
gerente provisional del Mille Collines para proteger
a unas 1.260 personas, Tutsis y Hutus moderados de
las masacres perpetradas por las milicias
Interahamwe. Alcanzó la fama cuando sus acciones
fueron relatadas en la película Hotel Rwanda (2004).
Étnicamente es un hutu, y en la actualidad vive en
Bélgica con sus cuatro hijos y dos sobrinas a las que adoptó.

Paul Rusesabagina y Don Cheadle


La historia de una vida

Después de que muchos escritores, revistas e incluso una película contaran la


historia de Paul Rusesabagina durante el genocidio ruandés, el hotelero decidió escribir
con sus propias palabras lo que había ocurrido. En el libro autobiográfico Un hombre
corriente Rusesabagina contó sus vicisitudes cuando durante el genocidio ruandés y
como albergó en el Hotel Milles Collines a 1.260 tutsis y hutus moderados.

El título del libro parece poco adecuado para describir la experiencia de


Rusesabagina. Sin embargo, él remarca que es "un hombre corriente": "Antes del
genocidio era director de hotel, durante el genocidio lo seguía siendo, pero en
circunstancias distintas, los clientes cambiaban pero yo los hospedaba como un
hotelero", aseguró durante una entrevista concedida a Europa Press.

La gente empezó a dar voces de que era seguro refugiarse en el Milles Collines,
un hotel de cinco estrellas de una cadena hotelera belga, porque allí se alojaba la élite
del país: empresarios, intelectuales y políticos: En este hecho existe cierta ironía, ya que
en un principio los soldados planeaban los asesinatos y el genocidio en el hotel y
después éste sirvió de refugio para escapar de la muerte, recordó. Sin embargo, los
ruandeses temían más la tortura, la muerte violenta y lenta que la propia muerte,
incluso algunos pagaban por morir rápido, o se suicidaban, explicó.

Rusesabagina tuvo, el 3 de mayo de 1994, una oportunidad "tangible" de huir de


Ruanda, pero al final sólo se fueron su mujer y sus hijos: La gente del hotel estaba
convencida de que tenían la muerte asegurada y que yo era el único que podía dialogar
con los soldados. Tomé la decisión más dura de mi vida, mi conciencia decía que me
quedara y así lo hice; si me hubiera ido hubiera sido preso de mi mismo.

Rusesabagina es hijo de un agricultor hutu y una madre tutsi y se le considera


hutu porque en Ruanda la genealogía se juzga por la línea paterna. "La gente puede
pensar que existe una enemistad continua entre las tribus pero los jóvenes siguen
enamorándose independientemente de la raza. A quienes les interesa los
enfrentamientos es a los dirigentes", apuntó.
¿Una cuestión racial?
Hutu es el nombre dado a uno de los tres grupos étnicos que ocupan Burundi y
Ruanda. Los hutu son con mucho el grupo mayoritario. El 90% de los ruandeses y el
85% de los burundeses son hutu. Culturalmente se trata de una división artificial, basada
más en la clase social que en la etnicidad, dado que no hay diferencias lingüísticas o
culturales entre los hutu y los demás grupos étnicos de la zona, principalmente los tutsi.
Históricamente, sin embargo, había diferencias físicas, principalmente en la altura
media. Los hutu y los tutsi comparten la misma religión y lenguaje (son católicos y de
idioma bantú). Algunos estudiosos señalan también el importante papel que tienen los
colonizadores belgas en crear la idea de una raza hutu y una raza tutsi.

Los hutu llegaron a la región de los Grandes Lagos de África alrededor del siglo
I DC, desplazando a los twa. Los hutu dominaron la zona con una serie de pequeños
reinos hasta el siglo XV. Se cree que en esa época entraron los tutsi en la zona desde
Etiopía y conquistaron a los hutu. La monarquía tutsi sobrevivió hasta el fin de la era
colonial en los años cincuenta, usando y codificando los gobernantes belgas la división
étnica para apoyar su dominio. La monarquía tutsi cayó pronto y la zona fue dividida en
Ruanda y Burundi en 1962. Los tutsi, no obstante, permanecieron dominantes en
Burundi mientras que los hutu ganaron un cierto grado de control en Ruanda.

