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EYDER PATIÑO CABRERA

Magistrado Ponente

SP11876-2017
Radicación n.° 41467
Acta 239

Bogotá, D. C., dos (2) de agosto de dos mil diecisiete


(2017).

MOTIVO DE LA DECISIÓN

Decide la Sala los recursos de casación


interpuestos por los defensores de RAÚL ALBERTO GUAL
MOZO y HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, la señora
Fiscal 31 Seccional y el apoderado judicial de la
Sociedad Agropecuaria del Norte Limitada, contra la
sentencia proferida el 20 de marzo de 2013 por el
Tribunal Superior de Santa Marta, mediante la cual
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

revocó parcialmente el fallo del 12 de marzo de 2012


dictado por el Juzgado Tercero Penal del Circuito de la
misma ciudad, y condenó a los procesados como
coautores del delito de falsedad en documento privado,
en tanto que confirmó la determinación de absolverlos
frente al injusto de fraude procesal.

HECHOS Y ACTUACIÓN PROCESAL

1. Según se extrae de la foliatura, el aspecto fáctico,


se puede reseñar de la siguiente manera

i) HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, en calidad de


representante legal de la empresa INTERASEO S.A.
E.S.P, y RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, en condición de
testigo, suscribieron dos contratos de compraventa de
unos derechos de posesión, cuyo contenido es falso. En
el primero, aparecen como vendedores ALFREDO
GRANADOS SUÁREZ y MIRIAM MAIGUEL GALVIS DE

GRANADOS, sobre un predio rural denominado LA LOMA


DE SANSON, con una extensión de 172.664.33 M2, por
valor de $17.266.433.oo.

En el segundo contrato, JUAN BAUTISTA VARGAS


JIMÉNEZ y MARÍA ELENA GONZÁLEZ NIEVES, representados
por el Dr. AUGUSTO JOSÉ MOLINA GUTIÉRREZ, vendieron
los derechos de posesión del predio rural denominado
LAS MARÍAS, con una extensión aproximada de 66
hectáreas 2.026 metros, por un valor de
$110.000.000.oo. Ambos terrenos se encuentran

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

ubicados en la vereda PALANGANA, jurisdicción del


Distrito de Santa Marta.
ii) El contenido de los mencionados contratos es
falso, por cuanto el 24 de julio de 2002, fecha que se
dice fueron suscritos, HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA,
de acuerdo a los certificados de existencia y
representación legal, no era el representante de
INTERASEO y para esa misma fecha, RAÚL ALBERTO
GUAL MOZO era el Procurador Agrario del Magdalena.

Así mismo en los contratos se estipuló por las


partes, que los vendedores se obligaban a coadyuvar la
solicitud de adjudicación de baldíos que haría
INTERASEO ante la Unidad Administrativa de Tierras
Rurales (La UNAT), siendo que esta fue creada por la Ley
1152 del 25 de julio de 2007, es decir que no existía,
para la fecha en que se afirma fueron realizados los
convenios. De otro lado, se establece que el valor de las
negociaciones se efectuó en el 2008, muchos años
después de la fecha de su celebración.

iii) Los mencionados contratos fueron aportados


por GUAL MOZO, como apoderado de RAMÍREZ GARCÍA, en
el mes de marzo de 2009 ante la Secretaría de Gobierno
Distrital de Santa Marta, dentro de una querella policiva
que presentó contra la sociedad AGROPECUARIA DEL
NORTE LIMITADA, aduciendo que la empresa
INTERASEO S.A E.S.P. es poseedora de los terrenos en
ellos descritos desde hace más de diez (10) años, con el
fin de inducir en error al funcionario del distrito, pues

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

pretendían enervar similar acción policiva que meses


antes y sobre los mismos predios había promovido en su
contra la primera sociedad.

2. En audiencia preliminar celebrada el 5 de mayo


de 2011, ante el Juzgado Sexto Penal Municipal con
funciones de control de garantías de Santa Marta, la
fiscalía formuló imputación a los implicados, en calidad
de coautores de los delitos de fraude procesal, en
concurso heterogéneo con el de falsedad en documento
privado, conforme a los artículos 453, 289 y 31 del
Código Penal, con la circunstancia de mayor punibilidad
relativa a obrar en coparticipación criminal, prevista en
el canon 58-10 ejusdem1. Los encartados fueron
afectados con detención preventiva en el lugar de
residencia2.

3. El 31 de mayo de ese año, se presentó escrito de


acusación3 y la formulación correspondiente se llevó a
cabo el 14 de junio posterior, ante el Juzgado Tercero
Penal del Circuito de Santa Marta. En esa oportunidad,
se reconoció personería jurídica a los apoderados de las
empresas Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio S.A.,
en su condición de víctimas4.

1
Así consta a folios 10 y 11 del escrito de acusación
2
Ib.
3
Folios 1 a 26 Cuaderno Principal.
4
Folios 36 y 37 Ib.

4
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RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

La audiencia preparatoria tuvo lugar los días 11 y


12 de julio de la misma anualidad 5, y la de juicio oral en
sesiones que iniciaron el 16 de agosto y culminaron el 6

de octubre siguiente, fecha en que se emitió el sentido


del fallo de carácter condenatorio para RAÚL ALBERTO
GUAL MOZO por el delito de falsedad en documento
privado y absolutorio por el punible de fraude procesal.

A HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA lo halló


inocente de ambas conductas punibles.6.

En consecuencia, el 12 de marzo de 2012 el


despacho dictó la sentencia de primer grado, por cuyo
medio condenó a RAÚL ALBERTO GUAL MOZO como autor
responsable del delito de falsedad en documento privado.

Le impuso la pena principal de dieciséis (16) meses


de prisión y, por el mismo tiempo, la accesoria de
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas, con derecho a la suspensión condicional de la
ejecución de la pena, en tanto que lo absolvió del cargo
de fraude procesal.

4. En providencia del 20 de marzo de 2013, el


Tribunal Superior de Santa Marta, sala mayoritaria7, al
conocer del recurso de apelación incoado por la defensa
de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, la delegada de la Fiscalía
5
Folios 39 a 44 Ib.
6
Fls 73 a 76 vto, 119 a 123 y 130 vto, Ib.
7
Frente a la decisión adoptada, uno de los magistrados salvó el voto y otro lo
adicionó.

5
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

y los representantes de las empresas Agropecuaria del


Norte Limitada y Moggio S.A., revocó parcialmente la
decisión del A quo, en el sentido de condenar a HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA como coautor del delito de
falsedad en documento privado. Le impuso dieciséis (16)
meses de prisión, la accesoria de inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas por tiempo
igual y le concedió la suspensión condicional de la
ejecución de la pena.

En lo demás, confirmó el fallo de primera


instancia8.

5. El 19 de diciembre de 2013, esta Corporación


admitió las demandas de casación identificadas al inicio
de esta providencia, por lo cual se llevó a cabo la
correspondiente audiencia de sustentación.

Se procede, entonces, a resolver de fondo.

LAS DEMANDAS

1. A nombre de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO.

La defensora formula dos cargos contra la


sentencia de segunda instancia, así:

Primero (principal).

8
Fls 36 a 87 Cuaderno del Tribunal.

6
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Con estribo en la causal primera de casación,


acusa la «falta de aplicación o exclusión evidente» de los
artículos 280 del Código de Procedimiento Civil, 126 del
Código Nacional de Policía, 83 de la Constitución
Política, 5 de la Ley 599 de 2000, 3 y 8 del Decreto 2664
de 1994 y 68 y 72 del Decreto 960 de 1970; y, como
erróneamente interpretado, el canon 289 del Código
Penal.

Frente a ésta última disposición, señala que la


segunda instancia desatendió el deber de veracidad de
ambos procesados.

Según la censora, la inaplicación de los primeros,


que corresponden a preceptos reguladores de los
documentos privados, condujo a que el Tribunal no se
percatara de la existencia de una fecha cierta y que,
como tal, esa formalidad tiene una serie de implicaciones
para la vocación probatoria del instrumento.

De haberlos tenido en cuenta, los magistrados


habrían concluido que el valor probatorio de los
contratos solo se obtenía en el momento de la imposición
de la fecha cierta, es decir, noviembre y diciembre de
2008, pues con antelación solo afectaban a las partes,
no podían ser utilizados contra terceros y no vulneraban
la fe pública.

Así mismo, que la negociación se realizó en el 2008


y la circulación en el tráfico jurídico tuvo lugar en el

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

2009, fecha cierta que era la que surtía efectos frente a


terceros.

De igual modo, la aplicación del segundo inciso,


aparte final del artículo 158 de la Ley 1152 de 2007
(Estatuto de Desarrollo Rural) los llevaba a concluir que
el traspaso del predio era inocuo para efectos de la
adjudicación, si se determinaba que era baldío.

Además, que la imposición de la fecha de 2002, no


tendría validez para efectos de oponer a terceros, tanto
así que en los mismos contratos, los vendedores se
obligaron a coadyuvar las acciones que se iniciaran ante
la Unidad Administrativa de Tierras Rurales (UNAT); por
consiguiente, el Ad quem hubiese podido concluir que no
hubo dolo, ni riesgo, ni lesión del bien jurídico de la fe
pública y, por lo tanto, que el tipo penal del artículo 289
del Código Penal, «era inaplicable».

Al desconocer la segunda instancia, el Decreto


2664 de 1994, (por medio del cual se dictan los
procedimientos para la adjudicación de terrenos baldíos
y su recuperación), respecto a que «la ocupación anterior
de persona distinta del peticionario no es transferible a
terceros para los efectos contemplados en este inciso» ,
excluyó la posibilidad de entender que el traspaso no
generaba ningún derecho en lo relacionado con la
adquisición de baldíos y no se podía deducir que se
falseó la verdad.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

De esa manera, se sancionó un comportamiento


que no era antijurídico formal ni materialmente, por ser
hechos ciertos la ocupación, la posesión, la identidad de
las personas que acudieron y firmaron el documento, y
el recibo del precio.

A juicio de la actora, la correcta aplicación de los


preceptos permitía concluir que la fecha plasmada en los
documentos, la cual solo obligaba a las partes, «lo que
pretendía es en el fondo es reflejar el tiempo que
efectivamente llevaban en posesión los vendedores de los
derechos y por ende el derecho subrogado por el comprador» .

Solicita casar la sentencia impugnada y dictar la


absolutoria a favor de su representado, por atipicidad de
la conducta.

Segundo (subsidiario).

Acusa la sentencia del Tribunal por violación


indirecta de la ley sustancial, en la modalidad de falso
raciocinio, al momento de analizar las declaraciones de
ETIVIA MARÍA GARCÍA, JUAN BAUTISTA VARGAS JIMÉNEZ,
ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, FREDY RIQUET DE LA HOZ,
CÉSAR RIASCOS NOGUERA, MIRIAM DÍAZ CAMARGO,
CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ LÓPEZ, ALEXANDER TEJEDOR
RAMÍREZ, CAMILO ALEJANDRO CHAPARRO ROMERO, CÉSAR
SEGUNDO ROVIRA LOZANO y HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Considera que «una valoración adecuada y juicio


acertado de raciocinio» de las anteriores pruebas, habría
llevado a concluir que la fecha de los contratos es la de
noviembre y diciembre 2008, respectivamente, y, por
tanto, no se faltaba a la verdad; que los señores VARGAS
JIMÉNEZ y GRANADOS SUÁREZ, tenían y ejercían una
ocupación de más de veinte (20) años; que la compra se
realizó y se hizo sobre una posesión cierta que subroga
los derechos de ocupación de épocas anteriores y,
precisamente, enajenan parte del tiempo que llevaban en
ese lugar; que los documentos fueron suscritos por los
testigos, el representante y el apoderado de Interaseo
S.A. E.S.P.; que los vendedores recibieron los cheques
por las cuantías indicadas, firmaron los contratos y se
comprometieron, como allí se indica, a coadyuvar las
acciones que incoara el comprador, hecho que resalta lo
inane de la fecha contenida en ellos, para efecto de la
adjudicación de baldíos.

Agrega que si se hubiera valorado correctamente la


decisión del 7 de enero de 2011, proferida por la
Secretaría de Gobierno, o la certificación de la misma
entidad, expedida el 10 de agosto siguiente, se habría
concluido que cuando se falló el proceso policivo,
Interaseo S.A. E.S.P. ya tenía la posesión.

De igual manera, el juez colegiado habría razonado


que la variación de las fechas era inocua frente a
cualquier trámite, pues solo tenían vocación probatoria
cuando la acción de adjudicación de baldíos fuera

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

presentada por el original poseedor, donde sus derechos


transmitidos no son aceptados para esta clase de
procesos. Y frente a la perturbación de la posesión, la
conclusión evidente había sido que para el momento de
la querella policiva, la empresa ya venía poseyendo de
manera directa y efectiva, como se demostró con las
inspecciones oculares de ese proceso adelantado por la
Alcaldía de Santa Marta.

Si se hubiera reparado en el hecho que


Agropecuaria del Norte Limitada instauró querella el 19
de diciembre de 2008, así como en enero y abril de 2009,
y que «los documentos fueron suscritos en Notaría» los días
26 de noviembre y 3 de diciembre de 2008, era posible
concluir que no se elaboraron para presentar acción
policiva contra dicha firma y que no tenían vocación
probatoria, por ser anteriores a las querellas.

Concluye que hay un «falso juicio de raciocinio» que


condujo a una equivocada valoración probatoria.

Solicita se case la sentencia recurrida y, en su


lugar, se absuelva a su defendido.

2. A nombre de HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA.

El defensor formula tres cargos contra la sentencia


del Tribunal, así:

Primero.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Con estribo en la causal primera, del artículo 181


del Código de Procedimiento Penal, acusa la violación
directa de la ley sustancial por aplicación indebida del
artículo 289 de la Ley 599 de 2000, a causa de una
errónea interpretación del alcance del precepto.
Tras referir que la falsedad en documento privado
exige, para su estructuración, que el sujeto falsifique el
documento y posteriormente lo incorpore en el tráfico
jurídico, apunta que la acción de su defendido, de haber
suscrito dos contratos con fechas distintas a las que en
realidad fueron firmados, no es constitutiva del delito de
falsedad, contrario al criterio de la Sala mayoritaria del
Tribunal, cuyas consideraciones aprecia equivocadas y
obedecen a una interpretación errónea del alcance del
precepto que tipifica la conducta, de la jurisprudencia de
la Corte y, en general, del concepto de falsedad para
efectos penales.

En sustento de lo anterior, menciona que el


principio de la autonomía de la voluntad facultaba a su
defendido a actuar del modo en que lo hizo, por lo cual,
su comportamiento no puede considerarse constitutivo
de falsedad.

Con apoyo doctrinal y jurisprudencial,


especialmente de la Sala de Casación Civil de esta
Corporación, argumenta que los ciudadanos pueden dar
a sus negocios jurídicos el contenido y efectos que

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

deseen y que esa libertad contractual sólo está limitada


por el orden público y las buenas costumbres.

La misma Sala de Casación Civil9, cuando trató el


tema de las cláusulas inveraces, “no solamente reconoció la
posibilidad de que las partes de un negocio jurídico
documenten en sus texto afirmaciones que no se compadecen
con la realidad, sino más significativo aún, expresamente
señaló que tales cláusulas inveraces surten plenos efectos
jurídicos para las partes involucradas; salvo que medie una
prueba documental que demuestre la real intención de los
contratantes”10.

Conforme a lo anterior, se debe aceptar que


Interaseo S.A. E.S.P., representada legalmente por su
prohijado, y los poseedores de los predios tantas veces
mencionados, tenían todo el derecho de darle efectos
jurídicos a los contratos que suscribieron, desde el
momento en que a bien lo tuvieran; por tal razón
decidieron, sin que constituya delito alguno, calendar
dichos contratos con una fecha anterior a la de su
efectiva celebración.

Dice que se encuentra probado, y así fue


reconocido por las instancias, que mucho antes de la
suscripción de los contratos que se reputan falsos,
Interaseo S.A. E.S.P. adelantó acercamientos con los
poseedores tendientes a lograr una negociación, lo cual
justificaba que se retrotrajeran sus efectos a la fecha en
9
Según dijo, en sentencia de Casación de 21 de enero de 1971.
10
Folio 354 Cuaderno Tribunal.

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Casación 41467
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HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

que empezó a gestarse el acuerdo de voluntades; que


además, JUAN BAUTISTA VARGAS, ya había ejercido
acciones policivas contra la empresa, por problemas de
vecindad relacionados con la servidumbre, todo lo cual
explicaba que se dieran efectos jurídicos a la cesión de la
posesión desde antes de la firma del referido contrato,
con miras a salvar cualquier disputa futura entre las
partes.

También se justificaba que, al tenor de lo dispuesto


en el artículo 778 del Código Civil, la empresa alegara
como suyas las posesiones ejercidas por los señores
VARGAS y GRANADOS, pues el objeto de la cesión lo
constituía la posesión de éstos, razón para calendar los
contratos con una fecha anterior a la de su firma, tal
como lo afirmó en juicio oral RAÚL ALBERTO GUAL MOZO.

Más adelante señala que la figura de simulación


prevista en el ordenamiento civil, supone la existencia de
un acto documental por esencia ficticio que esconde la
verdadera voluntad de las partes, al cual la propia ley le
reconoce determinados efectos jurídicos respecto de las
partes y en algunos casos frente a terceros.

Con sustento en jurisprudencia nacional y


extranjera y en la doctrina, concluye que “lo que es lícito a
la luz de las leyes civiles, no puede tornarse punible en el
escenario del derecho penal, de modo que las conductas
enjuiciadas, esto es, firmar un contrato con una fecha distinta

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
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a la de su celebración, escapa alcance (sic) del tipo penal


consagrado en el artículo 289 del C.P”.

Aunque en este caso, agrega, ni siquiera están


presentes los elementos de una simulación relativa en
un negocio jurídico, pues en el juicio se demostró, y así
lo validaron las instancias, que Interaseo S.A. E.S.P.
adquirió, a título oneroso, las posesiones
inveteradamente ejercidas por los poseedores tantas
veces mencionados sobre los predios “Las Marías” y la
“Loma de Sansón”, su invocación obedece al propósito de
ilustrar que nuestro ordenamiento reconoce y da efectos
jurídicos a las declaraciones documentales aun cuando
no se compadezcan con la realidad y que esa modalidad
de ejercicio de la libertad contractual no se asoma como
un supuesto del delito en comento.

De contera, yerra el Tribunal al señalar que la


conducta de su defendido RAMÍREZ GARCÍA, al suscribir
un contrato que documenta una fecha distinta a la de su
efectiva firma, encuentra adecuación en el tipo penal
consagrado en el artículo 289 del Código Penal, lo que
amerita que se case la sentencia recurrida, y en su lugar
se profiera fallo absolutorio a favor de su prohijado.

A continuación manifiesta que la jurisprudencia de


esta Corporación no impone un deber de veracidad
absoluto en el ámbito de las relaciones contractuales,
como lo interpretó la Sala mayoritaria del Tribunal,
valorando de manera errada el criterio jurisprudencial

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

inserto en el radicado 13.231 del 29 de noviembre de


2000, que no resulta pertinente por tratar un supuesto
de hecho distinto al que es objeto de enjuiciamiento,
pues se analiza la responsabilidad de una persona que
simuló un contrato de obra para obtener el pago de unas
cesantías.

A partir de ese referente, el Ad quem supuso la


existencia de un deber general de veracidad en el ámbito
de las relaciones contractuales, que presuntamente
obliga a las partes de un convenio que por esencia tiene
vocación probatoria, a documentar fiel y exactamente la
realidad de la negociación, so pena de incurrir en el
delito previsto en el artículo 289 de la Ley 599 de 2000.

Para el actor, esa no es la correcta interpretación de


la ratio decidendi de la providencia en cita, pues si bien
la colegiatura consideró que en ciertos casos «la
naturaleza del documento, que no la ley en estricto sentido,
impone el deber de veracidad», ello sólo es válido frente a
aquellos documentos cuyo propósito único y específico
es «servir de prueba de una relación jurídica relevante que
involucra o puede llegar a comprometer intereses de terceras
personas determinadas», esto es, cuando la finalidad de su
creación sea oponerlo como medio de prueba frente a un
tercero.

