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Malthus en África: El Genocidio de Ruanda

La República de Ruanda, es un país de África Central que limita


con Uganda, Burundi, la República Democrática del Congo y Tanzania. Es un
pequeño país que se ubica en la región de los grandes lagos de África. Es
conocido como las "nieblas de África", por su fauna salvaje, por sus ciudades
típicas, por los parques nacionales y por los parajes naturales que ofrece su
paisaje montañoso.

Al indagar sobre la historia de sus habitantes, se cree que en el siglo XI llegó


un grupo conocido como “los hutus”, provenientes del sur y del oeste de África y
que se establecieron de forma sedentaria; luego en el siglo XIV llegaron unos
granjeros conocidos como “tutsis” a la zona, del norte y del este, y pasaron a
formar parte de una sociedad que ya estaba constituida por los grupos Twas y
Hutus. Es a partir del siglo XVI que el grupo de los tutsis comienzan una campaña
militar contra los hutus y se convierten en señores de la mayoría hutu, en una
sociedad feudalista con un rey, mwami.

A grandes rasgos, se puede describir que, a finales del siglo XIX, los alemanes
conquistaron el país y tras la Primera Guerra Mundial la Sociedad de Naciones
entregó el territorio a los belgas y tras la Segunda Guerra Mundial la ONU con
ayuda belga pasaría a dominar el territorio. Los belgas agudizaron las diferencias
de clase existentes, señalando a un tutsi con menos de diez vacas como un hutu y
consecuentemente le imponía trabajos forzados, y, además, hasta 1950 la
educación era disponible sólo para los tutsis.

En 1959, el Rey Mutara III Rudahigwa, que gobernó durante cerca de tres
decenios, muere y los tutsis obtienen el poder. Esto contribuyó a una serie de
rebeliones de los hutus, que demandaban igualdad de derechos, en las cuales
decenas de miles de tutsi perecieron. En 1961, con el apoyo de los colonos
belgas, la mayoría hutu tomó el control del gobierno, aboliendo la monarquía tutsi
y declarando a Ruanda como república, independencia que no fue reconocida
internacionalmente sino hasta el 1 de julio de 1962, cuando Ruanda y su vecino
Burundi lograron formalmente su independencia.

Entre 1959 y 1964 más de la mitad de los tutsis de Ruanda huyeron del país.
En 1973, el general Juvenal Habyarimana, de la etnia hutu, tomó el poder en un
Golpe de Estado en medio de otro período de conflicto étnico. Habyarimana logró
triunfar en la guerra civil y permaneció como presidente; promulgando una nueva
constitución para 1978. Habyarimana tenía un control absoluto sobre el país,
además dirigía al partido político hegemónico y era el jefe supremo de las fuerzas
armadas. Dado a este control fue reelecto en 1983 y 1988. [ CITATION Ecu19 \l
4106 ]

Actualmente, es lamentable que cuando se piensa en la República de Ruanda,


uno de los primeros eventos que trae a memoria, es el famoso Genocidio de
Ruanda, que aconteció en 1994, hubo alrededor de 800,000 Tutsis asesinados a
mano armada por los Hutus durante aproximadamente 100 días, y que acabó con
el 11% de la población de Ruanda, que para ese entonces contaba con alrededor
de 7 millones de habitantes. Dichos asesinatos fueron realizados de forma
premeditada, sistemática y metódica; lo que señala que el resentimiento y las
causas que conllevaron a ello, venían de tiempo atrás y no por un conflicto
reciente.

Vecinos Hostiles:

Anteriormente, se daba una breve introducción sobre la república de Ruanda y


parte de la historia sobre cómo fue poblada y gobernada porque, cabe decir que
las causas que dieron origen al genocidio, muestran que existía un conflicto más
profundo, cuyas causas se remontan al periodo colonial del siglo XIX, cuando los
belgas tenían el control del país y empezaron a clasificar a la población de
acuerdo a su etnia. La inequidad en los beneficios entregados a cada una de estas
comenzó a crear tensiones.

En las décadas recientes Ruanda y su vecina Burundi, son los dos países con
mayor densidad de población en África. El genocidio en Ruanda produjo la tercera
cifra más alta de víctimas de las ocasionadas por los genocidios que ha habido en
el mundo desde 1950.

Las poblaciones de ambos países están compuestas por dos grupos principales,
denominados: Hutu, con alrededor del 85 por ciento de la población; y los Tutsi,
que ocupan aproximadamente el 15 por ciento. Cada uno de ellos con funciones
económicas diferentes, los hutus como agricultores y los tutsis como pastores. A
los tutsis, les fueron otorgados mejores empleos, por considerar que eran más
parecidos a los europeos, más altos, de piel más clara, mentón afilado y labios
más finos; mientras que los hutus, la mayoría en Ruanda, fueron relegados a
tareas menos cotizadas, ellos eran más bajos, más fornidos, con la piel más
oscura, la nariz chata, los labios gruesos y la mandíbula más cuadrada.