Los hutu, los tutsi y los twa hablan el mismo idioma. Algunos estudiosos
mantienen que los hutu y los tutsi realmente no son razas o pueblos diferentes, sino
diferentes castas. Aparentemente fueron los colonizadores belgas quienes crearon esta
noción de dos razas diferentes.

Si un tutsi y un hutu tienen descendencia común el descendiente es ascendido


socialmente y considerado tutsi.
El genocidio real

La Escuela Técnica Murambil, donde muchas víctimas fueron asesinadas, es


ahora un museo del genocidio.

En 1994 las milicias hutus, llamadas Interahamwe (que significa "golpeemos


juntos"), son entrenadas y equipadas por el ejército ruandés entre arengas y ánimos a la
confrontación con los tutsis por parte de la Radio Televisión Libre de las Mil Colinas
(RTLM) dirigida por las facciones hutus más extremas. Estos mensajes incidían en las
diferencias que separaban a ambos "grupos étnicos" y, a medida que avanza el conflicto,
los llamamientos a la confrontación y a la "caza del tutsi" se hicieron más explícitos,
especialmente a partir del mes de abril en el que se hizo circular la historia de que la
minoría tutsi planeaba un genocidio contra los hutus.

Según Linda Melvern, una reportera británica que tuvo acceso a documentos
oficiales, el genocidio estuvo bien planeado. En el momento del inicio de la matanza, la
milicia ruandesa estaba compuesta por 30.000 hombres (un miembro por cada diez
familias) y organizados a lo largo del país con representantes en cada vecindario.
Algunos miembros de la milicia podían adquirir rifles de asalto Ak-47 con solo rellenar
un formulario. Otras armas, como granadas no requirieron ningún papeleo y se
distribuyeron masivamente.

El genocidio fue financiado, por lo menos en parte, con el dinero sacado de


programas de ayuda internacionales, tales como la financiación proporcionada por el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional bajo un Programa de Ajuste
Estructural. Se estima que se gastaron 134 millones de dólares en la preparación del
genocidio—ya de por sí una de las naciones más pobres de la Tierra—con unos 4,6
millones de dólares gastados solo en machetes, azadas, hachas, cuchillos y martillos. Se
estima que tal gasto permitió que uno de cada tres varones hutus tuviera un machete
nuevo.
Según Melvern, el primer ministro de Ruanda, Jean Kambanda, reveló que el
genocidio se discutió abiertamente en reuniones de gabinete, y cómo una ministra de
gabinete dijo que estaba "personalmente a favor de conseguir librarse de todos los
tutsis... sin tutsis todos los problemas de Ruanda desaparecerían".

Las víctimas

Probablemente, nunca se sabrá cuántos muertos


provocó. Se calculan entre 500.000 y 1.000.000. Si
fueron 800.000 equivaldrían al 11 por ciento del
total de la población y 4/5 de los tutsis que vivían
en el país. Tampoco se sabe cuántas víctimas ha
provocado la venganza tutsi. Aunque se habla del
"otro genocidio", parece que no es en absoluto
comparable.
Un poco de geografía e historia…
El conflicto que tuvo lugar en Ruanda en la década de 1990 escribió uno de los
capítulos más sangrientos de la historia africana reciente. El genocidio fue aún más
trágico si cabe por el hecho de que la mayor parte del mundo decidió ignorarlo y cerrar
los ojos a la penosa situación del pueblo ruandés. Mientras las agencias de noticias
internacionales acaban ocasionalmente de ―guerra tribal‖ en Ruanda, el horror del
conflicto, en lugar de provocar la indignación internacional, parecía descartarse como
―otro incidente del tercer mundo‖, al que no merecía la pena prestar atención.

Durante 100 días, casi un millón de personas fueron asesinadas en Ruanda. Las
calles de la capital Kigali se tiñeron de rojo con los ríos de sangre, pero nadie acudió en
su ayuda. En Ruanda no hubo intervención internacional, ni fuerzas expedicionarias, ni
coaliciones de nadie que estuviera dispuesto a ayudar. No hubo ayuda internacional para
Ruanda. Los extremistas hutu masacraron a sus vecinos tutsi y a cualquier hutu
moderado que se interpusiera en su camino, y el mundo se lo permitió.