En el asunto concreto, Interaseo S.A. E.S.P.,


efectivamente, celebró dos contratos mediante los cuales
adquirió, a título oneroso, la posesión ejercida por los

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Casación 41467
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señores VARGAS y GRANADOS, negocio jurídico lícito y real


en cuanto a la causa, objeto y contraprestación; el que
únicamente incumbía a sus contratantes y no estaba
llamado a ser oponible frente a terceros ni surtir efectos
a éstos.

Distinto es que, eventualmente, hubiera podido ser


empleado como prueba en una actuación judicial o
administrativa y, por ello, no hay lugar a condenar a su
defendido, pues el injusto requiere que el documento de
que se trate supere la esfera patrimonial de quienes lo
suscriben y tenga la aptitud para causar perjuicios a un
tercero; de lo contrario, las inveracidades en que
incurran sus firmantes quedan por fuera del ámbito del
Derecho Penal o, cuando menos, del de los delitos contra
la fe pública.

En el sub exámine el propio Tribunal reconoció que


los convenios de cesión de la posesión suscritos por
RAMÍREZ GARCÍA, carecían de trascendencia frente a los
presuntos intereses jurídicos de las sociedades que se
constituyeron como víctimas, pues así lo reflejan las
consideraciones relativas al fraude procesal, respecto de
las cuales no existe certeza acerca de su propiedad sobre
los predios; de lo que no quedó duda es que nunca
fueron poseedoras de los mismos y, por tanto, no podían
ser consideradas como terceros para efectos de
estructurar el tipo penal de falsedad en documento
privado.

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Por todo lo anterior, solicita se case la sentencia


impugnada y, en su reemplazo, se profiera fallo
absolutorio a favor de su defendido.

Segundo (subsidiario).

Postula el libelista sendos errores de hecho, que


condujeron al Tribunal a estimar que su defendido obró
con el dolo propio del delito de falsedad en documento
privado.

Aduce que al mencionar ciertas pruebas y no


valorarlas integralmente, incurrió en un falso juicio de
identidad.

Son ellas:

(i) Los contratos de compraventa de derechos


posesorios, suscritos entre Interaseo S.A. E.S.P. y JUAN
BAUTISTA VARGAS y ALFREDO GRANADOS, respecto de los
cuales se omitió valorar las notas de presentación
personal ante notario público de las firmas de los
contrayentes, aspecto que acredita que los firmantes
acudieron, los días 26 de noviembre y 3 de diciembre de
2008, a la Notaría Cuarta de Santa Marta a declarar que
sus rúbricas efectivamente les pertenecen y descarta
cualquier intención falsaria por parte del procesado.

(ii) El interrogatorio rendido por HUGO HUMBERTO


RAMÍREZ GARCÍA en el desarrollo del juicio oral, del que

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

dejó de valorar los apartes en los que siempre reconoció


como únicos poseedores de los predios “Las Marías” y
“La Loma de Sansón” a JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO
GRANADOS SUÁREZ; que las minutas fueron elaboradas
por el abogado RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, contratado
previamente para el efecto, bajo el entendido que no
estaba realizando nada ilegal porque en el acto
participaron dos abogados (GUAL MOZO y AUGUSTO JOSÉ
MOLINA) y en la notaría no se formuló objeción alguna, y
que el valor se pagó con cheques, haciéndose evidente la
ausencia de interés en engañar a alguien.

Refiere el demandante que una valoración del


testimonio en cita, bajo los parámetros de la sana
crítica, muestra que no actuó con dolo, aserto que
respalda con el señalamiento que al respecto hizo el
Magistrado disidente de Sala de Decisión del Tribunal.

(iii) Intervención de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO en la


audiencia de juicio oral. De su relato, el Ad quem no
valoró el aparte donde manifiesta que él elaboró las
minutas de los contratos y consignó en ellos la fecha del
24 de julio de 2002 por considerar que se trataba de una
suma de posesiones de acuerdo a lo previsto en el
artículo 778 del Código Civil.

Destaca los apartes de dicho alegato y lo que al


respecto manifestó el Magistrado que salvó el voto.

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HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Más adelante, aduce que conforme a las reglas de


la sana critica, se concluye que dicho abogado, dada la
experiencia como Procurador Agrario, estaba
completamente convencido que en relación con los
contratos sobre derechos posesorios, era absolutamente
válida y legal la figura de la suma de posesiones y, pese
a que los vendedores llevaban más de 20 años, estimó
necesario sumar solamente la posesión de los últimos 6
años.
Esa apreciación de GUAL MOZO, fue transmitida a
su defendido, siendo que la intervención de aquél
muestra que éste no influyó en la redacción de los
aludidos convenios.

(iv) Contrato de prestación de servicios suscrito


entre Interaseo S.A. E.S.P. y el abogado GUAL MOZO, el
cual fue introducido a juicio, sin que se valorara la
estipulación referida a que dicho profesional era el
encargado de elaborar las minutas de adquisición de los
derechos posesorios.

Dice el libelista que la conclusión del juez plural,


acerca de que los encartados actuaron de consuno en la
falsedad en documento privado, desconoce que la
existencia del aludido contrato desvirtuó cualquier
indicio de dolo y refleja la intención, por parte de su
asistido, de adquirir legalmente la posesión y luego la
propiedad de los predios.

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(v) Declaración de JUAN BAUTISTA VARGAS rendida en


la sesión del 18 de agosto de 2011. El fallador no tuvo en
cuenta que este afirmó ser el poseedor del predio “Las
Marías” por más de 20 años, ejercer la posesión con
ánimo de señor y dueño y haber hecho la venta de
manera voluntaria, a través de su abogado AUGUSTO
JOSÉ MOLINA.

A juicio del letrado, dicho relato evidencia que


ninguna de las empresas que se presentaron como
víctimas dentro de la actuación tenían posesión en dicho
terreno y, por tal razón, al transferir sus legítimos
derechos a Interaseo S.A. E.S.P., en nada afectaba la
situación de las empresas Agropecuaria del Norte
Limitada y Moggio S.A.

Incluso, de los apartes no valorados se pone en


entredicho la propiedad que las supuestas víctimas
afirmaron tener y da mayor relevancia a lo aceptado por
el Tribunal, referente a la condición de baldíos de los
predios, aspecto que descarta la afectación de derechos
de terceras personas, requisito necesario para la
existencia del punible contra la fe pública, según la
jurisprudencia.

(vi) Declaración de ALFREDO GRANADOS SUÁREZ,


cuyos apartes omitidos demuestran que era el único
poseedor del predio “La Loma de Sansón” sobre el cual
ejerció posesión con ánimo de señor y dueño y luego de
varios años de negociación, vendió voluntariamente a la

21
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

empresa de aseo los derechos de posesión de una parte


de ese terreno.

Así mismo, descartó cualquier derecho posesorio


por parte de las empresas señaladas, al afirmar que
jamás compartió posesión con quienes se presentaron
como víctimas.

También comprueba que fue quien desde varios


años atrás le había ofrecido el predio a su defendido,
circunstancia que desvirtúa la equivocada conclusión del
Tribunal al afirmar que éste compró los terrenos y
falsificó los contratos con el fin de utilizarlos como
prueba dentro del proceso policivo adelantado por la
Secretaría de Gobierno de Santa Marta.

El declarante también demostró que JUAN BAUTISTA


VARGAS era el único poseedor del predio “Las Marías”,
pues aseguró conocerlo desde hace más de 20 años.

De otra parte, el censor reprocha un falso juicio de


existencia, por omisión, respecto de las siguientes
pruebas:

(i) Querella policiva que redactó y presentó el


abogado RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, ante la Secretaría de
Gobierno de Santa Marta, el 25 de marzo de 2009, esto
es, más de tres meses después de haber suscrito los
contratos sobre derechos de posesión celebrados entre

22
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Interaseo S.A. y los señores JUAN BAUTISTA VARGAS y


ALFREDO GRANADOS SUÁREZ.

Dice que de ese documento, así como de los


convenios aludidos, se colige que no tuvo como propósito
enervar acción alguna, sino buscar el amparo de la
posesión que Interaseo S.A. E.S.P. venía ejerciendo sobre
los predios desde finales de noviembre y principios de
diciembre de 2008; no obedeció a la contestación o
réplica de una querella, sino a los actos perturbatorios a
la posesión que se presentaron a comienzos y mediados
del mes de marzo de 2009.
(ii) Contrato de prestación de servicios
profesionales, suscrito entre la empresa de aseo y el
abogado GUAL MOZO, con el objeto de asesorar
jurídicamente «en la atención íntegra del amparo a la
posesión adquirido por la empresa», y comprendía la
presentación de demandas, quejas y solicitudes de
amparos policivos a la posesión.

Según el actor, de ese documento se deduce que su


prohijado, con el ánimo de darle publicidad a sus actos,
suscribió dicho contrato y que el abogado lo desarrollaría
de manera independiente, sin ningún tipo de
subordinación, en consideración a su idoneidad y
experiencia.

Conforme a las reglas de la sana crítica,


especialmente de la experiencia, quien tiene intención de
usar un documento falso, a través de un tercero, no

23
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

suscribe un contrato de prestación de servicios que


pueda reflejar el acuerdo, sino que evita dejar evidencia
del mismo.

(iii) Declaración del Inspector de Policía CÉSAR


SEGUNDO ROVIRA LOZANO, rendida en la sesión del 7 de
septiembre de 2011, encargado de adelantar la
inspección ocular dentro del aludido proceso policivo.

Previa transcripción de algunos apartes textuales,


advierte el libelista que, dentro de la querella, el abogado
GUAL MOZO les dio a los predios la denominación de
Relleno Sanitario de Santa Marta y que aquél
funcionario solo advirtió actos posesorios por parte de
Interaseo S.A. E.S.P., negó la ocurrencia de actos
posesorios por parte de Agropecuaria del Norte Limitada
y ratificó, bajo juramento, la existencia de un carreteable
y la remoción de tierra por parte de la primera, actos
constitutivos de la posesión que venía ejerciendo.

De lo declarado por ROVIRA LOZANO, se concluye que


HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA no tuvo la intención de
engañar a nadie al suscribir los contratos porque, una
vez perfeccionada la venta, no requería utilizarlos para
demostrar su derecho sobre los inmuebles, sino para
ejercer los actos que estimara como poseedor, lo cuales
se evidenciaron de manera fehaciente dentro del trámite
policivo y fueron ratificados en el juicio oral por aquél
funcionario.

24
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

A continuación, el demandante dedica un capítulo


a demostrar la incidencia de la valoración en conjunto de
las pruebas objetadas frente al restante acervo
probatorio, efecto para el cual, en términos generales,
reitera las conclusiones ya aludidas. Además, recrimina
al juez plural porque ignoró que el verbo rector del delito
de falsedad supone un análisis normativo, no
simplemente fáctico, al tiempo que nuestro
ordenamiento jurídico continúa exigiendo la conciencia
de antijuridicidad como fundamento de la
responsabilidad penal, así se ubique en sede de
culpabilidad, planteamiento que también apoya en el
salvamento de voto.

En síntesis, el Tribunal supuso el elemento volitivo


del dolo de su asistido, porque la querella policiva fue
presentada por el abogado GUAL MOZO el 25 de marzo de
2009, a consecuencia de los actos de perturbación a la
posesión de que fue víctima la empresa de aseo en
febrero y marzo de 2009, por personas armadas,
vinculadas a Agropecuaria del Norte Limitada.

La única forma de predicarlo, sería considerar que


para la fecha en que se autenticaron los contratos de
derechos posesorios -26 de noviembre y 3 de diciembre
de 2008- «predijo o vaticinó» los actos que desplegaría el
personal de la aludida sociedad, y una vez ocurrido esto,
presentar la querella y adjuntar los contratos.

25
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Concluye, luego de traer apartes del salvamento de


voto, que los yerros denunciados dieron lugar a la
indebida aplicación del artículo 289 del Código Penal.

Tercero (subsidiario).

El casacionista reprocha el desconocimiento del


principio in dubio pro reo a causa de errores de hecho
por falso juicio de existencia y de identidad, toda vez que
las pruebas dejadas de valorar, total o parcialmente, no
revelan la existencia de un acuerdo previo entre su
asistido y RAÚL ALBERTO GUAL MOZO, para que éste
empleara los contratos presuntamente falsos, dentro del
proceso policivo adelantado por la Secretaría de
Gobierno de Santa Marta y, por ende, no concurren los
presupuestos de la coautoría.

Inicia señalando que el falso juicio de identidad, por


supresión, se presentó frente a las siguientes pruebas:

(i) Testimonio de HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA,


quien en el curso del juicio oral renunció a su derecho a
guardar silencio, con miras a explicar su participación
en los hechos por los cuales se le acusó.

Los apartes que no fueron valorados por el


Tribunal, demuestran que aquél no tuvo conocimiento
del uso de los contratos en el desarrollo del proceso
policivo 172-08, promovido por RAÚL ALBERTO GUAL

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

MOZO en su condición de apoderado judicial de la


empresa Interaseo S.A. E.S.P.

Además, evidencian que su intención no fue crear


dos documentos ideológicamente falsos para emplearlos
como prueba en un «futuro proceso policivo», pues aclaró
que para el momento en que se suscribieron, ni siquiera
se avizoraba el conflicto de vecindad que se entablaría
con la Sociedad Agropecuaria del Norte Limitada.

Recalca que RAMÍREZ GARCÍA manifestó no haber


advertido la presencia de vigilantes de Agropecuaria del
Norte Limitada en predios cuya posesión ejercía JUAN
VARGAS y su familia, lo cual «refuerza el argumento de que
nuestro defendido no podía anticiparse al uso de los contratos
como prueba documental en un proceso policivo de amparo a
la posesión».

El fallador de segunda instancia ignoró, además,


que una vez RAMÍREZ GARCÍA se enteró de los actos
perturbatorios en los predios cuya posesión acaba de
adquirir, suscribió un nuevo contrato con GUAL MOZO
para que éste adelantara las gestiones a que hubiera
lugar, en forma independiente. De manera que, si
hubiera tenido el propósito de preconstituir prueba falsa,
habría incluido la promoción del proceso policivo como
objeto del primer contrato de prestación de servicios
profesionales, lo cual no ocurrió.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Tampoco valoró el Ad quem que el aparte donde


aquél refiere que no conoció el texto de la querella
policiva incoada por GUAL MOZO, no atendió
personalmente diligencias relacionadas con esa
actuación, ni se notificó de las decisiones allí adoptadas,
razones suficientes para concluir que RAMÍREZ GARCÍA
ignoraba que los contratos serían usados allí como
prueba documental.

(ii) Declaración del procesado RAÚL ALBERTO GUAL


MOZO, en la sesión de juicio oral celebrada el 4 de
octubre de 2011, cuyos apartes confirman lo dicho por
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, en cuanto que éste
buscó la asesoría de un abogado a principios de
noviembre de 2008 con miras a adquirir la posesión de
los predios y que aquél fue quien fijó la fecha del
contrato, con el objeto reflejar el fenómeno de la suma de
posesiones.
(iii) Proceso Policivo No 172-08, adelantado ante la
Secretaría de Gobierno de Santa Marta, a raíz de dos
solicitudes de amparo a la posesión presentadas, sobre
el mismo bien inmueble, por los apoderados de las
sociedad Agropecuaria del Norte Limitada e Interaseo
S.A. E.S.P., del cual, específicamente, el Tribunal omitió
valorar los autos del 19 de febrero y 2 de abril del año
2009, proferidos por el Secretario de Gobierno CÉSAR
RIASCOS NOGUERA.

Una vez extrae los contenidos del primero, aclara el


censor que la querella presentada por Agropecuaria del

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Norte Limitada fue inicialmente inadmitida y solo se


avocó y se dispuso su notificación hasta el 2 de abril de
2009, esto es, cuando ya se había presentado, por el
abogado, la solicitud de amparo a la posesión.

Hecho relevante desconocido por la segunda


instancia, que demuestra que solo hasta cuando se
inadmitió la querella presentada por aquella sociedad,
fue que GUAL MOZO advirtió que también se había
accionado contra la empresa de aseo. Por lo tanto, no es
cierto que el representante legal quisiera enervar las
acciones con contratos falsos, porque cuando fueron
redactados por el abogado y allegados por éste a la
solicitud de amparo, no se tenía conocimiento del
trámite policivo incoado por Agropecuaria del Norte
Limitada.

En cuanto al falso juicio de existencia por omisión,


el recurrente hace recaer ese yerro en el contrato de
prestación de servicios profesionales suscrito el 1º de
febrero de 2009, entre RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y la
empresa Interaseo S.A. E.S.P., introducido como prueba
en la sesión del 7 de septiembre de 2011.

Apunta que este documento tiene la capacidad de


comprobar dos hechos relevantes; el primero, que en
vista de algunos actos perturbatorios a la posesión
ejercida por la empresa de aseo, por personal armado de
la Sociedad Agropecuaria del Norte Limitada, se acudió a

29
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

los servicios profesionales de aquel abogado para que de


manera autónoma adelantara las acciones pertinentes.

Lo anterior contradice el planteamiento del


Tribunal, al señalar que su defendido falsificó el
contenido de los contratos anticipándose a la querella de
policía que sería ejercida contra la empresa, pues, en
caso tal, «hubiera suscrito un solo contrato de servicios
profesionales con el Dr. GUAL MOZO que comprendiera la
elaboración de los contratos y el ejercicio de las acciones
judiciales y administrativas a las que hubiera lugar» .

Demuestra, igualmente, que dicho apoderado


ejerció su labor profesional en forma autónoma e
independiente, lo cual reafirma el dicho de RAMÍREZ
GARCÍA al señalar, en el juicio oral, que no conoció el
texto de la querella presentada por aquél ni lo instruyó
para que le anexara los documentos que se reputan
falsos.

Así lo confirma el mismo GUAL MOZO, quien en


ejercicio de su autonomía profesional decidió allegar los
contratos como una estrategia jurídica hacia los
poseedores cedentes, ante la posibilidad de estar detrás
de los actos perturbatorios a la posesión y para quienes
sí surtían efectos jurídicos.

En el acápite que dedica a demostrar la incidencia


de los yerros, al valorar en conjunto las pruebas
objetadas y el restante acervo probatorio, reitera los

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

argumentos anteriormente expuestos, justifica el


cumplimiento de los fines de la casación y solicita casar
la sentencia recurrida y, en su lugar, se dicte la
absolutoria a favor de su defendido.

3. Demanda presentada por la Fiscal 31


Seccional (E) de Santa Marta.

Luego de identificar las partes de este proceso,


describir detalladamente la sentencia recurrida, los
hechos y la actuación procesal, y de fundamentar in
extenso las finalidades del recurso, formula tres cargos
contra la sentencia del Tribunal, así:

Primero (principal).

Acusa la violación directa de la ley sustancial, por


falta de aplicación de los artículos 58- 10 y 61 del Código
Penal; que consagran, en su orden, las causales de
mayor punibilidad y los fundamentos de
individualización de la condena.

Refiere la actora, que desde la presentación del


escrito de acusación, su formulación y en el juicio oral,
solicitó condena teniendo en cuenta la aludida
circunstancia de mayor punibilidad, lo que implica que
la sanción se debía imponer partiendo de los cuartos
medios, y no tasarse en el mínimo.

31
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

En sustento de su réplica, extracta las respectivas


consideraciones de los fallos de primera y segunda
instancia y reitera que al imponer a RAÚL ALBERTO GUAL
MOZO y Hugo HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA la pena de
dieciséis (16) años de prisión, como coautores del delito
de falsedad en documento privado, que corresponde al
mínimo del primer cuarto, implica que no se tuvo en
cuenta la circunstancia consistente en obrar en
coparticipación criminal.

Conforme a lo dispuesto en el artículo 61 de la


misma normativa, al converger circunstancias de menor
(la carencia de antecedentes) y mayor punibilidad (la
coparticipación criminal), el Ad quem debió ubicarse en
los cuartos medios, que prevén una sanción mínima de
39 meses y un día y una máxima de 85 meses de
prisión.

Por lo anterior, solicita casar parcialmente la


sentencia recurrida, atendiendo a las previsiones
contenidas en el citado precepto.
Segundo (principal).

Con estribo en el numeral 1º del artículo 181 de la


Ley 906 de 2004, acusa la violación directa de la ley
sustancial, por falta de aplicación del artículo 453 del
Código Penal, toda vez que el sentenciador, al momento
de entrar en el análisis de fondo respecto de la
consumación o no del delito de fraude procesal,
desconoció el alcance de dicha preceptiva y procedió a

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

absolver a los procesados, a pesar de estar


estructurados todos los elementos.