Principalmente, se empieza a dar una discriminación y diferenciación desde el


punto de vista étnico y racial que se ve intensificado cuando en 1930, bajo el
dominio de los belgas, se les exige portar un carné de identificación sobre su raza.

Previo a la independización de Ruanda, se produjeron pequeños incidentes


violentos que fueron convirtiéndose en espirales de muertes por venganza entre
hutus y tutsis. En Burundi el resultado fue que los tutsis consiguieron conservar su
situación de dominación tras las rebeliones hutu de 1965 y 1970-1972, a las que
siguió el asesinato de unos cuantos cientos de miles de hutu a manos del tutsi. En
Ruanda, sin embargo, se impusieron los hutus y en 1963 mataron a veinte mil
tutsis aproximadamente. En el curso de los dos decenios siguientes se exiliaron
hasta un millón de ruandeses, sobre todo tutsi, en los países vecinos, desde los
cuales trataban periódicamente de invadir Ruanda, lo cual se traducía en nuevas
matanzas de tutsis a manos de hutus, hasta que en 1973 el general hutu
Habyarimana dio un golpe de Estado contra el gobierno, en el que predominaban
hutus, y decidió dejar en paz a los tutsis.
Bajo el mandato de Habyarimana, los indicadores económicos estaban
mejorando, pero lamentablemente la mejora económica de Ruanda acabó frenada
por la sequía y la acumulación de problemas medioambientales. Se dice que
Habyarimana planeó estrategias para fortalecer la posición de su facción en el
país, aún si estas incluían matar a hutus o tutsis. En 1993, un acuerdo de paz
firmado en Arusha exigía compartir el poder, de forma que participaran en el
gobierno múltiples fuerzas políticas. Aun así, los empresarios próximos a
Habyarimana importaron cerca de 581.000 machetes que distribuyeron entre los
hutu para que mataran a los tutsi, ya que dichos machetes eran más baratos que
las armas de fuego.

Sin embargo, las acciones de Habyarimana contra los tutsis y su reciente


consentimiento de matanzas de tutsis se reveló insuficiente para los extremistas
hutu, quienes temían que su poder se diluyera como consecuencia de los
acuerdos de Arusha. Empezaron a formar milicias, a importar armas y a
prepararse para exterminar a los tutsis. El temor de los hutus de Ruanda hacia los
tutsi provenía de la larga historia de dominación tutsi sobre los hutu, de las
diversas invasiones de Ruanda comandadas por los tutsi y de las matanzas de
hutu y los asesinatos de líderes políticos hutu llevados a cabo por los tutsi en la
vecina Burundi.

La situación alcanzó su punto crítico en la tarde del 6 de abril de 1994, cuando


el avión presidencial ruandés, en el que regresaban el presidente Habyanmana de
Ruanda y también el nuevo presidente provisional de Burundi, fue derribado por
dos misiles cuando iba a aterrizar en el aeropuerto de Kigali, la capital de Ruanda,
en el que murieron todos los pasajeros. Aunque actualmente aún no se sabe
quienes perpetraron tal acto, el presidente Habyarimana tenía varios grupos con
diferentes motivos para asesinarlo.

Tras una hora de que el avión fuera derribado, los extremistas hutu dieron inicio
a lo que parecen ser planes detallados con antelación, que incluían matar a los
tutsis y acabar con la vida del primer ministro hutu y con la de otros miembros que
se consideraba eran moderados, o menos extremistas.

El genocidio supuso participación civil hutu a gran escala. Tras las matanzas
iniciales, en las que el ejército utilizó armas de fuego en todas las zonas, las
matanzas posteriores se sirvieron de tecnología más rudimentaria, principalmente
machetes o garrotes tachonados de clavos. Las matanzas acarrearon mucha
barbarie, que incluía cortar los brazos o las piernas de las futuras víctimas,
cercenar los pechos de las mujeres, arrojar niños a pozos o llevar a cabo
violaciones de forma generalizada. Organizaron a los civiles hutu en puestos de
control en carreteras o puntos céntricos, donde a través de radios difundían su
mensaje de acabar con cualquier tutsi. Los hutus moderados que formaban parte
del gobierno y que trataron de impedir las matanzas fueron intimidados, aislados,
sustituidos o asesinados

Otro de los datos que puede mencionarse respecto al genocidio, es que


Ruanda albergaba un tercer grupo étnico, los Twas o pigmeos, que, aunque
representaba solo el 1 por ciento de la población, la mayor parte de ellos también
fueron aniquilados durante el genocidio.
En cuanto a ayuda internacional, algunos líderes de la Iglesia católica de
Ruanda, intentaron proteger a los tutsis, mientras que otros los agrupaban y los
entregaban a los asesinos. Naciones Unidas ya contaba con una pequeña fuerza
de pacificación en Ruanda pero que se retira del territorio, el gobierno francés
envió una fuerza de pacificación, que se alineó con el gobierno hutu genocida en
contra de los rebeldes invasores; y el gobierno de Estados Unidos optó por no
intervenir. Todos justificándose en que la situación era sólo un caos, o una
situación confusa y tribal. No quisieron aceptar el término genocidio para no
intervenir y quizás no verse así afectados a ellos mismos.