―Diez años después, políticos de todas partes del mundo han ido en
peregrinación a Ruanda para pedir perdón a los supervivientes y, una vez más, los
mismos políticos prometen ―nunca más‖, comenta el director Terry George. ―Pero está
volviendo a suceder en Sudán, o en el Congo, o en algún lugar olvidado de Dios donde
la vida vale menos que el polvo que pisamos; lugares donde hombre y mujeres como
Paul y Tatiana nos avergüenzan a todos con su decencia y valentía‖.

Las guerras han sido siempre un terreno fértil para el surgimiento de héroes o
actos supremos de heroísmo entre la gente corriente. Ruanda no fue una excepción. En
medio de la terrible violencia y el caos que asoló al país, uno de los muchos héroes que
nacieron fue Paul Rusesabagina, un hombre sencillo que por amor y compasión llegó a
salvar las vidas de 1.268 personas.
Cómo se hizo
En enero de 2003, Terry George viajó a Ruanda para reunir información sobre la
historia y familiarizarse con el país. ―También estaba buscando respuestas‖, afirma
George. ―¿Por qué sucedió el genocidio? ¿Por qué se asesinó a tantas personas en un
espacio de 100 días dando lugar al genocidio más rápido de la historia moderna?
También quería tomarle el pulso a la gente normal de Ruanda y escuchar sus historias.‖
En la visita lo acompañó Paul Rusesabagina. Era la primera vez que Paul volvía a
Ruanda desde las atrocidades.

Durante su estancia en Ruanda pudieron viajar, rodar los diferentes exteriores y


conocer a muchas de las personas que se refugiaron en el hotel Mille Collines como, por
ejemplo, Odette Nyrimilimo, su marido Jean Baptiste Gacarece, y varios miembros de
la familia de Paul. ―Fue un privilegio indescriptible visitar Ruanda con Paul‖, dice
George, ―y ver el amor y la admiración que la gente le profesaba. Cuando fuimos a
visitar el hotel Mille Collines, conocimos a varios supervivientes: cocineros,
limpiadores, gente a la que Paul había dado refugio. Tenían la emoción pintada en la
cara.‖

Aunque muchas de las experiencias de Paul en Ruanda fueron positivas y


muchas de las personas que conoció supusieron una fuente de inspiración, nada podía
haberlo preparado para lo que sintió al visitar uno de los lugares de la masacre.
―Visitamos lo que fue una escuela técnica en Marambi, al sur de Ruanda‖, comenta
George. ―Pasé por habitaciones donde se apilaban los esqueletos momificados de las
cerca de 40.000 personas que fueron masacradas durante cuatro días en abril de 1994.
Mientras escuchaba al único superviviente contar la historia de esos días, sentí una
necesidad imperiosa de realizar esta película.‖
Durante su visita a Ruanda, George también pudo comprobar la extraordinaria
belleza de este país e investigar las medidas que adoptó el gobierno extremista hutu, la
actuación de su emisora de radio, la RTML –que escupió odio y veneno hacia los tutsi –
y cómo el prejuicio y el miedo llevaron a personas ordinarias a creer que tenían que
masacrar a sus vecinos para poder sobrevivir. ―Si me preguntaran cuál fue el factor que
desencadenó el genocidio‖, dice George, ―diría que fue la emisora de radio. En la
película, tratamos a esa emisora como un personaje. Necesito que la gente entienda el
poder que tuvo esa propaganda‖.