Tras referir con amplitud jurisprudencia de esta


Corporación y exaltar las respectivas consideraciones de
los fallos de primera y segunda instancia, asegura, en
concreto, que el Tribunal se equivocó al considerar que
la conducta de fraude procesal exige una efectiva
inducción en error, dándole así el trato de delito de
resultado.

Así mismo, en punto de la valoración realizada por


las instancias, en especial, cuando se afirma que los
contratos no se tuvieron en cuenta para la decisión
policiva, recuerda las consideraciones insertas en el auto
del 30 de junio de 2010, radicado 32397, y afirma que
en este caso se estructuran los elementos del tipo, pues
se cuenta con (i) la existencia de dos sujetos activos, los
co-procesados RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA; (ii) un medio fraudulento
idóneo, los dos contratos mediante los cuales Interaseo
S.A. E.S.P. adquirió la posesión sobre los predios “La
Loma de Sansón” y “Las Marías” y (iii) los documentos
falsos fueron incorporados o introducidos al
procedimiento policivo.

Agrega la recurrente que si no se indujo en error a


CÉSAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA, en su calidad de
Secretario de Gobierno del Distrito de Santa Marta, en
nada incide en la configuración del ilícito señalado, pues

33
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

lo realmente relevante eran los propósitos que tenían los


señores GUAL MOZO y RAMÍREZ GARCÍA.

En apoyo de lo anterior, transcribe las


consideraciones expuestas en la sentencia del 9 de mayo
de 2004, radicado 18367, advirtiendo que las negrillas y
subrayas son propias, con el objeto de darle fondo a su
reproche.

Solicita, en consecuencia, se case parcialmente la


sentencia censurada y, en su lugar, se condene a RAÚL
ALBERTO GUAL MOZO y HUGO HUMBERTO RAMÍREZ
GARCÍA, como coautores del delito de fraude procesal en
concurso heterogéneo con el de falsedad en documento
privado

Tercero (subsidiario).

Acusa la violación indirecta de la ley sustancial


proveniente de errores de hecho por falso juicio de
identidad, por distorsión, en relación con la declaración
rendida en juicio por CÉSAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA, y
falso juicio de existencia por omisión, respecto del
expediente contentivo de la actuación policiva,
específicamente, la resolución del 19 de febrero de 2009
y el escrito de querella signado por RAÚL ALBERTO GUAL
MOZO, los cuales motivaron la absolución de los
procesados frente al delito de fraude procesal.

34
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Para demostrar lo anterior, transcribe el relato de


RIASCOS NOGUERA, Secretario de Gobierno Distrital, quien
señaló con claridad que los trámites policivos se regulan
por el procedimiento establecido en el Estatuto Distrital
de Policía (Decreto 4002 de 1992) y en los temas no
tratados se remite al Código Nacional de Policía y,
subsidiariamente, al Código de Procedimiento Civil.

En consecuencia, el Tribunal tergiversó esa


declaración cuando acudió al artículo 126 del Código
Nacional de Policía y, en ese sentido, partió de la base
que esa era la norma aplicable a este asunto, cuando en
realidad lo era la especial del Estatuto Distrital de Santa
Marta, como el mismo funcionario lo señaló
categóricamente en el marco de juicio oral.

Adicionalmente, el Ad quem suprimió apartes de la


exposición de RIASCOS NOGUERA, de los cuales se
desprende que para la admisión de la querella de policía
era esencial que al menos se presentara una prueba
sumaria de la condición de poseedor, pues no es posible
buscar la protección administrativa de un derecho
cuando no se justifique la titularidad del mismo.

A juicio de la censora, los magistrados del Tribunal


nunca quisieron entender que, para la admisión de la
querella, se valoraban las pruebas aportadas por quien
alegara tener perturbada la posesión.

35
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Razona, en ese sentido, que si los procesados


presentaron unos contratos falsos, para ser aceptados
como querellantes, aduciendo tener una posesión que
supuestamente era perturbada, es claro que se verifica el
fraude procesal porque se indujo en error y, en
consecuencia, el fallo no ha debido ser absolutorio.

La referida distorsión, según apunta más adelante,


condujo a desconocer que para la admisión de la
querella se requería acompañar prueba que acreditara el
derecho del peticionario y, para este caso, no es otra que
los dos contratos de compraventa de la posesión que
judicialmente fueron declarados espurios.

De esa manera, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO


HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA buscaron a través de un
medio fraudulento (contratos espurios), inducir en error
al servidor público (Secretario de Gobierno) para la
expedición de un acto administrativo (admisión de la
querella) que le diera curso al procedimiento policivo.

Frente a los falsos juicios de existencia, por


omisión, argumenta que el Tribunal pretermitió la
Resolución del 19 de febrero de 2009 y la querella de
policía presentada

por Interaseo S.A. E.S.P., de las cuales transcribe lo


pertinente.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Según la funcionaria recurrente, de tales


elementos, con vocación probatoria, se desprende que
para dar curso a la acción policiva por perturbación de
la posesión, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO como apoderado
de Interaseo S.A. E.S.P. aportó dos contratos de
compraventa de posesión que fueron judicialmente
declarados como falsos y, como lo reconoce en la
demanda, con esos documentos se pretendía acreditar
«la posesión material con ánimo de señor y dueño de la
sociedad» que representaba.

Reitera que, en este caso, se estructura el delito de


fraude procesal, así el funcionario RIASCOS NOGUERA
manifieste que no se sintió engañado porque no valoró el
medio de prueba en la decisión final, pues surge
evidente que los contratos constituyeron los medios que
le permitieron «admitir» la querella de policía,
independientemente de la decisión de fondo a la
controversia.

Solicita se case parcialmente la sentencia de


segunda instancia y, en consecuencia, se condene a los
procesados como coautores del delito de fraude procesal,
en concurso heterogéneo con el de falsedad en
documento privado.

4. Demanda presentada a nombre de


Agropecuaria del Norte Limitada.

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Una vez el censor identifica los sujetos procesales y


la sentencia impugnada, concreta que la finalidad del
recurso es obtener la garantía de los derechos a la
verdad, la justicia y la reparación de los agravios
inferidos a las víctimas.

Más adelante, formula dos cargos, así:

Primero (principal).

Acusa la violación directa de la ley sustancial, por


falta de aplicación de los artículos 58, numeral 10º del
Código Penal, que consagra la circunstancia de mayor
punibilidad, consistente en obrar en coparticipación
criminal, y 61 ejusdem, que trata de los fundamentos
para la individualización de la pena.

Señala, al respecto, que la señora Fiscal 31


Seccional de Santa Marta, al momento de formular la
imputación contra los procesados GUAL MOZO y RAMÍREZ
GARCÍA, sostuvo que debía deducirse la aludida causal,
como igual lo hizo en el escrito de acusación, en la
sustentación del mismo, en el juicio oral, al momento de
su alegato conclusivo y en el recurso de apelación contra
el fallo de primer grado.

Enfatiza que la decisión del Tribunal, de revocar la


absolución de RAMÍREZ GARCÍA, y condenarlo como
coautor del delito de falsedad en documento privado, le
imponía considerar la agravante genérica en comento al

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

momento de individualizar la pena para ambos


procesados y ubicarse en los cuartos medios, conforme a
las previsiones del artículo 61 del Código Penal.

En ese sentido, solicita se case la sentencia.

Segundo (principal).

A manera de introducción, el demandante hace un


recuento de las razones que motivaron la formulación de
la querella policiva de la sociedad que representa contra
Interaseo S.A. E.S.P. el día 19 de diciembre de 2008, y
de la misma acción promovida el 25 de marzo de 2009
por el apoderado judicial de ésta última en contra de
Agropecuaria del Norte Limitada.

Transcribe el contenido de cada una de esas


acciones y precisa que los contratos de compraventa de
los derechos de posesión y ocupación de los predios
rurales “Las Marías” y “La Loma de Sansón”, fueron
autenticados ante la Notaría Primera del Círculo de
Santa Marta los días 26 de noviembre y 3 de diciembre
de 2008, y el escrito de querella a nombre de Interaseo
S.A. E.S.P., se presentó el 25 de marzo de 2009, por
hechos supuestamente ocurridos los días 4 y 13
anteriores.

Según se colige de lo anterior, no puede ser cierto


que para el 29 de noviembre y el 3 de diciembre de 2008,
esta empresa tuviera la posesión de los aludidos

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

terrenos, porque de ser así, el representante legal de


Agropecuaria del Norte S.A., DAVID DÍAZ CAMARGO, jamás
hubiese promovido esa querella por perturbación a la
propiedad, por hechos acaecidos el 22 de noviembre de
ese mismo año.

A continuación, extracta variados apartes textuales


del escrito de acusación, de los fallos de primera y
segunda instancia y de la adición de voto por parte de
uno de los magistrados de la Sala de Decisión del
Tribunal.

En el desarrollo de ese ejercicio, el letrado revela su


criterio frente a cada uno de los temas tratados por los
falladores de instancia. Es así como, en términos
generales, muestra su acuerdo con la postura de la
fiscalía en el devenir de la actuación y con la decisión de
condena por el delito de falsedad en documento privado,
no así frente a la absolución de los enjuiciados por el de
fraude procesal.

Por esa razón, destaca que los terrenos objeto de


querella policiva no tenía la calidad de baldío, sino que
eran de propiedad de la empresa Agropecuaria del Norte
Limitada, tal como lo declaró en juicio FREDY ENRIQUE
RIQUETT DE LA HOZ, quien formuló la noticia criminal que
originó la presente actuación.

Advierte que el Tribunal incurrió en abierta


incongruencia al sostener que la falsedad en documento

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

privado se consumó, entre otras cosas, porque los


contratos de compraventa de derechos de posesión y
ocupación fueron usados para demostrar que la empresa
de aseo poseía los predios rurales desde años antes de
instaurarse la querella policiva contra Agropecuaria del
Norte Limitada, pero, más adelante, aduce que el uso de
tales documentos no tuvo la entidad suficiente para que
se configurara el fraude procesal porque, en verdad, la
empresa tenía la posesión de los predios y, por esa
razón, el Secretario de Gobierno no pudo emitir un acto
administrativo contrario a la ley.

Con soporte en jurisprudencia de esta Corporación,


explica que, para considerar agotado el fraude procesal,
basta que se realice el comportamiento descrito en el
verbo rector –inducir- sin que sea necesaria la obtención
del resultado perseguido e, incluso, no se requiere que el
servidor público se haya sentido inducido en error.

A pesar de ello, el juzgador de segunda instancia


concluye que no se configuró el injusto, no obstante
reconocer que se usaron unos contratos falsos como
prueba en una querella policiva para demostrar que
años atrás Interaseo S.A. E.S.P. poseía los predios
rurales, con el propósito de enervar la misma acción
promovida en su contra, por las empresas Agropecuaria
del Norte Limitada y Moggio S.A.

No se puede desconocer que una querella policiva


por perturbación a la posesión requiere que esta se

41
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

acredite sumariamente y, en este caso, los contratos


falsos cumplieron esa tarea, pues con ellos se evidenció
que Interaseo S.A. E.S.P. ejercía la posesión sobre los
terrenos en los cuales se estaban cometiendo los
supuestos actos perturbatorios por parte de
Agropecuaria del Norte, tal como se desprende del texto
de la querella presentada por RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
el 25 de marzo de 2009, cuyo texto literal pertinente
transcribe, y del testimonio rendido por CÉSAR MIGUEL
RIASCOS NOGUERA, situación que desvirtúa lo expuesto
sobre este tópico en los fallos de instancia.

De lo anterior se concluye que si los falsos


contratos fueron aportados a la querella civil por GUAL
MOZO como prueba sumaria de la posesión que alegaba,
y si por los hechos allí expuestos el Secretario de
Gobierno avocó su conocimiento, resulta evidente que
tales documentos sí fueron medios fraudulentos idóneos
en este asunto porque sirvieron para hacerle creer a
dicho funcionario que la empresa ejercía posesión sobre
los terrenos “Las Marías” y “La Loma de Sansón” desde
el 24 de julio de 2002 , cuando ello ocurrió, desde el 26
de noviembre y el 3 de diciembre de 2008.

Estima el censor, que las conclusiones de los


falladores, en cuanto desconocen abiertamente la
naturaleza del delito de fraude procesal, son el producto
de un error de hecho por falso juicio de identidad, por
cercenamiento, que recayó sobre el testimonio del
Secretario de Gobierno de Santa Marta, CESAR MIGUEL

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

RIASCOS NOGUERA, porque el A quo no advirtió todo lo


expresado por éste sobre la exigencia de una «prueba
sumaria» que acompañe una querella de amparo a la
posesión y su insistencia en sostener que la acción
promovida por Interaseo S.A. E.S.P. contra la sociedad
que representa, estuvo respaldada por una «prueba
sumaria» y que dentro de los elementos se encontraban
relacionadas las copias del negocio jurídico de
compraventa de derechos de posesión y ocupación del
predio en cuestión.

El testigo jamás expresó, como lo señala el fallador,


que para la presentación de la querella y la decisión
correspondiente, no se necesitaba comprobar la
posesión, sino que bastaba con afirmar que ella se tenía
para iniciar el trámite y emitir la decisión
correspondiente.

Tampoco es cierto que los mencionados contratos


devinieron intrascendentes en el trámite policivo, pues,
itera, hicieron parte de la «prueba sumaria» con que se
demostró que Interaseo S.A. E.S.P. ejercía posesión
sobre los terrenos objeto de los actos perturbatorios por
parte de Agropecuaria del Norte Limitada y con ellos se
demostró una falsa posesión por más de seis (6) años.

En tal sentido, es elemental inferir que los


procesados indujeron en error al señor Secretario de
Gobierno, pues al admitir la querella de la primera
empresa mediante el auto del 2 de abril de 2009, lo hizo

43
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

bajo esa creencia, al tiempo que ordenó acumular la


misma acción instaurada por la segunda compañía,
reconoció personería a los abogados y al iniciar la
correspondiente actuación procesal, valoró los falsos
contratos, en cuanto los tuvo en cuenta como prueba
sumaria de la condición de poseedor.

Con fundamento en lo anterior, solicita casar la


sentencia de segunda instancia y, en su lugar, condenar
a los procesados por el delito de fraude procesal.

AUDIENCIA DE SUSTENTACIÓN

1. El Fiscal delegado ante esta Corporación reitera,


en términos generales, los cargos formulados contra la
sentencia del Tribunal.

Así, frente al primero, exalta que se desconoció el


principio de legalidad de la pena y los parámetros
establecidos en el artículo 61 del Código Penal, por lo
cual solicita se imponga a los procesados la pena que
legalmente corresponde, con la circunstancia de mayor
punibilidad consistente en obrar en coparticipación
criminal.

En relación con el segundo reproche, afirma que el


Tribunal incurrió en error al interpretar los elementos
normativos del delito de fraude procesal porque, a pesar
de haber tenido como un hecho probado que RAÚL
ALBERTO GUAL MOZO, apoderado de HUGO HUMBERTO

44
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

RAMÍREZ GARCÍA, aportó con la querella policiva, dos


contratos espurios con una finalidad determinada,
predica la inocuidad del comportamiento, sin atender
que a partir de tales documentos, el funcionario sí podía
proferir un acto contrario a la ley.

Razona, que el soporte documental anexo a la


querella era potencialmente engañoso e idóneo para
producir una decisión contraria a derecho, porque si allí
se declara un tiempo de posesión falso y esa posesión es
trascendente para el objeto de la decisión, la conducta
de pretender un acto administrativo, a partir de un
documento falso, configura el injusto de fraude procesal.

En ese sentido, advierte desatinadas aquellas


referencias del Tribunal, en las que sugiere una
naturaleza dogmática de la conducta punible que en
verdad no tiene, como si se tratara de un delito de
resultado.

Agrega que, sin desconocer la autonomía de cada


bien jurídico tutelado, la falsedad en documento privado
se agotó con el uso del mismo. Ese uso, con el fin de
acreditar una posesión de tiempo atrás, que también
alegaba Agropecuaria del Norte Limitada, puso en peligro
el bien jurídico de la administración de justicia, con la
eventual decisión que debía proferir la Secretaría de
Gobierno. Así, se mantuvo en error al titular de esa
dependencia, lo cual configura la conducta de ejecución
permanente, en cuanto perdura mientras el servidor esté

45
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

convencido que la situación presentada en el medio


utilizado, es cierta.

Razones por las cuales considera que se debe casar


el fallo impugnado y, en su lugar, condenar a los
procesados como coautores del delito de fraude procesal
en concurso heterogéneo con el de falsedad en
documento privado.

2. La defensora de RAÚL ALBERTO GUAL MOZO


reitera que el cargo principal tiene que ver con la
exclusión de disposiciones normativas que no habían
podido ser ignoradas por el Ad quem, como son los
artículos 280 del Código de Procedimiento Civil y 126 del
Código Nacional de Policía.

En punto de los requisitos que estructuran el


punible de falsedad material en documento privado, no
los advierte cumplidos en este caso y, para el efecto,
invoca jurisprudencia de esta Corporación, acerca de la
trascendencia jurídica de los documentos y que puedan
servir de prueba de una relación jurídica relevante, que
comprometa intereses de terceras personas.

Frente al cargo subsidiario, solicita se analice el


raciocinio del fallador, porque una vez realiza la
evaluación probatoria, niega el principio de razón
suficiente, en punto de la idoneidad o aptitud
demostrativa de los documentos, porque su contenido no
es falso, pues se trata de la cesión de unos derechos de

46
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

posesión, Interaseo S.A. E.S.P. entregó un dinero para


adquirirlos y que su defendido intervino en condición de
testigo, todo lo cual impide afirmar que se estructura la
falsedad documental.

Solicita se case la sentencia y dicte la absolutoria a


favor de su asistido.

3. El defensor de HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA


concreta, frente a los dos cargos propuestos, por
violación directa e indirecta, respectivamente, que en
relación con su asistido, no se puede predicar el uso ni
la intención falsaria que exige el artículo 289 del Código
Penal.

Refiere que, como gerente de la empresa de aseo,


decidió contratar al abogado GUAL MOZO, para que lo
asesorara en la adquisición de los predios, cerca al
Relleno Sanitario de Santa Marta, quienes los venían
poseyendo por más de veinte (20) años. Se trata,
entonces, de una asesoría, no de mala fe, sino
equivocada en relación con la verdad de los hechos,
porque a estas alturas, las víctimas no han demostrado
ser propietarias de los bienes objeto de posesión, pues
los títulos no son lo suficientemente claros para
demostrar que efectivamente pertenecen a las sociedades
Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio S.A.

Al considerar el abogado, que se trataba de bienes


baldíos, se plasmó en los contratos una cláusula en la

47
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

que los vendedores ayudarían a reclamar la titularidad


ante la Unidad Nacional de Tierras Rurales (UNAT).
Posición jurídica que si bien resulta equivocada, no se
hizo con la intención de engañar a nadie.

Opina que la pretensión de la fiscalía y de las


víctimas, es obtener que el proceso policivo sea revocado,
dado que allí no fueron atendidas las pretensiones de
éstas, sin que en dicha actuación se vislumbre el fraude
procesal, según lo expuso uno de los integrantes de la
Sala de Decisión del Tribunal, que salvó el voto, donde
se habla de inexistencia de dolo y falta de legitimidad en
la causa.

Y si bien es cierto que su representado tenía la


intención de buscar la titularidad de los predios ante la
UNAT, como quedó plasmado en los contratos, era
porque
no había nadie a quien engañar, no siendo válido
señalar que su intención era llevarlos al proceso policivo.

Tampoco es cierto que se hubiesen aducido a esa


actuación para enervar la querella policiva que había
interpuesto Agropecuaria del Norte y Moggio S.A.,
porque efectivamente los documentos son suscritos el 28
de noviembre y el 3 de diciembre de 2008 y la querella se
presentó cuatro (4) meses después, es decir, cuando la
empresa venía ejerciendo la posesión.

48
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Reitera la solicitud de absolución a favor de su


defendido.
4. El apoderado de la Sociedad Agropecuaria del
Norte S.A., luego de hacer un recuento de la situación
fáctica y de las consideraciones del Tribunal, reproduce
las razones por las cuales considera que se configuran
los punibles de falsedad en documento privado y fraude
procesal.