Mientras, las tensiones interétnicas seguían exacerbándose, por esta razón el


gobierno y la guerrilla del Frente Patriótico Ruandés (FPR), formado por rebeldes
tutsis, firmaron un acuerdo de paz, pero su aplicación estuvo retrasada
parcialmente por el presidente Juvénal Habyarimana antes de su muerte, ya que
sus aliados, Hutus extremistas de la Coalición para la defensa de la República
(CDR), no aceptaban los términos.

La ausencia pues, de una reconciliación entre los distintos partidos de Ruanda y la


falta de respuesta de la comunidad internacional hicieron que la tragedia se
volviera aún más compleja. La capacidad de la ONU de reducir el sufrimiento
humano en Ruanda se vio severamente constreñida por la negativa de los
Estados Miembros a responder con tropas adicionales. El 22 de junio, el Consejo
de Seguridad autorizó a las fuerzas francesas a enviar una misión humanitaria,
llamada la Operación Turquesa, que salvaría a cientos de civiles en el suroeste de
Ruanda, aunque en otras áreas, los asesinatos siguieron hasta el 4 de julio.

Finalmente, no fue sino a través de este ejército, que se autoproclama la


victoria absoluta el 18 de julio de 1994. Aunque ellos sí llevaron a cabo matanzas
en represalias, fue a una escala menor y se les consideraba más disciplinados. El
FPR estableció un nuevo gobierno, puso énfasis en la reconciliación y unidad
nacional y urgió a los ruandeses a que se consideraran ruandeses antes que
hutus o tutsis.

Aunque si bien, con el tiempo se desencadenaron otros factores que


conllevaron al odio entre hutus y tutsis, los cuales se desarrollarán más adelante,
se considera que el odio étnico desarrollado desde inicios del siglo XIX, es el que
avivó el uso de políticas y prácticas cínicas entre dichas tribus. La organización
Human Rights Watch, describe en uno de sus libros publicados que “este
genocidio no fue un estallido incontrolable de ira de un pueblo consumido por
"odios tribales ancestrales", es decir, que el genocidio fue producto de la
deliberada decisión de una elite moderna de alimentar el odio y el miedo para
mantenerse en el poder. Ese grupo reducido y privilegiado dispuso primero a la
mayoría contra la minoría con el fin de contrarrestar una creciente oposición
política en el interior de Ruanda. Después, enfrentado al éxito del FPR en el
campo de batalla y en la mesa de negociación, aquel mismo pequeño grupo de
caciques transformó la estrategia de la división étnica en genocidio. [ CITATION Dia06
\l 4106 ]

Comentario:
El caso de Ruanda, es uno de los más representativos donde falló la
intervención humanitaria. El período colonial, las potencias europeas como
Alemania y Bélgica, crearon estructuras que propiciaron la diferenciación étnica y
un rezago social profundo entre la población de dicho territorio. La lucha de poder
entre los tutsis y los hutus se acrecienta y pese a la independencia, la situación no
mejoró, pues seguían existiendo diferencias marcadas entre ambas partes. Los
nuevos actores que surgieron, como el Frente patriótico ruandés, fueron resultado
del conflicto civil en los primeros años de la década de los 90. La comunidad
internacional, medió en un inicio con los Acuerdo de Arusha, que establecían una
misión de paz tradicional, pero que simplemente fueron una pequeña pausa antes
del genocidio. El sistema que existía, creó elementos que se encaminaron a la
matanza sin conciencia o moderación hacia el sector de los tutsis, e inclusive
hacia los hutus moderados o menos extremistas por ser considerados traidores.
Es lamentable y trágico ver, que el consejo de seguridad no emitió mayor
opinión o medios de acción pese a la solicitud de apoyo de los ruandeses. El
genocidio de Ruanda, sigue siendo hoy en día uno de los más crueles que se han
manifestado en la historia contemporánea y que debería de hacer un llamado
profundo al análisis y conciencia de la manera en que se manejan las políticas en
países o estados menos favorecidos y desarrollados. Dentro de todo esto, cabe
destacar, además, que en la actualidad, la innovación de la responsabilidad de
proteger, radica en que es un concepto ajeno a la intervención humanitaria, pero
que aún engloba un principio fundamental que hace referencia a la intervención
militar cuando se cometen graves atentados y violaciones contra los Derechos
Humanos. La responsabilidad de proteger se enfoca en prevenir, reaccionar y
reconstruir, lo que son puntos importantes que pueden tomarse en cuenta en el
futuro, como un medio de acción preventiva para que no sucedan casos similares.

Bibliografía
Diamond, J. (2006). Colapso. Barcelona: Random House Mondadon, S.A.
EcuRed. (2 de Septiembre de 2019). Ruanda. Obtenido de
https://www.ecured.cu/index.php?title=Ruanda&oldid=3539052

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