Cuando se adaptó Hotel Rwanda a la pantalla, era importante para George y


Peirson que la película no tuviera la estructura de un documental o que pudiera
considerársela como tal, sino que fuera más bien entendida como una emotiva síntesis
de los sucesos y hechos de la vida de Paul mediante los cuales el espectador pudiera
acceder a una visión íntima y privilegiada de los hechos que tuvieron lugar en el hotel
Mille Collines durante esos días. ―Para mí es muy importante para contar una historia
basarse en el personaje y la evolución de dicho personaje además de los puntos fuertes
que tenga‖, afirma George. ―Hemos destacado los sucesos particulares que fueron la
fórmula de su triunfo: el hecho de poder sobrevivir teniéndolo todo en contra. Cuando
más disfruto de mi trabajo es cuando sé que el proyecto va a iluminar, y con suerte, dar
fuerzas a la gente.‖

Hotel Rwanda es, sobre todo, una historia profundamente personal que gira en
torno exclusivamente a un edificio (el hotel), a las personas que lo ocupan y a las
relaciones entre ellas. Los cineastas evitaron deliberadamente centrarse en el espantoso
horros del genocidio en sí. ―Cuando la película se aventura al exterior, a Kigali, durante
el genocidio, tratamos de crear una atmósfera extraña e irreal, para que el público
sintiera el terror psicológico del genocidio sin tener que ir explícitamente a la matanza‖,
comenta Alex Ho. ―Se trata de un drama humano lleno de fuerza, no de una historia de
terror, y creemos que es importante que la vea un público lo más amplio posible‖.

Valoración
Podría ser una historia más de buenos y malos, una exploración de las bajezas a
que el hombre puede llegar o un mero entretenimiento para un cómodo espectador
necesitado de impactos emocionales. Pero como lo que cuenta sucedió en realidad – con
mayor crudeza aún -, todo cobra un sentido nuevo: toque de atención a los gobiernos y a
las personas en particular, y llamada a un compromiso con ese continente cuyo único
problema consiste en llamarse ―África‖ y no tanto en ser de raza negra – como bien
apunta el general de la ONU - . Por este tratamiento personalista del conflicto, Terry
George quiso rescatar de la memoria la acción de un gran hombre, y contar –junto a su
lucha por frenar la brutalidad – su profesionalidad en el trabajo, su sentido religioso de
la vida, su trato afable y agradecido con los demás, o su profundo amor a la familia.

―Hotel Ruanda‖ no es una crónica exhaustiva de aquellos acontecimientos;


tampoco lo pretendía. Director y guionista han desestimado el tono documental, quizás
más preciso pero también más impersonal y generalista, y han apostado por la opción
que se perfilaba como la más efectiva: acercarnos a la historia poniéndole rostro y
nombre a la noticia.

Mirada pudorosa pero también denunciatoria de una sociedad que se mueve solo
por el beneficio que puede obtener: ahí está la corrupción de las autoridades
internacionales o de los propios mandatarios ruandeses, y de la que se ―sirve‖ el
protagonista para ganarse ―aliados‖ ante futuros problemas o para salvar más de una
vida; no son distintos los países ―civilizados‖ que aprovechan ese odio ancestral para
dar salida a su industria armamentística – con una alusión explícita a Francia -, que
abandonan un país cuando ya no les reporta beneficios, o que no es suficientemente
importante como para defender allí los derechos humanos – en referencia al patético
papel de la ONU -.

Película bien construida, conducida con oportuna solvencia mediante un ritmo


regular y ágil, y narrada de forma clara y concreta, ―Hotel Ruanda‖ encuentra en su
poderosa fuerza visual, sostenida por la hermosa fotografía de Robert Fraisse, y en su
inherente carga emotiva los mejores aliados para implicar al espectador. A esta labor
cabe sumar una sensible banda sonora, que atraviesa el colorido de los ritmos africanos
o la caricia intimista de algunos instantes, para dar rienda suelta a la épica de corte
clásico en los momentos de mayor tensión o desánimo.