5. El representante de la empresa Moggio S.A., en


calidad de no recurrente, recuerda que esta sede no es
una tercera instancia y, por tanto, no es admisible un
replanteamiento probatorio.

Así mismo, que se atiene a los motivos expuestos


en las demandas de casación, pero pone de presente que
el tema a tratar es muy sencillo, pues se trata de un
problema de vecinos de tierras, pero las narraciones
efectuadas en las demandas de casación, por la bancada
de la defensa, no son verdaderas.

Tras hacer un recuento cronológico, comenta que la


falsedad de los contratos no radica solamente en las
fechas, sino también en aquella parte donde se
manifiesta que la empresa de aseo adquirió la posesión
en el 2002, información falsa que es reproducida en el
escrito de querella.

Se opone a la tesis defensiva de la autonomía de la


voluntad entre particulares que permite en algunos

49
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

casos la simulación y que las inveracidades no


trascienden al campo penal, en este caso, lo acordado no
quedó en la esfera de las partes, sino que fue expuesto
contra un tercero.

Llama la atención sobre la declaración, en juicio,


del servidor público CESAR RIASCOS NOGUERA, en punto
de la prueba sumaria para efectos de admitir la querella
y concluye que, en este caso, se estructuró el delito de
fraude procesal.

Solicita se acojan las pretensiones de la Fiscalía y


del apoderado judicial de Agropecuaria del Norte
Limitada y se desestimen las de la defensa.

CONSIDERACIONES

Cuestión previa. La Sala ha sido consistente en


advertir que, una vez admitido el libelo casacional, no
hay lugar a pronunciarse sobre los defectos de lógica y
debida argumentación que puedan contener los cargos
formulados contra la sentencia de segunda instancia y,
lo que procede, es pronunciarse de fondo.

1. Demanda a nombre de RAÚL ALBERTO GUAL


MOZO

Cargo primero: violación directa.

50
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Acusa la defensora la «falta de aplicación o


exclusión evidente» de las disposiciones legales que
regulan el caso concreto, esto es, los artículos 280 del
Código de Procedimiento Civil, 126 del Código Nacional
de Policía, 83 de la Constitución Política, 5 (entiéndase
11) de la Ley 599 de 2000, 3 y 8 del Decreto 2664 de
1994 (Por el cual se reglamenta el capítulo XII de la Ley
160 de 1994 y se dictan los procedimientos para la
adjudicación de terrenos baldíos) y 68 y 72 del Decreto
960 de 1970; y, como erróneamente interpretado, el
canon 289 del Código Penal.

Se debe comenzar por precisar que el delito previsto


en el artículo 289 del Código Penal, es de aquellos
denominados de peligro, en cuanto se exige la
producción de un daño, en el entendido que el
comportamiento falsario pone en riesgo el bien
jurídicamente tutelado, es decir, la fe pública, traducida
en la confianza de la colectividad en el tráfico jurídico de
los documentos privados.

Tiene dicho la Sala, de tiempo atrás, que a los


particulares les es exigible decir la verdad en virtud de la
capacidad probatoria de los documentos que suscriban y
su trascendencia, ante la posibilidad de afectar derechos
de terceros una vez son incorporados al tráfico jurídico.

Frente a los anteriores condicionamientos, la Corte,


en jurisprudencia que permanece inalterable (CSJ SP,
29 nov. 2000, rad. 13231), puntualizó:

51
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

La discusión se presenta en relación con los documentos


privados, toda vez que respecto de los particulares y el deber
jurídico de decir la verdad, surgen posiciones doctrinarias
contrapuestas: 1. Quienes son del criterio que no les asiste
compromiso con ella, y que por tal motivo, no pueden ser,
en ningún evento, sujetos activos de falsedad ideológica. 2.
Quienes consideran que lo tienen en determinados casos,
cuando la propia ley, expresa o tácitamente, les impone la
obligación de hacerlo, evento en el cual, por tanto, incurren
en el citado delito, si faltan al deber de veracidad que por
mandato legal les es exigible.

La Corte se ha identificado con este último criterio, que hoy,


en decisión mayoritaria reitera, aunque solo en cuanto la
fuente del deber de veracidad sea la propia ley, y se
cumplan otras condiciones, como que el documento tenga
capacidad probatoria, que sea utilizado con fines jurídicos, y
que determine la extinción o modificación de una relación
jurídica sustancial con perjuicio de un tercero (Cfr.
Casación de 18 de abril de 1985, con ponencia del
Magistrado doctor Fabio Calderón Botero, entre otras).

En relación con la primera exigencia (obligación de ser


veraz) debe decirse que el ordenamiento jurídico, con no
poca frecuencia, impone a los particulares, expresa o
tácitamente, el deber de decir la verdad en ciertos
documentos privados, en razón a la función probatoria que
deben cumplir en el ámbito de las relaciones jurídicas,
haciendo que, frente a esta clase de documentos, se genere
un estado general de confianza entre los asociados, derivado
de la circunstancia de encontrarse su forma y contenido
protegidos por la ley, que puede resultar afectada cuando el
particular, contrariando la disposición normativa que le

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

impone el deber de ser veraz, decide falsear ideológicamente


el documento.
(…)
En otros eventos, el deber de veracidad surge de la
naturaleza del documento y su trascendencia jurídica,
cuando está destinado a servir de prueba de una relación
jurídica relevante, que involucra o puede llegar a
comprometer intereses de terceras personas determinadas,
como acontece cuando la relación que representa trasciende
la esfera interpersonal de quienes le dieron entidad legal con
su firma, para modificar o extinguir derechos ajenos, pues
cuando esto sucede, no solo se presenta menoscabo de la
confianza general que el documento suscita como elemento
de prueba en el ámbito de las relaciones sociales, y por
consiguiente de la fe pública, sino afectación de derechos de
terceras personas, ajenas al mismo.
(…)
La segunda exigencia para que la falsedad ideológica de
particular en documento privado pueda tener realización
típica, es que el documento tenga capacidad probatoria,
condición que se cumple cuando es jurídicamente idóneo
para establecer una relación de derecho, o para modificarla,
es decir, cuando prueba, per se, los hechos que en él se
declaran. Esto excluye como objeto posible de falsedad
ideológica en documento privado con implicaciones penales,
las afirmaciones mendaces que puedan llegar a hacerse en
documentos que carecen de aptitud para probar por sí
mismos lo que en ellos se afirma, y por ende para afectar el
tráfico jurídico, como ocurre, por ejemplo, con las
declaraciones de renta, o las declaraciones de bienes
-aspecto que en las discusiones de Sala tanto preocupó a los
Magistrados que se apartan de esta decisión-. Sus
implicaciones serán fiscales, o disciplinarias, según el caso,
pero en modo alguno penales, salvo, claro está, que se

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

acompañen de documentos que puedan tener una tal


connotación jurídica.

En tercer lugar debe ser constatado que el documento ha


sido introducido en el tráfico jurídico social, es decir, que
fue utilizado con el propósito de hacerlo valer como prueba
de la relación jurídica que representa, para la consecución
de los fines inherentes a su esencia, que determinaron su
creación, y paralelamente, que con dicho uso fueron
afectadas relaciones jurídicas de personas determinadas,
ajenas a las que concurrieron a su producción, porque
significó la extinción de un derecho concreto, o porque lo
modifica, exigencia que lleva ínsita la causación de un daño
inmediato a un tercero determinado.

Bajo los anteriores derroteros, procede la Sala a


examinar la propuesta de la demandante, quien orienta
su discurso a demostrar la atipicidad de la conducta por
la cual se condenó a su asistido.

Para comenzar, afirma que el Ad quem, quien se


fundamentó en el criterio jurisprudencial recién aludido,
interpretó erróneamente el deber de veracidad.

Bien está recordar, ante todo, que el fallador de


segunda instancia encontró que el comportamiento de
los procesados se adecua a la descripción típica prevista
en el artículo 289 del Código Penal, en cuanto se
demostró: (i) que para la fecha impuesta -24 de julio de
2002- en los dos contratos de compraventa de los
derechos de posesión de los predios “La Loma de
Sansón” y “Las Marías”, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO no

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

podía ser testigo de la negociación porque, para ese


momento, estaba vinculado a la Procuraduría General de
la Nación, en tanto que HUGO HUMBERTO RAMÍREZ
GARCÍA no era el representante legal de Interaseo S.A.;
(ii) la fecha que se hizo constar en ellos tiene importancia
para el derecho penal, porque fueron usados para
demostrar que la empresa poseía los predios rurales
desde antes de instaurarse la querella contra
Agropecuaria del Norte Limitada y personas
indeterminadas, por perturbación de la posesión; y, (iii)
los enjuiciados falsificaron los dos contratos para
usarlos como prueba en dicha actuación.

La Sala advierte desde ahora, que el reclamo de la


actora no responde a la necesidad de corregir un yerro
de selección normativa, sino a una divergencia de
criterios, aduciendo que de haber tenido en cuenta los
preceptos señalados al inicio del cargo, se habría
concluido que el valor probatorio de los documentos solo
se obtenía en el momento de la imposición de la fecha
cierta, esto es, noviembre y diciembre de 2008, pues con
antelación solo afectaba a las partes y no podían ser
utilizados contra terceros.

El Ad quem, sin embargo, descartó ese tópico al


señalar que no es objeto de discusión el concepto
civilista, según el cual, el efecto de los contratos entre
las partes se genera desde la fecha en que se presentan
ante una Notaría o se registran, «porque lo relevante para
el derecho penal es que los contratos con fechas falsas se

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

usaron no para oponerlos a los vendedores sino para que


sirvieran de prueba en una querella policiva contra
Agropecuaria del Norte y Moggio S.A.».

Por fuera de ese marco de reproche, esto es, la


falsedad ideológica de los contratos para ser usados
como prueba en la actuación policiva, la casacionista
encamina su discurso a demostrar que la fecha a tener
en cuenta, es la del 2008, por ser la de reconocimiento y
autenticación, y que la del 2002 no tiene validez para
efectos de oponer a terceros los contratos, tanto así, que
los mismos vendedores se obligaron a coadyuvar las
acciones que iniciaran con la UNAT.

Con esa metodología de ataque le resta


trascendencia a la censura, porque apenas se queda en
la interpretación de la normas que, según entiende,
regulan los documentos privados, en punto de la fecha
cierta y sus implicaciones probatorias. Pero si se miran
en su real dimensión, todas las circunstancias que
rodearon el acontecer que dio origen a la presente
actuación, se llega a la conclusión que el asunto no se
puede solucionar, como lo sugiere la actora, por
atipicidad de la conducta.

Y es que, como se dijo en el pronunciamiento que


viene de ser citado, la falsedad ideológica en documento
privado se presenta,

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

…[c]uando en un escrito genuino se insertan declaraciones


contrarias a la verdad, es decir, cuando siendo el
documento verdadero en su forma y origen (auténtico),
contiene afirmaciones falsas sobre la existencia histórica de
un acto o un hecho, o sus modalidades, bien porque se los
hace aparecer como verdaderos no habiendo ocurrido, o
cuando habiendo acontecido de determinada manera, son
presentados de una diferente.

En ese sentido, surge incuestionable que los


contratos de marras contienen las afirmaciones falsas ya
referidas, las cuales trascienden al campo penal, toda
vez que, al ser presentados como prueba de una querella
policiva, ingresaron al tráfico jurídico y, como bien
razonó el Tribunal, la fecha consignada en ellos estaba
destinada a demostrar que Interaseo «poseía los predios
rurales desde años antes de instaurarse la querella policiva
contra Agropecuaria del Norte Limitada y personas
desconocidas o indeterminadas por perturbación de la
posesión de esos predios»11.

Acorde con ese criterio, el Ad quem puntualizó:

En el primer hecho de la querella el abogado Gual Mozo,


haciendo uso del poder que le otorgó Hugo Humberto
Ramírez García dijo: “Mi mandante La Sociedad (sic)
denominada INTERASEO S.A.E.P. es Poseedora (sic)
material del inmueble denominado Relleno Sanitario de
Santa Marta, con animo (sic) de señor y dueño, el cual
ocupa hace mas (sic) de diez (10) años…”.

11
Folio 76 Cuaderno del Tribunal.

57
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

El hecho segundo de la querella policiva: “Durante todo este


tiempo mi patrocinado en su condición de poseedor material
con animo (sic) de señor y dueño del inmueble en cuestión
desde la fecha que fue adquirida su posesión el día
veinticuatro (24) del mes de julio del Año (sic) Dos Mil (sic)
dos (2.002), ha mantenido tal ocupación de manera pública
y pacífica…”12.

De lo anterior dedujo que el tipo penal se


estructuró a cabalidad, toda vez que los contratos con
contenido falso y con capacidad de producir efectos
jurídicos, se utilizaron como prueba en la querella
instaurada contra las empresas Agropecuaria del Norte
S.A. y Moggio S.A., confluyendo así, los
condicionamientos decantados por la Sala para
considerar tipificada la conducta punible.

Por manera que, ninguna incidencia tiene el


momento desde el cual, conforme a la normatividad civil,
se cuenta la fecha de los contratos para efectos de ser
utilizados contra terceros, como lo refiere la demandante
para hacer ver que no hubo dolo, ni lesión al bien
jurídico, pues, se insiste, la fecha que se hizo constar en
ellos, 24 de julio de 2002, revela, precisamente, la
pretensión de demostrar la situación que allí se
consigna, esto es, que Interaseo S.A. poseía los predios
“La Loma de Sansón” y “Las Marías” mucho antes de
promover el plurimencionado trámite policivo.

12
Folios 77 y 78 Cuaderno del Tribunal.

58
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Por esas mismas razones, se muestra refractario el


enfoque de la impugnante frente a las normas que dice
desconocidas por la segunda instancia, referentes al
procedimiento para la adjudicación de baldíos (Decreto
2664 de 1994, artículo 8, y Ley 1152 de 2007, artículo
158, inciso final), pues con independencia del contenido
de tales disposiciones y del propósito de animó a los
contratantes a pactar que los vendedores se obligaban a
coadyuvar las acciones que se iniciaran ante la Unidad
Administrativa de Tierras Rurales (UNAT), lo cierto y
probado es que se utilizaron, en el plurimencionado
trámite administrativo, los contratos ideológicamente
falsos.

La censura no prospera.

Cargo segundo: violación indirecta.

Afirma la demandante que el sentenciador incurrió


en error de hecho, por falso raciocinio, al momento de
analizar las declaraciones de ETILVIA MARÍA GARCÍA, JUAN
BAUTISTA VARGAS JIMÉNEZ, ALFREDO GRANADOS SUÁREZ,
FREDY RIQUET DE LA HOZ, CÉSAR RIASCOS NOGUERA,
MIRIAM DÍAZ CAMARGO, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ LÓPEZ,
ALEXANDER TEJEDOR RAMÍREZ, CAMILO ALEJANDRO
CHAPARRO ROMERO, CÉSAR SEGUNDO ROVIRA LOZANO y
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA.

En evidente distanciamiento de esa especie de


yerro, apunta que «una valoración adecuada y juicio

59
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

acertado de raciocinio» de las anteriores pruebas, no


habría llevado a concluir que el contenido de los
contratos era falso, sino, por el contrario, que la fecha es
la de noviembre y diciembre de 2008 y que, por lo tanto,
no se faltaba a la verdad «dentro del documento»; que
VARGAS JIMÉNEZ y GRANADOS SUÁREZ tenían y ejercían
una ocupación del predio de más de veinte (20) años y,
de contera, era cierto lo que allí se decía: que la
compraventa «se realizó y se hizo sobre una posesión cierta
que subroga los derechos de ocupación de épocas anteriores
y, precisamente, enajenan parte del tiempo que llevaban en
ese lugar»; que los documentos fueron suscritos por los
testigos, el representante y el apoderado de Interaseo
S.A.; que los vendedores recibieron los cheques por las
cuantías indicadas, firmaron los contratos y se
comprometieron, como allí se indica, a coadyuvar las
acciones que incoara el comprador, hecho que resalta «lo
inane de la fecha, para efecto de la adjudicación de baldíos,
sin la presencia del que ostentó la posesión».

Dado que la propuesta no convoca a examinar,


puntualmente, alguna equivocación en el proceso de
valoración crítica de los medios de convicción al inicio
aludidos, que resulte contraria a los parámetros que
componen la sana crítica, sino que está direccionada a
hacer valer una solución distinta a la expuesta por el
fallador, fuerza advertir que, de acuerdo con el referente
conceptual precisado en el cargo anterior, la
improsperidad de este reclamo también surge
incuestionable.

60
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

De cara a los hechos que se declararon probados,


en punto de la conducta punible de falsedad ideológica
en documento privado, se advierte que el fallador de
primer grado, aparte de ilustrar la forma como se
incorporaron los respectivos contratos al juicio oral,
dedujo la falsedad de lo consignado en ellos, al encontrar
demostrado lo siguiente:

i) Que con las declaraciones de JUAN BAUTISTA


VARGAS y ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, vendedores de los
predios “Las Marías” y “La Loma de Sansón”, los
convenios se suscribieron en el año 2008 y no, como se
consignó expresamente, el 24 de julio de 2002.

ii) Que la Unidad Administrativa de Tierras (UNAT)


no existía para el año 2002.

iii) Que para esta fecha, RAÚL ALBERTO GUAL MOZO


era Procurador Agrario del Magdalena, como lo certificó
el Jefe de Gestión Humana de la Procuraduría, y HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA no ostentaba la calidad de
representante legal de Interaseo S.A. E.S.P., según lo
certificó la Cámara de Comercio. Y,

iv) Que los vendedores ejercían posesión sobre esos


predios, tal como ellos mismos lo revelaron, y también el
asesor jurídico de Agropecuaria del Norte Limitada,
FREDY RIQUETT DE LA HOZ.

61
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Lo anterior pone de presente la falta de fundamento


en el reclamo de la jurista porque, sin enfrentar estos
aspectos considerados por el juzgador para edificar el
juicio de reproche, limita su examen a otros
presupuestos con la clara intención de minimizar la
trascendencia de la fecha impuesta en los convenios y,
por esa vía, acreditar que en los convenios no se faltó a
la verdad.

De ese modo, pasa por alto que los falladores no


desconocieron que los contratos fueron suscritos en
noviembre y diciembre de 2008, por lo cual, lógicamente,
detectaron los datos inexactos constitutivos de la
falsedad.

Adicionalmente, la libelista no distingue que el


acuerdo de voluntades inserto en un contrato civil, para
los propósitos que interesan a sus suscriptores, difiere
del compromiso penal que surge cuando ese pacto
contiene afirmaciones que no corresponden a la realidad
y trasciende la esfera interpersonal de sus firmantes al
momento de ser introducido al tráfico jurídico, conforme
ocurrió en este caso, pues, independientemente de los
fines para los cuales hayan sido elaborados,
adjudicación de baldíos, por ejemplo, lo cierto es que
fueron usados como prueba en una querella, con el fin
de demostrar una antigua ocupación de los predios
rurales tantas veces mencionados.

La censura es impróspera.

62
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

2. Demanda a nombre del procesado HUGO


HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA.

En relación con el primer cargo, también es


perceptible que la anunciada aplicación indebida del
artículo 289 del Código Penal, no es, como lo aduce el
casacionista, el resultado de un desatino del juzgador al
momento de adecuar los hechos en ese precepto a causa
de una errada interpretación de su contenido, sino el
propósito de obtener una alternativa de solución distinta
y opuesta al criterio judicial inserto en la sentencia
recurrida.

En efecto, no obstante admitir que la falsedad en


documento privado exige, para que se estructure, que el
sujeto falsifique el documento y posteriormente lo
incorpore al tráfico jurídico, -presupuestos que confluyen
en el sub exánime- en el propósito de acreditar que la
conducta de su defendido no es constitutiva de ese
delito, parte de un supuesto equivocado al considerar
que la condena está motivada en la sola suscripción de
los contratos, cuando en verdad, el Tribunal advirtió la
participación de RAMÍREZ GARCÍA con el procesado GUAL
MOZO en el uso de los mismos.

Obsérvese:

No es válido, desde el punto de vista jurídico afirmar, o dar


a entender, que uno de los procesados falsificó sin que el

63
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

otro conociera lo que estaba sucediendo; lo que se pretende


con ello es desmembrar la falsificación del uso y convencer a
la Sala que el delito no se configuró pues se necesitan los
dos actos, como son falsificar y usar; puede suceder que
una persona falsifique y la otra use, presentándose así la
figura de la coautoría.

(…)

No es aceptable tampoco el argumento esgrimido por el


defensor del doctor Gual Mozo consistente en que si el
cliente de éste hizo afirmaciones no verdaderas al abogado
le asistía el sigilo profesional. Una cosa es que el abogado
esté amparado por el secreto profesional frente a lo que su
poderdante le confiese, hasta la comisión de un delito, y otra
distinta es que el profesional del derecho lo lleve a cabo con
el mandante, como ocurrió en el presente caso. Así las
cosas, el poderdante Hugo Humberto Ramírez García y el
apoderado Raúl Alberto Gual Mozo actuaron de consuno en
la falsedad en documento privado, esto es, el primero no se
aprovechó de error invencible como tampoco ejerció fuerza
insuperable sobre el segundo, como para llegar a afirmar
justamente que se estaría en presencia de la autoría
mediata13.

Agréguese que el libelista intenta reforzar su


reclamo con el análisis de temáticas que, en estricto
sentido, no tocan con los verdaderos razonamientos que
soportan el juicio de reproche penal, pues el extenso
discurso que elabora en torno al principio de autonomía
de la voluntad, las cláusulas inveraces y la figura de la
simulación, está encaminado a ilustrar sobre
presupuestos que distan mucho de la actividad delictiva
13
Folios 38 a 40 Cuaderno del Tribunal.

64
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

que se enrostró al procesado, por lo cual, se muestra


intrascendente para desvirtuar el juicio de tipicidad, en
cuanto desconoce las específicas circunstancias
ampliamente analizadas en las instancias.

Fuerza recordar, entonces, que el Tribunal examinó


similar propuesta en estos términos:
No es como dice el defensor del doctor Raúl Gual Mozo que
la fecha plasmada en los contratos no tiene importancia y
que sólo fueron utilizados los documentos para probar la
relación de Interaseo S.A. con los vendedores, o como dice el
defensor del señor Ramírez García que los contratos no son
ideológicamente falsos porque el contenido responde a la
autonomía de voluntades y no se puede censurar que las
partes convinieran darle efectos jurídicos desde fecha
anterior a su efectiva celebración. La fecha que se hizo
constar en los mismos sí tiene importancia para el derecho
penal, luego es censurable la fecha que aparece en ellos,
pues no fueron usados sólo para lo que dicen los defensores
sino para demostrar que la empresa varias veces
mencionada poseía predios rurales desde años antes de
instaurarse la querella policiva contra Agropecuaria del
Norte Limitada y personas desconocidas o indeterminadas
por perturbación de la posesión de esos predios14.

Por manera que, de cara a esos acertados


razonamientos, no es posible desvirtuar la ocurrencia del
ilícito sin más consideraciones que la libertad
contractual de las partes interesadas en la celebración
de un negocio jurídico. En otras palabras, cuando lo
afirmado en las cláusulas no corresponde a la realidad,

14
Folio 76 Cuaderno del Tribunal.

65
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

ello por sí solo no trasciende al campo de la ilicitud, en


el entendido que el documento no ha salido de la esfera
privada y personal de los contratantes. Pero si el escrito
se hace valer como prueba, afectando derechos de
terceros ajenos al mismo, como ocurrió en este caso,
donde los contratos falsificados fueron usados en la
plurimencionada querella policiva, tal situación no deja
duda de la afectación al bien jurídico de la fe pública,
entendido como la confianza del conglomerado social en
los documentos privados.

En ese sentido, la jurisprudencia de la Corte ha


sido consistente en advertir que el deber de verdad sobre
un aspecto que comporta quebrantamiento de las
relaciones sociales con efectos jurídicos, es una
exigencia para la tipificación del comportamiento, tal
como se precisó en el pronunciamiento CSJ SP, 29 nov.
2000, rad. 13231, citado en el fallo de segunda
instancia, y así se ha venido reiterando en distintas
oportunidades.

Una de ellas (CSJ SP 30 abr. 2008, rad. 23159) es


del siguiente tenor:

El delito de falsedad en documento privado tiene dos


connotaciones, una, producto de su alteración material,
como puede ocurrir cuando alguien enmienda, tacha, borra,
suprime o de cualquier manera altera su texto. La otra, la
falsedad ideológica, tiene lugar cuando el particular
consigna en el documento privado hechos o circunstancias
ajenas a la realidad, es decir, cuando falta a su deber de

66
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

verdad sobre un aspecto que comporta quebrantamiento de


relaciones sociales con efectos jurídicos.

Naturalmente, de conformidad con el principio de lesividad


que rige en el ámbito penal, no basta con que en el referido
instrumento privado se falte a la verdad, pues menester
resulta que quien así actúa esté llamado a ser veraz,
obligación que puede surgir de la ley o de la naturaleza
misma del documento.

Como ejemplos de deber de verdad derivado de la ley se


encuentran los certificados de nacimiento, defunción, o de
muerte fetal que deben expedir los médicos (artículos 518,
524, 525 de la Ley 009/79, y 50 y 52 de la ley 23 de 1981),
o los certificados emitidos por los administradores de
sociedades y sus revisores fiscales por fuera de los casos
comprendidos en la regulación contenida en los artículos 43
de la Ley 222 de 1995 y 21 de la Ley 550 de 1999 (artículo
395 del Código del Comercio).

A su vez, a manera de ejemplo del deber de verdad


consecuencia de la naturaleza misma del documento se
halla la conducta del particular que falsea un acuerdo de
voluntades que es ley inter partes, con el propósito de
derivar de allí efectos jurídicos en perjuicio de otro o de un
tercero y, generalmente, percibir un beneficio.

Bajo esa línea de pensamiento, no acierta el


demandante cuando le atribuye al fallador de segunda
instancia una valoración errada del criterio
jurisprudencial inserto en el radicado 13231, porque
aun cuando allí se trata de un supuesto de hecho
distinto, al igual que el recién transcrito, lo relevante de

67
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

esa postura pacíficamente reiterada por ésta Sala de


Casación, es que, con independencia del propósito que
anima a los particulares a la suscripción de un acuerdo
de voluntades, el deber de verdad debe estar presente en
todos aquellos instrumentos con capacidad de perjudicar
derechos de terceras personas ajenas a los mismos.

La aludida doctrina no indica, como lo da a


entender el libelista, que el deber de veracidad solo
aplica cuando la finalidad de la creación del documento
sea oponerlo como medio de prueba frente a un tercero.
Admitirlo así, impondría al administrador de justicia la
carga probatoria de verificar, en cada caso, si esa fue o
no la intención de las partes al momento de suscribir un
documento, únicas que en realidad podrían dar fe de un
aspecto tan subjetivo y de difícil comprobación en el
mundo exterior.

Entonces, si como aduce el censor, los contratos


celebrados por Interaseo S.A. E.S.P. con VARGAS y
GRANADOS, únicamente incumbían a sus contratantes y
no estaban llamados a ser oponibles a terceros ni surtir
efectos frente a estos, es asunto que no incide en la
estructura de la conducta punible, porque lo cierto es
que fueron usados como prueba en la demanda policiva
que la empresa representada por RAMÍREZ GARCÍA
instauró, mediante apoderado, contra Agropecuaria del
Norte S.A.

68
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

De ese pronunciamiento citado en el fallo de


segunda instancia15, interpreta el actor que la falsedad
ideológica en documento privado requiere que el
documento espurio supere la esfera patrimonial de
quienes lo suscriben y tenga aptitud para causar
perjuicios a un tercero, pero que en el sub exámine el
propio Tribunal reconoció que los plurimencionados
contratos carecían de trascendencia frente a los
presuntos intereses jurídicos de las sociedades que se
constituyeron como víctimas, pues así lo reflejan las
consideraciones relativas al punible de fraude procesal.

La propuesta reclama varias precisiones. La


primera, que la conducta punible de falsedad se
considera de peligro, en el entendido de causar daño al
bien jurídico tutelado, esto es, la confianza pública,
exigencia que no se determina a partir del efectivo
perjuicio causado a terceros, sino de la aptitud
probatoria del documento. La segunda, que los
argumentos del Tribunal destacados por el censor, no
aplican para el juicio de tipicidad del comportamiento
falsario porque, bien lo refiere, ellos hacen relación al
criterio fijado por ese juzgador para descartar la
ocurrencia del fraude procesal. La tercera, el Ad quem no
afirmó, como dice el actor, que los documentos carecían
de trascendencia frente a los presuntos intereses
jurídicos de las sociedades que se constituyeron como
víctimas, sino que «el uso de los documentos no tuvo la

15
CSJ SP 29 nov. 2000, rad. 13231.

69
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

entidad suficiente para que se configurara el fraude


procesal»16

Ese último argumento del actor, responde al interés


de desvirtuar la conducta falsaria atribuida a su
asistido, pues, sin fórmula de juicio y por fuera de la
discusión jurídica que impone la violación directa
anunciada, termina trasladando su discurso al campo de
la valoración probatoria, para introducir genéricos
reclamos con la finalidad de poner en entredicho la
condición de terceros de las sociedades Agropecuaria del
Norte Limitada y Moggio S.A., aserto que se examinará
en el siguiente cargo, por violación indirecta, donde es
reiterado.

En suma, dejó de atender, como corresponde al


cometido de acreditar un yerro de selección normativa
por la vía directa, a las precisas consideraciones del
juzgador, en torno a la responsabilidad de HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA frente a la falsedad
ideológica de los contratos y su uso como prueba.

El cargo no prospera.

Segundo (subsidiario).

Asegura el demandante que el Ad quem incurrió en


variados errores de hecho, por falso juicio de identidad y
de existencia, en su orden, a causa de los cuales estimó

16
Folio 83 Cuaderno del Tribunal.

70
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

que su defendido obró con el dolo propio del delito de


falsedad en documento privado.

Constata la Sala, que la censura está dirigida a


demostrar que el procesado RAMÍREZ GARCÍA es por
completo ajeno a la conducta falsaria por la cual fue
condenado como coautor, a partir del examen individual
de determinados elementos de juicio testimoniales y
documentales, con precisión de la entidad demostrativa
que, a juicio del letrado, ellas ameritan, sin percatarse
que las conclusiones del juzgador están soportadas en el
análisis integral de las pruebas debatidas en el juicio.

Entonces, aduce como cercenados los contratos de


compraventa de derechos posesorios suscritos entre
Interaseo S.A. E.S.P. y JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO
GRANADOS SUÁREZ, los interrogatorios rendidos en juicio
por los procesados, el contrato de prestación de servicios
signado entre la empresa de aseo y el abogado GUAL
MOZO para que éste elaborara la minutas y las
declaraciones de los primeros mencionados, pero sin
enseñar cómo, en virtud del pregonado yerro, el juzgador
les hizo decir a tales elementos lo que ellos en verdad no
revelan.

Con la misma finalidad de desvirtuar la intención


de faltar a la verdad, por parte de su defendido, atribuye
al juzgador un falso juicio de existencia por omisión de
la querella policiva que redactó y presentó el abogado
GUAL MOZO, así como del contrato del prestación de

71
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

servicios para que éste asesorara jurídicamente a la


empresa y de la declaración del Inspector de Policía
CESAR SEGUNDO ROVIRA LOZANO, sin acreditar que,
verdaderamente, hubo un total desconocimiento de los
señalados contenidos probatorios.

En realidad, la dialéctica del actor se reduce a


promover una alternativa de valoración que no cuestiona
directamente el componente demostrativo analizado por
el Tribunal, razón de peso que impide la viabilidad del
reclamo.
Obsérvese:

i) Distinto al parecer del demandante, el Ad quem


dedujo el dolo de su prohijado, porque éste suscribió
contratos cuyo contenido no responde a la realidad, no
solo porque en ellos aparece una fecha distante en el
tiempo, 24 de julio de 2002, sino también, porque para
ese momento HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA no era
representante legal de Interaseo S.A. Documentos que
fueron utilizados para demostrar una ficta posesión de
varios años, dentro del trámite policivo.

En tal sentido, si los interesados acudieron a la


Notaría los días 26 de noviembre y 3 de diciembre de
2008, a efectos de autenticar sus rúbricas, como lo
pondera el censor, es asunto que se muestra refractario
al uso de los convenios en la querella y su finalidad de
acreditar una situación con trascendencia jurídica.

72
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

(ii) El cuestionamiento que formula al fallador de


segunda instancia, porque dejó de valorar el aparte del
interrogatorio rendido por su asistido, cuando reconoció
a los señores JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO GRANADOS
SUÁREZ como los únicos poseedores de los predios “Las
Marías” y “La Loma de Sansón”, tampoco incide en el
raciocinio del Tribunal, que expresamente descartó la
propuesta defensiva orientada a demostrar que RAMÍREZ
GARCÍA se limitó a contratar los servicios profesionales
del abogado GUAL MOZO.

Expresamente declaró:

No se puede afirmar válidamente para descartar el dolo en el


señor Ramírez García que él desconocía lo sucedido; firmó
los contratos con fechas falsas y el doctor Gual Mozo
aparece en los mismos como testigo; en la audiencia de
juicio oral ninguno de los procesados dijo que el otro los
firmó sin leerlos17.

El intento del actor, por darle validez a las


expresiones de su defendido, ubica la controversia en la
simple discrepancia de criterios en torno a la valoración
probatoria, y por ende, ausente de fundamento, porque
con nitidez asoma que las excusas suministradas por el
encartado no fueron acogidas por la Sala Mayoritaria del
Tribunal.

(iii) Que el Ad quem hubiese desconocido que el


abogado RAÚL ALBERTO GUAL MOZO elaboró las minutas
17
Folio 78 Cuaderno del Tribunal.

73
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

de los convenios o que mediante contrato de prestación


de servicios se le encargó esa tarea, como enfatiza el
demandante, no es lo que se deriva del texto de la
sentencia. Lo que ocurre es que, en el ejercicio de valorar
los diferentes medios de convicción, el juzgador encontró
acreditada la responsabilidad de RAMÍREZ GARCÍA en
virtud de la suscripción de los plurimencionados
convenios y su aporte como medio de prueba de la
querella policiva, no sin antes precisar:

Una cosa es que el abogado esté amparado por el secreto


profesional frente a lo que su poderdante le confiese, hasta
la comisión de un delito, y otra distinta es que el profesional
del derecho lo lleve a cabo con el mandante, como ocurrió
en el presente caso. Así las cosas, el poderdante Hugo
Humberto Ramírez García y el apoderado Raúl Alberto Gual
Mozo actuaron de consuno en la falsedad en documento
privado, esto es, el primero no se aprovechó de error
invencible como tampoco ejerció fuerza insuperable sobre el
segundo, como para llegar a afirmar justamente que se
estaría en presencia de la autoría mediata18.

En ese contexto, vano resulta insistir en que la


inocencia del enjuiciado no fue advertida a causa de
yerros de apreciación, cuando en su demostración no se
enfrenta la dialéctica del sentenciador al momento de
sopesar los elementos de prueba que respaldan su
determinación.

(iv) Similar inconexión se advierte frente a la queja


por, supuestamente, no haber analizado el juzgador
18
Folios 74 y 75 Ib.

74
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

algunos apartes de las declaraciones rendidas por los


señores JUAN BAUTISTA VARGAS y ALFREDO GRANADOS
SUÁREZ, porque la posesión que estos afirmaron tener
sobre los predios cuyos derechos vendieron a Interaseo
S.A. E.S.P., no alcanza a desdibujar el deber de verdad
que ambos encartados estaban llamados a atender «por
la naturaleza de los documentos utilizados» 19, tal como lo
apuntó el Tribunal.
Adicionalmente, por fuera del marco argumentativo
sobre el cual gravita el juicio de reproche, el letrado se
da a la tarea de desvirtuar la condición de víctimas de
las sociedades Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio
S.A., efecto para el cual advera que no tenían la posesión
de los terrenos de marras y, por ende, la transferencia a
Interaseo S.A. E.S.P., en nada afectaba la situación de
las señaladas empresas.

Deducción que soporta, estrictamente, en el


testimonio de BAUTISTA VARGAS, quien negó conocer la
empresa Agropecuaria del Norte Limitada, sin atender
que tal señalamiento no conjuga con el restante material
probatorio. Por ejemplo, la misma ETILVIA MARÍA GARCÍA,
compañera del citado, admitió que ha visto de paso a
doña Conchita, «pasó una vez por allá, venía de abajo, de
arriba, de allá pa’ acá». ALFREDO GRANADOS SUÁREZ,
vecino de los anteriores, que se conocen con BAUTISTA
VARGAS hace más de veinte años, no solo dijo saber de la
existencia de la aludida empresa, sino también de su
administradora, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ LÓPEZ, doña
19
Folio 73 Ib.

75
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Conchita, pues trabajó con ella. También refirió que los


terrenos de la sociedad denominada Moggio S.A., quedan
por ahí frente a donde él vive.

No obstante, el impugnante se aventura a afirmar


que con el precitado testimonio se pone en entredicho la
propiedad de los terrenos que las víctimas afirmaron
tener, siendo que, como bien lo apreció el juez de primer
grado, por parte de las indicadas sociedades, se
adujeron escrituras que formalmente así lo
demostraban.

En ese sentido, necesario de hace precisar que si


bien el Tribunal admitió que los predios en discusión
tienen el carácter de baldíos, como lo destaca el
demandante, es asunto que no se estableció a cabalidad.

Sencillamente, señaló:

Predios que tienen el carácter de baldíos, los que


jurídicamente no se poseen sino que se ocupan. El Consejo
de Estado en sentencia de 11 de agosto de 2005 aclaró: “…
el bien que sale del patrimonio del Estado o que nunca le
perteneció, no puede ser adquirido a través del medio de la
“ocupación”, el cual como se vio está previsto únicamente
para las tierras baldías…”.»20.

A ello se suma, que el recaudo probatorio impide


llegar a tal conclusión, especialmente, si se atiende a la
información suministrada por el denunciante, FREDY
20
Folios 76 y 77 Ib.

76
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

RIQUETT DE LA HOZ, quien según relató en el juicio, fue


contratado como asesor de Agropecuaria del Norte Ltda.,
y adelantó un estudio de títulos en el año 2005 sobre la
finca Villa Concha, cuya extensión es de 850 hectáreas,
para verificar las situaciones de las propiedades,
posesiones y terrenos, efecto para el cual obtuvo
escrituras, tradiciones y fallos; entre ellos, uno del
Tribunal Administrativo del Magdalena, concerniente a
una sanción del Inderena por tala de árboles, donde se
dijo que los terrenos no eran baldíos.

Igualmente, en su testimonio, cuando justificó las


razones por las cuales formuló la denuncia penal que dio
origen a este trámite, mencionó, entre otros aspectos,
que el lote objeto de la querella policiva no tiene la
calidad de baldío porque esa zona había sido desafectada
por un fallo del Consejo de Estado.

El profesional, también informó sobre una solicitud


de rectificación de medidas, elevada desde el año 2005 al
Instituto Geográfico Agustín Codazzi y que estaban a la
espera de que les resolvieran la situación.

Así se desenvolvió ese segmento del interrogatorio


efectuado por la Fiscalía:

Señor Fredy Riquett puede indicarnos qué trámites realizó


para la rectificación de linderos que siguen intactos en el
Instituto Geográfico Agustín Codazzi. Respuesta: nosotros
presentamos, Agropecuaria del Norte presentó desde el 2005

77
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

una petición para que se hicieran las rectificaciones de


medidas, después en septiembre del 2005 volvimos a
presentarla, no nos prestaron atención, solamente a partir
del 2007 nos elevaron respuesta. Nosotros les presentamos
rectificación y aclaración de la mayoría de predios, en el
presente año o a finales del año pasado el Agustín Codazzi
de tanto ir allá a exigir derechos de petición, incluso
presentando acciones de tutela, nos indicó que había
iniciado un proceso de rectificación en el sector. En la finca
atendimos al funcionario del Agustín Codazzi y le hicimos
entrega de todos los planos y pudimos hablar con ellos y
entregarles toda la documentación; nosotros esperamos que
para (sic), esa actualización entre a partir del 1° de enero del
2012.