Entre sus puntos débiles, podríamos señalar, por un lado, una tendencia al
maniqueísmo que reduce a los personajes secundarios al estereotipo de buenos muy
buenos o malos muy malos, empobreciendo su desarrollo y verosimilitud (caso del
coronel Oliver o Gregoire), o la obviedad casi infantil con que se muestran algunas
reacciones, como la escena en la que se desparrama una caja llena de machetes en el
almacén que suministra a Rusesabagina, ocasionándole un sobresalto por lo que de
anticipatorio tiene la situación. Por otro lado, su interés en exaltar la figura del
protagonista provoca que la película descuide el dibujo de otros caracteres implicados y
se olvide de profundizar en determinadas circunstancias decisivas en el conflicto,
retratadas tan solo como mero paisaje narrativo.
Premios

Premios Oscar

Año Categoría Persona Resultado


2004 Mejor actor Don Cheadle Candidato
2004 Mejor actriz de reparto Sophie Okonedo Candidata
Terry George
2004 Mejor guión original Candidatos
Keir Pearson

Globos de Oro
Año Categoría Persona Resultado
2004 Mejor película- drama Candidata
2004 Mejor actor- drama Don Cheadle Candidato
2004 Mejor canción original ―Million Voices‖ Candidata

Premios BAFTA
Año Categoría Persona Resultado
Terry George
2004 Mejor guión original Candidatos
Keir Pearson

Premios del Sindicato de Actores


Año Categoría Persona Resultado
2004 Mejor actor Don Cheadle Candidato
2004 Mejor actriz de reparto Sophie Okonedo Candidata
2004 Mejor reparto Candidata
Propuestas didácticas
Objetivos pedagógicos:

Valores: crítica de la guerra y de sus instrumentos, importancia del diálogo,


coexistencia y convivencia pacífica, consecuencias de la violencia, solidaridad.

Conceptos a trabajar: identidad, estereotipos, imagen del enemigo, violencia (sobre


todo directa).

Actitudes:

o Potenciar la capacidad crítica ante la guerra como instrumento para abordar los
conflictos.

o Potenciar la capacidad reflexiva ante el mundo que nos rodea. Aprender a ver
más allá de lo que nos muestran los medios de comunicación. Potenciar el
interés por aquello que sucede en nuestro entorno, pero también por lo que
sucede más allá de los límites de nuestro microcosmos. Aumentar la curiosidad
y la preocupación por los conflictos del mundo y por la manera en que se
abordan, así como por los métodos alternativos con los que se podrían tratar.

o Potenciar la capacidad crítica para con los medios de comunicación.

o Aprender a valorar (en positivo o en negativo) las diferentes actitudes que toman
los que ostentan el poder ante determinados hechos.

Propuestas de actividades:

Preguntas para analizar los contenidos de la película:

o En el genocidio de Ruanda tuvo un papel fundamental la emisora de radio


RTML, la cual con sus consignas incitaba a la población hutu a eliminar a sus
iguales, los tutsi. En un momento de la película se escucha una consigna: ―Talar
los árboles altos‖. ¿Qué llamaban a hacer con este comentario? ¿Por qué había
llegado el momento de talar a los árboles altos?

o En la película se habla ligeramente del asesinato del presidente del país tras
haber firmado los acuerdos de Arusha. ¿Qué importancia tiene este hecho en el
genocidio? ¿Cuáles fueron los acuerdos de Arusha?

o En un principio, Rusesabagina solo se preocupa de defender a su familia. ¿Qué


creéis que le hace cambiar de opinión? ¿Por qué no encontramos los mismos
sentimientos de asertividad y empatía en otros miembros de la comunidad?

o Un cámara de la BBC, Jack, mientras esperaba en el hotel Mille Collines se


encuentra con dos chicas, a las cuales pregunta si son hutus o tutsis. ¿Qué
diferenciaba a un hutu de un tutsi? ¿Eran tales las diferencias como para
matarse? ¿Quién determinó que personas eran hutus y cuáles eran tutsis?

o Los representantes de la ONU y de la prensa advierten a Rusesabagina que si


eres negro y vives en un país pobre que nadie sabe situar en el mapa, te pase lo
que te pase, no esperes que la comunidad internacional te preste su atención, o
que la televisión te ceda su preciado tiempo, o que la audiencia haga otra cosa
que exclamar ―¡Dios mío, qué horrible!‖ para olvidar el tema a continuación y
seguir cenando ―lo que ocurre en África no le importa a nadie‖.

o ¿Por qué la realidad de Ruanda fue ninguneada? ¿Por qué es necesario que haya
intereses políticos, económicos o un atractivo mediático, para que alguien dé la
voz de alarma y otros intervengan a favor de la resolución del conflicto?