Respalda lo anterior, CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ LÓPEZ,


administradora de la empresa Agropecuaria del Norte
Limitada, quien en su relato señaló ser la primera dueña
de la finca Valle de Concha y que desde el año 1999
comenzó a ser objeto de invasiones, por la margen
derecha y algunos terrenos fueron adjudicados por el
Incoder, siendo que los baldíos son los que se
encuentran por la margen izquierda.

En todo caso, la calidad de baldíos de los terrenos


en comento no fue el objeto central del debate en las
instancias, y aunque se suministraron datos de distintas
fuentes, en especial por parte de las víctimas negando
esa condición, también lo es que tal discusión debe ser
objeto de aclaración por parte de las autoridades
competentes.

78
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Ahora bien, continuando con el examen del libelo,


la censura que por falso juicio de existencia la hace
recaer el libelista en (i) la querella policiva, (ii) el contrato
de prestación de servicios profesionales suscrito entre la
empresa de aseo y el abogado GUAL MOZO y (iii) la
declaración del Inspector de Policía CÉSAR SEGUNDO
ROVIRA LOZANO, tiene como propósito desvirtuar las
conclusiones valorativas del sentenciador, no por razón
del error de apreciación anunciado, sino por el interés de
anteponer su personal interpretación alejada, por
supuesto, del análisis que soporta el juicio de
responsabilidad penal contra su asistido.

En ese esfuerzo por desvincular a RAMÍREZ GARCÍA


del hilo conductor que lo ata a la falsedad, se apoya en
los elementos de prueba que dice omitidos, para concluir
que su asistido no tuvo interés en enervar acción alguna;
que GUAL MOZO desarrollaría el objeto del contrato de
prestación de servicios profesionales frente al amparo a
la posesión de manera independiente y sin
subordinación alguna y desmiente su intención de
querer faltar a la verdad porque la presentación de la
querella y las pruebas aportadas con ella obedecieron
únicamente a la asesoría y voluntad del abogado, sin su
participación en la escogencia de la acción iniciada, ni
en la decisión de adjuntar los contratos sobre derechos
posesorios.

La premisa de la que parte el actor es el fruto de


una apreciación incompleta de las manifestaciones de su

79
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

asistido, quien pese a negar cualquier injerencia en la


actividad de su apoderado, durante el trámite policivo,
admitió que le colaboró en ubicar a unos trabajadores
que estuvieran por el sitio para que rindieran
declaración en pro de los intereses de la empresa (récord
02:03), como en efecto ocurrió, pues en la diligencia de
inspección ocular realizada el 6 de abril de 2009, por la
Inspectora de Policía de Bastidas, fueron escuchados
JOSÉ DEL CARMEN VILLALBA OVALLOS y EDUARDO MARIO
FERNÁNDEZ RUIZ, quienes aseguraron que los predios en
discusión pertenecen a la empresa; el primero aseguró
que desde hace más cinco años21.

De otra parte, la declaración rendida por CÉSAR


SEGUNDO ROVIRA LOZANO, Inspector de Policía del
Rodadero que fue comisionado para adelantar
inspección ocular en los sectores denominados
“Calderito 1” y “Relleno Sanitario de la ciudad de Santa
Marta”, carece de incidencia para efectos de descartar
que RAMÍREZ GARCÍA no tuvo la intención de engañar a
nadie al suscribir los contratos, porque si bien el citado
funcionario manifestó que no observó actividad agrícola
o de otra naturaleza por parte de Agropecuaria del Norte
Limitada, y que, en cambio, era notorio el ejercicio de
actos posesorios por parte de Interaseo S.A., es
necesario tener en cuenta que los vendedores de los
derechos de posesión entregaron a dicha firma los
predios a finales de 2008 y, para el momento de la
diligencia, llevada a cabo durante los días 23 de
21
Folios 170 a 172 Cuaderno No 9.

80
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

noviembre22 y 10 de diciembre de 2009 23, era de esperar


que encontrara, como lo señaló el declarante, «un
carreteable, movimientos abundantes de tierras, adecuación
de las mismas que se unía (sic) entre El Calderito 1 y el predio
Relleno Sanitario de Santa Marta, se ve que es hecha con
maquinaria, con técnica acorde para ese trabajo» realizados
por Intersaseo S.A24.

Lo cierto es que, esta especie de argumentos, entre


muchos otros de los aludidos por el libelista, permite
reafirmar que su verdadero desacuerdo radica en la
valoración probatoria, específicamente, por haberse
concluido que los procesados actuaron de manera
conjunta, presupuesto que intenta desvirtuar haciendo
énfasis en aspectos que no desdibujan las conclusiones
del Tribunal.

La falta de fundamento de la censura, conduce a


desestimarla.

Tercero (subsidiario).

Recrimina el casacionista el desconocimiento del


principio in dubio pro reo a causa de errores de hecho
por falso juicio de existencia e identidad.

Asegura, que las pruebas dejadas de valorar total o


parcialmente no revelan un acuerdo previo entre su

22
Folios 215 y 216 Ib.
23
Folios 194 y 195 Ib.
24
CD 2b récord 00:20:41 en adelante.

81
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

asistido y RAÚL GUAL MOZO para que éste empleara los


contratos presuntamente falsos, dentro del proceso
policivo adelantado por la Secretaría de Gobierno de
Santa Marta y, por ende, no concurren los presupuestos
de la coautoría.

Más allá de la simple discrepancia que emerge de


los argumentos del demandante, fuerza insistir que en
sede del recurso extraordinario no es posible
desacreditar los hechos y la valoración de las pruebas,
como tampoco la aplicación del derecho –si ese fuese el
objetivo del impugnante-al menos sin atender a la
estructura argumentativa de la decisión, cuyo sentido
necesariamente habrá de mutarse ante la prosperidad de
algún reproche.

Entonces, ningún sentido tiene la pretensión de


desvirtuar la doble presunción de acierto y legalidad que
cobija la sentencia, por fuera del marco de análisis y
valoración probatoria que sustenta la condena, porque
de esa manera es imposible advertir en qué consistió el
yerro del fallador al precisar, por ejemplo, que «se
necesitan los dos actos, como son, falsificar y usar; puede
suceder que una persona falsifique y otra use, presentándose
así la figura de la coautoría» y posteriormente declarar que
«[s]e falsificaron ideológicamente los contratos para utilizarlos
como prueba debido a que contra la empresa Interaseo
cursaba una querella policiva y el representante legal quería
enervarla presentando una semejante, y así Interaseo tuviera
la posesión de los inmuebles mencionados en (sic) antelación

82
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

los implicados en la falsificación de los documentos privados


(sic) el comportamiento no tiene justificación pues recuérdese
que el uso puede ser lícito» 25.

La labor analítica del letrado se remite a destacar,


en todo momento, las explicaciones suministradas por
su defendido en el juicio oral, referidas al
desconocimiento de éste sobre el uso de los documentos
en el desarrollo del proceso policivo, su falta de intención
de emplearlos como prueba en un «futuro proceso policivo»
en cuanto no se avizoraban conflictos de vecindad con la
firma Agropecuaria del Norte Limitada, pero que una vez
se enteró de ellos suscribió nuevo contrato con el
abogado GUAL MOZO para que éste, de manera
independiente, adelantara las gestiones pertinentes, sin
que conociera el texto de la querella, ni atendiera
personalmente las gestiones relacionadas con ese
trámite.

Propuesta defensiva que procura afianzar con lo


manifestado en juicio por RAÚL GUAL MOZO, algunas
piezas procesales del trámite policivo y el contrato de
prestación de servicios profesionales suscrito el 1º de
febrero de 2009, sin atender, nuevamente, a las
concretas motivaciones del fallo, tantas veces destacadas
en esta decisión, soportadas en el haber probatorio y que
llevaron al juez plural a declarar que RAMÍREZ GARCÍA y
su apoderado, actuaron de consuno en la falsedad de los
contratos, para usarlos en el trámite policivo y que no es

25
Folios 73 y 78 Ib.

83
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

posible afirmar que éste desconocía lo sucedido, pues


firmó los contratos con fechas falsas, GUAL MOZO
aparece como testigo y en el juicio oral ninguno dijo que
el otro los firmó sin leerlos.

En efecto, al escuchar la intervención de éste


procesado, en la fase de las alegaciones finales, informó
que en el mes de noviembre de 2008 fue contratado por
Interaseo S.A., para asesorarla en la adquisición de
derechos de posesión dos bienes inmuebles agrarios
rurales que colindan con el predio “Calderito 1” «y por los
conocimientos que poseo del derecho civil, transcribí la
voluntad de las partes, tal cual como me lo expresaron, en las
correspondientes minutas»26.

Contrario a esa manifestación, RAMÍREZ GARCÍA, en


respuesta al contrainterrogatorio de la defensa de GUAL
MOZO, señaló que la elaboración de los contratos la dejó
en manos de éste abogado porque confiaba plenamente
en él. Sin embargo, admite que le suministró los datos
más importantes y que, una vez elaboradas las minutas,
concurrió a la Notaría para firmarlas, pero solo le dio
lectura a lo que le interesaba, esto es, a los precios, la
cantidad de terreno, los linderos, «pero ya la parte
menuda, como no soy abogado, conseguí una persona en
quien confiar»27.

No obstante, al cuestionarle que los convenios solo


constan de dos páginas cada uno, y que no tienen letra
26
CD 2a, récord 6:19:44 a 6:19:52.
27
CD 2b, récord 03:02:33.

84
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

menuda, simplemente respondió «no, vuelvo y repito, no leí


todo, sino que leí la parte que me interesaba» 28.

El demandante pasa por alto tan importantes


incidencias en su discurso y se dedica a promover
distintas hipótesis, orientadas a demostrar el
desconocimiento de su asistido en las actividades
judiciales adelantadas GUAL MOZO, tanto en la
adquisición de la posesión de los predios, atribuyéndole,
exclusivamente, la fecha que se fijó en los contratos,
como la redacción de la querella policiva, acudiendo para
ello al examen individual y fraccionado de las pruebas
enunciadas en el cargo, para darle fortaleza a su
hipótesis defensiva que, como ya se destacó, no fue
admitida por el Tribunal.

Nótese que en el propósito de desvirtuar el dolo de


su representado, asegura que éste no se enteró de los
actos perturbatorios en los predios cuya posesión había
adquirido, concretamente, el ocurrido el 22 de noviembre
de 2008 y que motivó la interposición de la querella de
Agropecuaria del Norte Ltda., contra Interaseo S.A., a la
que se anexaron las declaraciones rendidas ante Notario,
por FRANCISCO RAFAEL PÉREZ DE ORO y JAINER ALEXANDER
ORTIZ CANTILLO, con el siguiente relato:

QUINTO: El día 22 de noviembre del año 2008, en horas de


la mañana, al efectuar una ronda de vigilancia en los límites
de la Finca Valle de Concha en la cerca que divide la
propiedad que vigilamos de propiedad y posesión de
28
Ib, récord: 03:02:49.

85
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

AGROPECUARIA DEL NORTE LTDA., en el sector que


colinda con el lote del relleno sanitario de Palangana de
propiedad de la Empresa Interaseo S.A., nos encontramos
con una cuadrilla de trabajadores ingenieros y topógrafos
que habían ingresado sin autorización al lote que vigilamos,
manifestando que se encontraban levantando unas cercas y
que continuarían su labor, a lo cual les advertimos que los
terrenos objeto de cercado pertenecen a la Sociedad
Agropecuaria del Norte Ltda., nosotros procedimos ese
mismo día a informar a nuestra jefe señora CONCEPCIÓN
FERNÁNDEZ LÓPEZ, quien nos indicó que no dejáramos
continuar los trabajos y que ella acudiría a la Policía y a la
Inspección de Policía de Bonda a ordenar la suspensión de
la perturbación29.

El procesado niega tajantemente haber sido


informado de esos hechos, con la finalidad de justificar
la posterior interposición de la querella y el uso de los
contratos de compraventa de la posesión, pero la
realidad que revela la foliatura impide admitir tal
desconocimiento.

Lo anterior, si se tiene en cuente que el topógrafo


de Interaseo S.A., CAMILO ALEJANDRO CHAPARRO, inició las
mediciones en los predios Las Marías y La Loma de
Sansón en octubre de 2008, como él mismo lo declaró en
el juicio oral y lo reconoce el propio RAMÍREZ GARCÍA,
situación indicativa que para la fecha de los actos
perturbatorios señalados en la querella de Agropecuaria
del Norte Ltda., funcionarios de la empresa de aseo se
encontraban en ese sitio.
29
Folios 5 y 6 Cuaderno No 9.

86
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Sin embargo, carece de justificación que tanto el


topógrafo, como el procesado, coincidan en desconocer
que para el 22 de noviembre de ese año, fueron retirados
de los predios por celadores de Agropecuaria y solo
refieran las acciones ocurridas en el mes de marzo de
2009, cuando ya se habían autenticado los contratos de
adquisición de derechos posesorios., señalando que el
citado topógrafo y su cuadrilla fueron sacados de allí por
unas personas armadas.

Inclusive, ambos niegan la presencia, en la zona, de


las empresas Agropecuaria del Norte Ltda., y Moggio
S.A., y pese a que el procesado admite que conoció las
comunicaciones que la primera le remitió en los años
2005 y 2006, simplemente responde que ellas se refieren
al predio “Calderito1”.

Una lectura objetiva de las citadas comunicaciones,


ambas dirigidas por la representante legal de
Agropecuaria del Norte Ltda., al gerente, JORGE GÓMEZ
MEJÍA, impide admitirlo así.

En efecto, si bien en la primera de ellas, del 27 de


julio de 2005, se trató el tema de las irregularidades
presentadas en los títulos de propiedad de los terrenos
de “Calderito 1”, vendidos por JOSÉ IGNACIO DÍAZ
GRANADOS al señor WILLIAM VÉLEZ, dueño de la empresa
de aseo, lo cierto es que en la parte inicial de la
comunicación se les informa claramente que la empresa

87
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

es propietaria de una gran extensión de terreno y los


previene de hacer negociaciones con poseedores
irregulares, en estos términos:

Con suma extrañeza y preocupación tenemos conocimiento


a la fecha, que la empresa INTERASEO S.A.E.S.P. adelanta
en la ciudad de Santa Marta camino a Bahía Concha, una
obras civiles en terrenos de nuestra propiedad.

Nos permitimos informarles que nuestra empresa es Titular


de Ochocientas Cincuenta Hectáreas (850 Hect.) en la zona
adyacente al camino que conduce de Santa Marta a las
playas de Bahía Concha. Ostentamos título de pertenencia
del año 1964, ratificado por el Consejo de Estado en Agosto
6 de 1971; sociedad constituida con la Señora Concepción
Fernández López, ampliamente conocida en la zona desde
hace más de treinta años.

Presumiendo que sus actos sean de buena fe, le


recomendamos abstenerse de continuar realizando
negociaciones con poseedores irregulares o Invasores de
Cuello Blanco, que no gozan de Derechos de Propiedad
alguna30.

En la comunicación del 6 de abril de 2006, la


información también es muy clara:

Nuevamente les manifestamos nuestra preocupación, en


esta ocasión por la actitud de sus Empleados de Vigilancia
quienes el 31 de marzo de 2006 dispararon Armas de Fuego
contra personal de Agropecuaria del Norte Ltda.

30
Folio 1. Cuaderno No 27.

88
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Nuestro personal de Vigilancia y Topografía, se encontraban


dentro de los terrenos de nuestra propiedad, cuando fueron
amedrentados con Tiros al Aire.

En nuestra calidad de Vecinos del Relleno Sanitario de


Palangana, contamos con el Derecho de revisar los linderos,
cercas y mojones de nuestro predio31.

Situación que corroboró FREDY RIQUETT en el juicio


oral, al indicar que en marzo de 2006, cuando se
encontraba recorriendo los terrenos para establecer
ciertos sitios geográficos, en compañía de MIRIAM DÍAZ,
CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ y un trabajador de Agropecuaria
del Norte Ltda., estando en la cerca que colinda con
Interaseo S.A., recibieron un tiros al aire, por lo cual
decidió que se hiciera una comunicación a esta empresa
señalándoles la situación que se había presentado e
invitándolos a reunirse para concertar y revisar linderos
y que, como respuesta, en comunicación signada por
HUGO RAMÍREZ GARCÍA, les manifestaron que no estaba
interesados porque estaban seguros de sus títulos de
propiedad.

Esta cadena de acontecimientos, impide admitir,


como lo aduce el casacionista, el desconocimiento de su
defendido, acerca de la presencia, en la zona, de las
empresas reconocidas como víctimas en este trámite y,
antes por el contrario, revela que de tiempo atrás se han
suscitado distintos inconvenientes, ampliamente

31
Folio 4 Ib.

89
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

conocidos por la empresa de aseo, y en especial, por el


procesado.

En estas condiciones el cargo no puede prosperar.

3. Demandas presentadas por la Fiscal 31 ( E )


Seccional de Santa Marta y el apoderado de
Agropecuaria del Norte Limitada.

En atención a que los libelos contienen similares


pretensiones, la Sala asumirá su análisis de manera
conjunta y, cuando sea necesario, examinará
puntualmente los temas que no sean coincidentes.
Primer Cargo (principal).

Con apoyo en la causal primera, acusan la


violación directa de la ley sustancial, por falta de
aplicación de los artículos 58, numeral 10, del Código
Penal, que consagra la circunstancia de mayor
punibilidad consistente en obrar en coparticipación
criminal, y 61 ejusdem, acerca de los fundamentos para
la individualización de la pena.

Argumentan, en concreto, que tanto en el escrito de


acusación, como en la respectiva formulación y en el
juicio oral, el ente acusador aludió a dicha
circunstancia, situación que imponía al juzgador, al
momento de individualizar la pena, ubicarse en los
cuartos medios de movilidad, y no, en el mínimo, como
aconteció, pese a que el Tribunal, condenó a ambos

90
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

procesados como coautores del delito de falsedad en


documento privado.

Es cierto, como se verifica en la foliatura, que la


Fiscalía, desde el escrito de acusación, señaló a los
acusados RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO HUMBERTO
RAMÍREZ GARCÍA, como coautores de los delitos de fraude
procesal y falsedad en documento privado, en concurso,
con la circunstancia de mayor punibilidad de haber
obrado en coparticipación criminal 32, calificación jurídica
que reiteró en la audiencia de formulación de acusación
y también en el juicio oral33.

A su turno, el Tribunal, al revocar la absolución


dispuesta a favor de RAMÍREZ GARCÍA, por la primera
instancia, respecto del punible contra la fe pública,
refirió en sus consideraciones que ambos procesados,
«falsificaron los contratos ya conocidos para usarlos en la
querella policiva anotada»34, y, luego, en la parte resolutiva
apuntó que lo condenaba a título de «coautor» de dicho
punible.

No obstante, al momento de dosificar la pena,


terminó imponiendo el mismo quantum que el fallador de
primer grado determinó para GUAL MOZO, quien descartó
la circunstancia de mayor punibilidad alegada por la
fiscalía, porque no se estableció la coparticipación
criminal. En consecuencia, se ubicó en el cuarto mínimo

32
Folio 9 Cuaderno principal.
33
Folios 111 a 115 Ib.
34
Folio 78 Cuaderno del Tribunal.

91
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

de movilidad, de 16 a 39 meses, y señaló que como solo


concurren circunstancias de menor punibilidad,
carencia de antecedentes penales, y «en consideración a la
intensidad del dolo», determinó la pena en dieciséis (16)
meses de prisión.

Razón le asiste a los impugnantes, al afirmar la


falta de aplicación del precepto en cita, por la vía de la
violación directa, porque pese al reiterado argumento del
Ad quem, de haber concurrido ambos procesados en la
falsificación de los contratos ya conocidos, y el expreso
señalamiento, por la funcionaria instructora, terminó
por desconocer la circunstancia agravante y, por esa vía,
el principio de congruencia, toda vez que, en el escrito de
acusación, en la audiencia de verbalización e, incluso,
en el alegato final del debate probatorio, la Fiscalía
mantuvo inalterable la imputación jurídica.

El estricto acatamiento de ese postulado, impone al


fallador dosificar la pena, acorde a los lineamientos del
artículo 61 del Código Penal, específicamente, cuando
ordena que el sentenciador solo puede moverse dentro
de los cuartos medios cuando concurran circunstancias
de atenuación y agravación punitiva.

La prosperidad del cargo comporta redosificar la


sanción privativa de la libertad, y a ello se procederá,
luego de examinar las restantes censuras.

92
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Segundo cargo (principal) presentado por la


Fiscalía.

Acusa la sentencia del Tribunal, por la vía de la


violación directa, por falta de aplicación del artículo 453
del Código Penal que tipifica el delito de fraude procesal,
toda vez que el sentenciador desconoció el alcance de
dicha preceptiva y procedió a absolver a los procesados,
pese a estar estructurados todos sus elementos.

Técnicamente, la propuesta no se ajustaría a la


hipótesis de error planteada y desarrollada por la
casacionista y sustentada por el Delegado de la Fiscalía
ante la Corte, pues al señalar que el Tribunal se
equivocó al considerar que la conducta exige una
efectiva inducción en error y que, por ende, le dio el trato
de delito de resultado, ello supone que el precepto fue
aplicado y correctamente seleccionado, pero que sus
alcances no corresponden a la verdad probatoria
declarada en el fallo.

Con esa aclaración, que no crítica a los


presupuestos formales, que se entienden superados en
esta fase del recurso, la Sala estima necesario reiterar su
criterio jurídico en punto de la estructura del fraude
procesal, antes de proceder al examen de fondo del
reproche.

La jurisprudencia de la Sala (CSJ AP, 21 ene.2015,


rad. 45078; CSJ AP 30 jul. 2014, rad. 42014 y CSJ AP,

93
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

30 jul.2014, rad. 44042, entre otros) ha sido consistente


en sostener que se trata de un delito de mera conducta,
es decir, que no requiere de la producción del resultado
perseguido. Por manera que, se entiende agotado cuando
el sujeto agente induce en error al servidor público, a
través de medios fraudulentos con capacidad de incidir
en la determinación de la pretensión cuyo
reconocimiento se postula al interior de una actuación
judicial o administrativa.

Así las cosas, se tienen como elementos del delito, i)


el uso del medio fraudulento; ii) la inducción en error a
un servidor público y iii) la intención de obtener
sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la
ley.

En ese sentido, la Corte, en CSJ AP, 17 oct. 2012,


rad. 39659, puntualizó:

Se trata de un punible de mera conducta, cuya


consumación requiere el despliegue de medios engañosos
idóneos, esto es, con capacidad de inducir en error, sin que
sea indispensable la obtención de la decisión contraria a
derecho. De esta manera, el tipo penal exige en el sujeto
activo la conciencia y voluntad de obtener el resultado
propuesto y su conocimiento sobre la aptitud del medio
utilizado para engañar al servidor público, es decir, para
presentarle una falsa realidad de los hechos objeto de la
decisión.
(…)
No se pierda de vista que los medios fraudulentos
desplegados con el fin de inducir en error al servidor público

94
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

deben comportar idoneidad o capacidad de engañar, aspecto


que debe revisarse en cada evento determinando la aptitud
procesal para provocar la equivocación.

Descendiendo al caso concreto, la queja de la


funcionaria recurrente, radica en que el Tribunal se
equivocó al considerar que el comportamiento punible en
comento, exige una efectiva inducción en error, dándole
así el trato de delito de resultado.

Al respecto, el juez plural, en sus consideraciones,


previa reseña de la jurisprudencia de esta Corporación,
donde describe al injusto como un tipo penal de mera
conducta, en el momento de determinar si se estructura
o no, señaló:

En el caso que se examina los contratos con fecha falsa se


usaron ante la Secretaría de Gobierno Distrital al ser
anexados en la querella policiva como prueba, pero el uso de
los documentos no tuvo la entidad suficiente para que se
configurara el fraude procesal pues en verdad Interaseo S.A.
tenía la posesión de los predios rurales cuya venta se hizo
constar en los anotados contratos así que dicho funcionario
no emitiría un acto administrativo contrario a la ley.

El uso que hicieron los procesados de los documentos con


fecha falsa no desnaturaliza la falsedad en documento
privado pero sí el fraude procesal porque, se insiste, si
Interaseo tenía la posesión de los predios anotados con
anterioridad no haría incurrir en error al Secretario de
Gobierno del Distrito de Santa Marta, cosa distinta que
consideraran necesario hacerlo con los contratos falsos35.
35
Folios 83 y 83 Ib.

95
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

De lo anterior se constata que el Ad quem, una vez


admitió que los contratos falsos se anexaron como
prueba a la querella policiva, no se detuvo a examinar –
como era su deber- acerca de su idoneidad para inducir al

funcionario público, sino que, directamente, descartó la


posibilidad que el Secretario de Gobierno pudiera emitir
un acto administrativo contrario a la ley, bajo el
argumento que, en verdad, Interaseo S.A. E.S.P. tenía la
posesión de los predios rurales, cuya venta se hizo
constar en tales documentos.

Ello no implica que le esté dando al injusto el


tratamiento de delito de resultado, como lo entiende la
impugnante, porque la inducción en error, al cual se
refiere el juzgador, sí es una exigencia del
comportamiento punible, no así la materialidad del
resultado perseguido.

Así también lo entendió el fallador de primera


instancia, quien, con mayor detalle, discernió:

Como lo señalaron los intervinientes especiales en el juicio


oral, el delito de fraude procesal es de mera conducta, es
decir, no se requiere para su consumación la obtención del
fin perseguido, o sea una sentencia, resolución o acto
administrativo contrario a la ley.

Pero como en todos los delitos es necesario que el bien


jurídico que se tutela se haya efectivamente lesionado o
puesto en peligro, lo que se conoce como principio de

96
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

antijuridicidad material, por ello para la estructuración del


delito se requiere que el medio fraudulento utilizado tenga la
aptitud para engañar, o sea que supere la censura que un
servidor público le haría al momento de valorarlo como
elemento de juicio para producir la sentencia, la resolución
o el acto administrativo, de lo contrario se está frente a un
engaño inocuo y por ende incapaz de dañar o poner en
peligro el objeto de amparo, esto es, un comportamiento con
ausencia de antijuridicidad material.

En este caso concreto, el secretario de gobierno distrital


CESAR RIASCOS NOGUERA no tuvo en cuenta los
mencionados contratos de compraventa para decidir sobre
las querellas policivas que se habían interpuesto. Así lo dijo
en su declaración haciendo énfasis que las pruebas a tener
en cuenta en esta clase de procesos administrativos son las
que se obtengan en la diligencia de inspección ocular a los
inmuebles, cuya práctica es determinante en estos casos, de
donde los mencionados contratos devinieron
intrascendentes en este trámite36.

Con independencia de la conclusión a la que arribó


el Aquo, en punto de la intrascendencia que advirtió en
los documentos, lo expuesto hasta este momento
permite avizorar que no hay lugar a predicar el yerro de
interpretación reprochado por la vía directa y, por tanto,
el cargo no prospera.

Agréguese que cuando la censora apunta, más


adelante, que contrario al criterio del Tribunal, los
plurimencionados documentos sí fueron idóneos para
inducir en error, incursiona en una discusión que no
36
Folios 143 y 144 Cuaderno principal.

97
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

toca con el cuestionamiento netamente jurídico de


interpretación en torno a la naturaleza de la conducta
punible, sino con el ejercicio de valoración probatoria,
susceptible de rebatir por la vía de la violación indirecta,
como en efecto se hizo en el cargo que enseguida se
examinará.

Tercer cargo (subsidiario) de la Fiscalía.

Acusa la violación indirecta de la ley sustancial


proveniente de errores de hecho por falso juicio de
identidad, en relación con la declaración rendida en
juicio por CESAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA y falso juicio
de existencia, por omisión, respecto del expediente
contentivo de la actuación policiva.
En cuanto al primer yerro de apreciación, dice la
actora que la distorsión consistió en que dicho
funcionario, Secretario de Gobierno de Santa Marta,
señaló que el procedimiento establecido en el Estatuto
Distrital de Policía (Decreto 1002 de 1992) es el que
regula los trámites policivos y en los temas no tratados
se remite al Código Nacional de Policía y,
subsidiariamente, al Código de Procedimiento Civil.

En consecuencia, el Tribunal tergiversó aquella


declaración cuando acudió al artículo 126 del Código
Nacional de Policía dando por cierto que esa era la
norma aplicable.

98
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Al respecto, observa la Sala, que RIASCOS NOGUERA,


en el juicio oral, efectivamente señaló que la norma
especial para el trámite de una querella es el Estatuto
Distrital de Policía, seguido del Código Nacional de
Policía y, subsidiariamente, de las previsiones del Código
de Procedimiento Civil.

Sin embargo, de las consideraciones del juez plural,


que la delegada de la fiscalía trae a colación, no surge el
yerro de alteración que proclama porque ellas no están
soportadas en dicho testimonio, sino en los argumentos
expuestos en la Resolución del 07 de enero de 2011, por
medio de la cual, dicho funcionario resolvió de fondo las
querellas promovidas por las empresas Agropecuaria del
Norte Limitada e Interaseo S.A. E.S.P.

Así se pronunció:

Esto lo tuvo claro el Secretario de Gobierno del Distrito de


Santa Marta al considerar en el acto administrativo de 7 de
enero de 2011 –folios 571 y 572 de la carpeta de pruebas No
9 de la Fiscalía- lo siguiente: “De las pruebas documentales
aportadas por ambas partes al proceso policivo en estudio,
por tratar todas sobre titularidad, no se tendrán en cuenta
por esta Secretaría de Gobierno, en virtud del artículo 126 del
Código Nacional de Policía que establece: “En los procesos de
policía no se controvertirá el derecho de dominio, ni se
considerará (sic) las pruebas que exhiben para acreditarlo,
los procesos de amparo a la posesión son breves y sumarios
y pretenden bajo el amparo policivo evitar vías de hecho” 37.

37
Folio 83 Ib.

99
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

No es cierto, entonces, que, por este aspecto, se le


deba reprochar al Tribunal distorsión al contenido de la
declaración suministrada por el Secretario de Gobierno
de Santa Marta, porque los juicios objetados, en realidad
recayeron sobre un medio de prueba distinto.

De otra parte, afirma la funcionaria que los


Magistrados del Tribunal nunca quisieron entender que
para la admisión de la querella se valoraban las pruebas
sumarias aportadas por quien alegara tener perturbada
la posesión y, si para el efecto, se presentaron unos
contratos falsos, es claro que el fraude procesal se
verificó porque se indujo en error.

Necesario resulta examinar, ante todo, el criterio


judicial que soporta la absolución dispuesta a favor de
los procesados por esa conducta punible.

En ese sentido, el fallador de primer grado, razonó:

En este caso concreto, el secretario de gobierno distrital


CESAR RIASCOS NOGUERA no tuvo en cuenta los
mencionados contratos de compraventa para decidir sobre
querellas policivas que se habían interpuesto. Así lo dijo en
su declaración haciendo énfasis que las pruebas a tener en
cuenta en esta clase de procesos administrativos son las
que se obtengan en la diligencia de inspección ocular a los
inmuebles, cuya práctica es determinante en estos casos, de
donde los mencionados contratos devinieron
intrascendentes en este trámite.

100
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

La decisión del 7 de enero de 2011 dictada por el secretario


de gobierno distrital en virtud de la cual amparaba los
derechos de posesión a INTERASEO, al igual que la que
admitió la querella policiva no son contrarias a derecho,
pues para la presentación de la querella no era necesario
acreditar la posesión, bastaba con que se cumpliera la carga
de la afirmación, es decir, se afirmara que se era poseedor
de determinado inmueble para que se le diera trámite, de
allí que los contratos sobre la venta de posesión, al igual
que las declaraciones extraproceso que se presentaron eran
jurídicamente irrelevantes para el proceso policivo, de allí
que no fueron tenidas en cuenta por el secretario de
gobierno, ya que según el código de policía las pruebas a
tener en cuenta son la inspección ocular y las declaraciones
que en ella se reciban, sujetas a contradicción por las
partes.

No aparece establecido que al servidor público –Secretario


de Gobierno Distrital- se hubiese efectivamente inducido en
error, con lo que faltaría uno de los ingredientes del tipo de
Fraude Procesal y en estas circunstancias estaríamos en
presencia de una atipicidad relativa, por lo que se absolverá
a los acusados por este delito38 (negrillas no originales).

Según ese razonamiento del A quo, el funcionario


distrital no tuvo en cuenta los contratos para admitir ni
para decidir sobre las querellas policivas porque, frente a
lo primero, era suficiente con que se cumpliera la carga
de la afirmación de ser poseedor de determinado
inmueble y, en cuanto a la decisión de fondo, las
pruebas a tener en cuenta son las que se obtienen en la
diligencia de inspección judicial.

38
Folios 143 y 144 Cuaderno principal.

101
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

El Tribunal, por su parte, acogió esa postura al


señalar:

La Sala considera que en el caso concreto no se presentó el


concurso entre el mencionado ilícito contra la fe pública y el
fraude procesal. Una de las razones la expuso el Juez
Tercero Penal del Circuito de Santa Marta: para la
presentación de la querella y la decisión correspondiente no
se necesitaba acreditar la posesión sino que bastaba
cumplir con afirmar que ella se tenía para iniciar el trámite
e iniciar la decisión que correspondía39.

Pues bien, contrario a esas consideraciones,


escuchada la declaración del funcionario distrital,
RIASCOS NOGUERA, es perceptible cómo, en varios apartes
de sus respuestas, refiere que la prueba sumaria es
necesaria para la admisión de la querella.

En una de ellas, señaló:

(…)[s]implemente debe reunirse que cuando se interponga


una querella al menos se presente una prueba sumaria de
la condición de poseedor que se tiene y alguna prueba que
pueda indicar que efectivamente se está dando una
perturbación en la posesión como dependiendo del tipo de
proceso policivo que se tramite, eso es en términos generales
los criterios adoptados por el despacho del Secretario de
Gobierno para proferir autos de admisión de querella.

39
Folio 83 Cuaderno del Tribunal.

102
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Para responder si el auto que se emite para iniciar


el trámite posesivo, policivo tiene como fundamento la
querella y las demás pruebas que se aportan, señaló:

Por supuesto, lo fundamental en la querella es donde está


expresamente la declaración y la manifestación que hace el
querellante sobre la situación que se le está presentando, la
normatividad nos señala que podemos, como Juez
Administrativo, por lo menos tener la certeza de que puede
existir efectivamente esa posesión y que se está viendo
perturbada, es básicamente lo que se exige sin señalar
explícitamente qué tipo de documento debe ser allegado al
proceso40 (subraya la Sala).

Se deriva, entonces, que aquella fundamentación


del juzgador de primer grado, prohijada por el Tribunal,
no coincide con lo expuesto por el deponente y, en ese
sentido, le asiste razón a la representante de la Fiscalía
frente al predicado cercenamiento, porque el Secretario
de Gobierno no señaló que para la admisión de la
querella era suficiente con la manifestación del
querellante.

Bueno es precisar, de una vez, que también acierta


el apoderado de Agropecuaria del Norte Limitada al
cuestionar, en el segundo cargo, un falso juicio de
identidad por cercenamiento del testimonio de RIASCOS
NOGUERA, porque el juez de primera instancia no advirtió
todo lo expresado por éste sobre la exigencia de una

40
CD No 8, récord: 0:38 en adelante.

103
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

«prueba sumaria», y entendió que bastaba con afirmar


que se tenía la posesión para iniciar el trámite.

Sobre la trascendencia del yerro, la Sala se


pronunciará más adelante, una vez superado el examen
del reproche que al interior del mismo cargo postula la
delegada de la Fiscalía, quien atribuye al Tribunal la
incursión en un falso juicio de existencia por omisión,
respecto del expediente contentivo de la actuación
policiva, específicamente, la Resolución del 19 de febrero
de 2009 y la querella presentada a nombre de Interaseo
S.A. E.S.P.

Pues bien, dilucidado, como quedó, que el


testimonio de CESAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA fue
cercenado en su contenido, la Sala además constata
que, efectivamente, aquellas piezas contenidas en la
actuación policiva no fueron valoradas y que ese
desafuero incidió en la decisión de absolver a los
procesados.

En orden a contextualizar el acontecer fáctico que


dio origen a la presente actuación, es pertinente indicar
que, como consta en el expediente contentivo de la
querella policiva, legalmente aducido al juicio oral y
público, mediante escrito del 19 de diciembre de 2008,
el Representante Legal de la Sociedad Agropecuaria del
Norte Limitada instauró proceso policivo de amparo a la
posesión por perturbación sobre los potreros que
conforman la finca Villa Concha, por parte de personas

104
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

desconocidas que manifestaron trabajar con la firma


Interaseo S.A. E.S.P., quienes, según se lee en la
descripción de los hechos, debieron ser retirados por
celadores de la empresa, el día 22 de noviembre de ese
año41.

Por resolución del 19 de febrero de 2009, el


Secretario de Gobierno de Santa Marta inadmitió dicha
querella, porque no fue promovida por un abogado
titulado, tal como lo establece el artículo 307 del
Estatuto Distrital de Policía, concediendo cinco (5) días
para subsanar la falencia42.

A ello se procedió por el apoderado de esa sociedad,


en memorial que presentó el 27 de febrero siguiente43.

El 25 de marzo de 2009, RAÚL ALBERTO GUAL


MOZO, en representación de la empresa Interaseo S.A.
E.S.P., promovió igual acción policiva, contra
Agropecuaria del Norte Limitada y personas
indeterminadas o desconocidas, por usurpación de
tierras, daño en cosa ajena y perturbación de la
posesión, por los siguientes hechos:

PRIMERO. Mi mandante La Sociedad denominada


INTERASEO S.A E.P (sic) es poseedora material del
inmueble denominado Relleno Sanitario de Santa Marta,
con ánimo de señor y dueño, el cual ocupa hace más de diez
(10) años, inmueble ubicado en el DISTRITO TURISTICO
41
Folios 2 y 3 Cuaderno de pruebas No 9.
42
Folios 24 a 26 Ib.
43
Folios 28 a 30 Ib.

105
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

CULTURAL E HISTORICO DE SANTA MARTA,


DEPARTAMENTO DEL MAGDALENA, vereda Palangana,
denominado con el nombre de EL RELLENO SANITARIO DE
LA CIUDAD DE SANTA MARTA, cuyas medidas y linderos
son los siguientes: Norte: con 247.90 Metros con Alfredo
Granados Suárez y 1922.34 Metros con Luis Alfonso
Peñaranda y Baldíos Nacionales; Oeste 244 Metros,
carretera en medio que conduce de Santa Marta a Bahía
Concha con predios de José Ignacio Díaz Granados; Sur:
2.708.67 Metros, con predios de Interaseo, la empresa
prestadora del servicio público de recolección y disposición
final de residuos sólidos de Santa Marta y con predios de
Alberto Pío Dávila Abondano. Este: 806 mts, con Baldíos

Nacionales.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y ECONÓMICAS DEL


PREDIO.

1. Tipo de predio según lo establece el ARTÍCULO


SEGUNDO: del Acuerdo Distrital de 2004 por medio del cual
se establecen directrices parciales en materia de
Ordenamiento Territorial y se dictan otras disposiciones.-
PARAGRAFO PRIMERO: Como Principal relleno Sanitario de
Santa Marta.

2. Baldío Nacional, colindante con el actual Relleno


Sanitario de Santa Marta y no ha salido del Dominio del
Estado.

AREA DEL PREDIO

EL PREDIO DENOMINADO EL RELLENO SANITARIO DE


SANTA MARTA, (…), tiene un área aproximada de ochenta y
tres (83) hectáreas cuatro mil seiscientos noventa metros

106
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

punto treinta y tres metros cuadrados (83.4690.33) o sea


ochocientos treinta y cuatro mil seiscientos noventa punto
treinta y tres metros cuadrados.

SEGUNDO. Durante todo este tiempo mi patrocinado en su


condición de poseedor material con ánimo de señor y dueño
del inmueble en cuestión desde la fecha que fue adquirida
su posesión el día veinticuatro (24) del mes de julio del año
2002 (2002) ha mantenido tal ocupación de manera pública
y pacífica, nunca ha tenido problemas con nadie y además
ha ejecutado actos positivos de dueño cumpliendo con la
función social que implica la propiedad. La posesión es
pública e ininterrumpida, acompañado (sic) con ánimo de
señor y dueño.