o En una secuencia de la película se muestra a Rusesabagina empapado bajo la


lluvia, mientras contempla cómo el ejército belga abandona el lugar junto a los
turistas blancos quedándose solo al frente de un grupo cuantioso de seres
humanos (más de 1200 personas asustadas y en peligro). El Consejo de
Seguridad de las NN.UU presiona para retirar a las tropas de occidente de allí,
mientras Francia sigue proveyendo al ejército hutu. El coronel Olivier le
comenta: ―Ruanda no vale ni un solo voto para ellos‖. ¿Pueden los intereses
políticos y económicos valer más que la vida y la justicia? ¿Qué valor se le
concede a las vidas ajenas?

o Cuando las tropas de la ONU abandonan Ruanda y con ellas las esperanzas de
Paul, este comenta: ―Debemos salvarnos solos. Debemos avergonzarlos para que
nos ayuden‖. ¿Debe nacer la solidaridad de un sentimiento de vergüenza? ¿Sería
solidaridad? ¿Por qué?

o A lo largo del film vemos cómo las fuerzas internacionales no hacen nada para
evitar la tragedia y el horror. ¿De haber habido una intervención a tiempo podría
haber cambiado el curso de los acontecimientos?

o Paul, gracias a los sobornos, consigue salvar la vida de más de 1200 ruandeses
que tenía alojados en su particular campo de refugiados. ¿Puede ponerse precio a
la vida de las personas? ¿Por qué? ¿Podría haber conseguido el mismo resultado
de otra manera?

Búsqueda:

o Analizar el papel de las Naciones Unidas, así como de las grandes potencias
mundiales, ante el conflicto armado de Ruanda.

o Contextualizar la guerra de Ruanda. Actores del conflicto, detonante,


orígenes,… Investigar sobre el pasado colonizado de África.
o Trabajar el tema del Tribunal Penal Ad-hoc para Ruanda, así como la creación
del Tribunal Penal Internacional.

o El caso de Ruanda ha sido calificado de genocidio. ¿En qué consiste realmente


un genocidio? En relación a ello, trabajar los diferentes tipos de crímenes
definidos en el Estatuto de Roma (genocidio, crímenes de lesa humanidad,
crímenes de guerra, crímenes de agresión…).

o Analiza el papel que jugaron los medios de comunicación en el conflicto de


Ruanda, tanto los medios nacionales como los internacionales.

o Analizar las características de los héroes contemporáneos, frente a los héroes


mitológicos.

Evaluación conjunta

o Poned en común cómo os habéis sentido a lo largo de la película. Analizad


vuestros sentimientos.

o Poned en común cómo ha ido el trabajo realizado, tanto con las preguntas como
con la búsqueda. ¿Os ha costado mucho encontrar las respuestas a las preguntas?
¿Y encontrar material para la búsqueda?

o Poned en común cómo os habéis sentido durante la elaboración del trabajo


realizado sobre la película.

Intertextualidad: bibliografía y filmografía relacionada con el tema

o Documentales sobre el genocidio (Frontline, Canal 13, Panorama, BBC, CBS


canadiense).
o Disparando a perros, dirigida por Michael Caton-Jones, basada en hechos reales
protagonizados por el padre Vjekoslav Ćurić, sacerdote católico que salvó a
muchas personas muriendo él mismo.
o Sometimes in April, dirigida por Raoul Peck.
o 100 Days, dirigida por Nick Hughes y producida por Eric Kabera.
o Flores de Ruanda, dirigida por David Muñoz.
o Shake hands with the Devil. The journey of Roméo Dallaire. Dirigida por Peter P
o La lista de Schindler, de Steven Spielberg (1993), que cuenta la historia de
Oskar Schlinder, un empresario alemán que salvó la vida de un millar de judíos
polacos durante el Holocausto. Basada en la novela El arca de Schindler, escrita
por Thomas Keneally.

I.E.S. La Marina (Santa Cruz de Bezana). Proyecto ―Vamos de cine‖ .Curso 2011-2012

Análisis realizado por Mª Aránzazu Iglesias Riveiro (Departamento de Lengua)

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