TERCERO. Mi mandante además adquirió la posesión


material del referido inmueble por compra efectuada a los
señores JUAN BAUTISTA VARGAS JIMENEZ, MARÍA ELENA
GONZÁLEZ NIEVES (sic) un predio y el otro predio a los
señores ALFREDO GRANADOS SUÀREZ Y MIRIAN (sic)
MAIGUEL OSUNA DE GRANADOS, tal como consta en los
documentos privados que anexo al presente lo que prueba la
posesión material con ánimo de señor y dueño de la
Sociedad que represento.

CUARTO. El día 4 de marzo del presente año, el


representante legal de la Sociedad denominada
INTERAESEO S.A E.S.P., la cual represento en este proceso,
tuvo conocimiento de parte del topógrafo y un número de
trabajadores los cuales tienen la necesidad imperiosa de
realizar un trabajo de levantamiento topográfico, adecuación
del terreno y encerramiento del predio alguna parte con
mallas y otra parte con cercas, para la ampliación del
Relleno Sanitario de Santa Marta y se encontraron con la
sorpresa de que un número de nueve personas

107
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

desconocidas que portaban armas de fuego y uniformados


con vestuarios de seguridad privada pero sin ningún
logotipo o nombre que identificara la compañía de
seguridad, los amenazaron de muerte si continuaban con el
trabajo contratado para la empresa que represento, al
parecer invasores profesionales que se (sic) desean invadir y
usurpar la tierra de esta Sociedad que por disposición legal
está asignada únicamente para la utilización del predio,
según lo establece el artículo 1 del Acuerdo Distrital de
2004, por medio del cual se establecen directrices parciales
en materia de Ordenamiento Territorial y se dictan otras
disposiciones (…).

QUINTO : El día 13 de marzo del presente año, el


representante legal de la Sociedad denominada INTERASEO
S.A. E.P.S. (sic), recibió las mismas quejas del Topógrafo y
amenazándolos con la vida de los trabajadores,
impidiéndoles sus labores lo cual perjudica en forma
ostensible la salubridad de la comunidad de Santa Marta
por lo que se hace necesario la ampliación de EL RELLENO
SANITARIO DE LA CIUDAD DE SANTA MARTA, le incendian
las máquinas, y que no responden por el daño personal que
le suceda a ellos, tienen al personal amedrentado y
asustado porque no quieren trabajar dejando desprotegido
el bien en manos de los perturbadores, por este motivo esa
usurpación de tierras nos está ocasionando un daño y un
perjuicio incalculable a la Sociedad y a la comunidad de
Santa Marta la cual se caracteriza por lo siguiente:

(…)

MEDIOS DE PRUEBAS (sic)

PRIMERO.- Acuerdo Distrital No 005 del 19 de junio de 2004,


“MEDIANTE EL CUAL SE ESTABLECEN DIRECTRICES

108
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

PARCIALES EN MATERIA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL


Y SE DICTAN OTRAS DISPOSICIONES.

SEGUNDO.-Copias de la resolución No 14224 de septiembre


22 de 1969 proferida por el Instituto Colombiano de la
Reforma Agraria –Incora, por medio de la cual se declara
extinguido el derecho de dominio privado sobre parte del
inmueble denominado Concha o Atajo de Concha y
Palangana, ubicado en Santa Marta Departamento del
Magdalena.

TERCERO.- Copia de la resolución No 118 de septiembre 22


de 1969 proferida por la Junta Directiva del Instituto
Colombiano de la Reforma Agraria –Incora por medio de la
cual se aprueba la resolución antes mencionada.

CUARTO.- Dos copias del Negocio Jurídico de la compraventa


de los derechos de posesión y ocupación del predio en
cuestión.

QUINTO. Certificado de Existencia y Representación expedido


por la Cámara de Comercio de Santa Marta, por medio de la
cual se acredita la representación legal de la Sociedad. 44
(Mayúsculas originales-subraya la Sala)

Por resolución del 2 de abril de 2009, la Secretaría


de Gobierno Distrital de Santa Marta acumuló las
querellas policivas de amparo a la posesión por
perturbación, instauradas por los apoderados judiciales
de las referenciadas empresas, por considerar que
versaban sobre el mismo objeto, les correspondía
idéntico procedimiento y la parte demandada es la

44
Folios 31 a 36 Ib.

109
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

misma. En consecuencia, avocó su conocimiento y


reconoció personería a los apoderados judiciales de las
empresas en conflicto.

Finalmente, tras el agotamiento de variadas


actuaciones, por resolución del 7 de enero de 2011, la
Secretaría de Gobierno de Santa Marta resolvió de fondo
el trámite, en el sentido de amparar la posesión ejercida
por Interaseo S.A. E.S.P. sobre el predio ubicado en la
vereda Palangana, denominado El Relleno Sanitario de la
ciudad de Santa Marta, y ordenar a las Sociedades
Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio S.A., y demás
personas indeterminadas, cesar los actos perturbatorios
que se vienen ejecutando sobre el bien inmueble de
posesión de la Interaseo S.A. E.S.P 45.

Según informó la delegada de la Fiscalía, en


audiencia de formulación de acusación46, los efectos de
la anterior determinación fueron suspendidos por el
Juez Quinto Penal Municipal de Garantías de Santa
Marta, mediante auto del 31 de marzo de 2011.

Pues bien, si se parte del hecho probado con el


testimonio del propio Secretario de Gobierno Distrital,
CESAR MIGUEL RIASCOS NOGUERA, de tener como criterio
adoptado por el despacho a su cargo que la interposición
de una querella requiere, al menos, que se presente
prueba sumaria de la condición de poseedor que se alega
y que el fundamento para iniciar el trámite es la
45
Folios 749 a 779 Ib.
46
Récord 1:05 CD 3b.

110
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

querella, porque es donde está expresamente la


declaración y manifestación que hace el peticionario
sobre la situación que se está presentando, para la Sala
surge incuestionable, que la solicitud de amparo
policivo, incoada por el apoderado de la empresa
Interaseo S.A. E.S.P. y los contratos que se anexaron,
como prueba sumaria, necesariamente fueron tenidos en
cuenta por dicho funcionario para admitir la acción.

Inclusive, así lo establece el artículo 307 del


Decreto 1002 de 1992, Estatuto Distrital de Policía,
normativa especial referida por él mismo:

Las actuaciones en el proceso de amparo a la posesión


o mera tenencia, se inician mediante querella, por
intermedio de abogado, presentada ante la Secretaría de
Gobierno Distrital.

Si al escrito de querella no se acompaña los anexos


que corresponden: poder, prueba de la representación del
querellante, las pruebas anticipadas que se pretendan hacer
valer o si el mismo adolece de defectos, bien porque las
peticiones sean incompatibles entre sí o porque el objeto no
se aprecia debidamente determinado, este deberá ser
devuelto al interesado (subraya la Sala).

De lo anterior deriva, sin dificultad, la materialidad


de la conducta punible, porque incorporar al escrito de
querella policiva unos documentos cuyo contenido falso
se encuentra plenamente acreditado, según se vislumbró
en los cargos inicialmente examinados, traduce, por sí
solo, la utilización de medios fraudulentos encaminados

111
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

a provocar un error a la autoridad administrativa


encargada de tramitar el asunto.

Nótese que en el escrito de querella signado por


RAÚL ALBERTO GUAL MOZO47, se hizo expresa alusión al
contenido de los contratos espurios, en el sentido que el
inmueble objeto de perturbación, denominado Relleno
Sanitario de la ciudad de Santa Marta, corresponde a los
dos predios cuya posesión material adquirió HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, representante legal de
Interaseo S.A., por compra efectuada a JUAN BAUTISTA
VARGAS JIMÉNEZ y ALFREDO GRANADOS SUÁREZ, el 24 de
julio de 2002 y que desde esa fecha ha mantenido su
ocupación de manera pública y pacífica, con ánimo de
señor y dueño, lo cual no es cierto.

Las señaladas transacciones, como se ha venido


diciendo, tuvieron lugar los días 26 de noviembre y 3
de diciembre de 2008, respectivamente, pues, no solo
en esas fechas aparecen autenticados los contratos 48,
sino que los mismos vendedores así lo manifestaron en
el juicio oral; GRANADOS SUÁREZ, en la sesión del 18 de
agosto de 2011, y BAUTISTA VARGAS, en la del 7 de
septiembre de ese año49.

Prueba sumaria que desdibuja la verdad, aludiendo


a una ficta una posesión que de tiempo atrás se ejercía,
con capacidad de inducir en error a la autoridad
47
Folios 31 a 35 Ib.
48
Folios 65 y 67 Ib.
49
CD 4b Récord…

112
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

administrativa, porque a partir de ese referente


demostrativo, el Secretario de Gobierno de Santa Marta
debía pronunciarse sobre el cumplimiento de los
presupuestos para la admisión de esa querella, cuya
controversia radicaba, justamente, en hechos de
perturbación que se atribuían a la sociedad
Agropecuaria del Norte Limitada.

Lo anterior adquiere mayor contundencia si se tiene


en cuenta que, para ese momento, dicho funcionario ya
conocía de la misma acción que, meses antes -19 de
diciembre de 2008-, ésta sociedad había promovido
contra Interaseo S.A. E.S.P., por actos de perturbación
acaecidos el 22 de noviembre de 2008, fecha para la
cual esta empresa de aseo no tenía la posesión de los
predios “Las Marías” y “La Loma de Sansón”.
Tanto es así, que el 19 de febrero de 2009
inadmitió esa querella por vicios de forma y ordenó
subsanarla.

Enmendada la inconsistencia, el día 27 posterior,


el apoderado de Agropecuaria del Norte Limitada
nuevamente la sometió a su consideración, pero antes de
resolver sobre su admisión, alcanzó a ser radicado el
escrito de querella de Interaseo S.A. E.S.P.

Esta cadena de acontecimientos permite inferir que


los procesados actuaron diligentemente en la
consecución y suscripción de los contratos de
compraventa de derechos posesorios de los mismos

113
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

terrenos en relación con los cuales, previamente,


Agropecuaria del Norte Limitada había incoado iguales
pretensiones de amparo policivo, haciéndole creer al
funcionario de la administración distrital el ejercicio de
una posesión de vieja data, que no es cierta, con miras a
obtener una decisión administrativa favorable a sus
intereses.

Así lo entendió el Ad quem, cuando señaló que los


contratos se falsificaron ideológicamente «para utilizarlos
como prueba debido a que contra la empresa Interaseo
cursaba una querella policiva y el representante legal quería
enervarla presentando una semejante» 50. Sin embargo,
descartó la existencia del punible, señalando que «el uso
de los documentos no tuvo la entidad suficiente para que se
configurara el fraude procesal pues en verdad Interaseo S.A.
tenía la posesión de los predios rurales cuya venta se hizo
constar en los anotados contratos, así que dicho funcionario
no emitiría un acto administrativo contrario a la ley 51».

Los juzgadores no advirtieron que los actos


perturbatorios alegados por Agropecuaria del Norte
Limitada se remontaban al 22 de noviembre de 2008,
mientras que los expuestos por Interaseo S.A., hacían
referencia a lo ocurrido los días 4 y 13 de marzo de
2009, momento para el cual ya había adquirido la
posesión de los predios “Las Marías” y “La Loma de
Sansón”. Por ello, al exponer en su queja, el apoderado
de la empresa de aseo, la posesión de esos predios por
50
Folio 78 Cuaderno del Tribunal.
51
Folio 83 Ib.

114
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

más de diez (10) años, refulge nítida la intención de


engañar a la administración distrital, con la clara
finalidad de enervar la acción promovida en su contra.
Tanto así, que en la decisión administrativa, se
desecharon, sin mayor análisis, las pretensiones
incoadas por la inicial firma querellante.

Por manera que, la precipitada conclusión expuesta


en las instancias, de descartar la posibilidad de dictar
un acto contrario a la ley, por parte del Secretario de
Gobierno Distrital, no encuentra espacio en aquellas
actuaciones que antecedieron a esa solicitud de amparo
policivo y que no fueron objeto de análisis por parte de
los juzgadores.

Fuerza insistir, que por tratarse de un delito de


mera conducta, se entiende consumado con el uso del
mecanismo artificioso, idóneo y eficaz para producir el
error, sin que surja necesario comprobar el resultado
perseguido, ni la emisión de un pronunciamiento ilegal,
según lo viene diciendo la Corte, de tiempo atrás.

Al respecto, en CSJ SP, 10 abr. 2000, rad. 11210,


se indicó:

El fraude procesal, por ser un delito de simple


conducta, se consuma con la inducción en error, previa
ejecución de los actos engañosos que desdibujan la realidad,
sin que sea necesario la materialización de un perjuicio o de
un beneficio, más allá de lo que el acto funcional mismo
tenga de perjudicial o beneficioso. No es por tanto una

115
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

exigencia del tipo, el que se obtenga un resultado, v. gr. en


términos de un efectivo desplazamiento patrimonial, porque
se considera agotado cuando se realiza el comportamiento
descrito en el verbo rector “inducir”, que es el que constituye
el núcleo de la acción.

En suma, se tiene, que la pretensión de hacer valer,


dentro de una querella, contratos de compraventa de
derechos de posesión y ocupación, con datos mentirosos,
especialmente, la fecha desde la cual se ejerce esa
facultad, constituye nada menos que un engaño al
servidor público porque se le está presentando una
realidad distorsionada con capacidad de determinar la
adopción de una decisión, en materia de amparo policivo
por perturbación a la posesión, basada en hechos ajenos
a la realidad que puede lesionar a terceros que discuten
los mismos derechos, como ocurre en este caso por las
sociedades Agropecuaria del Norte Limitada y Moggio
S.A., bajo la creencia que el único poseedor de los
predios en disputa, ha sido, de años atrás, la empresa de
aseo.

De contera, surge incuestionable la lesión, sin justa


causa, al bien jurídico de la administración de justicia,
por lo cual habrá de revocarse la absolución dispuesta
en las instancias para, en su lugar, condenar a los
procesados RAÚL ALBERTO GUAL MOZO y HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, como coautores del delito de
fraude procesal en concurso con el de falsedad en
documento privado, con la circunstancia de mayor

116
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

punibilidad descrita en el numeral 10 del artículo 58 del


Código Penal, tal como se anunció en precedencia.

Dosificación punitiva.

En consideración a los cargos que prosperaron, se


procede a determinar la pena a imponer a los
procesados, atendiendo a los lineamientos legalmente
establecidos para el efecto.

Se tiene entonces que el delito de fraude procesal


(artículo 453 modificado por la Ley 890 de 2004) está
sancionado con pena de prisión que va de 6 a 12 años o
72 a 144 meses, multa de 200 a 1.000 salarios mínimos
legales mensuales vigentes e inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas de 5 a 8 años.

El ámbito punitivo de movilidad es el siguiente:

El cuarto mínimo, de 72 a 90 meses y multa de 200


a 400 s.m.l.m.v e inhabilitación de 60 a 69 meses; los
cuartos medios, de 90 a 126 meses, multa de 400 a 800
s.m.l.m.v. e inhabilitación de 69 a 87 meses y, el último
cuarto va de 126 a 144 meses, multa de 800 a 1000
s.m.l.m.v. e inhabilitación de 87 a 96 meses.

El delito de falsedad en documento privado (artículo


289 del Código Penal, con el aumento de la Ley 890 de
2004) está sancionado con pena de prisión de 16 a 108
meses.

117
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

El ámbito punitivo de movilidad es el siguiente:

El cuarto mínimo, de 16 a 39 meses; los cuartos


medios, de 39 a 85 meses y el último cuarto va de 85 a
108 meses.

En atención a que concurren circunstancias de


menor punibilidad (carencia de antecedentes penales) y
de mayor punibilidad (obrar en coparticipación criminal),
la Sala, por mandato del artículo 61-2 del Código Penal,
se ubicará en los cuartos medios de movilidad.

Ahora, en punto de la gravedad de las conductas y


el daño real o potencial creado, se tiene que,
efectivamente, el comportamiento de los procesados no
solo lesionó la confianza de la colectividad al falsificar
documentos e incorporarlos a tráfico jurídico, sino
también a la administración pública, en cuanto
diseñaron una situación fáctica alejada de la realidad
con la clara finalidad de inducir en error a un servidor
público y obtener decisiones favorables a sus
pretensiones.

Aspectos que indican la necesidad de imponer, por


el fraude procesal 95 meses de prisión, 405 salarios
mínimos legales mensuales de multa y 69.5 meses de
inhabilitación para el fraude procesal y 44 meses por el
de falsedad en documento privado.

118
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Empero, por tratarse de un concurso de conductas


punibles, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 31
del Código Penal, se debe partir de la pena más grave,
esto es 95 meses, guarismo que se incrementará en 20
meses por el delito concursante, para un total de pena a
imponer de 115 meses de prisión, multa de 405 salarios
mínimos legales mensuales vigentes e inhabilitación
para el ejercicio de derechos y funciones públicas por el
término de sesenta y nueve punto cinco (69.5) meses.

Los procesados no se hacen acreedores a la


suspensión de la ejecución condicional de la pena, por
razón del factor objetivo previsto en los artículos 63 del
Código Penal (modificado por la Ley 1709 de 2014), pues
prevé como requisito que la pena impuesta sea de
prisión que no exceda de cuatro (4) años, monto
ampliamente superado.

En tanto que, se les debe conceder la prisión


domiciliaria, toda vez que 38 B del Código Penal
(adicionado por la Ley 1709 de 2014), prevé que la
sentencia se imponga por conducta punible cuya pena
mínima prevista en la ley sea de ocho (8) años de prisión
o menos y tanto el delito de fraude procesal como el de
falsedad en documento privado consagran penas
mínimas inferiores a ese monto.

Además, ninguno de esos comportamientos se


encuentra enlistado en el artículo 68 A del Código Penal,
(modificado por la Ley 1709 de 2014) y tampoco aparece

119
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

que dentro de los últimos cinco (5) años hubieran sido


condenados por delito doloso.

Igualmente, se encuentra acreditado el arraigo de


los procesados, pues según consta en la foliatura, RAÚL
ALBERTO GUAL MOZO es abogado especializado en
derecho ambiental y reside en la carrera 13 No 27-73,
apto 702, barrio Bavaria de Santa Marta y HUGO
HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA es ingeniero mecánico y
tiene su lugar de habitación en la carrera 2ª No 29 -144,
barrio El Rodadero de la misma ciudad.

Por consiguiente, se dispondrá que cumplan la


pena en su lugar de residencia arriba indicada o en la
que señalen en el momento de suscribir la diligencia en
la que se comprometan a cumplir las obligaciones
descritas en el numeral 4º del artículo 38B, que
garantizaran mediante la caución prendaria que
prestaron para acceder a la suspensión condicional de la
pena.

En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal


de la Corte Suprema de Justicia, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley,

RESUELVE

Primero. NO CASAR el fallo impugnado, por razón


de los cargos formulados a nombre de los procesados,
conforme a lo expuesto en precedencia.

120
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

Segundo. Casar parcialmente la sentencia dictada


por el Tribunal Superior de Santa Marta el 20 de marzo
de 2013, en virtud de los cargos que prosperaron,
formulados por la Fiscalía y el representante de la
víctima.

En consecuencia, condenar a RAÚL ALBERTO GUAL


MOZO y HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA, como
coautores penalmente responsables del delito de fraude
procesal en concurso heterogéneo con el de falsedad en
documento privado, a la pena de ciento quince (115)
meses de prisión, multa de cuatrocientos cinco (405)
salarios mínimos legales mensuales vigentes e
inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones
públicas por el término de sesenta y nueve punto cinco
(69.5) meses.

Negar a los procesados la suspensión de la


ejecución de la pena y concederles la prisión
domiciliaria, según lo razonado en precedencia.

Tercero. Las demás determinaciones permanecen


sin modificación

Notifíquese y cúmplase

EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER

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Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

JOSÉ LUIS BARCELÓ CAMACHO

FERNANDO ALBERTO CASTRO CABALLERO

LUIS ANTONIO HERNÁNDEZ BARBOSA

GUSTAVO ENRIQUE MALO FERNÁNDEZ

EYDER PATIÑO CABRERA

PATRICIA SALAZAR CUÉLLAR

LUIS GUILLERMO SALAZAR OTERO

122
Casación 41467
RAÚL ALBERTO GUAL MOZO
HUGO HUMBERTO RAMÍREZ GARCÍA

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

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